8 oct 2022

Las columnas políticas del sábado 8 de octubre de 2021

Amenaza AMLO a juez incómodo que frenó plan educativo de SEP; REFORMA.

La división de poderes cedió el paso a la mañanera. Una vez más, el Presidente Andrés Manuel López Obrador amagó a un juez federal por frenar un plan gubernamental.


Ahora, arremetió contra el juez Francisco Javier Rebolledo, quien el lunes pasado emitió una suspensión provisional para que la SEP no implemente el nuevo plan de estudios como programa piloto en 960 escuelas públicas.

"Somos respetuosos del Poder Judicial, pero no nos dejamos. Vamos a indagar y vamos a ver quién fue el juez y por qué razón", advirtió.

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Totolapan: “A casi todos los autodefensas los mataron”; El Universal,

Nota de Arturo de Dios Palma / Corresponsal 

Chilpancingo.— El mediodía del miércoles, en el patio de un autolavado en el centro de San Miguel Totolapan, en la Tierra Caliente, el alcalde perredista Conrado Mendoza Almeda, su padre el exalcalde Juan Mendoza Acosta, y miembros del gobierno municipal, en su mayoría, se reunieron con un objetivo: reactivar el Movimiento por la Paz, un grupo autodefensa que fundaron en 2016, con el que lograron sacar del municipio a la organización criminal Los Tequileros.

Había unos 18; casi todos fundadores y participantes activos del grupo autodefensa. El encuentro se convocó porque un día antes, en redes sociales un grupo armado se adjudicó el asesinato del director de Desarrollo Rural de San Miguel Totolapan, Nazario Domínguez Nájera, quien era de los fundadores.

El jueves, un grupo de reporteros recorrió las calles de San Miguel Totolapan en busca de un integrante del Movimiento por la Paz. En una casa rotulada con el nombre del movimiento, un hombre explica que desde hace un par de años dejaron de ser ahí las oficinas. Indica dónde están las nuevas instalaciones, pero en el nuevo sitio nadie responde.

En el panteón, se les pregunta a los hombres —que trabajan cavando tumbas para las víctimas de la masacre—, por los integrantes del Movimiento por la Paz. Uno de ellos es contundente: “A casi todos los mataron”.

Traiciones y complicidades

Hace casi siete años, Juan Mendoza, el padre del alcalde, como presidente municipal se convirtió en una de las cabezas más visibles del movimiento contra Los Tequileros. En su primer periodo como alcalde inició el movimiento hasta que lograron sacar a ese grupo armado de San Miguel Totolapan.

Varios acusaban a la célula criminal de asesinar a sus familiares, de secuestrarlos, de extorsionar a los comerciantes. Vivían hostigados por estos criminales, según denunciaron.

El movimiento detonó por el secuestro del empresario constructor Isauro de Paz Duque. Al día siguiente, el 13 de diciembre de 2016, pobladores se armaron y conformaron el grupo autodefensa para liberar al ingeniero.

Fueron días de tensión. Esa vez, los pobladores le jugaron con la misma moneda a El Tequilero: para liberar al ingeniero, los pobladores retuvieron a su madre María Félix de Almonte y a la regidora del PRI, María del Carmen Barrera Navarro. Dos días después se dio el intercambio.

A la regidora, la FGE la detuvo porque le encontraron una lista con 32 nombres de personas que los delincuentes planeaban secuestrar, pero fue liberada por falta de pruebas. Después, fueron tres años de disputa abierta con el grupo criminal hasta que los arrinconaron en La Gavia, el pueblo de su líder Raybel Jacobo de Almonte, El Tequilero.

Ese grupo, según registros de las autoridades, surgió a finales de 2012, formaban parte de La Familia Michoacana. El Tequilero era ubicado como uno de los pistoleros de El Pez, uno de los líderes de la organización criminal.

Reportes de la Fiscalía General del Estado (FGE) establecen que el rompimiento entre El Pez y El Tequilero fue por una traición. Un integrante de La Familia Michoacana secuestró y asesinó a la esposa e hijos de Jacobo de Almonte. Sin embargo, Los Tequileros crecieron con la llegada del priista Saúl Beltrán Orozcoa a la alcaldía de San Miguel Totolapan, en 2013.

En 2015, Beltrán Orozco se convirtió en diputado local. Cuando era legislador, el Movimiento por la Paz lo acusó de proteger y dar dinero a Los Tequileros desde que era alcalde. Incluso, lo señalaron como el líder de esa organización criminal y de ser compadre de El Tequilero.

En el Congreso de Guerrero, Beltrán Orozco libró un juicio de procedencia para desaforarlo, que solicitó el entonces fiscal general del estado, Xavier Olea Peláez. El juicio no prosperó, nunca pudieron detener a Beltrán Orozco, a quien sus compañeros de partido lo protegieron, pese a que Olea lo consideró como El Tequilero número uno”.

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Señala Guerrero 'narcopolítica' tras masacre en Totolapan

Iris Velázquez

REforma, Guerrero, México(08 octubre 2022).- El Secretario General de Gobierno de Guerrero, Ludwig Marcial Reynoso, indicó que la relación de autoridades con el narcotráfico provoca masacres como las de San Miguel Totolapan, donde mataron a 20 personas, por lo que pidió a los partidos mejorar la vigilancia en los perfiles que lanzan a candidaturas.

"Quienes hacemos vida política no podemos estar inmiscuidos con grupos de la delincuencia porque eso es lo que sucede, o sea, desgraciadamente en eventos como el de San Miguel Totolapan hay víctimas colaterales, que estamos seguros que no tienen nada que ver con estos grupos de la delincuencia, pero que desgraciadamente fueron víctimas, pues, de un ataque contra quienes presuntamente sí lo estaban", dijo ayer.

El funcionario estatal, tras ser abordado por medios locales sobre el ataque en el que murieron el Edil Conrado Mendoza y el ex Alcalde, Juan Mendoza, ambos perredistas, enfatizó que desde la Administración se ha solicitado no establecer nexos con grupos delincuenciales.

"No puede mezclarse política y crimen, eso no puede ser, la Gobernadora lo dijo desde el primer momento que recibió el cargo y quienes hemos estado en la responsabilidad con ella así lo entendemos, y quien esté inmiscuido se tendrá que ir, pero hasta el momento no tenemos nosotros datos de que por parte del Gobierno del estado haya alguien en esto", expuso.

