Agusta de la angustia
El siniestro en el que perdieron la vida Martha Érika Alonso y Rafael Moreno Valle pone en la mira del escrutinio público el tema de la seguridad aérea en el país
Reportaje de Héctor Dávila, especializado en aviación, director de la revista América Vuela.
El espantoso accidente en vísperas de Navidad, en el que murieron la Gobernadora de Puebla, Martha Érika Alonso Hidalgo, y su esposo, el senador Rafael Moreno Valle, junto con el asistente Héctor Baltazar y los pilotos Marco Antonio Tavera Romero y Roberto Coppe Obregón, cimbró a la sociedad mexicana por las obvias implicaciones políticas, y nuevamente ha puesto en la mira del escrutinio público el tema de la seguridad aérea.
El aparato siniestrado es un helicóptero biturbina Leonardo AW109S Grand, y aunque el nombre oficial de la firma italiana fue cambiado a Leonardo desde 2016, el cambio fue una decisión equivocada, pues, como salta a la vista, nadie llama a esas elegantes máquinas Leonardo, sino por el muy bien posicionado nombre que todos usamos: Agusta.
Pero lo importante es que el AW109S Grand y el AW109SP Grand Power -versiones mejoradas y alargadas del exitoso A109-, junto con el A119 Koala y el más grande AW139, son una familia de helicópteros multipropósitos modernos, confiables, muy veloces y maniobrables, que en los últimos años se han apoderado de gran parte del mercado corporativo, y especialmente en México se han convertido en los favoritos de grandes empresarios y políticos.
Al ser un helicóptero con un estilizado diseño y estupendo desempeño que lo hacen una elección de primera para uso ejecutivo, es normal que tengan gran demanda y operen en promedio más que otros equipos en transporte VIP y, por ende, también, por el alto perfil de sus usuarios, resalte más a nivel mediático cualquier incidente que sufran.
El reciente y fatídico accidente, junto con otros que les han sucedido en México en los últimos años a conocidos personajes, han despertado voces que se preguntan si los Agusta tienen una alta incidencia de percances y si tendrían que ser considerados peligrosos por alguna falla inherente a su diseño.
Sin embargo, afirmar que los Agusta se accidentan más que otras aeronaves de ala rotativa es una declaración sin sustento y basada en puras especulaciones, carentes de análisis en materia de seguridad aérea.
En México, durante los últimos cinco años se ha estado operando una flota de unos 930 helicópteros de todo tipo, al menos 75 de ellos de la marca Agusta, y en ese mismo periodo se han registrado 55 accidentes, de los cuales seis han sido protagonizados por Agustas, lo que es congruente con el tamaño de la flota y el número de operaciones que realizan.
De hecho, el 30 por ciento de los accidentes de helicópteros en México son de equipos con motor de pistón, principalmente modelos Robinson, lo que también está en concordancia con los índices mundiales.
La firma de helicóptero de turbina con mayor número de siniestros en el País es Bell, con 23 por ciento de los accidentes, lo que por es normal dada la participación de esa marca en la flota.
Así pues, no existen elementos, estadísticamente hablando, para pensar que los Agusta son más peligrosos de operar en México que cualquier otra marca de helicóptero.
En las Fuerzas Armadas, que en conjunto tienen operando unas 162 aeronaves de ala rotativa (sin contar los 10 helicópteros de la Presidencia que tienen matrícula XC), hay dos Agusta AW109SP, uno de la Armada y otro de la FAM, este último en reemplazo de otro que se accidentó.
La flota mexicana de helicópteros civiles consta de unos 764 aparatos, entre los que se encuentran 70 Agustas, de los que más de la mitad (43) se dedican al servicio de taxi aéreo comercial y tan sólo tres para uso privado.
En tanto, el Gobierno es un importante operador de Agusta, con 24 de ellos con matrícula XC, cuatro de los cuales son de la Presidencia de la República, mientras que los helicópteros italianos son preferidos por los Gobiernos del Estado de México, Guerrero, Oaxaca, Sinaloa y Puebla, que en conjunto poseen la mayoría.
¿FOCO ROJO?
Los Agusta representan un porcentaje muy importante de la flota de helicópteros de taxi aéreo ejecutivo disponibles en el País y son los que acaparan el mayor número de horas de vuelo, después de los de trabajo y servicios especiales como el costa fuera.
Pero con todos los accidentes que han tenido, ¿representan o no un foco rojo en seguridad aérea?
Algunos de los accidentes que han sufrido este tipo de aeronaves han sido muy mediáticos, como en los que murieron los empresarios Moisés Saba y Juan Armando Hinojosa. En ambos casos, las condiciones meteorológicas junto con fallas humanas fueron factores principales de las tragedias.
Saba murió el 10 de enero del 2010 en condiciones meteorológicas adversas y sin llevar copiloto, como legalmente estaba obligado; mientras que el accidente de Hinojosa, ocurrido el 29 de julio de 2012, también fue en medio de clima adverso, y su familia -cercana al ex Presidente Enrique Peña Nieto- encargó una investigación especial a un equipo experto israelí y a la propia Agusta para descartar un atentado, y se constató que el accidente se debió a error humano, con un cambio de la tripulación habitual en condiciones particulares, en combinación con mal clima.
