9 ago 2008

Incremento en cifras de secuestros

Secuestran en promedio a dos personas al día: PGR
Nota de Silvia Otero, con información de PGR
El Universal on line, sábado 09 de agosto de 2008; 19:45 horas.
Revela la Procuraduría General de la República que durante 2007 se denunciaron 751 casos ante autoridades locales y federales; mientras que en los primeros cinco meses de este año, la cifra de secuestros llegó a 323
En México a diario dos personas son secuestradas en promedio en algún punto del país. Este delito se ha incrementado a nivel nacional 9.1 por ciento entre enero y mayo de este año -respecto al mismo periodo de 2007-, según revela un diagnóstico de la Procuraduría General de la República (PGR).
El documento indica que durante 2007 se denunciaron 751 casos ante autoridades locales y federales; mientras que en los primeros cinco meses de este año, la cifra de secuestros llegó a 323.
Del total de estos delitos la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada -(SIEDO) ha atendido sólo 402 casos, lo que equivale al 37 por ciento del total, el resto han quedado bajo la competencia de las Procuradurías de Justicia estatales.
Mientras que de los casos que han quedado bajo responsabilidad de la PGR, ésta ha consignado 103
averiguaciones previas y en los últimos 20 meses, se han enviado a 438 secuestradores a la cárcel.
El análisis sobre la operación de estos grupos delictivos, detalla además que el Distrito Federal, el estado de México, Oaxaca, Veracruz, Baja California y Michoacán son los puntos del país donde se registran más secuestros.
Una de las explicaciones del repunte de este delito, se indica, es que "los grupos delictivos orientados al secuestro también han crecido en los últimos años, ya que miembros de bandas delictivas han salido de prisión y han reactivado células operativas, apoyadas en los quepermanecen en la cárcel, e integrantes o ex miembros de corporaciones policiales privadas o públicas". nga / gdh
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De La Flor al Mochaorejas: el secuestro, hiedra de mil cabezas
Carolina García / Redacción ELUNIVERSAL
El Universal on line, Ciudad de México Sábado 09 de agosto de 2008
A 10 años de la captura de uno de los secuestradores más temidos, Daniel Arizmendi, los grupos delictivos permanecen con técnicas violentas y nombres que van de lo ridículo a lo sanguinario
Hay una Familia a la que nadie pertenece. Un Bombón que no fue dulce. Los Chiquitines que no jugaban a las canicas y Los Gaseros, cuya actividad dista mucho de la entrega de combustible en los hogares.
Las bandas de secuestradores se identifican por nombres, algunos más bien ridículos y otros que delatan el grado sanguinario que utilizan en sus raptos.
Hace 10 años que uno de los secuestradores más famosos fue detenido: Daniel Arizmendi, el tristemente célebre Mochaorejas y la sociedad sigue lastimada. Los plagios no dejan de dolerles a los familiares de las víctimas.
El secuestro es un delito que desde la década de los 90 proliferó desafortunadamente como un negocio ilícito con ganancias muy redituables, pero que afecta el tejido social en lo más hondo.
Los grupos de secuestradores atacaron a personalidades de la farándula como al hijo de Vicente Fernández, a las hermanas de Thalía, Laura y Ernestina, al entrenador de futbol Omar Romano, y a múltiples empresarios o familiares de éstos.
El reciente caso de la banda de La Flor, en donde supuestamente ex policías secuestraron y asesinaron a Fernando Martí, hijo del empresario dueño de Deportes Martí, revive el dolor y la exigencia que la sociedad hace contra estos crímenes.
Pero, ¿qué hay detrás de un apodo? En el caso de la banda de La Flor, reciben su nombre del contexto que envuelve sus ilícitos; "si no cumples con la exigencia te mandaremos flores", amenazan a sus víctimas.
La banda de El Mochaorejas, Daniel Arizmendi, en el nombre llevaba lo sanguinario, pues mutilaban a sus víctimas para presionar a los familiares con el rescate.
El Mochaorejas fue capturado el 18 de agosto de 1998 en los municipios de Tultepec y Naucalpan, en el estado de México, junto con miembros de su banda, luego de una extensa búsqueda.
Pero a 10 años de su detención, Arizmendi puso el mal ejemplo en su familia. El sobrino de El Mochaorejas, Adrian Arizmendi Suárez, también fue consignado por el delito de robo de vehículos.
Otro compinche, Andrés Caletri, fue detenido en Oaxaca el 25 de febrero de 1999. Después de Arizmendi, el llamado Mochadedos era el número dos de los raptos con violencia.
La Familia, un grupo de sicarios, involucrados presuntamente en el narcotráfico y en el secuestro, son un núcleo al que nadie quiere entrar. Sus víctimas son arrojadas con mensajes por no pagar y en una ocasión, dejaron junto al cadáver una serpiente decapitada, también se sospecha de la decapitación de cuatro sujetos y en reemplazo, pusieron cabezas de cerdos, en Durango.
Que se llamen Bombón, o se apoden Los Chiquitines no los diferencia mucho de Los Zopilotes, Los Gaseros o de los de la Punta Norte, pues todos se dedicaban al secuestro y extorsión. Los dos primeros en el Valle de México y los segundos en Oaxaca.
Los Japos aplicaban artes marciales para someter a sus víctimas, pero de orientales no tenían nada. Aunque Los Jeremías tengan nombre bíblico, sus acciones no se apegaban en absoluto a los cánones de la religión.
A 10 años de la detención de uno de los tristemente célebres secuestradores, Daniel Arizmendi, El Mochaorejas, los secuestros siguen en apogeo y parece ser una hiedra de mil cabezas que ningún héroe puede abatir.

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