19 oct 2014

Los Pineda Villa, el clan fundador de la mafia guerrerens

Revista Proceso No. 1981, 18 de octubre de 2014.
Los Pineda Villa, el clan fundador de la mafia guerrerense/ANABEL HERNÁNDEZ

Tres de los hermanos Pineda Villa –Alberto, Mario y Salomón–, cuñados del prófugo exalcalde de Iguala José Luis Abarca, dieron origen al Cártel Guerreros Unidos. La vida de esa familia se inscribe en la historia de la lucha por el control de la Tierra Caliente guerrerense, disputada por las mafias al ser ruta estratégica del narcotráfico. Primero al servicio del Chapo Guzmán y luego a las órdenes de los Beltrán Leyva, Alberto y Mario murieron en 2009. Salomón fue detenido ese mismo año, pero quedó libre por deficiencias en la averiguación previa y hoy está señalado como uno de los autores del ataque contra los normalistas de Ayotzinapa. Y pese a que las autoridades lo dieron por capturado el jueves 9, en realidad ahora mismo nadie sabe dónde está.
El ataque de sicarios y policías municipales de Iguala, Guerrero, contra los estudiantes de la Normal de Ayotzinapa el pasado 26 de septiembre, que dejó seis muertos y 43 desaparecidos, podría haberse evitado.

