24 mar 2013

Golpe a Slim, pero ahí viene la legión extranjera/JESUSA CERVANTES


  • Golpe a Slim, pero ahí viene la legión extranjera/JESUSA CERVANTES

Revista Proceso No. 1899, 24 de marzo de 2013
La reforma en materia de telecomunicaciones aprobada en la Cámara de Diputados pone al empresario Carlos Slim en un callejón sin salida, al impedirle acceder de hecho al must carry y must offer. Pero lo verdaderamente importante es que los cambios constitucionales permitirán que empresas extranjeras invadan el sector en su totalidad. Pocas voces en el Congreso protestaron. Una de ellas fue la de Ricardo Monreal, quien les preguntó a los legisladores que aprobaron los cambios: “¿Con quién negociaron?”.
 Atrincherados durante siete horas en la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados, los coordinadores parlamentarios del PRI, PAN, PRD y PVEM negociaban –lo que les permitieron negociar los integrantes del Consejo Rector del Pacto por México y Aurelio Nuño, jefe de la Oficina de la Presidencia– algunos cambios a la reforma en materia de telecomunicaciones.
El PRI demandaba la reciprocidad en la apertura a la inversión extranjera en radiodifusión de hasta 49%. El PAN aceptaba sin tener claridad de lo que estaba haciendo –como más tarde en el pleno lo mostró su coordinador, Luis Alberto Villarreal García–, siempre y cuando se eliminara de la iniciativa la “opinión no vinculante del Ejecutivo Federal” en el otorgamiento de nuevas concesiones; a cambio imponía la opinión “técnica” del titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.

