4 jul 2018

Las columnas políticas hoy, 4 de julio de 2018.

Varios partidos podrían perder el registro..../ ¿Será?
El quid es una interpretación de la ley....el fantasma acecha...
Varios partidos podrían perder el registro..../: PRD, PVEM yMC, (además del PES y Nueva Alianza que no alcanzan el 3% en ninguno de los casos, hasta hoy)..
@fredalvarez

Seis de los nueve partidos políticos no alcanzan el 3% de la votación en la elección para Presidente de la República..:
https://p2018.ine.mx/#/presidencia/nacional/1/1/1/2 …
Esta texto es una idea, interpretación de carios amigos, empezando por Alfonso León, Matus, Mario Lasso, y Adelaido López...
Cuando la Constitución dice que los partidos pueden perder su registro cuando estos en la votación no alcancen el 3% , utiliza la expresión “cualquiera de las elecciones” o “alguna de las elecciones”, especificando que puede ser dicha elección, la de presidente o de diputados o la de senadores..

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.Las columnas políticas hoy, 4 de julio de 2018...
Bajo Reserva El Universal
Los firmes en el gabinete de AMLO
Van y vienen versiones al interior del equipo de Andrés Manuel López Obrador sobre la integración de su futuro gabinete presidencial. Ya se habla, nos comentan, de cambios y todavía no inicia la administración federal del próximo presidente. ¿Cuál es la razón para tanto alboroto? Nos explican que varios políticos y personajes que ocuparán un puesto en el gobierno de AMLO también han obtenido un escaño o curul por la vía plurinominal en el Congreso. Don Andrés Manuel, nos dicen, les propondrá elegir el puesto que quieran. Pero nos aseguran que los únicos seguros en el gabinete son Carlos Urzúa, en Hacienda, y Olga Sánchez Cordero, en Gobernación. Por ahí va la cosa…
(http://www.eluniversal.com.mx/columna/roberto-rock-l/nacion/esta-dama-es-una-guerrera
Olga Sánchez Cordero, como peje en el agua


Y por cierto, nos dicen que la ministra en retiro Olga Sánchez Cordero se mueve como peje en el agua. Aunque algunos
malquerientes buscaron sembrar dudas sobre su llegada a la Secretaría de Gobernación, nos comentan que ayer tuvo su primer encuentro con el actual titular del despacho en Bucareli. Nos relatan que doña Olga se encontró con un muy amistoso Alfonso Navarrete, viejo conocido suyo. Añaden que también comenzó a tejer los hilos de las relaciones con los otros poderes y con varios de los gobernadores del país. De inmediato, nos confirman, contactó al presidente de la Corte, Luis María Aguilar, para limar asperezas luego de todo lo que se dijo en campaña. Aunque pocos lo recuerdan, en esta Corte trabaja otro ministro que, al igual que Sánchez Cordero, defendió como magistrado al entonces jefe de gobierno Andrés Manuel López Obrador, del desafuero. Se trata del ministro Alberto Pérez Dayán, quien es uno de los candidatos a ocupar la presidencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que entrará en funciones en enero de 2019. Se recuerda que como magistrado don Alberto votó en contra del desafuero, pero en ese momento perdió y quedó en minoría en el Tribunal Colegiado en el que estaba.
Anaya y su pleito con Peña Nieto
Nos cuentan que en el cuarto de guerra de la coalición que postuló a Ricardo Anaya a la Presidencia hubo al menos una voz que una y otra vez atizó y le calentó la cabeza, de por sí caliente, al panista para acusar al presidente Enrique Peña Nieto de perseguirlo con el tema de los señalamientos de un presunto lavado de dinero. Incluso, voces del PRD relatan que otros más cautos le insistían a Anaya que dejara por la paz ese discurso. Pero no. Hasta el final y minutos antes de salir a reconocer el triunfo de Andrés Manuel López Obrador escuchó a esa voz y en su discurso arremetió de nuevo contra Peña Nieto. No entendió nunca, quien lo aconsejó del choque frontal con Peña, que esa confrontación le hizo mal a él y al PRD, dijeron con una mano en la frente algunos líderes del sol azteca.
Los votos de Margarita Zavala
Pese a que Margarita Zavala declinó a su aspiración como candidata independiente a la Presidencia de la República y lo anunció a 45 días de la jornada electoral, la ex panista obtuvo el pasado domingo 64 mil 643 votos. Nos informan que doña Margarita alcanzó 0.1418% de la votación y eso que los consejeros del Instituto Nacional Electoral determinaron que sus votos serían anulados. Personas cercanas a Zavala nos dicen que perciben que esos más de 64 mil votos se dieron porque a pesar de que ella dejó en libertad a sus seguidores de votar por el candidato presidencial que quisieran, simplemente no encontraron ninguna otra opción en los cuatro que finalizaron la contienda del primero de julio.#
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Anaya, ¿de nuevo a la dirigencia del PAN?
Confidencial/ElFinanciero
Al parecer quien ya alista su regreso a la dirigencia del PAN es Ricardo Anaya, pues de acuerdo con el presidente de Acción Nacional, Damián Zepeda, no hay ninguna ley que se lo impida y sólo sería cuestión que él lo decidiera, pues tiene derecho a ello. Por lo pronto, el mismo dirigente panista ya adelantó que en el proceso interno que habrá que darse en los próximos seis meses, Anaya contaría con su voto, pues “es una magnífica persona, fue un muy buen dirigente, un gran candidato”.
AMLO y la seguridad en su entorno
López Obrador se mantiene reacio a aceptar seguridad del Estado Mayor, aun cuando sea presidente en funciones. Pero más allá del riesgo en que pudiera estar el futuro jefe del Ejecutivo, comienzan a surgir “inconvenientes” por la falta de una guardia que controle su entorno. Tres detalles detonaron una alerta de vulnerabilidad. Primero, el conductor de un auto rojo le cerró el paso al Jetta de AMLO… sólo para saludarlo. Luego, como los reporteros viales podían acercarse a chacalearlo en cada semáforo, un camarógrafo hasta se cayó de la moto. Y para rematar, el propio Andrés Manuel confesó que fotógrafos y camarógrafos ya le han propinado algunos golpes en la cabeza con sus equipos. Y pidió que “no me apachurren”.
Fallan filtros de candidatos
Algo está fallando en los filtros de los partidos y en la propia autoridad electoral, pues comienzan a surgir casos de personajes ligados al crimen o comprobadamente involucrados con el hampa que –ahora resulta– ganan elecciones. Primero fue Alfonso Miranda, tío del líder de 'Los Rojos', quien ganó la alcaldía de Amacuzac… desde la cárcel. Y ahora, en Puebla, José Alejandro Martínez Fuentes, del partido local Pacto Social de Integración, se alzó con la victoria en las urnas para la alcaldía de Quecholac, pese a que su hermano es el líder huachicolero 'El Toñín'. ¿Quién revisa las candidaturas?
Morenistas calientan Puebla
En Puebla, de las acusaciones de trampa pasaron a los golpes. Militantes del PAN y de Morena se liaron a puñetazos cuando los morenistas acusaron que los azules habían instalado, en el Hotel MM, un centro de operación del fraude con “paquetes electorales clonados y totalmente alterados” para favorecer a su candidata a la gubernatura, Martha Erika Alonso. Irrumpieron en el lugar y no se comprobó el hecho, pero llegaron a los puños. Hasta al delegado de la FEPADE le llovieron los golpes e insultos. El zafarrancho dejó varios heridos y algunos detenidos.
Sobre el muerto las coronas...
Tras la debacle monumental del PRD en las elecciones del domingo, las 'tribus' que siempre se opusieron a la alianza con el PAN comenzaron a querer cobrar factura. Vladimir Aguilar, dirigente de Foro Nuevo Sol, y Alejandro Sánchez Camacho, líder de IDN, aseguraron que Manuel Granados, presidente nacional de ese partido, y Alejandra Barrales, artífice del pacto con el blanquiazul, deben rendir cuentas y dejar al sol azteca. De paso, arremetieron contra los líderes de 'Los Chuchos', de ADN y de Vanguardia Progresista. Reinicia la guerra fratricida.
Calma en el PAN, que precede a la tormenta
En el Comité Ejecutivo Nacional del PAN siguen sin saber cuándo iniciará la etapa de reflexión, autocrítica y reconstrucción después del resultado electoral del domingo. Nos comentan que se respira una tensa calma en las instalaciones partidistas, donde sólo se ve a los liderazgos hablar de los triunfos obtenidos y la necesidad de defender aquellas entidades donde el resultado podría ser impugnado, como en el caso de Puebla. Pero nada se habla de la derrota en la contienda presidencial y mucho menos de buscar responsables.
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TRASCENDIÓ/Milenio
Que el jefe de Gobierno de Ciudad de México, José Ramón Amieva, no quiere tener problemas con quien será su sucesora y por eso ya prepara todas las cajas, sobre todo las que tienen que ver con las finanzas, para que el 5 de diciembre, cuando llegue Claudia Sheinbaum, no solo sepa dónde está el dinero para cerrar el año, sino que pueda empezar bien 2019 con un colchoncito.
