21 sept 2012

Conferencia contra la Delincuencia Organizada

Conferencia Internacional para establecer el Esquema Hemisférico de Cooperación Contra la Delincuencia Organizada Transnacional;
Chapultepec DF, a 20 de septiembre de 2012
Los días 17 al 19 de septiembre se celebró la reunión preparatoria donde participaron representantes de 20 países, así como de diversos organismos internacionales. Cabe mencionar que en las tres consultas técnicas, las delegaciones de los países asistentes propusieron que el Esquema esté constituido sobre dos pilares principales: uno de carácter político y otro de naturaleza operativa.

Entre las propuestas que se debatieron fue la establecer en el seno de dicha organización –la OEA- continental, una Comisión Interamericana contra la Delincuencia Organizada Transnacional, que estaría encargada de articular los esfuerzos regionales en la materia; y por lo que hace al pilar operativo, se acordó crear el Centro Coordinador de las Américas contra la Delincuencia Organizada Transnacional, organismo de carácter intergubernamental y que se prevé contará con una autonomía técnica, operativa y financiera, en el cual se integrarán virtual o presencialmente, enlaces técnicos de los estados participantes que permitan el intercambio de información, y coordinar acciones en tiempo real.

Entre las funciones que debe llevar a cabo se encuentran: el incentivar el intercambio de información estratégica, táctica y operativa, y fomentar una mayor colaboración con las redes especializadas de inteligencia, de investigación y de persecución penal, que ya existen.
Asimismo elaborar productos estratégicos que faciliten la toma de decisiones, como diagnósticos delictivos, y mapas georeferenciados, además de fomentar el empleo de técnicas de investigación y tecnología innovadora.
La iniciativa de contar con un Esquema Hemisférico es una propuesta por México en el marco de una Reunión Hemisférica de Alto Nivel contra la Delincuencia Organizada Transnacional, celebrada los días 1 y 2 de marzo de este año, en el DF. Posteriormente, dicha iniciativa de cooperación fue elevada a la consideración de los Jefes de Estado y de Gobierno participantes en la VI Cumbre de las Américas, celebrada el 14 y 15 de Abril de 2012, en Cartagena de Indias, Colombia, foro en donde fue aprobada por unanimidad.
El Mandato conferido establecía llevar a cabo los trabajos necesarios para desarrollar el Esquema a través de consultas técnicas, las cuales se llevaron a cabo el 28 y 29 de mayo, en Cancún, Quintana Roo, México, el 28 y 29 de junio, en La Antigua Guatemala, Guatemala, así como el 2 y 3 de agosto, en Santiago, República de Chile.
Y el cumplimiento de este mandato, “tuvo como guía la premisa de que sólo la unidad de los esfuerzos contra de la criminalidad transnacional, es lo que garantiza el éxito en esta lucha de todos, contenidos en el documento denominado: Compromiso de Chapultepec.”
Y este jueves 20 de septiembre el proyecto fue una realidad; por cierto México encabezará la sede:
“ Tengo, además, la satisfacción de informarle- Sr Presidente Calderón, dijo Marisela Morales-, “que se aprobó que México sea la sede del Centro Coordinador de las Américas, así como que recaiga en un connacional el primer nombramiento de su Coordinador General.”
La respuesta del Presidente en ese sentido fue el de júbilo:
“Por eso, expreso mi reconocimiento y agradecimiento a la Secretaría General de la OEA, por su apoyo para dar cumplimiento al Mandato de Cartagena y para que la Comisión Interamericana, ahora nueva, la Nueva Comisión Interamericana Contra la Delincuencia Organizada Transnacional, sea una realidad.
Por lo que hace al Centro Coordinador de las Américas… “estoy convencido de que el Centro será una valiosa herramienta para articular acciones internacionales contra las organizaciones delictivas; específicamente, para el desmantelamiento de sus estructuras logísticas, operativas y financieras.
Y agregó “Me es muy grato saber que México albergará la sede del Centro Coordinador de las Américas, y lo hará, desde luego, con gusto (…).Estamos ya trabajando para que el Centro cuente con recursos que le permitan iniciar sus operaciones lo antes posible. Y para ello, destinaremos parte de los recursos que legítimamente hemos arrancado a la delincuencia organizada, y que corresponden a la procuración de justicia.
