Ego sum qui sum; analista político, un soñador enamorado de la vida y aficionado a la poesía.
28 ago 2017
Nuestros antisemitas
Nuestros antisemitas
Juegos de poder/LEO ZUCKERMANN
Excelsior, 28 de agosto de 2017
López Obrador designó a Claudia Sheinbaum como candidata de Morena a la jefatura de Gobierno de la CDMX. Ese día, los antisemitas comenzaron sus ataques de odio en las redes sociales
Empoderados por la Presidencia racista y xenófoba de Donald Trump, hace poco vimos cómo marchaban los neonazis en las calles de Virginia, gritando consignas antisemitas. Muchos mexicanos se sintieron indignados, ya que los ataques no sólo iban dirigidos contra los judíos, sino también contra todo aquello diferente a lo blanco-cristiano: negros, hispanos, musulmanes y asiáticos. Pues bien, días después, los antisemitas mexicanos han sacado a relucir sus cabezas.
El jueves pasado, López Obrador designó a Claudia Sheinbaum como la próxima candidata de Morena a la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México. Ese mismo día, los antisemitas comenzaron sus ataques de odio en las redes sociales. Uno de ellos, Presidente del Consejo Mexicano de la Familia, tuiteó: “La elección de Claudia Sheinbaum nos confirma que Morena es un partido al servicio del judeo-comunismo. Nada nuevo bajo el Sol”. Usted seguramente recordará a esta finísima persona. Hace poco circuló un video de una entrevista que se estaba trasmitiendo por Facebook Live. Un individuo, con gran arrogancia, estira su mano para taparle la boca a una joven que lo estaba cuestionando. Era, ni más ni menos, que Juan Dabdoub Giacoman, el que cree que Morena es un partido al servicio de los judíos y comunistas (en esta ocasión los masones se “salvaron”).
No dudo que Los protocolos de los sabios de Sión sea uno de los libros de cabecera de este “prohombre” que se considera “ferviente defensor de la familia”. Según Proceso, Dabdoub tiene vínculos estrechos con algunos sacerdotes y grupos ultramontanos de la Iglesia católica. Uno de los temas que más le irrita son los derechos de la comunidad LGBTTTI. Está, desde luego, en su derecho. Como yo estoy en mi derecho de criticarlo por su odiosa postura intolerante.
Yo no sé si Sheinbaum se considere judía o no. Para mí, es irrelevante. La religión es un asunto privado. La candidata tiene todo el derecho del mundo de ser judía o no. Lo que me queda claro es que el ataque de Dabdoub tiene todos los elementos de un discurso nazi y ya sabemos cómo terminó eso. Por cierto, para los que piensen que el odio de este antisemita sólo aplica a los judíos, reproduzco tres más de sus tuits: “México necesita tener su propio Joe Arpaio en la frontera sur. Un hombre que defienda su patria de la peste”. “Sólo pensar que alguna vez Juárez fue presidente de México, me da asco, indígena”. “¿Cómo es posible que el expresidente Fox permita que un indio patarrajada como Evo Morales lo amenace?”.
Lo bueno es que a Dabdoub muy poca gente lo pela. Tiene sólo 716 seguidores en Twitter. Lo que llama la atención es ver cómo, en estos tiempos, aflora el antisemitismo en personas con foros más amplios. Ahí está, por ejemplo, Rafael Cardona, quien no sólo tiene desde hace muchos años una columna periodística, sino que ofrece comentarios en el noticiero de José Cárdenas en Fórmula (sí, es mi compañero en ese espacio).
Ayer, Cardona escribió en elcristalazo.com que Sheinbaum, cuando trabajó con López Obrador en el DF, “le abrió las puertas a los nuevos dueños de la Ciudad de México, los constructores como Saba, Riobo y Danhos y algunos más. Todos pertenecientes a una etnia opulenta cuyas derivaciones de negocios pasaron de los telares y las medicinas (como los Saba) a la construcción de fraccionamientos urbanos, centros comerciales, plazas y obras públicas. La misma razón por la cual el PRD tiene a Salomón Chertorivski en una imaginaria secretaría promotora de los negocios llamada de Desarrollo Económico o por lo cual se le entregó el fracasado proyecto del Corredor Chapultepec a Simón Levy o se mantiene como supuesto custodio de la rectitud administrativa a Meyer Klip. Negocios, sólo negocios”.
Así que, según Cardona, los judíos no sólo son una “etnia” (“comunidad humana definida por afinidades raciales, lingüísticas, culturales”, de acuerdo a la RAE), sino que además se han apoderado de nuestra capital, porque sólo les interesa una cosa: el dinero. Maravilloso: para Dabdoub, el problema es que los judíos son comunistas, mientras que para Cardona es que son capitalistas. Potaito o potato, el hecho es que son como un pulpo que, si se deja en libertad, se apodera de nuestros espacios. Conclusión: hay que pararlos. ¿Que se prendan de nuevo las cámaras de gas?
En fin, que México no está exento de la estúpida epidemia racista, xenófoba y antisemita que azota al mundo Occidental. Del clóset están saliendo nuestros antisemitas diseminando su odio basado en puros prejuicios.
Twitter: @leozuckermann
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