Fracaso de la 4T, retiene crimen control aduanal: Reforma
"Dos directores destituidos, una aceptación tácita del fracaso, denuncias de corrupción y asedio del crimen organizado indican que ni la 4T puede limpiar Aduanas.
No obstante que el primer director, Ricardo Peralta (actual subsecretario de Gobernación), dijo haber despedido a 92 por ciento del personal para limpiar esa administración y que su sucesor, Ricardo Ahued, dijera que investigaba a 39 de 49 directores por corruptos, la situación no cambia.., al contrario.
Incluso ayer, el Presidente, al confirmar la dimisión de Ahued a Aduanas, reconoció que esa área es una asignatura pendiente de su Gobierno: "es un monstruo lo de aduanas, de 100 cabezas", admitió.
Y es que el crimen organizado controla y asedia las aduanas.
Carlos Mendoza, consultor en temas de seguridad, indicó que las Aduanas han sido desde hace varias administraciones un problema para la seguridad del País y que la actual Administración federal tampoco ha podido resolver. (Reforma).
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Rechaza oposición "carta blanca" para AMLO en presupuesto ante covid-19...
La Oposición en Cámara de Diputados acusó que la iniciativa presidencial que da facultades discrecionales a Hacienda para modificar el Presupuesto es inconstitucional y autoritaria.
Diputados del PAN, PRI y PRD y hasta del PES afirmaron que el Presidente pretende pasar por alto al Poder Legislativo para mover a su antojo partidas presupuestales, con el pretexto de la emergencia
El coordinador panista, Juan Carlos Romero Hicks, consideró que es intransitable la adición de un artículo a la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria para quitar facultades a la Cámara baja.
Dijo que el único órgano facultado para aprobar y modificar el Presupuesto de Egresos de la Federación es la Cámara de Diputados, de acuerdo al Artículo 74 de la Constitución.
"Es un paso a la dictadura y ley de una sola persona", señaló.
Explicó que no pueden aprobar una iniciativa que claramente busca brindar una potestad absoluta de reasignación del gasto público al Ejecutivo federal.
En tanto, el grupo del PRI también rechazó una iniciativa que, acusó, busca la concentración y abuso de poder.
"Se pretende la destrucción de los contrapesos al Ejecutivo federal, mermar la división de poderes y violar la Constitución. El siguiente paso sería la dictadura", aseguró.
A su vez, la coordinadora del PRD, Verónica Juárez, indicó que es inaceptable la iniciativa porque le daría facultades para hacer y deshacer con el presupuesto de la Federación.
"Esta iniciativa es una de naturaleza autocrática, un retroceso respecto de muchos años de avance democrático en nuestro País", afirmó.
Dijo que López Obrador quiere evitar el envío a la Cámara del monto de gastos a reducir y una propuesta de dicha reducción por dependencia y entidad para que no se opine al respecto.
"Lo que quiere el Presidente con su iniciativa es hacerlo, de manera discrecional, opaca y sin rendirle cuentas a nadie", denunció.
Por su parte, el grupo parlamentario del PES en la Cámara de Diputados, sugirió que, en lugar de la reforma de ley y el decreto, que el presidente haga uso de sus facultades reasignar el 10% presupuesto.
A través de un comunicado, los legisladores del PES proponen que, sin la necesidad de modificar la ley, López Obrador podría reasignar desde 305 mil 387 millones de pesos hasta 610 mil 773 millones de pesos para atender las diversas crisis generadas por el covid-19.
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El jueves por la tarde, en su rueda de prensa diaria sobre la evolución de la crisis del coronavirus, el presidente Trump se preguntó si no sería una buena idea inyectar en el cuerpo de los pacientes de covid-19 desinfectante o golpearlo con una “tremenda luz ultravioleta”, dada la eficacia de uno y otra a la hora de liquidar al patógeno.
Eso generó mucho ruido...
Empero, el propio presidente Trump aseguró un día después a los reporteros que lo que dijo era una broma. “Formulaba la pregunta de manera sarcástica a los periodistas como vosotros, solo para ver qué pasaba”, ha dicho. Pero ni el contexto ni el tono parecen corroborar la versión oficial ofrecida a posteriori.