La noticia estuvo en las primeras planas de algunos diarios nacionales como Reforma Y El Universal como nota secundaria:
REFORMA:
· Lidera México lucha antidroga en América
México lidera desde ayer la lucha antidrogas en el continente a través de la Conferencia Internacional para el establecimiento del Esquema Hemisférico de Cooperación contra la Delincuencia Organizada Transnacional, dependiente de la OEA. La instancia surge a propuesta del País en la Sexta Cumbre de las Américas del año pasado en Cartagena de Indias, Colombia.
EL UNIVERSAL:
· Narco hizo de América Latina la región más violenta: Felipe Calderón
El crimen organizado trasnacional ha convertido a América, y en particular a la América Latina, en la región con mayor violencia del mundo, aseguró el presidente de México, Felipe Calderón, durante la conferencia internacional en la que se estableció un Esquema Hemisférico para combatir este flagelo. El mandatario exhortó a representantes de países miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA) a estrechar la 'obligada cooperación' en la lucha contra el crimen y tratar de que las fronteras no sean 'ni el límite ni el obstáculo' para combatirla.

Recomiendo leer los discurso completos:
Discursos de Felipe Calderón, Marisela Morales y de Claudia Paz y Paz Bailey, Fiscal General de Guatemala:
Felipe Calderón:
Muy buenas tardes.
Amigas y amigos.
Ciudadana licenciada Claudia Paz y Paz, Fiscal General de Guatemala.
Doctor Antonio Luigi Mazzitelli, Representante para México, Centroamérica y el Caribe de la Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito.
Senador Enrique Burgos García, Vicepresidente del Senado de la República.
Distinguidos Procuradores, Ministros de Justicia y Jefes de Delegación de los países participantes en este esfuerzo hemisférico.
Señoras y señores Legisladores.
Señora y señores Secretarios de Estado.
Procuradora General de la República.
Señoras y señores Embajadores y Miembros del Cuerpo Diplomático Acreditado en México.
Distinguidos invitados especiales, de organizaciones empresariales y de la sociedad civil.
Señoras y señores Magistrados de los Tribunales Superiores de Justicia de los Estados.
Señoras y señores Procuradores Generales de Justicia.
Distinguidos invitados.
Señoras y señores:
En nombre del Gobierno de México, les doy la más cordial bienvenida a las delegaciones participantes en esta Conferencia Internacional para Establecer un Esquema Hemisférico Contra la Delincuencia Organizada Transnacional.
Saludo, también, a los funcionarios, tanto de la Organización de los Estados Americanos, como de la Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito.
Como ustedes saben, éste es un lugar emblemático para los mexicanos, por muchas razones.
Antes de que fuese construido este edificio, el Castillo de Chapultepec, fue el Cerro del Chapulín, el Cerro del Grillo, el lugar de veraneo y descanso de los emperadores aztecas.
Posteriormente fue, durante ya la vida independiente de México, cuartel y Colegio Militar, algunas veces; en otras, residencia de algunos Presidentes a fines del Siglo XIX y principios del XX, hasta 1934. Fue, también, lugar de residencia de Maximiliano.
Pero por lo que verdaderamente significa para los mexicanos es por su trascendencia histórica, porque aquí, se han desarrollado varios capítulos de nuestra historia nacional.
Uno, es que de aquí partió, por ejemplo, el Presidente, el Apóstol de la Democracia, Francisco I. Madero, iniciador de la Revolución Mexicana, escoltado por un grupo de cadetes hasta Palacio Nacional, para defender la plaza, recién recuperada, justo días antes de su cobarde homicidio.
Pero, sobre todo, porque aquí, un 13 de septiembre de 1847, la Patria, la Ciudad de México y el Castillo de Chapultepec, fue defendido hasta con la vida por heroicos cadetes, que aquí estaban, frente al invasor, y eso quedó marcado como un momento significativo de la identidad y la defensa de nuestro querido México.
Y menciono este hecho evocador para todos nosotros, tanto por la trascendencia de este sitio. También, la ha tenido, por cierto, en el ámbito internacional.
Aquí, por ejemplo, y más recientemente, fueron suscritos, finalmente, los Tratados de Paz en El Salvador, que dieron final a un conflicto largamente doloroso para ese hermano país. En fin.
