12 sept 2011

¡ Sean ustedes los candidatos…." FCH

Reprocha el Presidente Calderón la apatía política
El Presidente Felipe Calderón reprochó la tarde de este lunes 12 de septiembre a líderes de opinión, empresarios, politólogos, académicos y religiosos mantenerse al margen de la política y zanjar las críticas en la prensa.
En el Museo de Antropología se realizó la comida anual de los 300 líderes más influyentes de México convocada por la revista Líderes, que dirige  Raúl y a Jorge Ferráez.
Entre otros asistieron a la comida el politólogo Federico Reyes Heroles, el empresario-activista Alejandro Martí, los candidatos Josefina Vázquez Mota y Ernesto Cordero, el senador Manlio Fabio Beltrones, al Diputado Emilio Chuatfett, al Senador José González Morfín, varios Ministros y exministros de la SCJN; el doctor Raúl Plascencia Villanueva, Presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, entre otros.
Les dijo abiertamente que se metieran a la política.
Señaló:
 “Una invitación, simplemente a título personal, hablando a los 300 líderes más importantes de México.
Quien quiera ejercer de a de veras su liderazgo, aparte de lo que ya lo hacen en las empresas, las mejores de México, y muchas de ellas las mejores del mundo, en organizaciones de la sociedad civil, quien quiera ejercer su liderazgo fuerte y en serio, tiene todavía una puerta, que el día que la recorra, quizá México pueda ser distinto.
Una puerta que recorrió, por ejemplo, Eufrosina, precisamente. Siendo ella líder de comunidades indígenas, un día se le ocurrió a recorrer una puerta que está medio prohibida para estas organizaciones selectas de liderazgos, en la cultura, en la academia, en el deporte: la puerta de la política.
Sí, sí me estoy refiriendo a ser candidatas y candidatos.
Sí, sí me estoy refiriendo a esa actividad deleznable, porque, la verdad, es del cocol, digamos, ser político y aguantar todo lo que se dice de los políticos en este país.
Lo difícil, lo verdaderamente difícil, es serlo sin claudicar a principios e ideas.
Tenemos malos políticos.
Hombre, sí.
Hay políticos excelentes, por cierto. Yo creo que de los mejores están aquí; pero, también, hay muy, muy malos.
Pero saben qué.
Esa no es bronca de los políticos nada más.
Decía mi padre, en paz descanse, que la política es tan importante, que no podemos dejársela a los políticos.
Y si hay una brecha que cerrar, de la que habla Alejandro Martí, de la que habla Federico, es la brecha entre ciudadanos y política.
Y en alguna reunión, convocada por Alejandro, por cierto, yo recuerdo que dije: Si nos fijamos bien, política y ciudadanía son sinónimo, sólo que uno viene del griego: Polis, ciudad; y el otro viene del latín: Civitas, que también significa ciudad.
Y en México tenemos una política lejanísima de los ciudadanos, y los políticos tenemos que acercarnos a los ciudadanos, sí, pero también los ciudadanos tienen que acercarse a la política, hacerse políticos.
No les gustan los Diputados que tenemos. Sean ustedes los Diputados. No les gustan los políticos o los candidatos que tenemos. Sean ustedes los candidatos….
***
Discurso completo.
Ciudad de México, 12 de septiembre del 2011. -
Muy buenas tardes, amigas y amigos.
Saludo y agradezco a Raúl y a Jorge Ferráez, también, la invitación a esta reunión.
Déjenme saludar, porque hay personalidades, verdaderamente, importantes aquí.
Al Diputado Emilio Chuayffet, Presidente de la Cámara de Diputados.
Al Senador José González Morfín, Presidente del Senado.
A varios Ministros de la Suprema Corte de Justicia, que están aquí, y exministros, también, que los saludo con aprecio.
Y, desde luego, al Ministro Arturo Zaldívar, que representa al Presidente de la Corte, en esta reunión.
Al doctor Raúl Plascencia Villanueva, Presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
Al doctor Eduardo Sojo, Presidente del Instituto Nacional de Estadística y Geografía.
A la Gobernadora, a varios Gobernadores que están aquí presentes, también.
Legisladores.
A Embajadoras y Embajadores del Cuerpo Diplomático acreditado en México.
A líderes empresariales, líderes sindicales.
A líderes en general.
A los integrantes de la prensa.
A todos ustedes:
Muy buenas tardes.

