8 jul 2018

Las columnas políticas hoy, 8 de julio de 2018..

 @fredalvarez
Juanito Trump....!
De confirmarse que @realDonaldTrump le dice a AMLO “Juanito Trump”, estaríamos una gran falta de respeto al presidente virtual de México..." y podría implica una nota diplomática a Washington..
¡Qué falta de respeto, que atropello a la razón", diría Discepolo.
No se vale!
Ah!, y el verdadero Juanito podría demandar...
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El INE confirmó los resultados de la elección Presidencial, y turnó los resultado al TEPJF.
Informó que los comicios para elegir a Senadores por mayoría relativa en NL y Tamaulipas realizará el recuento de los votos debido a que entre el primero y el segundo lugar existe menos del 1 por ciento de diferencia.
En sesión permanente del Consejo General del INE, el Secretario Ejecutivo, Edmundo Jacobo Molina, dijo que “se realizó el recuento de votos más numeroso de nuestra historia democrática de 117 mil 634 actas, lo que equivale al 75 por ciento de los paquetes recibidos” en los 300 Consejos Distritales de todo el país.
Detalló que la votación total cuantificada en los cómputos distritales asciende a 56 millones 508 mil 266 votos, lo que representa un porcentaje de participación ciudadana el 63.42%:
Así quedaron los números....
AMLO: 30 millones 113 mil 483 votos, 53.19% de la votación; Ricardo Anaya: 12 millones 610 mil 120 votos, el 22.27%; José Antonio Meade: 9 millones 289 mil 853 votos, el 16.4 por ciento, y el  independiente Jaime Rodríguez El Bronco:2 millones 961 mil 732 votos, el 5.23%.
Los partidos tienen los siguientes cuatro días para presentar alguna impugnación ante el Tribunal, quien tiene hasta el próximo 6 de septiembre para resolver y declarar la validez de la elección.
El INE designará a un interventor que revisará los casos de los partidos Nueva Alianza y Encuentro Social (PES), tras no alcanzar el tres por ciento de la votación válida en al menos una de las tres elecciones.
@fredalvarez
EL @INEMexico de Lorenzo Córdova ya interpretó la Ley -Art 41 Constitucional y la Legipe-, PRD, MC y PVE se salvan...., sólo pierden registro PES y PANAL.., falta lo que diga el @TEPJF_informa
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Despoja sindicato a ex ferrocarrileros
El sindicato ferrocarrilero que encabeza Víctor Flores Morales recibe al mes más de 1.4 millones de pesos de cuotas sindicales de ex trabajadores que ya no tienen relación con ese gremio. Dos tomas de nota del gobierno al Sindicato demuestran que en febrero de 2004 reportó un padrón de 11 mil 352 integrantes.

En la segunda, con fecha 4 de mayo de 2011, agregó como afiliados a 38 mil 261 jubilados de Ferronales, aún cuando el organismo llevaba 10 años sin operar.
La Secretaría del Trabajo, entonces encabezada por Javier Lozano, avaló esa toma de nota  lo cual permite descontar la cuota sindical de las pensiones de los jubilados.
Piden renuncia de líder ferrocarrilero
Víctor Flores, líder del sindicato debería renunciar a su cargo por los abusos que ha cometido contra los trabajadores, planteó el senador Luis Humberto Fernández . (Reforma).
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Las columnas políticas hoy, 8 de julio de 2018..
Templo Mayor/Reforma
¿QUIÉN dice la verdad sobre la indagatoria del caso Odebrecht? ¿El ex procurador Raúl Cervantes o su sucesor, Alberto Elías Beltrán?
SEGÚN ESTO, apenas llegó de Suiza información de movimientos bancarios relacionados con los sobornos que la constructora brasileña repartió en México, por lo que, ahora sí, se podrá avanzar en el asunto.
SI ESO es cierto, la pregunta es qué contiene la carpeta que, a decir de Cervantes, ya estaba lista para consignar ante un juez desde octubre del año pasado.
LA DUDA es canija, pues, mientras unos dicen que la investigación del ex procurador tenía puras declaraciones sin pruebas, otros afirman que Elías Beltrán nomás se está haciendo guaje. En tanto, el ganón con la tardanza, Emilio Lozoya, ¡ah, cómo disfruta del problema!
COMO el cohetero quedó el titular de la Fepade, Héctor Díaz Santana, con el asunto de la supuesta "mapachera" del PAN en Puebla.
POR EL LADO de Morena y su candidato a la gubernatura, Luis Miguel Barbosa, le reclaman que la Fiscalía avalara los papeles que estaban en poder de los panistas, al aclarar que se trataba de copias de las actas de casilla con las que se quedan los partidos.
MIENTRAS que el PAN y su candidata, Martha Érika Alonso, demandan que se castigue a los morenistas por haber irrumpido en el hotel en el que estaban y reclaman porque la Fepade no los procesó.
QUIZÁS lo peor es que si la Fepade intervino a pesar de que no era un asunto de su competencia -por tratarse de una elección estatal y no federal-, fue porque los ánimos estaban desbordados. Como quien dice: por andar de redentor, ¡salió crucificado!
MUY INTERESANTE se pondrá la repartición de posiciones y tareas en la próxima bancada de Morena en el Senado.
POR LO QUE se sabe, tres integrantes de ese grupo que tienen una amplia experiencia política rendirán protesta el 1o. de septiembre y luego solicitarán licencia por ahí del 30 de noviembre para integrarse al gabinete de Andrés Manuel López Obrador.
SE TRATA de la ex ministra de la Corte Olga Sánchez Cordero, quien irá a la Segob; el ex dirigente nacional del PAN Germán Martínez, quien va para el IMSS, y la experta en petroquímica Rocío Nahle, quien será titular de la Sener.
EL ASUNTO es que, según se anticipa, en los tres meses que ocuparán sus escaños, los tres tendrán una agenda muy cargada negociando presidencias de comisiones y allanando el camino para las primeras iniciativas que enviará su jefe. A ver si no llegan cansados.
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Frentes Políticos/Excelsior..
I. Caballerosidad. Analistas internacionales observan, y no están muy equivocados, que Andrés Manuel López Obrador ha rendido más conferencias de prensa en estos seis días que muchos políticos actuales en todo el sexenio. Convertido en la celebridad del momento, el futuro dirigente del país anunció que, una vez recibida su constancia que lo acredite como Presidente electo, se reunirá con Ricardo Anaya y con José Antonio Meade, como parte de su estrategia de reconciliación nacional y a quienes, dijo, les agradecerá por no haberse “pasado de lanza” durante la campaña electoral. Oportunidad de oro porque, recuerden, quien se mueve, no sale en la foto.
II. Inercia. Hay un ánimo generalizado de cambio con el nuevo gobierno, aseguró Enrique Graue, rector de la Universida Nacional Autónoma de México, tras reunirse con Andrés Manuel López Obrador, candidato ganador de la elección presidencial. “México espera muchísimo de este gobierno y ahí hay un ánimo generalizado de cambio. Espero un México esforzado, honorable, trabajando por el desarrollo”, señaló. Graue no sólo acudió a felicitarlo, pues mucho más importante fue presentarle las propuestas de la máxima casa de estudios para el Plan Nacional de Desarrollo. La reconstrucción moral de este país necesita ciudadanos dispuestos a mejorar. Algo bueno viene, casi se puede palpar.
III. Calma. Hay que entender que los amagos de las campañas quedaron atrás. La próxima administración no se lanzará al vacío. Al término de la reunión con Andrés Manuel López Obrador, el gabinete de las secretarías del Trabajo, la Función Pública y Desarrollo Social anunció que el programa estrella de la Sedesol, Prospera, continuará, pero con un componente productivo; y la Reforma Educativa se eliminará para crearse una nueva ley, con mejores perspectivas aún. “Nunca vamos a proponer nada que afecte al pueblo. Vamos a convencer, no a imponer nada”, dijo López Obrador. Relájense. Vamos en el mismo barco, aunque a muchos les cueste trabajo entenderlo.
IV. Fracaso amarillo. El Partido de la Revolución Democrática le dijo adiós a la ciudad que algún día ayudó a delinear. Morena arrasó con la jefatura de Gobierno y once alcaldías. Ayer, Claudia Sheinbaum, la jefa de Gobierno electa, dijo que visitará durante agosto a todos los damnificados de los sismos de septiembre del año pasado, a fin de escuchar sus necesidades y establecer un “verdadero plan de reconstrucción”. También recorrerá las 16 alcaldías para informar a la ciudadanía de los 100 compromisos de campaña que pondrá en marcha desde el 6 de diciembre. Demasiados gritos y sombrerazos en la campaña cederán su lugar a soluciones verdaderas. Este carro guinda va casi completo.
V. ¿Trump en luna de miel? Mark Feierstein, exasistente especial de Barack Obama, aseguró que Donald Trump, presidente de Estados Unidos, apodó a Andrés Manuel López Obrador como “Juan Trump”. El también asesor principal de Albright Stonebridge Group escribió un artículo en el portal Americas Quarterly, donde afirma que Trump ve un poco de su ser renegado en el mexicano vencedor de la elección. En el texto titulado Por qué un AMLO pragmático podría estar aquí para quedarse el autor agregó que ni a Trump ni a su administración les preocupa la Presidencia del tabasqueño. ¿Y aun así hay quien teme por el futuro? No se vayan de México, se va a poner bueno.
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De naturaleza política/ENRIQUE ARANDA
Excelsior...
Obligado diálogo legislativo…
El lopezobradorismo resultó ser ya, tras los históricos comicios del pasado domingo, la primera fuerza no en 17, sino en 19 entidades del país, la Ciudad de México incluida.
Si bien se confirmó el aplastante triunfo de Andrés Manuel López Obrador y su partido en prácticamente todos los ámbitos y niveles, algo que llama la atención y tranquiliza a no pocos es que uno de los muy escasos espacios donde su victoria “quedó corta” fue en la disputa por el Legislativo federal donde, al margen de conseguir con sus aliados de los partidos Encuentro Social (PES) y del Trabajo (PT) la mayoría absoluta en ambas cámaras, ello no le alcanzará para imponer, unilateralmente o sin consulta o diálogo alguno, su eventual deseo de modificar la Constitución.
