Revista Proceso
No. 1981, 18 de octubre de 2014.
Los Pineda
Villa, el clan fundador de la mafia guerrerense/ANABEL
HERNÁNDEZ
Tres
de los hermanos Pineda Villa –Alberto, Mario y Salomón–, cuñados del prófugo
exalcalde de Iguala José Luis Abarca, dieron origen al Cártel Guerreros Unidos.
La vida de esa familia se inscribe en la historia de la lucha por el control de
la Tierra Caliente guerrerense, disputada por las mafias al ser ruta
estratégica del narcotráfico. Primero al servicio del Chapo Guzmán y luego a
las órdenes de los Beltrán Leyva, Alberto y Mario murieron en 2009. Salomón fue
detenido ese mismo año, pero quedó libre por deficiencias en la averiguación
previa y hoy está señalado como uno de los autores del ataque contra los
normalistas de Ayotzinapa. Y pese a que las autoridades lo dieron por capturado
el jueves 9, en realidad ahora mismo nadie sabe dónde está.
El
ataque de sicarios y policías municipales de Iguala, Guerrero, contra los
estudiantes de la Normal de Ayotzinapa el pasado 26 de septiembre, que dejó
seis muertos y 43 desaparecidos, podría haberse evitado.
En
expedientes judiciales y otra información recabada por Proceso se evidencia la negligente
actuación de la Procuraduría General de la República (PGR), que permitió que
Salomón Pineda Villa, El Salo o El Molón, estuviera libre. Las autoridades lo
señalaban como “máximo líder” del grupo delictivo Guerreros Unidos y fue uno de
los autores del ataque contra los normalistas.
Según
la causa penal 101/2009, a la que tuvo acceso este semanario, El Salo –hermano
de María de los Ángeles Pineda, esposa del ahora exalcalde prófugo de Iguala,
José Luis Abarca– fue detenido en Cuernavaca junto con su padre Salomón Pineda
Bermúdez, su madre Leticia Villa Ortuño y nueve personas más el 5 de mayo de
2009, en un operativo de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) Federal,
encabezada por Genaro García Luna.
Antecedentes
y testimonios ministeriales señalaban al Salo y a sus hermanos como
narcotraficantes que operaban en Guerrero y Morelos por lo menos desde 2002,
primero en forma independiente, después como jefes operativos del Cártel de
Sinaloa y luego de los Beltrán Leyva.
Pero
por las deficiencias de la PGR –en el sexenio anterior, cuando la encabezaban
Eduardo Medina Mora y Marisela Morales– en la integración de la averiguación
previa, el 5 de abril de 2013 el Juzgado Segundo de Distrito en Procesos
Penales Federales en el estado de Nayarit absolvió y dictó la orden de
inmediata libertad en favor de Salomón Pineda.
Según
la sentencia, durante cuatro años la PGR fue incapaz de presentar pruebas
suficientes para acreditar alguno de los cuatro delitos que le imputó al Salo:
delincuencia organizada; delitos contra la salud; acopio de armas de fuego de
uso exclusivo del Ejército, Armada y Fuerza Aérea, y posesión de cartuchos de
uso exclusivo del Ejército, Armada y Fuerza Aérea.
Al
ser detenido estaba en posesión de 11 armas y más de 300 cartuchos.
Negocio
familiar
Salomón
Pineda Bermúdez y Leonor Villa Ortuño tuvieron cinco hijos: Julio Guadalupe,
Alberto, Mario, María de los Ángeles y Salomón.
Las
actividades criminales de los hermanos Pineda Villa empezaron como un pequeño
negocio familiar. A principios de 2000 Alberto, Mario y Salomón, sin pertenecer
a ningún cártel, vendían droga en su natal Guerrero. Un problema de negocios
les abrió la puerta al mundo del narcotráfico a gran escala, según el
expediente judicial.
En
junio de 2002 Richard Arroyo Guízar –hijastro de Jesús Reynaldo Zambada, El Rey
Zambada, hermano del Mayo Zambada– recibió una llamada de Mario Pineda Villa,
El MP.
Gracias
a su cercanía con El Rey Zambada, desde 1992 Arroyo era uno de los jefes de
plaza del Cártel de Sinaloa en el Distrito Federal; lo fue hasta su captura en
octubre de 2008. Después se acogió al programa de testigos protegidos de la PGR
con el seudónimo de María Fernanda.
