8 ago 2021

La mirada mexicana ante Cuba; opinión de ex embajadores; interesante

La mirada mexicana ante Cuba, opinión de los exembajadores Beatriz Paredes, Ricardo Pascoe, Pedro Joaquín Coldwell y el sinaloense Heriberto Galindo Quiñones....Imperdible.

Mayolo López, reportero..

Reforma, 8 agosto 2021:


Beatriz Paredes Rangel 'Lo que importa es que haya diálogo'

Una eventual mediación de México en la crisis cubana sólo prosperaría en caso de que La Habana lo solicitara, advierte Beatriz Paredes Rangel.

La ex Gobernadora tlaxcalteca fue Embajadora de México en Cuba de 1993 a 1994, en una etapa que los cubanos llamaron "periodo especial", marcado por una severa crisis económica, apagones constantes y escasez alimentaria.

"En términos generales, en toda la región, en toda América Latina y El Caribe, se han dado movilizaciones de distinta índole, lo que refleja que esta es una etapa en donde las diferentes sociedades están vivas. Creo que esto forma parte de una nueva realidad de participación generalizada en nuestros países, y que algunos de los elementos que los han detonado son las necesidades concretas derivadas, en buena medida, de la crisis acentuada por la pandemia y otra serie de necesidades concretas.

"Las movilizaciones no me sorprenden, las identifico con el peso específico que tienen, pero lo que importa es que haya diálogo y posibilidades de encuentro en las sociedades donde se presenten con una actitud dialogante de la autoridad".

¿Le ve salida a la crisis?

Cuba es un país muy complejo. Es un país que genera muchísimas pasiones, es un país en donde hay miles de personas que todavía comparten los ideales de la Revolución; que también enfrentan necesidades concretas: económicas, de abasto alimentario, de abasto de medicinas y también hay personas que tienen una visión diferente a la perspectiva que animó a la Revolución.

Entonces, tiene que haber alternativas y soluciones pero, insisto, reconociendo la complejidad del país, lo polarizado de las posiciones y la necesidad indispensable de dialogo y de soluciones a los problemas concretos.

Y en esta coyuntura, ¿cuál debiera ser la posición de México?

Lo que sucede es que México está articulado a sus posiciones de principios. La política exterior mexicana se ha caracterizado por manejarse en términos principistas, y uno de los principios torales de la política exterior mexicana, es la no intervención y que cada sociedad debe resolver por sí misma sus conflictos y sus circunstancias internas.

En ese sentido, esa es la lógica de la política exterior mexicana y me parece que actuar dentro de esa lógica tiene que ver con la historia del País.

Creo que el llamado a que las cosas se resuelvan a través del diálogo, la posibilidad de que por fin se escuche el planteamiento que la mayoría contundente de los países representados en Naciones Unidas que se manifestaron en contra del bloqueo, sea escuchado en Estados Unidos y se aflojen las medidas restrictivas y se continúe y se desarrolle la estrategia que estuvo planteando el Presidente Obama, son elementos de distensión que permitirían acercar posibilidades de construir un diálogo mucho mayor.

¿Ve un escenario en el que pudiera ser factible la mediación de México?

México siempre ha sido un país cercano a Cuba. Desde la posición que tuvo nuestro país cuando se expulsó a Cuba de la OEA --que fue el único país que no compartió esa medida--; entonces, y nuestra relación de décadas y el aprecio que hay en el pueblo mexicano por el pueblo cubano son elementos que sin duda vuelven a nuestro país un jugador relevante en el caso de que haya espacios para encontrar soluciones y alternativas que permitan que la crisis no se profundice, siempre respetando la decisión del pueblo cubano.

Creo que no habrá ninguna mediación si no es planteada como una decisión y como una propuesta del Gobierno cubano.

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Ricardo Pascoe Critica política de 4T ante Cuba

En la lógica de que las manifestaciones que sacudieron a Cuba el pasado 11 de julio no son "flor de un día", Ricardo Pascoe apremia al Gobierno de México a impulsar una conferencia internacional que aborde la crisis que asoma en la Cuenca del Caribe.

