Revista Proceso No. 1980, 11 de
octubre de 2014
El
27 de septiembre, al día siguiente de la agresión a los normalistas de
Ayotzinapa y de la desaparición forzada de compañeros suyos en Iguala, el
alcalde con licencia José Luis Abarca Velázquez –quien hoy se encuentra
prófugo– viajó a la Ciudad de México para entrevistarse con Jesús Zambrano,
quien se preparaba para dejar la presidencia del PRD.
Zambrano
se negó y le pidió al alcalde separarse del cargo, comentan a Proceso fuentes
que supieron de esa reunión. Dos días después, en una entrevista, Zambrano
corroboró el dato. Lo hizo, dijo, para facilitar la investigación sobre los
normalistas desaparecidos: “No estoy culpándolo a él, pero la policía
(municipal) actuó con una enorme irresponsabilidad, con una falta de tacto
absoluta ante los estudiantes”.
También
se la entregaron al entonces candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador
durante un acto de campaña en Iguala, antes de que se hiciera oficial la
candidatura de Abarca a la alcaldía. Según los perredistas consultados, López
Obrador les respondió que la selección de candidatos municipales no era de su
competencia.
Al
rechazo contra Abarca se sumaron IDN y FNS, pero NI lo cobijó. Díaz Bello tuvo
que conformarse con una candidatura a diputado local por el distrito 22;
Carvajal Salgado fue incluido en la planilla municipal de Iguala como primer
síndico, mientras que Jaimes Herrera optó por romper con el PRD y buscó la
alcaldía bajo el emblema del Partido Verde Ecologista de México.
El
crimen de Carvajal Salgado
El
22 de febrero de 2013 el síndico Carvajal Salgado fue asesinado a balazos en
las escaleras de la casa de su madre Naborina, hermana de Félix Salgado
Macedonio, excandidato del PRD a la gubernatura del estado.
Los
lugareños, según los perredistas consultados, señalaban a Abarca, aunque nunca
comprobaron su supuesta culpabilidad. La dirigencia del PRD se enteró del caso
pero no actuó.
En
Iguala fue NI la que cobijó a Abarca. Sebastián de la Rosa incluso lo anduvo
paseando, se los presentó a los dirigentes estatales y nacionales, así como al
gobernador Aguirre, dice uno de los perredistas. Luego se formó la Unidad
Popular, en la cual jugó un papel importante Arturo Hernández Cardona, quien
fue asesinado en mayo de 2013 junto con otros dirigentes. De acuerdo con uno de
los testigos de los atentados, Abarca fue quien le disparó a Hernández Cardona
en el rostro y en el cuerpo.
El
sábado 4 por la noche, durante el Primer Pleno Ordinario del IX Consejo
Nacional del PRD, el líder de IDN, René Bejarano, trajo a colación el asesinato
de Hernández Cardona. Horas antes comenzó a hablarse del hallazgo de las fosas
clandestinas donde supuestamente fueron enterrados los 43 normalistas
desaparecidos.
Bejarano
habló de su amistad con Hernández Cardona e hizo todo lo posible por esclarecer
el homicidio (el gobernador Aguirre lo ayudó incluso): “Se creó la fiscalía, se
hizo la coadyuvancia, se hicieron las indagatorias, las periciales, se envió el
desglose a la PGR, se tomaron muchas declaraciones, se dio protección a las
hijas y los hijos sobrevivientes de las dos parejas que tuvo en vida Arturo y
se procuró conocer y dar con los responsables”.
El
jueves 9, con la anuencia del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PRD,
encabezado ya por Carlos Navarrete, Aguirre manifestó su intención de renunciar
a su cargo por los hechos violentos en Iguala.
Acompañado
por Navarrete, el secretario general del PRD, Héctor Bautista, los integrantes
del CEN, así como de los legisladores Silvano Aureoles Conejo y Sofío Ramírez Hernández,
Aguirre expuso:
“Como
es de su conocimiento, hay voces que, en el uso de sus derechos y libertades,
han planteado mi separación del encargo de gobernador. Sin agravio alguno,
respeto su opinión. Si eso sirviera para aliviar el dolor de los familiares de
las víctimas y fuese útil para que no haya impunidad, sin duda alguna lo haría,
pero como gobernador debo obedecer a quienes democráticamente me eligieron; es
decir, las y los ciudadanos del estado de Guerrero.
“En
consideración a lo anterior, y en acuerdo con la dirigencia nacional de mi
partido, me permito informarles que al amparo y espíritu de los artículos
primero, 35 y 39 y otras disposiciones de la Constitución, el próximo lunes
presentaré al Congreso local una propuesta para que el domingo 16 de noviembre
se realice en todo el estado de Guerrero un referéndum para la revocación de
mandato, y que el pueblo decida democráticamente si debo o no continuar en el
cargo de gobernador.”
Lo
anterior, indicó, fue su “respuesta democrática” ante la masacre en Iguala.
Antes, lamentó profundamente la muerte violenta “de varias personas y otras que
se encuentran desaparecidas”.
Dos
días antes, el martes 7, en un viaje relámpago a Iguala, Navarrete pidió un
disculpa pública a los guerrerenses por no tener cuidado al elegir a sus
candidatos y postular en ese municipio a un personaje ligado al crimen
organizado. “Los perredistas –dijo– asumimos nuestro error y ofrecemos al
pueblo de Guerrero nuestras disculpas y pedimos su perdón”.
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