Traigo a la mente esta evocación de la defensa frente al invasor, porque, a final de cuentas, en cierta parte y desde cierto enfoque, en eso consiste, también, la lucha contra el crimen organizado que libramos no sólo México, sino muchos, muchos países en el Continente y en la región.
No puede olvidarse, que en este caso, la agredida es la sociedad civil. No puede obviarse el hecho de que el agredido es el Estado mismo; que las agredidas son nuestras naciones, por criminales sin escrúpulos.
En el esfuerzo contra el crimen, los gobiernos no hacemos sino una defensa, actuamos en legítima defensa de nuestras familias y de nuestras sociedades contra los agresores.
Y si en aquél turbulento XIX las amenazas más grandes para nuestras Patrias estaban, precisamente, en el contexto de los Estados internacionales y sus proyectos de expansión imperial, hoy, qué duda cabe, de las amenazas más grandes, como correctamente ha dicho la señora Fiscal de Guatemala, están, precisamente, en la expresión del crimen organizado en nuestros respectivos países.
Y como bien apunta esta Conferencia, se trata de un crimen organizado transnacional. Que no reconoce fronteras ni nacionalidades; que lucra, precisamente, con el sufrimiento y el dolor de los pueblos, no sólo con el tráfico de drogas y el envilecimiento de los jóvenes y adolescentes de nuestros países.
Lucra con la trata de personas, con la prostitución de jóvenes y adolescentes; lucra con el tráfico de armas, de migrantes. Lucra, incluso, con la piratería y la violación a los derechos de propiedad personal, intelectual, patrimonial.
Lucra con el secuestro y la extorsión; es decir, con lo más sagrado, que es la vida y la libertad, y la integridad física de las personas.
Por eso, digo que, en la lucha contra el crimen organizado transnacional, actuamos en legítima defensa, y debemos actuar unidos y organizados.
Es por esa razón, amigas y amigos, que México se permitió, en el marco de nuestros organismos de concertación, presentar una iniciativa, impulsarla, por cierto, con el apoyo de varios países y de la Secretaría de Seguridad Multidimensional de la Organización de Estados Americanos, y fue suscrita de manera unánime por los Jefes de Estado y de Gobierno que asistimos a la VI Cumbre de las Américas, celebrada en Cartagena, Colombia, el pasado mes de abril.
Y en dicha Cumbre apuntábamos que la delincuencia organizada tiene su esencia en su transnacionalidad. Insisto, que no reconoce fronteras, ni identidades nacionales. Y, por ello, las fronteras no deben ser ni el límite, ni el obstáculo para la obligada coordinación internacional que debemos sostener todos en la lucha contra este flagelo.
El crimen organizado ha evolucionado a partir de una misma racionalidad en nuestro Continente. El crimen organizado se ha organizado, valga la redundancia, precisamente, a partir de la naturaleza de las relaciones, de flujos que existen entre nuestras naciones.
Se organiza a partir del flujo que hay de drogas, fundamentalmente, desde Sudamérica hasta el mercado más grande del mundo, que es, son todavía y por desgracia, los Estados Unidos de América.
Se ha organizado en torno al flujo de migrantes en busca de mejores condiciones de vida desde México y Centroamérica hacia los Estados Unidos, también. Se ha organizado en torno al flujo de armas, en sentido contrario, y de dinero producto de otros crímenes, precisamente, del Norte hacia el Sur.
Se ha organizado en torno a la trata de personas, que cruzan de un país a otro, sometidas en las peores esclavitudes que inadmisiblemente subsisten en el este Siglo XXI.
Y, mientras el crimen organizado lo está transnacionalmente, nosotros hemos actuado con muchos esfuerzos, no siempre de la manera más organizada y no siempre de manera internacional.
Muchas veces nuestro esfuerzo ha sido organizado, sí, pero se ha acotado, por un entendible escrúpulo soberano, a las fronteras de nuestros respectivos países.
Y es hora de actuar enfáticamente, de manera internacional, contra este flagelo común, que ha convertido a nuestra región americana y, en particular, a la región latinoamericana, en la que estamos, en la más violenta del mundo.
No es sólo Guatemala, como lo ha descrito la Fiscal, donde se concentran tasas de homicidio sustancialmente elevadas en términos de 100 mil habitantes. Lo es, también, México, y lo es el resto de la mayoría de los países de América Central y del Caribe; Honduras y El Salvador; y lo mismo, muchos países en el Caribe que sufren, precisamente, este flagelo.
