6 oct 2012

Condenado a 18 meses de cárcel el exmayordomo del Papa

Condenado a 18 meses de cárcel el exmayordomo del Papa
"No me siento un ladrón", ha insistido Gabriele en la última sesión del juicio
Pablo Ordaz

El País, Ciudad del Vaticano 6 OCT 2012
El juez pregunta a Paolo Gabriele, acusado de robar la documentación privada del Papa, si se siente culpable o inocente. El exmayordomo de Benedicto XVI responde:
-Siento dentro de mí la fuerte convicción de haber actuado por exclusivo amor, diría visceral, por la iglesia de Cristo y por su jefe visible. Si lo debo repetir, no me siento un ladrón.
Es lo último que se escucha en la sala antes de que el tribunal se retire a deliberar y dictar la sentencia.
Un año y seis meses de reclusión  y el pago de las costas. Esa es la pena de la justicia contra el exmayordomo.

Según el padre Lombardi, portavoz del Vaticano, es "muy previsible" que ahora que el juicio ha terminado, el Papa pueda conceder la gracia del perdón a su antiguo mayordomo.
La abogada del condenado ha asegurado a Reuters que su cliente no tiene intención de recurrir la sentencia. La letrada ha asegurado, tras visitarlo en su casa, que Gabriele está sereno, respaldado por su familia y "listo para afrontar las consecuencias" de la pena.
Antes, desde las 09.10 de este sábado, los jueces vaticanos presididos por Giuseppe Dalla Torre han escuchado las peticiones del fiscal y la defensa. El promotor de justicia Nicola Piccardi ha pedido una pena de tres años de reclusión y la prohibición a perpetuidad de que Paolo Gabriele pueda ostentar un empleo público, salvo que este carezca de responsabilidad. La abogada, en cambio, pidió la reducción de la calificación de la pena. De robo a apropiación indebida, pero que, en el caso de ser condenado a robo, la condena no supere los tres días.
Este sábado se ha celebrado la última sesión del juicio contra Paolo Gabriele, de 46 años, por "traicionar la confianza del Santo Padre", como él mismo ha admitido durante el proceso. Paoletto, como se le conoce, se enfrenta a una pena de hasta cuatro años de prisión por robo con agravantes de documentos reservados de Benedicto XVI, informa Efe. Este sábado se dicta sentencia contra el cuervo o traidor, cuya detención dejó al descubierto una guerra de poder en el Vaticano.
La última audiencia del juicio se celebra en el Tribunal de Justicia del Vaticano, ubicado en un edificio del pequeño Estado, a pocos metros del ábside de la basílica de San Pedro.
Paoletto se ha declarado inocente de la acusación de robo con agravante de documentos reservados del Pontífice, pero "culpable de haber traicionado la confianza puesta en él" por Benedicto XVI. Durante las jornadas previas del juicio, los gendarmes, a los que Gabriele acusó de maltrato durante su detención, han declarado que el exmayordomo tenía en su casa más de mil documentos del Papa, algunos que estaban marcados para destruir.
Con este juicio no concluye el escándalo de robo y filtración de documentos reservados vaticanos, conocido como Vatileaks, ya que en fechas aún por decidir comenzará el juicio contra Claudio Sciarpelletti, de 48 años, acusado de presunto encubrimiento y que en un principio iba a ser juzgado junto a Gabriele.
Ya en la primera audiencia, el tribunal separó el juicio de este informático, tras aceptar la petición de su abogado, Gianluca Benedetti, que aseguró que Sciarpelletti nunca encubrió al exmayordomo y que la prueba es que en el momento en el que le fue encontrado un sobre con documentación reservada reconoció a los investigadores que se la había dado "Paoletto". Sciarpelletti puede ser condenado hasta con un año de cárcel.
Paoletto puede recurrir la sentencia en apelación e incluso llegar al Tribunal Supremo del Estado de la Ciudad del Vaticano. De tener que cumplir la pena en la cárcel, lo haría en una italiana, ya que en el Vaticano no hay prisión.
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Dan 18 meses de prisión a Paolo Gabriele
Irene Savio / Corresponsal
Reforma El Vaticano (6 octubre 2012).- Un año y seis meses de prisión. Esta es la pena que, según El Vaticano, se merece el ex mayordomo del Papa, Paolo Gabriele, por haber sido responsable de la mayor filtración de documentos reservados a la prensa de la historia reciente de El Vaticano, el caso conocido como Vatileaks.
Leyendo el veredicto, el presidente del Tribunal Vaticano, Giuseppe Della Torre, explicó que Gabriele había sido condenado inicialmente a una pena de tres años de cárcel, pero esta le fue rebajada porque se consideraron algunas atenuantes, en base a una ley vaticana de 1969.
Entre éstas están que Gabriele no tiene antecedentes penales, su desempeño laboral ha sido bueno antes de los hechos y además que él mismo se reconoció "arrepentido" por haber traicionado el Papa.
Se trató de una reducción de la pena "magnánima", sostuvo el vocero vaticano, Federico Lombardi, al añadir que además la posibilidad de que el Papa Benedicto XVI le dé la gracia a Gabriele, quizás el próximo mes, es "muy concreta y posible".
Desde este momento, Gabriele se encuentra de nuevo a los arrestos domiciliarios en su habitación romana y deberá pagar los gastos del juicio.
El veredicto, que llegó este sábado tras una reunión de dos horas del consejo de tres jueces del Tribunal Vaticano, fue un compromiso entre la pena solicitada por el fiscal y las argumentaciones de la defensa de Gabriele.
De hecho, el promotor de Justicia, Nicola Picardi, había pedido para Gabriele una pena de cárcel de tres años y la inhabilitación perpetua de las "oficinas de poder" de El Vaticano.
Por el contrario, la abogada de Gabriele, Cristiana Arru, había argumentado el objetivo de Gabriele era "dañar" a la Iglesia o al Papa, motivo por el cual se le podía considerar culpable de "hurto simple", delito cuya pena es de tres días.
El mismo Gabriele descartó ser un ladrón.
"La cosa que siento fuerte es que lo que he hecho lo hice porque amo a la Iglesia y al Papa. Yo no me siento un ladrón", dijo el ex mayordomo, antes de que lo jueces se fueran para debatir sobre cuál pena aplicar contra él.
La pregunta todavía sin respuesta es que hay detrás de este caso y si Gabriele tuvo cómplices o si alguien le ordenó entregar documentos reservados del Papa y de la Santa Sede a la prensa italiana.
El fiscal Picardi dijo que "no se encontró prueba alguna" de que Gabriele tuviera cómplices, aunque sí afirmó que el ex mayordomo fue condicionado por "circunstancias ambientales".
Hora de publicación: 07:17 hrs.
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Evidencia juicio división en Vaticano
Farinella asegura que la trama del Vatileaks es en realidad una pugna entre dos corrientes conservadoras y el Gabriele es un chivo expiatorio