"(El crimen) será materia de análisis por parte de las de las instancias de inteligencia. Lo que nosotros podemos decir es que es un buen momento para reflexionar sobre la actuación de quienes hacemos vida política para no inmiscuirse en temas relacionados con la delincuencia organizada.

"Tendrían que hacer una reflexión sobre a quiénes proponen para los cargos de elección popular (...) pues creo que es una responsabilidad de los partidos políticos por ahí tendría que empezar la exigencia por ellos mismos, por a quién proponen para los cargos de elección popular ese es él creo el primer llamado que tendría que hacerse", agregó.

Este sábado, la Gobernadora de la entidad Evelyn Salgado, recorrió San Miguel Totolapan, se reunió con familiares de las víctimas a quienes manifestó apoyo, aseguró reforzamiento de vigilancia y seguimiento al caso.

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Premio mayor: casona de Presidencia de 90 mdp

Bajo Reserva/El Universal

Nos comentan que donde están haciendo changuitos y rezando para ya deshacerse de una lujosa residencia que fue propiedad de la Presidencia de la República es en la Lotería Nacional. Nos detallan que el 20 de noviembre, día de la Revolución Mexicana, se realizará un Gran Sortero Especial cuyo premio mayor será nada más y nada menos que la casona ubicada en Reforma 1030, colonia Chapultepec, valuada en 90 millones de pesos. Nos indican que bajo este gobierno la mansión pasó a formar parte de los inmuebles del Instituto para Devolver el Pueblo lo Robado (Indep), por lo que ahora se busca ya deshacerse de ella y no seguir pagando los altos costos que genera su mantenimiento. Lo que no se sabe aún es si habrá que hacer un nuevo pedido de tamales de chipilín para ofrecer a los empresarios en Palacio Nacional y luego darles sablazo con la compra “voluntaria” de cachitos o series. 

Adán Augusto entra a la guerra de bardas… ¿quién pompó? 

Es sabido que desde hace varios meses en diversas ciudades del país han aparecido paredes con la leyenda “#EsClaudia”, en apoyo a la aspiración presidencial de Claudia Sheinbaum. Pero ahora nos cuentan que otra “corcholata” ya le entró a la guerra de bardas. Nos detallan que esta semana aparecieron en la colonia Copilco unas pintas con la leyenda “Que siga López. Estamos Agusto”, en clara referencia a Adán Augusto López, titular de Gobernación. Hasta ahora nadie sabe quién promueve o costea esta promoción de aspirantes. ¿Será que en los próximos días se sepa quién es el responsable de financiarlas? 

Extorsión desatada pega en la inflación 

En el gobierno federal, nos comentan, ven al crimen organizado como uno de los responsables de que el alza en los precios de los productos de la canasta básica nada más no ceda. Nos hacen notar que algunas áreas de seguridad del gobierno federal detectaron que los productores de básicos están cargando el costo de la extorsión de la delincuencia a sus productos, lo que constituye ya una de las causas internas de la inflación en el país. Ante este diagnóstico, las autoridades creen que una baja en el delito de extorsión, que está en niveles récord de incidencia, impactaría en la baja de alimentos como la carne, huevo y pollo, cuyos productores están asolados por el cobro de piso. 

El elástico principio de “no intervención” 

Nos cuentan que mientras el canciller Marcelo Ebrard festejaba su undécimo aniversario de matrimonio y se reunía con empresarios de las llamadas start-ups para tomarse una buena foto que subir a sus redes sociales, sus colegas representantes de otros países ante la Organización de Estados Americanos, con sede en Washington condenaban la invasión de Rusia a Ucrania. De todos modos, México dejó clara su posición ante el organismo internacional, por medio del enviado de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Efraín Guadarrama, quien anunció la decisión de nuestro país de no firmar una declaración que condena la invasión rusa a Ucrania, bajo el ya muy elástico argumento de la “no intervención”. 

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Trascendió/Milenio

Que si usted creía que nunca había visto a Jesús Zambrano tan solo como después de la votación en el Senado sobre las fuerzas armadas, en la que dos de los tres legisladores de la bancada perredista apoyaron el proyecto presidencial, en sentido contrario a la opinión de su dirigente nacional, pues fíjese que hay más: ayer la número dos del PRD, Adriana Díaz, desautorizó a su líder y dijo que el acta de defunción que aquél extendió a la alianza opositora fue “a título personal, no institucional”, además de justificar la decisión “congruente” de sus senadores...

Que solo una calle separó ayer al coordinador de Morena en el Senado, Ricardo Monreal, de la jefa de Gobierno de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, quien rindió su informe en el Congreso capitalino, a unos metros de la casona de Xicoténcatl, adonde el zacatecano llegó tarde para la guardia de honor por el aniversario luctuoso de Belisario Domínguez. El legislador se guardó sus comentarios sobre el cierre de calles de la zona y las porras a la gobernante, soltando apenas una expresión: “hay que ser tolerante”.

Que los alcaldes capitalinos de Benito Juárez, Santiago Taboada; de Álvaro Obregón, Lía Limón; de Cuauhtémoc, Sandra Cuevas; de Miguel Hidalgo, Mauricio Tabe, y de Tlalpan, Alfa González, resumieron en seis puntos la razón de su ausencia en el informe de Claudia Sheinbaum: dejó de invertir en las zonas que perdió Morena, su versión de gobierno es un spot de propaganda, no ha convocado a reunión de cabildo, hay persecución política de opositores, una estrategia de polarización-corrupción y estigmatización.

Que a tres meses de que concluya la gestión de Arturo Zaldívar como presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, ni uno de los ministros del alto tribunal ha externado públicamente sus intenciones para sucederlo en el cargo, luego de aquella polémica por el interés de AMLO en extender el periodo del también titular del Consejo de la Judicatura Federal, tema que no prosperó. Por ahora, el misterio continúa. 

