4 nov 2015

Vaticano se pronuncia sobre nuevos libros y supuestos escándalos financieros

Vaticano se pronuncia sobre nuevos libros y supuestos escándalos financieros
Federico Lombardi, vocero de la Santa Sede, ha señalado este miércoles 4 de noviembre en Roma que “el Vaticano está procediendo sin incertidumbres en el camino de la transparencia y de la buena administración”.
El JESUITA y director de la Oficina de Prensa, realizó estas declaraciones a través de la web de Radio Vaticano (que fueron enviadas a la prensa) con motivo de la próxima publicación de dos libros escritos por los periodistas italianos Luigi Nuzzi y Emiliano Fittipaldi; y cuyo contenido son documentos robados y conversaciones privadas grabadas entre el papa Francisco y sus colaboradores que hablarían de las finanzas de la Iglesia.
 “La publicación de dos libros que tienen como argumento instituciones y actividades económicas y financieras vaticanas es objeto de curiosidad y de comentarios difundidos”, dice Lombardi. “Una buena parte de aquello que se ha publicado es el resultado de una divulgación de noticias y documentos de por sí reservados y por tanto de una actividad ilícita que está perseguida penalmente con decisión de las autoridades vaticanas competentes”.

 Así, “la publicación de una gran cantidad de informaciones diferentes, en gran parte relacionadas con una fase de trabajo ya superada, sin la necesaria posibilidad de profundizar y evaluar de manera objetiva, parece en su lugar el resultado –por desgracia querido en buena parte- de crear la impresión contraria, donde reina una permanente confusión, y la falta de transparencia o de la búsqueda de intereses particulares o incorrectos”.
 En este sentido, recordó que “el camino de la buena administración, del buen hacer y de la transparencia continúa y procede sin incertidumbres”. “Evidentemente es esta la voluntad del Papa Francisco y no falta en el Vaticano quien trabaja para ello con plena lealtad y con todas sus fuerzas”, aseguró.
 Sobre el contenido de las obras, el vocero explicó que “se puede decir que en buena parte se trata de informaciones ya conocidas, aunque la mayoría con menos amplitud y detalle, pero sobre todo se observa que la documentación publicada es en su mayoría relativa a un notable compromiso de recoger datos e informaciones puestos en marcha por el mismo Santo Padre para desarrollar un estudio y una reflexión de reforma y mejora de la situación administrativa del Vaticano y de la Santa Sede”.
Lombardi explica que parte de las informaciones publicadas “no han sido obtenidas en origen contra la voluntad del papa o de responsables de diversas instituciones, sino generalmente de informaciones obtenidas con la colaboración de estas mismas instituciones, para contribuir al buen propósito común”.
 A su vez, recordó que una de estas dos instituciones fue la llamada COSEA, la Comisión de Estudio de las estructuras económicas y organizativas de la Santa Sede, que fue instituida por Francisco el 18 de julio de 2013.
En este sentido, indicó que “una gran cantidad de informaciones de tal género es estudiada, comprendida e interpretada con cuidado, equilibrio y atención”. “A menudo hay posibles lecturas diversas a partir de los mismos datos”, reconoció.
Uno de los temas de los que más se habla en los libros es de los bienes materiales de la Iglesia. “Bienes que en conjunto son muy grandes, tienen en realidad la finalidad de sostener en el tiempo la actividad de servicio de muchísimas gestiones de la Santa Sede o instituciones conectadas, sea en Roma, sea en las diversas partes del mundo”.
“Los orígenes de las propiedades de estos bienes son varias y están a disposición desde hace tiempo; también los instrumentos adaptados para conocer la historia y los desarrollos”.
Otro de los temas con los que polemiza el libro es el destino de los donativos recogidos cada año en el llamado Óbolo de San Pedro (donativos de los fieles en todo el mundo).
Lombardi explica que “sus tareas son varias, también según las situaciones, a juicio del Santo Padre, a quien el Óbolo es dado con confianza por los fieles para sostener su ministerio”.
“Las obras de caridad del Papa para los pobres son ciertamente una de las finalidades esenciales” y él mismo “puede evaluar las urgencias y el modo de responder a ellas, a la luz de su servicio para el bien de la Iglesia universal”.