Irene Savio/Corresponsal
Reforma, El Vaticano (6 octubre 2012).- Tajante y políticamente incorrecto, el sacerdote Paolo Farinella es una furia cuando habla de la jerarquía de El Vaticano. El motivo: el caso del ex mayordomo del Papa, Paolo Gabriele, que considera prueba del estado de degradación y de la corrupción que reina dentro de la Santa Sede.
Este sábado, concluye el juicio de Gabriele, quien está acusado formalmente de robo agravado por haber filtrado documentos papales al periodista Gianluigi Nuzzi.
De 67 años, Farinella es experto en textos bíblicos y autor de libros de religión. Estudió en Génova, Verona, Milán y Jerusalén y actualmente es párroco en una iglesia en el centro de Génova. Pero, sobre todo, Farinella es un cura cualquiera, como muchos en Italia, que se sienten alejados de lo que ocurre en la capital italiana, donde está la Curia Romana.
"La gente, los fieles, se sienten desorientados. ¡Nunca se ha visto algo así! Lo que verdaderamente está detrás de la historia de Gabriele es la lucha que se desató entre dos corrientes conservadoras en vista de la muerte del Papa. Pero nos quieren vender que la culpa es únicamente del mayordomo", explica a REFORMA.
Según su tesis, Gabriele terminó en el medio de la lucha entre el bando liderado por el Secretario de Estado, Tarcisio Bertone, jefe de un grupo mayoritariamente compuesto por cardenales italianos, y el estaría integrado por prelados latinoamericanos, cercanos al movimiento dell Opus Dei y a otras corrientes conservadoras de habla hispana.
"Pero lógicamente todo esto está pasando en segundo plano. Toda la atención está sobre el juicio que han organizado", recalcó Farinella.
La visión de este sacerdote, claro está, no va en solitario y se acerca sobre todo a la crítica que hacen los sectores más progresistas de la Iglesia, los cuales además últimamente han perdido a uno de sus más carismáticos líderes, el Cardenal italiano Carlo Maria Martini, quien murió el mes pasado.
"Iglesia, sacúdete", tituló en su último número la revista Nigrizia de los misioneros combonianos en un artículo en el que se criticaba el alejamiento entre la Iglesia y la gente común.
"Es necesario que la Iglesia comience una humilde y seria autocrítica (ya que hoy) es una Iglesia distante de las preocupaciones de la gente", explicaban los misioneros.

