22 nov 2009

Presupuesto ficticio

Presupuesto ficticio
JESUSA CERVANTES, reportera.
Revista Proceso # 1725, 22 de noviembre de 2009
Aprobado a contrarreloj, el Presupuesto de Egresos para el próximo año escamotea al campo casi 10 mil millones de pesos que no sólo fueron aprobados, sino que están incluidos en la suma global del gasto. El problema, dicen los legisladores que representan al agro, es que algunas partidas no están etiquetadas para el sector y otras registran faltantes y desviaciones. Y esto significa, advierten, que el gobierno federal puede utilizar ese dinero para lo que se le antoje –incluyendo propósitos electorales–, sin atender los programas estratégicos acordados.
Al cabo de 10 días de intensas negociaciones entre la Secretaría de Hacienda, el PRI, el PAN y, a última hora, también el PRD, la mañana del martes 17 de noviembre la Cámara de Dipu¬tados aprobó un Presupuesto de Egresos ficticio, donde las cifras no cuadran, no se etiquetaron varias partidas y el gobierno federal podría hacer un uso discrecional de 9 mil 519 millones de pesos que corresponden al campo.
Es tal la danza de números en el dictamen que hasta el viernes 20 de noviembre la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública no había podido integrar el documento que debe enviar al Ejecutivo federal para su firma y publicación en el Diario Oficial de la Federación.
Y esto último sólo ocurrirá en caso de que el dictamen no sea finalmente vetado, como lo han sugerido senadores panistas, y si el secretario de Hacienda, Agustín Carstens, llega a un acuerdo para corregir los números con el sector agrario encabezado en el Congreso por los diputados provenientes de la CNC, quienes esperan reunirse con él después de este martes 24 de noviembre.
La historia es esta: Dos integrantes de la dirigencia nacional de la Coordinadora Nacional Plan de Ayala (CNPA), Carlos Ramos y el diputado del PRD José Narro, acompañados por un equipo de asesores, detectaron que no fueron etiquetados programas de corte agrario por un total de 9 mil 519 millones de pesos, aunque están considerados dentro del Programa Especial Concurrente (PEC), al cual se le autorizó un gasto de 268 mil 725.4 millones de pesos.
Después de haber revisado durante tres días los anexos del dictamen aprobado por el Congreso, Carlos Ramos explica: “Los recursos sí están, pero al no aparecer etiquetados para los programas propuestos por todas las organizaciones campesinas que trabajamos encabezadas por la Confederación Nacional Campesina, quedan bajo la manga del Ejecutivo federal.
“Es decir, como su utilización queda a discreción de Hacienda, sin reglas de operación, son recursos fantasmas que no aparecen en la estructura de gasto y, por lo tanto, el gobierno federal los puede utilizar en lo que le dé la gana”, advierte.
El proceso de negociación del Presupuesto de Egresos de la Federación para 2010, que se consideró accidentado y fue escenario de varios enfrentamientos, arrancó formalmente el viernes 6 de noviembre en las oficinas de Nacional Financiera.
Asistentes: el grupo económico del PRI, encabezado por Luis Videgaray, quien preside la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública; el equipo del PAN, coor¬dinado por Luis Enrique Mercado, secretario de la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados, y los subsecretarios de Egresos de la SHCP, José Antonio Meade, y de Ingresos, Dionisio Pérez-Jácome. Acordaron allí que al día siguiente cada partido presentaría propuestas de ajuste que deberían conducir a reasignar 85 mil millones de pesos del gasto.
El sábado 7, el diputado priista Luis Videgaray abrió la sesión diciendo que la propuesta de su partido para la reasignación sería de 120 mil millones de pesos. Advirtió que esa cifra era “irreductible” y que para aprobarla el priismo contaba con la mayoría legislativa.
En nombre de los legisladores panistas, el diputado Julio Castellanos recordó a Videgaray que se trataba de una negociación y no de imposiciones o amenazas. E incluso le advirtió que si de mayoría se trataba, el PAN podría atraer a algunos priistas ofreciéndoles recursos para las demandas de sus estados.