Más allá de que aseguró que no habrá año de Hidalgo, quiere evitar que se repita aquella frase de que “solo nos dejaron un ventilador”.
Que la dirigencia de la Coparmex, encabezada por Gustavo de Hoyos, adelantó anoche en MILENIO Televisión una agenda de cuatro puntos mínimos para el encuentro de hoy con el virtual presidente electo, Andrés Manuel López Obrador.
Los empresarios plantearán como prioridad la preservación de la estabilidad; una nueva cultural salarial y combate a toda informalidad; la promoción de un consejo fiscal independiente, rechazado por el gobierno actual, necesario como autoridad en gasto, presupuesto e inversión, así como la definición sobre el nuevo fiscal general.
Que quien no podía faltar en los mensajes de felicitación a AMLO fue el ex astro del futbol Diego Armando Maradona, que se dio tiempo para hablar de política en su programa De la mano del 10, por Telesur, después de pasar días difíciles en Rusia, donde hizo oso y medio en estado improbablemente conveniente durante los partidos de la ya eliminada selección de Argentina.
Ya recuperadón de sus ajetreadas jornadas, dijo que pese a la derrota del Tri en el Mundial, los mexicanos ya le dieron una alegría a América Latina con el triunfo de López Obrador, quien “a ver cómo se las arregla con Donald Trump”, y se apuntó con la primera persona del plural: “Seguimos ganando terreno”.
Que el notario público Alfredo Morán Moguel y el pastor Abner López, de la Iglesia presbiteriana, son los líderes evangélicos que ayudarán a Andrés Manuel López Obrador a reunirse con la dirigencia de ese culto.
Durante la campaña presidencial del tabasqueño sostuvieron reuniones con la ex ministra Olga Sánchez Cordero, perfilada para ser la próxima secretaria de Gobernación.
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Templo Mayor/Reforma
HOY HABRÁ reunión cumbre en la sede nacional del PRI y más que una comida de camaradas, seguramente aquello parecerá un velorio. Favor de no mandar coronas.
CONVOCADOS por el presidente del partido, René Juárez, acudirán los actuales gobernadores tricolores, los coordinadores tanto de diputados como de senadores y una decena de integrantes del CEN priista.
ES CLARO que tras la aplastante derrota sufrida el domingo, las cosas en el PRI no se van a resolver en una sentada (y quién sabe si, en realidad, puedan resolverse nunca). Pero como la vida sigue, Juárez intentará recoger los pedacitos de lo que queda del partidazo.
DICEN QUE uno de los temas a tratar será la designación de los próximos coordinadores parlamentarios, que tendrán a su cargo las bancadas más raquíticas que jamás haya tenido el PRI.
ZARANDEADOS por la "ola Morena", varios gobernadores quedarán en el peor de los mundos posibles: siendo oposición en su propio reino.
COMO señores feudales que se quedaron encerrados en su castillo, así estarán la gran mayoría de los mandatarios estatales pues se quedaron sin operadores políticos tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado; ¡ni en sus respectivos Congresos!
Y ESO no es todo: estarán rodeados por presidentes municipales ajenos a su partido y a su proyecto. Y para colmo prácticamente ninguno tiene relación con quien será el Presidente de la República.
EN EL SEXENIO de Vicente Fox, los gobernadores se liberaron del yugo presidencial, luego se convirtieron en virreyes con Felipe Calderón; y terminaron como caciques todopoderosos con Enrique Peña. Hoy tienen un fuerte desafío enfrente.
HABRÁ que ver el papel que toma la Conago ante el nuevo gobierno, aunque su actual presidente, Manuel Velasco, se supone que es verde pero últimamente anda muy morenazo.
¿ALGUIEN sabe dónde se metió la siempre rijosa y escandalosa CNTE? Apenas ganó Andrés Manuel López Obrador la Presidencia y, ¡alakazam!, por arte de magia desaparecieron las protestas.
RESULTA CURIOSO que los maestros disidentes, así de pronto, se hayan olvidado de sus exigencias en contra de la reforma educativa y la devolución de sus viejas prebendas.
¿SERÁ QUE decidieron tomarse unas vacaciones ahora que acabó el ciclo escolar con el que no cumplieron? ¿O será que están muy confiados en que el próximo gobierno les va a cumplir tooodos sus caprichos? Es pregunta de examen.
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UNA TRANSICIÓN PACÍFICA /Editorial El Universal
El país tiene retos muy complejos por delante: escaso crecimiento económico, estructuras en las que prevalecen la inseguridad, la corrupción, la violación de derechos humanos, entre muchos otros. Por ello, requiere que el trabajo de las instituciones no se detenga, que las políticas públicas diseñadas para atacarlos se desarrollen adecuadamente. En resumen, más allá del cambio de gobierno, se necesita de la amplia cooperación de la administración saliente y del equipo de transición que concluirá en la llegada de un nuevo gobierno federal.
Hasta ahora, las señales emitidas por el gobierno de Enrique Peña Nieto y el candidato ganador de la elección presidencial, Andrés Manuel López Obrador, son positivas. El ánimo reinante en la primera reunión que sostuvieron ambos en Palacio Nacional fue de concordia, además de que en el discurso, en las actitudes, han prevalecido los llamados a la unidad y a anteponer al país por encima de los intereses particulares.
A diferencia de lo que ocurrió en las campañas presidenciales, el inicio de la transición remarca la civilidad democrática de sus protagonistas. Durante el proceso electoral, las acusaciones entre candidatos y los señalamientos hacia el gobierno federal generaron en el espacio público un clima de tensión propio de la lucha por el poder, sin embargo no estaba claro cómo se terminaría con un ambiente tan negativo.
Los primeros indicios del proceso de transición tienen más que ver con la serenidad, con la buena voluntad, que con la confrontación. Son características que se han mantenido desde que comenzó la alternancia en el poder en nuestro país, hace 18 años. Cuando la institucionalidad está fuera de duda, cuando el país está por encima de los intereses de grupo, es posible transitar de un gobierno a otro de manera armónica, como ha sucedido en el pasado y como ocurre actualmente.
A nivel federal se ha conseguido estabilidad en los procesos de transición, un atributo que debe replicarse a nivel estatal y municipal. Es necesario que los cimientos de la democracia tengan solidez en todos los niveles de gobierno, que en cualquier parte del país se transite de un gobierno a otro en los mejores términos para beneficio de las instituciones y de la ciudadanía.
No se puede perder tiempo. Los grandes problemas públicos, comunes, siguen ahí. Las necesidades más apremiantes de la sociedad no han desaparecido, por lo que el encuentro y el diálogo entre el gobierno saliente y los ganadores de la elección deben darse en un contexto cooperativo para que, en última instancia, se beneficie al país. Que este ánimo se mantenga durante lo que resta de la transición y la democracia mexicana resultará aún más fortalecida.
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FRENTES POLÍTICOS/Excelsior..
I.Señales. Lo primordial en la transición es que el país no sufra sacudidas de ningún tipo. Y eso, al menos en el sector económico, se va garantizando. Los destellos de confiabilidad que ha dado Andrés Manuel López Obrador en los dos días posteriores a su virtual triunfo para la Presidencia de México hablan de un futuro sólido. Dijo en su discurso que respetará la autonomía del Banco de México y ayer informó que los equipos negociadores del Tratado de Libre Comercio para América del Norte seguirán, porque “me han dicho que lo están haciendo bien”. El espaldarazo a Luis Videgaray, el canciller, bien ganado. La decisión brinda confianza al sector financiero. Gran señal.
II.Agradecimiento. José Ramón López Beltrán, hijo mayor del virtual Presidente electo, agradeció a los ciudadanos por la jornada electoral. “Por todo ese entusiasmo, toda esa alegría, toda esta voluntad que tuvieron para ser parte de los comicios. Le debemos todo a esta gente noble, libre, consciente, que, de forma unida y organizada, salió a participar para lograr un cambio”. Pero lo importante es que no aspira a ningún cargo público. “No, no, no. Yo no voy a trabajar en el gobierno, yo voy a trabajar en otra cosa, el tiempo lo decidirá”, afirmó. Tiene ganas, como miles de mexicanos, de cambiar a este país. Ha hecho lo suyo. Fue parte de quienes organizaron el triunfo que, fácil, no fue.
III.Trascendencia. Con acelerador a fondo, el equipo de Andrés Manuel López Obrador afina todos los detalles y, en apenas horas, ya se dio uno de los encuentros más importantes en la vida política moderna, la reunión entre Enrique Peña Nieto, primer mandatario de la nación, y el Presidente electo. Peña refrendó a López Obrador la disposición del gobierno de la República de brindarle el apoyo que requiera para preparar el inicio de la próxima administración federal. Dialogaron sobre el proceso de transición entre las dos administraciones, a desarrollarse durante los próximos meses. El presidente Peña designará a un equipo que trabajará con sus contrapartes, ya nombradas por López Obrador. Las reuniones serán periódicas y será una transición “ordenada, detallada y transparente. Aquellos temas de carácter transexenal que lo requieran, serán atendidos de manera coordinada”, informó un comunicado de Los Pinos. Como lo dijo a finales de campaña: “Este arroz, ya se coció”.
