25 ago 2024

Las columnas políticas hoy, domingo 25 de agosto de 2024

Rubén Rocha Moya, gobernador de sinaloa, afirma que gobierna bien, tranquilo y integridad y honradez.

La visita de AMLO y CSP ocurre exactamente un mes de los hechos del jueves 25 de julio.....

Para Rocha no pas nada él afirma que gobierna con integridad, con la honorabilidad que nos ha enseñado el presidente Obrador, con la honradez luchamos contra la corrupción. Esos son nuestros valores y nuestros principios”.

Y agregó que 

“Por eso estamos al amparo de nuestros dos grandes líderes Andrés Manuel López Obrador a quien le damos las gracias por lo que ha hecho por nosotros. Claudia Sheinbaum Pardo a la que le damos la bienvenida. ¡Es un honor estar con Obrador y, es un honor estar con Claudia hoy!.., 

Sinaloa en el ojo del huracán pero no pasa nada...

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Intensifican protesta contra reforma judicial 

Bajo Reserva/El Universal, 

Nos comentan que ante la celeridad que darán los diputados para que esta semana quede listo el dictamen sobre la iniciativa de reforma judicial, los trabajadores del Poder Judicial también elevarán sus protestas en todo el país. Hoy habrá movilizaciones no sólo en la Ciudad de México sino en varias entidades, mientras que mañana el llamado es a realizar megaconcentraciones en plazas y monumentos estratégicos. En la capital federal, el lugar escogido es el Ángel de la Independencia. A eso se suman, nos hacen ver, las quejas y recursos que jueces y magistrados presentarán ante organismos internacionales. Comienza una semana movida, en la que los juzgadores intentan encontrar algún resquicio de apertura para modificaciones, mientras los legisladores oficialistas ven la aprobación a toda velocidad de la reforma simplemente como un “regalo” de despedida para su líder.

Dejan sola a Xóchitl contra la sobrerrepresentación

Nos cuentan que ayer, en la presentación del juicio ciudadano ante el Tribunal Electoral que promovió Xóchitl Gálvez en contra de la distribución de legisladores plurinominales aprobada por el INE, brillaron por su ausencia el reelegido líder del PRI, Alejandro Moreno, y Marko Cortés, aún dirigente del PAN. Nos comentan que ellos están más ocupados en su mudanza al Senado, que les dará escaño, fuero y dieta por seis años, que en combatir la sobrerrepresentación. Ni siquiera Jesús Zambrano, dirigente del casi desaparecido PRD, se quiso levantar temprano en sábado.

Mordaza a la agonizante comisión de mejora educativa

De los organismos autónomos que salieron a argumentar por qué no deben ser eliminados, sólo faltó la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu). Mientras los responsables de Inai, IFT, Coneval, Cofece y CRE difundieron el viernes comunicados explicando cuáles son los riesgos si se aprueba su desaparición, en la Mejoredu, que en este momento está a cargo de Silvia Valle Tépatl, sólo hubo silencio. Nos dicen que hay un férreo control desde la Secretaría de Educación Pública para evitar que la comisión emita alguna postura que pueda resultar perjudicial para la imagen de la dependencia y en general del gobierno federal saliente.

Vivas y bendiciones de los góbers priistas a AMLO

Nos comentan que mientras en la Ciudad de México los priistas critican al presidente Andrés Manuel López Obrador, la presidenta electa Claudia Sheinbaum y a la coalición oficialista por la sobrerrepresentación que recibieron del INE para el Congreso, en el norte andan en otra frecuencia. Nos detallan que ayer en la gira presidencial por Ciudad Lerdo, Durango, para inaugurar la segunda etapa del programa de Agua Saludable para La Laguna, los únicos dos gobernadores tricolores que quedan, Esteban Villegas, de Durango, y Manolo Jiménez, de Coahuila, se desvivieron en halagos para los visitantes, y le dijeron al mandatario saliente que se va a quedar en los corazones de la gente y don Esteban hasta le deseo que Dios lo bendiga.

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Un día en el juzgado/Hernán Gomez B.

El Universal, 

El poder del dinero en la elección de jueces

Pudieron ser dos horas, pero terminaron por ser ocho. “Vas a salir de ahí mentando madres”, me advirtió alguien que frecuenta los juzgados civiles del tribunal de la Ciudad. Pero cuando pude salir, ya había pasado el estado de enojo: sentía como si me hubieran quitado las ganas de vivir…

Porque esa es la sensación que generan las oficinas del Poder Judicial local, donde al cabo de un rato uno se siente en un laberinto kafkiano donde nada tiene sentido.

Cuando me permitieron salir, después de retenerme sin poder siquiera comer —porque “si sales ya no entras”—, sin poder ir al baño —porque no se puede interrumpir la audiencia y ¡porque no hay papel! (vaya metáfora de la decadencia institucional)— sólo pensaba: ¿De qué sirve todo esto?

En ningún momento puedes realmente explicar tu posición o escuchar al otro. Si llegas hasta ahí por estar inmerso en algún tipo de conflicto, difícilmente se va a resolver. Nada que surja de ese sitio se antoja mínimamente reparador. A lo sumo se trata de que uno “se chingue” al otro, casi siempre el fuerte al débil.

En este caso, el fuerte es un grupo empresarial que me demanda por “daño moral”: tres empresas pertenecientes a un corporativo mediático, representadas por un abogado que, lejos de mostrar alguna convicción real —por lo que sea—, simplemente sigue un procedimiento. ¿Su “solución final”? Despojarme de 15 millones que no tengo.

