Las columnas políticas hoy, 5 de junio de 2016

Las columnas políticas hoy, 5 de junio de 2016..

 Frentes Políticos/Excelsior

I. Prueba de fuego. Si bien las elecciones de hoy no tienen la importancia de unas presidenciales, es mucho lo que se juega en las urnas. Para los mexicanos es un examen previo a lo que vendrá en 2018 en cuanto a la logística, la participación, el compromiso, la convicción y la confianza de que sólo en la democracia podemos basar nuestro futuro. Es indudable que hay hartazgo, pero el país está listo. El presidente de México, Enrique Peña Nieto, aseguró que el gobierno de la República prestará apoyo institucional donde se requiera. La búsqueda de la paz, la armonía y el desarrollo del país dependen de lo que suceda hoy. Hagamos patria.

II. Todo listo. Lorenzo Córdova, consejero presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), descartó la existencia de “focos rojos” que pudieran impedir el desarrollo de los comicios. Ésta es una buena noticia que se traduce en que casi el cien por ciento de las casillas estarán abiertas. Córdova reconoció que si bien el país enfrenta problemas particulares, como inseguridad y movilizaciones sociales, éstos no entorpecerán la jornada. Reiteró su llamado a los actores políticos a respetar la ley y llamó a la población a salir a votar. Cada voto costará unos 300 pesos. No hay que permitir que el dinero se tire a la basura sólo por desidia. No votar debería ser un delito. Tomarlo como una opción ciudadana es insuficiente. Somos o no somos democráticos.

 III. Ni les importa. El INE tiene preparadas fuertes sanciones para aquellos candidatos que no presentaron sus reportes de gastos de campaña. Se sabe: es deporte nacional dejarlo todo hasta el último momento. No se extrañe de que el 52% de los aspirantes a un cargo de elección popular no entregue sus informes. Esas irregularidades “no son faltas de forma, son faltas de fondo” que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación deberá revisar, sopesar y sancionar conforme marca la ley. Dichas omisiones pueden penalizarse con una multa y hasta con la cancelación de candidaturas o de las propias victorias electorales. Para lo que les importa. Como si las multas las pagaran con dinero de sus bolsillos. ¡Bah!

 IV. A la moda. En este México hay que intentar de todo para convencer a la ciudadanía de que salga a votar. El INE compartió una serie de recomendaciones para los ciudadanos, como tomarse una selfie posterior al momento del voto. Éstas forman parte de una campaña del instituto para disminuir el abstencionismo que prevalece en el país. “Después de votar, tómate una selfie y demuestra que, contigo, México es más. Súmate’’, dice el eslogan. Hágalo, la fotografía será publicada en las redes sociales del organismo. Nunca antes la democracia nacional necesitó de tanto lubricante. Pero si de algo sirven las redes, pues venga. A votar y al autorretrato. Se ganarán muchos likes.

 V. Una más. Arne aus den Ruthen, mejor conocido como city manager, quien busca destacar como un vengador anónimo o como un superhéroe de las buenas costumbres, atacó de nuevo. Ahora, el funcionario de la delegación Miguel Hidalgo exhibió un caso en el cual el titular del Instituto de Verificación Administrativa (Invea), Meyer Klip, intercedió ante la policía capitalina para que no remitiera a uno de sus vecinos al juez cívico por reservar espacios en la vía pública. En la grabación, Arne se lleva un “autogol”, ya que el vecino lo acusa de robar “miles de pesos” durante los trabajos de remodelación del camellón de Paseo de las Palmas. Después de varios jaloneos y tras una explicación de que los uniformados no podían llevarse al hombre por ser un adulto mayor, éste entró a su casa y el episodio del “justiciero” terminó.

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Templo Mayor/ Reforma

YA SE SUPO que en Presidencia andan correteando a Alejandra Lagunes, coordinadora Nacional de Estrategia Digital, para que le empate el marcador al gobierno de Miguel Ángel Mancera.

EN LOS PINOS se enteraron de que la organización Open Contracting Partnership subió a su sitio web una felicitación por la iniciativa del gobierno capitalino de crear un portal para que los ciudadanos puedan ver los contratos que firman las autoridades locales.

Y EN LA casa presidencial le dijeron a Lagunes que la administración federal no se puede quedar atrás y le instruyeron entrar en contacto con la ONG para que asesoren y avalen un proceso similar al de la CDMX.

LO CIERTO es que el equipo de Mancera lleva cerca de un año trabajando el tema y en breve anunciará la plataforma para transparentar sus contrataciones, mientras que el gobierno federal apenas comenzó a entenderle al tema.

ASÍ ES QUE, al menos por ahora, la administración local le lleva la ventaja a la federal. Ya se verá, a la hora de abrir la información, cuál de las dos gana no sólo en rapidez sino en verdadera transparencia.

ALLÁ en Quintana Roo les llueve sobre mojado... o, mejor dicho, sobre enlodado.

DESPUÉS de que los candidatos del PRI y el de la alianza PRD-PAN se aventaron todo el lodo que pudieron, hoy los quintanarroenses llegan a las urnas con un pronóstico de lluvias intensas, tormentas eléctricas, fuertes vientos y hasta granizadas.

Y ES BIEN sabido que la lluvia es uno de los peores enemigos de la participación electoral.

YA SE VERÁ si, a pesar del mal clima -tanto el natural como el electoral- el millón de ciudadanos que conforman el padrón electoral de Quintana Roo salen a votar.

SI NOTA nervioso al jefe delegacional en Coyoacán, Valentín Maldonado, no será sólo por los resultados que su partido, el PRD, obtendrá en esa demarcación en la elección de hoy.

