10 nov 2015

Fe y generosidad, a debate/Bibiana Belsasso

Dice mi amiga Bibbiana: “Éstos son estudios serios, pero me gustaría saber qué piensan al respecto mis queridos amigos Jorge Traslosheros y Fred Álvarez, ambos reconocidos especialistas en temas religiosos“
Y le respondo en un párrafo atendiendo la invitación pública en La Razón.
¿Y quién es mi prójimo?..
La parabola..
Respondiendo Jesús, dijo: Un hombre descendía de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de ladrones, los cuales le despojaron; e hiriéndole, se fueron, dejándole medio muerto.
 Aconteció que descendió un sacerdote por aquel camino, y viéndole, pasó de largo.
 Asimismo un levita, llegando cerca de aquel lugar, y viéndole, pasó de largo.
 Pero un samaritano, que iba de camino, vino cerca de él, y viéndole, fue movido a misericordia;
 y acercándose, vendó sus heridas, echándoles aceite y vino; y poniéndole en su cabalgadura, lo llevó al mesón, y cuidó de él.
 Otro día al partir, sacó dos denarios, y los dio al mesonero, y le dijo: Cuídamele; y todo lo que gastes de más, yo te lo pagaré cuando regrese.
 ¿Quién, pues, de estos tres te parece que fue el prójimo del que cayó en manos de los ladrones?…“ Lucas 10:25-37 (versión Reina-Valera):
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Fe y generosidad, a debate/Bibiana Belsasso
La Razón, a 10 de noviembre de 2015..
 Ayer publiqué en esta columna el estudio The Negative Association between Religiousness and Children´s Altruism across the World (La asociación negativa entre la religión y los niños altruistas en el mundo). El resultado dice que entre más religiosas son las familias menos altruistas son los menores, y que además los más religiosos son los que juzgan de una manera más severa a sus compañeros.
 También pregunté a mis amigos, expertos reconocidos en temas religiosos, su punto de vista ante este estudio y esto me respondieron:
 Jorge Traslosheros
 Mi querida Bibiana:
 Acabo de leer tu columna de hoy... bien... a botepronto hago rapidísimas consideraciones basadas en lo que tú misma reportas en tu muy interesante columna.

 Cuando salen este tipo de estudios siempre hay que tomarlos con muchas reservas. Presentan, por lo común, una serie de problemas que no se toman la molestia de abordar porque no está en su interés: ¿de qué tamaño es realmente la muestra, en qué sectores sociales se aplica, qué culturas religiosas están replantadas, en cuáles de sus variantes, etc.?, ¿de qué religiones son los niños y los adultos estudiados, qué tipo de educación religiosa reciben en casa y fuera de casa, qué tipo de labor altruista les fue propuesta? Por otro lado, en términos conceptuales, ¿qué entienden por generosidad o por altruismo?, ¿todas las culturas estudiadas entienden lo mismo o es lo que un occidental entendería por altruismo?, ¿cómo se vive culturalmente en cada familia estudiada, si es que las familias fueron estudiadas?, ¿la generosidad se puede medir y, en su caso, cómo se mide? ¡Son muchos agujeros que cualquier estudio serio debería llenar, antes de proponer conclusiones!
 El resultado de estos estudios es, ciertamente, contrafactual. Quiero decir... si la gente religiosa es la menos generosa, entonces, ¿por qué las redes más grandes del mundo de ayuda a los necesitados, manejadas por la sociedad civil, son iniciativas fundadas en la fe religiosa de las personas? Quienes las manejan algún día fueron niños que profesaban una religión y, a decir del estudio, deberían haber sido poco generosos. Además, ¿cómo mides el testimonio de Teresa de Calcuta, la iniciativa de estas mujeres mexicanas llamadas Las Patronas que reparten comida a los migrantes? Para tomar un ejemplo del evangelio de este domingo: la viuda que dio sus dos moneditas fue vista por Jesús como mucho más generosa que otros que daban de limosna lo que les sobraba; entonces, ¿Jesús juzgó con dureza a los otros que también dieron dinero, sin duda, altruistamente?, ¿la viuda era inútil porque con lo que dio de limosna era imposible ayudar a los otros?
 Bibiana, podría seguir adelante con muchas preguntas que el estudio, en todo caso, tendría que haber considerado y definido, según personas, contexto y circunstancias.
¿Qué consecuencias deberíamos sacar de un estudio así? Lo mostraremos como un silogismo: la gente mala no es generosa con los demás; la gente religiosa no es generosa: por lo tanto, la gente mala es gente religiosa. Entonces... ¡debemos atacar las religiones para que exista gente buena!. Puesto de otro modo: van al estudio con la conclusión preestablecida. Lo demás es justificatorio. Como puedes ver, mi querida Bibiana, estos estudios suelen ser sensacionalistas, pero muy poco serios. Buenos para las agendas políticas; pero muy malos para hacer ciencia social seria.
Fred Álvarez
El buen samaritano es el ateo.
¡Órale!
Atendiendo la invitación pública de Bibiana…
Habría que ver la metodología de la investigación, amiga, pero le creemos… El experimento se llevó a cabo en seis países con culturas y tradiciones muy diferentes: Canadá, Estados Unidos, Jordania, Turquía, Sudáfrica y China.
Hablo del caso de México, aquí los grupos religiosos en general son generosos... Los católicos, menos que los evangélicos; basta con acudir a un servicio religioso, donde el pase de charola s de monedas, no de billetes... En cambio con los cristianos evangélicos es fácil ver los donativos que aportan en sobres; seguramente van billetes, no monedas.
 Un dato documentado es el de los católicos en el denominado Óbolo de San Pedro: mil millones de gentes aportan menos de 80 millones de dólares…: ¡nada!
 Cada año a finales de junio en solemnidad de los santos Pedro y Pablo se celebra la Jornada de la Caridad del Papa, en la que cada católico del mundo es invitado a colaborar con las obras de ayuda a favor de los más pobres, o para las ayudas de víctimas de guerras y catástrofes naturales, refugiados y emigrantes, etc. El dinero recogido se envía a Roma.
 Por cierto, con el papa Francisco han crecido las limosnas.
 Los que más aportan son los católicos ricos..., EU contribuye con un 28%, Italia con el 13%, Alemania con el 6%, España con el 4%, Francia con el 3, 6%, Irlanda con el 3.3, Brasil con el 2%, República de Corea con 1.60% y, qué crees, México no aparece en la estadística..., o sea somos codos... No hay una cultura de aportar...
 En México los que más aportan en limosnas son los pobres e indígenas guadalupanos.
 Dos puntos de vista distintos, pero no son los únicos. Estoy segura de que ustedes, queridos lectores, tienen el suyo. ¿El buen samaritano es el ateo? Ojalá me lo puedan responder.
 bibibelsasso@hotmail.com

Twitter: @bibianabelsasso

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