En expedientes judiciales y otra información recabada por Proceso se evidencia la negligente actuación de la Procuraduría General de la República (PGR), que permitió que Salomón Pineda Villa, El Salo o El Molón, estuviera libre. Las autoridades lo señalaban como “máximo líder” del grupo delictivo Guerreros Unidos y fue uno de los autores del ataque contra los normalistas.
 Según la causa penal 101/2009, a la que tuvo acceso este semanario, El Salo –hermano de María de los Ángeles Pineda, esposa del ahora exalcalde prófugo de Iguala, José Luis Abarca– fue detenido en Cuernavaca junto con su padre Salomón Pineda Bermúdez, su madre Leticia Villa Ortuño y nueve personas más el 5 de mayo de 2009, en un operativo de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) Federal, encabezada por Genaro García Luna.
 Antecedentes y testimonios ministeriales señalaban al Salo y a sus hermanos como narcotraficantes que operaban en Guerrero y Morelos por lo menos desde 2002, primero en forma independiente, después como jefes operativos del Cártel de Sinaloa y luego de los Beltrán Leyva.
 Pero por las deficiencias de la PGR –en el sexenio anterior, cuando la encabezaban Eduardo Medina Mora y Marisela Morales– en la integración de la averiguación previa, el 5 de abril de 2013 el Juzgado Segundo de Distrito en Procesos Penales Federales en el estado de Nayarit absolvió y dictó la orden de inmediata libertad en favor de Salomón Pineda.
 Según la sentencia, durante cuatro años la PGR fue incapaz de presentar pruebas suficientes para acreditar alguno de los cuatro delitos que le imputó al Salo: delincuencia organizada; delitos contra la salud; acopio de armas de fuego de uso exclusivo del Ejército, Armada y Fuerza Aérea, y posesión de cartuchos de uso exclusivo del Ejército, Armada y Fuerza Aérea.
 Al ser detenido estaba en posesión de 11 armas y más de 300 cartuchos.
 Negocio familiar
 Salomón Pineda Bermúdez y Leonor Villa Ortuño tuvieron cinco hijos: Julio Guadalupe, Alberto, Mario, María de los Ángeles y Salomón.
 Las actividades criminales de los hermanos Pineda Villa empezaron como un pequeño negocio familiar. A principios de 2000 Alberto, Mario y Salomón, sin pertenecer a ningún cártel, vendían droga en su natal Guerrero. Un problema de negocios les abrió la puerta al mundo del narcotráfico a gran escala, según el expediente judicial.
 En junio de 2002 Richard Arroyo Guízar –hijastro de Jesús Reynaldo Zambada, El Rey Zambada, hermano del Mayo Zambada– recibió una llamada de Mario Pineda Villa, El MP.
 Gracias a su cercanía con El Rey Zambada, desde 1992 Arroyo era uno de los jefes de plaza del Cártel de Sinaloa en el Distrito Federal; lo fue hasta su captura en octubre de 2008. Después se acogió al programa de testigos protegidos de la PGR con el seudónimo de María Fernanda.
 El MP tenía retenidos a unos colombianos porque en Colombia habían levantado a su hermano, Alberto Pineda Villa, El Borrado, por una deuda de cinco millones de dólares.
 “Los colombianos eran socios de la organización (Cártel de Sinaloa), se comunicaron conmigo y les di un número de celular para que se lo pasaran a las personas que tenían secuestradas (a los colombianos) en México y fue Mario Pineda el que me habló”, declaró Arroyo a la PGR el 28 de mayo de 2009, después de la captura del Salo en Cuernavaca.
 Arroyo y Mario Pineda se reunieron en la Ciudad de México. El primero aceptó servir como mediador en el conflicto. Se llegó a un acuerdo: Los colombianos soltarían al Borrado y El MP liberaría a los sudamericanos. Pineda se comprometió a pagar la deuda, aunque pidió tiempo para reunir el dinero, y Alberto quedó libre de inmediato.
 Dos días después El Borrado se reunió con Arroyo para agradecerle su ayuda. Ahí se enteró “de que ellos eran originarios de Guerrero”, dijo en su declaración ministerial. Se hicieron amigos.
 Así, recomendados por Arroyo, en 2002 los cuñados del exalcalde prófugo ingresaron formalmente al Cártel de Sinaloa para encargarse de las operaciones en Zihuatanejo y otras zonas de Guerrero, a las órdenes de Arturo Beltrán Leyva.
 Los Pineda probaron su efectividad en la recepción y traslado de las drogas que llegaban desde Colombia y Venezuela a las playas de Guerrero en lanchas rápidas, y por aire al aeropuerto de Acapulco. También se encargaban del control del estado de Morelos, donde cooptaban a funcionarios públicos a fin de que les permitieran transitar por la entidad sin ser detenidos.
 En 2005, por instrucciones del Cártel de Sinaloa, los hermanos formaron una célula de sicarios llamada Los Pelones, para controlar Guerrero.
 Según Arroyo, ese grupo fue el antecedente de Guerreros Unidos, el grupo delictivo presuntamente responsable del ataque del 26 de septiembre en Iguala mientras María de los Ángeles Pineda Villa rendía su segundo informe como responsable del DIF municipal.
 De acuerdo con Arroyo, Los Pelones eran 200 sicarios “de la sierra de Guerrero”. Registros periodísticos indican que durante años Los Pelones protagonizaron una sangrienta batalla para defender la plaza guerrerense de los embates de Los Zetas y de La Familia Michoacana. El responsable directo de los sicarios era El MP.
