21 jun 2013

El papa a los nuncios: "No cedan a la burguesía y busquen candidatos a obispos que no sean "príncipes"


El papa Francisco a Nuncios: No cedan a la burguesía y busquen candidatos a obispos que no sean "príncipes".

 A cada uno de los 150 nuncios apostólicos, el Pontífice regaló una cruz de plata, como la de él.
Por humildad están obligados a usarla, y la pregunta 
¿Y que harán con la cruz de oro? ¿La mandarán fundir, y darle el dinero a los pobres?

 Francisco recibió este viernes 21 de junio - a 101 días de su papado- en audiencia a los 150 nuncios , donde advirtió que en esta vida ¨nómada¨ existe el peligro, incluso para los hombres de Iglesia, de "ceder al espíritu del mundo, que te hace actuar por la propia realización y no por la gloria de Dios, esa especie de ‘burguesía del espíritu y de la vida’, que incita a acomodarse, a buscar una vida confortable y tranquila¨.
 Tras las palabras del Cardenal Tarcisio Bertone, el líder religiosos se dirigió a los nuncios con "simples pensamientos", "palabras no formales sino provenientes de dentro del corazón", sobre algunos aspectos que calificó de existenciales sobre la labor que desempeñan los representantes pontificios.
 "Vuestra vida -dijo- es una vida de nómadas. Cada tres, cuatro años cambian de lugar, pasan de un continente a otro, de un país a otro, de una realidad de Iglesia a otra, a menudo muy diferentes; siempre con la maleta en la mano. Y esto implica la mortificación, el sacrificio de despojarse de cosas, de amigos, de relaciones y comenzar siempre desde cero. Esto no es fácil".
Francisco recordó las palabras con las que el 25 de abril de 1951, el entonces sustituto de la Secretaría de Estado, Monseñor Giovanni Battista Montini -luego Pablo VI- describió la figura de los representantes pontificios: "uno que es realmente consciente de llevar a Cristo consigo". Con esto Francisco aclaró que "los bienes, las perspectivas de este mundo terminan por decepcionar, incitan al no estar nunca satisfechos; el Señor es el bien que nunca decepciona".
 El papa dijo que en esta vida "nómada" existe el peligro, incluso para los hombres de Iglesia, de ceder a lo que él denominó reutilizando una expresión del teólogo Henri De Lubac, "mundanidad espiritual". "Ceder al espíritu del mundo, que te hace actuar por la propia realización y no por la gloria de Dios, esa especie de ‘burguesía del espíritu y de la vida’, que incita a acomodarse, a buscar una vida confortable y tranquila".
 "¡Somos pastores, y esto no tenemos que olvidarlo nunca! Ustedes, representantes pontificios, son presencia de Cristo, sois presencia sacerdotal, de pastores... ¡Hagan siempre todo con profundo amor! incluso en las relaciones con las autoridades civiles y con los colegas. Busquen siempre el bien, el bien de todos, el bien de la Iglesia y de cada persona".
 El jesuita e refirió a una de las tareas principales y más delicadas del servicio de los Nuncios, la de llevar a cabo el estudio para los nombramientos episcopales. "Estén atentos a que los candidatos sean pastores cercanos a la gente, padres y hermanos, que sean amables, pacientes y misericordiosos", dijo el Papa.
 Francisco explicó que los candidatos al episcopado deben ser sacerdotes "que amen la pobreza, tanto la interior como libertad para el Señor como la exterior que es sencillez y austeridad de vida, que no tengan una psicología de ‘príncipes’. Estén atentos a que no sean ambiciosos, a que no busquen el episcopado -volentes nolumus- y a que sean esposos de una Iglesia, sin estar constantemente buscando otra".
 "Que sean capaces de ‘cuidar’ el rebaño que les fue confiado, de tener cuidado de todo lo que les mantenga unidos; de ‘vigilarlo’, de prestar atención a los peligros que amenazan. Pero por encima de todo que sean capaces de ‘velar’ el rebaño, de cuidar la esperanza, de que haya sol y luz en los corazones, de apoyar con amor y con paciencia los planes que Dios tiene para su pueblo", concluyó.
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  • Escojan a los obispos entre los que no son ambiciosos»