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La salida de la "Tía Tatis" y la sangría de moderados en la 4T/Salvador García Soto

El Universal+

Con la sorpresiva salida de Tatiana Clouthier del gabinete de la 4T se rompe uno de los últimos vínculos de una alianza amplia que fue clave para que Andrés Manuel López Obrador ganara en 2018 la Presidencia de la República de la manera en que lo hizo. Haberse aliado, como lo hizo en su campaña con un sector de la clase media, la intelectualidad, el empresariado y un grupo de políticos moderados que provenían del centro-derecha y que ostentaban un cierto “pedrigrí” político, fue un factor decisivo para que el ahora presidente alcanzara sus tan cacareados 30 millones de votos, cifra que nunca hubiera logrado sólo con su base histórica ni con la izquierda, que cuando mucho le hubieran dado 15 millones de votos.

 Esa alianza que hizo López Obrador en el 2018 —ahora sabemos que por pura conveniencia y pragmatismo—, le permitió vencer los miedos que generaba su candidatura por un discurso agresivo y rupturista, identificado no sólo con el populismo demagógico, sino con un radicalismo de izquierda que en sus primeras dos campañas le impidió ganar de manera contundente las elecciones presidenciales, acercándose mucho más en 2006 que en el 2012 a su objetivo. Por eso fue que, para su tercera campaña, con el aprendizaje que había tenido en los dos intentos previos, el político tabasqueño comenzó a rodearse de personajes de derecha y de centro e incluso de empresarios que le permitieron mostrar un rostro moderado y convencer así a una clase media y alta que históricamente se le habían resistido por la imagen del “peligro para México” que le dejó la turbulenta elección de 2006.

Digamos que, con esos personajes, sus nombres y apellidos, sus trayectorias y sus orígenes, AMLO pudo presentarse como un político moderado y confiable para un sector del electorado que jamás había votado por él y que lo hicieron al ver que ya no sólo era el candidato de una izquierda populista y radical, sino también representaba una alianza amplia en la que lo mismo cabían expanistas de prosapia, empresarios, intelectuales y representantes de la sociedad civil y de la clase media. 

Pero una vez en el poder, la piel de cordero dio paso al lobo que comenzó a enseñar los colmillos. Y, azuzado por los grupos más radicales de su movimiento, el presidente comenzó a relegar y a ningunear a todos esos personajes no militantes y moderados, que por un lado perdieron interlocución e influencia en el oído del presidente y por el otro se negaron a entrar en el aro de la sumisión y la obediencia ciega que comenzó a marcar el estilo de su presidencia. Las primeras rupturas fueron estridentes: Germán Martínez primero, el 21 de mayo, seguido de Carlos Urzúa, el 19 de julio, ambos en 2019, fueron los primeros en abrir la grieta con dos explosivas cartas que públicas, en donde denunciaban, el primero la rigidez de la austeridad republicana que empezaba a transformarse en austericidio, y el segundo la toma de decisiones de política económica sin sustento y más por caprichos e imposiciones políticas que con evidencias técnicas.

Con la renuncia y el rompimiento del panista Martínez Cazares y el economista Urzúa se asomó también el primer rasgo de la presidencia imperial que empezaba a renacer en Palacio Nacional: a ambos López Obrador dejó de escucharlos, de atender sus recomendaciones y a imponerles a funcionarios sin conocimientos ni experiencia en sus dependencias; incluso en el caso de Germán, desde meses antes que renunciara el presidente dejó de recibirlo y de atender sus peticiones de audiencia.

Para el 2020 vinieron otros desprendimientos del grupo moderado y de derecha. Un técnico como el ingeniero Javier Jiménez Espriu renunció en julio tras haber sido ignorado y relegado en la SCT, a la que el presidente le quitó funciones estratégicas como el manejo de los Puertos de Marina Mercante y aduanas que le fueron entregados a la Secretaría de Marina. Luego, en septiembre un académico como Jaime Cárdenas, exconsejero del IFE, salió por piernas del Instituto para Devolverle al Pueblo lo Robado, tras denunciar corrupción en las subastas y el manejo de bienes enajenados a través de una mafia interna, lo que le valió ser acusado por el presidente de haberse “aflojado” y de “no servir para el servicio público ni para la transformación por falta de convicciones”.

Y finalmente en diciembre de ese año, el empresario Alfonso Romo, que ya no tenía ninguna influencia en el gobierno y había sido completamente relegado y desgastado como enlace entre el presidente y los empresarios, dejó la Oficina de la Presidencia para volver a sus negocios en su natal Monterrey. 

La alianza con el centro-derecha y la clase media no militante se iba resquebrajando cada vez más, en la medida que el presidente se radicalizaba y permitía que los grupos más duros, del ala radical de Morena tomaran mayor control e influencia en su gobierno, a través de alianzas como la de Beatriz Gutiérrez Müller y Claudia Sheinbaum y el avance de personajes de izquierda dura como Pablo Gómez y su familia e intelectuales como Paco Ignacio Taibo y el grupo de Jesús Ramírez y Jenaro Villamil en el manejo de la imagen y comunicación de su gobierno.

Para el 2021, en el tercer año de gobierno, el rompimiento más fuerte ocurrió en el primer círculo de confianza del presidente. La salida de Julio Scherer de la Consejería Jurídica de la Presidencia representó un cisma para el staff presidencial al desgastarse la relación de amistad con quien llegó a ser el hombre fuerte y el operador político más cercano a López Obrador. La salida de Scherer trajo consigo una reconfiguración en el gobierno; por decisión del mandatario, el relevo de Olga Sánchez Cordero, terminó de romper la alianza con los moderados no militantes, para dar paso a una operación más partidista y militante con la llegada de Adán Augusto López, que además del paisanaje tabasqueño, también significó un equilibrio para la radicalización del gobierno y el dominio de los duros del centro, al fortalecer al Grupo Tabasco y al Grupo del Sureste.

Y el último eslabón que se rompió el pasado jueves, al anunciarse la salida sorpresiva de Tatiana Clouthier, confirma el desencanto y la pulverización de aquella “alianza amplia” que falazmente llegó a ofrecer López Obrador para representar al electorado. Las razones que la llevaron a presentar su renuncia desde el pasado 26 de julio, tuvieron que ver con una falta de comunicación con el presidente, que ya no la recibía ni acordaba con ella, además de su desacuerdo con la militarización de la Guardia Nacional. Pero también influyeron el revés público que le dio su jefe en mayo pasado, al echarle para atrás su negociación de meses con los empresarios para imponer una “verificación de seguridad” en todos los autos que circulan en México, y como último desaire el no haberle dado ni un peso de presupuesto a su “nueva política industrial” que durante meses negoció y acordó con las cámaras empresariales.