Sé que ha sido larga ya esta sesión, y por lo mismo debiera yo ser breve. No podré serlo, ni modo.
Creo que las aportaciones que hemos escuchado son extraordinariamente enriquecedoras, y para mí es muy importante hacer comentarios a muchas de ellas.
En primer lugar. Creo que tiene una gran virtud de parte de Jorge y Raúl Ferráez el que sepan convocarnos a todos nosotros. No sé si sea por esta idea de aparecer en la lista de los 300 o por alguna razón, pero tiene un gran poder de convocatoria la Revista Líderes, y la verdad es que eso tiene su chiste, tiene su mérito, y aquí estamos. Y qué bueno que ocurra eso.
Lo segundo. Es que la propuesta que hace Raúl me parece muy interesante. Siempre he partido de la premisa que ellos han sostenido desde hace mucho tiempo; es decir, más allá de todas nuestras discrepancias, de todas las cosas en las que no estamos de acuerdo, bien vale preguntarnos: En qué sí estamos de acuerdo.
Y una de las cosas en que seguramente estamos de acuerdo es: Cuál es el México al que aspiramos.
De manera tal que yo con muchísimo gusto me sumo a esa invitación, le llamó Raúl, Proyecto de Nación y me parece muy, muy importante que se cristalice.
Un poco antes de que yo entrara a la Presidencia de la República hicimos un proyecto similar. Se llama el Proyecto México 20-30. Y en el Proyecto México 20-30 hicimos una puntualización del México que queremos.
Cómo lo queremos ver en materia de seguridad, cómo lo queremos ver en materia de economía. La economía competitiva a la que aspiramos.
Ahí, por ejemplo, nos pusimos metas para decir en qué lugar tiene que estar México. Por ejemplo, en el Índice de Competitividad del Banco Mundial y en el Índice de Competitividad del Foro Económico Mundial.
En materia de seguridad nos pusimos metas claras de en qué tasa de impunidad, o dicho de otra manera, qué tasa de delitos debe ser claramente castigada; en qué nivel debe estar el nivel de seguridad en México.
Nos propusimos metas en todos los ámbitos. Que debería estar erradicada la pobreza extrema, que debería estar erradicada la ignorancia; que, por ejemplo, en materia ambiental, el 100 por ciento del agua que utilizamos, se trate.
En este momento, por ejemplo, cuando entré a la Presidencia se trataba el 36 por ciento, ahorita vamos como en el 44, terminaremos en el 60 y tendremos que tratar el 100 por ciento.
Aquí, en la Ciudad de México, por ejemplo, una vez que se construya la Planta de Atotonilco, que estamos haciendo, estaremos tratando más del 60 por ciento; pero ahorita no se trata ni el 10 por ciento del agua residual.
Y así sucesivamente. Las selvas y bosques, por ejemplo, de México, que en la década de los 90 se perdían 360 mil hectáreas por año. La meta que nos pusimos es que no hubiera ninguna hectárea  por año deforestada y, por el contrario, México tuviera tasas positivas de crecimiento.
Y ahorita le hemos reducido ya a 155 mil hectáreas por año y tenemos que llegar a esa tasa cero. Y así sucesivamente.
Me parece muy bien que se haga ese ejercicio. Y yo lo que ofrezco es, con muchísimo gusto, participar, invitar, organizar. Dan ganas de decir, como se dice, popularmente: Muchachos, lo que se ofrezca, menos de dinero, lo que se ofrezca. Pero bueno, si eso falta también para ponernos de acuerdo, sería muy bien.
Hay otras cosas, que, por ejemplo, planteamos en el Proyecto México 20-30. Por ejemplo planteamos algo que dijo aquí Claudio X.  González. Que México alcance a los países de la OCDE en términos de la Prueba de PISA, en momento, bueno, en el 2006, cuando hicimos el Proyecto México 20-30, la Prueba PISA, tenía un promedio de 500 puntos, México tenía un promedio de 383 puntos.
Entonces, hicimos un recorrido. Como ustedes saben, la Prueba PISA, se hace cada tres años. Y nos propusimos llegar, en el año 2012, a 435 puntos, y en el año 2009, llegar a 418 puntos, ya fue la prueba de 2009, y pasamos de 383 a, no la meta de 418, sino pasamos a 425. Rebasamos la meta, lo cual realmente es muy bueno. Yo estoy seguro que rebasaremos también la del año que entra, de 435.