El crimen organizado ha evolucionado, a partir de una misma racionalidad en el Continente. Como en México, en muchos países de América, las organizaciones criminales aprovechan, además, la debilidad, la fragilidad, la vulnerabilidad o la franca corrupción institucional para establecer los cotos de impunidad que les permiten operar y manejar redes internacionales.
Articulan, así, redes de operación para expandir sus actividades delictivas, en muchos casos subrepticiamente, y por abajo de las fortalezas institucionales de los pueblos. Pero, en otros, no sólo actúan paralelamente a esas instituciones, sino que construyen las redes criminales sobre las redes institucionales que, siendo diseñadas para proteger a los ciudadanos, terminan, en algunos casos, protegiendo a la propia criminalidad.
Se enquistan, además, y a ello debemos estar atentos, en nuestras sociedades. Se asimilan, se vuelven parte de las mismas, se vuelven parte de nuestras comunidades, parte de nuestras escuelas, de nuestros talleres, de nuestros campos.
Lo hacen, además, para exaccionar* y cobrar a toda costa, a costa de la violencia que siembran, las rentas de una sociedad, no importa que sean lícitas o ilícitas. Cobran las rentas del ganadero y el agricultor que gana con el sudor de su frente un ingreso para su familia; y, también, las cobran, por supuesto, para otros que actúan en la ilegalidad, robando automóviles, o extorsionando, o vendiendo gasolina robada, etcétera.
Esta exacción, este cobro de las rentas lícitas o ilícitas de una sociedad, la realizan a través de delitos que están entre los más comunes y, también, los más reprobables, y los más agresivos contra nuestra gente, a través del secuestro, a través de la extorsión, a través del cobro del llamado derecho de piso y a través del homicidio.
En su afán de controlar territorios para consolidar su red de actividades ilícitas, los grupos criminales buscan, deliberadamente, minar la fortaleza de los Estados e infundir el terror en comunidades enteras.
Así, el crimen organizado se ha convertido, quizá, en la principal amenaza para nuestras democracias y para el futuro de nuestros pueblos.
Y digo todo esto porque, ante un desafío de esta magnitud, claramente es necesario enfatizar que la cooperación entre nuestras naciones debe atender a un principio básico de corresponsabilidad.
Que estamos llamados a fortalecer, sin descanso, nuestras instituciones de seguridad y justicia; a combatir las causas estructurales de la delincuencia, entre ellas, los problemas sociales y económicos, que privan de oportunidad a nuestros jóvenes y a nuestros adolescentes.
Y, también, a detener el flujo ilegal de armas, el flujo ilegal de dinero, el flujo ilegal de drogas, el flujo ilegal de personas, que, precisamente, alimentan las estructuras criminales y las proveen de una capacidad enorme de fuego y económica, para enfrentar a los Estados nacionales.
Hoy, gracias a esta importante Conferencia, nuestras naciones estamos dando un paso fundamental para consolidar un frente común, un auténtico frente hemisférico contra la delincuencia organizada transnacional.
Por eso, celebro, aplaudo, que se haya alcanzado un acuerdo regional, un consenso, para establecer un Esquema Hemisférico de Cooperación Contra la Delincuencia Organizada Transnacional. Y que éste, además, integre dos pilares fundamentales: por un lado, el político; y, por otro lado, el operativo.
En la medida en que estos dos pilares, el político y el operativo, puedan embonar y actuar coordinadamente, tendremos éxito internacional.
Por lo que hace al pilar político. México celebra que se asuma el compromiso de crear una Comisión Interamericana Contra la Delincuencia Organizada Transnacional, justo en el marco del derecho internacional y del organismo que nos une, que es la Organización de Estados Americanos.
Esta puesta en marcha va a permitir la colaboración y dotará de la voluntad política que requiere este esfuerzo singular entre las naciones del Continente, en temas muy variados: el análisis y diseño de políticas públicas para prevenir, efectivamente, el crimen.
Qué estamos haciendo bien. Qué estamos haciendo mal. Qué otras ideas o alternativas pueden aportarse para enfrentar este singular flagelo; para analizar, también, la procuración de justicia o la atención a las víctimas de los delitos, para difundir información y estudios sobre este fenómeno delictivo, para elaborar programas regionales de capacitación y asistencia técnica.