Como Embajador de México en Cuba de 2001 a 2002, Pascoe atestiguó una intensa crisis diplomática que sobrevino tras el "guaguazo" que se estrelló en la sede diplomática. Más tarde, sobrevino el polémico "comes y te vas" de Fox a Castro.

A juicio del fundador del PRD, las manifestaciones de hace un mes en la isla representan "expresiones muy auténticas del sentir de una parte importante de la población, aunque sea imposible medir si una minoría o una mayoría está en favor o en contra del régimen. Uno pensaría que una mayoría de las personas, por lo menos siente un descontento importante con el régimen.

"Por un lado, son expresiones auténticas y, en ese sentido, el Presidente Díaz-Canel se equivocó en su primera aparición en la televisión por dos cosas: por decir que era culpa de la intervención estadounidense y del bloqueo, aunque el bloqueo no sea el origen esencial del descontento en la población, sino que lo es el mal manejo, en la percepción de la gente, de la crisis económica, de la falta de oportunidades, y todo eso se traduce en los gritos a favor de la libertad. Ese es el primer error que comete el Presidente al hacer ese alegato porque la gente no le cree eso.

"El segundo error, es llamar a los suyos a enfrentar a los manifestantes en la calle; es decir, una actitud de enfrentamiento y de no asumir que pueden ser manifestaciones libres en la isla sino que el Gobierno llama a la represión abiertamente.

"Un gobernante con sensibilidad y con tacto político nunca habría llamado abiertamente a la represión; ni siquiera Fidel hubiera cometido esa atrocidad. Una cosa es que lo haga, y otra es decirlo públicamente: eso no se dice. Y entonces se ve que es un gobernante poco apto; por lo menos ha demostrado en el manejo de la crisis una falta de tacto, de sensibilidad.

"Otro elemento que debemos destacar es que se está expresando es una nueva generación de cubanos que salen a la calle. No son los papás ni los funcionarios ni los abuelos que participaron en la Revolución, sino que son los jóvenes que están desafectos, como los jóvenes en todo el mundo.

"Y el desafecto es que no se sienten protegidos por el Gobierno; y por el otro lado es una generación que se ve sin oportunidades de trabajo, sin futuro, a menos de que sean un integrante de las familias que gobiernan a Cuba, que es una pequeña burocracia política dorada que gobierna la isla".

Y México ¿cómo debería conducirse?

Debiera hacer lo que no está haciendo: el Presidente López Obrador simplemente apoya al régimen, no le importa que sea un régimen que está convocando a la represión, sino que apoya incondicionalmente al régimen.

Al parecer se han confirmado vuelos de la Fuerza Aérea Mexicana a la isla y lo que valdría la pena, por lo que toca a las Fuerzas Armadas, señalaran el propósito.

El Gobierno de la 4T no tiene lo que conocemos tradicionalmente como una política exterior; tenemos una política de ocurrencias ante fenómenos que ocurren en el exterior; ni se explicita ni se esclarece, por eso México puede apoyar a la dictadura de Nicaragua y puede apoyar a la represión a cubanos en la isla.

Y entonces, ¿qué debiera hacer México?

Hay una crisis muy clara que se está fraguando, en lo que yo llamaría la Cuenca del Caribe: si vamos desde Cuba hacia Haití, República Dominicana, llegando a Venezuela, Colombia y regresando a Nicaragua y El Salvador. 

Hay una crisis en toda la Cuenca del Caribe y México debiera ser una país avezado en este tema porque también es parte de la Cuenca del Caribe y plantear una suerte de conferencia internacional para abordar la crisis en la Cuenca del Caribe. Que tiene que ver con pandemia, con narcotráfico, inseguridad, con gobernabilidad democrática y tiene que ver con crisis económica.

En vez de ser simplemente reactivo a una situación, lo que México debería de plantear es una visión regional, de una zona en crisis creciente, y en ese sentido debiera jugar un papel en ese plan.

Idealmente, México debiera ser un interlocutor eficaz entre La Habana y Washington, aunque ya no sea un interlocutor suficiente para poder ejercer una autoridad moral y política en toda la zona. Entonces, se combinan todos estos factores y veo que México podría estar jugando un papel muy activo en vez de simplemente apoyar a un Gobierno que reprime a su pueblo al parecer con la complacencia de México.