A mí me gustó mucho la cita de Bernard Shaw, de mi paisano, Alejandro Ramírez (dueño de la cadena Cinemex). Porque, efectivamente creo que es ese cambio, aparentemente intrascendente, pero, para mí, fundamental el que debe guiarnos. Para mí, ver, nuestra cifra de ser el último de los países de la OCDE. La verdad eso ya lo sabemos. Lo hemos sido, el último desde que entramos a la OCDE. Pero más que ver el porqué del México como está. Hay que preguntarnos: Por qué no podemos ser el México que queremos ser. Y en eso estoy totalmente de acuerdo.
Es cierto, tenemos muchos problemas todavía en materia educativa. Pero también es cierto que los muchachos mexicanos, fíjense bien, en la última Prueba PISA, los muchachos mexicanos en matemáticas, fuimos el país que más avanzó en matemáticas en todos los examinados de la OCDE: 34 puntos en la prueba de matemáticas. Hay otras que tenemos problemas y tenemos que superarlo.
Recojo también lo que nos ha señalado Alejandro Martí. Una crisis moral y social que tiene nuestro México. Y creo que él apunta una diferencia, que creo que no hemos comentado. La gran diferencia la enfrentan otros países, es cierto, pero la gran diferencia es que esos países tienen instituciones de seguridad y justicia, instituciones democráticas que les permiten, por supuesto, enfrentar y superar esos problemas.
De ahí, a lo que me lleva, es que lo que necesitamos hacer nosotros, y a toda prisa, es construir esas instituciones que no tenemos. Esa es la verdad. Porque, efectivamente, por el cáncer de la corrupción que el propio Alejandro Martí señala, nuestras instituciones se fueron corrompiendo, muchas, pero incluyendo las de seguridad y justicia.
Y esa simbiosis, esa manera de convivir nuestra, de los mexicanos, con la mordida al policía o al agente de tránsito. Esa manera de llevarla así, no nos afectó durante mucho tiempo. Nos empezó a afectar cuando las organizaciones criminales, para expandir su negocio territorial, se decidieron cooptar y dominar las instituciones policiacas.
Así que cuando fuimos a buscar la carabina, digamos, en el armario, esa carabina no funcionó. Es decir, la corrupción de las instituciones policiacas devino en una debilidad institucional que es, como bien ha señalado Alejandro Martí, la gran diferencia entre la crisis social y moral y de orden público que se vive en varios países, con la crisis que tenemos en México, que nos encuentra en un momento en que estamos reconstruyendo, prácticamente, en algunos casos, desde cero, las instituciones.
Y lo que debemos hacer a mi juicio es, perseverar en eso de reconstruir las instituciones. Yo creo que hay cosas en ese proyecto de Nación, que sugieren los Ferráez, en las que debemos de estar de acuerdo.
Debemos combatir el crimen.
Parece una pregunta obvia de Perogrullo, pero no lo es, porque la paradoja es que hasta eso se ha cuestionado en nuestro país. Por supuesto que lo debemos combatir. Y tenemos.
Segundo. Que construir instituciones nuevas. Porque en muchos lugares no sirven, y la falta de Estado presente en esos lugares que señala Alejandro, es lo que tiene a la gente acosada y contra la pared, en manos de criminales, de secuestradores, de extorsionadores o, peor aún, en manos de instituciones de Estado que, a su vez, son, como dije hace poco, una y misma cosa con la criminalidad. En manos de instituciones y policías en municipios, por ejemplo, donde los propios policías son los que secuestran o son los que roban.
Por eso, confrontar a los criminales con lo mejor que tenemos y con todo lo que tenemos, hay que hacerlo; construir instituciones nuevas, hay que hacerlo, a toda prisa aunque nos tome mucho tiempo, el tiempo que sea necesario.
Y tercero. Reconstruir un tejido social que es la causa de esa crisis moral que tenemos, esa crisis social.
Por eso, necesitamos reconstruir nuestro México en valores, en principios, en ideas. Y ahí juegan todos: padres de familia, autoridades, medios de comunicación.
Me refiero, también, a lo que señalaba Claudio X. González. No puedo más que coincidir en las cosas que debemos hacer.
Primero. Ya hablé de las metas de equipararnos a PISA. Se puede, estamos subiendo en los promedios de PISA y tenemos que acelerar para alcanzarlos en el mediano plazo. Sí se puede.

