12 may 2013

Gonzalo Villalobos Félix, beisbolista marginado, pero digno


Marginado, pero digno/GILBERTO VALADEZ
  • Originario de Dan Blas, El Fuerte, Sinaloa

Revista Proceso 1905, 12 de mayo de 2013:
Víctima de rencores y venganzas, Gonzalo Villalobos Félix, el jardinero que tiene la marca de hits triples en la Liga Mexicana de Beisbol, vio cómo su carrera se iba al despeñadero por afiliarse a la Asociación Nacional de Beisbolistas Profesionales, a raíz de la huelga de jugadores que en 1980 sacudió a la pelota caliente. Los jerarcas del deporte nunca le perdonaron el desacato y hasta la fecha le pasan la factura al bloquearlo para que su nombre no se incluya en el Salón de la Fama. El veterano beisbolista no lamenta su decisión y asegura que no se arrepiente de nada.
AGUASCALIENTES,    AGS.- En la historia de la Liga Mexicana de Beisbol (LMB) ninguna marca individual es más antigua que la de triples implantada por Gonzalo Villalobos Félix. Desde hace más de 30 años su registro de 132 batazos de ese calibre permanece vigente, mientras que el de más cuadrangulares ya fue superado.

Sin embargo, en esas tres décadas al llamado Rey del Triple se le escamotean reconocimientos y su nombre no aparece en el Salón de la Fama del Beisbol. La razón: su apoyo a la huelga de peloteros que cimbró al circuito en 1980.
Quien fuera jardinero central en diversas novenas y estableció su longeva marca, también vivió una época en la que prevalecía el menosprecio hacia las duras condiciones laborales de los deportistas. Además, los jugadores tenían que costearse gastos y hasta sufrir la carencia en recopilación de estadísticas.
Pese a que ya transcurrieron más de 30 años del paro laboral, los peloteros que impulsaron el movimiento continúan como apestados en la Liga Mexicana. Entre ellos figura Villalobos, quien asegura: “no me arrepiento de nada”.
 En México ninguna huelga deportiva tuvo más resonancia que la emprendida por los beisbolistas profesionales en julio de 1980, al grado que el campeonato debió suspenderse luego que jugadores de más de una decena de equipos se declararon en paro.
 Semanas antes, el 12 de mayo de 1980, Ramón Abulón Hernández, segunda base de los Diablos Rojos del México, encabezó el surgimiento de la Asociación Nacional de Beisbolistas Profesionales (Anabe) y exigió prestaciones laborales de las que el gremio carecía: un porcentaje de la venta de jugadores, seguro de vida y fondo de retiro.
 Éstas y otras reivindicaciones de la Anabe se cumplieron al paso de los años. No obstante, los peloteros líderes fueron expulsados de por vida. Entre ellos, el Rey del Triple.
 “Pagábamos por jugar”
Nacido en el poblado sinaloense de San Blas el 14 de enero de 1941, Villalobos jugó como jardinero central en los Diablos del México, los ya desaparecidos Charros de Jalisco, Broncos de Reynosa y los Rieleros de Aguascalientes. En esta plaza vivió un campeonato, alcanzó sus mejores estadísticas individuales y fijó su residencia. Una vez que dejó el profesionalismo fue contratado como manager en el Instituto Tecnológico de Aguascalientes (ITA), donde dirige entrenamientos de los seleccionados internos.
 Como pelotero en activo, su especialidad fue el hit triple: un batazo que permite recorrer –de un solo swing– las tres colchonetas que integran el diamante de beisbol: una jugada que debido a su complejidad es poco frecuente en los partidos.
 El Rey del Triple había sido campeón individual de esa categoría en la temporada de 1965 con una docena. Para mediados de 1970 ya era líder histórico en la LMB. Hasta que su carrera quedó interrumpida de manera abrupta.
 El 1 de julio de 1980, un partido de la llamada guerra civil en el antiguo Parque del Seguro Social entre los Diablos Rojos y los Tigres del México no se llevó a cabo, luego que los jugadores manifestaron su apoyo hacia Vicente Peralta, catcher de los Tigres, que fue dado de baja por el dueño del equipo, el empresario Alejo Peralta, al enterarse de que integraba la Anabe.
 Otros equipos se unieron al movimiento y el campeonato de la Liga Mexicana terminó con sólo seis de los 20 representativos originales.
 Los jugadores fueron recibidos en audiencia por el presidente José López Portillo y para el 19 de agosto del mismo año la LMB debió regirse bajo los términos de la Ley Federal del Trabajo.
