17 mar 2020

Columnas políticas hoy, martes 17 de marzo de 2020

Hugo López-Gatell, aseguró que se requieren 3 mil 500 millones de pesos para insumos que ayuden a combatir la epidemia del coronavirus, la cual podría durar 12 semanas....
Indicó que actualmente hay 82 personas con el virus en el País y más de 500 personas sospechosas.
Asimismo, ha habido evaluación de más de mil personas.
López-Gatell pidió no politizar el tema del Covid-19 y centrarse en la información técnica.
Esto luego que ayer legisladores de Oposición calificaran como un acto de ineptitud y de irresponsabilidad sus declaraciones al asegurar que de tener coronavirus, el Presidente no podría contagiar a más personas porque posee una "fuerza moral" y no de contagio.
"Me preocupa ver que se sumaron distintas voces muy legítimas creíbles, autorizadas, respetables que posiblemente motivadas por esta sensación de incertidumbre, de ansiedad natural, predecible y legítima hicieron juego desde esta perspectiva, el compromiso es centrarnos en lo técnico que me han depositado instancias para conducir la epidemia", señaló.
"Que se me vea como funcionario técnico y no se me trate de llevar a la esfera política, la cual no me interesa”.
Mmm.
Deberían voltear a ver modelo de Corea del Sur quien consiguió controlar la pandemia de coronavirus en un tiempo récord de solo una semana gracias al diagnóstico masivo de su población. 
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No cancela AMLO actos públicos solo los restringe..
Por cierto, el C. presidente informó que en sus siguientes eventos públicos se restringirá la asistencia del público ...
“Voy a ir el fin de semana a Oaxaca porque el 21 es la conmemoración del natalicio del mejor presidente en la historia de México, Benito Juárez, entonces nada más pedirle a los amigos de Oaxaca, que en este ocasión solo me reúna con los pobladores de Guelatao, que solo sea la ceremonia y ya habrá tiempo de encontrarnos en el futuro”, dijo.
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Rebasa dólar los $23
El dólar sube 1.02 pesos al menudeo, en 23.18 pesos a la venta en ventanillas de Citibanamex y 22.38 unidades a la compra.
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OCHO COLUMNAS
1. Reforma. Reclaman adeudos a Pemex
Reportan atrasos por 36 mil mdp a proveedores desde 2019
2. El Universal. Suspenden en CDMX eventos masivos por coronavirus
Ssa: hay 82 casos; declarar emergencia, aún no
3. La Jornada. Inútil oxígeno de la Fed; el pánico hunde a Wall Street
Caída de casi 13%; se contagian bolsas de valores en todo el mundo
4. Milenio. Entre 6 y 10 mil pesos, la prueba del Covid-19 en hospitales privados
Ya son once los estados que adelantarán el receso de clases para hoy y 82 casos positivos; los doce en Nuevo León, de San Pedro Garza García todos
5. Excélsior. Desde hoy, suspenden clases en 10 estados
Gobernadores adelantan medida ante pandemia 
6. El Financiero. ‘Remedio’ de la Fed no para caos en mercados
Wall Street. La caída de 12.03% en el Dow es la peor desde 1987
7. El Economista. Fiebre de mercados no baja por coronavirus
Nuevo recorte de tasas de la Fed y medidas de bancos centrales no contrarrestan las caída
8. La Razón. Espiral de temor en mercados supera salvavidas de la Fed
Mercados del mundo viven crack
9. 24 Horas. Se agudiza encierro; pandemia Covid-19 atrinchera al mundo
Además de EU y Canadá, los 26 países de la Unión Europea, Uruguay, Argentina, Colombia, El Salvador, Honduras, Guatemala, Ecuador y Chile
11. La Crónica. Le tocó a Brugada negociar cancelación del viacrucis
AMLO instruye a Sheinbaum y ésta, a la alcaldesa de Iztapalapa
12. El Sol de México. AMLO busca pacificar con la Iglesia Católica
El Gobierno Federal negocia una estrategia para la construcción de la paz
13. El Heraldo de México. CDMX prohíbe eventos masivos
Las reuniones que impliquen concentración superior a mil personas están postergadas
14. Ovaciones. Pánico derrumba Wall Street y la economía china
Trump advierte sobre recesión
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Columnas políticas hoy, martes 17 de marzo de 2020
TEMPLO MAYOR/ Templo Reforma..
NO ESTÁ CLARO si Claudia Sheinbaum está siendo rebasada por la realidad o es obediente con su jefe el presidente. De lo que no hay duda es que el gobierno de la Ciudad de México nomás no reacciona ante la crisis del coronavirus.
PORQUE por supuesto no se trata de caer en alarmismos, pero su decisión de mantener el Vive Latino para favorecer a Ocesa fue puesta a nivel internacional como ejemplo de irresponsabilidad gubernamental. Y ahí no acaba la cosa.
PESE a que la capital es la entidad con más casos confirmados de coronavirus, Sheinbaum se niega a ir más allá de lo que le marcan en la Secretaría de Salud federal. De ahí que mientras otros estados con menos casos (Tamaulipas, Jalisco, Guanajuato, Yucatán y Michoacán) ya ordenaron la suspensión de clases, en la CDMX se mantendrán hasta el viernes.
DA LA IMPRESIÓN que el plan anunciado ayer por la jefa de gobierno se queda corto, muy corto, ante el tamaño de la pandemia.
¡POR FIN reapareció Marcelo Ebrard! Y lo hizo para echarse un tiro tuitero con el salvadoreño Nayib Bukele, quien de plano acusó de "irresponsable" al gobierno mexicano. Según el mandatario, 12 personas infectadas con coronavirus viajarían por avión de CDMX a San Salvador, por lo que ordenó el cierre de su aeropuerto.
ANTE la acusación, el canciller mexicano le exigió -¡vía Twitter!- que aclarara de dónde diablos sacaba dicha afirmación y que la sustentara. Bukele no sólo se hizo pato para responder el punto, sino que le echó en cara a Ebrard haberle dado asilo a un político acusado de corrupción.
EL RÍSPIDO intercambio resultó sorpresivo porque el salvadoreño se había declarado admirador de AMLO y éste, inclusive, le había prometido hasta becas y apoyos financieros. Así que una de dos: o el gobierno mexicano no cumplió con lo prometido y por eso vino el descontón... o el salvadoreño es un malagradecido.
¿NO SERÁ que Hugo López-Gatell necesita tomarse un descanso? Y es que a más de uno sorprendieron y preocuparon sus afirmaciones de que el presidente Andrés Manuel López Obrador no podría contagiar a más personas si tuviera coronavirus, pues su fuerza es moral... ¡no viral!
SE SUPONE que el subsecretario está a cargo de todo el tema del covid-19 porque es el especialista y se enfoca en el aspecto técnico de la pandemia, pero sus dichos suenan más al fanático de una secta que al epidemiólogo ampliamente reconocido.
A LO MEJOR López-Gatell ya se contagió del virus de los que sólo buscan quedar bien con el presidente. Lo más grave sería que la ciudadanía, los gobiernos estatales y los poderes Legislativo y Judicial se queden cruzados de brazos esperando indicaciones de un equipo médico cuya credibilidad está en entredicho.
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Bajo Reserva/El Universal
Covid-19 infecta la relación México-El Salvador
Muy lejos quedaron los tiempos en los que los pleitos entre los altos funcionarios de los países se hacían por medio de notas diplomáticas, y casi siempre, con mucha discreción. Ayer el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, no tuvo empacho alguno para acusar al gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador de “irresponsable” por permitir subir a un avión que partiría de la Ciudad de México a San Salvador a —según Bukele— 12 pasajeros infectados con Covid-19. El canciller Marcelo Ebrard respondió que, en principio, el vuelo estaba cancelado. Y después, que 12 pasajeros de origen salvadoreño, que venían procedentes de Chicago y que buscan regresar a su país, simplemente portaban cubrebocas, pero no están contagiados de Covid-19, como lo confirmó la valoración que les realizaron las autoridades sanitarias del Aeropuerto de la Ciudad de México. En junio pasado AMLO golpeó por accidente la cara de Bukele durante un acto público, en aquella ocasión el mandatario salvadoreño respondió con humor: “Eso me pasa por decirle cabecita de algodón” y “AMLO gobierna con puño de hierro”. Al parecer la pandemia tiene muy nervioso a don Nayib, quien ya perdió el buen humor. ¿Será que el coronavirus infectó la relación bilateral?
La renuncia de López-Gatell
Ayer, de plano, se quitó la bata e hizo a un lado el discurso científico para pasar al terreno de la política: “La fuerza del presidente es moral, no es una fuerza de contagio…”, dijo el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, en referencia al presidente Andrés Manuel López Obrador, quien estaba junto a él escuchando sus palabras en la conferencia de prensa mañanera en Palacio Nacional. Las palabras de don Hugo motivaron que senadores de oposición exigieran su renuncia. La cabeza del subsecretario fue pedida por los legisladores de Movimiento Ciudadano. “Un hombre que hace esas declaraciones no puede seguir al frente de la emergencia por el Covid-19”, dijeron. Sin embargo, nos hacen ver que poco conocen los senadores de MC al Presidente, pues con su solicitud, lejos de obtener la cabeza de López-Gatell, lograrán que el médico-político se afiance más en su puesto.
Ni abrazos ni besos para el subsecretario
Y entre conferencia y conferencia, hoy el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, dedicará un tiempo para visitar el Senado de la República donde informará a los senadores las acciones puntuales que está llevando a cabo el gobierno federal ante la emergencia del Covid-19. Don Hugo llega ante los senadores luego de haber dicho que sería mejor que el presidente Andrés Manuel López Obrador se contagiara de Covid-19 para que, tras aliviarse, quede inmune, y de haber señalado que AMLO es una “fuerza moral”. Ahora el que tendrá que encargarse que a don Hugo no lo tunda la oposición, que como ya dijimos incluso pide su renuncia, es el coordinador de Morena, Ricardo Monreal. Una cosa segura, nos dicen, es que López Gatell no recibirá besos ni abrazos de los opositores y don Ricardo tendrá la nada sencilla tarea de que los ánimos no estallen dentro de la reunión y de que el subsecretario salga vacunado del Senado
¿Mandarán a diputados a sus casas?
Los diputados federales analizarán hoy si se deberán suspender las sesiones del pleno programadas para este miércoles y jueves, luego del puente extra-largo que se recetaron, de 5 días (viernes a martes) libres de acudir a sesionar a San Lázaro. Y aunque se mueren de ganas de trabajar, la coyuntura del Covid-19 podría arruinarles sus planes, pues el trabajo legislativo se podría posponer ante el riesgo de propagación del virus. Nos dicen que una de las impulsoras de esa medida es la presidenta de la mesa directiva, la panista Laura Rojas. Sin embargo, doña Laura ha hablado de instaurar el trabajo virtual para evitar la parálisis, no un nuevo puente. El problema, nos comentan, es que en algunas ocasiones cada quien entiende lo que le conviene. Así que con todo el dolor de su corazón es posible que los diputados tengan que dejar de ir a trabajar.