Los priistas respondieron que eso era un intento de corromper a los legisladores, y empezaron los reclamos y manoteos. Las negociaciones se rompieron. El martes 10 se reanudaron y finalmente llegaron al acuerdo de reasignar una bolsa de 85 mil millones de pesos.
El PRI pretendía una reasignación de 120 mil millones para cubrir demandas de los gobernadores y de todas las organizaciones campesinas –incluyendo las de izquierda– que, representadas por el líder nacional de la CNC, Cruz López, reclamaban una bolsa de 30 mil millones de pesos.
Ante la molestia causada en el panismo por las declaraciones de Videgaray, y la inconformidad de la representación campesina, tuvieron que intervenir el coordinador de la bancada priista, Francisco Rojas, y la propia dirigente nacional del PRI, la diputada Beatriz Paredes.
Aunque al dirigente de la CNC le decían que era imposible cumplir con su demanda y que lo más que le podían dar era una bolsa de 15 mil millones de pesos, el sábado 14 de noviembre le ofrecieron una bolsa adicional de 6 mil 700 millones de pesos, con lo cual sumaría 21 mil 700 millones. Pero no: entre la madrugada del 15 y el 16 de noviembre la bolsa se había elevado a 30 mil 878.2 millones de pesos.
La Comisión de Agricultura, que preside Cruz López, junto con las comisiones de Desarrollo Rural y de Reforma Agraria, reajustaron entonces su Programa Especial Concurrente (donde confluyen todos los programas para el campo y participan todas las secretarías) y lo entregaron a la Comisión de Presupuesto que en ese momento sesionaba para acordar el dictamen que se llevaría al pleno.
A las 6:00 de la mañana del lunes 16, el subsecretario de Ingresos, José Antonio Meade, reconoció ante algunos diputados que había un faltante de 10 mil millones de pesos, de manera que para ajustar el documento final la sesión camaral no inició sino hasta las 22:30 horas de ese mismo día.
Pasada la medianoche, se imprimió una “fe de erratas” que, se supone, haría los cambios, ajustes y correcciones del presupuesto. Sin embargo, lo publicado por la Gaceta Parlamentaria no coincidía con lo presupuestado y autorizado para el campo.
Por cierto, fueron justamente los reclamos de la CNC y la falta de acuerdos al respecto lo que originó que el presupuesto no se aprobara el 15 de noviembre, como lo establece la ley, sino que debiera correrse hasta las 6:12 horas del martes 17 de noviembre.
Amargo despertar
Como sea, el documento aprobado en la Cámara de Diputados, que presenta un presupuesto de 3 billones 176 millones 332 mil pesos, adolece de cifras que no cuadran y de faltantes de recursos, sobre todo en lo relativo al Programa Especial Concurrente (PEC) que tanto pelearon los diputados de las organizaciones campesinas encabezadas por la CNC, las cuales esperan desde el jueves 19 de noviembre un encuentro con el secretario de Hacienda, Agustín Carstens, para que les explique lo ocurrido y se comprometa a respetar los acuerdos de asignación del gasto.
El dirigente de la CNPA, Carlos Ramos, recordó el reclamo que en tribuna hizo Cruz López el 17 de noviembre en el sentido de que, puesto que el techo final de reasignación ocurrió el 15 de noviembre, entendía por qué la Comisión de Presupuesto, al tener elaborado ya el dictamen, no incluyera las propuestas de las comisiones unidas de Agricultura, Reforma Agraria y Desarrollo Rural.
Sin embargo, exigió incluir un transitorio en el que el PEC se ajustara a lo propuesto por las comisiones del campo, lo que ocasionó desacuerdos panistas y derivó en dos recesos con el fin de que los coordinadores de las bancadas negociaran.
Finalmente, el vicecoordinador de la fracción priista, José Carlos Ramírez Marín, dijo en tribuna: “Señor dirigente de la CNC, es un honor representarle en este procedimiento”, y enseguida leyó un artículo transitorio consistente en que deben incluirse las propuestas originales del PEC propuestas por las organizaciones campesinas a través de las comisiones unidas del campo.