Esto, claro, al margen de que antes aun de tomar posesión el próximo 1 de diciembre, el futuro Presidente cuente ya con el apoyo garantizado de, al menos, 303 diputados en San Lázaro y 70 senadores o, más, con el aval a sus eventuales propuestas de reforma a la Carta Magna, de 17 de los 32 Congresos estatales necesarios para avanzar por esa vía, dado que, a la vista de los resultados electorales oficiales, el lopezobradorismo resultó ser ya, tras los históricos comicios del pasado domingo, la primera fuerza no en 17, sino en 19 entidades del país, la Ciudad de México incluida.
Negociar entonces, sí. Con Acción Nacional (PAN), que será primera minoría en ambos recintos legislativos y, también, con el Revolucionario Institucional (PRI), que con todo y la magra cosecha de curules lograda, contará, en cada uno de los casos, con los diputados y/o senadores, cuyo voto necesitará el jefe del Ejecutivo para construir las mayorías calificadas —334 en la Cámara baja y 85 en la alta—, indispensables para concretar cambios a la ley fundamental.
Ahora que, independientemente de la explícita frustración que la no consecución de las ansiadas mayorías calificadas pudiera estar representando para López Obrador, lo anteriormente planteado podría constituir una primera explicación de la abrupta apertura que él mismo y sus (presuntamente) más cercanos en el futuro gobierno han venido mostrando en las últimas horas, al grado de adelantar, incluso, sendos encuentros privados, tanto con el priista-ciudadano José Antonio Meade Kuribreña y, ahora sí que aunque usted no lo crea, con el perredista-panista Ricardo Anaya Cortés.
Es verdad que es temprano aún para avanzar por esta ruta y tratar de adivinar cuál pudiera ser la conducta, estrategia y postura del tabasqueño si de impulsar, como de hecho lo ofreció desde su campaña y lo ha reiterado en más de una ocasión tras su victoria, reformas constitucionales de gran calado. Sin embargo, nadie hoy duda que, aunque no en todos los casos, el Legislativo tendrá que negociar con él… 
ASTERISCOS
* Antes del jueves, porque así lo prevé la ley, el comando de Morena-Querétaro impugnará el resultado de la puja por la alcaldía capitalina donde, si bien se entregó ya constancia de mayoría al panista Luis Bernardo Nava, el cúmulo de (supuestas o reales) anomalías, dicen, es enorme. Ayer, la gente de Carlos Peñafiel, líder local, y del candidato Adolfo Ríos, esperaba el arribo de abogados, dos, del grupo del extitular de Fepade, Santiago Nieto.
* Apenas filtrarse lo anterior, por cierto, no pocas luces de alerta se encendieron al más alto nivel del gobierno estatal, donde su cuestionado titular, Francisco Pancho Domínguez, sigue sopesando buscar ser él quien, desde la presidencia partidista, lidere el proceso de reestructura-refundación de Acción Nacional… Un mal manejo del caso, coinciden todos, sería catastrófico
* Acostumbrado a decir lo que piensa, el cardenal emérito de Guadalajara, Juan Sandoval Íñiguez, no dudó en levantar la voz para invitar a los ganadores de la pasada elección a que “sean serios y formales para que les respetemos…”, a cumplir “las promesas sensatas que hayan hecho” y, en especial, a no olvidar el ofrecido combate a la corrupción. Bien…
Veámonos aquí mañana, con otro asunto De naturaleza política.
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AMLO: ¿eficaz o efectivo?/Eduardo Caccia
Reforma, 08 Jul. 2018
Un nuevo gobierno es una pregunta que le hacemos al destino. Ya contestamos "quién", ahora viene el "cómo". Si las promesas de campaña son deudas, el próximo gobierno de López Obrador será uno de los más apalancados por las enormes expectativas que generó. Algunas de esas promesas son contrarias al fin que persiguen, habrá entonces que negociar qué es más importante, la promesa de campaña o el objetivo del gobierno.
Esta negociación no solamente involucra a AMLO versus otros, sino a AMLO versus AMLO. Él mismo deberá reflexionar hasta dónde cumplir una promesa dañaría la consecución de un logro mayor. Deberá verse obligado a ponderar sus objetivos y en función de ello decidir. Por ejemplo, si para él lo más importante es no fallarle al pueblo en aquello de "por el bien de México, primero los pobres", debería evaluar cuál es el impacto de su promesa de no usar la seguridad e inteligencia del Estado Mayor Presidencial. Bajo mi óptica, poner en riesgo su persona y la institución presidencial afecta mucho la estabilidad del Estado mexicano, lo que a su vez vulnera la suerte de todos, incluyendo a los pobres.
Lo mismo puede argumentarse con la promesa de viajar en líneas comerciales y no usar el avión presidencial ni otro medio de transporte aéreo propiedad del Estado. Son dos caminos, dos implicaciones, ¿cuál de ellos le facilita atender mejor los intereses del pueblo que hoy espera tanto de él?
Una forma de enfrentar este dilema, que ya ha empezado a ser evidente (hay dentro de su círculo cercano quienes intentan convencer al virtual Presidente electo de traer seguridad) y seguramente crecerá en temas y alcance dentro de la cabeza del hombre sobre cuyos hombros se espera tanto, es ver la teoría de un clásico de la administración y el liderazgo, Peter Drucker, un hombre que marcó el estilo personal de dirigir de muchos exitosos directivos y organizaciones.
AMLO, es indiscutible, tendrá poder para tomar decisiones, pero ¿el hecho de que tenga el poder de cambiar las cosas es justificación para que las cambie? Le ayudaría reflexionar sobre el pragmatismo de Drucker: una cosa es hacer la cosa correctamente y otra es hacer la cosa correcta. El pensador norteamericano hacía una sutil distinción, ser eficaz es hacer la cosa correctamente pero ser efectivo es hacer la cosa correcta. En aras de la eficiencia se han tomado pésimas decisiones, el centro de atención está en la actividad, no en el fin ulterior. Digamos que es posible equivocarse correctamente. En contraste, la efectividad pone en el centro de la decisión el propósito mayor. Así, cumplir una promesa de campaña podría ser eficaz pero no efectivo.
Ahora que el tabasqueño sea Presidente electo (y obviamente al ser Presidente en funciones) es válido el argumento de que para que le vaya bien al pueblo le tiene que ir bien a AMLO o "Por el bien de México, el bien de AMLO" y viceversa. Otros territorios donde se podrían flexibilizar promesas de campaña son el lugar donde vivirán él y su familia, y particularmente dos asuntos que son fundamentales para cumplir con la madre de todas las promesas, erradicar (no sólo combatir) la corrupción de México: el nombramiento del fiscal general y la forma de enfrentar la corrupción.
Para el caso del fiscal, la autonomía es clave para lanzar la señal de que se va en serio contra el delito. De haber voluntad, habría forma de nombrar este puesto con un mecanismo híbrido entre posturas como la de #FiscalíaQueSirva y la que hoy defiende AMLO. Respecto del abordaje al fenómeno de la corrupción, requiere primero entenderlo. Hasta hoy, el próximo mandatario está convencido de que con su solo ejemplo bastará y que no se trata de un asunto cultural. Por el bien del pueblo debería reconsiderar sus creencias.
Cuando se habla de "cultura de trabajo" o "cultura organizacional" se identifica un modus operandi particular en cierto grupo (una empresa, por ejemplo). Los modus operandi también se dan en la sociedad. Vuelvo a invitar a AMLO a que traduzca "cultural" como "modus operandi" y no como "idiosincrasia". La corrupción es una práctica, no un gen. Está en los hechos, no en lo mexicano. Ofende el progreso, no la nacionalidad.
Espero que el próximo Presidente tenga la lucidez de hacer la cosa correcta y no la cosa correctamente.
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AMLO y Spiderman/Juan E. Pardinas
Reforma 08 Jul. 2018
En 2004, siete de cada diez mexicanos expresaban su apoyo a la democracia. Dos sexenios después, en 2017, esta proporción había caído a menos de cinco de cada diez. Los malos gobiernos, electos en las urnas, le habían pasado una factura reputacional a esta forma de gobierno. Apenas entre 2012 y 2016, la confianza en las elecciones se había contraído 22% (Vanderbilt University, LAPOP, 2017). Los más de 30 millones de personas que votaron por Andrés Manuel López Obrador seguramente revertirán esa desaprobación colectiva sobre el régimen democrático.
Quienes tuvimos la feliz responsabilidad de ser funcionarios de casilla nos tocó el privilegio de mirar de cerca esa fuerza colectiva que cimbra la historia de las naciones y conmueve las emociones de los individuos. El domingo en la noche había mucha gente feliz en México. Algo bueno debe suceder cuando las normas e instituciones de un país son razón de una alegría multitudinaria. Finalmente tuvimos una democracia con demócratas, donde los perdedores mostraron una elegante resignación ante el brutal veredicto de las urnas. La madurez de la política tuvo un reflejo en la serena reacción de los mercados financieros.
"Un gran poder conlleva una gran responsabilidad". La frase del Tío Ben en los cómics de Spiderman resume el desafío del próximo Presidente. Por voluntad masiva de los electores mexicanos se borró una de las fronteras políticas que marca la división de poderes. El artículo 49 de la Constitución aún preserva esta separación, pero en la realidad AMLO será titular del Poder Ejecutivo y jefe político de una súper mayoría en ambas Cámaras del Legislativo y 18 congresos estatales. Morena tiene la cadena de mando del viejo PRI y la disciplina jerárquica de un ejército. Un puñado de tránsfugas de la menguante oposición puede darle al virtual Presidente electo la goma y el lápiz para reescribir el texto de la Constitución y el destino de la República. En los hechos, sólo las riendas de su fuero interno pueden frenar a AMLO de la tentación de reinventarlo todo. Con un PRI que huele a muerto y un PAN en su mayor crisis existencial, la oposición al actual gobierno habrá de venir de trincheras distintas al sistema de partidos.
A diferencia de las presidencias imperiales del siglo XX, AMLO enfrentará ciertos contrapesos del Poder Judicial y los órganos con autonomía constitucional. Sin embargo, el mandato de Enrique Peña Nieto representa un buen manual para diezmar estas autonomías. Una de las pruebas con que la historia juzgará el legado del próximo Presidente será su voluntad para proteger estos espacios institucionales que, en teoría, están blindados de su propia influencia.