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Pedro Joaquín Coldwell Plantea mediación mexicana

México no debe perder la oportunidad de ejercer una mediación entre Cuba y Estados Unidos para superar la crisis que representaron las manifestaciones del pasado 11 de julio en las isla, propone Pedro Joaquín Coldwell.

Embajador de México en Cuba de mayo de 1998 a febrero de 2000, Coldwell señala en entrevista que ese ejercicio debería estar orientado a que Estados Unidos levante el bloqueo económico que mantiene desde hace 60 años, y a que La Habana aliente una apertura económica y política.

"El modelo revolucionario que se forjó en los años 60 en el contexto de la Guerra Fría, presenta hoy signos de decadencia en la parte económica y productiva: frena a los ciudadanos más productivos, no da espacios a la generación de empleos por parte del sector privado y, por el lado político, aprieta y constriñe libertades fundamentales de los individuos.

"Esto muestra un agotamiento y una insatisfacción, sobre todo en los jóvenes. Creo que la solución para Cuba tiene que venir en dos vías: una, que Washington levantara el bloque económico, una figura anacrónica de la Guerra Fría, y otra proveniente de La Habana que es la apertura política y económica del régimen revolucionario hacia un modelo de elecciones democráticas, mercados regulados y empresa libre".

Y en esta coyuntura ¿cuál debe ser el papel de México?

Creo que México tiene la gran oportunidad de ser un mediador entre las facciones enfrentadas en Cuba y entre Estados Unidos y Cuba. México puede jugar un papel de mediador muy positivo como lo hizo en la crisis de los migrantes, con una mediación entonces del Presidente Salinas, entre Clinton y Fidel Castro, que ayudó a distender el problema. México tiene buenas relaciones con ambos países y podría ejercer un inteligente ejercicio de mediación, acercamiento y conciliación.

López Obrador, evidentemente, es castrista. ¿Este factor cómo incide?

Creo que puede servir de algo, porque el hecho de que él tenga la confianza del régimen de La Habana y tenga una relación aceptable con el Gobierno norteamericano, pues eso podría facilitar un ejercicio de mediación. Creo que sí podría tener la confianza de ambas partes: un mediador requiere la confianza de ambas partes; creo que en este momento el Gobierno de México sí podría tenerla.

¿Hacia dónde debería tender este ejercicio de mediación?

Por un lado, hacia levantar el bloqueo --que es anacrónico--, y por el otro, a que Cuba vaya haciendo una apertura gradual o rápida, dependiendo de las condiciones, tanto política hacia elecciones libres, hacia un régimen de partidos competitivo y hacia espacios para la inversión privada nacional y extranjera.

¿Se vale esgrimir el concepto de no intervención?

Creo que México ha podido conciliar ese principio con la mediación. México ha sido mediador en muchos conflictos sin violar el principio de no intervención. Lo hizo con el Grupo Contadora en Centroamérica en la época de las guerrillas y lo ha hecho en Colombia. No se contradice un sano e inteligente ejercicio de mediación con el principio de no intervención.

Estas manifestaciones ¿volverán a florecer en el corto plazo?

Es muy difícil de predecir qué va a suceder; sobre todo en tanto estén suspendidas las redes sociales. Con las redes sociales suspendidas, es más difícil que la gente pueda agruparse y salir a protestar.

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Heriberto Galindo 'México debe opinar y ofrecer soluciones'

Frente a las insólitas manifestaciones que sacudieron a Cuba el 11 de julio, Heriberto Galindo, Embajador en la isla de mayo de 2000 a enero de 2001, plantea que México se incline por adoptar una "posición de cooperación" que facilite una salida a la crisis.

Desde la óptica del senador priista, la política de no intervención que México ha esgrimido por años no debe significar abstenerse de opinar en el trance por el que pasan los cubanos.

Galindo dice "lamentar profundamente" la crisis que asomó en la isla hace dos semanas.

"Me duele en el alma que haya problemas de abasto de alimentos, de medicamentos y que tengan tantos problemas económicos en la isla tanto el pueblo como el Gobierno. Creo que es digno de poner atención a las manifestaciones sociales que se han presentado porque, como diría un clásico, no hay humo sin fuego.