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Las columnas políticas hoy, sábado 25 de abril de 2020
Templo Mayor/ REFORMA
QUE QUEDE CLARO: México vive dos emergencias, la sanitaria y la económica. Y si el gobierno federal se toma tan "en serio" la segunda como se tomó la primera, la cosa pinta feo.
QUIENES SÍ SABEN de economía advierten que si no se empieza a delinear el plan de reactivación económica, habrá más víctimas de la pobreza y del desempleo que del coronavirus.
DE AHÍ que sugieren no esperar hasta que llegue el 30 de mayo y sea declarado el final de la contingencia, sino ir segmentando la apertura de los distintos sectores productivos. Saber de una vez quiénes abren, dónde, cómo y, sobre todo, cuándo.
NO EN BALDE las empresas manufactureras de Estados Unidos ya urgieron a Andrés Manuel López Obrador a que tome en cuenta la integración comercial y que no les corte las cadenas de producción.
NOMÁS para darse una idea de cómo andan las cosas, la consultora Deloitte elaboró un estudio con tres escenarios sobre la caída y la recuperación económicas en México.
EL PRIMERO, el de una rápida contención, calcula una caída del PIB del 6.5 por ciento; el segundo, es el del año perdido con un descalabro del 8.5 por ciento; y el tercero, ¡gulp!, es algo que llama "economía de guerra", con el país con un PIB en menos 10.3 por ciento. Queda claro que la crisis no se acabará con la cuarentena.
QUIEN podría sacarse el tigre en la rifa es Horacio Duarte, subsecretario del Trabajo. Suena, y fuerte, para ser el tercer titular de la Administración Federal de Aduanas del sexenio.
A VER qué puede hacer con ese "minino" quien fuera abogado de Andrés Manuel López Obrador cuando el juicio de desafuero en su contra y representante del PRD ante el IFE cuando el tabasqueño protagonizó el conflicto poselectoral del 2006.
SI LOS caminos del Señor son misteriosos, los del presidente de la República a veces son incomprensibles.
Y ES QUE por un lado promueve una ley para que no se condonen impuestos... y él mismo les da a las televisoras y radiodifusoras los tiempos de difusión que eran patrimonio del Estado. Es decir, que Andrés Manuel López Obrador también les regala dádivas a los ricos.
EL PRESIDENTE les hizo una rebajota al pasar de 18 a 11 minutos al aire del supuesto "pago en especie" y el resto de los empresarios seguramente querría recibir un trato taaan especial.
¿LA JUGADA habrá sido por pura buena onda con la industria de la radiodifusión o se espera a cambio una cobertura noticiosa muy favorable a la 4T? Es pregunta sin concesiones.
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Frentes Políticos/Excelsior
25 de Abril de 2020
1. Sin pausa. Los índices de homicidios dolosos en el país no han disminuido porque el crimen organizado sigue activo, pese al despliegue de Guardia Nacional, Ejército y Marina, reconoció el presidente Andrés Manuel. “Seguimos padeciendo los enfrentamientos de bandas que se disputan plazas, rutas de tráfico de droga, que se siguen enfrentando, eso fue una herencia que recibimos, que hemos podido controlar, pero no se han podido disminuir los números”, planteó. Marzo ha sido el mes con más homicidios dolosos de lo que va del año. Y aunque es oportuno que el secretario de Seguridad apriete las tuercas para que su estrategia funcione, también hay que aclarar que estados como Guanajuato no ayudan. El territorio gobernado por Diego Sinhue es el que más víctimas presenta.
2. Por el Estado no queda. Los altos índices de violencia por ajustes de cuentas y feminicidios en México no han disminuido a pesar del confinamiento, lo que es una tarea pendiente, reconoció la titular de la Secretaría de Gobernación, Olga Sánchez Cordero. quien consideró que el incremento en los asesinatos dolosos se debe a que en México hay violencia “emocional” y no basta con los sistemas de inteligencia, por el gran espíritu de venganza y agresión que hay por parte de los grupos de la delincuencia organizada, según lo que le ha comentado el propio general Luis Rodríguez Bucio, titular de la GN. Debemos recordar que el problema es tan grave que las tres corporaciones militares y policiacas suman más de 161 mil efectivos. ¡Y se necesitan más!
