IOR;
el papa Francisco frena la creación de un fondo de inversión
La
sede del IOR(©Afp)
(©AFP)
LA SEDE DEL IOR
Francisco
rechazó la iniciativa, impulsada por el Presidente de Franssu y aprobada por el
consejo del Instituto, de crear una “Sicav” en Luxemburgo para la gestión de
los depósitos
ANDREA
TORNIELLI
Vatican Insider, 22 de mayo de 2015
La
decisión había sido aprobada por el consejo de súperintendencia, compuesto por
los laicos del IOR. Pero fue rechazada tanto por la comisión cardenalicia de
vigilancia como por el Papa personalmente. El Instituto para las Obras de
Religión (IOR) no contará con la “Sicav” (acrónimo de Sociedad de Inversión a
Capital Variable) que el Presidente Jean-Baptiste de Franssu quería crear en
Luxemburgo. Francisco, desde el principio de su Pontificado, ha luchado contra
la tendencia del IOR de comportarse, en algunos casos, como banco de negocios.
Decisiones como estas forman parte de la reforma de las finanzas vaticanas,
para subrayar la peculiaridad del “banco vaticano” y la fidelidad al objetivo
original por el que nació.
La
sociedad de fondo de inversión “Sicav” habría servido a los mánagers del IOR
para gestir parte de los depósitos del Instituto. Se había pensado en
Luxemburgo como un espacio para actuar, pues forma parte de la Comunidad
Europea pero cuenta con un régimen fiscal privilegiado. Según lo que pudo saber
Vatican Insider, la decisión había sido asumida y formalizada por el consejo de
súperintendencia del IOR, presidido por de Franssu. Pero cuando el proyecto fue
sometido a la revisión de la comisión cardenalicia guiada por el español Santos
Abril y Castelló, se discutió al respecto y fue a dar directamente al escritorio
del Papa, que se ocupa con mucha atención de las decisiones más importantes
relacionadas con las actividades del Instituto.
La
decisión de no crear esta “Sicav” (órgano en el que el inversor asume la
calidad de socio de la sociedad garante, y las acciones pueden ser al portador)
subraya la voluntad de la Santa Sede de no querer entrar al mundo de ciertos
instrumentos de la finanza: el fondo de inversión en Luxemburgo habría podido
complicar las funciones de vigilancia.
Como
se recordará, el mismo Pontífice, al hablar con los periodistas durante el
vuelo de regreso de Río de Janeiro en julio de 2013, había indicado que existía
la posibilidad de que el trabajo de la comisión referente sobre el IOR, creada
un mes antes, pudiera incluso llevar a la clausura del mismo Instituto. La
evaluación final fue diferente. «No se puede abolir el IOR: gran parte de la
Iglesia del mundo es pobre, necesita financiamientos para construir escuelas,
hospitales, centros de asistencia, seminarios. El problema es otro, se requiere
la mayor transparencia y la mayor limpieza posibles». Son las palabras de
Guzmán Carriquiry, encargado de la vicepresidencia de la Pontificia Comisión
para América Latina, las que dieron a entender por qué no desapareció el
Instituto para las Obras de Religión. Las declaraciones de Carriquiry fueron
citadas en el libro “El banco del Papa”, escrito por el vaticanista Francesco
Peloso.
Y
todo parece indicar que seguirá existiendo el IOR. Pero sin comportarse como un
banco de negocios y sin usar ciertos (legítimos) instrumentos de la finanza.
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