17 sept 2022

Las columnas políticas hoy, sábado 17 de septiembre de 2022

Cumbre en Uzbekistán 

El viernes 16 de septiembre se celebró una Cumbre en Samarcanda en Uzbekistan donde asistieron el Presidente de la Federación Rusa, Vladimir Putin, el Primer ministro de la República de la India, Narendra Modi, el Presidente de la República de Kazajistán, Kassym-Jomart Tokayev, el Presidente de la República Popular China, Xi Jinping, el Presidente de la República de Kirguistán, Sadyr Japarov, el Primer Ministro de la República Islámica de Pakistán, Shehbaz Sharif,  el Presidente de la República de Tayikistán, Emomali Rahmon, así como el Secretario General de la Organización de Cooperación de Shanghai, Zhang Ming, y el Director del Comité Ejecutivo de la Estructura Regional Antiterrorista de la OCS, Ruslan Mirzayev; uno de los rema fue Ucrania..


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Las columnas políticas hoy, sábado 17 de septiembre de 2022

Templo Mayor/ Reforma

SERÍA BUENO que alguien revisara si el Presidente no se lastimó, porque seguro se mordió muy feo la lengua con su discurso del Desfile de Independencia. Y es que, al criticar el belicismo en el mundo, no se daba cuenta que estaba describiendo la militarización de México.

DECÍA Andrés Manuel López Obrador, por ejemplo, que a la guerra la movían los intereses políticos y económicos... así como él usa a los militares para afianzar su proyecto político, al tiempo que ha convertido a las Fuerzas Armadas en un factor de poder ¡empresarial!

SEGÚN el mandatario, la industria bélica es la mano negra... como aquí en México los arrendadores de vehículos para la Guardia Nacional, por ejemplo, están felices con las adjudicaciones directas.

RESULTA extraño que López Obrador pida una tregua de cinco años a todos los ejercicios militares, cuando él está empeñado en mantener a los soldados y marinos, disfrazados de Guardia Nacional, en las calles. Vaya manera de pedir la paz para el mundo: ¡militarizando a México!

AL FINAL del desfile se informó que participaron 18 mil 445 integrantes de la Guardia Nacional, el Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea; 510 vehículos de dos, tres y cuatro ruedas; 109 aeronaves, la mayoría equipados con armas cortas, largas y de artillería.

UN GRAN despliegue de fuerza... para el puro apantallaje. Porque, mientras la política imperante sea repartir abrazos a los criminales, los índices delictivos seguirán altos y creciendo, como ha ocurrido durante todo el sexenio sin importar cuántos militares, vehículos y aeronaves nos presuman.

DE PÉSIMO GUSTO se vio que en los días patrios se dejara de usar el rojo vivo de la bandera de México para sustituirlo por un tono más oscuro tirando al guinda, que identifica a Morena.

EN EL GRITO se vio ese color en el pendón que colgaba del balcón central de Palacio Nacional y en el desfile, fue en la pared de fondo del presídium. Podrán decir que, formalmente, esas no eran banderas, pero qué necesidad de morenizar los símbolos nacionales.

A ESTE PASO, la bandera tricolor terminará siendo verde olivo, gris rata y guinda. Si el águila pudiera, seguramente se iría volando.

CUENTAN que antes de salir de la dirigencia de Morena en la CDMX, Tomás Pliego dejó un tiradero con la elección de consejeros y que abrió la puerta a auténticas fichitas, como el ex diputado Roberto Candia, quien es apoyado por el mafioso Sindicato Libertad.

A ESE CASO se suman varios, por lo que el nuevo dirigente, Sebastián Ramírez, tendrá que decidir si limpia la casa... o si de plano echa la mugre debajo de la alfombra guinda.

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Jefe de jefes

LINOTIPIA / Peniley Ramírez

en REFORMA, 

Hace cinco años, entrevisté a un alcalde en un municipio remoto del Triángulo Dorado, una zona montañosa entre Sinaloa, Durango y Chihuahua. El municipio tenía cientos de rancherías y menos de cien policías. Para llegar de un extremo a otro del territorio comandado por el alcalde, debían andarse en coche unas 12 horas, por caminos escarpados, solo un puñado con asfalto.

