12 jun 2007

17 años de la CNDH

“Las deficiencias y los retos del organismo (CNDH), que preside José Luis Soberanes, son analizados en un foro de REFORMA por Raúl Plascencia, primer visitador de la CNDH; Sandra Serrano, investigadora del ITAM e integrante del programa Atalaya, y Edgar Cortez, presidente de la Red de Derechos Humanos Todos los Derechos para Todos.”
Entrevista en el periódico Reforma publicada el 12 de junio del 2007
Preguntas y respuestas:
-¿Está en juego la legitimidad de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos?
Raúl Plascencia
(RP): Debemos cuidar mucho a las instituciones públicas, porque es una manera de mantener el Estado de derecho. La CNDH ha tenido una evolución en estos 17 años, muy particular. De una oficina de la Secretaría de Gobernación se ha transformado en un organismo con autonomía constitucional.
Las instituciones públicas existen y subsisten para fortalecer la vigencia del Estado de derecho, y son y deben ser materia de su fortalecimiento, evolución y análisis, en una prospectiva que permita su avance y modernización.
Sandra Serrano (
SS): De lo que se trata ahora es cómo va rendir cuentas la CNDH, no se trata de criticarla sólo por algunos puntos, sino que se trata de que las instituciones, como debería de ser la Cámara de Senadores, a través de su Comisión de Derechos Humanos, ejerzan sus facultades de supervisión que tienen hacia la CNDH, que exijan la rendición de cuentas más allá del informe anual.
Que vean si el ombudsman nacional tiene o no una legitimidad de ejercicio, (si) se ha ganado o no el puesto y la legitimidad ante la sociedad y otras instituciones, para que sus recomendaciones sean aceptadas y para que los grupos de la sociedad civil puedan acompañarla en muchos tránsitos frente a otras autoridades.
Si no se hace el análisis de las actividades de la CNDH, entonces sería muy difícil hablar de su legitimidad sólo en términos amplios.
Edgar Cortez (EC): Cuando hablamos de legitimidad o autonomía, no es una característica que se da a priori o porque esté en la ley, es algo que tiene que ser resultado del trabajo de la institución y evaluar a partir de ciertos aspectos. Desde la perspectiva de los organismos civiles, consideramos que tendría que ser una evaluación para conocer en qué medida se aplican los estándares más altos de protección al tema de los derechos humanos, en qué medida mantiene una línea continua de actuación, exigencia y monitoreo respecto de los distintos actores que puedan estar cometiendo violaciones de derechos humanos.
Y el tercero sería el tema de la transparencia y rendición de cuentas. Con estos criterios me atrevo a decir que la legitimidad tiene una serie de interrogantes en este momento.
-¿Rendición de cuentas?
RP:
La CNDH es uno de los organismos más auditados en este país, la revisa la Auditoría Superior de la Federación, el Senado de la República, se hace la glosa del informe, se audita internamente por parte de la Comisión Nacional, para que haya cuentas claras. Se dice que no hay en consensos claros de los indicadores de cómo rendir cuentas, pero sería muy importante traer a esta mesa los resultados del trabajo, hacer referencia que una de cada tres quejas que se presentan, se resuelven, encuentran una respuesta satisfactoria a los intereses del quejoso.
Que la CNDH es una de las cuatro instituciones públicas que representa la mayor confianza para la sociedad, y esto ha sido por el trabajo que se ha llevado a cabo.
No debemos perder de vista que cuando hablamos de evaluación de desempeño tenemos que partir de cifras, datos duros, claros, objetivos, más allá de lo subjetivo que se escucha alguien al afirmar que no está de acuerdo con alguna postura de la CNDH, evidentemente siempre habrá alguien que no está de acuerdo.
Otro dato, el 2 por ciento de las personas que acuden a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos manifiesta algún tipo de insatisfacción, el 98 por ciento manifiesta por escrito estar satisfecho con el trabajo y atención de la Comisión.
-SS: Es tanta la opacidad que hay en la CNDH, que de todo su trabajo sólo se conoce el uno por ciento, que son las recomendaciones que publica.
Todo lo demás, cómo concluyen el otro 99 por ciento de los expedientes, está en la total opacidad, porque la CNDH los ha considerado como información reservada. Entonces, la sociedad no puede saber cómo está actuando la comisión.
Un altísimo porcentaje de las quejas que reciben, que seguramente son una de cada tres quejas que se resuelven, se refieren a quejas contra la Comisión Federal de Electricidad, Luz y Fuerza del Centro, de carácter meramente administrativo.
Si uno logra meterse a los expedientes, como nosotros en el programa Atalaya del ITAM, que hemos tenido acceso a los expedientes, gracias al IFAI, nos damos cuenta de que la comisión la mayoría de las veces actúa bajo machote.
Que se hagan análisis técnicos de la comisión, que la sociedad civil y el Senado, como lo dice la ONU en un documento que formuló sobre las comisiones nacionales de los derechos humanos, puedan meterse a los expedientes y no sólo conozcan ese uno por ciento, que es lo único que como sociedad podemos ver.
-EC: En el caso de la CNDH y las estatales, al ser organismos públicos, son sujetos prioritarios de monitoreo.
Hay que evaluar a la comisión en el papel que ha jugado para generar las transformaciones estructurales que el país requiere.
Muchas veces la CNDH no ha ido lo suficientemente lejos a partir de las recomendaciones, sobre todo de su seguimiento, ¿cómo se asegura de que sus recomendaciones vayan hasta las últimas consecuencias?.