3. Sector boyante. En medio de la crisis económica por la emergencia sanitaria del COVID-19, el sector abarrotero del país reportó un incremento de 18.6% en sus ventas durante el mes de marzo, siendo los comestibles los que registraron mayor demanda, con 22.3%. El presidente ejecutivo de la Asociación Nacional de Abarroteros Mayoristas, Iñaki Landáburu hizo un llamado a los 140 socios a no detener la distribución a los hogares, “ya que como proveedores somos responsables de más del 50 por ciento de las ventas de productos básicos de consumo y, sobre todo, hacia las clases más vulnerables del país”. Una de las fórmulas para no detener la economía en esta crisis sanitaria es, precisamente, comprar en las tiendas de la esquina. La microeconomía al rescate de la patria.
4. No es un chiste. El humor de los mexicanos es conocido mundialmente, pero la ironía en tiempos de coronavirus está políticamente mal vista. En Tlaxcala, una pareja celebró su cumpleaños con temática del COVID. Con trajes especiales, cubrebocas y pastel del coronavirus es como esta pareja, originaria del municipio de Huamantla, celebró, junto con sus amigos, su cumpleaños. Sin embargo, su fiesta ha sido muy criticada por la ciudadanía en las redes sociales, pues aseguran que los trajes especiales, así como los cubrebocas, hacen falta en los hospitales. Además de que burlan el llamado de la autoridad de quedarse en casa por la emergencia sanitaria. Presente la falta de rigor de las autoridades. Marco Mena, el gobernador, no ha puesto manos en el asunto. y eso es lamentable.
5. Amainados. Nadie había podido con los maestros. Ni el gobierno del estado de Oaxaca ni las autoridades educativas del estado. Pero la pandemia sí. Ante la actual emergencia sanitaria, por primera ocasión en sus 40 años de historia, la Sección 22 del SNTE no se manifestará el 1 ni el 15 de mayo, en la conmemoración de los días del Trabajo y del Maestro, para exigir respuestas a sus reclamos, confirmó el portavoz de la gremial, Wilbert Santiago Valdivieso. El vocero sindical sostuvo que el magisterio, adherido a la CNTE, determinó no movilizarse en esas fechas históricas de su lucha para no poner en riesgo a sus compañeros. A cambio de esto elaboran un pliego petitorio para ser entregado a los gobiernos federal y estatal. Silenciosos, pero pedinches, los normalistas no cambian. No dan paso sin huarache..
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¿Militares contra el monstruo de las aduanas?/Salvador García Soto
El Universal, abril 25, 2020
La 4T no ha podido hasta ahora acabar con la corrupción histórica y endémica del sistema de aduanas mexicanas. Van dos funcionarios que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador nombra administradores generales del sistema de aduanas y ninguno de ellos ha logrado someter a eso que el mismo presidente llama “el monstruo de 100 cabezas”, por el tamaño de la corrupción que “es muy difícil” combatir. Otros, que conocen bien el complejo entramado de intereses, crimen, ilegalidad y millonarios negocios que se mueven por los puntos de importación y exportación del país, se refieren a las Aduanas Nacionales como el “píloro del sistema de corrupción”, por ser el paso obligado a las entrañas donde se produce la corrupción más pestilente de la administración pública federal.
Primero fue Ricardo Peralta, que duró apenas cinco meses en el cargo y que, aunque había puesto en marcha un plan de reestructura y “limpieza” de la corrupción aduanal, las diferencias tan fuertes que tuvo con la entonces directora del SAT, Margarita Ríos Farjat, hoy ministra de la Corte, y con el entonces titular de Hacienda, Carlos Urzúa, le costaron su temprana remoción del cargo y el rescate de su protectora, Olga Sánchez Cordero, que lo nombró subsecretario de Gobierno. Y este viernes, después de que se rumorara por varios días, Ricardo Ahued, renunció también, a 11 meses de haber sido nombrado por su amigo, el presidente López Obrador, quien lo había mandado, apenas en mayo de 2019, a “acabar con la corrupción” en las aduanas, misma encomienda que también le había hecho a Peralta.