 De los hermanos Pineda, El Borrado era el más cercano a Arturo Beltrán Leyva. Él recibía las órdenes de acción de Los Pelones y se las transmitía al MP. El Salo era siempre, según las declaraciones de Arroyo, “el encargado de distribuir la cocaína en México y el traslado de México a la ciudad de Atlanta, Estados Unidos”.
 A raíz de la ruptura de los Beltrán Leyva y el Cártel de Sinaloa, “El Borrado y su hermano entraron en comunicación conmigo”, declaró Arroyo. “Volví a tener comunicación dos días después con Alberto Pineda, en el mes de mayo de 2008, diciéndome que Arturo mandaba decir que tratáramos de solucionar los problemas que había para no entrar en conflicto. Yo le dije que eso lo tenía que ver con Joaquín Guzmán, que no era una decisión que yo pudiera tomar. Le pregunté a Alberto Pineda si él y su hermano serían leales al Cártel de Sinaloa; me respondió que estaban con Arturo Beltrán Leyva. Fue la única comunicación que tuve con ellos”.
 En diciembre de 2009 la SSP federal anunció la muerte del Borrado y del MP, cuyos cadáveres supuestamente fueron encontrados en la autopista México-Cuernavaca. Se atribuyó el homicidio a Arturo Beltrán Leyva, quien se habría desquitado por una traición.
 Subprocurador a modo
 En 2009 en la PGR había un hombre clave en la integración de las averiguaciones previas en materia de delincuencia organizada: Víctor Jorge León Maldonado, coordinador general de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO, hoy SEIDO) de 2008 a 2010.
 León Maldonado no sólo integró mal la averiguación previa contra Salomón Pineda, lo cual derivó en su liberación, sino que también fue autor de otros casos que terminaron en reveses para la PGR.
 Le correspondió armar en 2009 el expediente del “michoacanazo”, y los 38 funcionarios públicos acusados de delincuencia organizada salieron libres. También fue responsable de la fallida Operación Limpieza y del caso contra el exsubsecretario de la Defensa Nacional, Tomas Ángeles Dauahare acusado junto con otros cinco militares de delincuencia organizada.
 Invitado por el gobernador Ángel Aguirre Rivero, León Maldonado es hoy subprocurador de Control Regional y Procedimientos Penales de la Procuraduría General de Justicia de Guerrero y responsable local de investigar los hechos en los cuales estaría implicado Salomón Pineda Villa.
 En la sentencia dictada en abril de 2013 Carlos Verdugo Partida, secretario en funciones de juez segundo de Distrito en Procesos Penales Federales en el estado de Nayarit desechó todos los elementos de prueba que presentó la PGR contra El Salo.
 En torno a las declaraciones de Arroyo, afirmó que la primera era una documental pública y no le dio carácter de prueba testimonial porque la había rendido en función de otra averiguación previa, la PGR/SIEDO/UEIDCS/163/2009, no la que se llevaba contra Pineda Villa.
 Respecto a la declaración ministerial del 28 de mayo de 2009, rendida directamente en la averiguación previa contra El Salo, la descartó pues la PGR contaminó el testimonio al inducir a Arroyo a reconocer físicamente a Salomón Pineda Villa en fotografías.
 Asimismo Verdugo consideró que el parte informativo de los policías federales que detuvieron al Salo era “jurídicamente insuficiente” y todo lo señalado “no permite apreciar que el sujeto activo (Salomón Pineda Villa) formaba parte de alguna organización criminal o que participara en ella brindando protección a los miembros de la misma”.
 En la toca penal 234/2013 del Segundo Tribunal Unitario del Vigésimo Cuarto Circuito en 2013, la cual Proceso pudo consultar, quedó constancia de que la PGR, encabezada por Jesús Murillo Karam, apeló la sentencia exculpatoria de Pineda Villa, pero con la mismas deficiencias con las que se formuló la causa penal… y la perdió.
 Los documentos prueban que ya en este sexenio la PGR conocía los antecedentes de los Pineda Villa, cuñados del exalcalde Abarca; pese a ello Murillo Karam no actuó en seguida cuando recibió las primeras quejas contra el hoy exfuncionario prófugo.
 Desde que Abarca coqueteaba con el mejor postor –PRI o PRD– para ser candidato a alcalde de Iguala en 2012, en la prensa guerrerense eran nutridas las versiones de que era familiar de los Pineda Villa y que él también estaba presuntamente implicado con el narcotráfico.
 Capo perdido
 El jueves 9 el gobierno federal filtró a los medios que Salomón Pineda Villa había sido detenido por la Marina en Cuernavaca. La noticia, divulgada en internet, radio, televisión y publicada al día siguiente en los periódicos, no fue desmentida por la PGR, aunque sí por el gobernador morelense, Graco Ramírez, el lunes 13.
 El martes 14 Proceso solicito a la PGR el número de la nueva causa penal abierta contra Salomón Pineda Villa y el juzgado donde se encuentra. Dos días después la respuesta oficial de la SEIDO fue: “Nosotros no lo tenemos”. Se repreguntó si lo podía tener la Marina y respondió que eso sería ilegal, pues por ley, si estuviera detenido por el gobierno federal, debió haber sido presentado ante la PGR.
 Pese a que el gobierno federal había informado que El Salo fue detenido hoy, se ignora su paradero. A esto hay que sumar que el viernes 17 Murillo Karam dio a conocer la captura de Sidronio Casarrubias Salgado, al cual se refirió como “líder máximo del Cártel de Guerreros Unidos”.



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