17 feb 2013

El PAN Endeudado, dividido, derrotado...


El PAN
Endeudado, dividido, derrotado.../ÁLVARO DELGADO
Revista “Proceso” No. 1894, 17 de febrero de 2013
Las finanzas provocan división en el PAN. Mientras Josefina Vázquez Mota y sus seguidores se quejaban en 2012 de la falta de apoyo económico para su campaña presidencial, hoy el presidente del PAN, Gustavo Madero, se defiende y arguye que heredó una deuda cercana a los 400 millones de pesos. El josefinista Roberto Gil Zuarth se lanza contra Madero, en tanto que Juan Molinar Horcasitas da la cara por su presidente y le pide al excoordinador de campaña escribir un libro sobre el tema. El debate intrapartidista se enciende, al tiempo que el partido se pierde en el vacío.


En toda la campaña de Josefina Vázquez Mota, de principio a fin, el reclamo de ella y de su equipo fue el mismo: No hay dinero. No lo había de empresarios, pero tampoco –reprochaban– del Partido Acción Nacional (PAN).
 Inclusive a finales de mayo de 2012, a un mes de las elecciones, la propia Vázquez Mota hizo pública la penuria de su campaña en un mitin en Chihuahua, el 26 de mayo, al que asistió Gustavo Madero, presidente del PAN.
 Ante unas 300 personas, la candidata dijo que ella no ofrecía entregar bultos de cemento, láminas de asbesto ni despensas. “No tenemos ni para publicidad, ya parece que vamos a andar repartiendo alguna otra cosa”.
 Madero tomó nota de la recriminación, pero negó escatimar recursos y hasta prometió ampliarlos sin rebasar, aclaró, el tope legal. Los 600 millones de pesos para todas las campañas, garantizó, “ya está cubierto”.
 Pero tras la derrota, que hundió a Vázquez Mota en el tercer lugar y recrudeció la guerra interna, la discusión es la misma, sólo que ahora como parte de la disputa por el PAN personalizada entre Madero y Roberto Gil Zuarth, coordinador de la campaña y su rival por la presidencia de ese partido, en 2010.
 En este nuevo episodio de ajuste de cuentas entre facciones –los que respaldan a Madero contra los fieles a Felipe Calderón– gravita un elemento adicional: la deuda que arrastra este partido desde que lo presidió Germán Martínez Cázares, de quien Gil Zuarth fue director jurídico.
Martínez contrató un crédito de 400 millones de pesos para financiar la elección federal de 2009 –que resultó en una debacle y que lo llevó a la renuncia–, el cual no sólo no ha terminado de pagarse, sino que su destino sigue bajo sospecha.
Proceso obtuvo el desglose de esos 400 millones, la mitad de los cuales se transfirió a los comités estatales y la otra estuvo bajo el control de Martínez, el vocero Juan Ignacio Zavala y el estratega electoral Jorge Manzanera. Destaca un dato: sólo en encuestas gastaron 61 millones de pesos.
La deuda ha sido un arma de Madero para acallar las críticas de Gil Zuarth, quien mantiene una ríspida confrontación con Juan Molinar Horcasitas, a quien Vázquez Mota se vio forzada a expulsar de su campaña por su responsabilidad en la muerte de 49 bebés de la guardería ABC.
En el informe que rindió ante el Consejo Nacional, el 19 de enero, Madero aseguró que cuando asumió el cargo, en diciembre de 2010, recibió una deuda de 328 millones de pesos y que al finalizar su gestión, en diciembre de este año, la terminará de pagar.
“Esta administración recibió una deuda bancaria por 328 millones de pesos. Al día de hoy esta deuda se ha reducido en 68%. Para diciembre de este año se habrá liquidado la totalidad de esta deuda contraída en la administración anterior, sin detrimento a las prerrogativas de los comités estatales, campañas locales y campañas federales.”
Pero no es cierto que se liquidará la deuda en su totalidad, porque heredará a la siguiente administración –que podría encabezar si logra reelegirse– un total de 95 millones 454 mil pesos, como reconoce también en su informe, cuya copia tiene este semanario:
“Estaremos dejando a la siguiente administración una reducción de la deuda en más de 70%, saliendo de una campaña presidencial, (de) senadores y diputados federales, en comparación con la deuda contraída en la administración anterior de 400 millones de pesos para una sola campaña de diputados federales. Es importante que aun cuando el partido tiene menos recursos, esta reducción de la deuda no ha sido en detrimento de las finanzas de los comités estatales ni de las campañas.”
El PAN no apoyó
Al margen de la deuda que heredará Madero a la siguiente administración y a los 832 millones 796 mil pesos que recibirá este año de financiamiento para sus actividades ordinarias –apenas 12 millones menos a los 849 millones de 2012–, el PAN ha arrastrado pasivos desde la gestión de Manuel Espino, antecesor de Martínez.
El pasivo heredado por Espino ascendía a 231 millones 920 mil 212 pesos, de los cuales 162 millones eran documentos por pagar a largo plazo, según el balance general del PAN al 31 de diciembre de 2007, mes en el que lo sustituyó Martínez, que puede consultarse en la página de internet de ese partido.