Según las cifras oficiales que se manejan en el SAT, en las 49 aduanas que hay en México —19 en la frontera norte, dos en la frontera sur, 11 interiores y 17 marítimas— se factura, solo por concepto del IVA, 447 mil millones de pesos al año, por todas las mercancías que pasan a través de los puntos aduanales. El problema es que solo se factura uno de cada 10 contenedores que pasan por las aduanas, mientras los otros 9 los dejan pasar los funcionarios aduanales y, a sea por corrupción, por colusión o por miedo y amenazas del crimen organizado.
Esa es la razón por la que López Obrador, a los dos que ha mandado hasta ahora a las aduanas les ha dado la misma encomienda: eliminar la corrupción en el facturaje, donde según los cálculos del SAT, se pierden cada año hasta medio billón de pesos que no ingresan a las arcas del gobierno por la corrupción y que en realidad debería recaudar un billón de pesos en el sistema aduanero. En el año cinco meses que va de este gobierno, no solo no aumentó la facturación en las aduanas, sino que disminuyó.
Nuevo Laredo, la Joya de la corona
De los mil millones de pesos que actualmente ingresan a las aduanas, un 20 por ciento lo facturan las aduanas de Tamaulipas, estado en el que se ubican 17 de las 49 aduanas nacionales, entre las terrestres en la frontera con EU y las marítimas. 15 mil contenedores al día cruzan por la aduana de Nuevo Laredo, y todos ellos pagan por hacerlo, solo que unos lo hacen por impuestos y contribuciones al gobierno federal, mientras que otros, la mayoría, pagan por “derecho de paso”, en una corrupción en la que se entremezclan funcionarios federales y crimen organizado.
Hoy la aduana de Nuevo Laredo está totalmente controlada por el crimen organizado. Hay incluso informes de inteligencia federal que aseguran que la cuota que cobran por contenedor es de 25 mil dólares para no ser revisados, y a los que paguen les venden además, la “protección y cobertura” para su mercancía, desde San Antonio, Texas, hasta Monterrey, Nuevo León.
Y los que aceptan pagar a esa red formada por funcionarios aduanales de distintos niveles y los líderes del Cártel del Noroeste (CDN) que hoy tiene el control de Nuevo Laredo, pueden pasar de todo, excepto armas, municiones y productos farmacéuticos. “Todo lo demás que quepa por el puente puede pasar”, dice un trabajador aduanal que pidió el anonimato. Los agentes aduanales de Nuevo Laredo, a su vez, pagan cuota al Cártel del Noroeste, e incluso, los notarios públicos participan también de esa cadena de corrupción porque en los recibos que le dan a los clientes ya les cargan el “impuesto” para los narcotraficantes.
El CDN tiene un control estricto del tránsito de mercancías y contenedores, y al que no paga lo paran saliendo de la Aduana para impedirle trasladar su mercancía. Salvo las maquiladoras que son parte de las cadenas productivas o armadoras para los Estados Unidos, son los únicos a los que no se extorsiona; pero todo lo demás que pasa para ser consumido en el mercado interno, ropas, calzado, tecnología, alimentos, tiene que pagar el “derecho de paso”.
El dinero en efectivo que viene desde EU también es parte de esa cadena de corrupción que se puede ver gráficamente en los dos lados de la frontera laredense: del lado de Laredo, Texas, está ubicado una equipada oficina del US Customs and Border Protection, que es uno de los recintos fiscales más importante de EU, donde los camiones con sus contendedores se estacionan y se bajan a pagar sus impuestos. Mientras que, del lado de Nuevo Laredo, México, no han podido instalar ningún recinto fiscal, y los que lo han intentado, terminan sin funcionar.
Militarizar las aduanas,¿la solución?
Nuevo Laredo es el principal centro de operaciones de este tipo de corrupción donde participan los funcionarios de la aduana, los agentes aduanales y hasta la oficina local del SAT, pero no es el único. Este mismo esquema se repite, a diferentes escalas y con distintos grados de penetración, en otras aduanas importantes del país, tanto terrestres como marítimas, como Tijuana, Progreso, Manzanillo, Reynosa, por mencionar solo algunas.