Y en el fondo de la discusión: La intención del PRI de introducir de manera subrepticia cambios al must carry (la obligación de la televisión satelital de ofrecer gratis los canales de televisión abierta) y al must offer (obligación de la televisión abierta de ofrecer gratuitamente sus canales a concesionarios de televisión restringida).
 Purificación Carpinteyro, diputada por el PRD que participó en las negociaciones y quien se consideró “parte intrínseca” de las éstas –así lo dijo desde la tribuna la madrugada del viernes 22–, fue quien evidenció la mañana del miércoles 20 las intenciones del PRI de darle un nuevo sentido al must carry y must offer.
La denuncia frenó la discusión de un dictamen avalado en la Comisión de Puntos Constitucionales por mayoría –sólo una abstención– que ya contaba con las firmas de 355 diputados.
El cambio afectaba en dos de sus apartados a la empresa de televisión satelital Dish, de la que Carlos Slim es socio comercial. Incluso a uno de estos se le llamó “párrafo Dish”.
Luego de siete horas la declaratoria explícita contra el hombre más rico del mundo se eliminó, pero los priistas dejaron –con la anuencia del PAN, PRD y PVEM– otro párrafo que terminará por poner en una encrucijada a Slim: Pagar por la retransmisión de los canales de la televisión abierta (cuatro de Televisa y tres de TV Azteca) o romper el acuerdo de facturación que tiene Dish con Telmex, eje de atracción para mantener y lograr nuevos suscriptores.
 Si Dish no rompe su acuerdo y se pretende beneficiar de la regla de la gratuidad de la retransmisión, Slim tendría que ser sancionado y perder tanto la concesión de Dish como la de Telmex, según el nuevo apartado que el PRI finalmente introdujo sin que en esta ocasión Carpinteyro­ chistara.
La historia de los pocos pero importantes cambios que el Congreso logró imponer a la iniciativa de modificaciones constitucionales de Enrique Peña Nieto y del Pacto por México se inició cuando el PRI decidió poner candados a la inversión extranjera en una industria que vale 3 mil millones de dólares, la de radiodifusión (televisión abierta y radio), pero dejó suelta la que vale 10 veces más, la de telecomunicaciones y comunicación vía satélite y que según la Cofetel alcanza los 30 mil millones de dólares.
Por esta razón la madrugada del viernes 22 Ricardo Monreal, diputado de Movimiento Ciudadano, dijo que los cambios son “una reforma engañabobos, entreguista, que va a saquear al país”.
El PAN avaló sin saber
En su artículo quinto transitorio la iniciativa elaborada por el Pacto por México establecía la apertura del 100% a la inversión extranjera “en telecomunicaciones y comunicación vía satélite (televisión restringida, cable, telefonía móvil, fija e internet) y 49% en radiodifusión.
Este semanario adelantó (Proceso 1898) que el PRI negociaría con el PAN establecer el candado de reciprocidad en radiodifusión; esto es que si un país sólo permite invertir 20% en esta materia, entonces México aceptaría la participación extranjera en la misma proporción.
A las 11 de la mañana del jueves 21 los coordinadores parlamentarios del PRI, PAN, PRD y PVEM se encerraron a negociar siguiendo la línea de los integrantes del Consejo Rector del Pacto por México y del enviado de Peña Nieto, Aurelio Nuño.
El PAN aceptó la reciprocidad. La intercambió por su posición de eliminar la “opinión no vinculante” del Ejecutivo federal en la entrega, ampliación o cancelación de concesiones por la de una opinión técnica del secretario de Comunicaciones y Transportes. Pero ya en el pleno, el coordinador de los diputados panistas dio un resbalón que evidenció la falta de conocimiento sobre el valor de lo que estaba en juego respecto a la inversión extranjera.
Desde la tribuna, cuando Monreal argumentó el voto en contra de su partido se refirió a la inversión extranjera en telecomunicaciones y vía satélite: “¿Cómo permitir que el 100% de inversión extranjera pueda aplicarse en telecomunicaciones y vía satélite? En ningún país del mundo es así. Estados Unidos permite el 19% y Canadá el 10%”.
Y lanzó la pregunta: “¿A quién le quieren entregar el país? ¿Por qué el saqueo tan ramplón? Las telecomunicaciones son de interés nacional”.
Villarreal, siguiendo la línea de Juan Molinar Horcasitas y Santiago Creel (integrantes del Consejo Consultor del Pacto y que estuvieron presentes en San Lázaro durante la jornada ), acusó a Monreal de desvirtuar el documento.
“Lo que nosotros hemos puesto en el texto de la reforma dista mucho de lo que usted acaba de mencionar. Hemos puesto una cláusula de reciprocidad… en ningún caso se podrá invertir más de 49%”, defendió el panista, quien así mostró que desconocía lo que había firmado, lo que había intercambiado a lo largo de siete horas de encerrona.
 El diputado panista Juan Bueno Torio, quien estaba a un lado de Villarreal, se apresuró a explicarle que había caído en un error, que lo firmado por ellos no establece candado alguno para la inversión extranjera en materia de telecomunicaciones.
 Entonces Monreal se dio gusto reclamando a los partidos integrantes del Pacto: “En ninguna parte del mundo se permite una inversión del 100%. Me alegra que al menos lo hayan puesto en radiodifusión. Es una reforma engañabobos, entreguista”.
 Y soltó luego: “¿Con quién negociaron? ¿Con quién negociaron la entrega del 100% en telecomunicaciones? ¿Quién la va comprar? ¿Quién va a invertir? Si ustedes lo permiten en el sector de telecomunicaciones, es un adelanto para la reforma energética del 100% de inversión extranjera”.
 El panista Juan Pablo Adame Alemán quiso ayudar a su compañero. Calificó los argumentos de Monreal de “demagogos” y dijo que el artículo 7, fracción III de la Ley de Inversión Extranjera “ya permite el 100% de inversión extranjera en telecomunicaciones, esos argumentos demagogos (son de) personas que no quieren que lleguen mejores inversiones”.
