24 mar 2008

El PRD en "El Mundo "

LA PRENSA CALIFICA DE 'COCHINERO' EL PROCESO
La izquierda mexicana afronta su peor crisis tras las primarias en el PRD de López Obrador
López Obrador y su 'delfín', Encinas, apuestan por la protesta y la ingobernabilidad
Ortega, por su parte, defiende dialogar y buscar pactos con el Gobierno de Calderón
Publicada en El Mundo on line, actualizado lunes 24/03/2008 20:14 (
CET)
JACOBO G. GARCÍA, reportero.
MÉXICO DF.- Más de una semana después de las celebración de elecciones internas en el Partido de la Revolución Democrática (PRD), continua sin haber resultados y el proceso se ha convertido en un "cochinero" —como lo califica la prensa— que ha puesto al borde de la ruptura a la principal formación opositora.
Lejos de mejorar su imagen, lo que pretendía ser un alarde democrático de la izquierda mexicana ha terminado en una rica exhibición de pucherazos, amenazas, quema de urnas y trampas durante las votaciones en el partido del ex candidato presidencial Andrés Manel López Obrador
, celebradas el domingo 16 de marzo.
Hasta el momento los dos aspirantes enfrentados por la presidencia del PRD, Alejandro Encinas y Jesús Ortega, se han declarado vencedores de unos comicios que siguen sin tener un ganador, a la espera de que se resuelvan las numerosas denuncias presentadas y que mantienen paralizado el recuento de votos.
Pero mientras se conoce el nombre del nuevo presidente del PRD, anunciado para el miércoles, durante toda la semana los aspirantes han intercambiado insultos y ataques a la yugular y han movilizado a sus simpatizantes, que aguardan junto a la sede en medio de una gran tensión.
Interrupción del escrutinio
Inicialmente, el árbitro de los comicios anticipó el triunfo de Encinas basándose en encuestas a pie de urna y en el recuento de una selección de mesas. Más tarde, cuando el escrutinio daba un empate técnico, el proceso fue interrumpido de forma sospechosamente abrupta y sin explicaciones. Una práctica que a muchos recordó el pucherazo de 1988, cuando el fraude orquestado por Carlos Salinas de Gortari apartó de la presidencia al entonces candidato del PRD, Cuauthémoc Cárdenas.
Con el 70% de las urnas computadas, Encinas aventajaba a Ortega por sólo 29 centésimas (42,62% frente a 42,33%). Posteriormente, con el 91% de las actas en mano, Ortega aseguró que aventaja a Encinas por 27.000 votos.
Uniéndose al clamor de gran parte del partido, el fundador y líder moral del PRD, Cuauhtémoc Cárdenas, pidió la anulación de los comicios y criticó la imagen que el PRD ha dado al país. "El proceso ha llegado a tal grado de desaseo y confrontación que exhibe lo extremo de su degradación. El partido, sucio y lastrado como se encuentra hoy por las violaciones a sus reglas internas y los vicios en las conductas de muchos de sus dirigentes y militantes, pierde su condición de instrumento de lucha por la soberanía de la nación y por la democracia", señaló.
López Obrador, en las calles
Pero más allá de las críticas, la importancia de estas elecciones radica en el rumbo que tomará a partir de ahora la principal formación de izquierdas del país, dividida entre el proyecto impulsado por López Obrador y Encinas, su 'delfín', que apuesta por la movilización social y la opción de la protesta y la ingobernabilidad para frenar las reformas del gobierno "espurio" de Felipe Calderón, o la que representa Ortega, dispuesto a dialogar y llegar a acuerdos con el Ejecutivo.
Sin ir más lejos y en medio de la grave crisis, López Obrador anunció para el martes la movilización de miles de simpatizantes que rodearán el Congreso y cortarán varias carreteras como medida de presión para impedir que el Gobierno presente una reforma energética. El candidato derrotado sigue sin reconocer a Calderón y recorre diariamente el país en una larga gira de mítines con una banda presidencial cruzándole el pecho.
Después de muchos meses denunciando pucherazo y una presidencia ilegítima tras la elección de Calderón en 2006, hasta los medios más cercanos siguen ruborizados por el tono y la gravedad de las acusaciones lanzadas en los últimos días entre las distintas familias del PRD. El columnista de 'Milenio' Ciro Gómez Leyva pidió el jueves desde las páginas del diario que "nunca más el PRD vuelva a denunciar un fraude electoral en contra. Por decoro. Por pudor. Por favor".
Trampas de todo tipo
El PRD, fundado por Cárdenas, hijo del histórico general, surgió como una escisión del entonces todopoderoso Partido Revolucionario Institucional (PRI) para renovar desde la izquierda la política mexicana.
Desde el fraude electoral de 1988, el PRD ha ido escalando en votos y presencia hasta llegar a niveles históricos. Actualmente es la segunda fuerza parlamentaria tras el gobernante Partido Acción Nacional (PAN) de Calderón, ante quien López Obrador perdió en 2006 por un puñado de votos.
Para muchos analistas, sin embargo, las elecciones internas han sacado a la luz las peores artes aprendidas durante décadas en el PRI: asaltos de oficinas electorales, compra de votos, quema de urnas, hurto de actas pistola en mano, manipulación del padrón, robo de papeletas, urnas embarazadas —llenas de sufragios antes de votar—, urna carrusel —votar varias veces—, ratón loco —el votante no encuentra su nombre en las listas hasta que desiste por cansancio—, urna zapato —todos los votos para un candidato—, uso de recursos públicos...
Rozando lo absurdo, los equipos de campaña regalaban incluso a los votantes un ticket para canjear por alimentos o dinero en efectivo cada voto recibido.

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