Decisiva batalla en Irak para arrebatarle una ciudad al ISIS

Clarin.com, 24/05/16

Decisiva batalla en Irak para arrebatarle una ciudad al ISIS

Las fuerzas iraquíes, con apoyo de Estados Unidos, iniciaron una crucial batalla para arrebatarle el control de la ciudad de Fallujah a los yihadistas del ISIS, lo que implicaría un giro decisivo en la lucha contra los extremistas.

La reconquista de este emblemático baluarte terrorista, ubicado a apenas 50 km de Bagdad y en un lugar militar estratégico, parece inevitable dada la serie de reveses que viene sufriendo el ISIS en los últimos meses.

La ciudad está rodeada. Las fuerzas gubernamentales tomaron Garma, uno de las últimas localidades que permiten a Fallujah mantener un contacto con el exterior. “Las fuerzas federales avanzaron por la mañana temprano hacia el este de Fallujah desde tres direcciones”, contó el teniente general iraquí Read Shakir Jawdat.

En forma previa al avance de las tropas, los aviones iraquíes y de la coalición internacional liderada por Estados Unidos bombardearon durante varios días las bases defensivas de los extremistas en los alrededores de la ciudad.

Se espera que a medida que las tropas iraquíes penetren en la ciudad crezcan los combates urbanos, lo que despierta preocupación por los miles de civiles atrapados allí. El Consejo de Noruega para los Refugiados (NRC) estimó que aún hay 50.000 habitantes en Falluyah, y urgió a hacer lo posible para ayudarlos. “Las familias que en los últimos meses padecieron privaciones alimentarias y sanitarias ahora corren el riesgo de verse atrapadas entre dos fuegos. Es absolutamente vital garantizarles vías seguras para salir de allí”, afirmó el director de NRC, Nasr Muflahi.

Después de bloquear la ciudad, el Ejército pidió públicamente que los habitantes abandonen el lugar inmediatamente. Anunció que establecería corredores humanitarios para permitir su salida. Pero solamente 80 familias lograron huir en las horas previas al inicio de la ofensiva. Lo que sucede es que los yihadistas del ISIS amenazan a todos aquellos que quieran escapar.

“Dáesh (denominación en árabe del ISIS) impuso el toque de queda, que impide a la gente salir a la calle. Algunos están autorizadas a permanecer sólo ante sus puertas”, contó un habitante. “El número de miembros de Dáesh es menor y se los ve en grupos de dos o tres. No sabemos a dónde se han ido los otros”, agregó.

Aún se ignora cuál será la estrategia del ISIS para defender Fallujah, una localidad con alta carga en la mitología yihadista desde 2004, cuando las tropas estadounidenses que habían derrocado al dictador Sadam Hussein sufrieron allí algunos de sus peores reveses.

De acuerdo a fuentes del Pentágono, desde que en agosto de 2014 comenzó la ofensiva de la coalición internacional contra el ISIS, los fundamentalistas perdieron cerca del 40% de los 88.000 km cuadrados del territorio que controlaban entre Siria e Irak. Se cree que los bombardeos y los combates eliminaron a cerca de 10.000 combatientes extremistas, y a 20 de sus principales líderes.

Esta situación hizo cambiar la estrategia de los extremistas, que reforzaron los atentados indiscriminados contra lugares populares como mercados, restaurantes, bares y mezquitas. Durante la semana pasada, en la capital iraquí, Bagdad, hubo una abrumadora ola de atentados suicidas que dejaron más de 200 muertos.

En lugar de sembrar el temor, los ataques parecieron avivar el descontento de la población hacia la conducción política. Cientos de personas vienen manifestando en Bagdad en reclamo de seguridad y de una reforma del gobierno.

`El otro miedo que sobrevuela la avanzada sobre Fallujah es que se repitan las mismas violaciones a los derechos humanos y los abusos que cometieron las milicias shiítas, aliadas al gobierno iraquí, al entrar y recuperar Ramadi, una ciudad de mayoría sunnita y con una historia de confrontación con el poder central en Bagdad.

Hay que tener en cuenta que tanto Fallujah como Ramadi cayeron en manos del ISIS con relativa facilidad, principalmente porque contaron con el apoyo de milicias sunnitas locales, que hacía tiempo repudiaban la mano dura de las fuerzas iraquíes y la indiferencia política de Bagdad.

Por eso, cuando el Ejército tomó el control de Ramadi junto a la milicias shiítas aliadas –entrenadas y apoyadas por oficiales de élite de la principal potencia regional shiíta, Irán–, lanzaron una campaña masiva de represalias contra civiles sospechosos de simpatizar con el ISIS, según denunció más tarde la ONU.

Desde entonces, Bagdad redujo el protagonismo público de estas milicias shiítas. Lise Grande, número dos de la Misión de la ONU en Irak, esto se está modificando. “El ejército está cambiando la forma de actuar”, dijo