Por eso, expreso mi reconocimiento y agradecimiento a la Secretaría General de la Organización de Estados Americanos, por su apoyo para dar cumplimiento al Mandato de Cartagena y para que la Comisión Interamericana, ahora nueva, la Nueva Comisión Interamericana Contra la Delincuencia Organizada Transnacional, sea una realidad.
Seguro estoy de que esta nueva instancia internacional será un elemento clave para potenciar y respaldar los esfuerzos que hoy realizamos muchas naciones, por la seguridad de los americanos en todo el Continente.
Por lo que hace al pilar operativo, se acordó crear el Centro Coordinador de las Américas. Un centro que será el eje articulador de acciones estratégicas, de tácticas y operativas, y, sobre todo, de información que realicen e intercambien nuestras naciones, en el análisis y combate a la delincuencia organizada transnacional.
Como ya se dijo, en las consultas preparatorias para esta Conferencia, en Cancún, aquí mismo, en México, en La Antigua, en Guatemala; en Santiago de Chile, coincidimos en todos estos puntos y en la necesidad de contar con esquemas que, a la vez de ser confiables, sean ágiles y eficientes para el intercambio de información y la generación de inteligencia.
Estoy convencido de que el Centro será una valiosa herramienta para articular acciones internacionales contra las organizaciones delictivas; específicamente, para el desmantelamiento de sus estructuras logísticas, operativas y financieras.
El Centro Coordinador de las Américas tendrá como misión, justamente, hacer que la colaboración en el ámbito operativo sea expedita, confiable y eficaz. Y, además, de que permitirá el intercambio de información útil a las labores de seguridad y de procuración de justicia que todos realizamos en cada Nación.
Me es muy grato saber que México albergará la sede del Centro Coordinador de las Américas, y lo hará, desde luego, con gusto.
Mi Gobierno trabajará de manera decidida para sumar capacidades y experiencias encaminadas a hacer de esta instancia un verdadero pilar de la seguridad regional.
Estamos ya trabajando para que el Centro cuente con recursos que le permitan iniciar sus operaciones lo antes posible. Y para ello, destinaremos parte de los recursos que legítimamente hemos arrancado a la delincuencia organizada, y que corresponden a la procuración de justicia.
Estoy seguro que las naciones del hemisferio harán un esfuerzo presupuestal para sumarse, también y decididamente, a este proyecto.

En suma. Hoy, las Naciones de América hemos creado una verdadera alianza contra el crimen organizado, que es nuestro común y más peligroso enemigo.
Hoy, hemos dado un paso decisivo hacia una estrategia continental en favor de la seguridad.
Señoras y señores:
El crimen organizado no puede ser enfrentado por Estados desorganizados. El crimen transnacional debe combatirse, también, transnacionalmente.
Por eso, celebro que con los acuerdos alcanzados en la Conferencia, demos inicio a una nueva fase de cooperación regional.
Hoy, los pueblos de América sumamos voluntades y capacidades para construir una región mucho más segura. Y, de cara al futuro, nuestras naciones deberán perseverar en el combate al crimen, mediante una profunda colaboración internacional.
Será fundamental hacer del principio de corresponsabilidad la hoja de ruta hacia un Continente Americano mucho más seguro.
Hago votos porque el nuevo Esquema Hemisférico Contra la Delincuencia Organizada Transnacional encuentre en nuestras naciones el avance que necesita, la consolidación que deseamos de una América segura, en paz y con prosperidad para todos nuestros pueblos.
Enhorabuena, y muy buenas tardes.

*
Más intervenciones
Marisela Morales: Estimado señor Presidente Felipe Calderón Hinojosa, Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos; distinguida Embajadora Patricia Espinosa Cantellano, Secretaria de Relaciones Exteriores; apreciables Secretarios de Estado del Ejecutivo Federal; distinguida señora y señores Fiscales Generales y Procuradores de los países de hemisferio que nos acompañan.
Señoras y señores Ministros y Viceministros; Embajadores y representantes de los estados participantes en esta Conferencia Internacional; señoras y señores Senadores y Diputados del Congreso de la Unión; distinguidos miembros del Cuerpo Diplomático Acreditado ante nuestro país; apreciables Procuradores Generales y Presidentes de los Tribunales Superiores de Justicia de los estados de la República Mexicana.
