15 jun 2019

Las columnas políticas, hoy, sábado 15 de junio de 2019...

A diez días de que el juez dicte una sentencia, la defensa de Joaquín Guzmán, declarado culpable de narcotráfico, insiste en repetir el juicio del líder del Cártel de Sinaloa.
En un escrito dirigido al juez Brian Cogan, el equipo de abogados del mexicano retomó los argumentos de presunto incumplimiento de las normas por parte de miembros del jurado al consultar información del juicio a través de internet y redes sociales.

En 34 páginas, los abogados solicitan una visita pública para discutir el asunto al considerar lo "suficientemente fuertes" las declaraciones de un testigo sin identificar a un medio estadounidense.
En la entrevista publicada, dicho miembro del jurado aseguraba que al menos cinco integrantes contrariaron las órdenes del juez y siguieron el caso a través de medios y redes durante el juicio.
"El jurado sostuvo que varios miembros del panel habían "violado" de forma generalizada su juramento, y habían desobedecido las instrucciones de la Corte", asegura el escrito.
 Guzmán fue declarado culpable el pasado 12 de febrero, de diez delitos de narcotráfico por un jurado que deliberó durante seis días, en un proceso que se prolongó casi cuatro meses.
La Fiscalía anunció en abril su rechazo a la petición de los abogados argumentando que las información publicada por el medio no es demostrable, por lo que el juicio no debería repetirse.
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Las columnas políticas, hoy, sábado 15 de junio de 2019...,
 Frentes Políticos/Excelsior..
1. Gran semana. El Consejo Mexicano de Negocios acordó con el presidente Andrés Manuel López Obrador invertir en 2019 mínimo 32 mmdd, y Carlos Salazar, presidente del CCE, pidió un ambiente adecuado para invertir en el país. Además, el anuncio hecho por la iniciativa privada “ayuda a mejorar el clima para hacer negocios y la confianza en México”, consideró el presidente de Grupo Bursamétrica, Ernesto O’Farrill. Las comisiones aprobaron el T-MEC y pasó al pleno del Senado para su ratificación; será votado el próximo 18 de junio. La comitiva negociadora regresó triunfal de la guerra de los aranceles. A estas alturas, de Trump ni quien se acuerde…
hasta que vuelva a aparecer en nuestras pesadillas. ¿Se arma o no se arma el desarrollo?
2. ¡Esquina bajan! Se le estaba haciendo tarde al académico Tonatiuh Guillén López, quien ayer renunció a la dirección del Instituto Nacional de Migración (Inami). Dicen que lo hace por tacto político, o por no comulgar con la política exterior a aplicarse de aquí en adelante en el tema de los migrantes, pero lo que se observó en las semanas recientes fueron los agujeros del Inami para contener a los migrantes detenidos, y las fugas han sido cada día más escandalosas. No se va mal. Olga Sánchez Cordero, secretaria de Gobernación, agradeció y reconoció “el trabajo comprometido y leal” de Guillén, aunque mejorar la estrategia de migración es prioritario, y su presencia, pues ya no. Al quite, Francisco Garduño, quien se desempeñaba como encargado de los penales federales. Otro al que bajan del barco.
3. Historia de terror. Alejandro Encinas Rodríguez, subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración, anunció que la prioridad que tiene el gobierno federal, “es enfrentar, revertir y resolver el problema de la desaparición y la identificación de personas”. Precisó que en Tamaulipas, Veracruz, Jalisco, Nayarit, Guerrero y Colima se registra el mayor número de desapariciones forzadas; “Es más delicado, pero no se trata de cuántos casos son, si uno o mil, son hechos graves que se tienen que atender en igualdad de circunstancias”, dijo. Durante su participación en la Reunión del Grupo Nacional de Servicios Periciales y Ciencias Forenses, en Los Cabos, Baja California, Encinas calificó la desaparición forzada de personas como una crisis humanitaria y de emergencia. Y reveló la cifra del miedo: hay más de 26 mil cuerpos sin identificar en el país. Duele.