Y qué tenemos que hacer.
Coincido, profesionalización magisterial.
Que ninguna plaza se entregue sin concurso. Faltan muchas plazas de ellas. Pero yo creo, amigas y amigos, que por lo mismo hay que valorar, que después de, no sé, más de medio siglo en que las plazas se asignaron por compadrazgo, por conveniencia política, por interés ahí, en el Sindicato, por lo que sea, hoy, las plazas en México se concursan y eso es una diferencia medular que hemos logrado los mexicanos en el pasado reciente.
Sí, sí faltan otras, faltan las de directores y faltan las plazas que se controlan localmente, porque aquí, como en la materia de seguridad, que mencionaba Alejandro Martí, vivimos una paradoja.
Somos profundamente federalistas a la hora de los derechos, pero profundamente centralistas a la hora de los problemas.
Federalistas en qué sentido.
Por ejemplo, en la educación.
Por qué no tenemos todavía la nómina magisterial.
Porque la nómina magisterial se maneja estatalmente, y los estados no tienen toda la nómina magisterial. Yo creo que algunos Gobernadores no es porque no la quieran dar, es que a lo mejor tampoco la tienen, porque en muchos estados la maneja el sindicato o la coordinadora. Como es el caso de Oaxaca; como es el caso, en parte, de mi estado; como era en Puebla, por cierto, antes.
Y yo creo que lo que tenemos que hacer es rescatar las nóminas para el estado. Y eso requiere actos de autoridad que no son fáciles de procesar.
O bien, volvamos a un sistema central y entonces haya un responsable. Y yo les aseguro que al día siguiente de que yo pague una quincena, al día siguiente puedo entregar la nómina.
Pero lo que es muy difícil es ser responsable en pagar los aguinaldos de educación en los estados donde no pueden llegar al fin de año, pero a la hora de las cuentas y de las nóminas no tener el control de esas nóminas. Una de dos. Definámonos en muchos aspectos.
Lo mismo en la policía. Creo que es muy lógico, atendible políticamente, que se señale al Gobierno Federal en problemas de seguridad, pero, a la vez, no olvidemos que la policía y la seguridad está totalmente descentralizada.
Que no sólo no tenemos una sola policía central, como es la Policía de Colombia, Nacional, o la Policía Montada de Canadá, o la Guardia Civil en muchos países del mundo; sino que tenemos, tampoco 32 policías estatales, sino más de mil 500 policías distintas.
Por lo cual un esfuerzo que debe ser jerárquico, disciplinado, ordenado y logístico, como es el combate al crimen, se vuelve un esfuerzo casi imposible de consenso y de unanimidad paso por paso.
Tenemos que cambiar y diseñar nuevamente nuestro sistema político, o bien, establecer aquellos principios de asignación de responsabilidad, que no es otra cosa de que asignar bien los costos y los beneficios políticos de los problemas que tenemos.
Es fácil culpar a una sola entidad, pero es, todavía muy complejo, asignar beneficios y costos en el sistema tan horizontal que tenemos.
Profesionalización de maestros, sí. Estamos iniciando, iniciamos hace dos años el concurso de maestros, y hoy hemos entregado 113 mil plazas, que por primera vez salieron de un concurso magisterial. No fueron ni designaciones, ni asignaciones.
La Evaluación Universal de Maestros, sí. Pero cómo hacemos para que el Sindicato acepte que se evalúen los maestros. Complejo, sí. Les tengo una buena noticia, amigas y amigos, este año ya llegamos al acuerdo y, a partir de hoy, se van a evaluar todos los maestros de México, además de los alumnos.
Ese es un buen paso, importante, para la profesionalización magisterial. La transparencia, que ya he mencionado y la autonomía de las escuelas.
Lo que señala Alejandro, y le agradezco mucho el balance de su exposición, al reconocer las cosas en que México ha avanzado. Sí, sí hemos avanzado en competitividad, la mera verdad. No necesitamos sentirnos, simplemente lamentarnos que otros vayan adelante de nosotros. Nosotros ya vamos también adelante de otros.
En el Doing Business que citaba Alejandro, hace, cuando entré a la Presidencia ocupábamos el lugar número 73 en facilidades para hacer negocio en México; y hoy, ocupamos el lugar número 35. Hemos avanzado a menos de la mitad de la distancia que teníamos. Y hoy, sí estamos por adelante de toda América Latina, incluyendo Brasil, y estamos por adelante de todos los BRIC, incluyendo China e India.