El problema es histórico y se originó desde que los presidentes de la era priista hicieron del sistema de aduanas una de las áreas más opacas de ingresos lícitos e ilícitos para los gobiernos, y una especie de “premios” y “regalos” para sus amigos, compadres y familiares, que se enriquecieron con licencias aduanales y con el control de puestos fronterizos por los que se comerciaba desde la “fayuca”, el gran negocio del contrabando en la época de la economía cerrada, hasta las drogas que comenzaron a ser enviadas a los Estados Unidos con toda facilidad por las aduanas mexicanas.
El problema de la corrupción se mantuvo con los gobiernos del PAN. En el sexenio de Vicente Fox se decía que la aduana de Reynosa estaba bajo el control de los hermanos Bibriesca, los hijos de la esposa del presidente, Martha Sahagún. Ya en los tiempos de Felipe Calderón, Zenlhi Ye-Gon llegó a declarar cuando ante los jueces en EU que, además de la de Manzanillo, él utilizaba la aduana de Reynosa para traficar las sustancias como la efedrina, por la que fue detenido.
Hoy, tras el fracaso de dos gestiones que no han podido controlar ni acabar con el “monstruo”, López Obrador habla de la necesidad de hacer “una limpia” en el Sistema General de Aduanas, y la clave está en cambiar a todos los administradores de las aduanas, en donde aún hay muchos aunque vienen de los gobiernos anteriores, sobre todo del sexenio pasado de Peña Nieto, donde la corrupción histórica alcanzó niveles nunca vistos también en el comercio aduanal. El presidente está analizando una propuesta que incluye nombrar a nuevos administradores de origen militar, tanto del Ejército como de la Marina, como una forma de intentar un combate más férreo y frontal a las redes de corrupción aduanera.
La propuesta, que analiza el presidente, parte de que no solo se pueden obtener 500 mil millones más de ingresos si se elimina la corrupción por facturaje en el sistema aduanero, sino que además, al estar controladas por el crimen organizado, las aduanas también son focos de inseguridad y conflicto para los municipios y estados donde se ubican, porque son los primeros que busca controlar el crimen organizado, por los volúmenes de dinero que se generan, y se convierten en focos de violencia e inseguridad en todo el país.
Así que, no sería nuevo que el presidente López Obrador, que ayer se veía afectado por la decisión de su amigo Ricardo Ahued, a quien siempre menciona como “un hombre íntegro y honesto”, al que por eso mandó a tratar de descabezar al monstruo aduanero, decidiera apostar ahora por los militares para tratar de acabar con la corrupción en las aduanas. Total, si ya los metió a construir aeropuertos, a controlar la seguridad pública y civil en el país, y hasta a atender la salud de los mexicanos en la emergencia del Covid-19, no sería raro que el próximo director de aduanas fuera un militar.
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La Cuarta pauperización
Arsenal/FRANCISCO GARFIAS
Excelsior
25 de Abril de 2020
Ni en los mejores tiempos de Peña, Calderón, Fox, Zedillo o Salinas habíamos visto que se distribuyera una carta con la firma del presidente, junto con los apoyos entregados a la población, en medio de una emergencia de cualquier índole. Es lo que están haciendo, en épocas del COVID-19, los superdelegados, subdelegados y los famosos Siervos de la Nación de la Cuarta Transformación, con la complacencia de Andrés Manuel López Obrador, el “hombre providencial”, el “Rayito de la Esperanza”, el mero mero de la “Cuarta pauperización”.
Hay más desempleo, el dólar raya los 25 pesos, no ha habido crecimiento económico desde que llegó a Palacio Nacional. Es realidad irrefutable.
La austeridad republicana barrió con el servicio público y los funcionarios tienen prohibido trabajar en el sector privado durante 10 años, a partir de su separación del cargo.
En síntesis: México es más pobre de lo que era el primero de diciembre del 2018.
*Esta entrega de apoyos con recursos públicos para promoción personal del Jefe de la Nación se da en medio de la crisis sanitaria más severa en un siglo. Sobra decir que va contra la Constitución.
Lo que queda del PAN y del PRD ya prepara sus respectivas quejas ante los órganos correspondientes.
Una y otra vez hemos escuchado a López Obrador decir que ellos son diferentes, que las viejas mañas se acabaron, que la honestidad valiente.