La salida de la llamada “Tía Tatis”, no sólo confirma el final y la desaparición del ala moderada del gobierno de López Obrador, sino que también advierte que, conforme el presidente fue perdiendo a esos personajes clasemedieros, académicos, empresarios o técnicos que en su momento le ayudaron a ganar la Presidencia y a convencer a 15 millones de votantes de que su proyecto izquierdista sí era una opción viable para cambiar al país, el gobierno de la “transformación” se fue achicando y radicalizando. Y que junto al desencanto y la decepción que hoy expresan muchos de mexicanos que votaron por Andrés Manuel en el 2018, también viene el miedo por un fin de sexenio que se avizora difícil y caótico y un sueño de “transformación” que se empieza a sentir como una pesadilla. En la medida que el presidente y su gobierno se aproximan al ocaso de su poder con crisis, problemas no resueltos y más bien agravados, filtraciones y escándalos, todos nos aproximamos junto con él al precipicio. 

NOTAS INDISCRETAS… La llegada de Raquel Buenrostro no fue tomada con euforia por los mercados y mucho menos por los empresarios, que conocen bien la mano dura y la muy poca flexibilidad que maneja la nueva secretaria de Economía. Y es que, si en el SAT apretó y dobló a varios de los grandes contribuyentes que, hasta con amenazas de cárcel tuvieron que pagar sus adeudos y abandonar la evasión que les permitieron por sexenios los gobiernos del PRI y del PAN, ahora doña Raquel tendrá que demostrar que también tiene algo de mano izquierda, aunque hasta ahora casi nadie se la conoce. Lo que más preocupa es que a la que adentro de la 4T bautizaron como la “dama de hierro”, le tocará conducir las negociaciones con las representaciones comerciales de Estados Unidos y Canadá en las mesas del T-MEC en las que se busca resolver la queja de los dos socios comerciales contra la política energética estatista y proteccionista del gobierno mexicano. ¿Será que al nombrar a Buenrostro el presidente está mandando también un mensaje a la no menos dura Khaterine Tai que tan mal le cae a López Obrador y que tanto le molestó su demanda contra su política energética? El caso es que doña Raquel tendrá que demostrar que no sólo sabe doblegar a empresarios, sino también resolver problemas y negociar con todos los fierros calientes que le heredaron en Economía. Qué tan dura verán a Buenrostro dentro de la 4T que un alto funcionario de este gobierno nos decía ayer ”Raquel no es dura, es ruda”… Hablando de rudezas, pero en este caso de empresas cuestionadas como Vitol, el gigante holandés de energía, a la que en Estados Unidos acusaron de pagar sobornos a funcionarios mexicanos y de Ecuador a cambio de obtener contratos, entre 2015 y 2020, es decir también en los primeros años de la 4T, hoy se sabe que los operadores de Vitol utilizaron a empresas pequeñas y sin capacidad para obtener contratos de energía de la CFE y beneficiarse de grandes ventas de electricidad. Como prueba está el contrato que en agosto de 2021 le otorgó el área de Generación, de la Comisión que dirige Manuel Bartlett a la empresa Tradeon Energy a la que le vendió 100 MW de energía eléctrica y esta pequeña compañía a su vez se la transmitió al gigante Vitol. Así, los holandeses, a los que el presidente López Obrador dijo haber vetado por las investigaciones y acusaciones de corrupción y sobornos en su gobierno, le dieron la vuelta no sólo a la legalidad, sino al Palacio Nacional, todo con la complacencia del adorado Bartlett… Uno de los hombres más ricos de México, el empresario minero Germán Larrea, del Grupo México, fue internado en días recientes en un hospital de los Estados Unidos. El motivo fue realizarle una cirugía gástrica para bajar de peso, algo que además de tener un fin estético también se lo recomendaron por salud sus médicos. Dicen que a don Germán, que es uno de los enemigos declarados del senador y dirigente del sindicato minero, Napoleón Gómez Urrutia, le colocaron una “banda gástrica” en el estómago, que es de lo más avanzado en la medicina estadunidense para el control y la disminución del sobrepeso y la obesidad. Veremos si en algún momento don Germán reaparece más delgado, porque la que no baja ni adelgaza es su fortuna, ni aún en los tiempos de la 4T en donde no es para nada bien visto, pues en los últimos reportes de la Revista Forbes y de Statista en este año, Larrea aparece como el segundo hombre más rico de México, solo superado por Carlos Slim, con una fortuna del dueño de Grupo México que supera los 31 mil millones de dólares… Los dados mandan Escalera Doble para una semana densa y violenta.

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¿Quién espía? ¿AMLO? ¿Adán? ¿Sandoval? ¿Ojeda? ¿Gertz?/Juan Pablo Becerra-Acosta M.

El Universal

¿Quién entre ellos? ¿O espían todos? No es que lo hagan personalmente, sino que reciban, lean y se regocijen con el poder que les implica abrir carpetas y correos que llevan el sello o la marca (roja o negra) de “confidencial”, esos expedientes clasificados con los reportes de espionaje que elaboran sus plomeros.

Pero, empecemos por el principio: ¿quién dio la orden para espiar a periodistas?

En una democracia muy consolidada ya se hubieran deslindado responsabilidades, ya hubieran corrido a medio mundo, y en una de esas hasta hubiera renunciado el primer ministro, incluso el presidente.

Aquí, en este país, ¿quién espía hoy? ¿Presidencia de la República? El presidente Andrés Manuel López Obrador ha repetido una y otra vez que su gobierno no espía a periodistas ni a opositores. A nadie, ha reiterado. Religioso como es, casi lo ha jurado. También ha dicho que, políticamente hablando, en México no se mueve algo sin que el presidente sepa.

Entonces, si las denuncias de espionaje y de intervenciones telefónicas de Animal Político y de Ricardo Raphael son ciertas, como asumo que son, ¿quién dio la orden de hacerlo en Palacio Nacional? ¿Él mismo? Si fue así, muy mal, porque traicionó su palabra, rompió su juramente electoral en el sentido de que su gobierno jamás espiaría a periodistas y opositores. En ese caso, perdón, pero AMLO es un falsario.