Sí, sí se puede avanzar en competitividad. Y esta semana avanzamos nuevamente en el indicador, precisamente, del Foro Económico Mundial de Davos.
Qué tenemos que hacer, y también coincido con Alejandro: Aumentar la competencia económica.
Yo creo que en la competencia económica, también creo en la competencia política. La verdad es que la competencia hace maravillas. Y por eso creo en el mercado y en la economía libre.
Y por eso, hemos actuado en consecuencia. Mencionaba Alejandro, por ejemplo, el tema de los aranceles. Hemos reducido los aranceles, incluso en medio de la crisis, de 12.5 por ciento, a menos del 5 por ciento.
Y contrario a lo que muchos decían, que eso iba a quebrar a las empresas mexicanas. No es cierto. Eso le dio competitividad a las empresas mexicanas, eso hizo que las exportaciones mexicanas a Estados Unidos pasaran de menos del 10 por ciento a casi el 13 por ciento en un año y medio.
Eso ha hecho que los mexicanos estemos avanzando. Aumentar la competencia en el sector público, sí. Pero es muy importante, amigas y amigos, a la hora de construir ese proyecto de Nación, a la hora de ver en qué estamos de acuerdo y cuando todo mundo diga que sí hay que aumentar la competencia en las empresas púbicas, particularmente en PEMEX y CFE, también al lado suscriba las iniciativas que nos lleven, precisamente, a ser competencia en el sector energético. O que por lo menos se explique por qué a la hora que propuse que la inversión privada pudiera competir, por ejemplo en refinación, en ductos, en muchas cosas, en inversión, en exploración, por qué la respuesta fue simple y sencillamente, no, eso no se toca.
Sí, sí avanzamos y qué bueno. Y tenemos que avanzar más. Pero es muy importante que distingamos cuando todo mundo hablamos de competencia en abstracto, y cuando ya no hablamos de competencia en concreto.
Competencia en el sector público, por supuesto, y bienvenido ese esfuerzo. Competencia en el sector privado. Yo creo que también. Y por eso afortunadamente hemos ido transformando, abriendo fronteras, fortaleciendo agencias públicas de competitividad.
Por eso aprobamos y el Congreso aprobó, y es un gran mérito del Congreso, la Ley de Competencia Económica. Pero también, preguntémonos, amigas y amigos, si no será cierto que en México en muchas de las empresas del sector privado, de las más fuertes, y quizá algunas entre las 300, se habla de competencia, pero se trabaja mucho para que no haya competencia. Cuando hay un mercado cerrado se hace todo lo posible para que no se abra, y se interponen recursos judiciales, se hacen muchas cosas para que no avance la competencia.
O bien, cuando se le exige al Presidente que no baje más aranceles, porque no queremos competencia.
Yo creo que es también importante hacernos un ejercicio de sinceramiento de hasta dónde, hasta dónde. La verdad, la verdad, la verdad, sí queremos competencia.
Yo por lo pronto coincido con Alejandro. Sí, sí necesitamos más competencia en el sector público y en el sector ´privado.
Tenemos subsidios que distorsionan, sí, y no le demos vueltas. El subsidio a la gasolina, es un subsidio que distorsiona mucho. En este momento, la gasolina, por ejemplo, en Europa vale más o menos 30 pesos el litro, en México vale 9.48. Y bueno, vamos a suponer que la podemos llevar, para eliminar el subsidio, a lo que nos cuesta en Texas, a más o menos 12 pesos el litro, 13 pesos el litro.
Está bien, sí, sólo que cuando hablemos de direccionar bien los subsidios preguntémonos, también, por qué hay quien dice en abstracto que sí está de acuerdo con eso, pero en concreto, cada vez que el Gobierno mueve nueve centavos el precio de la gasolina, es capaz de armar una revuelta en cualquier parte de la República para protestar por eso.
Por qué cada vez que se ajusta para reducir ese subsidio que le da casi tres pesos por litro a cada usuario de automóvil, a la hora que lo empezamos a mover, entonces se hace toda la presión política y mediática para evitar, verdaderamente, los ajustes.
Yo creo que es importante que en México. En México lo que más hace falta, ya viéndolo bien a través de estas reflexiones, amigas y amigos, falta una reforma personal fundamental, que tal vez está atrás de muchos de nuestros rezagos. Yo creo que no es una cuestión, ni siquiera conceptual.