IV.Día productivo. En sus oficinas de la colonia Roma, Andrés Manuel López Obrador recibió a Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, de quien, aseguró, es precursor, junto con otros dirigentes políticos, del movimiento democrático que llevará a cabo la cuarta transformación de México. No ventilaron si será parte de la nueva administración, pero contar con el apoyo de este icono de la izquierda en México suma al proyecto. Cárdenas confirmó que estará acompañando los planes de López Obrador y están listos para arrancarlos. El pasado 20 de junio, a 11 días de los comicios presidenciales, López Obrador y Cuauhtémoc Cárdenas se reunieron para desayunar juntos. Al ingeniero lo que se le da es la funcionalidad. Es práctico. “Hay que aprovechar la unión, pero saber para qué, porque, si no, el estar juntos como muéganos no sirve para nada”, comentó semanas atrás. La reconstrucción emocional está en marcha. La democracia fluye.
V.Perdidos. Diego Sinhué Rodríguez, de la coalición Por Guanajuato al Frente (PAN-PRD-MC), es el virtual vencedor en los comicios. Mucho trabajo tendrá, pues debe revertir la tendencia a la baja que en muchos rubros le heredará el actual mandatario, Miguel Márquez Márquez. Tan sólo ayer, un enfrentamiento entre hombres armados en Jerécuaro dejó un saldo de cinco personas muertas, entre ellas tres oficiales de las Fuerzas de Seguridad Pública del Estado, quienes arribaron al sitio para detener el tiroteo. En el enfrentamiento también murieron dos civiles. Es tal la violencia que sacude a Guanajuato, que los crímenes de un solo mes, enero de 2018, suman el mismo número que los de todos los meses del año 2000. Los responsables huyeron hacia el municipio de Coroneo, los del tiroteo, porque los de combatir la inseguridad, esos responsables aún siguen en la casa de gobierno.
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KIOSKO (Corresponsales de El Universal
D’Alessio tiene llamado a escenario… político
Quien, nos señalan, para nada tiene ánimo perdedor, es el joven actor y conductor Ernesto Vargas Contreras, mejor conocido Ernesto D’Alessio, quien sin tener experiencia en los escenarios electorales, se quedó con un papel protagónico: una diputación federal por el Distrito 8 con cabecera en Ciudad Guadalupe, Nuevo León. Su victoria, por la coalición Juntos Haremos Historia, encabezada por Morena, nos confían, fue vista con recelo por más de uno, al considerar que ganó la contienda producto del fenómeno electoral en el que se convirtió el aspirante presidencial Andrés Manuel López Obrador, que le permitió además a la coalición ganar seis de los 12 distritos federales de la entidad. Nos dicen que ahora los ciudadanos se preguntan si el hijo de la cantante Lupita D’Alessio hará el mejor papel de su vida o de plano será un talento de televisión más, porque al parecer ni casting hizo para ser puesto en la boleta.
Aureoles aplica el avestruz
Quien, nos comentan, no ha salido a hablar ni de lo que le conviene, es el gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles (PRD), pues tal parece que la derrota de su gallo presidencial, José Antonio Meade, y el triunfo de Andrés Manuel López Obrador lo dejaron mudo. Según nos platican, tras la jornada electoral del pasado domingo, don Silvano no ha querido hablar en público de ese tema y se mantiene enclaustrado entre las paredes de la Casa de Gobierno porque las cosas no le salieron como las esperaba. Ahora, nos dicen, el góber tiene dos trabajos más: ver qué ocurre con su proceso de expulsión del PRD y limar asperezas o de plano declararle la guerra al próximo Presidente. ¿Qué hará?
PRI yucateco, en tensión por malos resultados
Mientras tanto, donde, nos platican, la tensión se siente más que nunca, es al interior de las filas del tricolor yucateco, pues además de haber perdido la gubernatura, según las tendencias hasta ahora presentadas por el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana (IEPAC), también está “literalmente en un hilo” la posibilidad de que los priístas obtengan la mayoría simple en la próxima Legislatura del estado, pues al parecer perdieron seis de los siete distritos electorales en la ciudad de Mérida. Nos confían que aunque aún no hay cifras oficiales, todo indica que la derrota tricolor tendría que ver con la pésima votación que obtuvo el partido en Mérida, donde postuló a candidatos muy cercanos al gobernador saliente Rolando Zapata (PRI), incluido el ex titular de la Secretaría de Educación, Víctor Caballero Durán. ¡Ups!
En MC, contentos por la suerte de Kumamoto
Nos cuentan, desde Jalisco, que los “estrategas” electorales de MC están contentos porque las huestes de Pedro Kumamoto no triunfaron y ahora, en redes sociales hasta lamentan que el fenómeno de los independientes no llegará al Senado. Ejemplo de lo anterior, nos señalan, es Carlos Delgado, alias El Weren, encargado de comunicación estratégica del virtual gobernador Enrique Alfaro, quien asegura que a don Pedro le falló la estrategia al pensar que MC era su enemigo y no ver el crecimiento de Morena. No obstante, nos dicen, lo que don Carlos olvidó mencionar es que su partido concentró esfuerzos en tratar de hacer ver al joven político como un títere de cuanto poder fáctico existe en Jalisco.
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PASTORES CARÍSIMOS /Pepe Grillo
La Crónica
Del resultado de las elecciones del domingo pasado, hay un dato que llama la atención: la pródiga cosecha de posiciones en el Congreso del Partido Encuentro Social.
A pesar de que está en riesgo de perder el registro, gracias a que se colgó de la coalición de Morena podría tener una recompensa desproporcionada.
El cálculo es que el PES tenga en San Lázaro una bancada de 56 curules, superando, entre otros, al PRI,  además de siete senadores.
El dirigente del partido, Eric Flores, un pastor de la Iglesia Pentecostal, (Sic, no es ministro de culto....¿Y si lo fuera?)  hizo, sin duda, el negocio político de su vida.
En contraste, los dirigentes de Morena tienen que reconocer que sus aliados les salieron carísimos: ganaron pocos votos y se van con las manos llenas.
La revancha de Corral
Javier Corral perdió contra Ricardo Anaya en la pasada elección interna para presidente del PAN.
El chico maravilla lo hizo ver mal en los debates. Lo venció para emprender, en ese mismo momento, su camino a la candidatura presidencial.
Después de lo ocurrido el domingo pasado, el PAN ya comenzó una revisión que podría terminar, dicen, en ajustes de cuentas.
El gobernador de Chihuahua ya levantó la mano: pidió al partido emprender una reforma profunda no cambios cosméticos.
Acaso Corral, que pasa más tiempo en el Altiplano que en Chihuahua, está dispuesto a ser el nuevo inquilino de la oficina principal del bunker de avenida Coyoacán, y de paso tomar revancha de Anaya.
Una Secretaría libre
Alfonso Durazo, como todo sonorense-colosista, quiere ser gobernador del estado.
Si se va al Senado, se perfilaría para esa posición. No así si opta por una secretaría de estado, lo que lo desligaría de Sonora.
Lo interesante es que dejaría libre un puesto de secretario de Estado en la próxima Secretaría de Seguridad Pública (¿Oíste Marcelo?)
La propuesta decorosa de Olga
Lo único inadmisible en la guerra contra las drogas es mantener, sin cambios, el esquema actual.
Ha fallado, no funciona. No disminuye el consumo y sí aumenta la violencia y la corrupción.
Por eso es refrescaste que Olga Sánchez Cordero, ex ministra de la SCJN y virtual secretaria de Gobernación del gobierno de López Obrador haya hecho una propuesta distinta.
Buscará despenalizar la producción y consumo para uso lúdico de la mariguana.
No hay que olvidar que Canadá y varios estados de la Unión Americana ya tomaron esta opción.
Lo primer es que Olga convenza a su jefe Andrés Manuel, renuente a entrarle al tema.
El pasillo del poder
Muy comentada la imagen de Peña Nieto y López Obrador caminando por los pasillos del Palacio Nacional.
Un encuentro muy esperado que ubica el proceso de transición en la ruta de la certeza para evitar sobresaltos.
De ahora en adelante, varias de las decisiones gubernamentales más importantes se procesarán tomando en cuenta a AMLO, sobre todo aquellas cuyo impacto traspasará el último día de noviembre, como la negociación del TLC.
pepegrillocronica@gmail.com
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EN PRIVADO/Joaquín López-Dóriga
Milenio
La derrota de los partidos
Se creen superiores a su trabajo. Florestán
El resultado electoral del domingo representa la gran derrota de los partidos y confirma su crisis derivada del rechazo de la sociedad.
PAN, PRI Y PRD, los hasta el domingo tres grandes, tuvieron resultados muy menores en las elecciones que los redujeron a su verdadera dimensión, ya no se diga del Verde, que apenas la libró, de PES y Panal, que desaparecerán, dejando aparte los casos del PT, que resucitó gracias al salvataje que hizo el gobierno priista, cuando ya había desaparecido en 2015, y la alianza con Morena, y Movimiento Ciudadano por el fenómeno Alfaro en Jalisco, que le dio vida artificial.
