7 dic 2016

MEMORIA Y… PIEL VIVA.

Y nos dieron la una… las dos… y la próxima/Jovita Zaragoza Cisneros.
http://dialogoqueretano.com.mx/y-nos-dieron-la-una-las-dos-y-la-proxima-34/
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MEMORIA Y… PIEL VIVA.
Y hablando de lecturas y escrituras, Elena, Elenísima, Elenérrima de México, a sus 84 años sigue siendo la que conocemos: aguda en esa mirada en la que cabe Todo México, chispeante, critica y desenfadada. Y sencillamente generosa en esa su forma de darse, compartiendo fragmentos de su vida.
Así estuvo en la reciente presentación del libro de Adela Salinas Salinas, PIEL VIVA, novela que está teniendo magnífica aceptación. Para el politólogo Fred Álvarez, también presentador, al lado de Poniatowska , la novela de Salinas bien puede inspirar un guión para cine.
El pasado miércoles 23, en librería el Sótano de Miguel Ángel de Quevedo, se llevó a cabo la presentación de ésta, la primera novela de la autora quien ha escrito ensayos, entrevistas y que ahora entrega un personaje interesante, emotivo, profundo, intenso y rico en metáforas.
La novela Piel Viva es la vida de Alma Torres, una joven mujer que ha cincelado cada tramo de su piel y cuyo significado y razón de cada una de las figuras tatuadas tiene que ver con aquellos hechos que marcaron su alma misma. Esos significados son narrados a una periodista a quien explica el significado de cada imagen, cada símbolo tatuado en su cuerpo. Es un personaje profundo y emotivo. Una ser sensible, cuya inocencia de niña, le lleva a nadar en las profundidades del alma, de hurgar en las razones y sinrazones de una existencia que clama respuestas a interrogantes que surgen de su natural inteligencia, de su abandono , indefensión y dolor.

Allí en la presentación de esta novela, Elena Poniatowska habló de lo que para ella significó leer la obra de Adela Salinas . “Me sacudió y me obligó a reflexionar sobre el sufrimiento y la agresión”. Y es que para Poniatowska, el tatuaje está ligado a los campos de concentración. “Más que una tragedia, es una inmensa vergüenza que se ha acentuado al ver en grabados , como los de Leopoldo Méndez, un tren lleno de hombres, mujeres y niños ir a los campos de exterminio…El tatuaje se queda para siempre. Tatuar es sacar sangre, tatuar es perforar, tatuar es violar, un tatuaje es un atentado. Así lo veía y lo sigo viendo”, dijo.
El mundo de Alma Torres, es de dolor y de situaciones límites donde los adultos quieren imponer un Dios que su alma infantil no entiende y ante el cual se rebela a través de preguntas que se disparan, más aún, cuando es internada en el colegio de monjas a donde es llevada por una madre conservadora, en donde el castigo corporal es utilizado contra toda amenaza que esos adultos, austeros, castrantes, castrados, sienten sobre lo que ellos han asentado como su verdad; la que ellos, solo ellos, creen poseer. Alma Torres, la niña, se rebela ante quienes tratan de castrar en ella el impulso natural de la vida, que clama la luz de las verdades.
Allí, en esa contradicción que le presenta el mundo conventual manejado por monjas austeras que usan el método del miedo para someter voluntades, Alma torres (el personaje), se preguntará quién es ese Dios al que todo mundo alude como el gran castigador que somete a las almas al fuego eterno del dolor a causa de los pecados cometidos, ¿Es pecado preguntar? ¿Es pecado sentir? ¿Es pecado la luz? ¿Es pecado querer saber? ¿Toda la existencia misma es pecado? Son, entre muchas más, las preguntas que –aunque dichas de otra forma – están presentes en esa criatura que hurga en la negrura del castigo y represión.
Son tantas preguntas que Alma torres tiene sobre la religión, la vida. Y no entiende, no acepta del porqué tiene que ser pecado la pulsión de vida que el mismo Dios, que aluden, ha creado y que los demás convocan a punta rezos y tatúan con su lengua punzante de insultos y castigos.
“La indiferencia de Dios me caía muy mal y por eso decidí ser igual de indiferente con él , aunque parece que no pude hacerlo. Él tenía el poder y lo ejercía en silencio, sin dar la cara, como todo un dictador. No había cara a la cual escupirle”.
Alma, buscará la libertad interna, para proteger su mundo de ese medio castrante, de monjas perversa y lascivas, como Rosi; como la odiosa madre Pilar “la superiora del internado, ojos de piedra bola, de cutis reluciente de tan gorda”. La superiora, cuya autoridad ejerce de manera lapidaria, escudada en la interpretación que ha hecho de la Biblia y del Dios del pecado. Ella y otra de las monjas, Clara, utilizan la religión para asentar su poderío. Ellas son la representación de la negación de la vida, la negación de la luz y la verdad. Imágenes vivas de un dolor costroso, que busca salida a través de la auto castración emocional y del castigo corporal.
Allí surgirán disertaciones claves para la vida de la niña que, más tarde, tatuará, una a una, en todo su cuerpo, piel de metáfora pura y refugio de Eros y Tanatos. ¡Ah, su cuerpo! Aventura erótica y culposa. Esa forma cubierta de piel sensible en la que cada poro, cada célula, es testimonio de vida, de sensaciones…de pecado mortal.
Situada en años donde tatuarse apenas iniciaba y quien lo hacía era estigmatizado como ser del mal, (por decir lo menos), leer PIEL VIVA nos lleva a entender que la represión está presente en la educación. No necesariamente en golpes, La violencia tiene muchas formas. La indiferencia es otra de esas formas. Todas marcan y tatúan el alma. Violencia que ahoga las palabras que, desesperadas, buscan un lugar para manifestarse. Alma las rescata, se rescata prestándoles su piel, pergamino de historia descarnada.
Los tatuajes de Alma Torres son un lenguaje del alma. Es grito un clamor por ser visto, escuchado, amado y aceptado. Es un grito de rebeldía, de clamor por la vida, un ¡Aquí estoy!
En Alma Torres (Perversa) y Omar ( Pulso, el tatuador) están la luz de aquello que todos se empeñan en ver oscuro. Nos muestran que no todo lo que parece ser tan transparente, es real. En cualquier época y en cualquier lugar están interrogantes de la existencia que claman un lugar que no necesariamente es el que los demás tratan de imponer.
PIEL VIVA es una narrativa llena de metáforas donde los extremos se tocan y caminan juntos. Sin Dios no hay diablo. Sin Luz no hay sombra.
“ Si jugamos un poco con la imagen de Alma torres, si hacemos una metáfora y la tomamos como la representación del México ¿Estamos hablando de qué México está todo tatuado?¿ Alma torres es la imagen de un México todo tatuado?”, inquirí a Poniatowska y a la autora durante la presentación.
Poniatowska: No sé. Estoy tan aterrada con Trump. Siento que nos puede venir a tatuar a todos.
Adela: Yo creo que si. Estamos hablando de una mujer que encarna gran parte de las cosas sociales que están sucediendo. Es una mujer que ha sido abusada, la pederastia, machismo. Al final en ella están presentes todos los problemas de México”, comentó la autora.
zaragozacisneros.jovita@gmail.com
Niniane…¿Te tatuarías?

— Traigo el nombre de Míreles tatuado .. No se me olvida la injusticia que han cometido con él. No se me olvida esta cosa bizarra y patética que está en la vida de nuestro país, con eso de la justicia. Unos probadamente culpables, afuera… Otros, inocentes, encarcelados. Por meros caprichos de vaya usted a saber quién.

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