Ustedes pueden ver el Proyecto México 20-30, como ustedes podrán ver el Proyecto de Nación que saquen los Ferráez y, la verdad, todos estamos de acuerdo, más o menos, sabemos de dónde es. Hablamos de reformas estructurales y ya hasta nos las sabemos de memoria.
Es como aquel chiste que decía que había un reclusorio donde los pobres presos se contaban tantas veces los mismos chistes, que ya se los decían por número y se reían. Aquí pasa lo mismo.
Hablamos de las reformas estructurales: la laboral. Sí, la laboral, y ya todo mundo sabe de qué estamos hablando, pero a la hora de la hora no las hacemos.
Por qué razón, amigas y amigos.
Hay una brecha enorme en México, y hay una brecha enorme entre muchos líderes de México, entre lo que decimos y lo que hacemos, entre las palabras y los hechos.
Y esto, también, implica una revisión a fondo de lo que queremos para el país.
Invertir más en la capacidad de las personas. También, estoy de acuerdo. Y aquí, la verdad, sí hemos hecho un esfuerzo importante.
En cuatro años y medio hicimos 96 universidades nuevas e hicimos 50 campus más para otras tantas universidades. Y si hablamos de bachilleratos técnicos, hicimos casi mil, 985 nuevos bachilleratos técnicos en cuatro años y medio.
Claro, el rezago de México es tan abrumador, que en 1995, tan sólo había 15 por ciento de cobertura en edad universitaria; nosotros lo hemos pasado en estos años del 24 que teníamos, al 31, y cerraremos un poco más arriba, pero, insisto, sí creo que hay que invertir en las personas.
Hay que hacer las reformas que hacen falta. Sí. Ya hice mi comentario de eso.
Y creo que no es un problema de concepto. Es un problema de voluntad, y es un problema de sinceridad; se vale oponerse. Se vale decir no. Lo que creo que no se vale es, cuando estamos en un ambiente tan selecto y somos ya, finalmente, nominados a los 300, y se nos convoca a decir: queremos un país moderno, decir aquí que sí, y allá atrás, a la hora de las decisiones, franca y sencillamente decir no. O: quién sabe, qué significa en política muchas veces, simple y sencillamente, no.
De Federico Reyes Heroles no puedo, también, más que coincidir. Yo propuse esa reforma, Federico. Creo fundamentalmente en la elección consecutiva de legisladores y alcaldes, por algo que decía el video: 72 por ciento de la gente nunca recibe una respuesta de su representante, 68 por ciento no se acuerda de su Diputado. No sabía esos datos, pero por ahí van las cosas. Yo lo oigo en la gente. La gente a los políticos nos suele decir: No, no vamos a votar. Por qué. Porque votamos por ustedes y nunca regresan.
Yo, en estos días, que he estado comentando cifras en algunas entidades de la República, suelo contar un chiste parlamentario, que nos pasaba allá en la Cámara de Diputados. Se decía que había un par de Diputados platicando, por ahí de las cuatro de la mañana en una de esas jornadas, largas, largas, largas, para aprobar el Presupuesto, y le decía uno al otro: Híjole, no, yo estoy  cansadísimo. Ya estoy. Termina este periodo y me voy a ir a descansar, me voy de vacaciones, a un lugar donde  nadie me conozca, donde nadie me moleste, donde pueda estar tranquilo. Y le contesta el compañero: Oye, pues por qué no te vas a tu distrito. Ahí nadie te conoce, ahí nadie te molesta, etcétera. Yo creo que si hacemos lo que dice Federico, que es la reelección de Legisladores, vamos a hacer que los Diputados regresen a su distrito, porque les interesan los votos de la gente.
Nuevamente, hay coincidencia en muchas cosas, pero a la hora de la hora. Creo que Federico insinúa también, y me gusta esa insinuación, muy provocativa, de revisar nuestro régimen presidencial. No está mal, que verdaderamente hagamos un planteamiento de fondo, a ver si este sistema funciona; porque es un sistema que, cuando el Presidente podía decidir todo, cuando el Presidente podía remover Gobernadores, a la buena, a la  mala, o a la regular, y no se diga alcaldes, y no se diga, de todo, ya no se diga presidentes municipales. Ahora no se puede, como ustedes comprenderán.