Estas posiciones, sin embargo, discrepan de las provenientes de la cúpula vaticana que, de cualquier modo, ha elegido la línea del silencio sobre la celebración del proceso de Gabriele y lo que está detrás de ello.
"Nosotros estamos tranquilos, no está pasando nada", dijo a este diario un conocido Cardenal italiano, al rechazar una petición oficial de entrevista. "Lo único es que es un momento difícil y tenemos que tener mucho cuidado".
Mientras la gente común entiende poco y nada de lo que está ocurriendo. "¿Qué es lo que pasa en El Vaticano?", preguntaba esta semana un taxista romano. "No sé, parece algo entre ellos".
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El ex mayordomo del Papa, condenado a un año y medio de cárcel
Paolo Gabriele (centro) escucha la sentencia. | Reuters
El fiscal pidió una condena de tres años de cárcel
Irene Hdez. Velasco (corresponsal) | Roma
El Mundo, sábado 06/10/2012
"En nombre de Su Santidad Benedicto XVI, gloriosamente reinante, invocada la Santísima Trinidad, en base a los artículos 402, 403.1 y 4040.1, declaramos al acusado, Paolo Gabriele, culpable".
“Lo que siento con fuerza dentro de mí es la convicción de haber actuado por exclusivo amor"
 Un año y medio de reclusión y el pago de las costas del juicio: esa es la pena a la que ha sido condenado Paolo Gabriele, el ex mayordomo de Benedicto XVI. El hombre que durante seis años fuera ayuda de cámara del Papa ha sido declarado culpable de un delito de sustracción de cosas dejadas o expuestas a su custodia y de abuso de la confianza depositada en él por razón de su cargo, y le han condenado por ese motivo a tres años de prisión.
 Pero Gabriele se ha beneficiado de varias atenuantes. Los tres jueces han tenido en cuenta a la hora de dictar su fallo que no tiene antecedentes penales, el buen servicio que había prestado anteriormente, su arrepentimiento y el hecho de que actuara erróneamente pero movido por su buena fe.
 Por todo ello, le han rebajado la pena a 18 meses de cárcel. A la espera de que el tribunal comunique cuándo se hará efectiva la pena, el ex mayordomo del Papa, seguirá en arresto domiciliario, según ha revelado su abogada, Cristiana Arru. "Es una buena sentencia", ha asegurado la defensora del ex ayuda de cámara de Benedicto XVI.
En su intervención final ante el tribunal, Paolo Gabriele se ha proclamado esta mañana inocente del cargo de robo y ha asegurado que si filtró documentos reservados de la Santa Sede fue por su profundo amor hacia la iglesia y a la Papa. "¿Se siente culpable o inocente?", le preguntaron los tres jueces antes de retirarse a meditar su sentencia. "Lo que siento con fuerza dentro de mi es la convicción de haber actuado por exclusivo amor, diría que visceral, por la Iglesia de Cristo y por su jefe visible. Lo repito: no me siento un ladrón".