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México, contra corriente | Editorial El Universal
El reporte de este lunes de la Organización Mundial de la Salud informó de la presencia de casos de coronavirus en 151 países. La situación se ha agravado en naciones como España, Canadá y Estados Unidos… y no cede en Italia o Irán. Solo en China, lugar de origen de la enfermedad, los registros van a a la baja. Desde el viernes pasado la OMS hizo la declaración de pandemia.
Decenas de países adoptan medidas drásticas para tratar de paliar el problema desbordado y muchos más para evitar que la enfermedad alcance niveles en los que sea casi imposible atender al mismo tiempo a miles de enfermos.
“Estamos en una guerra. En una guerra sanitaria, pero el enemigo está ahí. Invisible, escurridizo”, afirmó el presidente francés Emmanuel Macron, cuando anunció que su gobierno impondrá a partir de hoy martes un confinamiento casi total para la población, que solo podrá salir de sus casas para dirigirse o volver al trabajo, ir al supermercado o acudir a centros sanitarios.
El mundo está en un elevado nivel de alerta, pero en México el gobierno federal ha decidido tomar las acciones de prevención a una velocidad más lenta, a pesar de que los casos confirmados en el país comienzan a mostrar un aumento más acelerado. El lunes sumaron 82 casos, el domingo había 53, el sábado 41, el viernes 26. En un día el incremento fue de casi 30 eventos, mientras que 24 horas antes solo se habían registrado 12 nuevos casos.
Quienes han decidido no escatimar medidas para tratar de contener la propagación son los gobiernos estatales, municipales, la iniciativa privada, los centros educativos y los sitios de entretenimiento.
En algunas entidades las autoridades educativas determinaron suspender las clases desde hoy, en lugar del próximo lunes 23, como lo anunció la Secretaría de Educación Pública.
En este como en otros casos que se han presentado en los últimos 15 meses, el país se encuentra en dos pistas. Aunque esta vez no se trata de la forma de enfrentar el huachicol, de la rifa de un avión, ni de la construcción de un aeropuerto o una refinería sino de un tema que puede desbordar el precario sistema público de salud y las finanzas de la nación.
¿Pecar de exageración o de excesiva confianza? ¿Prevenir o lamentar?
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Frentes Políticos/Excelsior
1. Cuidadosos. Poco a poco, pero inexorablemente, se va cerrando la vida pública con la cancelación de eventos, el llamado a resguardarse y la pandemia acechando al país. El presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado, Ricardo Monreal, anunció que el Senado sesionará a puerta cerrada; es decir, al pleno sólo ingresarán legisladores, ni asesores ni otro tipo de colaboradores y no se permitirán las visitas y, por si fuera poco, quienes ingresen serán expuestos a filtros sanitarios para medir la temperatura de los que entren al edificio. Será hoy martes, en la reunión de la Junta de Coordinación Política con el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, cuando se decidirá suspender o no las sesiones ordinarias. Sabemos que los legisladores están dispuestos a ausentarse de sus labores en 4, 3, 2…
2.   Manita de puerco. El Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales resolvió que la Guardia Nacional tiene que dar a conocer los montos de recursos que ejerció en 2019, precisando el rubro del gasto, tal como lo solicitó un ciudadano. En respuesta a la persona que lo requirió, la GN declaró la inexistencia, argumentando que no se le asignaron recursos en el PEF 2019. Al presentar la resolución, la comisionada Blanca Lilia Ibarra apuntó que “publicar la información requerida constituye un insumo fundamental para evaluar en qué medida la erogación de recursos para el funcionamiento de la GN está contribuyendo al mejoramiento de la seguridad pública”. ¿Por qué la necedad de vivir en el pasado? ¿Y la transparencia republicana?
3.   Expertos en todo. El diputado de Acción Nacional Iván Rodríguez Rivera demandó al gobierno federal atender y priorizar la emergencia sanitaria por COVID-19, no sólo de forma médica, sino desde una visión económica, subsanando la caída de petróleo y recuperando la perspectiva financiera del país. En medio de la incertidumbre nacional y en donde el peso perdió 9% de su valor por la pandemia, el legislador federal salió al quite y pidió al secretario de Hacienda, Arturo Herrera, dar certidumbre de que, en verdad, hay reservas y dinero suficiente para hacer frente a la enfermedad. El diputado Rodríguez Rivera adelantó que la fracción parlamentaria ya construye el proyecto para un fondo de coronavirus. Estamos salvados, los panistas se subieron al tren del COVID-19. Lo que nos faltaba.
4.   No paran. Entre los muertos de la masacre del sábado en el bar La Típica, de Salamanca, Guanajuato, se encuentra un menor de 12 años, quien caminaba junto a su mamá y su hermano en el momento en el que un comando rafagueó las inmediaciones del negocio. El menor murió cuando recibía atención médica. El padre del niño difundió en redes sociales el dolor que sufre la familia y pidió la liberación del cuerpo de su hijo para poder cremarlo. Juan Francisco Ortiz rogó: “Lo único que estoy pidiendo es que me entreguen el cuerpo para que yo lo pueda incinerar, y él pueda ir a casa, pueda estar con nosotros, con su familia. A mi hijo le daban miedo muchas cosas y estar enterrado solito en un panteón le va a dar pavor a mi bebé”. ¿Qué sentirá el gobernador Diego Sinhue Rodríguez al leer estas frases?
5.   Tiempo perdido. Un desaguisado internacional fue el que vivió ayer México debido a la rapidez con la que tuitea el presidente de El Salvador, quien no reflexiona en las consecuencias de sus actos. La supuesta presencia de 12 pasajeros con COVID-19 en un vuelo que saldría de la Ciudad de México a San Salvador provocó un cruce de señalamientos entre el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, y el secretario de Relaciones Exteriores de México, Marcelo Ebrard. El mandatario salvadoreño acusó a las autoridades mexicanas de ser omisas en la revisión de los pasajeros del vuelo AV431. “El avión no podrá ingresar al país”. Y así, sin más, con el poder que le da su hígado, cerró el aeropuerto de su país. ¿Cuáles 12 infectados?, le reclamó el canciller mexicano, quien, la verdad, debería dedicarse a temas de mayor importancia que Bukele.
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El reino de la muerte | Héctor De Mauleón
En Tercera Persona
El Universal
Al transcribir la lista de los 900 hombres que en marzo de 1520 arribaron a Veracruz en los barcos de Pánfilo de Narváez, el historiador Alfredo Chavero escribió una frase inquietante: “Juan Guía, negro de Narváez que introdujo las viruelas en México”.
En otros documentos, este personaje aparece bajo el nombre de Francisco Eguía. En todo caso, bajó muy enfermo del barco y fue alojado en una choza de Cempoallan. Unos días más tarde, Cempoallan era el reino de la muerte.
En pocos meses, una de las epidemias más devastadoras, una de las peores catástrofes demográficas en la historia de la humanidad, galopaba hacia México-Tenochtitlan, atravesando los pueblos de Tepeaca y Tlaxcala.
Relató más tarde Fray Bernardino de Sahagún:
“Se dio una grande pestilencia de viruelas de todos los indios, en el mes que llamaron Tepeilhuitl, que es al fin de septiembre. Desta pestilencia murieron muchos indios; tenían todo el cuerpo y toda la cara y todos los miembros tan llenos y lastimados de viruela que no se podía bullir ni menear de un lugar, ni volver de un lado a otro, y si alguno los meneaba daban voces. Esta pestilencia mata gente sin número (…) los que escaparon quedaron con las caras ahoyadas y algunos ojos quebrados”.
Fray Toribio de Motolinia narró que “en muchas partes aconteció morir los de una casa; y porque no podían enterrar tantos como morían para remediar el mal olor que salía de los cuerpos muertos, echábanles las casas encima de manera que su casa era su sepultura”.
La varicela procedía de las aves. El sarampión de los perros. La peste negra de las ratas. La viruela la había comunicado el ganado euroasiático. Se propagó por Europa siguiendo la ruta de la seda. Las migraciones y las guerras la hicieron cundir por todos los rincones.
Como narra Sahagún, se trataba de una enfermedad excesivamente dolorosa. El virus tenía un proceso de incubación de entre siete y 17 días. Los enfermos padecían fiebres, dolores de cabeza. De pronto empezaban a desarrollar puntos rojos en la piel, que al paso de los días se convertían en pústulas. La comezón era insoportable. En algunos casos, el fin era anunciado por hemorragias nasales.
El Códice Telleriano Remensis reproduce, en un grupo de imágenes dramáticas, las horas de la tragedia, aquellos instantes de dolor: gente moribunda, y con el cuerpo lleno de pústulas, que se queja, grita, pide ayuda, sencillamente espera la llegada de la muerte.
El contagio entró en Tenochtitlan, una ciudad de alrededor de 250 mil habitantes, días antes de la Noche Triste. Cuando Cuitláhuac hizo huir a los españoles por la calzada de Tlacopan, la epidemia no se había manifestado. El brote, que los nahuas llamaron cocoliztli, comenzó en los primeros siete días de septiembre de 1520 y, según algunos autores, en menos de dos meses ocasionó la muerte de la tercera parte de la población mexica.
Cuitláhuac, el rey de Tacuba y el rey de Chalco, entre otros, perecieron en medio de grandes dolores, y con sus ciudades pobladas por el lamento de los enfermos. Está en las crónicas: no existe nada peor que una ciudad enferma. En poco tiempo no había guerreros sanos. Quienes lograron sobrevivir al contagio quedaron con profundas y horribles cicatrices. Muchos perdieron la vista. Según el historiador Hugh Thomas, quiene sobrevivieron espantaban a quienes los miraban por las cacarañas que les quedaron en el rostro y en el cuerpo.
No existen muchos registros de cómo fueron aquellos días en los barrios desolados de Tenochtitlan. Pero es fácil imaginarlo, pues en algunas lugares la mitad de la población murió.
Para 1576 el virus se había extendido de Baja California a Guatemala (“ellos vinieron a marchitar las flores”, se lee en uno de los libros mayas), y la mayor parte de la población nativa había desaparecido. Algunos investigadores sostienen que en los brotes epidémicos de 1520, 1545 y 1576, las pérdidas de vidas humanas pudieron ser de entre el 40 y el 80 por ciento de la población de la Nueva España.