Cuando el Presidente decía todo, era ese gran tlatoani, que podía resolver todo, un sistema presidencial, que curiosamente en la práctica era totalmente centralizado, sólo que ahora que funciona verdaderamente el régimen Federal, la lógica cultural es la misma, y cuando no funcionan las cosas, igual.
O una de dos, o hacemos funcionar bien nuestro sistema Federal, y eso implica que haya responsabilidad en estados y municipios, no nada más derechos, no nada más denos, o nada más arréglame mi bronca de seguridad, arréglame mi bronca de educación, arrégleme mi bronca, hazme mi hospital, sino también deberes, y que haya manera de poder exigir esos derechos, no por el Presidente, sino por una sociedad que los demanda, y que haya corresponsabilidad, no sólo en los tres niveles de Gobierno, sino en los tres Poderes de la Unión.
Bien dice Alejandro que hay que atacar ese cáncer de la corrupción, y bien pone el ejemplo de los casinos, perfectamente. Afortunadamente en mi Gobierno no hemos otorgado ningún permiso de casino, salvo los que han sido ordenados por una resolución judicial, que son muchos, pero independientemente de eso, sí se requiere también asumir la responsabilidad de una legislación que evite la discrecionalidad. Porque la paradoja es que quien los haya otorgado en el sexenio que los haya otorgado, probablemente los otorgó conforme a una fundamentación legal, que daba una absoluta discrecionalidad en temas que no deben ser ya discrecionales.
Me he extendido amigos, y les pido una disculpa a todos, porque además es tardísimo. Todos tenemos agenda, es lunes, y ya vamos muy cargados de tiempo. Sólo concluyo con tres cosas:
Primero. Agradecer la invitación de los Ferráez, no sólo a la comida, que estuvo muy buena, sino al Proyecto de Nación al que nos invitaron. Yo les propongo a Raúl y a Jorge que, incluso, a ver si los que quieran de estos 300, nos podemos un día sentar todo el día, sino dos días, y empezamos a escribir y armar esos consensos rápidos.
Puede servir para ello, incluso lo que hicimos en el Proyecto México 20-30. Si ustedes lo revisan, amigos, verdaderamente, verán, que muchas de las cosas que se han dicho aquí, están ahí.
Que el México al que aspiramos sí tiene nombres, apellidos, tiene maneras de ser, tiene metas concretas; y, sobre todo, algo que decía Patricia Mercado, en la campaña con la que tuve el honor de competir con ella: Sí hay un México posible. Ese México se puede hacer a partir de decisiones ahora.
La clave es que tengamos el valor de aceptar que ese México cuesta y que el costo lo tenemos que asumir ahora. Y que ese costo, sea en competitividad, o sea en seguridad, o sea en política social, ese costo nos va a implicar, también, a todos nosotros.
Segundo. Poner el Gobierno Federal a la disposición de ese proyecto, que ojalá lo podamos construir. A mí me interesa, entre otras cosas, que se recupere el sentido de Estado de un proyecto de país, y que no sólo sea un documento que sí, quizás se elaboró en un momento de una enorme tensión que impidió, verdaderamente, que revisáramos qué grande es México, y cuán grandes son, también, nuestras coincidencias.
Y tercero. Una invitación, simplemente a título personal, hablando a los 300 líderes más importantes de México.
Quien quiera ejercer de a de veras su liderazgo, aparte de lo que ya lo hacen en las empresas, las mejores de México, y muchas de ellas las mejores del mundo, en organizaciones de la sociedad civil, quien quiera ejercer su liderazgo fuerte y en serio, tiene todavía una puerta, que el día que la recorra, quizá México pueda ser distinto.
Una puerta que recorrió, por ejemplo, Eufrosina, precisamente. Siendo ella líder de comunidades indígenas, un día se le ocurrió a recorrer una puerta que está medio prohibida para estas organizaciones selectas de liderazgos, en la cultura, en la academia, en el deporte: la puerta de la política.
Sí, sí me estoy refiriendo a ser candidatas y candidatos.
Sí, sí me estoy refiriendo a esa actividad deleznable, porque, la verdad, es del cocol, digamos, ser político y aguantar todo lo que se dice de los políticos en este país.
Lo difícil, lo verdaderamente difícil, es serlo sin claudicar a principios e ideas.
Tenemos malos políticos.
Hombre, sí.