Mi frase favorita de AMLO esta semana fue: "Quiero ser un buen Presidente". Lejos de la desmesura grandilocuente de mencionarse a sí mismo en la misma oración que Juárez, Madero y Cárdenas, "ser un buen Presidente" es a la vez una ambición modesta y monumental. Después de la frivolidad de Vicente Fox, la terca soberbia de Felipe Calderón y la corrupta ineptitud del actual residente de Los Pinos, lo que México necesita es "un buen Presidente". Nada más y nada menos. Un hermoso aforismo del teólogo Reinhold Niebuhr le pide a Dios tres dones: Señor, concédeme serenidad para aceptar todo aquello que no puedo cambiar, fortaleza para cambiar lo que soy capaz de cambiar y sabiduría para entender la diferencia. Ser o no ser un buen Presidente dependerá del ojo clínico para distinguir lo que tiene que transformarse en México, lo que se debe fortalecer y lo que se debe preservar. Como superhéroe de cómic, el legado de AMLO dependerá de la sabiduría de su carácter para atemperar los alcances de su propio poder.
@jepardinas
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Mito vs. oportunidad/Luis Rubio
Reforma, 08 Jul. 2018
Ya hay presidente electo y ahora es tiempo de reconciliación. Un nuevo gobierno, especialmente uno expresamente enfocado a cambiar el paradigma reinante, tiene la excepcional oportunidad de transformar al país. Para acabar con el clima rijoso que nos caracteriza y, sobre todo, para construir un nuevo futuro. Construir sobre lo existente para así enfrentar exitosamente los tres asuntos que AMLO planteó como prioritarios en esta campaña: el crecimiento económico, la pobreza y la desigualdad.
En las últimas tres décadas, los mexicanos pasamos de un sistema político autoritario abocado al control de la población que no toleraba competencia, hacia un régimen electoral competitivo pero sin instituciones que generen certidumbre y protejan a la ciudadanía. Sin embargo, el común denominador sigue siendo el mismo: las elecciones constituyen una apuesta irreductible donde se juega "la vida" cada seis años. Ningún país serio puede sobrevivir semejante espada de Damocles, permanentemente amenazando la estabilidad política y económica.
En el régimen emanado de la Revolución, la figura central fue siempre la del presidente, cuyas facultades efectivas rebasaban con mucho las expresadas en la Constitución. La concentración del poder, combinada con el liderazgo de la estructura de control que ejercía el PRI, rebasaba el entramado legal y le confería facultades meta constitucionales al presidente. Aquellos poderes no sólo se expresaban en sus propias decisiones sino que le conferían un papel central a las lealtades personales y grupales al presidente, mismas que se compensaban con la corrupción y, por ende, la impunidad. Ese es el régimen con el que los mexicanos hemos vivido desde hace casi cien años y que no se modificó ni en un ápice con los gobiernos del PAN. Ese régimen ha impedido un verdadero desarrollo y ha sido propenso a crisis recurrentes.
Tan central es la figura presidencial que cualquier elección -o decisión errada- entraña el riesgo de convertirse en un cisma. El problema no reside en una persona sino en que la presidencia ostenta poderes tan vastos que puede afectar, en el viejo dicho, vidas y haciendas. En el pasado -en la era priista que, al menos en esto, concluyó en 2000- la sucesión presidencial era parte de un proceso acotado en el que el mandatario saliente procuraba limitar la probabilidad de que su sucesor rompiera los cánones y pusiera en riesgo la viabilidad del país, lo que ocurrió a partir de 1970. La oportunidad hoy es terminar con ese régimen político sin sacrificar lo que se ha construido para generar riqueza y empleos como nunca antes.
Las cosas cambiaron desde el 2000 porque los poderes inherentes a la presidencia disminuyeron (producto de su "divorcio" del PRI), pero surgieron poderes cuasi autónomos, como los gobernadores, a la vez que, con la competencia democrática, emergieron candidatos que no comparten los paradigmas previamente existentes. La suma de poder excesivo y ausencia de paradigmas compartidos exacerbó el potencial de dislocamiento asociado al cambio de gobierno, produciendo miedos, desequilibrios y crisis. Hoy existe la oportunidad casi única de dejar todo eso en el pasado.
México ya no es un país marginal en el mundo internacional. Cuando la economía mexicana estaba cerrada y (casi) todas las variables se encontraban bajo control gubernamental, los riesgos inherentes a la sucesión podían ser contenidos. Hoy, en el contexto de un sistema financiero abierto, una economía orientada a la exportación y una competencia inmisericorde por atraer inversión (en esto la inversión mexicana y la del exterior son indistinguibles) de la que depende el bienestar de la población, la capacidad para contener los riesgos es, simplemente, inexistente. No hay país que resista los embates de los mercados cuando se rompen los equilibrios financieros o políticos clave. Eso es lo que le pasó al imperio británico en 1992.
El México de 2018 es muy distinto al de mediados del siglo pasado, excepto en un factor: el régimen político sigue siendo, en su esencia, el mismo, pero ahora, en lugar de generar certidumbre, se ha convertido en la fuente de desequilibrios, riesgos y, de hecho, amenazas a la estabilidad. Los vastos poderes permitían que el gobierno actuara de manera concertada, como ocurrió durante la etapa del desarrollo estabilizador, pero también permitían toda clase de abusos burocráticos y políticos que quizá eran tolerables en una era anterior a la de las redes sociales. Hoy, con el acceso universal a la información, ha desaparecido la capacidad de control que era la esencia de aquel sistema.
La oportunidad radica en llevar a cabo la reforma política que el sistema anterior siempre rechazó, para construir pesos y contrapesos efectivos que le den viabilidad económica y política al país para el próximo siglo, una verdadera transformación. Sólo un presidente fuerte puede lograr esa revolución.
México necesita un cambio de régimen para construir un futuro distinto, sin pobreza y con equidad. El país requiere un sistema político fundamentado en el Estado de derecho, lo que quiere decir una sola cosa: pesos y contrapesos que protejan al ciudadano. Para lograr el desarrollo tan añorado y acabar con el clima de odio y confrontación.
@lrubiof
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Debacle y futuro de los partidos/Heriberto M. Galindo Quiñones.
La Jornada
Tras la debacle electoral propinada con el triunfo de Andrés Manuel López Obrador, la disyuntiva de los partidos políticos es transformarse, renovarse o morir. Los que sobrevivan, si quieren permanecer, tienen que operar cambios fundamentales como someterse a exámenes en todos los temas, hacer revisión y evaluación de los hechos políticos recientes, control de daños de cara al futuro y a la evolución de la política nacional y, al interpretar las señales, aprender las lecciones.
Una tomografía política indicará que los partidos que conserven su registro deberán convocar a consultas nacionales con discusiones y debates de altura, autocrítica colectiva y catarsis.
Ningún partido político está exento de cursar estas asignaturas, pues la terca realidad les exige exponerse ante la faz de la nación. Los que triunfaron deben evitar que actitudes arrogantes, soberbias y frívolas los envuelvan y caractericen sus desempeños. Los que pierdan su registro corregirán para recuperarlo.
Líderes y militantes cambiarán sus maneras de pensar, hablar y actuar, pues ya nada será igual.
En el PRI, partido en el que he militado toda mi vida, muchos están inmersos en sentimientos de tristeza, dolor, desánimo, coraje, frustración, decepción, traición, pero también de vergüenza, valor y reflexión con la esperanza de la recuperación a mediano y largo plazos. Tras la derrota es tiempo de levantar el ánimo y remprender el vuelo con inteligencia, decisión y reciedumbre, pues el PRI no está muerto ni va a morir. A pesar del quebranto sigue siendo el partido político más grande, con presencia en todo el país y con el mérito de haber contribuido, como ninguno otro, al engrandecimiento de México y a la creación de instituciones públicas de gran importancia, y ahora tendrá como propósitos fortalecer su unidad, ser oposición inteligente, impulsar cambios y seguir siendo líder en los avances, bajo las divisas de evolución, visión, inclusión, congruencia, innovación, creatividad y patriotismo.
Para operar los procesos de transformación, renovación, resurrección o advenimiento habrá que auscultar, escuchar, debatir y discernir con voluntad de cambio, con base en principios y valores de moral pública y compromiso social sobre temas y retos tan importantes como la composición de la militancia: base y cuadros dirigentes, la vigencia de los sectores y movimientos; plataforma ideológica: declaración de principios, programa de acción, estatutos, reformas estructurales, formación, capacitación, dirigencias seccionales, municipales, estatales y nacional; intelectuales, rezagos y pendientes en cuanto a libertad de expresión y libre manifestación de las ideas, respeto a los derechos humanos, justicia en todos los órdenes, estado de derecho, corrupción, impunidad, pobreza extrema, educación, cultura, salud, empleo, agricultura, desarrollo rural, pesca, acuacultura, alimentación, vivienda, juventud, niñez, mujeres, familia, deporte, equidad, ecología, divulgación editorial, comunicación social, energías limpias y renovables, recursos naturales, agua, hidrocarburos, aspectos laborales, seguridad social, política interior, seguridad nacional, combate a la violencia y al crimen organizado, soberanía, discapacidades, solidaridad nacional e internacional, política exterior, soberanía, atención a migrantes, globalización, interdependencia, vecindad y relaciones con Estados Unidos, América Latina y el Caribe. Un programa de alcance nacional.
Son tareas arduas e importantes, que deberán atenderse con solidez ideológica, cuidando que el interés de la nación esté por encima de cualquier otro. Es preciso actuar con visión, determinación, sensibilidad, pertinencia, eficiencia, prudencia, arrojo, valentía y rectitud para conectar y convencer.
Como militante propongo la consulta nacional, el cumplimiento de acuerdos, sacudimiento y depuración al interior del PRI, conservar lo positivo y desechar lo negativo, a tono con los nuevos paradigmas políticos, asumiendo que podríamos estar ante la última oportunidad de lograr transformaciones de manera pacífica.
Hoy más que nunca es aconsejable abrevar en el pensamiento visionario del insigne ideólogo, político y estadista Jesús Reyes Heroles, el gran reformador, cuyas enseñanzas y aportaciones siguen vigentes, y para atender los nuevos desafíos se impone dar la bienvenida a más ideólogos y estrategas de línea avanzada, pues tenemos una misión histórica que cumplir y no hay tiempo que perder.
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Revista Proceso # 2175, 8 DE JULIO DE 2018;
La concordia increíble/ARTURO RODRÍGUEZ GARCÍA
Durante la campaña electoral se hizo más que evidente el encono que existía desde hacía tiempo entre el empresariado mexicano y Andrés Manuel López Obrador. Pero los tiempos cambian. Una vez triunfador, el morenista dejó de referirse a esa “mafia del poder” artífice de la furibunda guerra sucia en su contra. Por la otra parte, los magnates –que no cesaban de llamarlo “un peligro para México”– lo recibieron con sonrisas y abrazos en la primera reunión que tuvieron, menos de dos días después de que el PREP diera como ganador de la Presidencia al tabasqueño.
