20 jul 2014

Partido Humanista La izquierda y la derecha unidas/ reportaje de Alvaro Delgado

Partido Humanista La izquierda y la derecha unidas/ reportaje de Alvaro Delgado
Revista Proceso # 1968, 19 de julio de 2014
El Partido Humanista, uno de los tres más recientes del espectro político, es un mosaico inverosímil donde la izquierda y la derecha se tocan. Sus principales dirigentes son un expanista peligrosamente cercano al Yunque y un veterano líder campesino de izquierda. Más que las inexistentes coincidencias ideológicas, sus líderes afirman que los une la lucha contra la desigualdad, la pobreza, la corrupción y la impunidad. En el papel suena muy bien. Pero la nueva organización viene envuelta en cierto halo de ultraderechismo.

En el Partido Humanista (PH) los extremos literalmente se juntan: expanistas de ultraderecha y exmarxistas dieron forma a un proyecto político que en las elecciones del próximo año se propone obtener 6% de los votos, el doble de lo exigido por ley para refrendar su registro.
Este partido, uno de los tres a los cuales el Instituto Nacional Electoral (INE) otorgó registro –los otros dos son el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) y el Partido Encuentro Social–, es un amasijo integrado también por socialdemócratas y democristianos, viejos y nuevos militantes de organizaciones sociales, campesinas y populares con ideología y métodos de lucha históricamente opuestos.
La trayectoria de los dos principales inspiradores y dirigentes del PH, Javier López Macías e Ignacio Irys Salomón, es ejemplo de este antagonismo ideológico que –afirman– ha sido subordinado a lo programático.
El primero militó 30 años en el Partido Acción Nacional (PAN), fue directivo de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), funcionario de Vicente Fox, prosélito de Felipe Calderón y estratega de Josefina Vázquez Mota, a cuyo amparo fundó la Unión Nacional Integradora de Organizaciones Solidarias y Economía Social (Unimoss), la cual agrupa a más de 80 organizaciones de productores agrícolas.