El
MP tenía retenidos a unos colombianos porque en Colombia habían levantado a su
hermano, Alberto Pineda Villa, El Borrado, por una deuda de cinco millones de
dólares.
“Los
colombianos eran socios de la organización (Cártel de Sinaloa), se comunicaron
conmigo y les di un número de celular para que se lo pasaran a las personas que
tenían secuestradas (a los colombianos) en México y fue Mario Pineda el que me
habló”, declaró Arroyo a la PGR el 28 de mayo de 2009, después de la captura
del Salo en Cuernavaca.
Arroyo
y Mario Pineda se reunieron en la Ciudad de México. El primero aceptó servir
como mediador en el conflicto. Se llegó a un acuerdo: Los colombianos soltarían
al Borrado y El MP liberaría a los sudamericanos. Pineda se comprometió a pagar
la deuda, aunque pidió tiempo para reunir el dinero, y Alberto quedó libre de
inmediato.
Dos
días después El Borrado se reunió con Arroyo para agradecerle su ayuda. Ahí se
enteró “de que ellos eran originarios de Guerrero”, dijo en su declaración
ministerial. Se hicieron amigos.
Así,
recomendados por Arroyo, en 2002 los cuñados del exalcalde prófugo ingresaron
formalmente al Cártel de Sinaloa para encargarse de las operaciones en
Zihuatanejo y otras zonas de Guerrero, a las órdenes de Arturo Beltrán Leyva.
Los
Pineda probaron su efectividad en la recepción y traslado de las drogas que
llegaban desde Colombia y Venezuela a las playas de Guerrero en lanchas
rápidas, y por aire al aeropuerto de Acapulco. También se encargaban del
control del estado de Morelos, donde cooptaban a funcionarios públicos a fin de
que les permitieran transitar por la entidad sin ser detenidos.
En
2005, por instrucciones del Cártel de Sinaloa, los hermanos formaron una célula
de sicarios llamada Los Pelones, para controlar Guerrero.
Según
Arroyo, ese grupo fue el antecedente de Guerreros Unidos, el grupo delictivo
presuntamente responsable del ataque del 26 de septiembre en Iguala mientras
María de los Ángeles Pineda Villa rendía su segundo informe como responsable
del DIF municipal.
De
acuerdo con Arroyo, Los Pelones eran 200 sicarios “de la sierra de Guerrero”.
Registros periodísticos indican que durante años Los Pelones protagonizaron una
sangrienta batalla para defender la plaza guerrerense de los embates de Los
Zetas y de La Familia Michoacana. El responsable directo de los sicarios era El
MP.
De
los hermanos Pineda, El Borrado era el más cercano a Arturo Beltrán Leyva. Él
recibía las órdenes de acción de Los Pelones y se las transmitía al MP. El Salo
era siempre, según las declaraciones de Arroyo, “el encargado de distribuir la
cocaína en México y el traslado de México a la ciudad de Atlanta, Estados
Unidos”.
A
raíz de la ruptura de los Beltrán Leyva y el Cártel de Sinaloa, “El Borrado y
su hermano entraron en comunicación conmigo”, declaró Arroyo. “Volví a tener
comunicación dos días después con Alberto Pineda, en el mes de mayo de 2008,
diciéndome que Arturo mandaba decir que tratáramos de solucionar los problemas
que había para no entrar en conflicto. Yo le dije que eso lo tenía que ver con
Joaquín Guzmán, que no era una decisión que yo pudiera tomar. Le pregunté a
Alberto Pineda si él y su hermano serían leales al Cártel de Sinaloa; me
respondió que estaban con Arturo Beltrán Leyva. Fue la única comunicación que
tuve con ellos”.
En
diciembre de 2009 la SSP federal anunció la muerte del Borrado y del MP, cuyos
cadáveres supuestamente fueron encontrados en la autopista México-Cuernavaca.
Se atribuyó el homicidio a Arturo Beltrán Leyva, quien se habría desquitado por
una traición.