Lombardi asegura que “el servicio del Papa abarca también la Curia romana, sus iniciativas fuera de la Diócesis de Roma, la comunicación de su magisterio para los fieles en las diversas partes del mundo también pobres o lejanas, el apoyo a las 180 representaciones diplomáticas pontificas en el mundo, que sirven a las Iglesias locales e intervienen como los agentes principales para distribuir la caridad del Papa en los diversos países, así como representantes del Papa ante los gobiernos locales”. En definitiva, “la historia del Óbolo muestra todo con claridad”.
Sobre los dos libros y las informaciones que contienen señaló que “a lo largo del tiempo estos temas regresan periódicamente, pero son siempre ocasiones de curiosidad o de polémicas”.
“Se necesitaría tener seriedad para profundizar en las situaciones y problemas específicos, en modo de saber reconocer lo mucho que es del todo justificado y normal y bien administrado” y distinguir dónde se encuentran los inconvenientes a corregir, la oscuridad a iluminar, las verdaderas malas conductas o ilegalidades que hay que eliminar”.
El vocero del Vaticano recuerda también que el camino de reformas iniciado por el Papa Francisco es un trabajo “difícil y complejo”.
Por último, aclaró que la Oficina del Promotor de Justicia del Tribunal del Estado de la Ciudad del Vaticano, con motivo de un informe de la Autoridad de Información financiera, en el mes de febrero de 2015, comenzó a investigar una serie de operaciones de compraventa de títulos y transacciones por parte de Gianpietro Nattino, presidente de la Administración del Patrimonio de la Santa Sede”, para lo que se pidió “la colaboración de las autoridades italianas y suizas”.
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Vaticasn Insider, 11/ 4/2015 
IACOPO SCARAMUZZI
Una «publicación llena de una gran cantidad de informaciones diferentes, en gran parte relacionads con una fase del trabajo que ya ha sido superada» (e impulsado, además, por el mismo Papa Francisco al principio del Pontificado), con la finalidad de crear la impresión «de un reino permanente de la confusión», no hace justicia a la reforma de la Curia que ya ha sido puesta en marcha ampliamente ni al compromiso de la Santa Sede para llegar a la transparencia. El portavoz vaticano Federico Lombardi reflexionó sobre los documentos vaticanos reservados y la fuga de noticias (“vatileaks”) que alimentaron dos libros que salen en estas horas: “Vía Crucis” de Gianluigi Nuzzi y “Avaricia” de Emiliano Fittipaldi. Las investigaciones, dijo Lombardi, prosiguen para verificar las declaraciones de los dos indagados, mons. Lucio Ángel Vallejo Balda y Francesca Chaqouqui, pero, indicó Lombardi, por el momento no hay más indagados. El Papa «siegue adelante sereno», a pesar de las dificultades.
 Después de haber insistido en que los documentos acabaron en estas dos publicaciones mediante una «actividad ilícita», que es perseguida por la justicia vaticana, «ahora nos interesa –afirmó Lombardi en su reflexión publicada por la Radio Vaticana– reflexionara más bien sobre el contenido de las divulgaciones. Se puede decir que en buena parte se trata de informaciones ya conocidas, aunque a menudo con menos amplitud y detalles, pero sobre todo hay que notar que la documentación publicada se relaciona sobre todo con un notable empeño de recopilación de datos y de informaciones puesta en marcha por el mismo Santo Padre, para hacer un estudio y una reflexión para reformar y mejorar la situación administrativa del Vaticano y de la Santa Sede. La Cosea (Comisión Referente de Estudio y Orientación sobre la Organización de las Estructuras Económico-Administrativas de la Santa Sede), de cuyo archivo proviene buena parte de la información publicada, fue, efectivamente, instituida por el Papa el 18 de julio de 2013 con este objetivo, y después fue disuelta después de que hubiera cumplido con su encargo. No se trata, pues, de información obtenida originalmente en contra de la voluntad del Papa o de los responsables de las diferentes instituciones, sino, generalmente, de información obtenida u ofrecida con la colaboración de estas mismas instituciones, para contribuir al objetivo positivo común. Naturalmente, una gran cantidad de información de este tipo debe ser estudiada, comprendida e interpretada con cuidado, equilibrio y atención. A menudo son posibles diferentes lecturas partiendo de los mismos datos».