Lo pidió el Papa Francisco a los nuncios de la Santa Sede, reunidos en Roma, a quienes exhortó a ser verdaderos pastores, que amen la pobreza y que no tengan la psicología de los príncipes
Comentario de Andrea Tornielli, para Vatican Insider, 21 de junio de 2013:
Los nuncios apostólicos, al evaluar a los candidatos para el episcopado, deben indicar pastores que estén cerca de la gente, que «no sean ambiciosos», que no aspiren al puesto y que no busquen continuar, una vez nombrados, para ser nombrados en una sede más importante. Lo pidió el Papa Francisco a sus representantes ante las Iglesias y gobiernos de todo el planeta, alrededor de 150, que fueron recibidos hoy por la mañana en una audiencia. Antes de despedirse de cada uno de los presentes, Bergoglio pronuncio un discurso que revela el “perfil” del obispo ideal. Palabras que, si se convierten en actos, tendrán consecuencias, ante los episodios de «carrerismo» eclesial que se han verificado en los últimos años. 
«Ustedes conocen la célebre expresión -dijo el Papa a los nuncios apostólicos- que indica un criterio fundamental en la elección de los que deben gobernar: “si sanctus est oret pro nobis, si doctus est doceat nos, si prudens est regat nos” (si es santo, que rece por nosotros, si es docto, que nos enseñe, si es prudente, que nos gobierne). En la delicada tarea de llevar a cabo investigaciones para los nombramientos episcopales -añadió-, deben estar muy atentos para que los candidatos sean pastores cercanos a la gente, padres y hermanos, que sean mansos, pacientes y misericordiosos».
Además, explicó Francisco, los candidatos al episcopado deben amar «la pobreza, interior como libertad en el Señor y también exterior como sencillez y austeridad de vida»  y no deben tener «una psicología de “Príncipes”». «Estén atentos -añadió el Pontífice a los nuncios- para que no sean ambiciosos, que no persigan el episcopado y que sean esposos de una Iglesia, sin buscar constantemente otra». Una alusión explícita a las promociones perseguidas por todos los que, apenas nombrados en una diócesis pequeña, aspiran a una más grande. El cardenal Joseph Ratzinger, que entonces era Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, también había denunciado este fenómeno.
Los candidatos al episcopado, dijo Bergoglio, deben ser «capaces de “vigilar” al rebaño que se les confiará, de cuidar todo lo que lo mantiene unido; de “velar” por él, de tener atención por los peligros que lo amenazan; pero, sobre todo, deben ser capaces de “velar” por el rebaño, de hacer vigilia, cuidar la esperanza, que haya luz y sol en los corazones, sostener con amor y paciencia los planes que Dios opera en su pueblo». 
El modelo del obispo, para Francisco, es San José, «que vela por María y Jesús, que cuida a la familia que Dios le ha encomendado y que tiene la mirada atenta con la que guía evitando los peligros. Por este motivo ls pastores siempre deben saber estar ante el rebaño para indicarle la vía, en medio del rebaño para mantenerlo unido, detrás del rebaño para evitar que alguien se quede atrás y para que el mismo rebaño adquiera, por así decirlo, el instinto para encontrar la vía».
Antes de estos consejor, relacionados con una de las tareas más delicadas y cruciales de los nuncios apostólicos, encargados de llevar a cabo averiguaciones sobre los candidatos al episcopado para presentar a la Santa Sede las famosas “ternas”, el Papa había subrayado que la vida de sus representantes «es una vida de nómadas. Cada tres o cuatro años para los colaboradores; un poco más para los nuncios, ustedes cambian puesto». Esta vida, explicó Francisco, «da el sentido del camino, que es central en la vida de fe», y exige «mortificación, el sacrificio de despojarse de cosas, amigos, vínculos y comenzar siempre de nuevo». Una condición que implica «la familiaridad con Jesucristo» como «alimento cotidiano».