Si acaso no fue el Presidente quien dio la instrucción, o quien consintió que se espiara (en la muy cínica tradición política mexicana no es lo mismo hacer que dejar hacer); si no fue López Obrador, ¿entonces quién fue? ¿Quién es el traidor en su staff presidencial que hace ver a su jefe como un mentiroso? ¿Fue su ex Consejero Jurídico, Julio Scherer Ibarra? ¿Fue su Coordinador de Asesores, Lázaro Cárdenas Batel? ¿Quién? La persona que haya instruido o consentido en Presidencia que se cometiera semejante atropello de espionaje, mal, muy mal, y debe ser evidenciada, expuesta, sancionada.

Ahora bien, si como me dice gente de Palacio Nacional, ni el Presidente ni alguien más de Presidencia dieron órdenes para espiar, ni tampoco avalaron que alguien externo a Presidencia espiara, pues peor, porque hay gente que sí está espiando desde el gobierno federal y es gravísimo que el Presidente y su equipo cercano no lo hayan sabido ni lo sepan. En ese supuesto, tienen el deber de atrapar y exhibir públicamente a quien lo esté haciendo en la actual administración, y por supuesto, consignarlo ante un juez.

La actitud presidencial de minimizar el hecho es inadmisible. Y lo es porque implica que es un político desmemoriado: él, su esposa, sus hijos, sus doctores y hasta 50 personas de su entorno, fueron espiados durante el gobierno de Enrique Peña Nieto con el sistema Pegasus, un instrumento de intervención de teléfonos que, de acuerdo al proveedor, solo se le vende a gobiernos legal y constitucionalmente establecidos. Y mire usted, resulta que ese mecanismo… es el mismo que hoy se utiliza en su gobierno para espiar periodistas.

Qué bueno que no son iguales a priistas, panistas y perredistas.

Los intentos del Presidente para perorar y construir circunloquios que derivan en eso de que “no se espía sino que se obtiene información de inteligencia”, también son inaceptables. Todos los periodistas, sin distinción, debemos repudiar tal intento de manipulación informativa y no deberíamos dejar de hablar del tema, hasta que se nos explique lo que está sucediendo, se castigue a los perpetradores y sus jefes, y se garantice algún mecanismo de transparencia para verificar que esto no suceda.

Espiar a periodistas (a cualquier persona) sin que haya una razón jurídica o legal para hacerlo, sin que un juez lo permita ante la presunción de un delito, es un acto profundamente antidemocrático, que remonta a las peores etapas y las más oscuras cloacas del partido de Estado que padecimos durante el priismo, que desde los años 60 intervenía teléfonos de domicilios y oficinas, tanto de periodistas como de opositores.

Es, además, y sobre todo, una intromisión en la vida íntima de las personas, en la privacidad de mujeres y hombres, y en ocasiones, hasta de menores de edad.

Sin eufemismos: espiar y meterse en la intimidad de los demás es una vileza política entre quienes nos pidieron el voto jurando que procederían siempre apegados a conceptos y principios democráticos.

Andrés Manuel López Obrador, Adán Augusto López, el general Luis Cresencio Sandoval, el almirante Raúl Ojeda y el fiscal Alejandro Gertz, si osaron espiar hoy, como presuntamente lo están haciendo, o si consienten el espionaje, como aparentemente lo están permitiendo, son “el extraño enemigo”.

Son la más vergonzosa reencarnación del militar y policía Fernando Gutiérrez Barrios.

Con la pena, ¿eh?

Bajo fondo

Todos los países democráticos tienen servicios de inteligencia que recaban información relevante para la seguridad nacional. Por ejemplo, Estados Unidos lo hace para neutralizar posibles ataques terroristas, ya sean perpetrados por extranjeros, o por grupos extremistas internos. También sus agencias cuentan con datos importantes que les permiten combatir a los grupos de narcotraficantes, no solo en cuanto a la incautación de drogas, sino en el congelamiento de sus recursos.

El Estado mexicano, en lugar de estar espiando, tendría que estar recabando inteligencia que sirva en el combate al crimen organizado, tanto de forma nacional como regional y local, porque si nos atenemos a lo hackeado y expuesto por Guacamaya, todos esos expedientes que hemos visto hasta ahora nos revelan que sí, que qué chulos expedientes tenía la Secretaría de la Defensa, con datos y pormenores de numerosos delincuentes y funcionarios cómplices, pero prácticamente en ningún caso sirvieron para gran cosa, para evitar la comisión de delitos, mucho menos para atrapar a alguien.

Parecen anotaciones reporteriles que jamás se transformaron en textos bien escritos que pudieran ser publicados a fin de influir y cambiar algo. Es decir, parece que la inteligencia militar estuviera compuesta, en general, de reportes pasivos que justifican nóminas estériles, ya que no desembocan en eficaces estrategias para combatir la inseguridad y disminuir la violencia.

¿Por qué no mejor recaban inteligencia que sirva para atrapar secuestradores, extorsionadores, asesinos de madres buscadoras de desaparecidos, sicarios, traficantes de personas, capos del narcotráfico y autoridades cómplices

Al fondo

Tanto del lado paterno (Luciano Becerra, cadete que defendió el Castillo de Chapultepec durante la invasión gringa), como del lado materno (Teodosio Canto, Guerra de Castas), provengo de militares. Tengo absoluto respeto y admiración por la vida militar, por la vocación militar, porque así me lo inculcaron y así lo abrevé, y desde inicios de este siglo defiendo la participación de las Fuerzas Armadas en el combate de estas guerras internas que padecemos, pero en mis familias nunca hemos dejado de señalar las barbaridades cometidas por militares, aunque entendemos que existe el matiz de que la mayor parte de las veces, como en el 68, recibieron órdenes de civiles.

Por eso, por el orgullo que tengo de provenir de militares, me decepciona saber que en la Secretaría de la Defensa Nacional de este gobierno se espíe a periodistas. De los anteriores gobiernos no me extrañaba, así eran sus genes represivos provenientes de los civiles o de ellos mismos, pero que suceda en el actual gobierno, me representa una vergüenza indefendible.