De modo que, a las seis de la mañana con 12 minutos, hora en que se aprobó el presupuesto, los cenecistas se fueron a dormir con la certeza de que los aumentos conseguidos en la reasignación no aparecerían en los ramos que ellos establecieron pero que las cifras correspondientes se destinarían al campo.
Sin embargo, el miércoles 18 se percataron de que la Comisión de Presupuesto había reasignado a su antojo los 6 mil 700 millones que les tocaban para los diversos programas que propusieron, y, peor aún, el viernes 20, al concluir la revisión del documento, las organizaciones campesinas detectaron que el faltante había rebasado aquella cifra y llegado a 9 mil 519 millones de pesos.
La danza de los números
De acuerdo con lo aprobado, el PEC tiene un presupuesto de 268 mil 725.4 pesos, pero al sumar los números de cada uno de los rubros la cifra llega solamente a 259 mil 206.4 millones de pesos, es decir, se esfumaron justamente 9 mil 519 millones de pesos.
El Programa Especial Concurrente (PEC) tiene 15 programas de atención para el campo correspondientes a varias secretarías. Conforme al análisis que hizo la CNPA, a cargo de Carlos Ramos, la “desa¬parición del dinero” se encuentra en los programas 2 (para la adquisición de activos productivos), 4 (de inducción y desarrollo del financiamiento del medio rural) y 5 (de atención a problemas estructurales).
Los faltantes fueron detectados en subprogramas a cargo de la Sagarpa y que corresponden al “ramo 8”.
Así, mientras la Gaceta Parlamentaria establece un monto de 15 mil 358.4 millones de pesos para el programa 2, al sumar las cifras de cada uno de los subprogramas del ramo 8 que maneja la Sagarpa se llega sólo a 11 mil 193.4 millones de pesos. Aquí hubo un faltante de 4 mil 165 millones de pesos que, advierten los inconformes, afecta principalmente la compra de implementos agrícolas y la promoción de la siembra de maíz, frijol, trigo, sorgo, arroz, caña de azúcar y café, los cuales son considerados cultivos estratégicos.
Del mismo modo, en el programa 5 se autorizó un gasto de 12 mil 400.1 millones de pesos, pero la suma real da tan sólo 7 mil 900 millones, con lo que los duendes legislativos desaparecieron 4 mil 500 millones de pesos. Este rubro tiene que ver con apoyos a la comercialización de productos agrícolas y ganaderos.
Finalmente, el programa 4, que es de 6 mil 139.2 millones de pesos, en realidad suma 5 mil 285.2 millones, es decir 854 millones de pesos menos. Peor aún, mil millones de pesos de este rubro se destinan a la “adquisición de fertilizantes operado por Sagarpa-Pemex”, algo que nunca solicitaron las organizaciones campesinas.
A lo largo de todo el PEC existen otras reasignaciones no solicitadas por la CNC y las demás organizaciones campesinas, afectando la siembra de productos estratégicos o disminuyendo la producción de carne bovina, porcina y avícola, por mencionar algunas desviaciones que los inconformes califican de abusivas y arbitrarias.
El dirigente de la CNPA, Carlos Ramos, al detectar que en la cifra total del PEC sí están considerados los más de 9 mil millones que les corresponden pero que no aparecen asignados a ningún programa del campo, consideró que se trata de “un guardadito” del cual puede disponer el gobierno federal como se le antoje si no se corrigen y etiquetan los recursos.
Y concluyó: “El problema es que el presupuesto fue teñido por los comicios del próximo año. Los gobiernos priistas se beneficiaron en el reparto y se les da la posibilidad de manejar también los recursos –como lo publicó Proceso el domingo 15–, pero además el presidente de la Comisión de Presupuesto (Luis Videgaray) se prestó para dar un guardadito al gobierno federal, que podría utilizar para asuntos electorales, mientras que al campo nos negó, entre otras cosas, la creación del Programa de Reserva Estratégica Alimentaria, para la cual pedimos 5 mil millones de pesos”.

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