Habían pasado menos de 36 horas desde que el conteo rápido reconociera su triunfo, cuando Andrés Manuel López Obrador precipitó su agenda para cerrar el frente abierto desde hace más de 12 años con la cúpula empresarial y reunirse con el presidente Enrique Peña Nieto.
Atrás quedaron los tiempos de denunciar a la “mafia del poder”, de calificar a la cúpula empresarial como “una minoría rapaz” o “traficantes de influencias” y de señalarla como la instigadora de las negociaciones para que uno de sus adversarios declinara por otro y le hiciera frente, y luego de la campaña negra en su contra, que solía llamar “guerra sucia”.
Los magnates, por su parte, respondieron con gestos de confianza, respeto, saludo a sus propuestas y muestras de apoyo. 
López Obrador había atenuado su talante en las últimas semanas al ofrecer para después de las elecciones un periodo de reconciliación que se concretó en la reunión del miércoles 4, acordada entre el perfilado jefe de la Oficina de la Presidencia, Alfonso Romo Garza, y el Consejo Coordinador Empresarial, pero a la que asistió también la cúpula del Consejo Mexicano de Negocios (CMN), incluido Claudio X. González.
Una fotografía se difundió ampliamente: López Obrador y González enlazados en un abrazo. La estampa fue tan inesperada como la forma tan abierta en que los magnates mexicanos irrumpieron por primera vez en un proceso electoral con el desplegado del 3 de mayo, y como la campaña que a principios de junio lanzaron en videos, comunicados, charlas, proyecciones del documental El populismo en América Latina y grupos de WhatsApp destinados a convencer a sus accionistas, empleados, clientes y proveedores de que López Obrador era “un peligro para México”.
“Fue una reunión caracterizada por la confianza y sabremos responder a dicha confianza de millones de mexicanos y de los empresarios de México”, dijo López Obrador al concluir el encuentro.
Ahí se comprometió a concederles un privilegio: reunirse cada tres meses con ellos para tener retroalimentación. Con eso, más la promesa de respetar inversiones y la autonomía del Banco de México así como un programa de 110 mil millones de pesos anuales del gobierno para pagar la nómina de jóvenes que deseen ser aprendices en sus empresas, el viraje se patentó:
“Creo que salimos muy entusiasmados, con energía, para hacer lo que tenemos que hacer. (…) Todos tenemos que hacer nuestra parte para hacer de México un país más incluyente, más próspero y que realmente le saquemos todo su potencial”, dijo González Laporte.
Otro fue Valentín Diez Morodo, quien consideró, a partir de la reunión, que habrá “una muy buena coordinación y una buena relación (del) gobierno electo próximo a confirmarse con (la) iniciativa privada”. Para él, fue una excelente reunión y “la verdad fue un privilegio trabajar hombro con hombro con este gran cambio y este gran mandato que, pues, mandó la democracia en este país, que mandó muy buenas señales a México y al mundo”.
El presidente del CMN, Alejandro Ramírez Magaña, planteó: “Fue un diálogo constructivo, conciliador, propositivo y que genera confianza, que nos da certidumbres sobre el marco regulatorio, sobre las propuestas de política pública que están por venir”.
Desde antes de la elección los acercamientos se iban construyendo por conducto de Romo, según explicó Marcelo Ebrard (Proceso 2174). Y, sin embargo, el encuentro y las declaraciones de conciliación no bastaron para la cúpula empresarial, pues decidieron realizar un video en el que aparecen varios de quienes hasta días antes se contaban entre los más críticos hacia López Obrador.
En dicho video consideran el de López Obrador como un triunfo de México, de la confianza y la esperanza de los ciudadanos, e inclusive José Antonio Fernández Carbajal, protagonista hace unas semanas de un video contra el morenista, aparece diciendo que ganó la democracia.
En tanto, la primera mención a López Obrador se le reservó al más débil pero a la vez más proactivo de los magnates del CMN, su presidente, Alejandro Ramírez Magaña, quien reconoce ahí la victoria del tabasqueño.
Eduardo Tricio, de Grupo Lala y Aeroméxico, otro de los hiperactivos antiamlistas, expuso: “De frente a la nación, le ofrecemos nuestro apoyo para construir las mejores soluciones para nuestro país”.
Sólo un aspecto del video, sin ser hostil, resulta en alusión indirecta y, pronunciado por las únicas dos mujeres del CMN, María Asunción Aramburuzabala y Blanca Treviño, se refiere a la defensa de la libertad y la democracia.
En el video, producido por el Consejo de la Comunicación, casi al final, aparece González Laporte, para decir: “Apoyemos al nuevo gobierno y trabajemos juntos con él para lograr el país que todos queremos”.
Germán Larrea, presidente de Grupo México, no se quedó atrás y en un comunicado le manifestó a López Obrador su coincidencia con el discurso triunfal, su aprecio por sus propuestas económicas, su aplauso para revisar contratos con anomalías y, finalmente, su adhesión:
“Le manifiesto que en Grupo México redoblaremos esfuerzos e inversiones para contribuir con su gobierno en el crecimiento de México. Dichas inversiones, con un alto sentido de responsabilidad social que generen importantes empleos calificados”, escribió el magnate para desearle finalmente éxito en su administración.
No fue sino hasta el viernes 6 cuando el hombre más rico del país, Carlos Slim –quien durante la campaña cuestionó la propuesta de suspender la construcción del nuevo aeropuerto internacional–, le envió una carta, de acuerdo con López Obrador, expresándole su apoyo y disposición a seguir invirtiendo en México.
En el Palacio
En el último mes de campaña, para López Obrador terminaron los tiempos de decir que el gobierno de Enrique Peña Nieto había llevado al país “al despeñadero”, de responsabilizarlo por la corrupción e impunidad, de llamarlo “vulgar calumniador” y de señalarlo por “no defender los intereses de México”.
El entonces candidato ofreció, a principios de junio, acompañar a Peña Nieto hasta el final del gobierno para que el país marchara bien, lo que, por otra parte, le generó críticas de Ricardo Anaya, quien insistía en que el tabasqueño había pactado con el actual gobierno. 
Desde el 16 de septiembre de 2004, cuando aún era jefe de gobierno capitalino, López Obrador no había regresado al Palacio Nacional. Esperaba hacerlo en 2006, para instalar ahí su gobierno; lo intentó en 2012, sin éxito. Esta vez anticipó desde las últimas semanas de campaña que buscaría a Peña Nieto apenas un día después de los comicios para abordar diferentes temas de urgencia. Finalmente dijo que sería el segundo día, pues estaría cansado por la celebración. Cumplió.
Su regreso al Palacio Nacional ocurrió la mañana del martes 3 y, aun sin tener el triunfo validado por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), Peña Nieto y López Obrador alcanzaron acuerdos:
El presidente lo invitó a la cumbre del próximo martes 24 del Foro Económico Asia-Pacífico, a celebrarse en Puerto Vallarta; también a participar en una reunión con el secretario de Estado estadunidense, Mike Pompeo; la inclusión del equipo lopezobradorista en la planeación del paquete económico, así como en el equipo negociador del Tratado de Libre Comercio con América del Norte. 
Adicionalmente abordaron asuntos de estabilidad económica y seguridad, temas anticipados en discursos y declaraciones por López Obrador desde antes de las elecciones.
Encuentro cordial y productivo, dijo AMLO, en el que Peña Nieto le habría ofrecido protección del Estado Mayor Presidencial, respecto al cual el virtual presidente electo ha dicho que prescindirá.
Peña Nieto tuvo una consideración final al ofrecer el Salón Tesorería, reservado a encuentros significativos, para que López Obrador concediera una conferencia de prensa.
Presidencialismo anunciado
Hasta la noche del viernes 6 el anuncio más polémico fue la incorporación de Manuel Mondragón y Kalb –titular de la Secretaría de Seguridad Pública al iniciarse el gobierno de Peña Nieto– como asesor de seguridad. En las redes sociales muchos de los políticos e intelectuales que habían expresado su apoyo a López Obrador, y que hasta participaron en su campaña, impugnaron esa decisión.
Mondragón, a quien se atribuye la represión contra las protestas sociales iniciadas el 1 de diciembre de 2012, ya había sido cercano al lopezobradorismo, pues antes de incorporarse al gobierno actual fungió como secretario de Seguridad Pública durante la jefatura de gobierno de Marcelo Ebrard en la Ciudad de México.
Ebrard, considerado uno de los hombres más próximos al futuro presidente de México, fue presentado el pasado jueves 7 como la propuesta de López Obrador para la Secretaría de Relaciones Exteriores. 
La decisión causó también polémica porque el “destape” de Ebrard corrió días antes –la noche del domingo 1– por cuenta de la cantante Belinda. Éste no estaba considerado en el “gabinete” que presentó en diciembre López Obrador, aquel que equiparó con el de Benito Juárez y en el que propuso para la cancillería a Héctor Vasconcelos, quien supuestamente prefirió atender su escaño en el Senado.
En el anuncio de “renuncia” de Vasconcelos al gabinete, López Obrador, que tendrá mayoría legislativa, se permitió confiar en que su “amigo” sea quien presida la Comisión de Relaciones Exteriores, admitiendo que, si bien ello no es competencia del Ejecutivo, lo vería con muy buenos ojos.
Los rasgos del presidencialismo a la mexicana han sido planteados en el Proyecto 18, la propuesta electoral de López Obrador, que inclusive los ha reivindicado en discursos y declaraciones, por ejemplo, en el tema anticorrupción, si bien suele decir que respetará la división de poderes.
No obstante se vio expuesto en otro acto que anticipa intromisión, al invitar al sacerdote católico Alejandro Solalinde a ser presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.
Dicho cargo, conforme a la normatividad, debe ser preferentemente ocupado por un abogado, y Solalinde es licenciado en historia; pero además esa designación no es facultad del titular del Ejecutivo; también corresponde al Senado la elección y aún no está convocada la renovación. El actual ómbudsman, Luis Raúl González Pérez, concluirá su periodo el próximo año.