En ese informe de 101 cuartillas, que fue restringido a los consejeros nacionales, Madero detalló las actividades del CEN del PAN correspondientes a 2012, entre ellas el informe financiero de la campaña federal.
Madero dio a conocer que el PAN transfirió 666 millones 82 mil pesos a todas las campañas federales –incluida la presidencial–, de los cuales 88 millones fueron de apoyo extraordinario.
Y desglosó: un total de 318 millones a comités estatales; 89 millones a campañas locales; 64 millones 850 mil a senadores; 70 millones 300 mil a diputados federales; 66 millones 832 mil a la estructura electoral, y 56 millones 33 mil pesos al “Día D”.
Enseguida se refirió a la campaña de Vázquez Mota: Se le entregó un total de 328 millones 372 mil 278 pesos con 97 centavos, 48 millones más de lo que aprobó el Consejo Nacional, es decir, 18% más.
La controversia estalló cuando se conoció el informe que el PAN entregó al Instituto Federal Electoral (IFE) sobre sus gastos de la campaña de Vázquez Mota y que exhibió, también, un desbarajuste en las cifras de los recursos ejercidos.
Primero, en la carátula del informe, se dio a conocer que en la campaña presidencial se gastaron 209 millones 191 mil 126 pesos con 88 centavos. Luego, en el informe mismo, la cantidad era otra: Un total de 220 millones de pesos, no los 328 millones que Madero había dicho a los consejeros nacionales.
Y luego, en medio de la reyerta entre panistas sobre la cantidad real, un boletín del PAN ubicó la cifra en 330 millones de pesos.
Fue Gil Zuarth quien recriminó a Madero que se haya dejado a Vázquez Mota sin posibilidad de gastar otros 110 millones de pesos sin rebasar el tope de gastos establecido por el IFE en 336 millones de pesos, sobre todo en la lógica de que quien invierte más, gana más votos.
Esta crítica de quien fue coordinador de campaña se sumó a la de otros miembros del equipo, como Octavio Aguilar Valenzuela, coordinador administrativo, y Rafael Giménez, coordinador de estrategia, por la falta de recursos.
Giménez dijo al reportero: “Nos acusan de muchas cosas a Roberto y a mí, pero era una desesperación terrible no poder ejecutar nada, porque nunca teníamos un peso, nunca podíamos pedir nada, siempre era deudas a palabra, gente persiguiéndonos por todos lados con deudas estúpidas”.
–Pero el PAN transfería dinero.
–Sí, pero eran ridículos los montos. Ellos dicen que lo transferían, pero lo que hacían eran deudas antiguas todo el tiempo, siempre era para atrás. ¡Era una presión terrible!
El PAN tuvo que emitir un comunicado para desmentir “algunas versiones en el sentido de que regateó dinero a la campaña” de Vázquez Mota y culpó a los miembros del equipo de la candidata, porque ese partido “le entregó todos los recursos que solicitaron y fueron ellos a través de su unidad de administración quienes los ejercieron”.
Acusó: “El equipo de campaña de Vázquez Mota decidió los proveedores, cómo gastaban y con quién lo hacían, mientras que el partido solamente se concentró en controlar la normatividad aplicable, es decir, que los gastos justificados cumplieran con los lineamientos”.
En su comunicado, el PAN volvió a hacerse bolas con las cantidades: ya no fueron 328 millones de pesos los destinados a la campaña presidencial, como informó Madero a los consejeros, sino 2 millones más, 330 millones, “es decir, 9 millones menos que el tope de gastos”, cuando en realidad éste fue de 336 millones, no de 339.
Y desglosó: “El Consejo Nacional autorizó el pasado 22 de febrero 270 millones de pesos. Más adelante, con fecha 9 de marzo, el equipo de campaña de Josefina hizo una solicitud de ampliación por 10 millones adicionales, lo que suma 280 millones.
“Después, el presidente Madero aprobó el 5 de abril una partida extraordinaria de 50 millones de pesos, lo que da un total de 330 millones de pesos destinados a la campaña de Vázquez Mota, es decir, 9 millones menos que el tope de gastos.”
Y aclaró que en el informe entregado al IFE aparecen sólo 220 millones de pesos ejercidos, porque incluye el prorrateo.
No gasten, la orden
Pero justamente por ese prorrateo –que puede hacerse cuando un gasto beneficia a dos o más campañas– es que los josefinistas afirman que pudo haberse destinado más dinero a la campaña presidencial.
Esta restricción de gastos se sumó a la que el PAN impuso a los candidatos a diputados y senadores, que sólo podían gastar 10% del tope legal impuesto por el IFE.
En efecto, el 20 de marzo del año pasado la Tesorería Nacional del CEN del PAN emitió un conjunto de “normas complementarias” relacionadas con el financiamiento de las campañas para diputados federales y senadores, en las que estableció los topes máximos de gastos para los candidatos.