4. El poder de la red. Un vergonzoso video fue exhibido en redes sociales: empleados de la delegación del ISSSTE en Querétaro bajaban a rastras los cuerpos de pacientes fallecidos, debido a la descompostura de dos elevadores del hospital general. Ana Gabriela Echeagaray Sánchez, jefa de la Unidad de Atención al Derechohabiente y Comunicación Social de la delegación del Instituto, afirmó en un comunicado que el elevador que provocó tan penosa escena en la que los empleados improvisaron maniobras ya se reparó. “Con relación al mantenimiento correctivo del elevador se informa que está funcionando al 100 por ciento desde el día miércoles 12 de junio por la tarde”. Nos habían dicho que el sistema de salud pública estaba por los suelos, ¿pero esto?
5. Aplíquense. No hay manera de mantener una administración pública ordenada sin archivos veraces, ciertos, identificables y actualizados, advirtió Francisco Javier Acuña Llamas, comisionado presidente del Inai, durante la entrada en vigor de la Ley General de Archivos. Sostuvo que estos documentos son determinantes para garantizar a las personas los derechos de acceso a la información y de protección de datos personales, pero advirtió que el diagnóstico actual de los fondos documentales es “lamentable”, por la ausencia de procesos y técnicas claras para su conservación, así como por la falta de presupuesto para implementar sistemas institucionales en la materia. Pocos asientan claramente y con testigos su paso por las instituciones. Buenas obras y triquiñuelas no llegan ni al cajón.
¿Qué esperan para corregirlo?
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Templo Mayor/ Reforma
VAYAN marcando en su calendario el Verano del 2021, porque Andrés Manuel López Obrador ya dijo que habrá nuevo aeropuerto sin importar los amparos promovidos por ciudadanos para frenar las obras en Santa Lucía hasta garantizar su seguridad.
Y LA DUDA no es si en dos años podrá cortar el listón de un edificio o incluso de una pista. El asunto es si lo que inaugure cumplirá con las características mínimas de seguridad de un aeropuerto internacional.
NO ES POR andar de aguafiestas pero muchos capitalinos recuerdan que, cuando fue jefe de Gobierno, López Obrador entregó obras que no quedaron bien con tal de cumplir con las fechas que él mismo se impuso.
OCURRIÓ con la primera línea del Metrobús cuyos carriles tuvieron que ser reconstruidos meses después, pues no aguantaron el peso de los camiones. También las piezas de plástico del confinamiento fueron reemplazadas por otro modelo porque se rompieron.
QUIZÁS lo más preocupante es que, evidentemente, el grado de complejidad y los riesgos de una obra de transporte público terrestre no son ni remotamente comparables con los que implica la construcción de un aeropuerto. ¿Sí lo habrán pensado en Palacio Nacional? Es pregunta que no vuela.
CUENTAN que la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, prepara un cambio importante en la Procuraduría de Justicia local a raíz del secuestro y asesinato de un estudiante y la muerte violenta de otro en las últimas dos semanas.
SEGÚN ESTO, Bernardo Gómez del Campo dejaría la jefatura de la Policía de Investigación y llegaría en su lugar Omar García Harfuch, hasta hace días director de la Agencia de Investigación Criminal de la FGR.
RESULTA revelador que el también nieto del general Marcelino García Barragán e hijo del abogado Javier García Paniagua y la actriz María Sorté se especializara en resolver secuestros durante el sexenio de Enrique Peña Nieto.
Y VAYA que sería una señal importante de Sheinbaum contratar a un policía experto, con buena trayectoria, sin importar que colaborara con el anterior gobierno federal.
DICEN por ahí que al nuevo titular del Instituto Nacional de Migración, Francisco Garduño, le van a resultar muy útiles sus títulos de abogado, maestro en Derechos Humanos y doctor en Derecho.