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Revista Proceso # 2175, 8 DE JULIO DE 2018;
Esperamos lo mejor y nos preparamos para lo peor: De Hoyos/
JUAN CARLOS CRUZ VARGAS
Durante las campañas electorales el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) descalificó a Andrés Manuel López Obrador, pero el miércoles 4 llegó la reconciliación. El encuentro fue en el Club de Industriales, donde los integrantes de la élite empresarial y el virtual presidente electo se comprometieron a trabajar de la mano. Hubo apretones de manos, sonrisas y abrazos entre quienes hace un mes parecían inconciliables. 
Sin embargo, horas después el presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), Gustavo de Hoyos Walther, dejó claro en su cuenta de Twitter:
“En @Coparmex no hay, ni habrá luna de miel con @lopezobrador. No estamos en conquista de afectos, ni de cercanías. Apoyo racional, caso por caso, a las buenas políticas públicas. Y siempre, defensa inquebrantable de nuestros principios y derechos, y de cada uno de nuestros socios.”
En entrevista con Proceso, De Hoyos Walther, quien es miembro y asociado del CCE, aclara que con AMLO como presidente el sector patronal “espera lo mejor” y “se prepara para lo peor”.
“Es como el primer día de clases de la escuela primaria. Al principio todos tienen 100… Pero con el paso del tiempo vas perdiendo esa calificación por los errores. Después de que se elige, se parte de una base de confianza y buena fe, de que la parte electoral quedó atrás y hasta ahorita los mensajes han sido buenos. Esperamos lo mejor y nos preparamos para lo peor.”
Entrevistado en un salón del hotel Hyatt, en Polanco, el abogado de profesión y maestro en derecho corporativo internacional admite que la mayoría de la clase empresarial no era partidaria del líder de Morena, quien se llevó la elección con 53% de los votos.
Comenta: “Muy pocos empresarios eran fans de López Obrador. No creo que era el escenario que la mayoría de los empresarios deseaba encontrar. Sin embargo, creo que hay madurez en nuestro sector y hay una profunda convicción de que hay que salvar el estado de derecho, y estoy seguro de que el empresario que estuviera menos contento con esa posibilidad, el lunes 2 se fue a chambear y ya no le dio muchas vueltas”. 
Y abunda sobre el ánimo del sector:
“Así es que ve un optimismo, una esperanza fundada de que las cosas se mantengan bien; y, sobre todo, hay un compromiso por parte de las organizaciones como Coparmex, para hacer la defensa de cualquier violación al marco de derecho o cualquier acción que consideremos inadecuada. Nos sentimos muy tranquilos, en verdad.”
Momento inédito
Para el sector patronal, dice De Hoyos Walther, la llegada de López Obrador al poder marca “una nueva época en la política mexicana” y también representa un momento inédito en el que las diferencias del exjefe de Gobierno de la Ciudad de México con la iniciativa privada deben conciliarse. 

“Hubo momentos en la campaña electoral de una gran algidez con el ganador como nunca había existido… Había momentos de rompimiento que ya se habían dado en el ejercicio del gobierno, como con Luis Echeverría, con José López Portillo. Ha habido momentos difíciles con la actual administración, pero de origen esto nunca había pasado a la historia de la democracia mexicana”, acota De Hoyos, quien representa a 36 mil empresas en todo el país, que aportan 30% del Producto Interno Bruto (PIB) y emplean de manera formal a 4 millones de mexicanos.
 Explica:
“Esto nos implica el reto sin dejar de reconocer que somos distintos, sin tratar de ocultar que hay cosas en las que no pensamos igual. Se trata de potenciar las coincidencias, y las diferencias procesarlas con civilidad, y, de ser posible, encontrando puntos de convergencia entre las posiciones del funcionario y del sector empresarial.”
–¿Considera que la figura de López Obrador está más enmarcada en el populismo? –se le pregunta al empresario. 
–Muchas de sus expresiones a lo largo de la campaña causaron preocupación en el sector empresarial; no nos gustaron en su momento. Lo que yo veo es que de manera paulatina y en las últimas semanas ha ido matizando (su discurso) para acercarse a posiciones mucho más de centro.
De hecho, los mensajes que ha enviado el equipo del virtual presidente electo a través de su prospecto para la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, Carlos Urzúa, han dado confianza a los mercados.
Un claro ejemplo es el tipo de cambio, que la semana pasada tuvo una apreciación acumulada de 4.36% (86.8 centavos), cotizando alrededor de 19.04 pesos por dólar al mayoreo, lo que significa la mayor apreciación semanal desde diciembre de 2011, de acuerdo con el análisis del Banco Base.
Tranquilidad bursátil
Así las cosas, a la par de que la Bolsa Mexicana de Valores registró un alza semanal de 2.77%, en ventanillas bancarias el billete verde terminó la semana en 19.50 unidades. Antes de la jornada del domingo 1 cotizaba en niveles superiores a los 20 pesos.
Sin embargo, Banco Base señaló que “tomando en cuenta las tres elecciones presidenciales anteriores (2000, 2006 y 2012), la recuperación del peso después del proceso electoral ha sido la regla y no la excepción. Por este motivo, la apreciación de la divisa nacional sólo confirma que durante la semana se redujo la especulación en contra de la moneda nacional que se había acumulado particularmente desde la segunda mitad de mayo”.
Aunque las señales han provocado optimismo, la agencia calificadora Standard & Poor’s adelantó que “la capacidad del nuevo presidente de México para sostener el crecimiento del PIB y la estabilidad, al mismo tiempo que cumple otros objetivos de políticas, ayudará a determinar la trayectoria de las calificaciones crediticias del soberano”. 
Eso no es todo. Según la misma firma, con sede en Nueva York, AMLO tendrá que corregir “el exacerbado nivel de violencia en el país”, abatir la corrupción, fortalecer el ejercicio de la ley y el andamiaje institucional del país; además, la calificadora le recomendó darle mayor dinamismo a la economía… Dicho sea de paso, esos items son los que deja maltratados el presidente Enrique Peña Nieto.
Dentro del balance que dejó la jornada electoral del domingo 1, la Coparmex destaca el surgimiento de Morena, que en menos de cuatro años se convirtió en la fuerza política mayoritaria del país, así como la elevada legitimación, mediante los votos, que tiene AMLO.
En su análisis, De Hoyos no deja pasar el fracaso que significó para el PRI haber obtenido el tercer lugar de la elección con José Antonio Meade Kuribreña como candidato.
–¿Cuál es la reflexión que usted hace ante los resultados tan contundentes que dieron la victoria al candidato de la coalición Juntos Haremos Historia? 
–El señor López Obrador tuvo la claridad para entender el profundo hartazgo de los ciudadanos con la corrupción galopante que hemos vivido en épocas recientes en el país en todos los órdenes de gobierno. No nada más habla de la Presidencia de la República, que no la excluyo. Todo esto detonó que muchas personas que no tenían muchas coincidencias con el tabasqueño decidieran apoyar esa propuesta política. 
–¿No le preocupa la preponderancia que tiene Morena en el Congreso y en otras latitudes institucionales? 
–Nos hubiera gustado un mayor contrapeso. Pero así es la democracia. Es la voluntad de los ciudadanos y hay que trabajar con ella. Es el mandato supremo que recibe cualquier institución del Estado mexicano. Lo que sí creo es que son los retos en los que hay que trabajar como país, tomando en cuenta la representatividad mayoritaria.
Según el líder de la Coparmex, López Obrador debe fortalecer la división de poderes, revitalizar el federalismo, respetar la autonomía de instituciones, como el Banco de México, así como impulsar la participación de la sociedad civil en la agenda pública.
El entrevistado tiene muy claro su accionar frente al nuevo gobierno y alza la voz:
“Nosotros vamos a seguir impulsando invariablemente una economía de mercado. No creemos en las propuestas que implican cerrar el país. No creemos en las políticas basadas en el autoconsumo nacional; no creemos en una sustitución de importaciones, sino en un país con capacidad para relacionarse de manera ágil con otras economías y que haya condiciones para que los individuos puedan seguir desarrollándose”.
Para el dirigente empresarial, la estabilidad y la gradualidad son dos factores determinantes de éxito o fracaso de todo lo demás que haga el gobierno de López Obrador.
 “Si no se logra un cambio con gradualidad, incluso si va en la dirección correcta, puede generar que se pierda el control de la estabilidad económica y con ello la estabilidad social del país incluso”, advierte.
–¿Cuál sería el peor escenario para el sector patronal? 
–Lo peor sería una política pública, planeada o no, que vaya en contra de la libertad en cualquiera de sus formas. Cualquier restricción a la libertad de expresión, a la libertad de emprender, cualquier restricción a poder traer servicios del extranjero, por ejemplo.
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Adiós al discrecional y siniestro Estado Mayor Presidencial/JORGE CARRASCO ARAIZAGA
Tras el anuncio de Andrés Manuel López Obrador de que prescindirá del Estado Mayor Presidencial para su resguardo y en cambio lo integrará al Ejército, el especialista en seguridad nacional Erubiel Tirado señala que éste se ha constituido en un cuerpo militar privilegiado que no rinde cuentas a nadie y ha sido utilizado en misiones cuestionables, como la represión del movimiento estudiantil de 1968 y la guerra sucia contra la guerrilla y los líderes sociales.
El Estado Mayor Presidencial (EMP) estaba fuera de duda para el poder político militar. A esa guardia castrense a disposición del presidente de la República y de su familia desde hace 76 años la alcanzó la “austeridad republicana” pregonada por el próximo mandatario, Andrés Manuel López Obrador. Sus millonarios recursos, equipo e instalaciones entraron en los planes de ahorro del futuro gobernante, pero también pesó su desconfianza hacia un cuerpo que sabe todo del presidente y no rinde cuentas a nadie.

Pasada la euforia del triunfo electoral, el martes 3 López Obrador anunció lo que había adelantado en campaña: que el EMP dejará de formar parte de la Presidencia de la República y se integrará a la Secretaría de la Defensa Nacional. 

De tajo, los más de 2 mil elementos del Ejército y la Marina vieron llegar el fin de los privilegios que les ha traído ser parte de lo que se conocía como un Ejército dentro del Ejército, por ser un cuerpo militar que se mandaba solo y que también ha estado al servicio de la represión, como en la matanza estudiantil del 2 de octubre de 1968 en Tlatelolco.
Su autonomía se ha complementado con millonarios recursos. Tan sólo para este año, la Secretaría de Hacienda le dio, con el aval del Congreso, 640 millones de pesos, una tercera parte del total del gasto de la Presidencia de la República. Fue el segundo rubro en importancia, seguido por el de difusión de las actividades presidenciales, que contó con mil millones de pesos. 