Si vamos por partes, y en orden de antigüedad, en el PAN no quedó piedra sobre piedra tras la ruptura que provocó Ricardo Anaya en su proyecto de hacerse con la candidatura presidencial. Sí, puede ser, como lo es, la segunda fuerza política, pero me refiero al partido donde varios grupos luchan por hacerse de él, su ex candidato presidencial incluido, que enfrenta el bloque de siete gobernadores y la estela de heridos que dejó en el camino, el triunfo de Rafael Moreno Valle en Puebla y la estela de heridos que dejó en el camino. Él mismo, cuando recibió la visita de Carlos Medina Plascencia, afirmó que era prioritario dedicarle tiempo al partido, preludio de la derrota.
EL PRD, desde el surgimiento de Morena, en 2014, se desfondó con la corrida de militantes hacia Andrés Manuel López Obrador, que se agravó al aliarse con el PAN, como lo demuestra la estrepitosa derrota en la ciudad, donde ganó tres alcaldías y perdió todo el Congreso local y el de la Unión, para no hablar de los estados.
Y del PRI qué decir: que en la presidencial no ganó uno de los 300 distritos electorales ni una de las 32 entidades ni una de las nueve elecciones para gobernador, con lo que se reduce a 12 los estados que aún mantiene, y que tanto en Senado, con unos 14, y en la Cámara de Diputados, con unos 42, será marginal con el menor número de legisladores de su historia.
En fin, que estos partidos se reinventan desde sus cenizas o alguien las soplará para siempre.
Y hoy no me refiero a Morena, ya lo haré, porque no fue la victoria de un partido, sino el triunfo de un hombre: Andrés Manuel López Obrador.
RETALES
1. TRANSICIÓN. Más que cordial, el primer encuentro entre el presidente Enrique Peña y Andrés Manuel López Obrador ayer en Palacio Nacional, signo de que la transición será de terciopelo;
2. SIEMPRE. Llama la atención, pero no sorprenden, esas declaraciones de algunos dirigentes empresariales, en el sentido de que colaborarán con López Obrador. ¿Habían pensado otra cosa? Esa es una expresión de cómo se acomodan. ¿Por qué no dicen que colaborarán con el país? Pues porque el interés tiene pies; y
3. CASOS. Finalmente, Miguel Ángel Yunes Márquez reconoció ayer el triunfo del morenista Cuitláhuac García, pero Miguel Barbosa, en Puebla, llevará a tribunales la victoria de Martha Éricka Alonso.
Nos vemos mañana, pero en privado
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Cinco mitos que se derrumbaron con la elección/Enrique Quintana
Coordenadas
El Financiero...
En las últimas semanas antes de la elección se corrieron versiones a propósito de diversos temas, que no son otra cosa que mitos, pero que aún personas bien informadas llegaron a tomarlos en serio.
Aquí va una lista de algunos de ellos.
1.- Los indecisos iban a cerrar la elección.
A través de presuntas encuestas, que en realidad eran propaganda, se decía que los votantes indecisos iban a inclinar la balanza hacia el candidato del PRI. Como aquí explicamos varias ocasiones, históricamente se ha visto que muchos indecisos acaban por no votar y los que lo hacen, distribuyen su voto de manera parecida a los que sí manifiestan una inclinación. La encuesta de salida realizada por EL FINANCIERO mostró que quienes decidieron su voto hasta el día de la elección votaron en un 45 por ciento por AMLO y quienes lo hicieron en la última semana se inclinaron en un 40 por ciento por el candidato ganador.
2.- El voto duro priista iba a garantizar 20 puntos al menos.
Sólo 13 por ciento de quienes acudieron a las urnas dijo ser simpatizante del PRI. Y de cada 10 priistas, sólo ocho votaron por Meade. Es decir, el ‘voto duro’ priista en realidad fue equivalente a 10 puntos de la votación total, la mitad de lo que se decía. Y entre los que no tienen inclinación por ningún partido, Meade obtuvo otros cinco puntos. Claramente lo que explicó el desplome de la votación del PRI fue que la famosa maquinaria priista simplemente no funcionó.
3.- El ‘voto útil’ se iría hacia Anaya.
Por Ricardo Anaya votaron 90 por ciento de quienes se identifican con el PAN, que corresponde a 12 por ciento del total de los electores. Pero ya sólo 2.0 por ciento de los electores se identifica con el PRD, y de éstos, menos de la mitad se fue con Anaya, la otra mitad con AMLO. Y, además, en su votación total, apenas 0.7 por ciento correspondió a votos de priistas. Obtuvo cerca de nueve puntos de quienes no tienen ninguna orientación partidista. En suma, no hubo voto útil significativo.
4.- Iban a fallar las encuestas.
Faltando una semana para las elecciones, se escuchaba aquí y allá que iban a fallar las encuestas, que éstas no votaban y que lo que contaba era la voluntad de la ciudadanía. Puro rollo.
Se demostró, como aquí lo dijimos una y otra vez, que las encuestas bien hechas pueden anticipar razonablemente las tendencias de la elección. Y, por cierto, los cálculos de la encuesta de EL FINANCIERO publicada el 27 de junio, sobre la base de votantes probables, resultó la más certera de cuantas se publicaron en este periodo.
5.- El dólar se iba a disparar si ganaba AMLO.
Ayer, el tipo de cambio del peso frente al dólar estaba por la noche en 19.47 unidades. Se decía que la elección de López Obrador iba a producir pánico entre los inversionistas. Los riesgos implícitos de la elección fueron descontados hace ya bastantes semanas, y desde el viernes el dólar empezó a venirse para abajo.
Como aquí le dijimos, los inversionistas estarán a la espera de señales en los próximos meses y observarán las acciones del nuevo gobierno.
No van a actuar sin evidencias claras de lo que pueden esperar. Nos vemos en diciembre.
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Bienvenido a las grandes ligas, Andrés/Raymundo Riva Palacio
Estrictamente Personal
El Financiero
Como nunca antes en la historia, las elecciones presidenciales de México despertaron un inusitado interés en los medios internacionales, pero de manera muy particular en los estadounidenses. Las razonas son claras, aunque superficiales. Andrés Manuel López Obrador es un político de izquierda cuya victoria, publicó The Washington Post, “es parte de la historia global de la emergencia de líderes populistas”. Claro, con una diferencia estratégica: México es la segunda economía más fuerte de América Latina, está entre las principales 20 economías del mundo, comparte tres mil 200 kilómetros de frontera común con Estados Unidos, y presenta un fenómeno de migración que ubica el presidente Donald Trump dentro de la seguridad nacional de su país. Lo que sucedió este domingo aquí forma parte del mapa geoestratégico norteamericano.
La prensa estadounidense, que suele reflejar las preocupaciones de las élites económicas, del gobierno y el Capitolio, publicó editoriales este martes en los que hay coincidencias en las altas expectativas que ha causado López Obrador entre los mexicanos, y si será capaz de cumplir sus promesas de campaña, que provocó la votación masiva más alta en la historia de la era de la alternancia, que comenzó en 2000. La preocupación es qué hará si no puede lograrlo.
En un editorial, el Post resalta el temor: “Como muchos de los líderes populistas, incluido el presidente Trump, López Obrador promete transformar el establecimiento político actual, dice que él solo es capaz de cumplir todas sus promesas, y ataca a los medios, a los tribunales, a los grupos de la sociedad civil y a todos aquellos que puedan contrarrestar su poder personal. Como otros populistas, el próximo líder mexicano ha sido vago y ocasionalmente contradictorio sobre las políticas específicas que piensa llevar a cabo, aunque insiste que llevará a cabo una ‘transformación’ comparable a la Independencia de México. En eso, es seguro que fracase. La pregunta es qué tanto daño puede hacer al sistema democrático que lo ayudó a ganar”.
A su vez, The New York Times expresó sus reservas sobre López Obrador en su editorial donde apunta que entraña un misterio en sí mismo al ser un político que desafía los estereotipos. “Puede ser un ideólogo izquierdista y un pragmático, un populista y un conservador fiscal”, añade. “Comparte la aversión izquierdista al Tratado de Libre Comercio de América del Norte, pero ha ofrecido continuar con las actuales negociaciones”. El principal riesgo para Estados Unidos “no es si mueve a su país radicalmente a la izquierda, sino si fracasará en estar a la altura de las altas expectativas que ha creado con su promesa populista de una transformación profunda”.
Los dos periódicos más influyentes en la vida pública de Estados Unidos, y la forma como están analizando a López Obrador, revela la alta preocupación de las élites a partir de los precedentes con líderes de perfiles similares a él. La prensa estadounidense tiene en la mente, como el Post lo ha desarrollado de manera amplia, a Nicolás Maduro, quien aprovechó los instrumentos de la democracia para coartar las libertades en Venezuela e ir construyendo un régimen autoritario. Otro ejemplo en su imaginario –al cual han dado mucha difusión– es Hungría, donde, en febrero, Viktor Orbán, un populista de extrema derecha, logró su cuarta reelección presidencial con una mayoría parlamentaria absoluta, gracias a la cual está convirtiendo una democracia en una autocracia.