Nada se sabe sobre el fin de Juan Guía o Francisco Eguía, al que muchos consideran “el arma bacteriológica” que en 70 días ocasionó más perjuicios que todo el ejército de Cortés.
El siglo XVI quedó brutalmente marcado por sus mutilantes y espantosas enfermedades. Dejó pueblos vacíos, poblados por ciegos y “cacarizos”. Fue el reino de la muerte. Negar el poder destructivo que pueden alcanzar las epidemias es contradecir 500 años de sufrimiento y dolor.
@hdemauleon
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El presidente rebasado | Carlos Loret de Mola
Historias de Reportero
El Universal
El presidente dijo que no era necesario cancelar eventos masivos. Y fueron los artistas quienes empezaron a anunciar que no darían sus conciertos.
El presidente dijo que no tenían por qué parar las actividades culturales y económicas. Y a las pocas horas los anfitriones pospusieron el Festival de Cine de Guadalajara y el Tianguis Turístico en Mérida.
El presidente dijo que no teníamos que ser tan drásticos con las medidas anti-coronavirus como en otros países. Pero la presión de la sociedad llevó a que finalmente se dejara de jugar la Liga de futbol mexicano.
El presidente dijo que no había por qué aislarnos, pero empresarios y directivos empezaron a planear cómo podrían sus trabajadores seguir chambeando desde casa.
El presidente dijo que no teníamos por qué suspender clases. Y las universidades empezaron a anunciar cursos en línea para que sus alumnos no tuvieran que acudir a las aulas, mientras las escuelas privadas evaluaban cerrar sus puertas. Aceptó el gobierno: suspendamos clases a partir del día 20. Y le reviraron universidades, escuelas y varios gobernadores: se suspenden una semana antes.
El presidente dijo que no hacía falta hacer tantas pruebas de coronavirus a potenciales infectados. El número uno de la Organización Mundial de la Salud dijo ayer en su conferencia: “no se puede luchar contra un incendio con los ojos cerrados. Hagan pruebas, hagan pruebas, hagan pruebas”.
El presidente dijo que nuestra economía resistía. Ya está el dólar en 23 y ayer la caída en las bolsas del mundo fue peor que cuando se inventó el término “lunes negro”.
El presidente dijo que estábamos en manos de los científicos más serios. El subsecretario de Salud, que funge como secretario, y la ha hecho de vocero del tema del coronavirus, declaró que el presidente no tiene por qué evitar los actos multitudinarios porque él “es una fuerza moral, no es una fuerza de contagio” del virus.
Muchas fábricas chinas están cerradas. En Italia no dejan que ningún vehículo disfrute las privilegiadas autopistas. En Nueva York cerraron los teatros de Broadway, en París los cafés ya bajaron la cortina y en Madrid ya no hay bares abiertos. Cerró Disney todos sus parques, no hay deportes y los restaurantes más famosos del mundo han empezado a apagar sus estufas. Europa, tan acostumbrada a moverse en tren y sin fronteras, ha pedido que nadie viaje durante un mes.
Pero el presidente mexicano organiza mítines para besar niños y abrazar simpatizantes, e impulsa que se junten 50 mil personas en el festival de música Vive Latino.
Este lunes, el presidente entró a la conferencia mañanera en Palacio Nacional. Le ofrecieron gel antibacterial para que se limpiara las manos. No lo aceptó. Atrás de él venían miembros de su gabinete. Ellos sí se frotaron las manos.
Por el mundo, por la sociedad mexicana y a veces por su propio gabinete, el presidente ha sido rebasado.
SACIAMORBOS
El presidente dijo que no nos van a hacer nada las pandemias. Complete usted el párrafo.
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El problema de López Obrador/Raymundo Riva Palacio
Estrictamente Personal
El Financiero, 17 de marzo de 2020
rivapa
La declaración del subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, lo dice todo: “La fuerza del Presidente es moral, no una fuerza de contagio”. López-Gatell avanza aceleradamente por la ruta del ridículo y le hace un despropósito al país. Un científico tocado por la religiosidad del presidente Andrés Manuel López Obrador, es lo que le faltaba al vocero para la pandemia. Si las cosas se ven mal, la realidad es que están peor. Hace un par de semanas se reunió en la Ciudad de México la Comisión de Alto Nivel México y Estados Unidos, donde el tema del coronavirus fue central. La reunión terminó entre gritos y amenazas, en lo que fue el encuentro más ríspido que hayan tenido las dos naciones desde que llegó el nuevo gobierno mexicano.
Todo comenzó de la forma como todo comienza en esta administración, con un planteamiento estrambótico. El vocero de la delegación mexicana cuestionó fuertemente los protocolos en el mundo para atacar las crisis de salud. “El riesgo no es tan alto, y México de ninguna manera cerrará fronteras o tomará acciones catastrofistas en esta materia, porque no la consideran pandemia”, dijo el vocero, de acuerdo con la reconstrucción del encuentro. La descalificación de la pandemia, único país en el mundo que no la considera así, no fue lo peor de todo. Eso vendría después.
Lo que existe, agregó el vocero del gobierno de México, es un “manejo mafioso de las crisis de salud pública”. Como ejemplo, pusieron la conducción de la crisis de la epidemia del H1N1, que es un argumento que ha utilizado López Obrador para atacar al expresidente Felipe Calderón. La delegación estadounidense, que venía mostrando señales de exasperación por lo que oían y que cada vez subían el tono de su voz, explotó. Según la reconstrucción de lo que sucedió, el vocero estadounidense lo interrumpió y le pidió que la reunión continuara apegada al profesionalismo, la seriedad y el conocimiento técnico de los asuntos públicos, sin hacer declaraciones políticas o ideológicas.
En ese punto, lo que nunca había sucedido, pasó. Las dos delegaciones comenzaron a gritarse en un pandemónium, por lo que tuvo que intervenir el representante de la Secretaría de Relaciones Exteriores, la anfitriona de la reunión, y pedirles que guardaran la compostura y que dejaran que terminara la presentación el vocero mexicano. Cuando terminó de exponer el escepticismo del gobierno mexicano sobre lo que el mundo estaba haciendo y la información que estaban presentando, el estadounidense comenzó tajante: el gobierno de Estados Unidos desconfía de las “cifras alegres” del contagio mexicano.
Los estadounidenses presentaron dos documentos. El primero mostraba el crecimiento de contagios en países similares, con rutas comerciales y turísticas simétricas, para mostrar que los datos que les estaba presentando México eran menores que los de naciones análogas, sugiriendo que estaban escondiendo información o midiendo mal. El viernes pasado se publicó en este espacio que en la crisis del H1N1 en 2009, López-Gatell confundió la medición de casos confirmados con casos sin confirmar, lo que provocó decisiones equivocadas y por lo cual fue enviado a la congeladora. En ese primer documento también se enumeraban las acciones que estaban realizando los países de Centro y Suramérica, que empezaban a cerrar fronteras para cortar la cadena de contagio.
El segundo documento que les mostraron fue un estudio de científicos mexicanos, realizado a petición de la Embajada de Estados Unidos, que utilizaban un algoritmo para mostrar la tasa de contagio por cada mexicano, así como su dinamismo de acuerdo con las condiciones climáticas y sociodemográficas del país. Los mexicanos parecían azorados por los documentos que les presentaron, al carecer de esa información. Como se apuntó en este espacio el viernes, López-Gatell no ha presentado ningún modelo matemático o simulador sobre el impacto del coronavirus en México. Cuando quisieron opinar los mexicanos sobre los documentos, la impresión que dejaron, entre algunos de los participantes y los estadounidenses, era un profundo desconocimiento del tema.
En ese sentido, algo que fue notorio en esa reunión, de acuerdo con la reconstrucción, es que mientras la delegación estadounidense se presentó con una posición unificada, hubo diferencias en la delegación mexicana. Esto fue muy importante porque uno de los temas de la reunión era para hablar sobre el cierre parcial de la frontera entre los dos países, y limitar el paso humano por sus garitas, para lo cual llevaron amplia información detallada, sobre cómo lo proponían hacer. Esto era resultado del anuncio a finales de febrero del presidente Donald Trump, quien dijo que “estaba pensando qué hacer con la frontera sur”.
La intención era discutir cómo y en qué escala se cerraría la frontera, pero el resultado al final del encuentro fue distinto. El vocero de los estadounidenses dijo, en la conclusión, que dadas las claras diferencias entre la política pública de ambos países para abordar la crisis de la pandemia, todas las decisiones referentes al tráfico fronterizo dejarían de ser consensuadas y se darían en forma unilateral. A los mexicanos, les adelantaron, sólo les informarían de las decisiones que ya habían sido tomadas en Washington, sin margen a negociación. La delegación mexicana se quedó sorprendida.
El jueves pasado, casi una semana después de esa ríspida reunión, Aduanas y Protección Fronteriza cerró seis carriles de entrada en San Ysidro, que limita con Tijuana, la cuarta frontera con mayor tráfico del mundo, hasta “futuro aviso”. El cierre tenía que ver con los cambios en la ley sobre el programa 'Remain in Mexico', pero al ver la forma como enfocaban la pandemia del coronavirus, lo que pensaban de ella y su manejo ideológico como una crisis de salud, optaron por no perder más el tiempo con los mexicanos y actuar unilateralmente...
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Columnas RAZONES/Jorge Fernández Menéndez / 
Excélsior
Pandemia: en busca del tiempo perdido
• El premier canadiense de Canadá anunció una serie de medidas destinadas a ayudar a la población en términos financieros y fiscales. No queremos, dijo, “que ningún canadiense tenga que preocuparse por si podrá o no pagar el alquiler”.
Hemos perdido dos o tres semanas muy valiosas para preparar al país para la llegada del coronavirus, no sólo en términos de salud pública, sino también de blindaje económico y financiero.
Hemos subestimado la amenaza y estamos reaccionando tardíamente a un fenómeno que puede tener consecuencias muy graves. Ya veremos cómo, en los próximos días, para atajarlo, se tendrán que tomar medidas muy duras, que se podrían haber evitado.
En este sentido, hemos actuado como Italia, subestimando el fenómeno hasta que rebasó al gobierno, o como Donald Trump, quien lo ignoró durante semanas. Primero, Trump, como el presidente López Obrador, dijo que el coronavirus no era una amenaza grave, sino una exageración de los medios de comunicación que lo hacían para perjudicarlo.
El gobierno, aseguró en ese momento Donald Trump –y asegura hoy López Obrador–, “tiene todo todo bajo control”. Trump acusó a “los demócratas” de fabricar la emergencia, mientras que López Obrador a los “conservadores”.
Durante las semanas previas a la llegada del coronavirus y cuando era evidente que se trataba de una epidemia global, el gobierno de Trump no tomó medidas especiales.