De acuerdo con la Presidencia de la República, el estado de fuerza del EMP no es menor: 2 mil 21 efectivos, en su mayoría del Ejército y de la Marina, una flota aérea de nueve aviones y ocho helicópteros. En ese equipo se cuenta la nave que compró el gobierno de Felipe Calderón al final de su gestión en 7 mil 500 millones de pesos y que usufructuó el saliente Enrique Peña Nieto. AMLO pretende vender ese aparato. “Ya se lo ofrecí a Donald Trump”, insistió durante su campaña.
La fuerza militar al servicio del titular del Ejecutivo cuenta además con un Cuerpo de Guardias Presidenciales, integrado por otros 4 mil efectivos y el 24 Batallón de Infantería de Marina de Guardias Presidenciales.
Su mando está concentrado en la todavía residencia oficial de Los Pinos y tiene oficinas en el edificio conocido como Molino del Rey, enfrente de Los Pinos y en avenida Constituyentes. También posee instalaciones en el hangar presidencial en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y dispone de infraestructura deportiva, incluidos campos de tiro y equitación, que son utilizados por los presidentes, sus hijos y sus cercanos.
La mayoría de elementos del EMP son militares. De los 2 mil 21, el 80% pertenece a las tres Fuerzas Armadas (Ejército, Fuerza Aérea y Marina). Hay 52 policías federales y 383 civiles. Entre los militares, ocho de cada 10 pertenece el Ejército y el resto se lo dividen por igual la Fuerza Aérea (que pertenece al Ejército) y la Marina.
El presidente tiene a su disposición en el EMP a 12 generales y almirantes, 187 jefes o capitanes, 550 oficiales y 836 soldados de tropa y marinería. El 16% son mujeres. Todo y todos a disposición del presidente.
La medida de prescindir del EMP incide en las relaciones entre civiles y militares, aunque podría estar lejos del inicio de un cambio en la manera en que los segundos han participado en el poder político desde hace un siglo, cuando triunfaron en la Revolución Mexicana y crearon una institucionalidad a su favor, consideran expertos consultados.
El propio López Obrador salió el jueves 5 a dar un mensaje de tranquilidad a las Fuerzas Armadas, en particular a los altos mandos, como se identifica en el Ejército y la Marina a los secretarios de la Defensa Nacional (Sedena) y de la Marina (Semar). 
A pesar de los desencuentros que tuvieron desde que era precandidato por temas como la amnistía y la Ley de Seguridad Interior (Proceso 2155), el virtual presidente electo dijo que respetará “los usos y costumbres militares” para la designación de los sucesores del general Salvador Cienfuegos y el almirante Vidal Francisco Soberón Sanz.
Prácticas arcaicas
El ritual sexenal marca que, una vez obtenida su constancia de triunfo, que ocurre en los primeros días de septiembre, el presidente electo les pide a los secretarios de Sedena y Semar nombres de sus posibles sucesores. El futuro presidente y sus asesores hacen las selecciones a partir de esas propuestas, lo cual ha garantizado que los jefes del Ejército y de la Marina sean militares en activo, no en retiro, como el caso del general Audomaro Martínez, quien ha acompañado a López Obrador desde su campaña presidencial de 2006, cuando todavía era militar en servicio, pero con licencia.
El constitucionalista Diego Valadés considera que la decisión del próximo presidente de prescindir del EMP es sólo una medida administrativa. Aunque sugiere que la revisión de las relaciones entre el poder civil y el poder militar no puede ser por ahora una de las prioridades del nuevo gobierno, considera que la Sedena y la Semar deben ser conducidas por civiles.
“La reubicación de una corporación es una decisión administrativa. De todas maneras, el presidente tendrá que seguir contando con un sistema de seguridad porque lo imponen las necesidades del país”, dice el investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM en entrevista.
Abunda: No hay que olvidar que el presidente de la República es el jefe supremo de las Fuerzas Armadas y no importa en qué ubicación administrativa se encuentren quienes tienen a su cargo su seguridad, porque de todas maneras la estructura castrense completa del país depende de un jefe supremo que tiene el mando y que es el presidente.
Ante los desencuentros que López Obrador tuvo con la cúpula militar, Valadés dice no tener duda de que los militares “van a hacer honor a su compromiso institucional de lealtad al Estado y de lealtad al presidente”. Pero este tema, dice, se tendrá que revisar más adelante.
“Pero lo que sí se puede decir ahora es que la presencia de militares en activo en el gabinete presidencial ya es un arcaísmo, ya son muy pocos los países en América Latina que conservan militares en activo como titulares de secretarías de Estado”, dice respecto a que la titularidad de las secretarías de la Defensa Nacional y de la Marina siguen en manos de generales y almirantes en servicio.
“Si vemos qué pasa en el mundo democrático, encontraremos que todos los ministerios militares son encabezados por civiles. Y a eso tendremos que llegar en México. Es inoportuno proponerlo para el gobierno del presidente López Obrador porque podría dar lugar a malas lecturas. Pero desde ahora, como ciudadano y profesor de derecho constitucional, puedo plantear que a partir de 2024 los ministerios militares sean encabezados por civiles, como ocurre en todos los sistemas democráticos”.
Abunda: Tenemos que llegar a eso, pero no hay que generar malos entendidos, sobre todo por las tensiones reales o imaginarias. Hay que evitar una mala lectura por parte de los militares, pero se tiene que preparar a los militares para entender que los ministerios son políticos, no son propiedad de las corporaciones castrenses. La parte técnica, como los estados mayores, por supuesto que sí; pero la conducción debe ser siempre civil o de un militar en retiro, no con militares en activo.
El inicio de un cambio
Erubiel Tirado, especialista en seguridad nacional y coordinador del diplomado en esa área de la Universidad Iberoamericana, dice que la decisión de López Obrador de sacar al Estado Mayor Presidencia de la Presidencia e integrarlo al Ejército tiene “una gran carga de simbolismo” que puede marcar el inicio de la revisión de las relaciones entre civiles y militares, después de décadas en que éstos han conservado ese espacio de poder dentro de la propia Presidencia.
En un texto entregado a Proceso, titulado “Estado Mayor Presidencial, ¿extinción, absorción… o gatopardismo?”, el especialista dice que por las declaraciones posteriores de López Obrador de que la designación de los nuevos titulares de la Sedena y de la Semar será conforme a los usos y costumbres militares, “estamos de forma tímida o titubeante ante el preámbulo de un cambio sustantivo en las relaciones civiles militares en México”. 
Observa que, pese a su presencia entre las élites políticas y sus manifestaciones de fuerza sin control ni responsabilidad legal, el EMP es una institución poco conocida en México. Muestra de su presencia e importancia en la vida pública del país es que participó en la provocación de la masacre del 2 de octubre en Tlatelolco.
También, con un amplio abanico de actividades de inteligencia establecidas discrecionalmente en sus reglamentos, tuvo un papel en las actividades de la guerra sucia de los años setenta y parte de los ochenta.
El EMP era asimismo el responsable de la seguridad del candidato presidencial del PRI, Luis Donaldo Colosio, cuando fue asesinado el 23 de marzo de 1994 en Tijuana. Ese magnicidio fue referido públicamente por López Obrador como uno de sus motivos para rechazar la protección de ese aparato que se define como un “órgano técnico militar” bajo el mando del presidente.
Es el mismo aparato que por razones de “seguridad nacional” decidió la compra del avión que estrenó Peña Nieto, pero que en realidad se compró en 2012, al final del gobierno de Calderón, dice el especialista.
Son muestras del papel que el EMP ha tenido en México desde su creación en 1942, en el gobierno del general Manuel Ávila Camacho, y que en el año 2000, cuando Vicente Fox llegó a la presidencia, dijo que lo de­saparecería, pero se quedó en declaración.
Egresado de la London School of Economics, Tirado dice que el EMP, al que caracteriza como “una guardia pretoriana”, es “el último eslabón de una cadena del caudillismo militar” surgido de la Revolución Mexicana y que con el tiempo “se transformó en un coto de poder fáctico”.
De la coartada de ver por la seguridad del candidato presidencial ganador ha pasado a ensalzar por sí mismo su importancia “estratégica y de seguridad nacional”, sin considerar que en el mundo existen modelos civiles eficientes de protección de dignatarios, con leyes y reglas claras que evitan la impunidad o castigan los abusos en el ejercicio de la protección de un jefe de Estado o de Gobierno, afirma.
Para el especialista, el EMP “se mueve principalmente en el mundo de las reglas no escritas del sistema político mexicano y de las normas discrecionales que prohijó un presidencialismo autoritario”.
La decisión de López Obrador de reducir a lo mínimo necesario su seguridad y prescindir de la logística de un aparato militar a su servicio contrastó con el anuncio hecho la tarde del viernes por quien será el responsable de una restituida Secretaría de Seguridad Pública, Alfonso Durazo. 
Él anunció la incorporación al equipo asesor de seguridad de López Obrador de quien fuera el primer titular de la Comisión Nacional de Seguridad (CNS) del gobierno saliente, Manuel Mondragón y Kalb, conocido por la utilización de un gran aparato de seguridad para él y su familia. 
Policías federales y exfuncionarios de la CNS consultados por el reportero recuerdan que Mondragón utilizaba más de 100 escoltas cuando era el titular de la comisión. Lo recuerdan también desplazándose en un auto Mercedes Benz blanco, que nadie volvió a usar desde su salida de la Comisión, en marzo de 2014.
Sus más cercanos colaboradores también gozaban de un amplio servicio de protección, incluso en los pasillos de la institución de la que Mondragón y Kalb salió sin echar a andar la Gendarmería Nacional, la fracasada gran apuesta de Enrique Peña Nieto en contra de la inseguridad.
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Aprobar las iniciativas de AMLO, prioridad de la próxima Legislatura
JESUSA CERVANTES
Luego del abrumador voto ciudadano que lo instalará en la Presidencia de la República, Andrés Manuel López Obrador está obligado a mantener su alianza con los partidos del Trabajo y Encuentro Social en el Congreso de la Unión para sacar adelante los proyectos de cambio que ha preconizado en los últimos 12 años y en su reciente campaña. Los retos son enormes e incluyen la abrogación de las reformas estructurales de la administración peñanietista.
En Cámara de Diputados la coalición Juntos Haremos Historia contará con 303 legisladores, según las proyecciones del Instituto Nacional Electoral (INE), suficientes para echar atrás el gasolinazo y hacer un recorte de 125 mil millones de pesos al gasto público a fin de cumplir el compromiso de otorgar una pensión universal a los adultos mayores, así como becas a los jóvenes.