También el accidente del Agusta matrícula 1908 de la FAM, ocurrido el 1 de julio del 2016, se dio en claras condiciones de clima adverso. Todos típicos CFIT (Vuelo Controlado Hacia el Terreno, por sus siglas en inglés).
De los tres Agusta accidentados este año, el que cayó en una gasera del Estado de México el pasado 8 de marzo adolecía de irregularidades en sus permisos y en la licencia de uno de los tripulantes y, además, operó sin autorización aparentemente sobrecargado y en condiciones de altitud y temperatura que pudieron ser las principales causas del percance.
El pasado 29 de octubre, un Agusta del estado de Guerrero tuvo una colisión en pleno vuelo con un Cessna 172 sobre la pista de Toluca, en otro claro caso de error humano.
Del análisis de los accidentes de helicópteros Agusta de los últimos años en nuestro País, con excepción del reciente en Puebla, en casi todos, los factores humanos y climáticos parecen haber sido los principales factores que incidieron en los lamentables sucesos, predominando el temido CFIT, y no hay en ningún caso evidencias de falla mecánica o de diseño en los aparatos, por lo que no puede decirse que los Agusta sean aeronaves más riesgosas que cualquiera otra.
Sin embargo, el caso del accidente del pasado 24 de diciembre en Puebla es atípico, pues las condiciones meteorológicas eran favorables, no había tampoco condiciones para un posible CFIT y, por cómo se aprecia el lugar del impacto, la nave debió sufrir una falla técnica catastrófica, incluso más grave que un posible paro de motor.
Los pilotos eran experimentados, el capitán Coppe con más de mil horas de vuelo en helicópteros, y el capitán Tavera con más de 4 mil 600, y sobra decir que el aparato, fabricado en 2011, tenía poco uso, unas 2 mil horas totales.
El mantenimiento al parecer era bueno, pero habría que ver si todo se dio en centros de servicio autorizados por Agusta, pues en México no todas las máquinas son atendidas en talleres certificados por los fabricantes, una práctica común y, desafortunadamente, en ocasiones contraproducente.
Por las actividades políticas de los pasajeros del infortunado Agusta XA-BON se han desatado toda clase de hipótesis, incluso las más descabelladas.
ENTIDAD AUTÓNOMA
El Gobierno federal enfrenta el reto de esclarecer los hechos sin contar con una entidad autónoma y altamente capacitada en investigación de accidentes aéreos, lo que ha sido reclamo de la industria aérea desde hace muchos años.
Es de entenderse que la sociedad esté exigiendo que la investigación la tomen instituciones internacionales, pues las autoridades mexicanas no están del todo preparadas y basta ver el trabajo tan parcial y deficiente que hizo la Administración anterior en el caso del accidente de Aeroméxico Connect, ocurrido en Durango, en el que se intentó, de forma burda y vergonzosa, encubrir factores como la ilegal conducta de los pilotos, sin mencionar que no se cumplió el compromiso de dar resultados finales de la investigación antes de terminar el año.
El desafío para las actuales autoridades aeronáuticas es reconstruir la confianza perdida e impulsar el fortalecimiento de las áreas de prevención e investigación de accidentes que hemos señalado.
De la experiencia de los accidentes de los Agusta, si bien queda claro que son excelentes aeronaves, se puede rescatar la lección de que han sido factor común en la mayoría de ellos las irregularidades en las licencias y capacitación de los pilotos.
Es ahí donde hay un foco de alerta encendido y donde las autoridades responsables pueden actuar para corregir la mala práctica de pilotos volando con deficiencias en su capacidad y de criterio ante meteorología adversa, lo que sí ha sido causa de muchos accidentes de helicópteros y aviones, indistintamente de la marca.
Parque aéreo
En los últimos cinco años, en México se ha registrado una flota de más de casi mil helicópteros de todo tipo, entre ellos los Agusta. Su operación está reportada de la siguiente manera:
Reparto
Comerciales (Matrícula XA) 280
Privados (Matrícula XB) 267
Gobiernos estatales o municipales 125
Fuerza Aérea Mexicana 99
Gobierno federal 91
Marina 64
Agusta
Servicio de taxi aéreo 43
Gobiernos estatales* 20
Presidencia de la República 4
Uso privado 3
Total: 70
*(Edomex, Guerrero, Oaxaca, Sinaloa y Puebla)
Factores diversos
Los helicópteros Agusta, fabricados por una empresa italiana, son utilizados para prestar diversos servicios en el país, pero también registran varios siniestros en los últimos 18 años.
10 de enero de 2010. Se desploma un helicóptero en Cuajimalpa y muere el empresario Moisés Saba.
29 de julio de 2012. La aeronave cae en Oaxaca y pierde la vida el empresario Juan Armando Hinojosa.
1 de julio de 2016. El Agusta matrícula 1908, de la Fuerza Aérea Mexicana, se viene abajo por condiciones de clima adverso.
8 de marzo de 2018. El aparato que cayó en una gasera del Estado de México tenía irregularidades en los permisos.
29 de octubre de 2018 Un Agusta colisionó en pleno vuelo con un Cessna 172 sobre la pista de Toluca.
24 de diciembre de 2018. El helicóptero en que viajaban cinco personas se desploma en Coronango, Puebla.
Ego sum qui sum; analista político, un soñador enamorado de la vida y aficionado a la poesía.
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