Y cuando por fin lo hizo, fueron un mundo de confusión: el presidente anunció la cancelación de todos los vuelos, con pasajeros y con productos, entre Estados Unidos y Europa y su propio equipo de comunicación tuvo que explicar que era una medida que se tomaría en forma gradual, que no incluía a ciudadanos o residentes en el país ni tampoco al transporte de carga. La confusión y las órdenes contradictorias fueron la norma.
El sistema de salud estadunidense no estaba preparado porque, entre otras cosas, Trump desapareció la oficina gubernamental encargada del estudio de pandemias en el consejo de seguridad nacional, una decisión absurda, tomada como una forma de diferenciarse de su antecesor Barack Obama, quien creó esa oficina precisamente cuando comenzó la epidemia del ébola.
Cualquier parecido con nuestra decisión de acabar con el Seguro Popular o las estancias infantiles, con la de no adoptar medidas drásticas como las que se tomaron en 2009, por la emergencia del H1N1, porque ahora “somos diferentes”, seguramente es pura casualidad.
Trump ignoró durante semanas las advertencias de su propio gobierno sobre la gravedad del coronavirus y las consecuencias de una epidemia en Estados Unidos.
Debió ser el primero en demostrar la importancia de mantener las medidas de distanciamiento social, pero decidió continuar con mítines y reuniones; rechazó, en su momento, hacerse la prueba del coronavirus diciendo que no era necesario, incluso cuando estuvo en contacto con legisladores infectados, quienes, a su vez, infectaron a la comitiva del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro.
La gira del presidente López Obrador en Guerrero, sus saludos constantes de beso y abrazo, sus declaraciones sobre la pandemia, la falta de restricciones a eventos masivos como el Vive Latino, han dado la vuelta al mundo, no precisamente para festejar el acierto de nuestro gobierno ante la crisis.
En el terreno económico tampoco se ha trabajado con profundidad. Ayer, el premier canadiense, Justin Trudeau (él mismo en cuarentena porque su esposa contrajo la infección), anunciaba una serie de medidas destinadas a ayudar a la población en términos financieros y fiscales. No queremos, dijo, “que ningún canadiense tenga que preocuparse por si podrán o no pagar el alquiler, si podrán o no comprar alimentos o cuidar a sus hijos” y anunció un amplio paquete fiscal de ayuda a la población. En México no hemos conocido una sola medida anticíclica, mientras caen simultáneamente la bolsa, el peso y el petróleo.
Ésta no es sólo una grave crisis sanitaria, es una crisis económica y financiera que puede ser insondable, sobre todo si atendemos la forma en la que han reaccionado los mercados, incluso ante medidas como los enormes recursos inyectados a la economía o la reducción de tasas de interés decretados por la Reserva Federal de los Estados Unidos: con una caída brutal en Wall Street y con ella de todas las bolsas mundiales.
¿Hay otras formas de enfrentar la pandemia? Por supuesto que sí, varios países han experimentado diversos métodos en el ámbito sanitario y económico y ninguno ha tenido mejores resultados que Corea del Sur, el cual se adelantó a la crisis en lugar de esperar a que la misma se asentara.
Y lo pudo hacer sin cerrar ciudades ni colapsando la economía. Con medidas claras, precisas y oportunas, basadas en la distancia y la disciplina social y un masivo chequeo de la población de riesgo. “En lugar de esperar a que los pacientes vinieran, hemos ido por ellos, hemos buscado posibles infectados para evitar que contagiaran a la comunidad”, explicó Park Neunghoo, ministro de Sanidad sudcoreano.
Le ganó a la epidemia las dos o tres semanas que países como Italia, España o Estados Unidos perdieron. Como las hemos perdido en México.
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Bukele: del abrazo a AMLO al tuitazo vs. la 4T | Francisco Garfias
Arsenal
Excelsior
Se acabó la conexión de AMLO con Nayib Bukele. Atrás quedaron los elogios del mandatario salvadoreño al mexicano, luego del anuncio de que el programa Sembrando Vida se exportaría al país centroamericano, acompañado de un financiamiento de 30 millones de dólares.
Eran tiempos de sinergia para enfrentar el tema de los migrantes salvadoreños a Estados Unidos y su paso por México. De abrazos, de apapachos, de porras. El tabasqueño hasta levantó la mano del salvadoreño.
Pero el tono de la relación cambió ayer, cuando Bukele calificó a las autoridades mexicanas de “irresponsables” por no estar atentas al vuelo de Avianca que llegaría a El Salvador, procedente de la Ciudad de México, a las 6:50 de la tarde.
Según Bukele, en ese vuelo iban a viajar 12 pasajeros confirmados de coronavirus. “Esos pacientes deberían estar aislados, no circulando en el aeropuerto”, recalcó.
¿De dónde sacó Bukele esa información? Nunca lo aclaró, pero no hay duda de que la fuente es de toda su confianza. Tanto, que la subió a su cuenta personal de Twitter, a sabiendas de las consecuencias que el asunto tendrá.
La confusión aumentó hacia las 4:18 PM. Avianca Centroamérica informó en redes sociales que el vuelo había sido cancelado. Simultáneamente, le hizo un público reconocimiento al mandatario salvadoreño:
“Agradecemos al Presidente del El Salvador @nayibbukele por darnos la información y alertarnos sobre los pacientes con covid-19 intentando abordar el vuelo de Avianca #431 proveniente de la Ciudad de México hacia El Salvador el día 16 de marzo de 2020”, informó la aerolínea.
Y más: “Gracias a eso se evitó poner en riesgo a la tripulación, los pasajeros y a más personas. Hemos cancelado ese vuelo y estamos continuamente trabajando con las autoridades de El Salvador y demás países para mejorar los protocolos de sanidad de las operaciones aéreas”.
* Marcelo Ebrard reaccionó una hora después. Puso un tuit al presidente de El Salvador, sin arrobarlo, en el que señala que el mencionado vuelo Avianca se canceló “porque se suspendieron todos los vuelos a San Salvador”.
“¿Podría ud. compartirnos cuales son los 12 casos de coronavirus que menciona y dónde se confirmaron? Es lo responsable en éste y en cualquier otro caso?”, le preguntó.
Bukele no respondió a la pregunta, pero hacia las 20 horas posteó: “Por el momento, todos los vuelos provenientes de México están suspendidos. Lamentamos las molestias que esto pueda causar”.
En otro tuit, que subió a las 19:03 horas, el canciller mexicano le puso un toque de ironía:
“Sr. Presidente, verificamos a los pasajeros del vuelo AVIANCA y puedo confirmarle que están sanos. La autoridad sanitaria no encontró coronavirus, incluyendo los 12 jóvenes salvadoreños que portaban cubrebocas. Sé (que) le dará mucho gusto”.
Hugo López-Gatell también calificó de “absolutamente falso” lo escrito por Bukele en la vespertina conferencia sobre salud.
Reveló que los salvadoreños venían de Chicago. Llegaron por la mañana. Estaban en sala de espera cuando se enteraron que el vuelo a San Salvador estaba cancelado por disposiciones tomadas en ese país.
La Unidad de Sanidad Internacional revisó en forma exhaustiva y cuidadosa a los connacionales salvadoreños que llevaban tapabocas, aseguró.
“No tenían antecedente alguno de haber tenido síntomas compatibles con COVID-19. No tenían razones para hacerse la prueba, lo que hace imposible que se hable de casos confirmados. Debido a que llevaban tapabocas se desató el pánico”, aseguró el subsecretario de Salud.
Ya que estamos. La renuncia del desgastado López-Gatell fue solicitada ayer por senadores de MC, luego de sus desafortunadas declaraciones de que el presidente López Obrador no puede ser vehículo de contagio del COVID-19 por su “fuerza moral”.
“El momento que vivimos requiere de seriedad y liderazgo. No de quedar bien con un jefe”, señaló la senadora Verónica Delgadillo.
* En una tabla que publicó ayer The New York Times sobre la epidemia, México aparece con 182 casos confirmados. López-Gatell lo desmintió: “Son casos sospechosos en estudio y los interpretaron como que se trataba de los casos confirmados que tiene México”, dijo.
Las cifras oficiales del coronavirus, al corte se ayer, son las siguientes: hay 82 casos en México. Son 29 más que ayer. Todavía no hay fallecimientos. Hay ocho hospitalizados, entre ellos el empresario José Kuri Harfush. Cinco están graves, entre ellos el empresario Kuri. Los casos sospechosos son 171 y 579 resultaron negativos.
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El frente contra el Covid-19 es tarea de todos | Leopoldo Gómez
Tercer Grado
Milenio
El coronavirus está poniendo de cabeza al mundo entero por sus impactos en la salud y en las economías. El consenso entre los epidemiólogos es que además de ser muy contagioso, afecta desproporcionadamente a las personas de mayor edad y podría acabar cobrando la vida de cientos de miles de personas en este año.
Con todo, todavía hay quienes no ven la gravedad de la pandemia. Las encuestas en nuestro país muestran que la gente no está muy preocupada por el tema. Tanto así que decenas de miles de jóvenes acudieron el fin de semana al Vive Latino, donde compartieron horas de sudor y aliento.
Si bien los jóvenes son menos vulnerables frente al coronavirus, creo que es momento de pensar no tanto en nuestras fortalezas, sino en las debilidades potenciales de quienes nos rodean, y considerar el riesgo en el que ponemos a otros si tomamos a la ligera esta pandemia.
El caso de la “paciente 31” en Corea del Sur es muy ilustrativo: por semanas este país pudo contener el brote en 30 personas bien identificadas; sin embargo, bastó una no identificada que acudió a hospitales y servicios religiosos para que, en cuestión de días, estallara la cifra de infectados.
El gobierno tiene una enorme responsabilidad en esta coyuntura. En nada ayudan mensajes como el que la Conade subió momentáneamente el domingo en su cuenta de Twitter para afirmar que el Covid-19 no es grave ni nos pone en situación de emergencia.
Entiendo que el presidente se sienta obligado a estar cerca de la gente, pero me parece que las reuniones masivas lo ponen en riesgo y no empatan con el mensaje de distanciamiento social del subsecretario López-Gatell. El presidente tiene a su favor una legitimidad que, llegado el momento, le permitirá tomar medidas difíciles pero necesarias.
Los medios también cargan una gran responsabilidad. Es inevitable el tráfico de información falsa en las redes. Y si bien los medios profesionales no están exentos de errores, las exigencias a las que deben sujetarse, le dan otro peso a su información. No es momento de ganar la nota, pues una fake news se vuelve tan dañina y reprobable como útil y necesaria es la información veraz que ahora se requiere para transitar este momento de zozobra.