Esos tres conceptos son el reto inmediato de la coalición, que deberá confeccionar la Ley de Ingresos y el Presupuesto de Egresos para 2019, cuya aprobación deberá efectuarse a más tardar el 15 de diciembre.
Los integrantes del nuevo Congreso de la Unión –500 diputados y 128 senadores– rendirán protesta el 31 de agosto, por lo que sólo tendrán tres meses y medio para analizar números y modificar partes sustanciales de los documentos base en los cuales se sostiene la distribución del ingreso y gasto para pobres, ricos y la clase media.
Sin embargo, el equipo económico del presidente Enrique Peña Nieto, que incluye al subsecretario de Hacienda, Miguel Messmacher Linartas, recibió la instrucción de que no inicie contactos con los integrantes del grupo de transición de López Obrador.
Carlos Urzúa, quien se perfila como próximo secretario de Hacienda y Crédito Público (SHCP), y el titular de la dependencia, José Antonio González Anaya, iniciarán sus proyecciones cuando AMLO reciba la constancia de mayoría, lo cual ocurrirá a más tardar el 5 de septiembre.
En San Lázaro –donde se aprueba la Ley de Ingresos y el Presupuesto de Egresos–, Morena, PES y PT contarán con 303 escaños, y si bien la mayoría de los futuros diputados carece de experiencia, las demás bancadas son exiguas: la de Por México al Frente, conformada por el PAN, el PRD y MC, tiene 140; mientras PRI-PVEM-Panal, partidos que impulsaron a Meade, sólo alcanzaron 57. 
De acuerdo con las proyecciones del INE, la Cámara de Diputados se conformará de la siguiente manera: Morena, 185; PAN, 92; PT, 62; PES, 56; PRI, 40; MC, 29; PRD, 19; PVEM, 15, y Panal sólo dos.
Y aun cuando el cómputo distrital concluye el miércoles 11, es probable que haya impugnaciones. De ocurrir así, el Tribunal Electoral tendrá la última palabra. 
Gasto, ley de seguridad interior, amnistía…
Durante sus tres campañas presidenciales López Obrador invocó de manera constante los postulados de José María Morelos y Pavón alusivos a la moderación de la indigencia y la opulencia, así como los de Benito Juárez relativos a la honestidad administrativa, para lograr, dijo, una República liberal y democrática.
De lo anterior surgió la iniciativa de Ley de Austeridad Republicana que el 13 de octubre de 2009 presentaron Ifigenia Martínez, Jaime Cárdenas Gracia, Mario di Costanzo, Ricardo Monreal y Adán López Hernández bajo las siglas del Partido del Trabajo, cuya bancada se asumió como defensora e impulsora de las propuestas enarboladas por López Obrador en 2006.
Esa iniciativa incluyó la reducción de los sueldos de los altos funcionarios, la cancelación de la pensión a los expresidentes de la República, así como terminar con privilegios administrativos, la reducción de fideicomisos, la compactación de compras y varios aspectos más que estuvieron a cargo del entonces diputado Di Costanzo. Con ello, según las proyecciones, en 2010 se lograría un ahorro de 250 mil millones de pesos.
De acuerdo con la exposición de motivos de aquella ley de 42 artículos, los ahorros serían “no sólo para resolver la crisis económica o generar recursos presupuestales para el desarrollo productivo y la realización de programas sociales en beneficio de más personas, sino porque –señalaba el documento– estamos convencidos de que una manera de generar equilibrio y justicia en la sociedad reside en alentar políticas de mayor igualdad salarial entre todos los sectores del país”.
Asimismo, asentó lo que López Obrador mantuvo a lo largo de 12 años: que “México es un país de privilegios para unos cuantos y de carencias para millones. El sistema político e institucional está diseñado para privatizar los beneficios y socializar las pérdidas”.
El próximo Congreso y la mayoría simple en la Cámara de Diputados –integrada por Morena, PES y PT– contempla ahorros en rubros similares a los de aquella ley, que PAN, PRI y PRD bloquearon. Por eso ahora los legisladores de la coalición Juntos Haremos Historia están obligados a impulsar la nueva iniciativa, que prevé ahorros por 412 mil millones de pesos.
Tan sólo en la reducción de sueldos el ahorro estimado será de 56 mil millones, otros mil 872 millones en Comunicación Social, 98 mil millones en una reducción gradual de fideicomisos por mejores condiciones en las compras del gobierno y adquisición de servicios, así como 62 mil millones en otros rubros.
Carlos Urzúa asegura que para implementar el programa de becas para jóvenes se requieren 90 mil millones de pesos y otros 35 mil millones para la pensión a los adultos mayores; es decir, 125 mil millones de pesos.
El martes 3, López Obrador dijo al término de su encuentro con Enrique Peña Nieto en Los Pinos: “En el presupuesto 2019 viene el aumento en la pensión a los adultos mayores; apoyo a estudiantes para garantizar el derecho al estudio y trabajo, ajuste a los sueldos de altos funcionarios, empezando por el sueldo del (futuro) presidente: ganaré menos de la mitad de lo que gana Peña Nieto”.
Para lograrlo, comenta a Proceso el exdiputado Jaime Cárdenas Gracia, quien participará en la redacción de la Ley de Austeridad Republicana, los diputados de la coalición deberán discutir y aprobar.
Otros retos
De los ajustes a los salarios y los demás rubros se obtendrán los recursos para el pago de las pensiones y el otorgamiento de becas, dice Cárdenas Gracia, catedrático del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM. También llama la atención sobre otro tema prioritario: el de los gasolinazos.
Al respecto, Urzúa declaró que se mantendrá el precio de los combustibles y que los aumentos irán acordes con el índice inflacionario.
Para lograrlo, expuso, hay varias vías; una de ellas, regresar el Impuesto Especial sobre Productos y Servicios (IEPS).
El precio al libre mercado y el aumento del IEPS se aprobó en la Ley de Ingresos para 2017, aunque esa liberación, acordada en la reforma energética de diciembre de 2013, se adelantó para el 1 de enero de 2017, cuando debió establecerse en 2018.
Gracias a esos cambios, aprobados por el PAN y el PRI en San Lázaro, el gobierno federal incrementó sus ingresos en 166 mil millones de pesos, sólo por concepto de IEPS a combustibles.
En el primer año de su gobierno, Peña Nieto obtuvo 30 mil 321 millones de pesos por concepto de IEPS; en 2017 la recaudación fue de 284 mil 884 millones.
El reto para AMLO y su bancada, indica Cárdenas, es bajar el precio de los combustibles. Si lo hace eliminando el incremento del IEPS de aquel año, es factible que provoque un descontrol fiscal. Otra opción es reducirlo, vía subsidio, o restableciendo el periodo de gracia de 14 meses, que se adelantó en 2017. En esos 14 meses podrían explorarse otras formas de ofrecer gasolinas más baratas.
Otra reforma inmediata, dice, será modificar la Ley Orgánica de la Administración Pública para desincorporar las tareas de seguridad pública de la Secretaría de Gobernación, así como diseñar el reglamento de la nueva Secretaría de Seguridad Pública.
Un punto urgente que demanda la sociedad, añade, es echar atrás la Ley de Seguridad Interior, aunque Alfonso Durazo dijo que esperarán a que la Corte se pronuncie sobre el tema.
Los próximos diputados también tendrán que confeccionar, junto con las organizaciones de la sociedad civil, la Ley de Amnistía; les corresponde asimismo modificar la Ley de Extinción de Dominio, para que lo incautado a los narcotraficantes se constituya en un fondo, parte del cual se distribuya entre los cuerpos policiacos encargados de combatir el narco. “Eso ayudaría a detener alianzas entre policías e integrantes del crimen organizado”.
Otra ley a modificar es la de Adquisiciones y Obras públicas, “para que las licitaciones sean públicas y transparentes. Las que no se ciñan a ese parámetro, deberán anularse, dice. 
A la próxima Legislatura le toca también debatir y aprobar la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, para acabar con el traslado de partidas, la discrecionalidad con que actúa la SHCP y para evitar que en los estados se cambie el destino de esas partidas.
Los legisladores que entrarán en funciones el próximo 1 de septiembre también deberán discutir la reforma educativa y cancelarla, como dijo López Obrador durante su campaña.
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Para la coalición de Morena, carro semicompleto en el Senado y en los estados
JENARO VILLAMIL
Las primeras horas del lunes 2 fueron apabullantes en la sede nacional del PRI, cuando empezaron a llover las confirmaciones trágicas: el partido perdía ante el ­lopezobradorismo la Presidencia, la mayoría de los gobiernos estatales, municipios, congresos locales y federal y el Senado, donde a duras penas alcanzará 13 escaños. El arrasamiento morenista pasó también por encima de la coalición Por México al Frente, cuyos integrantes apenas rescataron migajas de poder. 
No terminaba la sorpresa ante la debacle en la sede nacional del PRI, cuando en las primeras horas del lunes 2 las noticias que llegaban eran dramáticas: no sólo perdía la Presidencia de la República y la mayoría en el Congreso, sino que la coalición Juntos Haremos Historia (Morena-PT-Encuentro Social) arrasaba en cinco de nueve estados, en 252 municipios –incluyendo nueve capitales– y en 19 de los 26 Congresos locales ganaba la mayoría.
“Esto es una nueva hegemonía”, admitió ante los medios Rubén Islas, asesor electoral del PRD en el Estado de México, cuando las cifras del Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) y del cómputo de los 300 distritos electorales federales demostraban que el PRI se hundía en prácticamente todos los estados, sin alzarse con ninguna victoria por mayoría relativa, y perdía ante la coalición PAN-PRD-MC la gubernatura de la única entidad donde tenía posibilidades: Yucatán.
Su peor derrota fue en el Senado de la República. De tener 55 legisladores en una cámara de 128 curules que coordinó seis años Emilio Gamboa Patrón, el PRI a duras penas alcanzará 13 senadurías, la mayoría por la vía plurinominal y las demás, como primera minoría.
En contraste, Juntos Haremos Historia podría alcanzar 70 de los 128 escaños, de los cuales 55 son de Morena. La coalición Por México al Frente (PAN-PRD-Movimiento Ciudadano) se quedaría con 38 senadores, de los cuales 23 son de Acción Nacional, siete de MC y ocho perredistas, cifras que confirmarán los resultados definitivos del PREP.