Subprocurador
a modo
En
2009 en la PGR había un hombre clave en la integración de las averiguaciones
previas en materia de delincuencia organizada: Víctor Jorge León Maldonado,
coordinador general de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en
Delincuencia Organizada (SIEDO, hoy SEIDO) de 2008 a 2010.
León
Maldonado no sólo integró mal la averiguación previa contra Salomón Pineda, lo
cual derivó en su liberación, sino que también fue autor de otros casos que
terminaron en reveses para la PGR.
Le
correspondió armar en 2009 el expediente del “michoacanazo”, y los 38
funcionarios públicos acusados de delincuencia organizada salieron libres.
También fue responsable de la fallida Operación Limpieza y del caso contra el
exsubsecretario de la Defensa Nacional, Tomas Ángeles Dauahare acusado junto
con otros cinco militares de delincuencia organizada.
Invitado
por el gobernador Ángel Aguirre Rivero, León Maldonado es hoy subprocurador de
Control Regional y Procedimientos Penales de la Procuraduría General de
Justicia de Guerrero y responsable local de investigar los hechos en los cuales
estaría implicado Salomón Pineda Villa.
En
la sentencia dictada en abril de 2013 Carlos Verdugo Partida, secretario en
funciones de juez segundo de Distrito en Procesos Penales Federales en el
estado de Nayarit desechó todos los elementos de prueba que presentó la PGR contra
El Salo.
En
torno a las declaraciones de Arroyo, afirmó que la primera era una documental
pública y no le dio carácter de prueba testimonial porque la había rendido en
función de otra averiguación previa, la PGR/SIEDO/UEIDCS/163/2009, no la que se
llevaba contra Pineda Villa.
Respecto
a la declaración ministerial del 28 de mayo de 2009, rendida directamente en la
averiguación previa contra El Salo, la descartó pues la PGR contaminó el
testimonio al inducir a Arroyo a reconocer físicamente a Salomón Pineda Villa
en fotografías.
Asimismo
Verdugo consideró que el parte informativo de los policías federales que
detuvieron al Salo era “jurídicamente insuficiente” y todo lo señalado “no
permite apreciar que el sujeto activo (Salomón Pineda Villa) formaba parte de
alguna organización criminal o que participara en ella brindando protección a
los miembros de la misma”.
En
la toca penal 234/2013 del Segundo Tribunal Unitario del Vigésimo Cuarto
Circuito en 2013, la cual Proceso pudo consultar, quedó constancia de que la
PGR, encabezada por Jesús Murillo Karam, apeló la sentencia exculpatoria de
Pineda Villa, pero con la mismas deficiencias con las que se formuló la causa
penal… y la perdió.
Los
documentos prueban que ya en este sexenio la PGR conocía los antecedentes de
los Pineda Villa, cuñados del exalcalde Abarca; pese a ello Murillo Karam no
actuó en seguida cuando recibió las primeras quejas contra el hoy exfuncionario
prófugo.
Desde
que Abarca coqueteaba con el mejor postor –PRI o PRD– para ser candidato a
alcalde de Iguala en 2012, en la prensa guerrerense eran nutridas las versiones
de que era familiar de los Pineda Villa y que él también estaba presuntamente
implicado con el narcotráfico.
Capo
perdido
El
jueves 9 el gobierno federal filtró a los medios que Salomón Pineda Villa había
sido detenido por la Marina en Cuernavaca. La noticia, divulgada en internet,
radio, televisión y publicada al día siguiente en los periódicos, no fue
desmentida por la PGR, aunque sí por el gobernador morelense, Graco Ramírez, el
lunes 13.
El
martes 14 Proceso solicito a la PGR el número de la nueva causa penal abierta
contra Salomón Pineda Villa y el juzgado donde se encuentra. Dos días después
la respuesta oficial de la SEIDO fue: “Nosotros no lo tenemos”. Se repreguntó
si lo podía tener la Marina y respondió que eso sería ilegal, pues por ley, si
estuviera detenido por el gobierno federal, debió haber sido presentado ante la
PGR.
Pese
a que el gobierno federal había informado que El Salo fue detenido hoy, se
ignora su paradero. A esto hay que sumar que el viernes 17 Murillo Karam dio a
conocer la captura de Sidronio Casarrubias Salgado, al cual se refirió como
“líder máximo del Cártel de Guerreros Unidos”.
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