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La sociedad se adelanta / Joaquín López-Dóriga
El fuego, mientras más cercano, más enemigo. Florestán
Milenio
En Privado
En 1985, ante la mayor tragedia registrada en esta Ciudad de México, el terremoto del 19 de septiembre, la sociedad, no existían las redes, se organizó y rebasó al gobierno al registrar que se estaba quedando corto con su respuesta  y ausente en su cercanía.
Hoy, en circunstancias completamente diferentes, empezamos a padecer el principio de una pandemia decretada por la OMS, que ha provocado 181 mil casos y 7 mil 100 muertes en 150 países del mundo, en México oficialmente todavía ni uno, cuando en enero ese virus estaba confinado a una provincia china desde donde se esparció por todo el planeta en menos de dos meses.
Pero encuentro un punto de coincidencia: la percepción de que el gobierno no está haciendo todo lo que debería hacer, sobre todo cuando se conocen las medidas draconianas de otros, sin tomar en cuenta su propia situación de enfermos y muertos.
Pero hablo, insisto, de la percepción que siempre supera a la realidad, y por eso la sociedad se ha organizado para tomar decisiones que aún no ha recomendado la estrategia oficial: quedarse en casa, no salir a la calle, no viajar ni al extranjero ni por el país, evitar aeropuertos, practicar el home office, que va a llevar a un cambio en la forma de trabajar de los mexicanos, con el de la educación a distancia, por la cancelación de clases a todos los niveles, aunque estos dos aspectos no sean para todos por la actividad, la necesidad y la pobreza.
Ahora hace falta que el gobierno dé el siguiente paso en la fase dos, el más difícil y peor cuando el subsecretario López-Gatell mete al Presidente de la República en el tema sanitario y afirma que él es una fuerza moral, no una fuerza de contagio.
RETALES
1. ALUSIONES. El presidente me citó por la mañana por la información de la muerte de José Kuri, que luego se desmintió. Pepe permanece grave en Médica Sur. Y digo: Cada quien asume su responsabilidad profesional y sus costos. Yo asumo los míos. Siempre lo he hecho. Me equivoqué al dar por buenas dos fuentes confiables de su familia, pero ese no es el tema. El punto es que me equivoqué y deseo a mi amigo Pepe Kuri y a los suyos, que se salve. La información no fue contra nadie. Y si estoy enojado es solo conmigo mismo, con nadie más;
2. RECORTE. La Suprema Corte dará para atrás la reforma de Jaime Bonilla para ampliar a cinco años su gobierno cuando los bajacalifornianos lo habían electo por dos. Ya viene; y
3. DESCONTÓN. Puntual la respuesta de Marcelo Ebrard al sátrapa salvadoreño Nayib Bukele que denunció un vuelo hacia San Salvador con doce infectados de Covid-19 y le dijo que le compartiera los doce casos de coronavirus y dónde se confirmaron. Es lo responsable en este y en cualquier otro caso. Además ese vuelo había sido cancelado y los enfermos dieron negativo.
Nos vemos mañana, pero en privado
lopezdoriga@milenio.com
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¡Obrador, la primera víctima de COVID-19!
ITINERARIO POLÍTICO/RICARDO ALEMÁN
El Debate
Contra lo que muchos suponen, en México, las principales víctimas del coronavirus –la mortal pandemia del siglo–, no son solo los casi ochenta ciudadanos contagiados y tampoco los potenciales infectados que, día con día, aparecerán en todo el país.
No, la terca realidad dice que las mayores víctimas del COVID-19 son el presidente López Obrador y su gobierno.
Y no, no es que el presidente haya sido infectado y tampoco que los integrantes del gabinete –de adultos mayores, los más propensos al contagio–, estén entre los posibles portadores del mortal virus.
Lo cierto es que la turbulencia de la pandemia no solo pegó debajo de la línea de flotación del presidente y su gobierno, sino que el COVID-19 le quitó el control de la agenda y, sobre todo, mostró el tamaño descomunal y el grave peligro de la ingobernabilidad que ha provocado un gobierno fallido como el de López Obrador.
Pero hay más. El COVID-19 también exhibió el tamaño del descrédito presidencial y la caída sin freno en la popularidad de AMLO, quien hoy está por debajo del 50 por ciento de las preferencias.
Por eso, en su desesperación por recuperar la clientela que día a día lo abandona, López Obrador regresó a lo único que sabe hacer –y que lo hace muy bien–, los “baños de pueblo” por todo el país.
También por eso, con todo el poder del Estado, AMLO camina por todo el país, detrás de una costosa avanzada de especialistas que siembran aquí y allá montajes multitudinarios, para hacer creer a los ingenuos que la gente lo aclama, a pesar de la grave crisis por la pandemia del siglo, a pesar de los riesgos de contagio.
Sin embargo, los irresponsables espectáculos masivos que encabeza Obrador –mientras el mundo cierra fronteras y cancela concentraciones de más de 20 personas–, acarrearon otra grave pérdida al presidente; la pérdida de confianza del mundo.
Y es que Obrador ha sido noticia en todo el mundo, no por su capacidad para combatir el COVID-19 y menos por dejar a salvo a los mexicanos; AMLO es noticia por su irresponsabilidad frente a la pandemia, al grado que es el hazmerreír del mundo.
Y si dudan, no hace falta más que asomarse a los medios internacionales –prensa, televisión y digitales–, para descubrir piezas periodísticas en las que –frente a la tragedia global–, se ridiculiza al presidente mexicano por las grotescas e irresponsables acciones frente al coronavirus.
En esos reportajes se presentan imágenes de la multitud en torno al presidente mexicano, mientras que el discurso del mandatario suele ser exhibido como la nota discordante ante la tragedia que se vive en todo el mundo, mientras que en México parece que nada ocurre, ya que su presidente sigue en campaña permanente, en actos multitudinarios; manoseando, besuqueando y chupeteando mujeres y niñas.
Peor aún, mientas que las autoridades federales llaman a la población a evitar el contacto directo; a olvidar el saludo de mano, del abrazo y de la participación en actos multitudinarios, el propio presidente incumple todos los básicos que recomienda su gobierno y asume un papel de iluminado
De gira por Guerrero, por ejemplo, en la plaza pública pontificó, frente a una multitud, de la siguiente manera: “a nosotros no nos van a hacer nada los infortunios, las pan-de-mias, nada de eso”.
Es decir, que cual dictador bananero, Obrador decretó que el COVID-19 no hará daño a los mexicanos. ¿Por qué? Porque él lo ordenó.
Luego, ante las críticas por su irresponsabilidad de intensificar los “baños de pueblo”, AMLO debió aceptar, de manera pública: “Si hace falta, me hago la prueba del coronavirus. Haré lo que me indiquen los médicos”, respondió.
Sin embargo, el mismo lunes 16 de marzo, al llegar a la “conferencia mañanera”, Obrador rechazó el gel antibacterial que le ofreció el equipo médico de Palacio a los asistentes, a pesar de que en esa misma conferencia el subsecretario de Salud, Hugo López Gatell, insistió en que lo mejor es lavarse las manos hasta 20 veces al día, si es necesario.
Pero en el extremo de la estulticia oficial, el mismo López Gatell dijo que era responsabilidad oficial cuidar al jefe del Estado, pero que los protocolos de salud “no son andar haciendo recomendaciones generales para que aterricen en el presidente”.
En el absurdo total, Gatell dijo que a pesar de su edad, el presidente “no es una persona de especial riesgo, y es que la fuerza del presidente es moral, no es una fuerza de contagio, entonces no tiene que ser la persona que ande contagiando a las masas, o al revés”. 
Por todas esas irresponsabilidades y contradicciones, el presidente mexicano ya es la primera víctima del coronavirus, y es, al mismo tiempo, el hazmerreír del mundo.
Al tiempo. 
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La cuarta campaña presidencial de AMLO/Salvador Camarena
La Feria
El Universal
salcamarena
El documental 0.56%, que narra los desaseados comicios de 2006, termina con Andrés Manuel López Obrador en un mitin que no podría ser más anticlimático. El hombre que a lo largo del filme arrastra multitudes rumbo a la cita electoral del 2 de julio de aquel año, ese mismo personaje aparece en los últimos segundos de la película en un pueblo perdido, frente a un puñado de personas que apenas si le pone atención.
Parecía el final de un político que enfrentó una macrooperación política que lo quería ver fuera de la elección, así fuera necesario meterlo a la cárcel. Pero no fue así. Era un nuevo inicio. El resto es historia.
Trece años después de aquellos comicios, López Obrador está de nuevo en una campaña presidencial. Desde hace una semana ha emprendido una marcha para, desde el gobierno, retener el poder. Y lo hace como sólo él sabe. A ras de tierra. A grito pelado. A contracorriente. Con los suyos o sin los suyos, pero desafiando a quienes le creen tocado sin remedio por la baja en las encuestas que no le ven resolver violencia o corrupción, por una economía atonal, por el virus que paraliza continentes.
Puesto contra la pared por la realidad, como hiciera en 2007, AMLO se refugia en los pueblos que le aplauden sus ocurrencias, su terquedad, sus promesas de ayudas sociales, su maniqueísmo. ¿La apuesta del Presidente resultará exitosa para él y su administración? 
El país entero tiene al coronavirus en la cabeza. Las redes sociales alimentan la zozobra de la población ante un enemigo ubicuo, creciente y sin cura preventiva. La información que se consume en todas las plataformas demuestra la gran inquietud de los ciudadanos ante la posibilidad de que México entre en cuestión de horas en la espiral de los contagios locales.
Frente a ese panorama, López Obrador ha decidido al menos tres cosas. Que sólo haya un vocero público pero no un gabinete de emergencia para una crisis que puede cobrarse mucho más que vidas humanas. Que es el mejor momento para tratar de recuperar el monopolio de la conversación pública, y que para ello hará campaña, cueste lo que cueste. Y, tercero, que cada mexicano se rasque con sus propias uñas, sean grandes corporativos a familias sin mayores posibilidades de enfrentar una contingencia económica.
Dando por bueno que la información que el gobierno de López Obrador ha ofrecido sobre los contagios sea correcta, y que las medidas oficiales que se han tomado hasta ahora –polémicas o no– son las adecuadas, llama la atención la jerarquía con la que AMLO organiza su agenda.
Lo crucial para el tabasqueño es imponer la conversación con ruedas de prensa y llenar las redes de videos sobre sus giras al costo que sea. Es decir, el país atestigua cómo en todo el mundo se discute que evitar nuevos contagios es lo más importante, mientras el gobierno federal se niega a dar el ejemplo al restringir las actividades masivas del Presidente. Antes algunos gobiernos estatales y muchas familias y empresas han optado por la acción preventiva real, que el gobierno.