"Las cosas tienen su razón: la gente no aguantó más la falta de medicamentos, de alimentos y se mezcla con las manifestaciones en busca de mayores libertades, y eso es digno de tomarse en cuenta y yo espero que el Gobierno de Cuba sea sensible a esas manifestaciones y pueda imponer una estrategia de diálogo conciliador, de búsqueda de armonía y de reformas que se tienen que hacer en Cuba."

Licenciado en Ciencias Políticas y Administración por la UNAM, Galindo reconoce que "el bloqueo estadounidense está afectando y ha afectado durante 60 años a Cuba; el bloqueo es un factor, no es el único, pero es un factor importante y me he pronunciado siempre en favor de que los Estados Unidos levante el bloqueo. 

El Presidente Obama dio un paso histórico, pero el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos fue un acto de la mayor importancia histórica tanto para Estados Unidos, Cuba y para los países del área y México. Yo aplaudo ese gesto de Obama y esperaba, pero no le alcanzó el tiempo, que iniciara el proceso del levantamiento del bloqueo.

"El bloqueo continuó con ciertos permisos, de tránsito de personas de Estados Unidos a Cuba, el flujo de remesas de Estados Unidos a Cuba, que es parte del sostenimiento de muchas familias. Y también albergo la esperanza de que el Gobierno del Presidente Biden pueda contribuir a distensionar e ir eliminando el bloqueo. Sin embargo, estos acontecimientos están radicalizando las posiciones tanto del Gobierno de Cuba como del de Estados Unidos.

"Por supuesto que considero que el Gobierno de Cuba debe hacer reformas en su política económica, y ya empezaron: gracias a las manifestaciones es que recientemente Díaz Canel decretó quitar los aranceles a las importaciones.

"Eso es un paliativo, eso ayuda; entonces, espero que haya un espíritu de conciliación, que haya un espíritu de diálogo civilizado y con visión de futuro. Que el Gobierno asuma una actitud sencilla, de comunicación con el pueblo, que sea receptivo a las manifestaciones y tome decisiones en consecuencia para que Cuba vuelva a la tranquilidad, y que haya apertura en lo económico y en lo político para que se instalen en la nueva era mundial donde las redes sociales juegan un papel de la mayor importancia".

Y en esta coyuntura ¿qué debe hacer México?

México debe consolidar una posición de cooperación. Reconozco la actitud del Presidente López Obrador de estar dispuesto a enviar apoyos en medicinas, en alimentos, para contribuir a resolver la situación de las necesidades que tiene el pueblo cubano.

Creo que hace bien México en estar observando y analizando el fenómeno y pugnando por un camino de solución pacífica de esa controversia y eso está en nuestra Constitución, en el Artículo 89. México es un país amigo de Cuba pero pienso que no intervención no es sinónimo de no opinión y de no observación. O sea, una cosa es no intervenir, como dice la Constitución, pero considero que no intervención no significa no opinión.

O sea, México debe observar y debe opinar y de ser posible ofrecer caminos de solución porque es un país y un pueblo hermano. Entonces, creo que la política exterior mexicana está atenta al tema de Cuba como está atenta al tema de Nicaragua y de otros países, pero, por lo pronto, hay que estar atentos y hay que ser sensibles a lo que está pasando y hay que cooperar en la medida de lo posible para contribuir a la solución pacífica de esa controversia.

¿Y cómo pesa el factor de que AMLO sea castrista?

Las manifestaciones suscitadas en Cuba hay que verlas como son, como un fenómeno social sustentado en la necesidad, en la falta de insumos y en cierto hartazgo, que no se puede negar. Entonces, considero que todos los gobiernos del mundo, pero en especial el nuestro, estamos observando el fenómeno. No se puede ni celebrar ni se puede condenar la manifestación pública. Es un derecho inalienable que le asiste a todo ser humano en el mundo.

Creo que hay que pararnos en el justo medio para tener un ojo muy claro de lo que está pasando. Ojalá que se resuelvan las cosas. Pugno porque el bloqueo se elimine, aunque sea gradualmente, y deseo que el Gobierno de Cuba sea sensible y haga los cambios y las reformas económicas y sociales que se deban hacer. Esta manifestación debe ser tomada como una muestra del sentir y del clamor del pueblo cubano. 

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