30 abr 2006

John Kenneth Galbraith(1908-2006).


Este sábado 29 de abril murio en Cambridge, Massachusetts el gran economista Socialdemócrata John Kenneth Galbraith.
Galbraith fue el economista estadounidense (en realidad era canadiense) más influyente del siglo XX. Publicó varios libros que se cuentan entre los mejores análisis de la historia moderna de EE UU, desempeñó un papel muy destacado en la elaboración de políticas públicas de mediados de siglo y asesoró a todos los presidentes demócratas -!claro¡- desde Franklin Delano Roosevelt hasta Bill Clinton.
Galbraith nacio en Iona Station, Ontario, Canadá; después de recibirse de la Universidad de Toronto en 1931, emigro a EE UU , donde obtuvo su doctorado en economía en la Universidad de California. Fue profesor en la universidad de Harvard de 1934 a 1939, en Princeton de 1939 a 1942, y servidor público de la Oficina de Administración de Precios durante la Segunda Guerra Mundial. Regreso a Harvard en 1948, donde permaneció hasta 1975 y presidió por un período la Asociación de Economistas de EE UU.
Su primer obra (1958) que lo proyecta a nivel mundial fue La Sociedad Opulenta (The Affluente Society; ahí sostenía que los economistas y políticos de su país aún se basaban en la hipótesis de un mundo en el cual primaban la carestía y la pobreza de manera casi universal. "En consecuencia, nos regimos en parte por ideas que corresponden a otro mundo", escribió. "Hacemos muchas cosas innecesarias, algunas imprudentes y unas pocas que son dementes".

En 1999, un jurado de la editorial Modern Library situó a "La sociedad opulenta" en el número 46 de los 100 mejores libros del siglo de no ficción en inglés.

En 1955 escribió The Great Crash (La gran quiebra de 1929;
también desarrolló la teoría de las fuerzas sociales compensatorias, según la cual los sindicatos y otros grupos son necesarios para alcanzar el equilibrio político y social.
Richard Neustadt, colega suyo en la Universidad de Harvard dijo que Galbraith demostró que "es necesario conferir poderes directamente a la gente para que pueda pelear por sus propios derechos".
Galbraith, "tenía gran confianza en la capacidad para superar las dificultades económicas con ayuda del gobierno", dijo Neustadt.

Durante la Segunda Guerra Mundial, ayudó a conducir la Oficina de la Administración de Precios, trabajando para arreglar el círculo de crecimiento-inflación impulsando la producción muy por encima de las medidas que adoptaban los economistas sobre los resultados potenciales sin desatar alzas galopantes de precios que amenazarían la movilidad económica.

Y es que muchas de las ideas del contexto del pensamiento político y económico contemporáneo de EE UU son de Galbraith.

"Su obra como economista fue un intento disperso pero amplio de pensar las consecuencias de la transición de una nación de pequeñas granjas y talleres a una de grandes fábricas y superalmacenes. Al hacerlo, aceptó muchas de las preguntas más centrales sobre el nuevo panorama económico estadounidense: ¿qué tanto puede la publicidad determinar la demanda? En un mundo de accionistas pasivos, administradores autónomos e ingenieros, y de firmes decisiones que surgen de disputas burocráticas internas, ¿cuáles son exactamente los objetivos que dan impulso a las grandes compañías? ¿Cómo funciona la competencia cuando sus dimensiones principales son la calidad y la mercadotecnia y no los precios? Y, lo que es crítico, ¿cómo los límites del discurso educado permiten que el sistema se mantenga de una sola pieza y, al mismo tiempo, lo obliga a ser flexible?" (Sísifo como socialdemócrata. Vida y legado de J.K. Galbraith By J. Bradford DeLong Foreign Affairs En Español, Julio-Septiembre 2005).

En 1975, después de jubilarse de Harvard fue presentador de la serie de televisión británica: La era de la incertidumbre (The Age of Uncertainty).
En 1987, en un artículo periodístico, analizó nuevamente la crisis de 192 y pronosticó con acierto la caída del mercado que se produciría en los meses siguientes debido a las similitudes entre las dos épocas.

Hoy -dice en la reseña que sobre de él hace J. Bradford DeLong- casi todos los economistas son hijos de Paul Samuelson. Muchos lo son de Keynes. Friedman, Robert Lucas, Robert Solow y James Tobin tienen una multitud de descendientes. Pero hay pocos galbraithianos en la palestra. ¿Sería la economía una disciplina más sólida si los economistas de 50 y 30 años tuvieran una mejor apreciación de Galbraith? Casi seguramente. ¿Harán los vientos de la moda económica cambiar a los economistas y encausarlos a valorar de nuevo a Galbraith? Para que ello suceda, un sagaz joven economista tendría que dedicarse a "matematizar" capítulos enteros de The Affluent Society y The New Industrial State y publicarlos en las revistas especializadas, cosa que no es probable en el ambiente académico tan adverso a la toma de riesgos."

"Al empezar el siglo XXI, ha quedado en claro quién es John Kenneth Galbraith: Sísifo, que empuja constantemente la roca de la ilustración socialdemócrata hacia la cúspide de la colina. Pero la colina, como resulta ser, es demasiado empinada, y Galbraith no tiene la fuerza suficiente."

¡Descanse en paz el profesor John Kenneth Galbraith!

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