No solo es una afrenta para mí y millones de mexicanos que votamos por un cambio, un agravio para quienes descendemos de militares, sino que se trata de un ultraje para la propia institución militar, que retrocede décadas y pone en riesgo cualquier resquicio de vocación democrática que pudiera haber desarrollado en los últimos años.

Qué pena.

Si se quieren reivindicar, castiguen judicialmente a quien se tenga que castigar por esos espionajes.

 jp.becerra.acosta.m@gmail.com

Twitter: @jpbecerraacosta

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La narrativa oficial ha terminado/Víctor Beltri

Excelsior, 3 de octubre

Los días pasan lentos, sin duda muy lentos, para quien está esperando un golpe cuya magnitud desconoce. El gobierno de la República se enfrentará, en las próximas semanas, a una crisis creciente y continua que superará, con mucho, a cualquiera que hayan tenido que enfrentar sus predecesores.

El golpe parece asestado con precisión quirúrgica. El hackeo masivo a los documentos militares, y su revelación inicial a unos días del tercer aniversario del Culiacanazo, el próximo 17 de octubre, ejercerá una presión que podría poner en jaque al gobierno; la publicación del libro en el que —presuntamente— se detallan los manejos financieros que justificarían el título de El Rey del Cash, y que tendrá lugar justo al día siguiente —18 de octubre— podría terminar por dar el mate. 

Lo que hemos visto es tan sólo la punta de un iceberg sumergido en la profundidad, inmensa y obscura, de un mar de 6 terabytes. El cóctel está servido, y es posible anticipar, desde ahora, la pesadilla que se avecina en las próximas semanas para un presidente enfermo tanto de salud como de poder, incapaz de escuchar a nadie y cuya angustia y agresividad sólo aumentará conforme se acerquen las fechas. 

El presidente no sabe qué información fue sustraída y responde a la presión, por costumbre, con el estómago: los errores viscerales están, ya, a la vista. Por lo pronto, la información que se ha revelado —tanto en lo relativo al Culiacanazo como a la salud del mandatario— no contiene los elementos suficientes para un nuevo escándalo, de grandes dimensiones, pero en cambio constituye la prueba misma de la veracidad y el calibre de lo que podría estar por venir. El presidente, por cierto, tampoco sabe lo que contiene el libro, ni mucho menos si se relaciona con alguna de las filtraciones: lo único que sabe, en realidad, es que lo escribió alguien que lo conoce muy bien…

López Obrador aceptó, en un intento visceral de apagar el incendio, tanto el contenido como a la fuente de las filtraciones: en los hechos ha validado, de antemano y sin darse cuenta, cualquier información proveniente del mismo origen. Información que había sido resguardada tras la protección de un software que no tuvieron el cuidado de actualizar —a pesar de contar con todos los recursos a su alcance— y que podría poner en duda no sólo la credibilidad de un gobierno que se presume como honesto, sino también la honorabilidad de un Ejército en el que no todos, por cierto, están contentos. 

El Presidente ha reconocido la veracidad de la Guacamaya y, al hacerlo, se ha colocado en una situación de riesgo que no alcanza a comprender. Es probable que ninguno de sus allegados más cercanos, que pudieran saber la dimensión real de las filtraciones, se haya atrevido a explicárselo en blanco y negro, por temor a las consecuencias tanto en la salud física, como mental, del amado líder: ante la posibilidad de un infarto que le lleve a los libros de historia, o de un exabrupto que le pudiera colocar la etiqueta de “traidor a la patria”, ¿quién se atrevería a ser el mensajero de las malas noticias?

Estamos viviendo un parteaguas histórico, que marca el momento en que, quien ha sido el mandatario más poderoso de la era moderna, podría convertirse, en un parpadeo, en el más débil y vulnerable. El declive físico y mental será visible —y se pronunciar— en las próximas semanas, conforme se acerque el aniversario del Culiacanazo y las filtraciones empiecen a fluir; conforme se acerque la presentación del libro y se desnuden, poco a poco nuevas verdades. ¿Hasta dónde podrá llegar el presidente, tratando de desviar la atención? ¿Hasta cuándo se lo permitirá el corazón? 

El juego ya cambió, y el sexenio se acabó en los hechos. La narrativa oficial ha terminado —por fin— y el Presidente ahora tendrá que defenderse no sólo de sus adversarios, que cada vez le perderán más el miedo, sino de sus propios aliados, cuando empiecen a reconocer que el poder, en verdad, enloquece.

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Administrando el caos/ Amador Narcia

El Universal

En lo que pareciera una estrategia para que el impacto sea constante y diverso, para que dure y rebase lo periodístico e incluso incida en los próximos procesos electorales y hasta en la sucesión presidencial, los “Guacamayos” asignan a su criterio e interés lo que hackearon. 

Reparten el juego y quien quiera publicar debe seguir sus tiempos y sus reglas.  

Lo “asignado” quizás solo alcance a ser creíble, pero el presidente confirmó que la Sedena había sido hackeada y que los publicado sobre su salud y la aerolínea militar era verdad. 

El dilema es que no treparse a la ola de lo hackeado puede llamar a sospecha de los puristas aunque el criterio editorial sea subjetivo. 

La información extraída de los servidores de la Secretaría de la Defensa Nacional por el grupo de hackers sólo la pueden obtener periodistas e investigadores, mediante una solicitud vía correo electrónico.  

Para hacer contacto con ellos es necesario entrar a la página ddosecrets.com  

Ahí, en inglés, se presentan como una organización periodista sin fines de lucro, dedicada a la transmisión de información de interés público. Y su misión la señalan en latín:  

“VERITATEM COGNOSCERE RUAT CÆLUM ET PEREAT MUNDUS” 

Que se puede traducir como “Conocer la verdad, incluso si los cielos caen y el mundo perece”. 

Hay también un listado de lanzamientos y actualizaciones de los hackeos más recientes. Y ahí se lee: “Secretaría de la Defensa Nacional de México”. https://ddosecrets.com/wiki/secretar%c3%ada_de_la_defensa_nacional_de_méxico

Al dar click, aparece esta especie de ficha de información. Detalla que son 6 Terabytes de correos de la SEDENA hackeados por el grupo Guacamaya y que debido a la sensibilidad de la información sólo serán proporcionados a periodistas e investigadores.  