El Post subraya en su editorial que López Obrador ha hecho muchas promesas que hacen dudar qué harán él y sus seguidores si en algún momento se dan cuenta de que no pueden cumplirlas. Ante ello, pide que otros gobiernos, sobre todo en América Latina, estén alertas para ver si López Obrador erosiona las instituciones democráticas y la libertad de prensa, para evitarlo. No está gustando en el mundo la falta de contrapesos que se anticipan en México, con los resultados preliminares que apuntan a que el futuro presidente tendrá, por primera vez desde que hay elecciones democráticas en este país hace dos décadas, la mayoría en el Congreso y el Senado.
La realpolitik no es algo que conozca López Obrador, avezado en una política tropical mexicana cuyo cinismo la hace poco refractaria a lo que sucede en su entorno. Sin embargo, es algo que tendrá que aprender rápidamente. Se lo anuncia The Wall Street Journal en su propio editorial este martes, donde señala que no tardó en darse cuenta que va a tener que lidiar con otro tipo de elección cuando sea presidente, y esto tiene que ver con las decisiones que mueven a los mercados.
Desde la noche del domingo hasta la tarde del lunes, recuerda el Journal, el peso perdió uno por ciento frente al dólar, al evaluar los inversionistas lo que podría significar la mayoría en el Congreso y el Senado. Sólo la conversación que sostuvo con el presidente Donald Trump ayudó a tranquilizar a los mercados, pero el mensaje quedó claro. “El nuevo presidente –indica el diario–, tendrá que preocuparse de lo que piensan los mercados si quiere mejorar las condiciones de vida de los mexicanos”. Es decir, tendrá que aprender a medir el peso de sus palabras y las consecuencias de sus actos. O sea, bienvenido a las grandes ligas.
Nota: Desde el viernes circula a través de WhatsApp un texto que me atribuyen a mí que supuestamente fue censurado por Reforma. El texto, que desconozco si es real, no es de mi autoría, y por lo mismo, no pudo haber sido censurado. En EL FINANCIERO, quiero subrayarlo, la libertad ha sido plena e irrestricta.
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El nuevo presidente, ¿podrá quedar bien con todos?/Pablo Hiriart
Uso de Razón/
El Financiero....
De la reunión sostenida ayer en Palacio Nacional entre el presidente Peña Nieto y el candidato triunfante de las elecciones, salió un López Obrador comprometido con los grandes objetivos de política económica del gobierno actual.
Buenas noticias y sobre todo tranquilizadoras.
Si en la presidencia no se comporta de la manera irresponsable en que lo hizo como líder opositor a todos los cambios que hoy apoya, será un gran avance.
Falta que tome el timón, pero los primeros signos son positivos.
El López Obrador que vimos ayer en Palacio tiene un discurso muy diferente al que le caracterizó como opositor y como candidato presidencial en dos elecciones previas.
Manifestó –lo mismo que en la noche del domingo–, su compromiso con las políticas macroeconómicas.
Finanzas sanas, inflación controlada, libre flotación del tipo de cambio, no gastar más de lo que se tiene y pleno respeto a la autonomía del Banco Central.
No habrá cambios fiscales (por lo que la reforma a la que se opuso estaba bien).
Hasta la reforma energética sobrevive, pues dijo que revisará que todo se haya hecho con apego a la ley. Excelente. No habla de cambiar la ley.
Todo aquello que se dijo –falsamente– que venía impuesto por el “consenso de Washington”, resulta que estaba bien, que se va a seguir al pie de la letra, pues tampoco habló de revertir privatizaciones.
Más aún, expresó su respaldo al Tratado de Libre Comercio y le dio un espaldarazo a los actuales negociadores que intentan sostener el acuerdo firmado en 1993.
Se trata de señales positivas, luego de haber dicho durante años que quienes negociaron y firmaron el TLC eran traidores a la patria porque se entregaron a Estados Unidos.
Ensalzó a Peña Nieto como un demócrata. Da gusto que también ahí haya cambiado de opinión y coincidir con él.
Ojalá que cuando llegue a la presidencia se le pueda criticar duramente, como a Peña en su sexenio (a quien se le ha dicho traidor y mentiroso), sin sufrir represalias laborales ni el acoso de golpeadores organizados en redes sociales.
López Obrador dijo en Palacio Nacional que vendrían cambios radicales, que no había que asustarse, aunque por lo expresado ayer y la noche del domingo éstos sólo se refieren a cuestiones de forma y no de fondo.
La lucha contra la corrupción en el sector público es un anhelo que comparte la inmensa mayoría de los mexicanos, para lo cual contará con un fuerte apoyo.
Es difícil de creer, dados los personajes que le acompañan sobre todo en los puestos de elección popular. Sin embargo, somos los que somos y alguien tenía que tomar esa bandera y mientras vaya en esa dirección tendrá el respaldo de propios y extraños.
Atacar la corrupción no implica un cambio de modelo, pues lo mismo existe en el capitalismo que en el socialismo. Simplemente es una necesidad en cualquier tipo de sociedad y en cualquier época.
Por lo visto y oído entre el domingo y ayer, ninguno de los cambios que ha adelantado son preocupantes y atañen más al estilo personal de gobernar que a un cambio radical en el rumbo tomado desde 1982.
Su añoranza –explícita en discursos y entrevistas– de las épocas previas a Miguel de la Madrid, se esfumó y no hay ninguna referencia a los años del estatismo de la docena trágica.
No va a usar el avión presidencial.
No se trasladará en helicóptero.
No tendrá a disposición de la Presidencia al Estado Mayor.
Seguramente se bajarán el sueldo. Habrá restricción al uso de vehículos y teléfonos celulares. Menos secretarias y secretarios particulares.
Hasta ahí, los cambios anunciados son cuestión de estilos.
Tendremos una política social activa, aunque falta saber de dónde van a sacar el dinero para sostenerla sin comprometer las finanzas públicas sanas de las cuales habla el candidato triunfante.
Si para eso luchó 18 años, ya llegó a donde quería y ahora le toca cumplir con las expectativas generadas.
Eso sí, buena parte de su electorado le pedirá cambios de fondo y, sobre todo, un cambio de modelo. Ya no habla de eso.
La pregunta final, ante este panorama, es si va a poder quedar bien con todos.
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EL ASALTO A LA RAZÓN/ Carlos Marín
Milenio
No es López Obrador, sino la envestidura
Quizá porque a Benito Juárez lo cuidó un grupito de militares (a Maximiliano un Gabinete Personal de Su Alteza), Andrés Manuel López Obrador necea con prescindir del Estado Mayor Presidencial.
Refleja un problema conceptual: suponer que es tan igual como los igualados que gobernará y que no debe cuidarse las espaldas porque, ha repetido, “el que nada debe nada teme”.
Parece ver al EMP como un ejército de guaruras.
Lo cierto es que se trata de un cuerpo técnico militar que vela por la seguridad personal del Presidente, su familia y su gabinete, pero también que aporta datos medulares de inteligencia y los insumos clave para la preservación del Estado.
No es un servicio al individuo que encabeza las instituciones nacionales.
Como jefe de Gobierno, AMLO tuvo el apoyo logístico de las gacelas que comandó Polimnia Romana.
Por dos o tres mil pesos hay dispuestos a matar y es copiosa la cifra de servidores públicos y políticos asesinados.
Que como aspirante jugara a que “el pueblo me cuida” pudiera entenderse, pero como Presidente de la República esa vacilada entrañaría una descomunal irresponsabilidad.
cmarin@milenio.com
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HISTORIAS DE REPORTERO/Carlos Loret de Mola
El Universal
Peña, en las manos de AMLO
Si EPN se pone en manos de AMLO con una transición tersa, si el virtual presidente electo le regala dos o tres veces un párrafo como el de la noche del 1 de julio, podrá contagiarle algo del capital político con el que inicia su administración.
No hay medición de opinión pública que no repruebe al presidente Enrique Peña Nieto y su gestión. Su aprobación, cuando mejor, ronda el 20%. Es decir, 8 de cada 10 mexicanos lo repudia.
Pero Peña Nieto se ha ganado un aliado que se ha atrevido a hablar bien de él cuando nadie lo hace y que, ante las audiencias más adversas, lo ha defendido y enaltecido. Se trata de un aliado estratégico que puede darle oxígeno a la recta final de su mandato e incluso ofrecerle una salida digna que hace unas semanas no se vislumbraba.
El nuevo aliado de Enrique Peña Nieto es Andrés Manuel López Obrador. La manera en que el de Morena se refirió al presidente en funciones la noche de la elección hizo que los morenistas que lo escuchaban en el hotel Hilton de la Alameda respondieran con un aplauso: “debo reconocer el comportamiento respetuoso del presidente Enrique Peña Nieto en este proceso electoral. Muy diferente al trato que nos dieron los pasados titulares del Poder Ejecutivo”, expresó AMLO y la reacción fueron palmas.
