2 feb 2019

Las columnas políticas, hoy 2 de febrero de 2019....,

El Presidente López Obrador advirtió que no acepta amenazas de nadie por emprender el combate al robo de combustible.....
Luego que el jueves apareció una manta con amenazas hacia López Obrador de un grupo criminal por la lucha antihuachicol, el Primer Mandatario insistió hoy en que a las cabecillas del robo de combustibles se les terminó el negocio.

"Yo tengo consideraciones por la gente que por necesidad hace eso, por la circunstancia, pero ahora ya no va a haber necesidad de llevar a cabo esas actividades, porque ahora el pueblo va a ser atendido, va a haber trabajo, bienestar.
"A los del negocio, a los de arriba se les acaba el negocio, y no acepto intimidación de nadie", dijo en el estadio Luis Díaz Flores.
Ayer, el Presidente se hizo acompañar del Secretario de la Defensa Nacional, Cresencio Sandoval, y un grupo de militares.
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Las columnas políticas, hoy sábado 2 de febrero de 2019....,
Templo Mayor/Reforma
ESTA HISTORIA se llama "La Favorita" y cuenta una encarnizada lucha entre mujeres por estar cerca del poder... y no, no estamos hablando de la película con ese título que está nominada a diez Óscares y que se estrenó este fin de semana en México.
EL TEMA en cuestión es la terna que envió Andrés Manuel López Obrador al Senado para elegir a quien será la nueva ministra de la Suprema Corte en sustitución de Margarita Luna Ramos.
POR UN LADO, repiten como nominadas Loretta Ortiz y Celia Maya, quienes cargan con el hecho de haber participado políticamente con Morena y se quedaron al margen en diciembre, cuando el Senado eligió a Juan Luis González Alcántara como ministro para suplir a José Ramón Cossío.
POR el otro, aparece Yasmín Esquivel, sin filiación morenista pero multiseñalada por ser esposa del constructor favorito y asesor de López Obrador, José María Riobóo.
Y ES justamente a Esquivel a quien aquellos que se dicen bien enterados de lo que ocurre en Palacio Nacional marcan como "La Favorita" en un proceso en el que hay de dos sopas: o las dos aspirantes morenistas, o la que representa un alto riesgo de conflicto de interés. ¡Qué dilema!
UNA ADIVINANZA: genera severos problemas económicos y educativos, su actuar es contagioso, comienza con la letra C y termina con la E... ¿Qué es?

SI USTED contestó la CNTE, ¡acertó! Y es que las casi tres semanas que los "maestros" llevan bloqueando vías del tren en Michoacán son las mismas que han dejado sin clases a más de 68 mil alumnos de escuelas públicas de esa entidad.
COMO si eso fuera poco, su "movimiento" para exigir al gobierno de Silvano Aureoles una millonada en bonos que dicen que les deben, ya se propagó al SNTE en la zona de Lázaro Cárdenas que ayer marchó con sus propias demandas laborales. Vaya que los "incentivos" funcionan... e inspiran.
CUENTAN en los pasillos del IMSS que Pedro Zenteno salió de la Dirección de Administración luego de que quiso meter "de contrabando" en la nómina a varios militantes de su corriente política en Morena.
EL ASUNTO, que supuestamente trascendió hasta el Palacio Nacional, no gustó nadita en el instituto que dirige Germán Martínez por lo que mejor le dieron las gracias.
LO RARO del caso es que el director del ISSSTE, Luis Ramírez, lo contrató con el mismo cargo de director de Administración. ¿Será que su nuevo jefe sí le aprobó a sus colaboradores morenistas o que Zenteno aprendió la lección? Es pregunta que se cura en salud.
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Hipocresía/Jorge Ramos Ávalos
Reforma, 02 Feb. 2019
A nadie debe sorprender que millones de inmigrantes sin documentos legales trabajen en Estados Unidos. Y no solo eso. Lo han hecho, hasta hace poquito, en al menos dos propiedades del presidente Donald Trump.