Primero fueron las mujeres, y hoy el coronavirus, los que evidencian los grandes límites de la visión de Andrés Manuel como Presidente de todos.
En Palacio Nacional tienen otras prioridades. De hecho, en singular: una prioridad. Que AMLO mantenga inalterado su proyecto de afianzar su base social. Ni los históricos reclamos por la violencia de género, y menos un virus que aún no castiga a los mexicanos con severidad incalculable, detendrán la nueva, cuarta, campaña presidencial del tabasqueño.
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Irresponsable/Pablo Hiriart
Uso de Razón
El Financiero, 17 de marzo+
El Presidente ha decidido jugar con la salud de los mexicanos una apuesta de vida o muerte: invita a repartir abrazos y pone el ejemplo en giras multitudinarias donde besa y lo besan como si no existiera una epidemia global que se expande con la cercanía física.
Su irresponsabilidad es altanera y temeraria al convocar, y predicar con el ejemplo, a darse abrazos porque son buenos para contrarrestar el coronavirus.
Ojalá la Virgen de Guadalupe, la diosa Fortuna o la Coatlicue hagan el trabajo que nuestro Presidente no ha querido hacer: cuidar la salud de sus gobernados.
En Tabasco han muerto siete personas –y otras tantas están en terapia intensiva–porque el hospital de Pemex compró medicina pirata y se la suministró a pacientes con diabetes.
Mataron gente, a la que sacrificaron en el altar de la austeridad republicana.
Le echaron la culpa a un laboratorio con el que traen pleito, y resulta que fue mentira: no la compraron ahí, sino en algún lugar de baratijas médicas y rellenaron los frascos de ese laboratorio con la medicina adulterada.
Criminal es lo que están haciendo y les importa un comino.
El fin de semana, en Guerrero, el Presidente encabezó dos mítines en los que congregó a miles de personas de escasos recursos (seis mil en uno, tres mil en otro), apretujadas en campos deportivos desde temprana hora, sin ninguna de las medidas de higiene recomendadas por la Secretaría de Salud y organismos internacionales de la materia.
Ahí el Presidente se puso a repartir besos y abrazos, con lo que dio el peor ejemplo para que la gente haga exactamente lo que no debe hacer pues su vida corre peligro.
Hasta ahora la única forma de vencer a la epidemia es evitar la movilidad de las personas e impedir el contacto físico, y el Presidente de la República congrega a multitudes, las apretuja y reparte abrazos y besos.
¿Así o más irresponsable?
¿Les explicó qué se debe hacer para protegerse de la epidemia? No. Les habló de la 'rifa del avión presidencial' y prometió que “cada hogar, cada ciudadano, va a tener un cachito de lo que nos van a entregar los empresarios”.
Tomó un vuelo comercial rumbo a Sonora y protestó porque “los conservadores que estaban acostumbrados a robar o vivían del erario” difundieron un video en el que AMLO convoca a darse abrazos y en otras palabras manda al diablo al coronavirus.
Ese video es de hace una semana, dijo, y “lo convirtieron en información de ayer”.
O sea que hace una semana sí era bueno darse abrazos y ahora no. ¿No lee? ¿No escucha a los especialistas de su propio gobierno? Los desautoriza.
Y en Guerrero prodigó abrazos, besos y arremolinó a multitudes.
Todo un caso de estudio es la irresponsabilidad del Presidente de la República.
Ante el coronavirus, el titular del Ejecutivo da respuestas inimaginables en un jefe de Estado: “Los conservadores quieren que nos contagiemos”.
Les importa un bledo la salud de población.
Inexplicable es el hecho de que en enero, cuando se declaró la epidemia de coronavirus en China, y en México los enfermos padecían de falta de medicinas, la Secretaría de Salud metió freno al gasto y ejerció sólo dos mil 465 millones de pesos de los cinco mil 839 millones que tenía para ejercer.
Salud gastó 57.7 por ciento menos que en enero del año pasado.
No se usó, por ejemplo, en pruebas de coronavirus o en infraestructura hospitalaria.
En Tabasco las personas ingresadas a observación por su posible contagio, duermen en tiendas de campaña.
Tenemos a un secretario de Salud ausente, mientras un subsecretario asumió el mando en los hechos y su especialidad ha sido desprestigiar a eminencias médicas y enlodar los reclamos de familiares de afectados por cáncer, diabetes, leucemia.
Sus indicaciones no las acata su jefe, el Presidente.
La estrategia de la Secretaría de Salud ante el coronavirus fue no hacer una labor de contención, sino de 'mitigación'.
Es decir, no tratar de atenuar el golpe del coronavirus, sino atenderlo cuando se presente.
China frenó la expansión del coronavirus con medidas drásticas de contención, pero como aquí somos más listos la enfrentamos al revés: que llegue y luego vemos.
Mientras llega y se expande la epidemia, se ahorran recursos en salud y se van a los grandes planes sociales y petroleros del Presidente.
¿Hay salida ante una irresponsabilidad de esa magnitud?
La respuesta es no, y confiemos en el sentido común de la sociedad civil, en la Virgen de Guadalupe, en la diosa Fortuna o en la Coatlicue, según las creencias de cada quien, porque con el Presidente no contamos.
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Enfoque “técnico” de la abyección | Carlos Marín
El Asalto a la Razón
Milenio
Hugo López-Gatell, el epidemiólogo en cuyas manos está el diseño de la que cobra forma de cantinflesca estrategia gubernamental frente al reto del coronavirus, aplicó ayer una sorprendente variante del enfoque “técnico” en que tanto insiste como premisa clave para sortear la crisis: la abyección, al atribuir al presidente de la República poderes tan inauditos como metafísicos, que se antojan superiores a los concedidos por sus vasallos a caudillos en países donde se cultiva el repugnante culto a la personalidad.
Interrogado ayer sobre los riesgos de contagio en los actos en que Andrés Manuel López Obrador tiene contacto físico con multitudes, el subsecretario profirió expresiones que vale la pena leer y releer:
“Por qué el presidente saluda y besa no tiene un sentido técnico. Desde el punto de vista técnico, el señor Presidente tiene dos connotaciones, y técnico me refiero al manejo integral de una epidemia como un fenómeno social. El primero es que es una persona, y como persona hay que respetarla igual que a todos, y todos sus derechos de privacidad. Nadie tiene por qué estar acosando al señor licenciado Andrés Manuel López Obrador como persona, esa es su privacidad, y también él tiene todo ese derecho, aunque sea una figura pública. Segundo, hay una connotación también técnica. Va un poco más allá de lo médico, pero es parte de la salud pública, que es cuidar al jefe del Estado, igual que a otro personal estratégico, y eso también es responsabilidad nuestra, pero los mecanismos no son el andar haciendo recomendaciones generales para que aterricen en el Presidente. Eso tiene otros mecanismos. Y afortunadamente él goza de buena salud y, aunque pasa de los 60 años, no quiere decir que es una persona de especial riesgo. Les voy a decir una cosa muy pragmática: casi sería mejor que padeciera coronavirus, porque lo más probable es que él en lo individual, como la mayoría de las personas, se va a recuperar espontáneamente y va a quedar inmune, y entonces ya nadie tendría esta inquietud sobre él…”.
Le preguntaron entonces:
–Si llegara a ser portador y va a las zonas de alta marginación, ¿podría contagiar?
Y el doctor se desató: “La fuerza del Presidente es moral, no es una fuerza de contagio en términos de una persona, un individuo que pudiera contagiar a otros. El Presidente tiene la misma probabilidad de contagiar que tiene usted o que tengo yo, y usted también hace recorridos, giras y está en la sociedad. El Presidente no es una fuerza de contagio. No tiene por qué ser la persona que contagie a las masas o al revés…”.
Con su pragmatismo ampliado, López-Gatell debiera “casi” desear también que toda la población mexicana mayor de 60 años, que el Inegi estimó en algo superior a 10 millones, contraiga la peste.
Total, quienes sobrevivan podrán, “técnicamente”, ufanarse de haber ganado, si no la inmortalidad, al menos la inmunidad contra el virus que matará solo a dos, aproximadamente, de cada mil.
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Hugo López-Gatell derrapó | Elisa Alanís
Razones y Pasiones
Milenio digital
Las últimas declaraciones del subsecretario de Salud en México, Hugo López-Gatell, no aportan a su credibilidad ni al manejo que había hecho sobre el coronavirus.
Primero, avisó: “el Latino Fest no se cancela” (se refería al Vive Latino).
Actuó como funcionario… pero de economía.
Indicó que estando en Fase 1, y considerando las afectaciones monetarias de una suspensión, el multitudinario concierto continuaría. Y así sucedió.
A la par, otras actividades sí se pospusieron.
De hecho, justo cuando el festival de música estaba repleto, la propia Secretaría de Salud tuiteó que recomendaba posponer eventos masivos que congregaran a más de 5 mil personas.
Después, el fin de semana circularon imágenes donde, como en todas sus giras, AMLO se rodeó de mucha gente. Se tomó fotos, abrazó, besó…
Ayer en la conferencia mañanera una reportera preguntó: ¿Si llegara a ser portador y va a las zonas de alta marginación, podría contagiar?
La respuesta de L. Gatell fue: “La fuerza del Presidente es moral, no es una fuerza de contagio”.
Y continúo dirigiéndose a la periodista: “El Presidente tiene la misma probabilidad de contagiar que tiene usted. O que tengo yo. Y usted también hace recorridos, giras y está en la sociedad. El Presidente no es una fuerza de contagio. Entonces, no, no tiene por que ser la persona que contagie a las masas”.
Respondió como burócrata en busca de ascenso y no como médico o líder frente a una pandemia mundial.
El doctor Michael Ryan, director ejecutivo del Programa de Emergencias Sanitarias de la Organización Mundial de la Salud, declaró hace unos días: “Una de las lecciones que aprendí en mi carrera es que hay que ser rápidos… debemos ser los que realicemos el primer movimiento, el virus te atrapa si no te mueves rápido… la perfección es enemiga de lo bueno cuando se trata del manejo de una emergencia… el gran error es no moverse…”
Doctor López Gatell, no grille. No piense en quedar bien con Andrés Manuel o las grandes empresas. Muévase con su experiencia, la del país y la del mundo a favor de la población.
Aquí, entre nos
Por supuesto, espero que le vaya bien a los López, Gatell y Obrador, pues de sus palabras y decisiones depende la salud de millones de mexicanos.