PERO que nada le servirá más que haberse graduado en 1972 como optometrista. Porque... ¿quién mejor capacitado que él para "mejorar la visión" de Donald Trump sobre la política migratoria de México? Es chiste, parezca lo que parezca.
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Soberanía simulada
Arsenal/FRANCISCO GARFIAS
Excelsior
Ya sabemos qué va a pasar en el día 46, una vez que se venza el plazo acordado por el gobierno de Donald Trump a México, en caso de no controlar el flujo de migrantes  hacia Estados Unidos.
No hay nadie que ponga en duda que el presidente de Estados Unidos volverá a amagar con imponer aranceles a las importaciones mexicanas, agotado el plazo que estableció.
Pero hay un párrafo en la  declaración conjunta surgida de las negociaciones realizadas en Washington –cuya copia fue entregada por Ebrard al Congreso–, que sugiere que se cedió algo más por parte del gobierno de AMLO.
Va textual lo que dice la traducción de ese larguísimo párrafo, incluyendo los errores de redacción y sintaxis, que leyeron los legisladores antes de la comparecencia del canciller.
“Si los Estados Unidos determinan, a su discreción después de 45 días naturales desde la fecha de emisión de la declaración conjunta, que las medidas adoptadas por el gobierno de México alcanzaron los resultados suficientes para hacer frente al flujo de migrantes que llegan a la frontera sur de Estados Unidos, el gobierno de México tomará todas las medidas necesarias bajo su legislación nacional para que el acuerdo entre en vigor  dentro de los 45 días”.
¿Qué significa que el gobierno mexicano tomará  las medidas necesarias bajo su legislación nacional para que el acuerdo entre en vigor dentro de 45 días? ¿Se van a modificar las leyes para empatarlas con las necesidades que nos impone la Unión Americana? ¿Por eso Trump hablaba del Congreso mexicano?
El canciller Ebrard rechazó ayer una y otra vez que se trate de satisfacer la exigencia trumpiana de convertir a México en “tercer país seguro”. Pero si no es, parece… ¿O no?
Hubo cambios en el Instituto Nacional de Migración (Inami). El comisionado Tonatiuh Guillén  fue “renunciado” ayer a ese cargo en plena crisis con los vecinos del norte  por el flujo de migrantes.
El propio Andrés Manuel López Obrador dijo que tomó la decisión del relevo desde que se conformó el equipo que encabeza Marcelo para atender el problema de los migrantes. “Lo hicimos en buenos términos. No hay rupturas”, aseguró.
Al Inami, por cierto, le recortaron 23 por ciento de sus recursos en el presupuesto 2019. El nuevo comisionado, Francisco Garduño,  va a tener que hacer milagros.
Para complacer las exigencias de Estados Unidos de llevar el muro al Suchiate, se van a incorporar, entre otros,  850 nuevos agentes al Inami, además de los 6 mil de la Guardia Nacional que se desplegaron.
Llama la atención, como lo hizo notar el panista Juan Carlos Romero Hicks durante la comparecencia de Marcelo, que Francisco Garduño era, hasta ayer, encargado de los penales federales.
¿Nos vamos a convertir en una gran prisión?”, preguntó el panista de Guanajuato en la sesión de la Permanente.
 En Gobernación también hay cambios. Héctor Gandini renunció ayer a la Coordinación de Comunicación Social de esa muy disminuida Secretaría (ya le quitaron hasta Migración) para incorporarse al cuerpo de asesores del director del IMSS, Zoé Robledo.
López Obrador anda despistado. O al menos eso parece.  Les cuelga milagritos a los conservadores fifís que vienen de su parroquia chaira.
Ayer se aventó la puntada de decir que  la versión de que regresa a nivel nacional  el cobro de la tenencia vehicular, que desmintió categórico, es de sus “cretinos” adversarios conservadores “que quieren que nos vaya mal”. 