Estimados Presidente y Vicepresidentes del Consejo de Participación Ciudadana de la Procuraduría General de la República; apreciables representantes de organismos nacionales, internacionales, de la sociedad civil e invitados especiales; amigas y amigos de los medios de comunicación; señoras y señores:
Buenas tardes.
Hace seis meses, en marzo de este año, en esta Ciudad de México, se propuso la idea de crear un mecanismo que permitiera a todos los países del Continente combatir, de manera coordinada, el flagelo de la delincuencia organizada transnacional.
En abril del año en curso, las Jefas y los Jefes de Estado, asistentes a la VI Cumbre de las Américas, celebrada en Cartagena de Indias, Colombia, otorgaron el mandato que dio pie a las consultas técnicas que nos permitieron intercambiar distintos puntos de vista de cómo fortalecer la cooperación internacional entre los países de la región, para hacer más efectivo el combate a este flagelo.
El cumplimiento de este mandato, tuvo como guía la premisa de que sólo la unidad de los esfuerzos contra de la criminalidad transnacional, es lo que garantiza el éxito en esta lucha de todos.
Esta iniciativa se propuso ante el interés regional de fortalecer la cooperación en la materia, a través de la alineación de los esfuerzos regionales traducidos en la puesta en marcha de acciones concretas, en aras de aprovechar de mejor forma las capacidades institucionales y maximizar los recursos humanos y financieros empleados por los países del Continente en este rubro.
El día de hoy, nos dimos cita aquí, con la finalidad de presentar los resultados de las consultas técnicas que se realizaron para desarrollar un Esquema Hemisférico Contra la Delincuencia Organizada Transnacional, contenidos en el documento denominado: Compromiso de Chapultepec.
Para ello, los países del hemisferio sostuvimos tres consultas técnicas: Una en Cancún, Quintana Roo, México; otra en Antigua Guatemala, y la última, en Santiago de Chile.
En las citadas consultas, se llevó a cabo un debate franco y enriquecedor del que surgieron diversas propuestas, todas encaminadas a articular los esfuerzos de los países de las Américas que realizan en contra de la delincuencia organizada transnacional, desarrollando un Esquema Hemisférico de Cooperación, conformado por dos pilares principales: Uno de carácter técnico-político, y otro, operativo.
En lo que hace al pilar técnico-político, se recomienda la creación dentro de la Organización de los Estados Americanos, de una Comisión Interamericana contra la Delincuencia Organizada Transnacional, que tenga, entre sus funciones principales, el promover la implementación de los instrumentos internacionales suscritos en materia de delincuencia organizada, como la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional, conocida como Convención de Palermo y sus tres Protocolos complementarios, y el Plan de Acción Hemisférico contra la Delincuencia Organizada Transnacional.
Asimismo, se recomienda que la Comisión incentive la adopción de políticas públicas en materia de prevención, aplicación de la ley, reinserción social y atención a víctimas, la elaboración de estudios, el intercambio de mejores prácticas, así como la articulación de la amplia oferta de cooperación sobre asistencia técnica, financiera y de capacitación.
Igualmente, como parte de las tareas que deberán ser abordadas por la Organización de Estados Americanos, está la recomendación de reestructurar los esfuerzos y organización de la Secretaría de Seguridad Multidimensional de la propia OEA.
En lo que hace al pilar operativo, acordamos establecer el Centro Coordinador de las Américas contra la Delincuencia Organizada Transnacional, de carácter intergubernamental y que cuente con una autonomía técnica, operativa y financiera, en el cual se integrarán virtual o presencialmente, enlaces técnicos de los estados participantes que permitan el intercambio de información, y coordinar acciones en tiempo real.
Entre las funciones que debe llevar a cabo este Centro Coordinador, se encuentran: el incentivar el intercambio de información estratégica, táctica y operativa, y fomentar una mayor colaboración con las redes especializadas de inteligencia, de investigación y de persecución penal, que ya existen.
Elaborar productos estratégicos que faciliten la toma de decisiones, como diagnósticos delictivos, y mapas georeferenciados. Fomentar el empleo de técnicas de investigación y tecnología innovadora.
Fortalecer los mecanismos de coordinación internacional y el empleo de las plataformas tecnológicas existentes para facilitar el intercambio de información, que permita aprovechar la información y hacerla judicialmente útil.