@elisaalanis
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Para una historia del miedo | José Woldenberg
El Universal
1. En los años cincuenta y principios de los sesenta, en Monterrey, a las puertas de las casas no se les ponía seguro. Incluso en las viviendas ajenas uno daba vuelta a la manija y estaba dentro. A los niños se nos enseñaba a tocar la puerta antes de entrar, pero era más un gesto de educación (no fuera uno a encontrar al señor o señora de la casa en paños menores), que una fórmula que tuviese que ver con la seguridad. Uno tocaba, y luego del grito de cajón: -“¿quién?”, escuchaba “pásale” o cualquier equivalente. Alguien debería hacer la historia de las medidas de seguridad instaladas en los hogares que han llegado al extremo de convertirlos en fortalezas.
2. Hace unas décadas las calles eran de los niños. Ahí se jugaba, según la temporada, futbol, béisbol, canicas, balero, trompo, yoyo. Era el espacio de socialización por excelencia. Se generaban amistades duraderas y odios rancios. Se aprendían las rutinas de la convivencia, se creaban pandillas, se multiplicaban las fuentes de información. Las calles eran la segunda o la tercera escuela. Sin plan de estudios ni brújula alguna uno ampliaba su marco de visión y se topaba con un zoológico de tipos humanos vistoso y multicolor. Había una especie de consigna en aquella época: los niños comían, hacían la tarea y salían a la calle. Eso era lo sano, no estar encerrado en la casa. Hoy es difícil encontrar niños jugando en las calles. Alguien debería hacer la historia de cómo los niños perdieron para sí las calles y se recluyeron en sus casas.
3. Existía un aprendizaje que inyectaba seguridad en los niños: ir solos a la tienda de la esquina o a la panadería o a la tlapalería a hacer “algún mandado”. Se trataba de comprar cualquier chuchería pero que a los seis o siete años resultaba un signo de independencia y autosuficiencia. Era la muestra palpable de que la etapa de la sumisión absoluta entraba en declive y que uno podía bastarse a sí mismo. Claro, era un ambiente en el cual los vecinos o los dependientes de las tiendas se conocían y en conjunto velaban por los niños que caminaban unos cuantos metros en ese ir y venir. Alguien debería escribir la historia de cómo hemos llegado a la conclusión de que los niños pequeños por ningún motivo y bajo ninguna circunstancia deben andar solos por las calles.
4. A fines de los sesenta y durante los setenta viajar en “aventón” era una rutina gozosa. Quienes estudiábamos la prepa extendíamos el brazo derecho, entrecerrábamos el puño dejando el dedo pulgar levantado y esperábamos que algún automóvil se parara para llevarnos. En ocasiones uno llegaba a su destino luego de dos o tres “aventones”. Pasados algunos años, en agradecimiento, si uno llegaba a tener coche hacía lo mismo. “Levantar” a quienes buscaban llegar a un lugar que se encontraba en el camino. Se trataba de infinidad de gestos solidarios basados en la confianza. Hoy, hay que ser demasiado atrevido o inconsciente para pedir o dar “aventones”. Alguien debería escribir la historia del auge y extinción de esa bonita costumbre.
5. En su novela Brujas (Alfaguara, 2020), Brenda Lozano, le hace contar a una de sus mujeres lo siguiente: “Mi mamá tenía que llegar al trabajo en la administración de la universidad. Tenía que dejarnos en la escuela porque el autobús nos había dejado. Tenía prisa, había tráfico…En un semáforo mi mamá resolvió ponerse a platicar con un hombre en el coche de al lado, ventana a ventana, y ese hombre le dijo que trabajaba por nuestra escuela, que sin problemas podía dejarnos para que tomara la dirección contraria hacia su trabajo. Mi madre nos abrió la puerta trasera del auto del desconocido. Mi padre montó en cólera cuando se lo conté…La suerte quiso que ese hombre nos preguntara qué estábamos estudiando sin violarnos ni filetearnos…”. La madre está imbuida de la confianza interpersonal del pasado, el padre del miedo presente y el personaje que narra se encuentra marcado por los horrores documentados de nuestra vida en común. Alguien debería escribir la historia de esa dolorosa y alarmante transformación.
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Contagio moral
JAQUE MATE / Sergio Sarmiento
REFORMA,. 17 Mar. 2020
"La fuerza del Presidente es moral, no de contagio”. Hugo López-Gatell
El presidente López Obrador ha declarado en varias ocasiones que en el tema del coronavirus hay que escuchar a los expertos. Ayer lo reiteró: "Tomamos la decisión de dejar este asunto de salud pública en manos de médicos, de técnicos, de científicos, porque si se deja en manos de políticos y de politiqueros, que es lo peor, se altera todo". Las decisiones, añadió, no pueden estar en manos de un "columnista de la prensa vendida".
El propio Mandatario ha elegido al doctor Hugo López-Gatell, subsecretario de salud, epidemiólogo, como portavoz y arquitecto de las estrategias sobre el covid-19. No sé por qué se saltó al secretario de salud, el doctor Jorge Alcocer, pero dar el poder de decisión a un especialista es acertado.
El primer problema surge cuando el propio Presidente viola las reglas o sugerencias de su experto. López Obrador ha continuado repartiendo abrazos y besos. Además, este 15 de marzo declaró: "No nos van a hacer nada los infortunios, las pandemias". Es una declaración irresponsable para un Presidente.
El segundo problema es cuando el experto expresa ideas que, más que difundir información fidedigna, buscan quedar bien con el jefe y demuestran una devoción que linda en lo religioso. Ante una pregunta sobre los besos y abrazos del Presidente, el subsecretario respondió que este tiene una fuerza moral, no de contagio. No hay, por supuesto, ningún indicio científico que sugiera que alguien tiene una "fuerza moral" que lo exente de contagiar o contagiarse de enfermedades. Además, el subsecretario sugirió que quizá lo mejor que puede pasar es que López Obrador se contagie de covid-19 para quedar inmune. En una enfermedad con una tasa de mortalidad aparente de 3.7 por ciento, esto equivaldría a jugar con fuego.
Muchas de las decisiones y sugerencias del subsecretario son sólidas, aunque quizá no todas. Sin ser un experto, creo que el Vive Latino no debió haberse realizado; entiendo la magnitud económica de la cancelación, pero resultaba imposible mantener una sana distancia entre los asistentes, mientras que en los baños públicos del festival no había, poco después de iniciado, ni agua ni jabón. López-Gatell, sin embargo, no ha caído en el alarmismo de otros gobiernos que han tomado medidas que van mucho más allá de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud. Tampoco ha pretendido menospreciar la pandemia, como lo hizo en un principio el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. El que México mantenga fronteras abiertas, por ejemplo, es lo que recomienda la OMS.
Las dudas surgen cuando el subsecretario sugiere que el Presidente tiene una especie de inmunidad moral a las infecciones. Ni la madre Teresa de Calcuta estaba libre de contagios. Preocupa también la afirmación de que lo mejor que le puede pasar al Mandatario es contagiarse para obtener inmunidad. Si esta es la mejor política, ¿por qué no promueve el subsecretario un contagio masivo para que la población adquiera resistencia? Claro que no, porque sabe que con el actual nivel de mortalidad de la enfermedad habría millones de fallecidos.
Si el Presidente se contagia, y mantiene su conducta de repartir besos y abrazos, podría infectar a cientos o miles directamente durante los días asintomáticos de la enfermedad. Se convertiría así en el máximo propagador de la pandemia. Su supuesta fuerza moral no evitaría nada. ¿Es esto realmente lo que quiere la persona elegida para representar el rostro científico del gobierno en esta crisis? ¡Qué miedo!
· MONUMENTAL
Las bolsas del mundo se desplomaron nuevamente ayer, el Dow Jones 13 por ciento, a pesar de que la Fed bajó la tasa de interés a casi 0 e inyectó 700 mil millones de dólares al mercado de bonos. Se acerca una crisis económica monumental.
@SergioSarmiento
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El populismo pensionario avanza | Rafael Cardona
El Cristalazo
La Crónica
La gran innovación del “lopezobradorismo” en la administración pública fue, indudablemente, la pensión para los adultos mayores, a quienes la corrección política ya no llama ancianos, cuando fue gobernador de la Ciudad de México. Desde entonces esa dádiva lleva su nombre. Los viejitos, viejecitos o como se les quiera llamar, forman parte, desde entonces, ya sean algunos sobrevivientes o sus relevos en la senectud, de la base “moral” de la agradecida y eterna clientela electoral.
Esa estrategia se amplió cuando el perseverante candidato de las dos derrotas se alzó, por fin, con el triunfo electoral. Su primer anuncio en el colmado Zócalo de la noche victoriosa en el julio de la victoria, fue la duplicación de ese pago  universal para los invernales.
Después vendrían las extensiones generacionales de tan generosa disposición  del tesoro público: los discapacitados, las madres solteras, los jóvenes sin trabajo, los becarios, los jóvenes sin escuela. Todos caben bajo el manto protector del munificente Estado de Bienestar.
De esa forma de aplicar el dinero se deriva todo lo demás: la austeridad no es solamente otra virtud teologal, es un método para bien gastar cuanto antes se dilapidaba. Bien gastarlo (no bien invertirlo), en dádivas, cuya consecuencia natural es la simpatía de quien recibe.
Y la única forma de agradecer tan generosa actitud es mediante el voto, no para otra cosa sino para seguir recibiendo. Así, el gobierno es calificado por millones de necesitados como algo muy sencillo: el gobierno es un  padre generoso de cuya bolsa saco el dinero.
Buen gobierno si me da; mal gobierno si no me da. Y si además me quita, pues peor.
Ese simplismo se ha elevado a categoría constitucional en un país donde la Constitución se usa ahora como escudo contra posibles contingencias futuras. Venga quien venga ya no podrá echar atrás —so riesgo de motín o alzamiento de los desheredados— los programas sociales. No hay reelección, hay prolongación. Estos programas son una herramienta infalible de poder.
La ley electoral prohíbe entregar dádivas o comprar votos. Los observadores siempre están atentos para pillar algún recurso indebido durante las elecciones, pero nadie puede evaluar las dimensiones de la gratitud frente a la soledad de la urna. Comprar votos en tiempo electoral es un delito; comprarlos (indirectamente) desde el gobierno, es una política social.
Redondo como la palabra Roma, habría dicho Gilberto Owen.
Por eso llama mucho la atención el análisis técnico (y político) de Carlos Urzúa, exsecretario de Hacienda en esta gobierno, en cuanto a las adiciones (¿adicciones?) constitucionales por las cuales se perpetúan “las pensiones de López Obrador”, con graves riesgos para los compromisos futuros del Estado. No es lo mismo.