No se habrá enterado de que la propuesta de restablecer ese cobro la hizo su subsecretario de Hacienda, Arturo Herrera, y fue  aplaudida por el diputado Alfonso Ramírez Cuéllar, presidente de la Comisión de Presupuesto en San Lázaro. La tenencia actualmente se cobra en 13 estados, es un impuesto progresivo porque pagan más los contribuyentes de más ingresos, dicen sus promotores.
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Vecinos del Führer/Jorge Volpi
Reforma, 15 Jun. 2019
Pocas desgracias mayores que ser vecinos de un líder desaforado y sin escrúpulos. Y, peor aún, si está revestido de un poder incomparable. México, hoy, vive una situación semejante a la de Checoslovaquia y Polonia antes de la Segunda Guerra Mundial. El símil no es exagerado: la Alemania de Hitler no era, en ese momento, la maquinaria del horror en que se convertiría poco después, sino una nación autoritaria que discriminaba ferozmente a los judíos -al igual que a homosexuales, gitanos y, en general, no arios- y que se presentaba, sin embargo, como defensora de los derechos de las minorías alemanas en estos países.
Trump parece haber copiado la misma estrategia empleada por Hitler en esa época: achacarles a otros -los migrantes centroamericanos- la decadencia de su país, crear un estado de emergencia artificial y valerse de la fuerza, en contra de toda legalidad internacional, para presionar a otra nación -México- a realizar el trabajo sucio contra ese falso peligro.
El ultimátum de Trump de hace una semana, que nos obliga a elegir entre endurecer nuestra política migratoria o aceptar un injusto aumento de aranceles a los productos mexicanos, recuerda los enviados por Hitler contra los gobiernos checo y polaco antes de que la Alemania nazi se decidiera a invadir ambas naciones. La estrategia radica en colocar a regímenes más débiles en posiciones insostenibles, bajo una espada de Damocles permanente, a fin de convertirlos en rehenes al servicio de sus intereses.
En medio de la crisis, no hemos calibrado suficientemente la vileza y la perversidad moral y política de Trump. Por más que el número de migrantes centroamericanos que buscan asilo en Estados Unidos haya aumentado como consecuencia de la violencia de esta región, en ningún caso representan un peligro para la seguridad nacional de Estados Unidos. Se trata de una burda estratagema para azuzar a los sectores más conservadores y racistas en su afán por conservar su apoyo durante la larga campaña por la reelección que el presidente estadounidense ya ha iniciado.
No hay otro motivo detrás del dilema en que nos ha colocado Trump: su único objetivo radica en obtener crédito entre sus seguidores al mostrar cómo ha doblegado a México, caracterizado como único responsable del problema. Tal como hizo Hitler al amenazar con invadir Checoslovaquia si no se le entregaban los Sudetes, Trump amaga con desatar una grave crisis económica -algo más eficaz que una invasión- si no cumplimos con su exigencia de transformarnos en un dique contra los migrantes.
El dilema es indecente: la crisis migratoria es una mentira, la amenaza de aumentar aranceles viola todos los acuerdos de libre comercio y la nueva política migratoria que se nos impone representa una violación constante a los derechos humanos que contradice todos los principios que ha defendido México hasta el momento. Que el número de migrantes mexicanos hacia
Estados Unidos haya disminuido no debe hacernos olvidar quiénes son los migrantes: seres humanos en busca de un futuro mejor para ellos y sus familias. Aceptar que sean deportados masivamente a nuestro país desde la frontera norte y deportarlos o impedirles el paso por nuestra frontera sur, nos convierte en celadores de Trump.