 Alegato final
En su alegato final, el fiscal vaticano pidió que Gabriele fuera condenado a tres años de cárcel y que fuera inhabilitado de manera perpetua para ocupar cargos en oficinas públicas en las que pudiera tener acceso a información sensible.
En su intervención final ante el tribunal, Paolo Gabriele se ha proclamado esta mañana inocente del cargo de robo y ha asegurado que si filtró documentos reservados de la Santa Sede fue por su profundo amor hacia la iglesia y al Papa. "¿Se siente culpable o inocente?", le preguntaron los tres jueces antes de retirarse a meditar su sentencia. "Lo que siento con fuerza dentro de mí es la convicción de haber actuado por exclusivo amor, diría que visceral, por la Iglesia de Cristo y por su jefe visible. Lo repito: no me siento un ladrón".
La defensora del ex mayordomo, por su parte, declaró que Gabriele no había cometido ningún robo, ya que tenía acceso a los papeles en cuestión y permiso de sus superiores para fotocopiarlos. Porque recordemos que el único delito del que estaba acusado el ex ayuda de cámara de Benedicto XVI era de robo agravado.
Respecto a la filtración al exterior de esos papeles, la abogada ha admitido que el mayordomo no actuó correctamente. "El suyo es un acto condenable e ilícito, pero fruto del mal que creía en el Vaticano", ha destacado la abogada, recordando que Gabriele siempre ha afirmado que si filtró los documentos del Vaticano al periodista Gian Luigi Nuzzi fue por su afán de lograr que con que se hiciera 'limpieza' en la Santa Sede.
"Gabriele ha actuado por una motivación moral que espero que un día será reconocida e incluso premiada. No quería dañar a la Iglesia sino ayudarla. Se dio cuenta de que el Papa no estaba suficientemente informado sobre lo que ocurría y actuó empujado por su fe profunda y por el mal que veía", destacaba Arru.
La abogada del ex mayordomo del Papa también ha descartado que hubiera un complot o maquinación detrás de la fuga de documentos de la Santa Sede, indicando en ese sentido que el mayordomo actuó solo. También el fiscal ha descartado la existencia de cómplices.
"No han surgido pruebas de que hubiera otras personas involucradas, y el propio Gabriele ha negado tener cómplices", subrayaba el acusador del Vaticano, el fiscal Nicola Picardi, añadiendo que aunque las pericias psicológicas han revelado que el ex mayordomo del Pontífice es un "personaje altamente sugestionable" eso no demuestra que tuviera cómplices.
Los jueces no han necesitado mucho tiempo para deliberar su sentencia contra Gabriele, que como se esperaba ha sido de condena. Al fin y al cabo el hombre de durante seis años formó parte del círculo más íntimo de Benedicto XVI (léase la llamada 'familia pontificia'), que ayudaba al Papa a vestirse, que le abría la cama, que le servía las comidas y que muchos días se sentaba a su mesa había reconocido haberse llevado del despacho del Papa numerosos papeles y cartas confidenciales.
Además, y por si fuera poco, durante el registro de ocho horas llevado a cabo en su apartamento por miembros de la gendarmería del Vaticano fueron confiscadas 82 cajas de presuntas pruebas contra él, incluidos más de un millar de documentos (entre originales y fotocopias) propiedad del Papa.
Ahora se espera que 'el Cuervo', como ha sido bautizado el mayordomo, será agraciado con el indulto del Papa. Para empezar porque el perdón es algo que la Iglesia siempre ha predicado, y ahora tiene una ocasión perfecta para ponerlo en practica.
Además, Gabriele se ha mostrado arrepentido -durante el juicio se ha declarado culpable "de haber traicionado la confianza del Papa", al que asegura querer como un hijo a un padre- y hace ya meses que a través de una carta le solicitó indulgencia a Benedicto XVI. No está claro es cuándo el Pontífice mostrará su benevolencia y perdonará a su ex mayordomo, pero podría hacerlo hoy mismo.
Sin embargo, la inmensa mayoría de los expertos considera que la condena de Paolo Gabriele no cierra el Vatileaks, el escándalo de documentos que ha sacado a la luz las corrupciones y luchas internas que tienen lugar en el Vaticano.
El propio mayordomo había confesado durante un interrogatorio en la cárcel que en total eran 20 las personas implicadas en la trama, aunque durante el proceso se ha retractado y ha dicho que actuó sin cómplices y que lo único es que se sintió 'sugestionado' a airear los entresijos más sucios del Vaticano ante los comentarios y quejas de algunas personas, incluidos dos cardenales de los que ha dado nombres y apellidos: Paolo Sardi y Angelo Comastri. "Aténgase, por favor, a los cargos de los que se le acusa", le frenó en seco el presidente del tribunal vaticano que lo juzga, Giuseppe Dalla Torre.
Con la condena (y el posible posterior indulto) del mayordomo del Papa, el Vaticano seguramente dará el carpetazo definitivo al Vatileaks. A pesar de que Gabriele sólo ha sido juzgado por robo de documentos y no por los delitos más graves que se esconden detrás del Vatileaks -como por ejemplo, el de violación de la seguridad del Estado- la Santa Sede no tiene mucho interés en seguir hurgando un caso que tanto daño ha hecho a su imagen pública. Además, si Gabriele es indultado por Benedicto XVI no tendría mucho sentido que el Vaticano volviera a sentarle en el banquillo por un delito relacionado con el que ya le ha valido la gracia del Pontífice.

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