El sitio también incluye una declaración en español de Guacamaya en la que reprueban la existencia y modo de operar de los ejércitos en diferentes países, a los que se refieren como el Abya Yala, que es la denominación más antigua de América, y ellos hacen énfasis en los países que integran América Latina. https://ddosecrets.com/wiki/contact#request_access 

Se explica que, para solicitar la información, es necesario enviar un correo electrónico a press@ddosecrets.com donde se diga por qué es necesario acceder al material y qué intención se tiene de hacer con él.  

También se solicita que el correo sea enviado desde una cuenta institucional o corporativa y se incluya suficiente información para verificar las credenciales del solicitante. Los hackers necesitan corroborar que la persona es investigador o periodista con trayectoria. 

Horas o días después, el grupo de hackers responde el correo preguntando si el interesado está de acuerdo en que la información sólo será para su medio de comunicación y que no puede compartirla con nadie más. También se solicita que, al publicar la información, se dé crédito a ddosecrets.com  https://mega.io/startpage 

El mismo grupo de hackers redirecciona al solicitante a Mega, una nube en internet donde se almacenan contenidos… Ahí se encuentran 6 carpetas con archivos de los correos de la SEDENA que fueron subidas entre el 17 y 19 de septiembre pasado. Cada una pesa entre 240 y 785 gigas… Y por día, sólo se puede descargar 500 gigas, pero si una persona está interesada en descargar los 6 Teras de una sola vez, necesita tener ese espacio disponible, internet de calidad y una cuenta especial en Mega. 

Ya veremos las consecuencias de este robo, que finalmente lo es. 

Monitor republicano 

No hay felicidad completa. Algunos de quienes buscaron esa información recibieron en correspondencia un malware (MALicious softWARE), un programa, documento o mensaje, susceptible de causar perjuicios a los usuarios de los sistemas informáticos. 

anarciae@gmail.com 

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 'A la mexicana'/RICARDO RAPHAEL

Milenio, 8 de octubre de 2022

Tan fácil que es hacer unos huevos a la mexicana. Van durante menos de un minuto al sartén un par de blanquillos apenas batidos con poco aceite de maíz, unos trocitos de jitomate, otros de cebolla y unas rodajas de chile jalapeño.

Una receta simple para un adjetivo complicado: “a la mexicana”.

Si no lo cree así, retire usted los huevos y ponga como sustantivo, por ejemplo, el amor. ¿Podría usted definir qué es eso del amor a la mexicana?

Ya la cantante Thalía lo intentó hace un par de décadas. El amor a la mexicana sería, para ella, aquel que no tolera compasión ni lástima, un amor duro, delirante, “macho de corazón.” Tal cual se enseña en esa gran escuela de las emociones que son las telenovelas, esta forma de amor debe ser un melodrama sin acotamientos ni banquetas. Arrollador, pues, donde ella se arroja, él se lanza y ambos se estrellan. No importa que la historia sea corta, tóxica o suicida, siempre y cuando quede labrada como leyenda en una estela maya.

Solo por enredar más las cosas, sustituyamos la palabra amor y pongamos en su lugar la justicia a la mexicana. De golpe se asomará una borrachera canija de impunidad. La hipótesis no es mía sino del gran muralista, Jesús Clemente Orozco, que en 1923 dejó sobre las paredes del Antiguo Colegio de San Ildefonso un fresco preciso: el de un caballero tan ebrio como elegante (la ley) que con la mano derecha empuña una daga y con la izquierda manosea a una dama (la justicia), también cargada como una cuba, que lleva vendada media cara y sostiene una balanza más chueca que la torre de Pisa.

Ni cómo discutirlo: la justicia a la mexicana es personal, es política y es económicamente interesada. Sobre todo —debe advertirse— rara vez es justa.

La necedad de escribir este texto me visitó hace unos días cuando un amigo abogado intentó describirme la desembocadura de un caso que se le pudrió en las manos por razones políticas. Para no hacerme perder el tiempo resumió así su infortunio: se resolvió a la mexicana —dijo y luego torció la boca.

Fue en ese momento que mi cerebro se atoró tratando de hacer coincidir en una misma definición los huevos, el amor y la justicia para terminar concluyendo que nada tienen que ver entre sí excepto que ese adjetivo, a la mexicana, se acomoda resignadamente según el tema que se le ponga por delante.

No se trata de que lo mexicano sea mentiroso, eso sería en sí mismo una mentira. Tampoco que carezca de sinceridad, porque lo mexicano no merece ser considerado como sinónimo de falso.

¿Cómo explicarlo? Varguitas viene a mi auxilio, aquel inolvidable personaje del filme La Ley de Herodes que se hizo famoso por referirse a sí mismo como alguien más cabrón que bonito.

Varguitas es alguien rajado, pero carece de hermosura; un tipo puesto para lo que se necesite, aunque lo que se necesite pueda ser grotesco.

Es un personaje —¿cómo negarlo?— muy a la mexicana. Es rudo y a la vez ambiguo. Echado para delante, pero extraviado respecto de lo que realmente desea.

En eso radica la dificultad de encarnar a un personaje como Varguitas, que vive en el país de La Ley de Herodes —según la sabiduría popular— el lugar donde llegado el momento de las definiciones o te chingas o te jodes.

Ahora caigo en que el amigo abogado sembró la duda perniciosa que dio título a este desparramado argumento mientras en el Senado de mi país una legisladora de apellido Abreu —una feminista como no podría haber ninguna otra— acusó en tribuna a una colega suya de ser una “robamaridos”, para luego asestar contra el vientre de su enemiga una frase que merecería ser colocada con letras doradas en las paredes más altas del más reputado de los burdeles: “señora … hay que tener la cola corta para tener la lengua larga.”

No sé si Abreu quería proponer aquí una máxima recomendable para la política mexicana, pero ciertamente debería serlo para los hombres de la política que con patriarcal actitud siempre andan presumiendo el tamaño de su cola.

Al respecto cuenta una leyenda que un día ese intelectual modelo que fue para muchos el poeta Octavio Paz, sentado a la mesa con varios de sus pupilos, se divirtió regañando públicamente a alguno que no dejaba de coquetear con la mesera joven y tímida que intentaba tomarles la orden.

