4 mar 2024

“Primero la democracia y el Estado de Derecho”: CEM/Rubén Alonso

Apuntes

“Primero la democracia y el Estado de Derecho”: CEM/Rubén Alonso

Milenio, Jalisco / 04.03.2024 :


Como en cada proceso electoral la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) emitió este 2 de marzo, un mensaje, este dirigido a la “Nación Mexicana”, con una particularidad destacada: en estos momentos, retoma la expresión de la actual Administración federal poniendo el foco de atención en lo que está en juego en 2024: así como en otros momentos los llamados del “Ya basta…” estuvieron en todas las exigencias, ahora es priorizar. En lugar de “primero los pobres”, el Episcopado Mexicano pone el énfasis en la “democracia y el Estado de Derecho” como “primero”.

En los procesos electorales la CEM y los obispos en particular han llamado a votar, a participar en los procesos electorales, así como poner como referencia en la decisión el “bien común”, una referencia desarrollada en la llamada Doctrina (enseñanza) Social de la Iglesia dese León XIII ( desde el 15 de mayo de 1891 con su encíclica “Rerum Novarum” sobre la cuestión obrera) hasta Fratelli Tutti de Francisco Papa, claro, esta última en un contexto y exigencias muy distintas a las de finales del siglo XIX.


La lectura del mensaje del episcopado, firmado por su presidente, el arzobispo de Monterrey, Rogelio Cabrera López, y el preclaro obispo de Cuernavaca y secretario de la CEM, Ramón Castro Castro, permite identificar en qué pone su énfasis el Episcopado. Veamos algunos.


1. La jornada electoral del próximo 2 de junio la consideran como “importante y trascendente”, aunque no dan elementos para identificar su trascendencia e importancia.


2. El proceso electoral tiene riesgos “que amenazan la estabilidad democrática mediante la violencia criminal, que, al mismo tiempo, afectan la libertad ciudadana.


Sobre esto último se explayan los obispos:“Creemos que el peor de los escenarios, el que mayormente debemos evitar, es aquel en el que el crimen organizado y otros grupos delincuenciales intervengan en el proceso electoral, en cualquier lugar y momento. La democracia electoral mezclada con la delincuencia es un binomio totalmente inaceptable, es un signo de la más deplorable corrupción que se debe evitar a toda costa. Por ningún motivo se puede justificar y mucho menos entrar en complicidad”.


Enseguida, hacen referencia a una agenda apremiante que debe atenderse: “Las condiciones por las que atraviesa el país desafortunadamente no son las mejores, pues evidente que, desde hace tiempo, nuestros problemas son muchos en materia de seguridad, desigualdad social, crecimiento económico, insuficiente empleo formal y digno, cobertura y calidad educativa y de salud, migración, polarización social, y otras problemáticas”, y de manera enfática (resaltando el texto), señalan: “Coincidimos en que el reto mayor está en hacer valer y vivir un verdadero Estado de Derecho como primer paso para superar la corrupción y nuestras carencias”.


3. Seguridad en la contienda. Ya se han registrado asesinatos de aspirantes a candidaturas a puestos de elección popular desde diciembre del año pasado cuando comenzaron las precampañas. Por ello, apuntan los obispos, “también consideramos necesario que las autoridades responsables de la seguridad ciudadana y las fuerzas del orden (Sedena, Guardia Nacional y Semar), a nivel estatal y nacional, garantice la protección y el ambiente de paz, de tal manera que se evitan, por motivos electorales, las agresiones, los atentados y los lamentables asesinatos de candidatos, políticos, familiares, periodistas y demás ciudadanos. Por lo demás, la seguridad deberá estar garantizada en todos los rincones del país el próximo domingo 2 de junio, sin excepción alguna”.


4. Autoridades. El Episcopado Mexicano hace un voto de confianza en las autoridades electorales y el marco jurídico que rigen los procesos electorales, recodando que lo que hoy se tiene es producto de una historia reciente: “Todos deseamos que este proceso electoral de 2024 sea un ejemplo de civilidad a la altura de la cultura democrática que los mexicanos hemos ido construyendo y perfeccionando en las últimas décadas, a través de leyes e instituciones que nos regulan, por lo que es necesario que los distintos actores políticos sin excepción, comenzando por las autoridades y siguiendo con los candidatos, partidos y ciudadanos cumplamos las Leyes y las Normas en materia electoral”


Ante ello, el Episcopado pone como prioridad en este proceso electoral (resaltándolo tipográficamente en su mensaje) que “POR EL BIEN DE MÉXICO, PRIMERO LA DEMOCRACIA Y EL ESTADO DE DERECHO”.


Y en específico, se dirigen a las autoridades electorales y de seguridad:


“Toca a los responsables de las Instituciones Electorales, el Instituto Nacional Electoral (INE), el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) y la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales (FISEL) actuar con apego a la imparcialidad y la justicia, con ética y competencia profesional, para garantizar que el proceso se desarrolle con plena legalidad y con oportuna corrección de las anomalías que pudieran presentarse”.


“También consideramos necesario que las autoridades responsables de la seguridad ciudadana y las fuerzas del orden (Sedena, Guardia Nacional y Semar), a nivel estatal y nacional, garantice la protección y el ambiente de paz, de tal manera que se evitan, por motivos electorales, las agresiones, los atentados y los lamentables asesinatos de candidatos, políticos, familiares, periodistas y demás ciudadanos. Por lo demás, la seguridad deberá estar garantizada en todos los rincones del país el próximo domingo 2 de junio, sin excepción alguna”.


5. Participación. El Episcopado pone, además, una particularidad atención en la participación ciudadana, tanto en las campañas electorales como en la jornada comicial del próximo 2 de junio, dirigiendo su atención en los jóvenes, la necesidad de información veraz y el respeto a la libertad de expresión de periodistas, pues suponen que sin ello se registraría un “retroceso democrático”.


“México necesita campañas electorales, limpias, legales y austeras; con abundancia de propuestas responsables y serias; dejando de lado las descalificaciones de los contrincantes para dar lugar a la búsqueda de soluciones auténticas para nuestros problemas, tomando en cuenta la seriedad de los mismos. También nos conviene, a todos, la libertad de expresión en el legítimo ejercicio de los comunicadores y los ciudadanos, sin que por ello ponga en riesgo la vida o la seguridad de las personas. Requerimos campañas electorales que favorezcan el ejercicio del voto libre, informado y secreto, sin manipulaciones ni engaños, sin injerencias indebidas de las autoridades gubernamentales ni de cualquier índole. Lo decimos con toda claridad: ¡Deseamos una elección en la que participemos todos!, ¡evitemos cualquier retroceso democrático!”


“No es tiempo de apatía, indiferencia o abstencionismo. Es tiempo de participación y compromiso. Exhortamos a todos los ciudadanos, especialmente a los jóvenes a informarse, interesarse y tomar sus propias decisiones buscando el bien de la Nación. Igualmente exhortamos a los partidos políticos y candidatos, para que se conduzcan con ética, con altura de miras y que no pierdan de su horizonte de acción el bien común. Esto incluye la más grande de las actitudes cívicas en democracia que es la participación generosa y la aceptación de los resultados finales. Anhelamos que todo el proceso se realice por cauces legales para evitar conflictos postelectorales y costosos, fundados en posiciones arbitrarias y sin sustento”.


El llamado es oportuno y necesario en sus dos vertientes medulares: participar, como expresión y alimento de la democracia, y respeto al Estado de Derecho. El momento más intenso del proceso electoral ha comenzado.

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