SE SUPO que la Fepade que comanda Santiago Nieto le hizo llegar una notificación para que explique por qué en su delegación se entregaron tantos "regalos" en plena campaña electoral.

EN CONCRETO, Maldonado está indiciado en una investigación por el reparto de tinacos, despensas e incluso dinero en efectivo para comprar el voto de los coyoacanenses, que fue documentado por vecinos, opositores y medios de comunicación.

Y EL ASUNTO no es menor, pues las penas para los servidores públicos que cometan delitos electorales pueden ir desde uno hasta nueve años de prisión... y eso es mucho tiempo viviendo ¡fuera del presupuesto!

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A punta de chingadazos/ Gerardo Galarza

Excelsior, 05 de Junio de 2016

 Para Sonia Elizabet, por 36 años. Sólo ella sabe lo que significan...

Es uno de los primeros recuerdos de la infancia, casi casi como la cobertura televisiva del asesinato de John F. Kennedy: Un negro de 22 años había dicho que noquearía al indiscutido campeón mundial de los pesos completos, Sonny Liston, a quien él apodó El oso feo. Y lo hizo.

 Eran los tiempos en que el box y el toreo eran espectáculos familiares, difundidos ampliamente (sin ningún complejo de culpa, producto de la corrección política) por la televisión abierta.

 Dicen que ya había ganado la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Roma y que ya había pronosticado los rounds en los que ocurrirían los triunfos en sus peleas. Y siempre lo había cumplido. Para entonces, ya le llamaban El bocazas de Louisville, por su ciudad natal, por sus desplantes, sus irreverencias en el hablar, pero también en el boxear. Y así se definiría a sí mismo como “el más grande” y también —faltaba más— “el más bonito”. También creía ser poeta. Lo fue.

 Cassius Marcellus Clay Jr. (el nombre de su padre aficionado al alcohol y también de un abolicionista) era su nombre de esclavo, según él mismo. Luego sería conocido como Muhammad Ali, al convertirse a la religión musulmana.

 Clay-Ali es un símbolo de los años 60 del siglo pasado, como deportista y como luchador social.

 Los sesenta. La década que cambió al mundo o buena parte del mundo. Los años de las revoluciones, de las protestas, de la lucha por los derechos civiles y el movimiento del black power, del rock, de los movimientos estudiantiles en París, México, Berkeley... del aggiornamento de la Iglesia católica, de la Guerra de Vietnam y de la llegada a la luna, de la invasión soviética a Praga, de magnicidios, de los hippies y el amor libre, de la mariguana y el LSD, de la literatura beat, del despegue tecnológico, de la Guerra Fría... también de las represiones.

 Los nombres eran los John F. y Robert Kennedy, Nikita Kruschev, Fidel Castro, los barbudos de la Sierra Maestra, Juan XXIII, Martin Luther King, Malcolm X; John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr; Elvis Presley y The Rolling Stones, Neil Armstrong y el programa Apolo, Pelé y también los fabulosos Mets...

 En ese entonces, los negros eran negros y se proclamaban orgullosos de serlo. No había afroamericanos. Eran negros. “I am black. I am proud”, decían sus camisetas, su pegotes, sus proclamas... La protesta en pleno estadio de la Ciudad Universitaria de los también negros Tommie Smith y John Carlos, con la complicidad del pinche blanco (cara pálida, dirán ahora las buenas conciencias, políticamente correctas, si es que son consecuentes), el australiano Peter Norman.

 En 1964, luego de su primer triunfo frente a Liston, Clay anunció su conversión a la Nación del Islam y el cambio de su nombre de esclavo por el de Muhammad Ali. No le fue fácil. La discriminación fue doble. Los controladores del boxeo del mundo intentaron bloquearlo. La Asociación Mundial de Boxeo (AMB) lo desconoció como su campeón.

 El abril de 1967, Ali fue despojado de todos sus títulos por negarse a ir a la Guerra de Vietnam, argumentando ser objetor de conciencia y la prohibición de su religión, que nadie pudo contradecir. La furia se le vino encima. En resumen, por negarse a atacar los vietcongs, fue traidor a su país. Entonces, el término “traidor” tenía una gran carga histórica negativa; no como ahora. Tres años y medio duró el oprobioso castigo en su contra. Pero nunca lo callaron.

 En 1970, regresó como lo que siempre fue: el más grande.

 Muhammad Ali (El amado de Dios) es un símbolo de esa época.

 Lo corrieron, lo boicotearon, lo estigmatizaron por negro, por hablador,  por retador, por musulmán, esencialmente por revoltoso, por la lucha por sus derechos y de sus congéneres. Se fue invicto y lo mantuvo cuando regresó. Con el orgullo por delante. Su carrera, su prestigio, su aceptación, su vida misma, las hizo a punta de chingadazos, literalmente.

 En ese entonces, apenas hace 50 años, no le quedaba de otra. Lo hizo. Los madrazos le abrieron las puertas o, mejor dicho, se las abrió arriba y abajo del ring. Clay el esclavo y Ali el libre nunca inclinaron la cabeza. Fueron, son, el mismo.

 Los puristas criticaron y criticarán sus saltos, llamémoslos así, ideológicos. Le buscarán tres pies al gato. Clay-Ali luchó, arriba y abajo del ring, siempre a golpes de puños y de palabra, contra lo que consideró injusticias.

 Hoy su mánager de siempre, Angelo Dundee, le sigue gritando desde la esquina: “¡Tira golpes, tira golpes!”. Clay-Ali volteará y le responderá: “Sólo cuando sea necesario”. Y nosotros gritaremos desde las butacas: ¡Vamos Ali, tira golpes, tira golpes... madréalos”.

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