 Para entonces, Villalobos integraba la plantilla de los Rieleros, con los que jugó su último partido como profesional el 1 de julio de 1980, cuando Aguascalientes perdió como visitante ante los Cachorros de León. Al día siguiente la plantilla aguascalentense se unió a la huelga, tomando desprevenida a la directiva local, que ordenó la suspensión de todos sus jugadores. Una semana después, éstos debieron entregar uniformes y recibieron un finiquito. En respuesta, los peloteros organizaron partidos de exhibición a fin de allegarse recursos.
 “Estábamos dentro de la Anabe. Nos reuníamos, hablábamos de lo que queríamos para nuestra liga, como tener seguro y una mejor prestación para comer. Muchas veces de lo que te pagaban en el equipo tenías que llevarte la mitad de la quincena para cuando ibas a jugar en gira”, recuerda Villalobos, en entrevista realizada a un costado del campo de beisbol del ITA.
 –¿Ustedes pagaban su comida? –se le pregunta.
 –Pagamos por todo casi todo el tiempo. Así lo tenían de esclavo a uno, pero como nos encantaba el juego andábamos pasando penas. Cuando jugué en Reynosa teníamos que viajar hasta Yucatán en camión y no llegábamos al hotel, sino directo al parque. Y nadie se quejaba. Había aviones, pero los dueños nunca pagaban el pasaje.
 Pese a su inicial postura y aun con varias carencias laborales, la mayoría de los beisbolistas del Aguascalientes dieron marcha atrás y prefirieron retornar a LMB, que reanudó sus competencias formales en 1981. No fue el caso de Villalobos, quien mantuvo sus convicciones y nunca volvió a ese circuito.
 “Empecé a jugar profesional cuando había ocho equipos en la Liga Mexicana; no recuerdo cuántos, y después de varios años te quitan o te borran tu trayectoria, pero la afición sabe lo que he hecho y no me apura ni me perjudica. No me arrepiento de lo que hice”, subraya.
 Recuerda que la Anabe tuvo un apoyo inicial de un sector de la prensa especializada, que los vio con simpatía. Pero al poco tiempo los comunicadores terminaron por darles la espalda.
 “Al principio muchos estaban con nosotros, como Tomás Morales, de La Afición. Primero decían: ‘hagan la asociación de beisbol’. En cuanto la hicimos, se desaparecieron. Cuando empezamos en la Anabe trajimos peloteros de Venezuela, República Dominicana y tuvimos buenos equipos”, recuerda.
 Cifra imbatible
 Los beisbolistas de la Anabe establecieron la Liga Nacional con equipos en ciudades como Gómez Palacio y Zacatecas, pero fue ahogándose, en parte, por coacciones de diversas instancias. Hacia 1983, el Abulón Hernández denunció en este semanario que el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) presionó para evitar su acceso al Distrito Federal (Proceso 335).
 Villalobos rememora que Alejo Peralta, alto comisionado de la LMB, encabezó los ataques contra de la Anabe, hasta que esta organización cerró sus puertas en 1986. “Empezaron a quitarnos los parques por medio de Peralta y así fue como nos tumbaron, pues no había dónde jugar”, afirma.
 Desde la temporada inconclusa de 1980 ningún otro pelotero ha alcanzado la cifra de 132 triples del sinaloense. El jugador en activo que más se acerca es Luis Arredondo Tiznado, jardinero de los Leones de Yucatán, quien al cierre de esta información sumaba 113 batazos. Sin embargo, ya anunció su retiro al finalizar la actual temporada.
 En cambio, otros récords de bateo que acumulaban décadas empolvándose, como el del cuadrangulares que implantó Héctor Espino –quien no se unió a la huelga de beisbolistas de 1980–, fue superado en 2001 por Nelson Barrera. También cayó la marca de carreras anotadas, reimplantada por Daniel Fernández hace algunas temporadas.
 El Rey del Triple asevera: “El récord ahí está, para que se rompa”. Expone que el número de triples que un jugador consigue por temporada literalmente pueden contarse con los dedos: “Se dan muy poquitos. Y no es el batazo, sino saber correr las bases. Había veces que podría meter jonrón de campo, pero prefería barrerme en tercera para incrementar el récord”, dice entre risas.
 Con todo y la marca, Villalobos expresa que a causa de las carencias que existían en la recopilación de estadísticas de la LMB varios de sus triples no fueron contabilizados: “Me faltan muchos (triples). Antes, en los sesenta, llegamos a jugar en plazas del sur y como no había mucha comunicación pegaba sencillos o triples y las anotaciones del partido no llegaban a la liga. Eso me lo comentaron los mismos anotadores”, asegura.