En el caso de los candidatos al Senado es claro: Mientras que el IFE aprobó como tope de gastos de campaña 1 millón 120 mil pesos por cada distrito electoral (hasta un máximo de 20 distritos por fórmula), el PAN impuso como límite de gasto a sus candidatos 110 mil pesos por distrito, es decir, 10%.
 El documento, del que Proceso tiene copia, establece: “El tope de gastos establecido por la Tesorería Nacional y que puede ejercer durante la campaña el candidato cuyo registro haya sido aprobado será de 110 millones 295 mil 295 pesos por cada distrito electoral del estado que le corresponde, hasta un máximo de 20 distritos considerando las transferencias del CEN, más 40 mil pesos de las aportaciones de militantes y simpatizantes, incluyendo las propias del candidato por distrito hasta un máximo de 20 distritos”.
 Las cifras de lo que el PAN entregó para su campaña presidencial se conocieron, parcialmente, el 5 de junio del año pasado, justamente tras el reclamo que Vázquez Mota hizo a Madero en Chihuahua.
 El equipo de campaña emitió un comunicado para informar que el presupuesto era de 280 millones de pesos, de los que se habían gastado, al 31 de mayo, 217 millones 292 mil pesos, equivalentes a 77.6% del total, y restaba un remanente de 62 millones 707 mil pesos, 22.4% del total.
 A menos de un mes de la elección, según esa información que ya no es pública –porque la página oficial de Vázquez Mota fue cancelada–, el mayor gasto ejercido fue propaganda: Un total de 151 millones 756 mil 820 pesos (54%), invertidos en espectaculares (122 millones 253 mil), artículos promocionales (25 millones), internet (3 millones 480 mil) y cine (215 mil).
 En gastos de operación, el equipo de Vázquez Mota había erogado hasta esa fecha 30 millones 255 mil pesos (10%) desglosado así: casi 19 millones en promoción del voto, casi 10 millones en eventos y 1.7 millones en giras.
 Y sólo 2 millones se destinaron a periódicos y revistas: 1 millón 959 a los primeros y 121 mil 800 a las segundas.
 Como parte del reparto de culpas, Gil Zuarth y Molinar protagonizaron un rudo diálogo por Twitter, el domingo 3 de febrero, que se inició cuando el primero criticó la conducta de la dirigencia del PAN ante el gobierno del priista Enrique Peña Nieto que, a raíz del Pacto por México, se le califica de “entreguista”.
 “Oposición de dos velocidades: hacia adentro, doble tracción; hacia afuera, en reversa”, tuiteó Gil y la respuesta vino de Molinar, considerado el “cerebro” de Madero: “Apena ver a Roberto Gil esquivando su responsabilidad en la campaña de Josefina Vázquez Mota. El PAN lo apoyó con todos sus aciertos y errores. Él culpa a otros”.
 Gil le propuso un debate público, que Molinar no aceptó, pero le insistió que al menos pudiera ser en Twitter y le restregó: “Ojalá así hicieran oposición democrática”.
 Ante el silencio de Molinar, Gil expuso que fortalece al PAN deslindar responsabilidades, porque “el debate, como la verdad, nos hace fuertes y libres”.
 Respondió Molinar: “Te propongo que seas leal al PAN al que tanto le debes y que publiques un libro sobre la campaña. Hace tiempo te lo sugerí (…) Valdrá la pena conocer tu versión sobre la campaña. Te he sugerido varias veces que lo hagas”.
 Gil se comprometió a que publicará un libro “y daré cuenta de tu diaria aportación en el cuarto de decisiones”, y remató con un enigmático mensaje: “La lealtad al partido se mide por lo que cada uno sabe callar. Verás lo discreto que soy”.