Se dice que el año más difícil del sexenio de un presidente es el siete, porque es el primer año de ex presidente, en el que siempre se le echan las culpas, en el que lo pueden perseguir, en el que muchos han tenido que huir del país. El año siete del presidente Peña Nieto puede ser menos agrio gracias a López Obrador:
Si Peña Nieto se pone en manos de López Obrador con una transición tersa y respetuosa, cumpliéndole lo que le pida, si siguen dando la imagen de que se entienden bien, y el virtual presidente electo le regala dos o tres veces un párrafo como el de la noche del 1 de julio en el Hilton, podrá contagiarle algo del capital político con el que arranca su administración. Si eso pasa, quizá disminuya la animadversión hacia Peña y éste pueda tener una salida menos convulsa: tal vez pueda ir a un restaurante con su familia sin que le griten ratero o hasta quedarse a vivir en algún rincón del Estado de México sin volverse un imán de protestas e indignación.
La transición hacia el más radical de los opositores es la última oportunidad de Peña Nieto, no para ser un presidente popular, pero por lo menos para no seguir siendo el más repudiado.
SACIAMORBOS. 1.— Tiene mucha razón en su diagnóstico sobre la crisis en el PRI el grupo Democracia Interna que ha surgido dentro del tricolor: la responsabilidad de Peña Nieto en el mal gobierno, las imposiciones de dirigentes en vez de procesos democráticos, la urgencia de refundar a su partido. Lo que mueve a la risa loca es quién encabeza ese movimiento: ¡Ulises Ruiz!
2.— El ánimo de reconciliación que permea entre los dirigentes políticos tiene rápido que contagiarse hacia sus leales y simpatizantes. Los lopezobradoristas muestran una sed de venganza que contrasta con el discurso de su líder y la cúpula. Enfrente sigue extendiéndose el discurso del pánico frente a lo que viene.
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Encuesta de salida, una primera reflexión/Jorge G. Castañeda
Amarres/
El Financiero
La encuesta de salida de Alejandro Moreno en EL FINANCIERO empieza a ofrecernos datos esenciales para comprender lo que sucedió el domingo: una marea morena que puede transformar al sistema político mexicano y en su caso al país. Con todo y los desafíos que presentan las encuestas de salida en general –en México y en el mundo–, las preguntas socio económicas y las de razones para votar o no votar por alguien, pueden recibir respuestas más confiables.
Una primera conclusión inescapable de la encuesta de Alejandro se desprende de la interrogante: “¿Cuál es la principal razón por la que votó por ese candidato?”. Andrés Manuel López Obrador claramente conquistó el sufragio del cambio: 77 por ciento de los encuestados para los cuales el cambio era lo más importante votaron por él. Sólo 13 por ciento se inclinó por Anaya. La pregunta pendiente estriba en si Anaya perdió el voto del cambio por el PAN, por sus propias posturas, o porque el gobierno de Peña Nieto logró tildarlo de corrupto y deshonesto, siendo que el combate a la corrupción fue el segundo tema más importante de la elección (el primero fueron los empleos y la economía).
Un segundo dato que nos entrega la encuesta se refiere a quiénes le confirieron gran importancia a las ideas y propuestas. Aquí salió ganando Anaya: 33 por ciento de aquellos para los cuales este tema era primordial, votaron por él, es decir, diez puntos más que su resultado general. Meade logró 19 por ciento de estos votantes, un poquito por arriba de su total, y AMLO 41 por ciento, doce puntos menos. En otras palabras, la idea de que Anaya no formuló propuestas y Meade sí, o que López Obrador convenció más al electorado por sus propuestas, es falsa, si nos atenemos a este sondeo.
Una explicación del resultado final se halla en otra pregunta, la que tiene que ver con la identificación partidista. El PRI, el PAN y Morena votaron abrumadoramente por sus candidatos: el PRI 78 por ciento; el PAN 90 por ciento; Morena 97 por ciento. Pero sólo 43 por ciento de los perredistas sufragaron por Anaya y 45 por ciento lo hicieron por AMLO. No se trata de una enorme cantidad de electores, pero en este segmento de la población el Frente no cuajó plenamente. Conviene señalar que en el caso del PRI, el voto útil sí se dio (uno de cada cinco priistas no votó por Meade), pero se repartió a mitades entre Anaya y AMLO.
Por último, en materia de educación, hubo un resultado contraintuitivo, por lo menos en lo que al Frente se refiere. La gente sin estudios votó en un 28 por ciento por Anaya, su nivel más elevado de todos los segmentos; mientras AMLO sólo obtuvo 42 por ciento de los mexicanos sin estudios, 11 puntos menos que su promedio. Mientras que más o menos el mismo porcentaje de mexicanos con estudios universitarios (55 por ciento) eligió a López Obrador que su total general: no le fue mejor a AMLO entre estos habitantes del país que entre los demás, pero sorprende que un sector ilustrado, informado y no tan desfavorecido de la sociedad mexicana haya preferido a un candidato con nostalgia del pasado a uno con visión de futuro.
Habrá que ir revisando otras encuestas de salida (Mitofsky, GEA, GCE, etcétera) para formarnos una idea más precisa y compleja del comportamiento de los votantes del domingo. ¿Cuánto pesó el rechazo a Peña Nieto y cuál fue su importancia en la debacle del PRI? ¿Fue Peña, Meade, o ambos, el factor central? ¿Cuál fue el impacto de la campaña oficial contra Anaya: mucho, como pensamos quienes lo apoyamos, o poco, como creen muchos analistas? Habrá tiempo ahora para estudiar todo esto con calma.
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PLATA O PLOMO /Alejandro Hope
El Universa
Los tres dilemas de Andrés Manuel López Obrador
López Obrador va a tener costos, haga lo que haga. Pero una manera de mitigarlos es la transparencia.
Pasada la elección, llega el momento de los dilemas de gobierno. Y en el tema de seguridad, Andrés Manuel López Obrador, casi presidente electo, enfrenta al menos tres:
1. Andrés Manuel López Obrador ha prometido reconstituir una Secretaría de Seguridad Pública, separada de la Secretaría de Gobernación y que sirva de cabeza de sector. Pero, al mismo tiempo, le ha encomendado a la probable titular de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, tareas que claramente recaen en el ámbito de la seguridad: el diseño de una política de pacificación, la redacción, consulta y aprobación de una ley de amnistía, y la reorganización de los servicios de inteligencia. Además, salvo que haya una modificación legal, la secretaria de Gobernación va a presidir el gabinete en la materia. En resumen, el diseño inicial está apuntando a una conducción bicéfala de la política de seguridad. En terrenos burocráticos, eso es siempre receta para el conflicto ¿Cómo lo va a administrar López Obrador? ¿En qué dirección se va a inclinar? ¿Va a darle peso político a su secretario de Seguridad Pública a costa de su secretaria de Gobernación? ¿O viceversa?
2. AMLO se ha planteado como objetivo la reducción de la violencia (la pacificación, en el lenguaje de sus partidarios) en un plazo relativamente corto. Sin embargo, la mayoría de los instrumentos que ha propuesto surtirían efectos en el largo plazo. Crear una Guardia Nacional es una tarea que tomaría un sexenio entero. Diseñar, discutir y aprobar una ley de amnistía podría tardar no menos de un año. Instrumentarla puede comerse medio mandato. Y lo mismo sucede con los programas sociales que ha anunciado: desplegarlos toma tiempo y ver resultados aún más. López Obrador no se puede dar el lujo de esperar a que maduren esos proyectos: a partir de la toma de posesión, va a tener algo más de 24 meses para dar resultados. Si para inicios de 2021 no hay una mejoría palpable en las condiciones de seguridad, la probabilidad de un descalabro electoral será significativa. Entonces, AMLO va a tener que operar con lo que hay, al tiempo en que intenta cambiarlo. Tarea nada fácil ¿Cómo se ajustarán las fuerzas armadas a la idea de un cuerpo paralelo? ¿Cómo responderá la Policía Federal?
3. López Obrador tiene que obligar a los gobernadores a asumir su responsabilidad, sin generar un polo de oposición en los estados. Los gobiernos estatales saben que, si las cosas se complican en materia de seguridad, el gobierno federal vendrá al rescate. Y si las autoridades estatales no le entran al problema, los recursos federales no alcanzan. Esos hechos básicos no se modifican sólo porque cambie la filiación partidista del Presidente de la República. Para modificar esa lógica, López Obrador tendría que poner límites a las intervenciones federales y redistribuir los costos de los operativos. Sin embargo, eso implicaría antagonizar a un grupo no trivial de gobernadores del PRI, PAN y MC, que podrían convertirse en un frente de resistencia a su gobierno. En consecuencia, la administración López Obrador va a tener que caminar por una delgada línea en la relación con los gobiernos estatales, presionando para obligarlos a asumir sus responsabilidades, pero sin romper la cuerda. No luce fácil ese acto de equilibrismo.
No hay soluciones mágicas a estos dilemas. AMLO va a tener costos, haga lo que haga. Pero una manera de mitigarlos es la transparencia: ser franco en el diagnóstico, exponer claramente las restricciones que se enfrentan y detallar lo que piensa hacer. De otro modo, el peso de las expectativas incumplidas podría caerle encima más rápido de lo que imagina.
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EN TERCERA PERSONA /Héctor De Mauleón
El Universal
La maldición de un siglo
Uruguay 1930. El invierno era tan frío que uno de los seleccionados mexicanos, Raymundo Rodríguez, tuvo que envolverse los brazos, las piernas y el torso con unas vendas. Así adquirió el apodo con que iban a conocerlo hasta la hora misma de su muerte: La Momia Rodríguez.