El maestro suplicó al alumno: “querido XXX, ¿sería usted tan amable de retirar su miembro de esta mesa?”

El “querido XXX” se habrá ruborizado ante este ingenioso desplante de humor a la mexicana, que es otra cosa muy distinta a los huevos, el amor o la justicia y que sin embargo es tan preciadamente nuestro.

En mi país, se dice, hacemos chistes por todo; la mayoría graciosos y rayando en lo geniales cuando recalan en el albur, pero también los hay pasados de lanza como la broma podrida arrojada contra la legisladora “robamaridos”.

Antes de terminar este discurso malhadado hay que decir que, de todo cuanto intente definirse en la materia que aquí nos ocupa, lo más difícil —prácticamente imposible— es el concepto de la política a la mexicana.

Han fallado hasta ahora los muralistas, los poetas, las compositoras, los tribunales, las científicas sociales y hasta Dios mismo a la hora de responder al desafío.

Y es que la política a la mexicana es una materia cargada de simulaciones, fachada que esconde otra fachada, cabellera sin pelo, diplomacia ruda, puñal sin balanza, poder vaciado de contenido, es la arrogancia del inseguro y la humildad petulante, en fin, la política a la mexicana es sobre todas las cosas una contradicción desvergonzada.

No intente usted entenderla porque no puede ser entendida. Quienes la practican son los magos del decir las cosas por el derecho y el revés, en una misma frase y a lo largo de una misma vida. Se definen a sí mismos como tragadores de sapos que domesticaron las arcadas. En efecto, la política a la mexicana da asco, pero no importa.

La ventaja es que aún nos quedan, para alimentar el orgullo nacional, otras muchas virtudes a la mexicana: desde luego la comida, el amor, la valentía, el humor y alguna canción que nos sirve para irla pasando mientras los vecinos se emborrachan de sí mismos, incapaces de retirar sus miembros de la mesa y tan coludos o bonitos como la vida cabrona, que se han procurado, les da permiso.

@ricardomraphael

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 El correo del general

LINOTIPIA / Peniley Ramírez

en REFORMA. 08 Oct. 2022;

El 4 de julio de 2020, Beatriz Gutiérrez, esposa del Presidente, estaba de vacaciones en un hotel del grupo Vidanta en Puerto Vallarta. A las 10 de la mañana, paseaba en la playa. Luego subió a una embarcación del Ejército, dedicada a búsqueda y rescate. Algunos soldados hicieron recorridos terrestres. Miembros de la octava zona naval la siguieron en su paseo marino, en un vehículo de la guardia costera. A la una y media, regresó a su hotel. El encargado de su seguridad (cuyo nombre omito) informó al alto mando de la Sedena lo que aquí describí. Luego, anunció que no había más novedades.

Mientras esto sucedía, en la Sedena se preparaban para la visita del Presidente a Washington, D.C. Ese 8 de julio, Andrés Manuel López Obrador acudió a la Casa Blanca para encontrarse con Trump. Los detalles del viaje, como los del paseo de la primera dama, estaban clasificados como información "confidencial". Sin embargo, todos fueron enviados a un correo personal de Apple del secretario Luis Cresencio Sandoval.

En el informe sobre la visita de López Obrador a Washington había muchos datos confidenciales. El documento detalla dónde estaría el Presidente en cada momento, qué rutas tomaría su convoy, los nombres de todos sus escoltas y hasta el de una coronel enfermera que le haría una prueba de Covid. El secretario Sandoval marcó un signo de interrogación en una parte del documento. Allí decía que la enfermera no había ejercido en 20 años, así que otro médico militar también viajaría, para encargarse de la prueba. Hablé con la entonces embajadora de México en Washington, Martha Bárcena. Me confirmó algunos detalles que estaban en el reporte.

Unos meses antes, por el correo del iCloud de Apple del secretario Sandoval pasó otro documento confidencial. Allí decía que le enviaban un video de los avances en la construcción del Aeropuerto Felipe Ángeles, que luego le mostrarían al Presidente. El documento especifica que, en el video, habían incluido solo algunas tomas "con el fin de lograr una mejor percepción en el avance, en virtud que el avance porcentual de manera semanal es mínimo".

En el mismo correo había otros documentos confidenciales. Uno de ellos, de julio de 2020, indica que la Sedena estaba realizando un operativo para vigilar un vuelo que transportaría dinero "de la delincuencia organizada" a Venezuela. El tip había llegado a la Sedena por parte del Centro de Análisis de Información de la embajada de Estados Unidos en México. Los militares revisaron 58 aviones, dice su reporte, pero en ninguno encontraron el dinero. No era la primera vez que los militares hacían un operativo después de recibir información de la embajada, y resultaba un fiasco. Unos meses antes, recibieron otro, respecto a un supuesto avión que llevaría uranio a Venezuela. Desde entonces, sus colaboradores recomendaron al secretario clasificar los tips de la embajada estadounidense como "de confiabilidad media" y no "alta".

Tuve acceso a la filtración que realizó el grupo de activistas Guacamaya, de información equivalente a más de 36 millones de archivos del Ejército mexicano. En medio de todo lo grave de la filtración, quise comenzar mi cobertura del caso con este asunto: el poco cuidado a temas confidenciales que tiene la cabeza del Ejército, el propio general secretario.

Además de los datos sobre el Presidente, su esposa o sus hijos, también hay otros documentos como las agendas ejecutivas del alto mando que Sandoval envió o recibió en su correo personal de Apple. Estas incluyen datos de dónde están todos los destacamentos militares en el país, cuántos oficiales había en cada uno, cuántos miembros tenían en fuerzas de reacción, destacamentos de seguridad, cuántos para erradicar cultivos ilegales.

Fuentes militares me dijeron que desde la década de 1990 hay ordenanzas en el Ejército que prohíben utilizar los correos personales para envío de cualquier información confidencial.

Revisé más de 200 correos que Sandoval se enviaba a sí mismo, desde su iPad, a su correo institucional. No sabemos qué otros destinatarios tienen esos documentos, una vez que estaban en el correo privado del secretario. La paradoja, ahora mismo, es que conocemos estos detalles no por una violación de ese correo privado, que no debía usar para trabajo militar, sino por la masiva filtración de correos del Ejército.

@penileyramirez

 

 

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