Los famosos 400 millones



Si, como dice Gil Zuarth, la lealtad al PAN “se mide por lo que cada uno sabe callar”, los panistas de la facción de Calderón han sido muy leales, por el manejo de los recursos de la campaña federal de 2009, una debacle que anunció el desastre del año pasado.

En esa elección, Martínez contrató un crédito con Banorte por 400 millones de pesos, aunque dispuso de sólo 341 millones, porque los otros 59 millones se erogaron como costo del préstamo y un primer abono de 30 millones.

Este semanario tuvo acceso al desglose de los 341 millones de pesos del crédito que ha sido motivo de acusaciones de corrupción contra quienes manejaron esos recursos, como Martínez, Zavala y Manzanera, si bien el Consejo Nacional aprobó las cuentas, en septiembre de 2011.

De los 371 millones de pesos, 160 millones –47% del total– se envió a los estados: 94 millones para los que tenían campaña local (27.76%) y transferencias para el “Día D” (19.32%).

Los otros 180 millones de pesos estuvieron bajo el control de personajes clave en el CEN panista: Germán Martínez, Juan Ignacio Zavala y Jorge Manzanera.

Sólo en encuestas, que definían Martínez y Zavala, se pagaron 61 millones 545 mil pesos y el gasto que le siguió en cantidad fue el de impresos, por 45 millones 767 mil pesos, a cargo de Manzanera, quien también dispuso de otros 22 millones para propaganda utilitaria.

Zavala, a su vez, erogó 10 millones 643 mil pesos para la producción de spots, 6 millones 640 mil para publicaciones en prensa y poco más de 4 millones para propaganda en cines y vallas. Conjuntamente con Manzanera, aplicó un presupuesto de otros 10 millones 367 mil para la difusión de la campaña en internet.

El resto de los recursos, caso 20 millones, se destinaron a cuestiones administrativas: 10 millones 386 mil a auditorías a las campañas y 9 millones 107 mil a varios, como eventos y pasajes.

El dictamen de la Comisión de Vigilancia del Consejo Nacional, presidida por Agustín Basilio, resolvió que la auditoría que se hizo a la aplicación de esos recursos fue sin observaciones.

El Consejo Nacional nombró una comisión especial que evaluó el monto a solicitar y los proyectos que se realizarían con esos recursos, integrada por Luis Mejía Guzmán, Rafael Morgan Ríos, Agustín Basilio, Gabriela Ruiz del Rincón, Juan Manuel Oliva y Heberto Neblina Vega.

De acuerdo con panistas involucrados, esta comisión aprobaba cualquier adquisición o compra superior a 299 mil pesos, y quien daba el aval también a todos los gastos era el secretario general, Rogelio Carbajal, actual representante del PAN ante el IFE.


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