Revista Proceso
No. 1981, 18 de octubre de 2014.
El
explicable silencio de López Obrador/ROSALIA
VERGARA
El
líder del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), Andrés Manuel López
Obrador, ha evitado pronunciarse sobre la relación del exsecretario de Salud
guerrerense Lázaro Mazón Alonso con José Luis Abarca, el prófugo expresidente
municipal de Iguala.
Señalado
hasta hace días como el elegido por López Obrador para ser el candidato de
Morena para gobernador del estado, Mazón promovió a Abarca para que llegara a
la presidencia municipal. A cambio, su hermano Luis Mazón quedó como suplente
del alcalde, mientras que su hermana Fabiola es la secretaria de Desarrollo
Social del ayuntamiento.
Mazón
fue secretario de Salud hasta el pasado jueves 16, cuando el gobernador Ángel
Aguirre Rivero lo destituyó “a efecto de que pueda acudir a las instancias
legales correspondientes y pueda explicar sus relaciones que tenga, o tenía,
con el presidente municipal prófugo José Luis Abarca”, como dijo el mandatario
el mismo día, en conferencia de prensa.
Fuentes
cercanas a Mazón refieren que Aguirre le comunicó que la decisión de
destituirlo no la tomó él, sino que se trató de una exigencia del gobierno
federal por los estrechos vínculos del funcionario estatal con Abarca.
Apenas
el 8 de junio anterior, en Acapulco, López Obrador había destapado a Mazón como
candidato a gobernador de Guerrero. Morena todavía no era formalmente un
partido político.
Acompañado
de los presidentes de los comités ejecutivos estatal y municipal de Morena,
César Núñez y Marcial Rodríguez, el dos veces candidato presidencial sostuvo
que la selección de aspirantes a cargos de elección popular se hacía con
transparencia “porque en Morena no hay tapados. Eso del tapado viene de
Porfirio Díaz y lo heredó el PRI”.
Comentó
entonces que la candidatura de Mazón Alonso era el resultado de un acuerdo con
los dirigentes estatales de Morena. Ahí, calificó a Mazón Alonso como un
“guerrerense de primer orden”.
Y
agregó: “Sobre todo, es una persona con dimensión social, sensible, está del
lado de los pobres, está a favor de la gente necesitada. Esto en buena medida
es por su profesión de médico. Por lo general, los médicos son sensibles y no
le dan la espalda al que sufre”.
Para
López Obrador, Alonso Mazón cumplía otro requisito fundamental para Morena: “Es
una persona honesta, además tiene experiencia en la administración pública. Fue
presidente municipal de Iguala, senador de la República. Actualmente es
secretario de Salud del gobierno de la entidad”.
En
2011 Mazón, integrante de la corriente perredista Nueva Izquierda (NI),
coordinó la campaña electoral de Ángel Aguirre para la gubernatura de Guerrero.
Fue él quien le presentó a Abarca con el expriista arropado por el PRD. Era un
empresario exitoso que apoyaba la campaña, le dijo Mazón a Aguirre.
Durante
todo ese año Mazón promovió a Abarca, quien no tenía experiencia política ni
presencia electoral en Iguala. Luego comenzó el proceso dirigido a seleccionar
candidatos a cargos de elección popular para los comicios de 2012. Las
candidaturas del PRD en Guerrero quedaron en manos de las corrientes.
Para
entonces el perredismo local ya conocía los antecedentes delictivos de Abarca,
de lo cual hizo saber a la dirigencia. El entonces precandidato presidencial
Andrés Manuel López Obrador también fue informado de ello durante un acto de
campaña en Iguala, antes de que se hiciera oficial la candidatura de Abarca a
la alcaldía.
Según
los perredistas consultados, López Obrador les respondió que la selección de
candidatos municipales no era de su competencia (Proceso 1980).
López
Obrador no varió su postura hacia Mazón hasta que el 26 de septiembre, en
Iguala, policías municipales dispararon contra estudiantes y pasajeros, con
trágicos resultados: seis muertos, 25 heridos y 43 normalistas desaparecidos.
Desde
entonces, el líder tabasqueño sólo se ha pronunciado sobre el asunto en tres
ocasiones y mediante sus cuentas en Twitter y Facebook, pero sólo condena la
violencia contra los estudiantes y pide que se sancione a los culpables; no
cuestiona las relaciones entre políticos y delincuentes en Guerrero.
El
pésame en un tuit
Tres
días después del ataque a los jóvenes, el 30 de septiembre, en su cuenta de
Twitter (@lopezobrador), el dirigente de Morena comentó: “Además de nuestro
pésame a familiares de los jóvenes asesinados en Iguala, Guerrero, exigimos se
castigue a las autoridades responsables”.
Ocho
días después, se refirió de nuevo al ataque: “Reitero: no debe quedar impune el
artero asesinato de los jóvenes de Iguala. Es un horror y sería gravísimo optar
por el encubrimiento”.
De
manera paralela, Morena difundió un comunicado el miércoles 8, respaldó las
movilizaciones pacíficas de familiares de los asesinados y desaparecidos, y
señaló en general a las autoridades responsables de los hechos por “acción u
omisión”. Pidió que no prevalezca la impunidad.
“Las
autoridades municipales, estatales y federales que sean responsables –por
acción u omisión– deben rendir cuentas ante la justicia. Además, se debe
proteger a las familias de las víctimas y presentar a los desaparecidos con
vida”, reclamó, para rematar con la afirmación de que el gobierno federal ha
“sembrado y agudizado la violencia con sus reformas neoliberales”.
El
16 de octubre López Obrador volvió al tema en su cuenta de Facebook para
recordar su convocatoria para realizar una concentración masiva el 26 de
octubre, en el Zócalo de la Ciudad de México.
En
tres párrafos extendió la convocatoria que lanzó desde el 15 de septiembre y
originalmente destinada a demandar que se someta la reforma energética a la
consulta popular, para que sus simpatizantes se sumen a la exigencia de
justicia para los normalistas de Ayotzinapa y sus familias.
Antes
de eso, el jueves 9, en una gira por el municipio de Tala, Jalisco, el
tabasqueño anunció que “en uso de sus derechos ciudadanos” enviaría al
Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos (IFAI) una
solicitud para que se informe a detalle cómo fue la compra del nuevo avión
presidencial TP-01, modelo Boeing Dreamliner 787.
Al
día siguiente, en Yahualica de González Gallo, otro municipio jalisciense,
planteó que Enrique Peña Nieto debe renunciar a la Presidencia antes del 1 de
diciembre porque “es público y notorio” que no puede manejar el país.
Cuatro
días después fue a Estados Unidos, donde participó en el Foro Líderes de
México, realizado por el Centro de Estudios Mexicanos en la Universidad de Columbia,
en Nueva York. Allá sentenció: “La corrupción se ha convertido en la principal
función del Estado”.
En
su discurso, tras un breviario histórico sobre los problemas nacionales, López
Obrador manifestó la indignación de los mexicanos por el asesinato y
desaparición de los estudiantes:
“Lastima
expresarlo, pero ya llevamos mucho tiempo de luto ininterrumpido; ahora estamos
consternados por el asesinato y desaparición de jóvenes normalistas en Iguala,
Guerrero. Hace poco, un luchador social, el Padre Solalinde, dijo que México es
una gran tumba clandestina”.
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