Opinión del Senador Ricardo Monreal

Entrevista realizada al coordinador de los senadores del PT, Ricardo Monreal Ávila, previo al inicio de la reunión de la Junta de Coordinación Política, lunes 29 de agosto de 2011.

"..Lo que nosotros planteamos, es la modificación de la estrategia y ahora sí, tener una real coordinacion entre todos los niveles de policía: estatal, federal, municipal y sobre todo, labores de inteligencia.

Nosotros nos pronunciamos porque renuncie el gabinete de seguridad pública, debe renunciar el Secretario de Seguridad Pública, el Secretario de Marina, el Secretario de la Defensa Nacional, la Procuradora y todos los que están involucrados en el gabinete de seguridad; por ineptitud e incapacidad.

No se va a resolver el problema de otra manera y se tiene que acompañar de medidas de política social, más educación, más salud y empleo. No se puede estar arrojando a los jóvenes excluídos a los brazos del crimen organizado.

No es un asunto fácil, ni coyuntural. Hay que tener mucho cuidado con esta coyuntura que está arrojando al gobierno y a la misma sociedad a endurecer y pedir que se endurezcan penas, incluso he escuchado barbaridades como la pena de muerte, es decir, entiendo; comparto el clamor nacional.

El problema que vive el país es, la falta de gobernabilidad, la falta de empleos, la falta de educación y una politica económica errática.  Por esa razón, no creo que la coyuntura de la exigencia ciudadana de aprobar la Ley de Seguridad Nacional y otros instrumentos contra el crimen organizado.

De hecho, los instrumentos jurídicos que hemos estado aprobando no se han utilizado. La Ley de Extinción de Dominio que debería aplicarse para atacar el principal problema del argumento, el canal y la columna financiera del crimen organizado, no se ha tocado.

Tenemos graves problemas. Hemos hecho propuestas serias como: el de la coordinación y limpieza de policías de municipios, ya que están infiltradas en el país. Si no se limpia la policía estarán combatiendo con simulación, porque, dentro se tienen enemigos y aliados del crimen organizado.

- Fox propone una tregua y una ley de admistía.

RMA: Esa propuesta de Fox es un monumento a la barbaridad. Es una verdadera aberración, no sólo política sino jurídica. El señor Fox no tiene idea de lo que propone, además es el causante de la tragedia que se vive, tanto él como los gobernantes del PRI, y ahora se atreve a plantear una tregua con el crimen organizado. Me parece una aberración y torpeza. Solamente el nivel de personajes que no tiene conciencia social y alejados de la realidad pueden plantear eso. No se puede. Estamos en contra de que haya una tregua con el crimen organizado.

La lucha tienen que ser con inteligencia, coordinación y la aplicación de una política económica justa que es lo que esta engrosando las filas del crimen organizado. Si los jóvenes son excluídos de las universidades y del empleo, no tienen otro camino más que el de las conductas antisociales del crimen organizado. Es muy grave lo que esta pasando en el país. Por eso, hago un llamado al gobierno para que pida la renuncia del gabinete de seguridad pública que ha demostrado en cinco años, ineptitud, ineptitud y probablemente complicidad con el crimen organizado.

-Desde el Congreso que podemos esperar, los vemos más inmiscuidos en discusiones de tipo político electoral que verdaderamente aprobar… ni siquiera pudieron aprobar un periodo extraordinario de sesiones.

RMA: Lamentablemente es así. El PRI y PAN están metidos en una avanzada electoral. Lo único que les interesa es el proceso del 2012. Están inmiscuidos en la carrera anticipada para poder nombrar al Presidente de la República. No les interesa la gente. Los dos medran y aprovechan la coyuntura de la tragedia nacional para tratar de culpar al de enfrente. El PRI y el PAN no van a hacer nada.

Presumo que este último periodo ordinario que iniciará el próximo jueves, no habrá productividad legislativa por dedicarse a la productividad electoral. No habrá resultados a pesar de que la sociedad los exija. El Poder Legislativo parece ser con oídos sordos frente al reclamo de instrumentar mecanismos jurídicos para defender a la sociedad.