Y, sin embargo, como comprobaron Checoslovaquia y Polonia, no hay casi margen de maniobra cuando un líder desaforado y sin escrúpulos, dispuesto a todo con tal de conservar el poder, amenaza a una nación menos poderosa: todas las opciones son malas. Incumplir sus caprichos -de aquí a noviembre de 2020- representaría agravar la situación económica de millones de mexicanos. Nuestro gobierno, como los de Bene o Moscicki, ha hecho lo mejor que ha podido en estas circunstancias. Pero ello no debería hacernos olvidar que nos estamos transformando en cómplices de la discriminación y seguimos a merced de los intereses personales del energúmeno. No lo olvidemos: Checoslovaquia y Polonia cumplieron todas las exigencias de Hitler pero, al final, Alemania los invadió de cualquier modo.
@jvolpi

Ni Trump ni AMLO podrán/Jorge Ramos Ávalos
Reforma, 15 Jun. 2019
El miedo y el hambre son más fuertes que cualquier otra cosa. No importa lo que hagan los presidentes de México y Estados Unidos, los inmigrantes centroamericanos seguirán huyendo de sus países hacia el norte. Es muy poderoso lo que los empuja a emigrar de Honduras, El Salvador y Guatemala: violencia brutal, pobreza extrema y cambio climático. Y es muy atractivo lo que buscan: la posibilidad de vivir en el país más rico del mundo. El nuevo muro Trump-AMLO no los podrá detener.
"De morir en Honduras, mejor morir en otro país", me dijo en Tapachula, México, un padre que empujaba en una carriola a una niña de un año. Él era parte de esa primera gran caravana de unos siete mil centroamericanos que cruzó México en octubre del año pasado. En ese mismo grupo había una niña hondureña de 11 años que se quedó en silencio cuando le pregunté sobre las maras en su país. Ella, desde pequeña, aprendió a oler el peligro. Por eso se van.
La frontera entre México y Guatemala siempre ha estado abierta. Recientemente crucé en una balsa el río Suchiate, que divide a ambos países, y nadie me pidió pasaporte en ninguna de las dos orillas. Pero eso podría empezar a cambiar.
La Guardia Nacional de México es, todavía, un experimento. Acaba de ser creada y no ha probado su efectividad. Sin embargo, seis mil de sus miembros sí le complicarán el paso a los centroamericanos por el sur de México, como acordaron en Washington los representantes de Andrés Manuel López Obrador y Donald Trump.
México, en la práctica, se está convirtiendo en la policía migratoria de Trump. La Guardia Nacional debería dedicarse, principalmente, a reducir la criminalidad en México -evitando asesinatos como el del estudiante Norberto Ronquillo y la periodista Norma Sarabia- en lugar de detener a inocentes inmigrantes centroamericanos que quieren llegar a Estados Unidos. (Más de 14 mil mexicanos han sido asesinados desde que AMLO tomó posesión). México está distrayendo enormes recursos para hacerle el trabajo sucio a Trump.
México, también, aceptó convertirse en la sala de espera de Estados Unidos. En las ciudades fronterizas del lado mexicano tendrán que esperar durante meses o años miles de inmigrantes centroamericanos que solicitan asilo político en Estados Unidos. No importa si le llaman "Protocolo de Protección al Migrante" (MPP) o si luego se convierte en "Tercer País Seguro", México está haciendo lo que Trump quería.
Celebro, con todos los mexicanos, que Estados Unidos no impuso aranceles a los productos de México y que no se haya descarrilado la aprobación del nuevo tratado de libre comercio (T-MEC). Pero me duele enormemente que México haya cedido a los chantajes de Trump. Y vienen más.
El presidente López Obrador, en una de sus conferencias mañaneras, dijo que "vamos a continuar la política de no confrontación" con Trump. El problema es que Trump no sigue esa misma política. El presidente de Estados Unidos es un bully, ya se dio cuenta de que México cedió rapidito ante sus presiones y va a seguir usando la misma estrategia para buscar su reelección hasta noviembre del 2020. México es el enemigo favorito de Trump. Y ahora ya sabe cómo ganar.