“Soy un yunque de izquierda”, ironiza López Macías sobre su negada militancia en El Yunque, la organización clandestina de ultraderecha que domina amplias parcelas del PAN y de organismos empresariales, como la Coparmex, con cuyos expresidentes Jorge Ocejo Moreno y Antonio Sánchez Díaz de Rivera colaboró.
El segundo es líder campesino desde hace medio siglo, expresidente de la Coalición de Organizaciones Democráticas, Urbanas y Campesinas (CODUC) y cofundador de los partidos Socialista de los Trabajadores (PST), Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional, Mexicano Socialista y de la Revolución Democrática.
En 2003 trató de crear un quinto partido, el Campesino y Popular, pero no cubrió los requisitos, por lo cual se unió a Patricia Mercado para formar Alternativa Socialdemócrata y Campesina (PASC), que tras la ruptura con ella en 2006 perdió el registro.
Y más que coincidencias ideológicas, dicen sus dirigentes, lo que los ha unido es la lucha contra la desigualdad y la pobreza, la corrupción y la impunidad, así como la urgencia de diseñar políticas públicas para el sector agropecuario y la seguridad de las personas y sus bienes.
Irys Salomón conoció a López Macías cuando éste era director del Fondo Nacional de Apoyo para las Empresas Sociales, en el sexenio de Fox; tras las elecciones de 2012 decidieron unirse para crear su propio partido.
“Fue muy sencillo: Javier encabeza luchas y demandas agrarias, nuestras militancias padecen los mismos males. Esa coincidencia fue fundamental porque el movimiento campesino no tiene ningún espacio para modificar las políticas públicas y menos para rediseñar el Estado”, cuenta Irys.
–¿Cómo resuelven los temas ideológicos y morales?
–Tenemos coincidencias: la primera es luchar contra la desigualdad y la pobreza, impulsar una política económica que genere ingresos a las personas y a sus familias; la segunda es la lucha contra la corrupción y la impunidad, y una tercera es la lucha por la seguridad de las personas y sus bienes. Son coincidencias importantes y en las que tenemos diferentes puntos de vista las seguimos debatiendo.
En efecto, dice López Macías, el acuerdo es que, sin dejar de discutir ideas, lo prioritario es encontrar propuestas, porque la sociedad eso exige.
“Se siguen discutiendo ideas, desde penalizar a las mujeres que abortan hasta dar como única salida el aborto, pero no se está resolviendo nada. Hay 500 mil embarazos no deseados al año y no hay nada para evitarlo. Cuando ya hay embarazo, el Estado debe dar una red social de protección, un sistema de adopción, de empleo, y no sólo cárcel o aborto.”
Ignacio Pinacho, integrante de la Junta de Gobierno Colegiada Nacional –órgano de dirección nacional del Partido Humanista–, precisa qué hacer en asuntos de conciencia: “Ideológicamente se puede cargar a la derecha, pero debe tener como frontera el respeto al Estado laico, o a la izquierda, cuyo límite es el Estado de derecho”.
 PAC y Podemos
Pinacho –experredista capitalino– explica que el PH rechaza la clasificación de derecha-izquierda, por tratarse de una “geometría rebasada” por dos razones: “Primero porque existe un conjunto de temas y problemas que cruza a todos los partidos, sin distinción ideológica. Segundo porque la dicotomía izquierda-derecha ya es insuficiente para comprender los grandes problemas y temas de la era de la información y del conocimiento”.
Por eso su partido prioriza la agenda y el programa, con muchos temas aún por definir, en razón de que en su interior conviven posiciones ideológicas “que van desde la socialdemocracia a la democracia-cristiana, pasando por posiciones liberales a secas, nacionalistas, incluso marxistas”.
La ventaja, escribió Pinacho en su blog el miércoles 16, es que “la mayoría de nuestros liderazgos regionales no están formados en esquemas ideológicos porque, por fortuna, ellos suelen preocuparse más por la gestión y los problemas más concretos de la gente y sus comunidades”.
El pasado 2 de junio Irys y Pinacho publicaron un ensayo donde critican que los nuevos partidos políticos, en general, no se traducen automáticamente en partidos diferentes, e inclusive en los recientes 15 años los nuevos se convirtieron en satélites de los tres principales.
El objetivo del PH es ser distinto; sus referentes son el Partido Acción Ciudadana (PAC) de Costa Rica –ganador de la presidencia en abril– y la organización española Podemos, nacida de “los indignados” por la crisis.
El PAC es de corte socialdemócrata, aunque en él militan comunistas, liberales y socialcristianos. Podemos es un movimiento político y social que se colocó como la cuarta fuerza de España, con 10% de la votación.
“Los casos del PAC y Podemos nos indican que es posible un nuevo partido que se convierta en un partido diferente, atractivo para la ciudadanía, pero a condición de que considere una serie de prerrequisitos en su proceso de fundación, en su desarrollo, en el discurso, en sus propuestas, en el perfil de sus candidatos y en la estrategia de campaña.”­
Justamente por eso la integración de sus órganos directivos y la toma de decisiones son novedosas para evitar la exclusión y la sobrerrepresentación, con decisiones estratégicas tomadas por consenso o por mayoría calificada.
La Junta de Gobierno Colegiada Nacional es de nueve integrantes, tres por cada una de las expresiones que le dieron origen.
Por Unimoss están López Macías, Rocío Bedolla Tamayo –su esposa– y Sergio Nevárez Nava, su dirigente en Durango. Por la CODUC: Irys Salomón, Pinacho y Luciano Jimeno Huanosta, éste procedente del Partido Mexicano de los Trabajadores y también experredista. La tercera expresión es la de Ricardo Piñón Ruiz, exfuncionario del Instituto Federal Electoral, y los experredistas Arturo Mellado y Carla Rodríguez.
El Partido Humanista realizó 219 asambleas, si bien el INE validó sólo 211; su principal membresía se localiza en Veracruz, Puebla, Estado de México, Distrito Federal, Jalisco, Nuevo León, Coahuila, Durango, Sinaloa, Michoacán y Oaxaca.
Al Partido Humanista se sumaron Samuel Paz Barrera, excomunista, experredista y funcionario de la delegación Cuauhtémoc; Sergio Villalba, expresidente del Partido Socialdemócrata en el Estado de México, igual que María Teresa Mendoza; José Antonio Montes, del PST, y Lucero Márquez, del Movimiento Ciudadano.
Se da por hecho que la experredista Fabiola Alanís Sámano, aspirante a la gubernatura de Michoacán, se incorporará al Partido Humanista luego de renunciar a Morena, por el “sectarismo y la desconfianza” que ahí prevalecen. Y según Pinacho también se sumó al nuevo partido el yucateco Francisco Solís, Pancho Cachondo, expulsado del PAN por sus continuos escándalos.
Tras el fracaso de Concertación Mexicana para convertirse en partido, integrantes de ese proyecto del expanista Manuel Espino se fueron al PH: Virginia Jaramillo, exdelegada bejaranista de Cuauhtémoc, quien en 2006 clausuró el hotel Sheraton, y el expanista René Bolio Hallorán, quien en 2008 ya había buscado formar un partido a través del Movimiento de Participación Solidaria.
Sobre Bolio, militante de El Yunque y de quien es amigo, López Macías aclara: “Se afilió, pero no hizo ni una asamblea –la única de Tlalpan fracasó– y sólo se presentó en la asamblea nacional”.
Espino, aclara, tampoco participó. “Hubo pláticas con él, pero no acuerdo, quizás afortunadamente”. Inclusive uno de los operadores de éste, Demetrio Román, actualmente en Movimiento Ciudadano en Morelos, ofreció apoyo a condición de que el expresidente panista fuera el máximo dirigente.
López Macías insiste: “El partido no nace como una escisión del PAN. ¿Hay panistas? Sí, pero los puedes contar con los dedos de las manos y de los pies. Así de fácil. ¿Los vamos a convocar? Claro, igual que a todos los ciudadanos”.
 Calderón “podría estar”
 El debut público de los principales dirigentes del Partido Humanista fue para rechazar la especie de que Calderón era su principal patrocinio. “Fue en la revista del Peje”, dice en referencia errónea al portal de Federico Arreola, exvocero de López Obrador.
Calderón ni sus incondicionales encabezados por el senador Ernesto Cordero están en el nuevo partido, insisten Irys y López Macías, pero admiten que pueden ingresar si así lo desean.
“La primera condición es que renuncien al PAN si quieren ingresar a nuestro partido y que participen como cualquier militante. No se olvide que los partidos son entidades de interés público, no les podemos cerrar las puertas a los ciudadanos”, aclara Irys.
–Calderón no está en el Partido Humanista, ¿pero podría estar?
–Como cualquier otro ciudadano. Nosotros practicamos una política de no vetar a nadie, más que a los delincuentes y a los corruptos.
López Macías también admite que, “como cualquier ciudadano”, Calderón podría afiliarse. “Pero una cosa es eso, que un ciudadano se afilie, y otra es un acuerdo de una figura política con nosotros. Pero hasta hoy no ha habido ninguno ni está afiliado nadie de su grupo”. 

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