 De hecho, añadió el Papa, siempre existe el peligro, «incluso para los hombres de Iglesia», de ceder a la «mundanidad espiritual», al «espíritu del mundo, que conduce a actuar para la propia realización y no para la gloria de Dios, a esa especie de “burguesía del espíritu y de la vida” que empuja a “reclinarse”, a buscar una vida cómoda y tranquila». Ceder a este espíritu «expone, sobre todo a nosotros los pastores, al ridículo; podremos recibir, tal vez, algunos aplausos, pero los mismos que parecen aprobarnos después nos criticarán a nuestras espaldas». Francisco invitó a los nuncios, tanto en la relación con las Iglesias locales como en la relación con las autoridades gubernamentales de los diferentes países, a «ser verdaderos pastores», que «tienen la mirada fija en Jesús».
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 El Secretario de Estado Vaticano, Cardenal Tarcisio Bertone, explicó en enero de 2013 que el mundo necesita sacerdotes en el servicio diplomático de la Santa Sede "con una amplia visión de la Iglesia, una Iglesia que vive en la realidad del mundo que busca guiarlo hacia Cristo".
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Mensaje a 45 futuros Nuncios: Dejen de lado ambiciones personales que dañan a la Iglesia.
El 6 de junio de 2013, Francisco les dijo a los miembros de la Pontifica Academia Eclesíastica:
"Ustedes se están preparando para un ministerio de particular compromiso, un trabajo que requiere una gran libertad interior".
"Vivan estos años de su preparación con compromiso, generosidad y grandeza de alma, para que esta libertad tome forma en ustedes. Esto significa -explicó el Papa- ser libres de proyectos personales: de esas formas concretas en las que tal vez, un día, han pensado vivir su sacerdocio, de la posibilidad de programar el futuro; de la perspectiva de permanecer mucho tiempo en su lugar de acción pastoral".
"Significa ser libres de todas las formas, incluso respecto a la cultura y a la mentalidad de la que provienen, no para olvidarla y mucho menos para renunciar a ella, sino para abrirse, en la caridad, a la comprensión de culturas diversas y al encuentro con hombres que pertenecen a mundos muy lejanos del suyo".
"Sobre todo -añadió el Pontífice- estar atentos a ser libres de ambiciones o miras personales, que tanto mal hacen a la Iglesia, teniendo cuidado de no poner en primer lugar la realización personal o el reconocimiento que puedan recibir dentro y fuera de la comunidad eclesial, sino el bien superior de la causa del Evangelio y la realización de la misión que se les asigna".
"El ministerio al cual se están preparando requiere salir de ustedes mismos, un distanciamiento de ustedes mismos que sólo se consigue mediante un intenso camino espiritual y una seria unificación de la vida en torno al misterio del amor de Dios y al inescrutable designio de su llamada".
"Podemos vivir la libertad de nuestros proyectos y de nuestra voluntad no como motivo de frustración o de vacío, sino como apertura al don desbordante de Dios que hace fecundo nuestro sacerdocio".
De esta forma Francisco les pidió cuidar mucho la vida espiritual, "que es la fuente de la libertad interior, cultivando la vida de oración y haciendo de su trabajo cotidiano un gimnasio de su santificación".
Francisco les recordó las palabras del beato Juan XXIII: "más maduro con los años y con las experiencias, reconozco que el camino más seguro para mi santificación personal y para un mayor resultado de mi servicio a la Santa Sede, sigue siendo el esfuerzo atento de reducir todo y centrarme en la verdad, justicia, caridad, sobre todo caridad. Cualquier otra forma de actuar, no es más que apariencia y búsqueda de afirmaciones personales, que rápido traicionan y se convierten en incómodas y ridículas".
Y al finalizar el encuentro, los invitó a emprender el servicio a la Santa Sede con el mismo espíritu del beato Juan XXIII, pidiéndoles que rezaran por él, los encomendó a la Virgen María y a su patrono San Antonio Abad.

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