 Pero el defensor panista también se equivocó. De acuerdo con la ley, en la fracción III que citó, se establece la inversión extranjera “hasta el 49% en… sociedades concesionarias en los términos de los artículos 11 y 12 de la Ley Federal de Telecomunicaciones”. El artículo 12 establece que la participación extranjera “en ningún caso podrá exceder del 49%. Excepto tratándose de servicio de telefonía celular”.
 Luego de la impericia de los panistas, Carpinteyro entró al debate. Igualmente calificó de “falso” que no se permita en otros países la apertura en telecomunicaciones al 100% como aseguró Monreal: “Se permite en Brasil, Argentina, Chile, Uruguay y Paraguay, en Estados Unidos y en Canadá”.
 “No podemos irnos con argumentos demagogos, que nos pretendan vender que estamos regalando la patria. ¡No, señores! Los estamos invitando a que vengan a fortalecernos. Y no me importa de dónde sea el capital con tal de que México salga adelante”, dijo quien fue subsecretaria de Comunicaciones y Transportes en el sexenio de Felipe Calderón.
 La única certeza en el debate es que en la iniciativa de reforma nunca se presentó lo que por obligación debe llevar todo cambio: El impacto presupuestal, es decir cuánto costará o le significará al país abrir a 100% las telecomunicaciones y comunicación vía satélite al extranjero.
 Del Congreso para Slim
 a historia de los pocos cambios a la iniciativa de reforma que inició el PRI en San Lázaro sucedió después de votada el miércoles 13 en la Comisión de Puntos Constitucionales.
 La mañana del miércoles 20 Carpinteyro evidenció la maniobra del PRI para condicionar los términos del must carry y el must offer. La perredista dio a conocer un documento del PRI fechado el lunes 18 en donde se cambiaba el artículo octavo transitorio.
 La nueva redacción establecía que sólo la televisión restringida “vía cable” –bajo el esquema de must carry– está obligada a retransmitir la señal de televisión abierta. Es decir, eliminaba de este beneficio a la televisión restringida satelital como Dish. A esto se le llamó “párrafo Dish”.
 Además establecía que tampoco se beneficiarían “los agentes económicos que comercialicen, ofrezcan o provean servicios de manera conjunta o utilizando, directa o indirectamente, los servicios o los activos de los agentes económicos preponderantes o concesionarios que hayan sido declarados con poder sustancial”.
 Este párrafo provocó una denuncia airada de Carpinteyro, quien logró detener la aprobación ese día; el PRI, por conducto de Héctor Gutiérrez de la Garza, el operador de los cambios jurídicos, amenazó con llevar la discusión hasta después de Semana Santa.
 La amenaza preocupó a la diputada, quien alertó que entre más tiempo pase, más podrán ejercer presión las televisoras para modificar la iniciativa del Pacto por México y Peña Nieto.
 Así la mañana del jueves 21 llegaron a las instalaciones de la Cámara de Diputados Aurelio Nuño, de la Presidencia; y por parte del Consejo Consultivo del Pacto por México el perredista Guadalupe Acosta y los panistas Juan Molinar y Santiago Creel, para negociar con los coordinadores parlamentarios.
A las tres de la tarde la negociación se tambaleó pues el PRD insistió en que se retirara el “párrafo Dish”, ya que ellos no impulsaban la reforma para golpear a nadie en particular, sino para acabar con los monopolios y lograr la competencia en beneficio de los usuarios.
Hábiles, los priistas aceptaron cambiar el “párrafo Dish” eliminando “vía cable” y dejando sólo el término televisión restringida, la cual abarca la satelital, es decir, Dish y Sky, para que se beneficien en términos generales del must carry y must offer.
Sin embargo hicieron un añadido a la parte que habla del must carry –aunque no se refiere a él con este anglicismo–: Que “los concesionarios de televisión restringida vía satélite sólo deberán retransmitir obligatoriamente las señales radiodifundidas de cobertura del 50% o más del territorio nacional. Todos los concesionarios de televisión restringida deberán retransmitir las señales radiodifundidas por instituciones públicas”.
 Añadieron también, por lo que se refiere al must offer, que “el Ifetel sancionará con la revocación de la concesión a los agentes económicos preponderantes o con poder sustancial que se beneficien directa o indirectamente de la regla de gratuidad, a través de otros concesionarios, sin perjuicio del pago de las contraprestaciones que correspondan. También se revocará la concesión a estos últimos”.
 Y en la exposición de motivos se indica que “los concesionarios de telecomunicaciones o de televisión radiodifundida que sean declarados como agentes económicos preponderantes no se beneficiarán de la regla de gratuidad de los contenidos de radiodifusión o de la retransmisión gratuita, beneficio que tampoco se extenderá a los agentes económicos que tengan vínculos comerciales o de negocios con dichos agentes”, es decir, a Dish quien tiene un acuerdo de facturación con Telmex, que es un agente dominante.
 Así en caso de que Slim –socio de Dish– quisiera beneficiarse del must offer tendría que deshacer tal acuerdo de facturación o perdería su concesión. En caso extremo, para beneficiarse y no perder la concesión tendría que pagar por la retransmisión de los programas de televisión abierta.
 Los perredistas al parecer no se percataron de que la eliminación del “párrafo Dish” no bastó para respaldar la reforma contra Slim, pues avalaron los demás párrafos del octavo transitorio. O quizá sí lo sabían pues cuando el presidente de la Comisión de Puntos Constitucionales, el perredista Julio César Moreno Rivera, argumentó el dictamen, expuso:
 “Compañeros, me dirijo a ustedes, y sólo a ustedes, quienes tienen la conciencia de que fue el pueblo de México quien los eligió (…) y que igualmente saben que en nuestra nación sólo hay un territorio, y éste no es un territorio ni propiedad de ninguna empresa telefónica en particular, ni podemos seguir siendo rehenes de monopolios.”
Desde su curul le aplaudía un interlocutor con quien conversó antes de subir a tribuna: Manlio Fabio Beltrones Rivera.

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