Señor Presidente:
Los acuerdos alcanzados en las reuniones de consulta, han sido plasmados en el Compromiso de Chapultepec, documento que, hace unos minutos, ha sido adoptado por aclamación por los estados representados en esta Conferencia Internacional.
Tengo, además, la satisfacción de informarle que se aprobó que México sea la sede del Centro Coordinador de las Américas, así como que recaiga en un connacional el primer nombramiento de su Coordinador General.
Con la adopción de compromisos, como el de Chapultepec, formalizamos el establecimiento del Esquema Hemisférico de Cooperación contra la Delincuencia Organizada Transnacional, y traducimos el enorme interés de los países del Continente Americano por estrechar los vínculos y atender la problemática en esta materia, con un enfoque integral que lleve dicha cooperación al plan operativo de la investigación y la persecución de las organizaciones criminales que actúan en nuestros países.
Lucha que, sin duda, no permite tregua alguna, y que es de todos y por el bien de todos.
Este encuentro representa el inicio de una nueva etapa en la cooperación hemisférica contra la delincuencia organizada transnacional.
Ante la adopción de esta iniciativa, los países del hemisferio reafirmamos nuestro compromiso de hacer frente a este flagelo, de manera conjunta y coordinada.
Hemos sembrado la semilla. Los resultados de esta labor continental, seguramente, los podremos atestiguar en un futuro próximo, en una América más segura para todos.
Puedo decir, señor Presidente, sin temor a equivocarme, que hemos cumplido el mandato dado y hemos honrado la palabra de los Jefes y Jefas de Estado.
Los pueblos de América están hoy más unidos que nunca en esta lucha que no admite titubeos y que, por el contrario, nos exige redoblar el paso y sumar esfuerzos para cerrar espacios a la impunidad y brindar mayor seguridad y justicia a nuestras naciones.
Mucho es lo que unidos hoy alcanzamos. Pero todavía es mucho más lo que en el futuro, con esta Unidad Regional Contra la Delincuencia Organizada transnacional, vamos a lograr por nuestras naciones, por nuestros hijos.
Muchas gracias.

*
Claudia Paz y Paz Bailey, Fiscal General de Guatemala. Excelentísimo señor Presidente de la República de México, licenciado Felipe Calderón; señora Secretaria de Relaciones Exteriores, Embajadora Patricia Espinosa; señora Procuradora General de la República, maestra Marisela Morales; señores Fiscales Generales; señoras y señores Embajadores; señores Ministros; delegados de los países del hemisferio presentes en esta Conferencia Internacional; señoras y señores:
Presento los respetuosos saludos del Presidente de la República de Guatemala, señor Otto Pérez Molina, quien lamenta no poder acompañarnos la mañana de hoy, en este importante evento, y que le envía fraternos saludos y augura el éxito del Esquema Hemisférico de Cooperación Contra la Delincuencia Organizada Transnacional.
La delincuencia organizada transnacional es, si no el mayor, uno de los mayores riesgos para las democracias del Continente Americano. El poder que tienen las organizaciones, las estructuras del crimen organizado, de atentar contra la vida y seguridad de nuestros ciudadanos y ciudadanas, en contra de los órdenes económicos nacionales e internacionales, y en contra de nuestra institucionalidad, es inmenso.
Para Guatemala, es un verdadero honor estar presente hoy, 20 de septiembre, en Ciudad de México, compartiendo con tan distinguidos funcionarios y funcionarias de los diversos países de América, y manifestar que nos sentimos profundamente esperanzados, al notar el entusiasmo en que todos hemos participado en estas discusiones.
Deseo aprovechar este momento para agradecer la hospitalidad y el constructivo y coherente liderazgo de México en todo este proceso. Las reuniones desarrolladas en Ciudad de México, en Cartagena, Cancún, en Antigua Guatemala y en Santiago de Chile, nos han permitido llegar a un buen puerto.
Y hoy, podemos decir, con júbilo, que el Esquema de Cooperación Hemisférico se constituye en un acuerdo continental, que muy pronto va a ser una realidad útil para todos nuestros sistemas de justicia y de seguridad para todos nuestros países.
Como mencionara al inicio, la delincuencia organizada es un fenómeno regional, que utiliza nuestros territorios para producir, para traficar, para vender drogas, armas, traficar de las peores formas posibles con nuestros ciudadanos y ciudadanas.