Entre las pocas figuras del tricolor que alcanzarán a ser senadores estará la hija de Manlio Fabio Beltrones, Sylvana, quien obtuvo 27.4% de los votos en Sonora, frente a 46.9% de la fórmula de Juntos Haremos Historia que llevará a la cámara alta a Lilly Téllez, exconductora de TV Azteca.
El sorprendente crecimiento de Morena en Sonora borró el bipartidismo de la entidad: ganó 22 alcaldías, incluyendo la capital, y 20 de los 21 distritos para el Congreso local. La coalición PRI-Verde-Panal quedó en un lejano segundo lugar, con 22 municipios y arrasada en el Congreso.
A la lista del Senado también ingresó el exgobernador mexiquense Eruviel Ávila, quien no podía ocultar el asombro de ver perdidos en menos de un año todos los bastiones tricolores del Estado de México: en Ecatepec, municipio que gobernó dos veces, ganó el candidato de Morena, Fernando Vilchis, con 212 mil votos de diferencia frente al aspirante priista.
Al Senado también entró el exsecretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong, cuyo partido perdió 17 de los 18 distritos electorales locales ante Juntos Haremos Historia y las siete diputaciones federales en su natal Hidalgo. 
En la lista plurinominal del Senado estarán la exdirigente nacional del PRI, Beatriz Paredes Rangel y su pupilo yucateco Jorge Carlos Ramírez Marín, pero ninguno de ellos pudo salvar la debacle del tricolor en Tlaxcala, que ella gobernó y donde Morena ganó los 15 diputados locales.
Otros priistas que entrarán por la vía plurinominal al Senado son la exsecretaria general del PRI, Claudia Ruiz Massieu; Nuvia Mayorga Delgado, Mario Zamora Gastélum, Manuel Añorve y el cetemista Carlos Aceves del Olmo. La mayoría de los excolaboradores peñistas y de los mandatarios estatales priistas que aspiraban al Senado fueron derrotados.
En el norte del país, donde no figuraba, Morena ganó cinco alcaldías en Chihuahua, incluyendo Ciudad Juárez, el municipio fronterizo más importante, cuatro en Coahuila, cinco en Tamaulipas, tres en Nuevo León, 22 en Sonora y en Baja California Sur arrasó con las diputaciones locales, las diputaciones federales y tres de los cinco municipios, incluyendo el destino turístico más importante de la zona, Los Cabos, y la capital, La Paz.
Incluso ganó en Baja California, la primera entidad gobernada por el PAN. Juntos Haremos Historia triunfó en los ocho distritos electorales en juego y la senaduría fue para Jaime Bonilla.
Morena ganó en varias capitales estatales donde antes era inexistente o muy débil: Chetumal, Hermosillo, Toluca, Culiacán, Morelia, Cuernavaca, Villahermosa, Tuxtla Gutiérrez, Oaxaca y Zacatecas.
Y los congresos estatales donde será mayoría son los del Estado de México, Sonora, Tabasco, Chiapas, Morelos, Oaxaca, Durango, San Luis Potosí, Tlaxcala, Colima, Hidalgo, Veracruz, Ciudad de México, Sinaloa, Chihuahua, Michoacán y muy probablemente Puebla, cuyo litigio poselectoral llegará hasta el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
Debacle mexiquense
Hace apenas un año el PRI ganó la gubernatura del Estado de México con Alfredo del Mazo, con 33.69% de los votos, gracias a la coalición con el Verde, Panal y algunos partidos locales; Morena se alzó como segunda fuerza con Delfina Gómez, quien logró 30.91% de la preferencia electoral.
Tras las elecciones federales y locales de este domingo 1, el PRI se hundió al tercer lugar en la entidad: sólo tuvo 21% de la votación federal y perdió la mayoría de los 84 municipios que habían ganado en 2015, con una votación total de 1 millón 528 mil votos, 16% menos que lo obtenido en 2017, según el PREP.
Los cómputos preliminares locales revelan que en las elecciones municipales, la coalición Morena-PT-PES tuvo 36.11% de los votos en las alcaldías y PAN-PRD-MC, 24.7%.
De los 41 distritos federales en disputa en el Estado de México, Morena ganó 37, mientras el PRI sólo mantuvo la victoria en tres con un alto porcentaje de voto rural y clientelar con los candidatos Ricardo Aguilar Castillo, “delfín” de Enrique Peña Nieto y exdirigente estatal priista que habría triunfado en el distrito de Jilotepec; Eduardo Zarzosa Sánchez, en el de San Felipe del Progreso; y Cruz Roa Sánchez, de Tejupilco.
Morena y sus aliados obtuvieron en la entidad 2 millones 632 mil 272 sufragios, un incremento de 41% entre 2017 y 2018, según las cifras preliminares del conteo distrital. 
La alianza PAN y PRD también retrocedió: perdió 53 mil 128 votos entre 2017 y 2018, así como municipios emblemáticos, en especial los panistas. 
Todo el “corredor azul” de los municipios conurbados que el PAN gobernó desde los noventa en el Estado de México le fue arrebatado por Morena, con candidatos que provenían del panismo o que estuvieron entre las familias más importantes del blanquiazul.
El caso de Patricia Durán Reveles, alcalde ganadora en Naucalpan, es representativo. Hermana del exalcalde y exdirigente estatal panista José Luis Durán Reveles, decidió postulare por la coalición Juntos Haremos Historia, con el apoyo del expresidente nacional panista Manuel Espino, dirigente del movimiento Ruta 5, que se alió al ­lopezobradorismo durante esta campaña. 
Durán recibió ya la constancia de mayoría con 174 mil 551 votos. Ahí perdió el candidato del frente PAN-PRD-MC, Alfredo Oropeza, quien se desfondó ante el cambio de muchos votantes panistas hacia Morena.
En Metepec, uno de los municipios más prósperos del Estado de México, conurbado a Toluca, la coalición Morena-PT-PES ganó con Gabriela Gamboa, quien se impuso a la prima del actual mandatario estatal Carolina Monroy del Mazo. En la diputación federal de Metepec también ganó la coalición Juntos Haremos Historia con la candidatura de Óscar González Yáñez, exalcalde petista.
González Yáñez, quien articuló alianzas con una diversidad de grupos, incluyendo al Movimiento Nacional por la Esperanza, dirigido por René Bejarano, ocupará un papel importante en la política mexiquense, después de Higinio Martínez, cabeza del grupo político de Texcoco, que tendrá la hegemonía en la mayoría de las diputaciones y alcaldías ganadas por Morena.
En Tlalnepantla, otrora bastión panista, Morena postuló a Raciel Pérez Cruz, quien sumó a su candidatura a alcalde a 60 expanistas. 
Ulises Murguía Soto, quien apenas hace tres años fue candidato de Acción Nacional a diputado local, ganó por Morena la diputación federal por el distrito de Tlalnepantla.
Además de Toluca, Atlacomulco y Ecatepec, bastiones simbólicos del priismo, la coalición Morena-PT-PES también ganará las alcaldías y los distritos federales de Chalco, Tecámac, Valle de Chalco, Almoloya, entre muchos otros.
Nezahualcóyotl, enclave de poder del grupo perredista ADN, encabezado por Héctor Bautista, vivió un peculiar fenómeno de voto diferenciado. A pesar de que triunfó en la alcaldía Juan Hugo de la Rosa, las diputaciones locales y federal de este municipio las perdió la coalición PAN-PRD-MC ante los candidatos de Morena-PT-PES.
El PRI ha concentrado su poder y la defensa de su triunfo en el municipio de Valle de Bravo, pero el viernes 6, simpatizantes de Morena, Vía Radical y Panal exigieron frente a la Junta Municipal 111 trasladar todos los paquetes electorales a la sede del Instituto Estatal Electoral en Toluca, pues la victoria del aspirante priista Mauricio Osorio Domínguez, con 9 mil 486 votos oficialmente computados, es muy apretada frente al candidato de la coalición Juntos Haremos Historia, Michelle Núñez Carbajal, que tiene 8 mil 684 votos.
Caso Hidalgo
Junto con el Estado de México, la nueva hegemonía de Morena también barrió en Hidalgo. Por primera vez en 80 años el PRI perdió el control del Congreso local, de las diputaciones federales y de la senaduría, en una coalición con grupos expriistas y del Grupo Universidad en el mismo bastión del exsecretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong, y del exprocurador Jesús Murillo Karam, ambos exmandatarios locales. 

Juntos Haremos Historia se llevó 18 diputaciones locales, siete federales y la senaduría. Con 95% del PREP, la coalición tuvo 44.39% de los votos.

Para lograrlo, la coalición lopezobradorista incorporó a siete de 18 candidatos a diputados locales a figuras vinculadas con el Grupo Universidad, encabezado por Gerardo Sosa Castelán: exmilitantes priistas vinculados con grupos locales, como el del exgobernador Francisco Olvera; el apoyo de Canek Vázquez, exmilitante priista vinculado a Manlio Fabio Beltrones; y hasta a simpatizantes de David Penchyna, adversario interno de Omar Fayad a la gubernatura por el PRI, apoyaron la ola morenista en Hidalgo.

En la entidad, Juntos Haremos Historia articuló un auténtico “arcoíris de expriistas”, así como de experredistas y algunos cuadros panistas para desafiar la hegemonía del PRI y del gobierno de Omar Fayad, a pesar de una clara hostilidad de la prensa local hacia Morena y de un clima de persecución y de provocaciones durante toda la campaña.

Morena ganó en los distritos locales de Zimapán, Zacualtipán, San Felipe Orizatlán, Huejutla, Ixmiquilpan, Huichapan, Mixquiahuala, Actopan, Pachuca, Metepec, Apan, Tulancingo, Tula, Tepeji del Río, Tizayuca, Villas del Álamo y Tepapulco.

Arrasó también en las siete diputaciones federales con Fortunato Rivera Castillo (Huejutla), Cipriano Charrez Pedraza (Ixmiquilpan), Simey Olvera Bautista (Actopan), María Isabel Alfaro Morales (Tulancingo de Bravo), Julio César Ángeles Mendoza (Tula de Allende), Lidia García Anaya (Pachuca) y Janet Téllez Infante (Tepeapulco).

El dirigente de Morena en Hidalgo, Abraham Mendoza Zenteno, hasta reprodujo el viejo lenguaje priista para presumir su triunfo: “Obtuvimos el carro completo”, aunque vislumbró “el inicio de la alternancia para el Poder Ejecutivo en nuestra entidad”.
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