La selección mexicana había salido de Veracruz a bordo de un vapor. En el malecón le tocaron esa canción del adiós, Las Golondrinas, que los 17 jugadores que por primera vez representarían a México en un Mundial, escucharon emocionados. El vapor los dejó en Nueva York. Ahí abordaron un crucero que bordeó el continente hasta Montevideo.
Lo que hoy se llamaría el director técnico, y entonces era solo el entrenador, Juan Luque de Serrallonga, los puso a trabajar diariamente en la cubierta “para evitar subidas de peso” y endurecerles los músculos.
Serrallonga, nacido en Gerona, había jugado como guardameta en el Sevilla. En 1928 llegó a México, y alineó en el Germania. Pasó a la historia como el primer técnico español en el extranjero, y también como el primero que le dio un campeonato a los Tiburones Rojos del Veracruz.
Era célebre por su mano dura y los regímenes casi militares a que sometía a los jugadores. Al llegar a Montevideo, por ejemplo, buscó el hotel más apartado para hospedar a los jugadores, y alejarlos de las rutilantes tentaciones que podía ofrecerles la ciudad. Fue la primera “concentración” en forma en la historia del futbol mexicano.
En México, la medida fue celebrada, pues ya desde entonces los jugadores tenían fama de “inquietos”: la fiesta de los seleccionados de 2018 es una tímida variación de algunas otras fiestas: revísese el expediente del experto mundialista, Antonio La Tota Carvajal, retratado en Chile en 1962 en brazos de una hermosa señorita.
La base de la selección estaba formada por cuatro equipos: el Marte, el Atlante, el América y el Necaxa. En México se pateaban balones desde 1896. Para fines de los años 20 (la Federación Mexicana se fundó en 1922) el futbol se había convertido en una de las grandes pasiones de la sociedad mexicana: una verdadera religión laica.
Además del mediocampista La Momia Rodríguez, la escuadra mexicana alineaba al portero Óscar Bonfiglio, y a los delanteros Luis Pichojos Pérez e Hilario El Moco López. Figuraban también Juan El Trompo Carreño, Felipe El Dientes Rosas, Nicho El Rabanillo Meja y Manuel El Chaquetas Rosas (¿?).
La estrella americanista era Rafael El Récord Garza.
El uniforme era bellísimo. La camiseta guinda y los pantaloncillos negros —que llegaban hasta la pantorrilla.
En 1930 se jugó el primer Mundial de la historia y a México le tocó inaugurarlo. En el grupo estaban Francia, Argentina y Chile. Francia fue nuestro primer rival.
El día de la inauguración, Serrallonga colocó un fonógrafo a un lado de la cancha, para que los seleccionados mexicanos pudieran escuchar las notas del Himno. Los jugadores, emocionados, guardaron un minuto de silencio —“en honor de la Virgen de la Guadalupe”, según reseña la edición correspondiente de EL UNIVERSAL— y luego besaron, “respetuosamente” el lábaro patrio.
La esperanza duró 18 minutos.
Un jugador del París, Lucien Laurent, anotó el primer gol en un Mundial: el primer gol en la historia de los Mundiales tenía que ser precisamente contra México.
Un atlantista, El Trompo Carreño, había sido el primer jugador mexicano en anotar un gol en los Juegos Olímpicos de 1928. Aquel día de junio El Trompo Carreño apareció en el área francesa y acribilló al portero.
México luchó, jugó, corrió todo el primer tiempo. Le metieron el segundo gol en el minuto 42, y a partir de ahí comenzó la masacre que dejó un marcador final de 4-1.
Serrallonga echaba espuma por la boca. Culpó públicamente del desastre al portero Bonfiglio, aunque la prensa nacional pensaba que el problema mexicano estaba en la zaga: “los jugadores de esta oncena adelantaban demasiado la pelota, facilitando de esa manera la labor de sus contrarios”.
El segundo partido se jugó contra Chile. En ese partido El Chaquetas Rosas metió el primer autogol en la historia de los Mundiales. El marcador final: Chile 3, México 0.
Ya eliminada, sin posibilidades de avanzar, la selección jugó su último partido contra Argentina. El Chaquetas Rosas se convirtió en aquel partido en el primer jugador del mundo en anotar un penal. En solo 16 minutos, sin embargo, la meta mexicana recibió tres goles. El marcador final: Argentina 6, México 3.
En doce años se cumplirá un siglo de todo esto.
En 1994 extraje estas notas de una hemeroteca. Cada Mundial las recuerdo con la esperanza de que la historia que cuentan quede exorcizada: que llegue al fin la redención.
Esperaré a Qatar 2022.
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El PAN después del domingo/Roberto Gil Zuarth
Cronopio
El Financiero, 
El resultado es demoledor. Es la mayor derrota que ha sufrido el PAN desde que se celebran elecciones libres y competidas en México. El menor número de votos en comicios presidenciales desde la cuestionada elección de 1988. La representación más pequeña en la Cámara de Diputados desde que se aumentaron a 200 los asientos de representación proporcional (1986). La bancada menos numerosa en el Senado desde que se integró por primera vez con la actual conformación de 128 legisladores (1997). El PAN retrocede a niveles de votación pretransicionales, es decir, a los que lograba con el viento en contra en el régimen autoritario de partido único. Nos salvaron de la marginalidad política los correctivos que se diseñaron en las décadas de los setenta y ochenta para abrir vías institucionales de expresión al pluralismo. El PAN regresa a los tiempos de la oposición testimonial.
Nadie puede llamarse a sorpresa por este desenlace. Los síntomas ya eran visibles. Las elecciones locales de 2015 y 2016, en las que el PAN logró importantes triunfos, generaron la falsa imagen de que bastaba la inercia para recuperar la presidencia de la República en 2018. No vimos, o no quisimos ver, que ya para ese entonces la institucionalidad del partido estaba fracturada. El PAN no era más una organización fundada en reglas estables, previsibles, ciertas. La tradición de debatir y votar en los órganos y procesos internos se sustituyó por los bloques hegemónicos, los 'sindicatos', las mesas paralelas que reproducen aplanadoras. La legalidad interna dejó de ser principio básico de orden en la convivencia, para usarse como látigo de dominio o de exclusión. En la ruptura del contrato social interno, de ese sentido de pertenencia que se articula en derechos, obligaciones, rutinas y prácticas institucionales compartidas, se incubaron todos los tumores que provocaron nuestra actual metástasis: la captura de los padrones, la concentración cupular de poder, la inhabilitación de los órganos de deliberación, la patrimonialización de las candidaturas, la cancelación de la pluralidad, la falsificación de la democracia interna, la persecución del disidente, entre un largo etcétera. El conflicto que se gesta en la natural competencia entre rivales de partido, dejó de tener un acicate pacificador. Sin autoridad y ley, la organización quedó a merced de ambiciones e intereses. Perdió capacidad para cohesionar a los distintos en torno a los objetivos comunes.
Pero tampoco quisimos ver que no éramos la opción clara de cambio. Le apostamos al miedo cuando el país quería abrazar una esperanza. Las últimas elecciones ya nos decían que el voto más identificado con el PAN eran los adultos mayores, los sectores de baja escolaridad y de menor nivel de ingreso. Los jóvenes no se sienten atraídos por el PAN porque, más allá de caras que les puedan parecer contemporáneas, nuestro discurso les dice muy poco sobre sus realidades y expectativas. Las clases medias no ven en el PAN la defensa inteligente de un modelo de desarrollo que les permita salir adelante con su propio esfuerzo y que compense, con bienes y servicios públicos, los caprichos de la lotería natural. No intentamos siquiera reconstruir nuestra oferta para remediar la terrible violencia que azota al norte del país, más allá del simplón deslinde a una estrategia que, por cierto, nos exige un esfuerzo serio de justificación desde la autocrítica. A pesar de la solidez de nuestro ideario y de la profundidad de las bases intelectuales de la doctrina humanista, no hemos sido capaces de poner una bandera en el debate de la desigualdad y de la preocupante deslegitimación de la democracia liberal. Como hoy carecemos de narrativa y ninguna idea nos define respecto a los otros, la apuesta por el Frente no motivó ni la mínima duda sobre los riesgos de perder identidad en el camino. Fue fácil el matrimonio por conveniencia, porque la inspiración relevante sólo era compartir gananciales.
El PAN no puede echarse una vez más al diván. La enésima comisión de evaluación, otro informe que nadie lee, nuevas recomendaciones que terminan en llamados a misa. El PAN necesita construir un proyecto que lo sitúe rápido como dique y alternativa. Una redefinición programática y una nueva arquitectura organizacional que surjan de un proceso democrático libre, justo y equitativo, en el que se contrasten diagnósticos, propuestas y, sobre todo, las narrativas que debe sostener desde el lugar que los electores decidieron para nosotros. En la competencia y en el veredicto de los panistas, no en arreglos cupulares. Si un mensaje dejó esta elección es que la democracia restaura legitimidades y fija mandatos. Porque las elecciones son el vehículo para rehacer el contrato social y resolver el curso de acción que una comunidad humana adopta. Es la forma en la que se agregan las voluntades de los distintos. El PAN necesita ir a las urnas para razonar colectivamente sus padecimientos, para renovar su destino, para convenir su ruta de acción política. Dejar el lamento inútil, las sesiones de sicoanálisis o los emplazamientos refundacionales. Convocar a los panistas a que deliberen y decidan qué partido queremos ser después del domingo.