Ejemplo, la recomendación que dio pie a la creación de la Fiscalía Especial sobre Delitos del Pasado, esa fue una aportación importante, pero al paso de los años, hoy ya desaparecida formalmente, con resultados mínimos, exiguos por completo, y a la fecha la CNDH no ha hecho un planteamiento.
Esta falta de seguimiento tiene el efecto de que tal vez una recomendación que podría tener una trascendencia para modificar cosas se queda sumamente limitada y no da pie a desarrollar toda la potencialidad que se podía generar.
-¿Cuál es el margen de acción de la CNDH en temas del Ejército?
-RP
: La CNDH tiene facultades constitucionales como organismo público, de tal manera que debe actuar acorde con lo que establece la Constitución y la ley.
Es competente para conocer de las quejas que se presentan en contra de elementos del Ejército, por exceso en su intervención o por omisión.
La CNDH ha intervenido en todos aquellos casos en los que se ha hecho precisa y necesaria su intervención. No es aceptable aludir a una supuesta legitimación de la CNDH, sobre la base de asuntos en particular, quizás eso tendría que ver con un aspecto de eficiencia en cuanto a su desempeño.
-SS: La CNDH tiene un gran cúmulo de facultades para actuar frente al Ejército, para impedir que se exceda en sus facultades, el punto es hasta dónde quiere usar esas facultades, o dónde se mide, en ciertas ocasiones, para decir sí emito una recomendación, pero únicamente diciendo fueron los elementos de la Sedena, y no se sube la responsabilidad a los niveles jerárquicos más altos.
Este es un problema fundamental, porque los mandos altos del Ejército nunca asumen una responsabilidad como autoridades violadoras de derechos humanos, y ese es un problema, y no sólo ante el Ejército, sino ante muchas otras autoridades, a veces existe una autolimitación por no ejercer sus facultades.
-EC: El tema del Ejército y fuero militar es clave en el país, además hay que colocarlo en una realidad donde la mayoría de las instituciones tienden a preservar el fuero militar. A ratos parece que la CNDH comparte esta tendencia. En este tema hay mucho escrito en el derecho internacional de los derechos humanos respecto de que las violaciones de derechos humanos cometidas por militares, sean investigadas y juzgadas en el fuero civil, y esto busca garantizar una investigación independiente.
Las recomendaciones de la CNDH se dirigen al Procurador de Justicia Militar, cuando tendrían que ir dirigidas al Procurador General de la República o al Jefe del Ejecutivo en la idea de esforzarse para que las investigaciones sean juzgadas en el ámbito civil.
La investigación por parte de la Procuraduría de Justicia Militar implica una violación per sé de la Convención Americana.
-¿Cuál es el futuro que debería tomar la CNDH?
-RP:
La CNDH ha expuesto en varias ocasiones que existen una amplia gama de temas pendientes, si es que aspiramos a gozar de un Estado plenamente democrático y de derecho.
Algunos de ellos, seguridad pública. En la medida que no haya seguridad pública, difícilmente podemos disfrutar y hacer valer el resto de nuestros derechos; la manera en cómo se atiende a las víctimas de los delitos, la violencia de género, un sinnúmero de prácticas que existen en la administración pública, y que resultan contrarias a los derechos humanos, y que se han expuesto.
La práctica del polígrafo, las revisiones indignas en los reclusorios, el abandono de facultades por parte de servidores públicos al omitir cumplir con su deber.
Todos éstos son parte de grandes retos que tenemos que enfrentar a futuro mediante una corresponsabilidad entre sociedad y organismos públicos de derechos humanos, tenemos que ir de la mano.
Pero sólo lo podremos lograr si propiciamos una mayor cultura sobre el tema, conocimiento, para que quede muy en claro que tenemos derechos, pero también deberes como ciudadanos.
-SS: La rendición de cuentas ayudaría a fortalecer a la institución del ombudsman.
Desde el programa Atalaya confiamos y creemos en que el ombudsman puede hacer mucho por el país, la sociedad, por impulsar políticas públicas, la protección de derechos, por eso creemos que debe ser fuerte.
Pero fuerte con controles, la autonomía no exime de control, por eso hacia el futuro debemos ver una CNDH que rinda cuentas a la sociedad civil, al Congreso de la Unión, donde se pueda ver qué hace en ese 99 por ciento que no tenemos acceso.
También que se pronunciara sobre políticas públicas; sobre derechos económicos, sociales y culturales.
Por otra parte, en últimas fechas se ha venido viendo un debilitamiento institucional de la comisión, por la propia Comisión, y me refiero a las reformas a su reglamento interno.
Menciono sólo dos aspectos fundamentales: el procedimiento de conciliación y las medidas cautelares.
-EC: Habría que insistir en que la autonomía no significa la ausencia de rendición de cuentas.
Hay que abrir un debate sobre el sistema público de protección de derechos humanos que necesitamos en el país.
¿Realmente la CNDH, las comisiones estatales, son las que necesitamos? Falta mucho por hacer.
Habría que impulsar una reforma para darle facultades plenas para que entraran a los temas laborales, electorales.
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos tendría que hacer mucho más ejercicio a partir de sus recomendaciones y de sus informes, establecer una clara prioridad de cuáles son los temas a los que les va entrar fundamentalmente, y cómo construye visiones de conjunto, o sea, no se queda sólo en la recomendación que corresponde a cada caso, sino que a partir de ahí, hace planteamientos globales.
Espero que la comisión se vuelva la principal promotora para que el Estado mexicano cumpla todas las recomendaciones de los organismos internacionales, hasta ahora ha sido permanentemente omisa respecto de este tema.

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