 Aunado a su liderazgo en el número de triples, el entrevistado también acapara la marca de más outs consumados entre jardineros con 4 mil 490. De paso, sumó más de 2 mil imparables en su trayectoria.
 No obstante sus controversias con altos mandos del beisbol, Villalobos acepta que en un inicio buscó una amnistía de parte de la LMB con el fin de revisar su caso y que le fuese permitido su acceso al Salón de la Fama.
 –¿Alguna vez tuvo la oportunidad de charlar con directivos?
 –Al principio sí, pero ya después no. Fui hasta las oficinas de la Liga Mexicana para ver si me perdonaban. Pero nunca me atendieron y ya no le busqué.
 Injusticia
A mediados de 2006 Villalobos, acompañado por familiares y amigos de Aguascalientes, viajó a la sede del Salón de la Fama ubicado en Monterrey para conocer una nueva postulación al recinto. Aunque fueron recibidos por directivos, no hubo respuesta concreta respecto a su futuro ingreso.
Al retirarse del deporte, el exjardinero no volvió a ingresar a un estadio profesional, aunque aclara que no es por las polémicas de la Anabe. Según sus propias palabras le disgusta ver juegos desde la tribuna y no estar en el diamante, aunque sintoniza varios partidos en medios electrónicos. No fue sino hasta el 27 de mayo de 2006 cuando pisó nuevamente un campo de la LMB. Ese día, él y sus excompañeros del equipo Rieleros disputaron un partido de exhibición con motivo del Juego de Estrellas celebrado en el parque Alberto Romo Chávez, de esta ciudad. También recibiría algunos homenajes locales y su nombre se incluyó en el salón de la fama local.
Pero el tema de la Anabe continúa causando escozor entre muchos beisbolistas retirados. Cuando se pidió la opinión de algunos exjugadores de los Rieleros en torno al veto que se le impuso a Villalobos, éstos prefirieron reservarse su opinión.
Según el portal en internet del Salón de la Fama del beisbol mexicano, cualquier candidato para ser tomado en cuenta debe haber jugado un mínimo de 10 temporadas profesionales, registrar un mínimo de cinco años de retiro y tener “méritos suficientes a juicio de los electores por sus actuaciones y récords en el beisbol profesional”.
En la página electrónica del recinto con sede en Monterrey el nombre de Villalobos figura en una lista de precandidatos, aunque su inclusión definitiva continúa pendiente.
 “El único que puede romper la marca de triples soy yo”, enfatiza Luis Arredondo durante una breve entrevista concedida antes de un partido entre Yucatán contra Aguascalientes, en el parque Romo Chávez.
 Arredondo, quien ya cuenta en sus estadísticas con la marca de bases robadas, establece que no es una obsesión superar al Rey del Triple: “ya tomé la decisión de retirarme, y aunque me faltan poco para ese récord creo que en lo profesional ya hice suficiente”.
 Para Delfino Aguilera Martínez, cronista radiofónico de partidos de beisbol en Aguascalientes, la Liga Mexicana debería hacerle justicia a uno de los peloteros con mejores aportaciones, no sólo en el diamante.
 “Indudablemente que hablar de Gonzalo Villalobos es hablar de la temporada de 1975, cuando bateó 187 imparables con los Rieleros. Un profesional dentro y fuera del terreno de juego que desgraciadamente llevó el pundonor hasta sacrificar su carrera. Es lamentable que no esté en el Salón de la Fama, aun cuando su nombre ya se empezó a ventilar.”
 Aguilera Martínez asegura que beisbolistas como Villalobos y el Abulón Hernández, quienes fueron parte integral de la Anabe, acabaron su carrera merced al movimiento de 1980, pero que sus demandas han derivado en beneficios que gozan los peloteros de la actualidad.
 “Está la semilla del movimiento de la Anabe que cimbró al beisbol mexicano. En el caso de Gonzalo, es una persona que se supo manejar después del beisbol, no porque se haya retirado, sino porque lo retiraron cuando todavía tenía mucho que ofrecer”, remata.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Hola! Debo decirles la entrada del blog es realmente bueno. Es muy informativo. Quiero mencionar una cosa que me gusta la forma en que escribe el poste al punto. Realmente aprecio y sigo escribiendo!

liga mexicana de beisbol

Anónimo dijo...

muy bueno su blog me encanto la información dada y platico en el señor Gonzalo Villalobos y dice que le faltan aun mas ya que mucha información no llegaba como la de Yucatan pero aun así son números impresionantes.

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