1 ago 2010

¿Nacho Coronel, lo querían vivo?

Lo querían vivo
Señalan que el capo se percató que un grupo de soldados había ingresado a su residencia porque escuchó el estruendo que provocó el portón
REFORMA / Redacción
Reforma, 1 agosto 2010.- La instrucción había sido capturarlo vivo y evitar bajas civiles y militares debido a que el operativo se realizaría en una zona densamente poblada. Pero Ignacio Coronel Villarreal, "Nacho Coronel", se resistió, mató a un militar y, luego de 15 minutos de refriega, cayó abatido.
El capo, que vestía ropa deportiva blanca, tenis incluidos, se percató, de acuerdo con lo narrado por fuentes oficiales, de que un grupo de soldados había ingresado a su residencia porque escuchó el estruendo que provocó el portón al ser abierto con un ariete.
Desde la ventana de una de las recámaras del segundo nivel, a Nacho Coronel sólo le bastaron unos segundos para abrir fuego en contra de los militares que comenzaban a repartirse por el patio y el jardín.
Era la última fase de un trabajo de inteligencia que, durante tres meses, había recabado datos sólidos sobre movimientos y paradero del capo del Cártel de Sinaloa, quien controlaba Jalisco.
El jueves 29, a las 12:40 horas, se tuvo la confirmación de que Coronel estaba en el inmueble de Paseo de los Parques, por lo que de inmediato se trasladó a personal de élite del Ejército, enviado con antelación desde la Ciudad de México, y a elementos de apoyo de la zona militar.
Fue un primer contingente de 40 elementos el que a las 13:05 horas rodeó el inmueble. Estuvo apoyado por dos helicópteros que sobrevolaban para detectar la llegada de sicarios o percatarse de alguna posible fuga.
Los soldados que ingresaron de avanzada cruzaron cerca de 30 metros de jardín antes de llegar a la estancia que da a la alberca, desde ahí escucharon las primeras detonaciones e irrumpieron por tríos en la sala, donde no había nadie.
Subieron la escalera y gritaron: "¡Ríndanse, están rodeados!" Hubo silencio.
Los militares avanzaron por el pasillo y vieron seis habitaciones.
Al intentar entrar a una de ellas, el soldado que abrió la puerta quedó con el ángulo de tiro al contrario de donde se había parapetado Nacho Coronel, quien, con una pistola, lo impactó mortalmente e hirió en la pierna al segundo, lo que hizo que el tercer y cuarto tiradores se replegaran.
Desde otra habitación, Francisco Quiñonez Gastélum, hombre de mayor confianza del capo y único que lo acompañaba en ese momento, también disparaba.
Unos segundos después de que los militares se habían replegado sobre el pasillo, Coronel Villarreal salió de la habitación soltando una ráfaga con un fusil AR- 15 mientras intentaba avanzar. Los soldados repelieron la agresión y lo impactaron en varias ocasiones.
Estiman que fueron seis los impactos sobre el capo.
Al ver que Coronel había caído, Quiñonez Gastélum dejó de disparar y fue sometido por los soldados.
Los militares encontraron en una las habitaciones de la casa una fotografía de quien sospechan es Alejandro Coronel, hijo del capo, secuestrado hace dos meses y medio en Nayarit. Entre el marco y el vidrio había una pequeña imagen religiosa.
La casa de Coronel, según las fuentes, estaba decorada con muebles modernistas de buen gusto, una cantina de madera repleta de botellas de distintas marcas, un jacuzzi exterior y equipo para hacer ejercicio.
El cuerpo del capo nacido en Canelas, Durango, hace 46 años, quedó boca arriba sobre el desnivel del pasillo. A la vista de los soldados, el hombre, de barba cerrada y cabello teñido de negro, correspondía a la descripción de su objetivo.
Un oficial militar preguntó a Quiñonez, "¿Quién es él?".
Azorado, respondió: "Es mi patrón. Es Ignacio Coronel".
***
Aseguran a Coronel 7 millones de dólares

Afirman que estaban destinados a nómina. Declara ante SIEDO el escolta del capo; hallan, además, armas, joyería y relojes
Benito Jiménez
Reforma, 1 agosto 2010).- El Ejército puso a disposición de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO), siete millones de dólares, que fueron hallados en la casa del extinto capo Ignacio "Nacho" Coronel Villarreal, en una zona exclusiva de Guadalajara, Jalisco.
Fuentes militares revelaron que ese dinero estaba destinado, entre otras cosas, para nutrir las narconóminas, donde figuran policías municipales, estatales, federales y funcionarios de varios estados donde tenía influencia quien fuera uno de los líderes del Cártel de Sinaloa.
Además, el dinero también estaba destinado para ser enviado a Colombia para el pago de los embarques de droga, suponen las fuentes militares consultadas.
Además de los dólares, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) entregó a la SIEDO joyería, relojes de diversas marcas, teléfonos celulares, armas de fuego, aproximadamente mil cartuchos de diversos calibres, así como dos granadas, una computadora lap top, tres vehículos de lujo y diversa documentación.
Con esto, la SIEDO y el propio Ejército indagarán sobre la información que fue hallada en la computadora personal, los documentos donde figuran facturas, cheques, recibos, listas de nombres y apodos, así como registros de automóviles.
En la SIEDO también declaró Hiram Francisco Quiñones Gastelum, sicario del Coronel Villarreal, quien fue detenido el 29 de julio, durante el enfrentamiento suscitado en el inmueble número 1464 de la calle Paseo de los Parques, colonia Colinas de San Javier, en Guadalajara, entre militares e integrantes del Cártel del Pacífico.
Al momento de su detención, Quiñones tenía en su poder un fusil tipo AK-47 y reconoció que trabajaba para Coronel Villarreal.
El inculpado rindió su declaración ministerial y en las próximas horas se resolverá su situación jurídica, indicó en un comunicado la PGR.
Quiñones, es considerado por la Sedena como el brazo derecho del extinto "Nacho" Coronel, y de acuerdo con sus datos se formó en las filas de los hermanos Beltrán Leyva, cuando estaban aliados al Cártel de Sinaloa, que lidera Joaquín "El Chapo" Guzmán.
"Nacho Coronel", aseguró la Sedena, dirigía las actividades delictivas para su organización en el occidente de la República, que comprende los estados de Jalisco, Colima, Nayarit y parte de Michoacán, controlando el tráfico de cocaína a través de la denominada "Ruta del Pacífico".
Para no llamar la atención, Coronel se refugiaba en dos residencias empleadas como casas de seguridad, ubicadas en la colonia Colinas de San Javier, y se hacía acompañar sólo de Quiñones para mantener un bajo perfil.
Tras su muerte, el Ejército ubicó el viernes en la colonia Rinconada de los Novelistas, en el municipio de Zapopan, a Mario Carrasco Coronel, alias "El Gallo", sobrino del extinto narcotraficante y quien de acuerdo con el lugar que ocupaba en la estructura de la organización delictiva, era uno de los posibles sucesores de "Nacho Coronel".
Decomiso
La Sedena puso a disposición de la PGR diversos artículos hallados en la casa de Coronel, en Guadalajara:
· Siete millones de dólares
· Joyería
· Relojes de diversas marcas
· Teléfonos celulares
· Armas de fuego
· Mil (aprox.) cartuchos de diversos calibres
· Dos granadas
· Una computadora lap top
· Tres vehículos de lujo
· Diversa documentación como facturas, cheques, recibos,entre otros.

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