12 feb 2009

Plata o plomo: no se pasen de listos

Columna Itinerario Político/Ricardo Alemán
Publicado en El Universal, 12 de febrero de 2009
Conferencia de prensa del narco
Convocan a medios de la región para imponer sus propias reglas del juego
Amagan a periodistas y dueños de medios: nueva versión del “plata o plomo”
Si no lo saben, el presidente Calderón, sus secretarios de Defensa y Seguridad Pública, además del procurador general, debieran saberlo. Y claro, actuar en consecuencia.
Hasta Ginebra, en Suiza —sede del mecanismo de Examen Periódico Universal del Consejo de Derechos Humanos de la ONU—, llegó la versión escalofriante de que apenas en la cuarta semana de enero pasado
se llevaron a cabo inéditas conferencias de prensa en distintas ciudades norteñas del país, en donde los medios regionales habrían sido convocados por grupos narcotraficantes y advertidos de no publicar nada sobre esas actividades delictivas.
Según la versión —en manos de organizaciones internacionales de derechos humanos que investigan crímenes y desapariciones de periodistas—, el corredor Zacatecas, Durango, Torreón, Ciudad Juárez, se ha convertido en meses recientes en una región totalmente en poder del grupo mafioso La Familia, cuyos jefes han convocado a los medios regionales de comunicación —en sucesivas conferencias de prensa—, para imponer sus reglas sobre el manejo informativo.
“De aquí pa’l real sólo publican lo que se les ordene… Y no se pasen de listos. Díganle a sus jefes que sabemos quiénes son, dónde viven, quiénes son sus familias… aténganse a las consecuencias”, les habrían dicho a periodistas de medios de Zacatecas, Durango, Torreón y Juárez, no pocos de los cuales viven —con toda razón—, en zozobra permanente, sin garantía alguna, y sin informar una línea del tema del narcotráfico, salvo la difusión de las narcomantas. Porque, claro, ésas sí están permitidas.
Por razones obvias, en México no se ha sabido nada. Nadie dice nada, pero se tienen reportes de ciudades y hasta capitales —de ese corredor del crimen organizado y de otro como el de Veracruz -Laredo—, en donde de manera repentina desapareció toda la información sobre levantones, secuestros, asaltos y actividades de grupos criminales.
A simple vista pareciera que en esas regiones del país no pasa nada, ya que sólo trasciende la información de choques entre bandas criminales y elementos militantes o de la PFP. En esos corredores el ejercicio periodístico es lo más parecido a portar un pasaporte a la muerte.
El clima de violencia se ha intensificado en el corredor Zacatecas, Durango, Torreón, Juárez, porque se libra una batalla entre bandas que disputan la plaza. El cártel de Juárez intenta ser desplazado por el grupo que pretende el control total de la región y al que la autoridad identifica como La Familia; cártel mafioso que hace pocos meses llevó a cabo una “cumbre” en Fresnillo, Zacatecas, en donde se habría diseñado no sólo la “toma de Zacatecas” —por parte del grupo mafioso—, sino el control de todo el corredor fronterizo.
En Fresnillo todos se enteraron de “la cumbre”, que terminó con una fiesta de época, sin que interviniera autoridad alguna. A partir de esa información, los servicios de inteligencia militar identificaron una importante célula de La Familia, a la que pretendieron detener el pasado sábado 7 de febrero, precisamente en Fresnillo —parte del corredor que comunica a Durango, Torreón y Juárez—, pero militares y policías fueron recibidos a tiros y con granadas. En el choque se reportaron cinco muertos, uno de ellos militar.
La sorpresa fue la capacidad de fuego de la banda criminal, ya que cuando se aproximaba el convoy de militares y policías al objetivo, desde diversas casas fueron atacados. Más que una célula, se descubrió una colonia completa controlada por el grupo criminal.
Esa emboscada parece estar ligada con el comando de ocho sicarios que en los primeros minutos del pasado martes asaltó el Cereso de Torreón, mató a golpes y navajazos a tres internos, quemó sus cuerpos, y escapó con una decena de rehenes y/o cómplices. Nadie, ninguna autoridad municipal, estatal o federal detuvo a los sicarios, y menos impidió los delitos.
En Villa Ahumada, Chihuahua, se enfrentaron sicarios y elementos militares, en uno de los más sangrientos choques, ya que en dos enfrentamientos y persecuciones por lo menos perdieron la vida 21 personas, en su mayoría presuntos narcotraficantes.
Con asiento en Ciudad Juárez, desde donde despliega una fuerte influencia al sur de Estados Unidos, el cártel del mismo nombre no vive sus mejores tiempos, ya que la plaza pretende ser controlada por un grupo mafioso contrario que ha llegado al extremo de convocar a conferencia de prensa a los medios regionales, para dictar las reglas del juego. La moderna expresión del viejo adagio: “plata o plomo”.

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