Alrededor de una docena de indocumentados trabajó en los clubes de golf de Donald Trump en Bedminster, Nueva Jersey, y en el condado Westchester, Nueva York, según reportaron The New York Times y el Washington Post. Claro, llama la atención que se haya empleado a indocumentados en las propiedades del Presidente que llegó a la Casa Blanca criminalizando y atacando a quienes él llama "ilegales". Pero eso es mucho más frecuente de lo que parece.
No hay ninguna evidencia de que el propio Donald Trump supiera de esto. Sin embargo, dos de los inmigrantes que trabajaron en el campo de golf de Nueva York me dijeron, en una entrevista, que fueron empleados durante años y que nunca tuvieron problemas... hasta que fueron despedidos hace unos días.
"¿La empresa sabía que tú estabas indocumentado?", le pregunté al mexicano Gabriel Sedano, quien trabajaba en mantenimiento en la propiedad de Nueva York desde el 2005. "Yo pienso que sí", me dijo. "Era una práctica muy común para el club. Por amigos, por conocidos, uno sabía que no pedían tantos papeles como para revisión. Uno solo entregaba los papeles y era muy fácil entrar. No hacían más preguntas. Yo pienso que no los checaban bien".
Margarita Cruz, de Puebla, México, y empleada de limpieza desde el 2010 en el club de Nueva York, tiene esta explicación de lo que pasó: "Yo creo que él (Trump) quiso limpiar antes de que entrara el Estado. Él lo que está haciendo es limpiando. Él siempre ha dicho que no quiere indocumentados trabajando. Y ahora que realmente chequen los papeles, como debe ser, claro que no le van a encontrar nada porque ya sacó a toda la gente".
Para explicar el despido de los trabajadores, Eric Trump -uno de los hijos del Presidente que manejan sus propiedades- le dijo al Washington Post que "estamos haciendo un amplio esfuerzo para identificar a los empleados que hayan dado información falsa y fraudulenta para obtener empleo de manera ilegal. Cuando sea identificado, cualquier individuo será despedido inmediatamente". Y luego concluyó: "El sistema está roto".
Lo sorprendente no es que varios indocumentados hayan trabajado en las propiedades de Donald Trump durante años, sino que pretendamos que eso es algo inusual. No lo es. Pasa hasta en las mejores familias. En todos lados hay indocumentados trabajando por nosotros y para nosotros. Y todos nos beneficiamos de su trabajo: cosechan lo que comemos, construyen las casas y apartamentos donde vivimos, cuidan a nuestros hijos y les dan los empleos que la mayoría de los estadounidenses rechazan.
Es de una enorme hipocresía el criticar a los inmigrantes indocumentados y, al mismo tiempo, beneficiarse de ellos. Sería muy difícil encontrar a algún estadounidense cuya vida no haya sido impactada positivamente por el trabajo de los indocumentados. Ni siquiera el presidente de Estados Unidos se salva.
Estados Unidos, lo han dicho todos, es una nación de inmigrantes. Pero este es un concepto bajo ataque. Hay muchos estadounidenses que están asustados con la revolución demográfica que estamos viviendo -todos seremos parte de una minoría en el 2044- y preferirían que el país dejara de aceptar a tantos inmigrantes (legales e indocumentados) y se convirtiera en una nación de colonos o viejos ciudadanos.
Constantemente escucho injustos ataques a los indocumentados, empezando por Trump. Pero esos despiadados críticos se rehúsan a reconocer que cada vez que van a un restaurante, a un hotel o reciben un servicio, son ayudados por uno o varios indocumentados. Así es la vida en Estados Unidos.
Lo ideal sería legalizar a los 10.7 millones de indocumentados que había en el país en el 2016, según la organización Pew. Pero los tiempos políticos no están para legalizaciones. El modo hoy es solo uno: sobrevivir a Trump.
Mientras tanto, Gabriel y Margarita esperan que no los deporten. "No hemos cometido un delito", me dijo él. "Somos gente trabajadora. Hay mucha igual que nosotros".