Los perdedores en esta crisis son los centroamericanos que tienen legítimas razones para abandonar sus países. Hondureños, salvadoreños y guatemaltecos tienen toda la razón en sentirse engañados. Los primeros días de AMLO en el poder fueron recibidos en México con los brazos abiertos y con promesas de visas y trabajo. Luego, sin avisar, México empezó a deportar a miles a sus países de origen. Y ahora, tras el acuerdo con Trump, la nueva orden es: no hay paso.
A pesar de las nuevas restricciones, nada puede detener a un padre o a una madre que quiere salvar a sus hijos de muerte, hambre o violación. El acuerdo entre Trump y AMLO no podrá terminar con esta ola centroamericana. Es demasiado poderosa. Sí, la pueden desacelerar. Pero no acabar con ella.
En medio de un calor sofocante y un sol castigador, recuerdo el encuentro en Tapachula, Chiapas, con Óscar, un niño hondureño de 10 años de edad. A pesar del cansancio, seguía caminando. ¿Qué piensas de Estados Unidos?, le pregunté. "Que es bonito", me contestó. Trump y AMLO nunca podrán matar esa esperanza.
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  Con la memoria de Porfirio hemos topado
Retrovisor/IVONNE MELGAR
Con la memoria de Porfirio hemos topado
Muñoz Ledo recordó que ni podemos desentendernos de lo que hemos sido ni borrar la historia: advirtió que un amparo podría parar la intención de violentar el derecho de tránsito de los migrantes
Vamos a romper los moldes de la política porque esto es un cambio de régimen, adelantó hace 11 meses López Obrador.
Y son varias las transformaciones acumuladas: desde el abandono a la sede de Los Pinos y los viajes al extranjero, hasta la liquidación de programas que se consideraban de Estado, pasando por el rechazo al contrapeso de los organismos autónomos, llámese CNDH, CRE, Inai, INE e INEE.
Pero el cambio que el Presidente protagoniza es el de dar por bueno lo que antes se consideró nocivo: desde el uso de elementos militares para contener la migración en la frontera sur hasta el abierto apoyo a Estados Unidos para regularla. 
La fuerza de la narrativa gubernamental ha logrado convencer a millones de que de nada sirvieron las reformas educativa y energética del sexenio anterior y de que aún no es el momento para que los soldados y marinos regresen a sus cuarteles.
La hegemonía del discurso oficial no tiene antecedentes en el México moderno.
A los altos niveles de credibilidad de la palabra presidencial se suma el peso parlamentario de Morena y de sus aliados en el Congreso.
Así que, excepto la revocación de mandato que sigue sin alcanzar la mayoría calificada, el resto de los cambios constitucionales ha contado con el aval del Poder Legislativo: contra reforma en educación, las designaciones del fiscal Alejandro Gertz y la ministra Yasmín Esquivel y  la Guardia Nacional.
Todo parecía miel sobre hojuelas para la retórica de la 4T, hasta hace una semana, cuando el presidente de la Cámara de Diputados, el morenista Porfirio Muñoz Ledo, asumió la voz disidente frente al compromiso pactado, con el visto bueno de López Obrador, por el canciller Marcelo Ebrard en Washington.
Las críticas de quien fuera representante de México ante la ONU a las implicaciones del acuerdo entre el gobierno mexicano y Donald Trump en la contención de migrantes centroamericanos fueron subiendo de tono en la semana, hasta  convertirse ayer en la nota disonante de la comparecencia de Ebrard y la secretaria de Economía, Graciela Márquez, en la Comisión Permanente del Congreso, al advertirles que un amparo podría parar la intención de  violentar el derecho de tránsito de los migrantes.
Abierto opositor desde el miércoles al despliegue de la Guardia Nacional en Chiapas, Muñoz Ledo recordó la singularidad de nuestra historia diplomática al apegarse, siempre, dijo, a las leyes y los principios, los que ahora estarían en riesgo, según su análisis.
Independientemente del tono que tomen en lo sucesivo los cuestionamientos del decano parlamentario, sus reflexiones han marcado un antes y un después en la exitosa narrativa presidencial.
