Revista Proceso No. 1980, 11 de
octubre de 2014
Y
la Policía Federal celebraba en España/ALEJANDRO
GUTIÉRREZ
MADRID.-
La irrefrenable ola de violencia ante la que sucumbe México –el asesinato y desaparición
de los normalistas de Ayotzinapa, Guerrero; el secuestro y homicidio del
diputado Gabriel Gómez Michel y su colaborador, en Jalisco; los nuevos
testimonios sobre el aparente fusilamiento de 22 personas a manos de militares
en Tlatlaya, Estado de México– no fue obstáculo para que el comisionado general
de la Policía Federal, Enrique Francisco Galindo Ceballos, viajara a España
para recibir una condecoración.
Y
lo hizo por todo lo alto. No viajó solo: Se hizo acompañar por el mariachi de
su corporación, Los Dragones de la Policía Federal, que tuvieron al menos dos
presentaciones en suelo español.
Con
su uniforme oficial azul marino y portando sus insignias, los
policías-mariachis mexicanos interpretaron música tradicional en Palencia, en
la celebración del Día del Cuerpo Nacional de Policía de España, y en el
Instituto de México, sede cultural de la embajada de este país.
En
la página de Facebook de la embajada de México en España se registra una
entrada fechada el viernes 3, en la cual aparece una fotografía de la recepción
que la embajadora Roberta Lajous organizó la noche del jueves 2 para celebrar
“la distinción que el gobierno de España hiciera al maestro Enrique Galindo
Ceballos, comisionado general de la Policía Federal, al otorgarle la medalla al
mérito policial en la modalidad de Plata Honorífica”.
En
la imagen aparecen además de la embajadora y el comisionado, el director
general de la Policía Nacional de España, Ignacio Cosidó, y su asesor Isidro
Zamorano. Al fondo aparecen algunos de los 11 policías-músicos que acompañaron
a Galindo.
Condecorado
Como
todos los años, cada 1 de octubre, en la celebración de la Policía Nacional
española, se imponen distinciones a los agentes más destacados de esa
corporación y de la Guardia Civil, entre otras corporaciones.
En
esta ocasión el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, también condecoró
al comisario general de la Policía Federal mexicana y al superintendente de
Seguridad Pública de Portugal, Luis Manuel Peca, en el festejo que tuvo lugar en
el parque conocido como Salón de Isabel II.
En
su mensaje, Cosidó reconoció el esfuerzo emprendido por el gobierno mexicano
para mejorar las condiciones de seguridad entre las naciones: “Estamos
ampliando el ámbito de seguridad europeo a una dimensión iberoamericana y
México, con su Policía Federal, es un país líder en ese proyecto común.
“Todo
nuestro apoyo y solidaridad en esa lucha sin cuartel que las autoridades
mexicanas libran cada día en contra del crimen organizado y el narcotráfico”,
señaló el jefe policial español, pese a que en México se vivía una ola de
violencia y acusaciones por las frecuentes violaciones a los derechos humanos
por parte de autoridades.
Galindo
agradeció el reconocimiento que, dijo, es un estímulo para los miembros de su corporación.
La
noche del 30 de septiembre Los Dragones de la Policía Federal tocaron música
mexicana en el Teatro Principal de Palencia, donde alternaron con la Orquesta
Sinfónica del Cuerpo Nacional de Policía.
También
tocaron en el Instituto Nacional de México, en la sede de la embajada mexicana,
la noche del jueves 2 durante la recepción organizada por la embajadora Lajous,
según las invitaciones que se giraron.
Este
semanario tuvo conocimiento de que la llegada del comisionado y sus músicos a
España se dio al menos desde el 26 de septiembre.
Coincidentemente,
la noche de ese 26 y la madrugada del 27 de septiembre, la Policía Municipal de
Iguala y sicarios de Guerreros Unidos balearon a los estudiantes de la Escuela
Normal Rural de Ayotzinapa.
El
resultado de esos ataques fue de seis muertos y un grupo de estudiantes que
fueron detenidos y entregados a esa célula criminal. Hasta ahora permanecen
desaparecidos 43 de ellos.
Por
la gravedad de los hechos la Comisión Interamericana de Derechos Humanos emitió
el viernes 3 una resolución en la que da un plazo de 10 días al Estado mexicano
para determinar la situación y paradero de esos estudiantes (Proceso 1979).
Antes,
el 22 de septiembre, el diputado federal priista Gabriel Gómez Michel y su
ayudante Heriberto Núñez Ramos fueron secuestrados en Tlaquepaque, Jalisco. Un
día después agentes de la Procuraduría de Justicia de Zacatecas localizaron la
camioneta del legislador cerca de Apulco, en el sureste de esa entidad.
El
vehículo estaba calcinado y en su interior se encontraron los cadáveres de los
dos secuestrados (Proceso 1978).
Por
si algo faltaba, el 19 de septiembre un portavoz del gobierno de Estados Unidos
exigió al gobierno de Enrique Peña Nieto una “explicación creíble” en torno a
la muerte de 22 personas a manos de un batallón del Ejército.
Después
de mantener silencio cerca de tres meses, el gobierno mexicano se vio obligado
a reconocer la matanza en Tlatlaya, Estado de México.
Un
reportaje de la revista Esquire, difundido de manera simultánea el 17 de
septiembre en las páginas electrónicas de ese medio y de Proceso, ofreció
nuevos testimonios que confirmaban que se trató de un fusilamiento
extrajudicial a manos de los militares en una bodega en esa población
mexiquense.
Esta
información corroboraba las interrogantes de la agencia de noticias The
Associated Press en un reportaje del 11 de julio, donde ponía en duda la
versión de la Secretaría de la Defensa Nacional, la cual informó que se había
tratado de un enfrentamiento entre militares y presuntos delincuentes.
Aún
con todo ese panorama en México, en días previos y durante su viaje
trasatlántico, Galindo Ceballos mantuvo su itinerario en España, donde en la
habitual retórica de estos actos protocolarios resaltó la “sólida relación de
intercambio de información y capacitación” entre las policías de ambos países
en materias como ciberseguridad o crimen organizado, así como el apoyo brindado
por los españoles en el proceso de creación de la Gendarmería mexicana.
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