Los que me demandan no se tomaron la molestia de acudir, pero tú —el periodista demandado— por supuesto que debes estar, perder todo un día, someterte a un interrogatorio capcioso diseñado para equivocarte. En la prueba confesional solo puedes responder sí o no.

En lugar de emplear instrumentos tecnológicos propios del siglo XXI, debes dictarle a una funcionaria que hace su mejor esfuerzo por transcribir unas frases que tienes que pronunciar lentamente. El procedimiento es anacrónico y absurdamente lento. Es como si en esos juzgados el tiempo no fuese más que una entidad abstracta, en lugar de vida humana.

Casi todos están de malas. Al poco tiempo lo entiendes: ¿cómo sentir gusto por un trabajo en esas condiciones? En un espacio acalorado y donde falta el aire, la jueza apenas te mira a los ojos. O no le interesa tu existencia ni tiene tiempo de pensar en ella. Eres un número más de esa tonelada de expedientes que debe atender antes de que se le acumulen más.

Semanas antes de la audiencia, la jueza había aceptado un aberrante peritaje psicológico que solicitaron las empresas que me demandan para determinar, básicamente, si soy capaz de ejercer el periodismo. Un peritaje similar, que duró 25 horas, le fue impuesto años atrás a Sergio Aguayo por un juez del mismo tribunal. Por fortuna, esta vez un juez federal me concedió un amparo.

¿Por qué la jueza que lleva mi caso habrá aceptado una pericial a tal punto invasiva, estigmatizante y absurda?, me preguntaba antes de llegar a la audiencia. ¿Será a pedido de Rafael Guerra —el presidente del Tribunal que da línea a los jueces supuestamente autónomos— para incrementar el hostigamiento judicial en mi contra?

Así lo imaginaba, pero esa tarde, mientras observaba a la juzgadora atrapada en una montaña de papel, de pronto pensé: quizás no tuvo siquiera el tiempo suficiente para reflexionar. Quizás ella —al igual que yo— es una víctima más de este mismo sistema.

Y me pregunto: ¿No es ese poder judicial local el que deberíamos empezar a reformar, en lugar del federal, que mal que bien nos protege de sus arbitrariedades?

@HernanGomezB

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La batuta que orquestó el paro del Poder Judicial/Claudio Ochoa Huerta

 EL UNIVERSAL

Desde 2018, cuando Ricardo Monreal recién había llegado al Senado como líder de Morena, varios integrantes del Poder Judicial de la Federación entraron en alerta al escuchar sus amenazas sobre las remuneraciones. Identificaron que el sexenio no terminaría sin cambios para ellos, pero tampoco imaginaron las dimensiones de lo que está por suceder.

Irónicamente, esa incredulidad hoy ha propiciado un frente de defensa que no tiene nombre y apellido. Para esta columna consulté a varios jueces y magistrados de circuito que relataron cómo se gestó el paro de labores que comenzó esta semana.

En febrero, ante las amenazas del Presidente López Obrador, llegaron las respuestas académicas de parte de especialistas jurídicos. Una de ellas fue la del grupo de profesores de la UNAM, quienes horas después enfrentaron el rechazo de la propia universidad. Eso abonó a que el ejecutivo los ignorara y a que el legislativo apostara por un diálogo piramidal: platicamos con las cabezas y que se den por enterados los empleados. Ahí estuvo el primer error.

En los días recientes, el dictamen final que se discutirá este lunes tomó un tono más agresivo. Además de lo ya conocido, en el Poder Judicial de la Federación saltaron cuando vieron la creación de un órgano que sancionará a ministros y que se encargara de manejar todo el presupuesto. Políticos manejando el dinero del Poder Judicial. ¿Qué podría salir mal? Segundo error.

El tercer error desde el poder vino con la amenaza del artículo décimo transitorio que afectaba los derechos laborales de los trabajadores, pero lo que más los asustó fue el cambio de sus patrones. Las fuentes relatan que hay secretarios de acuerdos, quienes se encargan de hacer los proyectos de resoluciones, que llevan entre uno y 10 intentos de concursos de oposición para ascender a ser jueces o magistrados. En otras palabras, cumplir sus objetivos y sueños laborales.

Esa gota derramó el vaso y levantó a la base trabajadora real, no a la sindical que ya se estaba acomodando para negociar, a través de sus líderes. Fue cuando jueces y magistrados comenzaron a crear contenido y material de lo que representaba la reforma.

El viernes 16 llegó el anuncio de paro. Muchos lo consideraron un error porque el fin de semana abriría la puerta a las presiones, pero esos mismos días también sirvieron para que apareciera la comunicación a través de los chats privados entre jueces y magistrados. Unos incluso cuestionaron qué le dirían a sus hijos el día de mañana cuando exigieran una explicación de qué pasó con sus trabajos, otros que con qué cara dirían que los gobierna otro poder.

Llegó el día del voto e internamente quedaron sorprendidos por el resultado. Nadie preveía que viniera un análisis de conciencia de esas magnitudes. Las fuentes consideran que de los 200 que votaron contra el paro, 50 son traidores y los otros 150 son temerosos.

Les queda un camino: apelar a que la crisis siga formando el sentimiento de familiaridad; la idea de que no se cuida un trabajo ni un sueldo, porque muchos incluso tienen su futuro asegurado, sino una visión de patria y de país.

¿Resistirán?

Stent:

Mientras Jenaro Villamil anda desesperado buscando un hueso, le siguen llegando las malas noticias. Una empresa le acaba de ganar el pleito por un terreno en Taxco, donde quiso poner una de sus antenas fantasma.

claudio8ah@gmail.com


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