Lombardi responde al respecto a una serie de cuestiones planteadas en los dos volúmenes, desde el «hueco» del fondo de jubilación, sobre el que, recordó, la Sala de prensa vaticana ha ya ofrecido una «lectura tranquilizadora», hasta los bienes de la Iglesia, «en relaidad destinados a sostener en el tiempo actividades de servicio vastísimas de cuya gestión se ocupan la Santa Sede o instituciones a ella conectadas», pasando por el óbolo de San Pedro, cuyos empeños son, según sus estatutos, «diferentes, incluso según las situaciones, a juicio del Santo Padre».
Con el paso del tiempo, declaró Lombardi, «estas temáticas regresan periódicamente, pero son siempre ocasión de curiosidad y de polémica. Habría que tener la seriedad para profundizar las situaciones y los problemas específicos, con tal de saber reconocer todo (bastante más de lo que se dice generalmente, y sistemáticamente callado por el género de publicaciones del que estamos hablando) lo que está completamente justificado y que ha sido bien administrado (incluido el pago de los impuestos debidos), y distinguir en dónde se encuentran los inconvenientes que deben ser corregidos, oscuridades que deben ser aclaradas, verdaderas chapuzas o ilegalidades que deben ser eliminadas. Justamente hacia este objetivo se orienta el fatigoso y complejo trabajo que comenzó por impulso del Papa con la constitución de la Cosea, que cumplió hace ya tiempo su trabajo, y con las decisiones e iniciativas que todavía deben ser desarrolladas y puestas en marcha (y que por lo menos en parte se han conseguido gracias, justamente, a recomendaciones de la misma Cosea al final de su trabajo). La reorganización de los dicasterios económicos, el nombramiento del Revisor General, el funcionamiento regular de las instituciones competentes para la vigilancia de las actividades económicas y financieras, etc…, son una realidad objetiva e incontrovertible. Una publicación llena de una gran cantidad de informaciones diferentes, en gran parte relacionadas con una fase del trabajo ya superada, sin la necesaria posibilidad de una profundización y evaluación objetiva llega el resultado (desgraciadamente en buena parte buscado) de crear la impresión contraria, de un reino permanente de la confusión, de la no-transparencia o incluso de la búsqueda de intereses particulares o incorrectos. La vía de la buena administración procede sin incertidumbres. Naturalmente esto no hace usticia de ninguna manera a la valentía ni al compromiso con los que el Papa y sus colaboradores han afrontado y siguen afrontando el desafío de una mejoría sobre el uso de los bienes temporales al servicio de los bienes espirituales. Esto, en cambio, es lo que debería ser más apreciado y animado en un correcto trabajo de información para responder adecuadamente a las expectativas del público y a las exigencias de la verdad. La vía de la buena administración, de la rectitud y de la transparencia, sigue y procede sin incertidumbres. Esta es evidentemente la voluntad de Papa Francisco y no faltan quienes en el Vaticano colaboran con plena lealtad y con todas sus fuerzas».
Lombardi confirmó también una noticia que fue dada a conocer ayer por la tarde por la agencia Reuters, en relación con el peligro de reciclaje de dinero y de “insider trading” en la Apsa (Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica): «La Oficina del Promotor de Justicia en el Tribunal del Estado de la Ciudad del Vaticano, después de un informe de la Autoridad de Información Financiera, en el mes de febrero de 2015, puso en marcha las investigaciones relacionadas con operaciones de compra-venta de títulos y de transacciones que se pueden relacionar con el señor Gianpietro Nattino. La misma Oficina pidió la colaboración de las Autoridades financieras italiana y suiza mediante cartas rogatorias enviadas por vías diplomáticas el pasado 7 de agosto de 2015».
En cuanto a las investigaciones en el Vaticano, dijo Lombardi respondiendo a los periodistas, siguen su curso las averiguaciones, para verificar las declaraciones de los dos indagados por fuga de documentos reservados. El Papa «es una persona serena, a pesar de las dificultades», continuó: «conoce muy bien la situación, sabe qué hay que hacer, cómo proceder». «Que las noticias no bellas no sean fuente de alegría es tan obvio que no merece un comunicado, pero no quiere decir que esté desconsolado, sigue adelante muy sereno». Y es «absolutamente surreal», declaró, pensar que el Vaticano decide qué hacer, en relación con la reforma económica y administrativa, con base en «los libros de Nuzzi o Fittipaldi».

Fuente: ACI

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