“…la pensiones no contributivas (aquellas cuyo origen  no proviene del  trabajo, sino del gasto providencial), son sólo una pequeña parte del deficiente e insostenible (en términos económicos; no morales o de propaganda) sistema actual de pensiones. Al plasmar esa reforma en la Constitución; simplemente se están cerrando los ojos y pateando el bote para no enfrentar en este sexenio el gravísimo problema que pronto se tendrá para mantener a flote el sistema mismo de pensiones. Esa bomba estallará, si no en este sexenio; en el siguiente…”
Pero el Señor Presidente no ve las cuentas públicas con un ábaco. Tampoco con una sumadora. Las ve con el Evangelio. Y entre la aritmética y la bienaventuranza, nos dice: “… ya son derechos constitucionales el que reciban los adultos mayores una pensión, ya está establecido en la Constitución el derecho a la pensión de todos los adultos mayores…
“…Lo mismo para niñas, niños con discapacidad, por ley van a tener su pensión y todos los estudiantes de familias de escasos recursos económicos en todos los niveles de escolaridad, ya sea preescolar, primaria, secundaria, preparatoria, nivel universitario, el derecho a recibir una beca para que puedan terminar sus estudios. Eso está ya aprobado en el Congreso, en la Cámara de Diputados…
“…Y también se aprobó el derecho a la salud, atención médica y medicamentos gratuitos…”
“… para este año son 500 mil millones de pesos aproximadamente, para el año próximo tiene que aumentar, no puede ser menos porque ya está establecido en la Constitución, se elevó lo que se llama Estado de bienestar a rango constitucional. Ésta es una gran reforma en beneficio del pueblo….”
Pero otros han dicho: la inclusión de los programas de gobierno a través de los cuales se administran (y suministran)  estos derechos, es la “constitucionalización de la clientela.”
elcristalazouno@hotmail.com
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Emergencia/Genaro Lozano
REFORMA, 17 Mar. 2020
Atodos los gobiernos les llegan momentos definitorios, crisis que los ponen a prueba. A George W. Bush le tocaron los atentados del 11 de septiembre, cuya respuesta bélica lo legitimó en la Presidencia, pero también el huracán Katrina en 2005 y la tardía respuesta significó el principio del fin de la era Bush. A Peña Nieto le tocó la crisis por los estudiantes de Ayotzinapa y la mentira histórica le quitó el manejo de la agenda y precipitó el fin de su sexenio. La forma en la que los líderes mundiales den respuesta a la actual pandemia de coronavirus puede elevar o enterrar la popularidad de cualquier Jefe de Estado, pero especialmente puede salvar miles de vidas o poner en riesgo a cientos de miles.
Así funcionan los sistemas presidenciales. Las expectativas de la gente en EU están concentradas en cómo responda Donald Trump a la pandemia, la población argentina voltea a ver lo que dice Alberto Fernández, los brasileños demandaron conocer si Jair Bolsonaro tenía o no el virus y por eso se hizo la prueba. Y México no es una isla y aquí ocurre lo mismo. Es cierto, la oposición ha estado coordinándose para mandar mensajes de "sálvese quien pueda" o de "aquí no hay gobierno", pero el presidente López Obrador les está poniendo la mesa, el mantel y los platos para que se sirvan con la grande.
López Obrador conoce el significado del Poder Ejecutivo. Sabe que el sistema presidencialista mexicano concentra la atención en el hombre que ocupa el máximo cargo político del país. AMLO sabe que la figura del Presidente representa a toda la población, que en el presidencialismo quien dirige México es al mismo tiempo Jefe de Estado, Jefe de Gobierno, Comandante en Jefe, Jefe Legislador, Jefe Diplomático y todas las demás funciones que se interpretan de la Constitución. Además, el carisma que tiene y los 30 millones de votos que obtuvo le dan un valor metaconstitucional y, en efecto, para millones, AMLO es una fuerza moral y un líder social.
AMLO es un líder social al que la gente lo oye y le tiene confianza. Eso es innegable, y justo por eso tiene la enorme responsabilidad de dirigir con responsabilidad al país. En lugar de continuar dando besos, abrazos, cargando niños, bailando, saludando a multitudes, comiendo con la gente, el Presidente debería guardarse en Palacio Nacional y predicar con el ejemplo. Si en algo se ha fincado el liderazgo de López Obrador ha sido en su persona. AMLO asegura que su gobierno va a combatir la corrupción como nunca porque él no es corrupto. AMLO asegura que va a pacificar a México porque él es diferente. AMLO dice en la mañanera que para enfrentar el coronavirus tomará decisiones basándose en la ciencia y que hará caso a los médicos, pero saliendo de su conferencia hace todo lo contrario. Y peor: Hugo López-Gatell, el científico encargado de la comunicación oficial en esta crisis, minimiza los encuentros masivos del Presidente y dice que "casi sería mejor que padeciera coronavirus porque lo más probable es que él, en lo individual, como la mayoría de las personas, se va a recuperar espontáneamente".
La crisis global por el coronavirus pone a prueba a todos los gobiernos y sociedades del mundo. En esta era, en la que las noticias falsas se propagan viralmente, es muy fácil politizar y engañar a la gente. Lo único cierto es que muchísima gente va a contraer el coronavirus y más si se siguen permitiendo concentraciones públicas. Muchísima gente va a necesitar atención médica y esto será un reto gigantesco para el sistema de salud mexicano.
La mala respuesta de Trump a la pandemia podría hacer que un demócrata lo saque de la Casa Blanca en noviembre. La tardía respuesta, la sobreexposición del subsecretario de Salud y los errores de no cancelar eventos masivos en la Ciudad de México podrían costarle la Capital a Morena en 2024, la candidatura presidencial a Sheinbaum y descarrilar el proyecto del presidente López Obrador. La fuerza moral no previene contagio alguno. El Presidente debe quedarse y coordinar desde Palacio. Necesitamos al mejor Jefe de Estado en este momento, no al mejor candidato presidencial. El equipo de voceros de salud debe ser más plural y enseñar el calibre de Gustavo Reyes Terán y de los otros médicos que lo acompañan. La salud de la gente es lo primero.
@genarolozano
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Mi hermano/Guadalupe Loaeza
 REFORMA, 17 Mar. 2020
Querido hermano:
Cómo me hubiera gustado despedirme de ti; y sin embargo no fue posible. Es cierto que te fuiste para siempre a las 5:05 de la madrugada del 14 de marzo, si por lo menos me hubieras avisado la víspera, te lo juro que hubiera llegado dos horas antes. En ese lapso te hubiera dicho tantas cosas que no nos dijimos antes, como por ejemplo, hubiéramos hablado de tus hijos y nietos de los que estabas tan orgulloso, me hubieras encargado algunos pendientes para Esther, tu esposa y cómplice por tantos años; hubiéramos hablado de las últimas series que viste y que te gustaron tanto, como Mindhunter, y hasta hubiéramos tenido tiempo para leerte un poema de Borges, que tanto te gustaba: "Hay una línea de Verlaine que no volveré a recordar. Hay una calle próxima que está vedada a mis pasos, hay un espejo que me ha visto por última vez, hay una puerta que he cerrado hasta el fin del mundo. Entre los libros de mi biblioteca (estoy viéndolos) hay alguno que ya nunca abriré". Por cierto, Enrique, ¿qué será de los más de 20 mil libros que dejas en tu biblioteca? Entre tus mayores gustos en la vida estaba leer, leer y leer. Sé que antes de tu partida releíste Los Miserables, de Víctor Hugo, uno de tus autores predilectos, por eso cuando se quemó Notre Dame, que visitabas cada vez que ibas a París, me hablaste por teléfono. "No lo puedo creer...", me decías sollozando. Yo no sabía qué hacer, cómo consolarte, lo único que se me ocurrió fue decirte: "ya hay donaciones multimillonarias para su restauración". Se hizo un silencio, tal vez no te gustó mi comentario. Lo que había que restaurar en esos momentos era tu corazón, roto como la aguja de la catedral. Lástima, ya no la verás restaurada. En cuanto abran sus puertas, te prometo visitarla y encender, en tu honor, una veladora en la capilla de la Virgen de Guadalupe.
Ay, Enrique, ¿por qué diablos te fuiste tan rápido y de una forma tan incomprensible? El sábado justo se cumplieron ocho días en que tu tocayo y yo te fuimos a visitar al hospital. No te digo que te veías muy bien, te veías cansado y particularmente ojeroso, como si hubieras pasado muy mala noche. Curiosamente, al despedirnos, estabas tan rodeado por tantas visitas, que hasta te vi chapeado. Esa semana ya no regresé a visitarte porque tuve que hacer un viaje a Guadalajara y Puebla, pero me comunicaba constantemente con Natalia, para tener noticias tuyas. He de decir que conforme pasaban los días escuchaba a mi hermana más preocupada, pero al mismo tiempo me decía que todo estaba bajo control. El viernes por la noche sí la escuché particularmente angustiada. "Cuando me despedí de él, le dije que todas las hermanas Loaeza estábamos muy orgullosas de él", me dijo. Al otro día, muy tempranito, me llamó Antonia. Noté que cuando hablaba de ti lo hacía en pasado. Al principio no le di importancia, pero al cabo de unos minutos le pregunté la razón. "Ya murió", me contestó. No lo podía creer. Nuestra hermana mayor tuvo que confirmármelo repetidas veces. Yo me moría contigo cada vez que me lo corroboraba.
La noticia de tu terrible partida corrió como pólvora a partir del mismo sábado, empecé a recibir decenas de tuits de pésame de tus amigos de antes y de ahora; de parientes, compañeros de la Universidad de Londres, pilotos de Aeroméxico de la época en la que fuiste director, colegas y catedráticos de la UNAM; ex embajadores, compañeros de trabajo, abogados, notarios, ex funcionarios, primos lejanos, tíos, amigas feministas y muchos compañeros de trabajo de Venezuela, República Dominicana (en la época del terremoto Haitiano), Suiza y Canadá, en los tiempos en que fungías como Embajador de México, además de los consulados de San Diego, San Francisco y Los Ángeles. Lo más llamativo de todo es que el cien por ciento de estos mensajes, tan significativos, se referían a tu gran sentido de amistad, de humor, pero especialmente a tu inteligencia y cultura. Inútil decirte la cantidad de coronas de flores blancas que aparecían en la capilla al lado de tu foto, donde apareces sonriendo y con una actitud muy digna.
Escribo esto imaginando que estás en tu casa del Desierto de los Leones, mientras relees a Los Hermanos Karamazov, al lado de Esther, esperando que empiece tu película preferida, Quai des Orfèvres.
Me temo que quedaron pendientes entre tú y yo muchas conversaciones, recuerdos de nuestra juventud y recomendaciones de lecturas, música y películas.
El próximo 10 de mayo, día de tu cumpleaños, lloraré particularmente por que mi único hermano se fue para siempre sin despedirse.
gloaezatovar@yahoo.com

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