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Pinos y avión
JAQUE MATE / Sergio Sarmiento
Reforma 04 Jul. 2018
"Eso es lo bueno de ser Presidente: puedo hacer lo que quiera". Barack Obama
 No es importante dónde viva el Presidente, tampoco qué avión usa, pero en política los temas de forma se hacen fondo.
Ayer el presidente Enrique Peña Nieto se reunió con el ganador virtual de la elección, Andrés Manuel López Obrador, pero no en Los Pinos, donde tradicionalmente se han llevado a cabo estas reuniones, sino en Palacio Nacional. La ubicación es producto de la insistencia de López Obrador en campaña de que él no vivirá ni despachará en Los Pinos, sino en Palacio Nacional.
La propuesta de mudar el lugar de trabajo del Presidente a Palacio Nacional es resultado de un esfuerzo de López Obrador de presentarse como un político cercano al pueblo. Él ha presentado Los Pinos como un ejemplo del lujo y el dispendio de la clase política. El que la reunión de ayer se haya llevado a cabo en Palacio Nacional es indicativo del rechazo que ha mostrado a lo que considera los símbolos del poder.
Pero Los Pinos no son un ejemplo de abuso o dispendio. Lázaro Cárdenas escogió ese lugar debido a que no quería mantener la residencia presidencial en el Castillo de Chapultepec, que consideraba ostentoso. Los Pinos no es un lugar particularmente lujoso. La parte dedicada a residencia es relativamente pequeña. El resto son oficinas con instalaciones de seguridad, comunicaciones y salas de reuniones adecuadas para el gobernante de un país. Palacio Nacional no tiene estas instalaciones. Acondicionarlo para este propósito bien puede costar una gran cantidad de dinero y dañar un edificio que es patrimonio histórico y cultural de nuestro país.
Es el mismo caso del avión presidencial. A pesar de la retórica de campaña, el TP-01, un Boeing 787 Dreamliner, no es un avión que no tenga ni Obama. La Presidencia de Estados Unidos cuenta con dos Boeing 747, aviones jumbo de mayor tamaño y especialmente acondicionados con un costo total muy superior al avión presidencial mexicano. El 787 es más moderno y tiene un menor consumo de combustible, pero el gobierno de Estados Unidos prefiere los 747 por su mayor tamaño.
Un avión presidencial no tiene por qué ser un lujo. Es un instrumento de trabajo que permite a un gobernante tener una presencia nacional. Hace posibles los traslados cotidianos del Presidente a distintos puntos del país, acompañado de funcionarios y de su equipo de trabajo, con una comunicación constante con colaboradores, con gobernadores o con gobernantes de otros países. Facilita también los viajes internacionales.
Ayer López Obrador se trasladó a su oficina de campaña y a su cita con el presidente Peña Nieto en Palacio Nacional en su Jetta blanco. Fue un trayecto largo y pesado en el tránsito de la Ciudad de México. López Obrador ha dicho que quizá alquile una casa cercana a Palacio Nacional para no tener que hacer ese traslado de forma diaria, pero eso no hará más que añadir complicaciones de logística y seguridad al trabajo cotidiano del Presidente y sus colaboradores.
Hay un tema adicional de seguridad. López Obrador sostiene que no necesita protección porque el pueblo lo protege. Ese desplante puede ser aceptable en un candidato, pero la seguridad del Presidente es un tema de seguridad nacional.
López Obrador se enfrentará a muchos dilemas en su mandato. Como candidato fue importante rechazar la seguridad, declarar que no viviría ni despacharía en Los Pinos y que le vendería a Donald Trump el avión presidencial. Como Presidente encontrará que las decisiones responsables son mejorar su seguridad, despachar en Los Pinos y usar el TP-01.
· OPOSICIÓN
Un buen gobierno se beneficia de una buena oposición. López Obrador como Presidente tendrá el problema de contar con mayoría absoluta en el Congreso. Deberá hacer un esfuerzo especial para escuchar a la oposición. Valdrá la pena.
@Sergio
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EL DESCONCIERTO DE LA VICTORIA/Rafael Cardona
La Crónica
Quizá como no hacía mucho tiempo, la crítica se convertirá en este país en una difícil y peligrosa actividad contra la corriente. No por haber prescindido de estas condiciones en épocas pasadas, sino por un efecto derivado de la aplastante victoria de quienes hoy apenas comienzan a digerir la enormidad del bocado.
Y digo quienes porque un movimiento político es una empresa común. Quizá dirigida, regida, dominada por un líder, pero en el fondo todos quieren su trozo del pastel o del botín, como se oiga menos feo.
Queda para la historia el origen de esta estructura cuya enormidad política la presenta como el principio de una presencia inamovible, al menos durante el próximo cuarto de siglo.
Lo hemos dicho aquí muchas veces, si el Partido Acción Nacional recibió por razones geopolíticas la alternancia como una dádiva, sin noción real ni sentido profundo del ejercicio del poder y duró doce en él, quienes llegan tras una construcción social fuerte y bien cimentada en los rencores de clase y las ofertas populistas (no por ello menos posibles) de redención; permanecerán por lo menos el doble.
No abrirán la mandíbula para soltar la presa. Nunca más.
Y no será necesario porque México ha vuelto a la senda de su tradición de poder total. El caudillismo pleno al estilo de Juárez, Díaz o el PRI, ahora en su nueva encarnación morena, no es una conformación sociopolítica abolida de la memoria nacional, es quizá (como ocurrió por siglos en  Iberoamérica), la fórmula precisa para conducir un pueblo peleado con sus propias contradicciones mestizas.
“…te lo he dicho mil veces y te lo dije a ti, cara a cara que tu ambición que lo pensaras que por qué habías cambiado que sobre los afectos está siempre la causa
Y luego la Constitución todavía fresca habíamos jurado
tú cambiaste partido y a mí una noche me insistieron usted es el único que puede acercársele usted es el único que puede salvar a la patria si usted no se mueve quedará traicionada por siempre la causa del pueblo y habrá sido inútil la lucha la muerte y el sacrificio de tantos hermanos.
Por eso lo hice ¿comprendes…?”
La patria como riesgo y el hombre providencial como camino único: el hombre providencial, el gran sabio, el gran caudillo, el macho al frente de la manada ciega, el dador, el padre, el Tata, el proveedor, el justo y el justiciero. Todo eso cabe en los personajes de siempre. Don Porfirio. ¿Qué hora es?
—La que usted diga, SEÑOR PRESIDENTE (con
mayúsculas)…
Todo esto volverá a nuestras vidas, si en verdad se había alejado lo suficiente, porque los contrapesos del poder se han diluido. Se ha licuado el pensamiento crítico hasta poner en ridículo aquellas viejas historietas en las cuales se decía ampulosamente: el pueblo es sabio y no le entregó todo el poder al presidente, por eso el voto diferenciado.
Esas siempre fueron patrañas. El pueblo no es sabio ni tiene condiciones intelectuales.
La masa —en el estadio, la plaza pública, el mitin, la iglesia milagrosa— no piensa porque su enorme anonimato colectivo es su única fuerza. El sentimiento, la emoción, el llamado primitivo de la tribu o la congregación la impele y compele a una acción adherente.
La democracia electoral no es la suma de individualidades, sino la colectivización de un pensamiento dominante. Eso explica las mudanzas y las victorias apabullantes. El mismo electorado puede llevar a la presidencia a Obama o a un racista como Trump. Sólo varían las proporciones.
Por eso la encarnación autoritaria será una consecuencia inevitable, aun cuando no sea por ahora una intención. Nadie será obligado a pensar como lo dicte el líder. Todos lo harán (y ya han comenzado), desde ahora.
Ya se comulga plenamente con las ideas centrales de todo discurso digno de respeto: gobernar para todos, olvidar los resentimientos, procurar la reconciliación nacional, buscar la concordia, establecer el reino de la justicia, no de la venganza, y todo ese largo catálogo de pías intenciones sobre las cuales se van a estrellar las olas de la realidad, cuando el mundo real se imponga.
Y aquí otro fragmento de Jorge Hernández Campos:
“…México está ciego, sordo y tiene hambre la gente es ignorante, pobre y estúpida necesita obispos, diputados, toreros y cantantes que le digan: canta, vota, reza, grita,
necesita un hombre fuerte un presidente enérgico que le lleve la rienda le ponga el maíz en la boca la letra en el ojo.
“Yo soy ese Solitario, Odiado, Temido Pero amado.”
TRUMP
La noticia de un Donald Trump clarividente y previsor en cuanto a la presidencia de Andrés Manuel, suena tan falsa como la virginidad de Stormy Daniels. Pero más barata.
rafael.cardona.sandoval@gmail.com


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