Posdata. Aquí pueden ver la entrevista con dos de los indocumentados que trabajaron para Trump: https://youtu.be/LRcsCcKkquk
@jorgeramosnews
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La 4T y la corrupción/Ana Laura Magaloni Kerpel
Reforma 02 Feb. 2019
Esta semana, López Obrador anunció que los tres funcionarios de Pemex involucrados en la Estafa Maestra tendrán que dejar sus cargos. "No podemos nosotros tolerar nada que tenga que ver con corrupción, ni siquiera aceptar sospechas", afirmó AMLO en la conferencia de prensa del jueves pasado. Ese mismo jueves, en un evento en Tlaxcala, en medio del entusiasmo y aplausos de los asistentes, insistió en que su gobierno es diferente y que no tolerará la corrupción ni la impunidad. Si este propósito lo logra materializar AMLO, habrá cambiado de raíz la forma histórica en que se ha ejercido el poder en México. Sin embargo, la pregunta central es cómo va a cumplir con este objetivo.
Lo primero que se puede observar de forma muy clara es la austeridad de la nueva administración, lo cual no sólo pasa por los sueldos sino también por los recortes a la suntuosidad que ha caracterizado el ejercicio del poder: camionetas, choferes, viajes, apoyos, vales de gasolina y un largo etcétera. Los altos funcionarios de esta administración no están ahí para que el erario les permita vivir como sultanes. Los excesos a los que estaba acostumbrada la alta burocracia en México ya no forman parte del presupuesto de egresos. Frenar estos excesos es un primer paso para generar una nueva cultura burocrática respecto de qué significa gastar dinero público y cómo se debe justificar el ejercicio del presupuesto. Sin embargo, ello no asegura que los funcionarios no cometan actos de corrupción.
Un segundo elemento distintivo de esta administración ha sido obligar a todos los servidores públicos federales a hacer pública su declaración patrimonial. AMLO les puso un ultimátum esta semana: no hay funcionario federal que pueda seguir trabajando sin haber hecho pública su declaración patrimonial. Ello es un ejercicio de rendición de cuentas y, sin duda, un parámetro objetivo para contrastar el patrimonio de los funcionarios a lo largo de esta administración. La integridad de la alta burocracia es un asunto que le importa mucho al Presidente.
No obstante, el liderazgo de AMLO y su preocupación por la integridad de su gabinete no va a ser suficiente para dejar un país distinto en términos de corrupción. AMLO requiere, además, que la Función Pública, la UIF, el SAT y la Fiscalía trabajen conjuntamente para detectar y sancionar la corrupción de forma sistémica. Los funcionarios de Pemex vinculados con la Estafa Maestra los detectó Animal Político, no la Función Pública ni la Fiscalía. Es indispensable que AMLO se apoye en procesos institucionales y no sólo en su liderazgo para cumplir con la promesa de erradicar la corrupción y la impunidad.
La información clave para detectar la corrupción depende de la SHCP. En el sexenio pasado, los esfuerzos de algunas fiscalías locales por perseguir la corrupción se toparon muy rápido con la resistencia de la UIF, la CNBV y el SAT para darles acceso a la información clave de los sospechosos. También se toparon con jueces federales que frenaron los procesos judiciales locales a través del amparo, y con la
SCJN que estableció algunos criterios que dificultaron aún más el acceso de las fiscalías a la información financiera de los sospechosos. En esta administración, dejando a un lado los problemas con los jueces federales, el principal obstáculo a vencer no va a ser la protección desde la SHCP a los sospechosos. Ahora lo que parece más relevante es que AMLO le apueste a la construcción de una Fiscalía Anticorrupción, en coordinación con las instituciones de la SHCP, con las capacidades para garantizar que los delitos relacionados con hechos de corrupción durante su sexenio no van a quedar impunes. La combinación entre el liderazgo de AMLO e instituciones que garanticen que la corrupción se investiga y se sanciona de forma impersonal y sistémica puede tener la fuerza para romper las inercias del pasado. La sola fuerza de voluntad de AMLO, en cambio, no va a ser suficiente para dejar un país distinto hacia el futuro en materia de corrupción...
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