Hay políticos excelentes, por cierto. Yo creo que de los mejores están aquí; pero, también, hay muy, muy malos.
Pero saben qué.
Esa no es bronca de los políticos nada más.
Decía mi padre, en paz descanse, que la política es tan importante, que no podemos dejársela a los políticos.
Y si hay una brecha que cerrar, de la que habla Alejandro Martí, de la que habla Federico, es la brecha entre ciudadanos y política.
Y en alguna reunión, convocada por Alejandro, por cierto, yo recuerdo que dije: Si nos fijamos bien, política y ciudadanía son sinónimo, sólo que uno viene del griego: Polis, ciudad; y el otro viene del latín: Civitas, que también significa ciudad.
Y en México tenemos una política lejanísima de los ciudadanos, y los políticos tenemos que acercarnos a los ciudadanos, sí, pero también los ciudadanos tienen que acercarse a la política, hacerse políticos.
No les gustan los Diputados que tenemos. Sean ustedes los Diputados. No les gustan los políticos o los candidatos que tenemos. Sean ustedes los candidatos.
Porque va a ser muy padre encontrar consenso entre los 300 líderes más importantes del mundo acerca del México que queremos, y la legislación de PEMEX que necesitamos, o la de competitividad o la electoral.
Pero sería más padre, se los aseguro, que esos 300 líderes fueran Diputados y lo decidieran en el Congreso.
Entonces, yo quiero invitarlos, amigas y amigos, a que encontremos la pieza que le hace falta a México.
Por qué si la gente más sabia y la de mejor liderazgo en México, estamos todos tan de acuerdo, por qué no funcionan las cosas como decimos en este selecto grupo de 300 líderes. Porque hace falta que en la toma de decisiones, también esos liderazgos estén presentes.
Y por qué México está así.
Quizá porque sus mejores líderes están mejor aquí, y les puede ir mejor aquí, en términos económicos, o sociales, o de prestigio, o no se mete nadie con ustedes en la prensa; que estar en política, que ir a la prueba del ácido, que es ir y encontrarse con la gente de los votos.
Y el hambre de la que solemos hablar en los discursos, encontrarte con la gente de carne y hueso que la tiene, y que tú tienes que resolvérselo. Porque lo que necesita nuestro país, amigas y amigos, se los digo de corazón, sinceramente, a un año dos meses, 20 días de que termine mi Presidencia; lo que necesita México es mejor política, porque tiene ciudadanos valiosísimos, ciudadanos muy altos para la política que tenemos.
Pero aquí es problema de acción de los políticos que somos, y también de los ciudadanos que están fuera de las decisiones.
Así que, yo quiero invitarlos, amigas y amigos, amigos de corazón, a que estas elecciones, si no les gustan los partidos políticos, hagan un partido político; si no les gustan los candidatos a Diputados, sean ustedes los candidatos a Diputados.
Si no les gustan los candidatos a presidentes municipales o gobernadores, o Presidentes de la República, sin agraviar a los presentes, sean ustedes los candidatos, y tomen ustedes, líderes de México, a México en sus manos.
No lo digo, ya no lo digo, no lo tomen poéticamente, tómenlo en sus manos haciendo lo que Eufrosina hizo. Un día se metió a la política, se metió en la oposición en Oaxaca, miren que son palabras mayores, y tuvo que arriesgarse a lo que se dice de los políticos, y empezó a tomar Oaxaca en sus manos.
Ustedes están llenos de talentos, han sido empresarios exitosos, intelectuales respetadísimos, artistas maravillosos, deportistas a los que admiramos, verdaderamente, entusiasmados.
Ahora lo que nos hace falta, amigas y amigos, que lo mejor de México, que son ustedes, pase a lo que México más necesita, que son, como dijo Ricardo Salinas, gente que haga buenos juicios, tome buenas decisiones, pero ya no van a hacer juicios que le afecten nada más a tu familia o decisiones que le afecten nada más a tu empresa.
Juicios buenos acerca de México y que le vayan a afectar, para bien o para mal, a todos los mexicanos.
Y entonces sí, cuando se evalúen los resultados, ya no sólo será una referencia etérea a los que otros hicieron. Será una referencia a lo que nosotros hicimos.
Y ese día, amigas y amigos, el día que la política esté hecha por ciudadanos, el día que los ciudadanos sean los políticos, ese día México será el proyecto de Nación que todos queremos.
Muchísimas gracias.

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