Revista Proceso #2194, 18 de noviembre de 2018...
Sí! Esperanza Animal demanda que se actualice la ley contra las corridas de toros
PALABRA DE LECTOR
Señor director:
El 31 de octubre de 2018 los ministros de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación concluyeron que ninguna práctica que suponga el maltrato y el sufrimiento innecesario de los animales puede considerarse una expresión cultural.
También determinaron, si bien las peleas de gallos son expresión de una determinada cultura, ninguna práctica que suponga el maltrato y el sufrimiento innecesario de los animales puede considerarse una expresión cultural amparada por la Constitución. “Es constitucional la prohibición de las peleas de gallos porque se trata de una medida idónea y necesaria para garantizar el bienestar animal”.
Lo anterior es un precedente para que pueda armonizarse –sin ningún inconveniente– la aún vigente Ley de Protección a los Animales del Distrito Federal y dé paso a la Ley de Protección a los Animales de la Ciudad de México, que elimina la excepción de las corridas de toros y las sanciona.
El 17 de septiembre de 2018 entró en vigor la Constitución Política de la CDMX. En el Título Segundo “Carta de Derechos”, artículo 13 “Ciudad habitable”, apartado B “Protección a los animales”, claramente establece: “Esta Constitución reconoce a los animales como seres sintientes y, por lo tanto, deben recibir trato digno. En la Ciudad de México toda persona tiene un deber ético y obligación jurídica de respetar la vida y la integridad de los animales; éstos, por su naturaleza, son sujetos de consideración moral. Su tutela es de responsabilidad común”.
Sin embargo, pese a haberse lanzado iniciativas en el nuevo Congreso de la Ciudad de México, de nuevo vemos un “pacto de silencio” institucional sobre la crueldad y el maltrato animal. Tampoco debemos permitir llevar este tema a una consulta para evitar cumplir con su obligación. Los derechos reconocidos en la Constitución no son materia de consulta.
De acuerdo con la Carta Magna, la Temporada Grande en la Plaza México ya no debería llevarse a cabo. Se trata de un espectáculo que debiera ser ilícito, pero que se reconoce lícito por la omisión de las autoridades y los legisladores. En esta urbe se castiga con cárcel el maltrato animal; aunque un maltrato explícito que causa la muerte del animal –mediante la tortura– no se penaliza. Es un trato discriminatorio hacia los toros.
¿Es legítimo que la ley mantenga una excepción e ignore el mandato constitucional en beneficio de los empresarios, a costa del sufrimiento de los animales? ¿O que continúe por el gusto personal de unos cuantos políticos del nuevo gobierno?
Exigimos a los diputados valentía política para cumplir con su deber; fueron elegidos como representantes populares. Armonicen la Ley de Protección a los Animales del Distrito Federal para eliminar las corridas de toros, una práctica bárbara, rancia, anacrónica y decrépita.
Atentamente:
Mónica Hernández Castanedo y Laura
Hernández Castanedo Integrantes de Sí! Esperanza Animal, organización no gubernamental
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Ego sum qui sum; analista político, un soñador enamorado de la vida y aficionado a la poesía.
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