Si bien, antes, Germán Martínez contradijo el discurso de la 4T al renunciar a la dirección del IMSS y advertir de la distancia entre el decretado fin del neoliberalismo y sus crueles reflejos en la desatención de la salud, el mérito adicional del presidente de San Lázaro es que ha ventilado sus diferencias de cara al gobernante y en el escenario del contrapeso legislativo.
“Algún diplomático histórico dijo: ninguna política más práctica que la mexicana, siempre están friega y friega con sus leyes y sus trancazos”, contó Muñoz Ledo este viernes en el Senado.
Afuera del recinto, en una imagen ilustrativa de cómo los moldes de la política también pueden romperse para involucionar y crear desorden, la segregada del pacto con Trump, la secretaría de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, declaraba sobre la renuncia del hasta ayer titular del Instituto Nacional de Migración, Tonatiuh Guillén, y minimizaba el hecho de que ahora Ebrard lleve ese tema, argumentando que nunca ha sido celosa.
Adentro, Muñoz Ledo advertía sobre el riesgo de que el canciller opere como una especie de jefe de gabinete en un país presidencialista.
“Creo que no conviene, señor secretario, que usted asuma todas las funciones, porque perdemos margen de maniobra y porque, además del abuso de funciones, que no es el caso, hace nulas las decisiones y, además, que no lo hinchen tanto porque me lo van a reventar”, alertó el diputado.
El valor del disenso del lúcido e inigualable tribuno, al margen de que mañana pueda suavizar sus palabras, es que ha traído al escenario de la relación con EU la vigencia de la memoria.
Protagonista del PRI, del PRD, del foxismo y ahora de la 4T, Muñoz Ledo ha colocado en el debate nacional la moción de que ni podemos desentendernos de lo que hemos sido ni borrar la historia.
Porque la memoria pesa y pesará todavía más si el prometido cambio de régimen se queda sólo en el sacudimiento de las formas.
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45 días y un sexenio/
SOBREAVISO / René Delgado
Reforma, 15 Jun. 2019
Antes, la mejor política exterior era la interior; ahora, la mejor política interior es la exterior.
El comprensible afán de atender las amenazas de Donald Trump y su reclamo de frenar la migración hacia Estados Unidos, invirtió los términos del postulado lopezobradorista.
Sólo así se explica el descuadramiento de la administración y la conversión de Marcelo Ebrard en secretario del Interior y el Exterior, el primer-primer ministro. Non destacado entre pares aplanados o aplastados, que sólo requiere de obediencia y disciplina de los colaboradores, puestos a su disposición.
Ese giro plantea dudas sobre el posterior efecto colateral y la ausencia de una estrategia de un alcance mayor a cuarenta y cinco días.
Primera duda: ¿qué necesidad de deformar la Guardia Nacional?
Más de una vez se reiteró: la nueva fuerza de seguridad entraría en funciones el 30 de junio con cincuenta y tres mil elementos, al transferirse estos de las policías militar, naval y federal a la Guardia.
Ahora, sin embargo, seis mil de sus supuestos integrantes (11.3%) están llamados a contener el flujo migratorio hacia Estados Unidos, operando en la frontera sur del país. La Guardia destinada a detener criminales, arranca deteniendo migrantes. ¿Qué necesidad de deformar su función en su estreno extraoficial?
Si Ciudad de México, Estado de México, Guanajuato, Guerrero, Jalisco, Michoacán, Morelos y Veracruz eran las entidades a las cuales la Guardia daría prioridad en su inicio, estableciendo 150 coordinaciones territoriales, ¿cómo queda el estado de fuerza con la disminución de efectivos enviados al sureste?
Hay, por lo demás, un hecho ineludible: colocar un brazalete a los soldados no disfraza el carácter militar de la operación en el Suchiate. Si irritaba que Estados Unidos militarizara la frontera en El Bravo, México lo evitó militarizando la frontera sur con tal de saciar al socio amenazante.