Mi reportaje buscaba entender cómo los traficantes de drogas lograban enviar la marihuana en avión hasta sus clientes en Estados Unidos. La respuesta me la explicaron con una hoja de papel, en la que mis fuentes detallaron cuánto costaban las semillas, el mantenimiento de los cultivos, el empaquetado, el soborno a los militares y el envío en avionetas.

Ese mismo alcalde me contó que había invitado a la persona que compraba la mayor parte de la droga a los productores locales -el jefe, le llamaban allí- al ayuntamiento la noche del 15 de septiembre. El alcalde me dijo que quienes cuidaban allí eran los traficantes, quienes se encargaban de mantener a raya el robo común, quienes vigilaban que no hubiera secuestros, porque él no tenía personal ni presupuesto suficiente.

En la cima de una montaña, donde estaba la pista de despegue de las mercancías, vimos una base militar. Nunca pudimos comprobar los sobornos, pero vimos cómo habitantes y militares convivían, a unos metros de donde se alzaban unos imponentes cultivos de marihuana.

Recordé aquella cobertura esta semana, cuando escuché de nuevo, ahora en la Ciudad de México, una canción de Los Tigres del Norte, un grupo predilecto entre las fuentes que entrevisté en el triángulo. En el Zócalo sonó "Jefe de jefes", una canción que en la narcocultura mexicana se asocia con Miguel Félix Gallardo. Una parte de la prensa y de la oposición dijo que esta era la prueba más reciente de que el gobierno obradorista tiene un pacto con el narcotráfico, horas después de que el Presidente pidió a su secretaria de Seguridad que explicara en conferencia los problemas de salud de Gallardo, quien busca prisión domiciliaria.

Claramente, una canción en el Zócalo no es prueba de un pacto mafioso. Pero vale la pena preguntarse qué más está pasando en esta administración, respecto a los traficantes y los militares.

En los últimos meses, hemos visto reportes crecientes de jefes mafiosos reuniéndose con políticos de Morena en fiestas y eventos. Hemos visto reportes sobre cómo los traficantes están controlando más actividades económicas como la agricultura y la pesca en amplias zonas del país, desde Michoacán hasta Baja California. Hemos visto, después del terror del culiacanazo, más narcobloqueos en otras ciudades. Hemos seguido documentando abusos de militares contra civiles, pero también casos de militares desarmados por delincuentes en zonas controladas principalmente por Jalisco Nueva Generación.

El gobierno ha fortalecido al Ejército, le ha dado más dinero, armas y ha retomado la estrategia calderonista de ir por algunos jefes, pero continúa sin avanzar en investigaciones que desmantelen las finanzas de las estructuras criminales o las redes de lavado de dinero que operan en la economía formal de México.

Esta semana, me reuní con varias fuentes de seguridad en Washington para hablar sobre el narcotráfico y la militarización. Les pregunté qué ha cambiado en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, considerando que él llegó al gobierno en medio de una crisis de seguridad que inició mucho antes de su mandato.

Hay mayor control del narcotráfico sobre políticos locales, sobre la economía formal y otras actividades no relacionadas con las drogas, me dijeron. La estrategia obradorista trata a los traficantes como si fueran jefes pacíficos, no interesados en política, que tomarán acuerdos entre ellos. Pero los traficantes mexicanos de hoy no son los de la época del "jefe de jefes". Los de hoy son organizaciones transnacionales, con presencia en cinco continentes, armas de alto poder, una estructurada y potente red de control político, económico y de lavado de sus ganancias.

Necesitamos en México una conversación mucho más seria y urgente sobre el narcotráfico. Esa conversación no pasa por las conspiraciones políticas ni las canciones en el Zócalo, sino por un análisis mucho más puntual, que la oposición mexicana no ha hecho.

@penileyramirez

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