Y estas estructuras criminales utilizan de los mayores adelantos de la tecnología, se comunican en tiempo real, coordinan operaciones logísticas. No les importa si se habla de guatemaltecos, de nicaragüenses, de argentinos, de chilenos o canadienses para realizar sus negocios, y eso les ha permitido tener una presencia continental.
El camino que como estados hemos andado tanto bilateralmente, multilateralmente, y ahora como hemisferio, ha rendido sus frutos.
Mucho se ha logrado, sin duda, y se ha golpeado a las organizaciones criminales. Pero esto aún es insuficiente.
Estamos en el momento de dar un salto cualitativo. Es momento de pensar y construir el modelo de combate que consideramos idóneo para enfrentar esta compleja. El escenario ideal para articularlos, para coordinar nuestros esfuerzos, para fortalecer los vínculos de confianza y de cooperación, es el Esquema Hemisférico de Cooperación contra la Delincuencia Organizada Transnacional.
Este Esquema tiene la virtud de ser integral. Provee tanto mecanismos de prevención, de establecimiento de sistemas normativos comunes, de compartir información de inteligencia, como de estrechar nuestros esfuerzos en la persecución penal efectiva.
En Guatemala, en mi país, el año 2009, fue un año terrible. Llegamos a tener una de las peores tasas de muertes violentas en la región: 46 muertes violentas por cada cien mil habitantes. Afortunadamente, y por un esfuerzo coordinado, a tres años, logramos reducir esta tasa, y esperamos que en este año 2012, esta cifra continúe disminuyendo en un 20 por ciento.
Nosotros nos hacemos la pregunta: qué cambió, qué permitió que en lugar de cada año se incrementaran las muertes, lográramos sostener y limitar y reducir las muertes violentas y, sin duda, en el centro a esa respuesta, se encuentra la coordinación interinstitucional.
Las fuerzas de policía, la inteligencia civil, los fiscales, coordinamos y compartimos información de forma cotidiana.
Esto ha sido declarado por el Presidente de Guatemala. Él ha sido muy claro en enviar un mensaje: El combate a la delincuencia organizada no es un combate sectorial, es un asunto de Estado. La seguridad y la justicia nos competen a todos en Guatemala y en el hemisferio.
Y esa priorización se ha reflejado en el sostenido interés de mi país en este proceso que hoy nos reúne. Y me refiero a la experiencia de Guatemala porque es la realidad que mejor conozco, y lo he hecho con la intención de ilustrar los excelentes acuerdos que se han alcanzado de este proceso de discusión, que hoy, llega a su culminación.
La existencia de un Centro Coordinador de las Américas, que tenga por finalidad coordinar y articular las acciones estratégicas, tácticas y operativas de los estados y las redes hemisféricas, de manera expedita y en tiempo real contra la delincuencia organizada transnacional, y que tenga la capacidad de aglutinar a los enlaces de los servicios de inteligencia, de las fuerzas de policía, de las fiscalías en cada uno de los estados participantes, es un avance extraordinario en la forma en cómo en el hemisferio, nos hemos planteado la cooperación en la materia.
La posibilidad de relacionarnos entre funcionarios de distintas disciplinas, de distintos países, fortalecerá los lazos de confianza y permitirá el intercambio sistemático de información, y la consolidación de mecanismos más ágiles de coordinación.
En Guatemala, tanto el Presidente Pérez como todos los funcionarios que intervenimos en la cadena de la seguridad y la justicia, nos encontramos seguros. Estamos convencidos que la aprobación del Esquema Hemisférico, significa el principio de una nueva época en la cooperación internacional en la materia.
Sabemos que las redes y estructuras con las que contamos actualmente, las comunicaciones, formas de coordinación logística y operaciones conjuntas, se verán fortalecidas y exponencialmente potenciadas a través de este mecanismo.
Por ello, saludamos el esfuerzo de todos los Estados presentes, y reiteramos la esperanza que este Esquema, nos dará a todos nuevas fuerzas para defender a nuestros ciudadanos, nuestras instituciones y nuestras democracias.
Muchas gracias.
* (Del lat. exactĭo, -ōnis). 1. f. Acción y efecto de exigir impuestos, prestaciones, multas, deudas, etc. 2. f. Cobro injusto y violento, Real Academia Española)

 

 

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