Segunda duda: ¿por qué se ignoró a la flamante Secretaría de Seguridad?
Suponiendo sin conceder que son elementos de la Guardia Nacional quienes contendrán el flujo migratorio, ¿por qué la ausencia del secretario de Seguridad y del comandante de la Guardia, Alfonso Durazo y Luis Rodríguez Bucio, en las reuniones habidas aquí y en Estados Unidos en relación con el compromiso adquirido?
Si, en efecto, la Guardia es la responsable de la operación, asombra que ni el comandante de ella ni el secretario del ramo hayan sido considerados. En su lugar apareció el general Vicente Antonio Hernández Sánchez, comandante de la 36a. Zona Militar con cabecera en Tapachula, Chiapas, que coordinará la operación. Pero ¿qué no fue una larga discusión aquella del mando civil de la Guardia?
Al grupo comisionado para frenar a los migrantes se incorporó a Francisco Garduño que, al momento de su nombramiento, se desempeñaba como comisionado del Órgano Administrativo Desconcentrado de Prevención y Readaptación Social, o sea, administraba los penales. Ahora, se encargará de los migrantes. Sustituirá a Tonatiuh Guillén en el Instituto Nacional de Migración. Un celador en lugar de un profesor. ¡Qué mensaje!
Si forma es fondo, es clara la militarización de la seguridad nacional, interior y pública, y la criminalización de los migrantes. ¿Qué caso crear la Secretaría de Seguridad si su función hoy es de ornato?
Tercera duda. ¿Cómo queda ahora la Secretaría de Gobernación y, con ella, la Subsecretaría de Derechos Humanos, Población y Migración, el Instituto Nacional de Migración y la Comisión Mexicana de Ayuda a los Refugiados?
Disminuida desde hace años en sus funciones relacionadas con la política, la inteligencia, la seguridad y, ahora, la migración y las iglesias, Gobernación vive uno de sus peores momentos.
Más allá de las declaraciones y silencios de los funcionarios de esa dependencia intentando atemperar o evadir cuanto ocurre en estos días, es evidente su descuadramiento. A la renuncia de Tonatiuh Guillén al Instituto Nacional de Migración seguirán otras bajas, o bien, el traslado oficial de algunas de sus facultades, como la migratoria, a otras instancias.
La emergencia a punto está de desarmar Gobernación. No deja de ser curioso que, si bien el presidente López Obrador rechaza ser un florero, le encanta tener floreros a su lado.
La amenazante coyuntura ha metido en un problema mayor a la administración.
Habiendo hecho cambios en la Ley Orgánica de la Administración, ahora, se han operado ajustes que desfiguran al gobierno y descuadran la administración, dejando al garete efectos no deseados. No es una cuestión de celos la que se ha despertado en el gabinete, es una crisis en la esfera de sus atribuciones. De no corregirse, la viabilidad del propio gobierno podría verse en un apuro.
En el ánimo de conjurar la amenaza arancelaria en cuarenta y cinco días sin ni siquiera fijar una métrica para evaluar los resultados del compromiso adquirido, se perdió de vista una estrategia de mayor alcance. Todo el esfuerzo está puesto en satisfacer a Donald Trump, pero no en advertir el peligro supuesto en la baja de la calificación crediticia del país y la pérdida de capacidad operativa del gobierno.
Importa desde luego contener o sortear la hostilidad, la unilateralidad y la procacidad de Trump y, con ello, evitar castigos y asegurar el nuevo tratado de comercio, pero ello no basta.
Es menester generar confianza a la inversión, crear condiciones para el crecimiento y la estabilidad financiera y económica. Eso exige reconocer el tamaño del problema, los limitados recursos públicos y las circunstancias internas y externas que limitan los proyectos y obligan a elaborar una estrategia de mucho mayor alcance.
Cuarenta y cinco días no suman un sexenio.
sobreaviso12@gmail.com






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