“Hacen lo mismo que criticaron o peor. Viven en la incongruencia”, subraya Fernando Rodríguez Doval, secretario de Estudios y Análisis Estratégicos del CEN, del PAN.
Los senadores de Acción Nacional también se manifestaron en redes sociales.
“Presidente @lopezobrador_, una vez más está violando la Constitución (art. 134), utiliza recursos públicos para propaganda personal. Inadmisible que use la necesidad de los mexicanos en momentos de crisis para su beneficio.
“Es inhumano condicionar apoyos sólo a su base clientelar”, publicaron en su cuenta oficial de Twitter.
El artículo 134 de la Constitución establece que en ningún caso los apoyos incluirán nombres, imágenes, voces o símbolos que impliquen promoción personalizada de cualquier servidor público. Eso incluye al primer mandatarrio.
Hay materia para presentar, en la SCJN, una acción de inconstitucionalidad, por tratarse de una violación a la Ley de Leyes. Por lo pronto, se van a inconformar ante el INE y el TEPJF.
Ángel Ávila, integrante de la dirección colegiada del PRD, destacó el carácter reincidente de los llamados Siervos de la Nación —más bien Siervos de AMLO— que, de nueva cuenta, hacen campaña por el Presidente “aprovechando la contingencia sanitaria”.
Y es que hace unos meses, el Tribunal Electoral amonestó a superdelegados, subdelegdos y a los citados Siervos de la Nación por usar chalecos con las siglas AMLO al “dispersar” los recursos públicos entre los beneficiaros.
“La Función Pública no se ha pronunciado hasta hoy. Ha guardado silencio. Por ser reincidentes ya no sería sólo una amonestación, sino una multa o la separación del cargo”, destacó Ávila.
Remató: “Estamos en resistencia”.
*No todos en Morena son sectarios o están fanatizados. No todos ven el mundo en blanco y negro, policías y ladrones, buenos y malos.
Uno que ha mostrado ecuanimidad es Ricardo Monreal, jefe de la Bancada de ese partido en el Senado.
Se reunió ayer con el Presidente en Palacio Nacional. Allí fue entrevistado sobre las inquietudes que ha suscitado el recorte de salarios y aguinaldos contenido en el Plan Económico presentado por el Presidente de la República que podríamos resumir en dos palabras: más austeridad.
Dice Monreal:
“Tendrán que ser voluntarios. Un decreto, lo digo con todo respeto para el Ejecutivo, no puede estar por encima de la Ley y la Ley establece el aguinaldo y el salario como un derecho irrenunciable”, destacó.
No hay muchos miembros de Morena que se atrevan a diferir, públicamente, del Presidente. Monreal es uno. Esa es la fortaleza frente a los mexicanos y su debilidad en el seno de Morena.
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Mucho poder, nula oposición
Retrovisor/IVONNE MELGAR
Excelsior
• La incapacidad de ofrecer respuestas desde el Congreso resulta tan escandalosa como ilustrativa del cambio político de fondo que experimentamos: nadie que no sea el presidente López Obrador puede representar la orfandad.
Asombra la paradoja que el COVID-19 acentúa: mucho poder y resultados dudosos.
Porque aun cuando la emergencia no permitirá distinguir entre lo que ésta echó a perder y lo que ya venía mal, es evidente que el control político no está siendo sinónimo de un gobierno eficiente: crecen los homicidios, el crimen organizado reparte despensas, el mercado petrolero desconfía de Pemex, hay inconformidad empresarial con el plan anticrisis, gobernadores amagan con romper el pacto fiscal y las denuncias de corrupción persisten sobre compras gubernamentales.
Son fallas que pueden justificarse con el elefante heredado. Pero las ineficiencias siguen ahí cuando médicos y enfermeras acusan estar desarmados.
Frente a esa señal de alarma, la incapacidad de ofrecer respuestas desde el Congreso resulta tan escandalosa como ilustrativa del cambio político de fondo que experimentamos: nadie que no sea el presidente López Obrador puede representar la orfandad.
Vayamos al caso del Senado, donde quedó al descubierto la irrelevancia que el bloque PAN-PRI-PRD-Movimiento Ciudadano tiene en la coyuntura, al no haber podido conseguir la modificación de nada: ni del quórum que quería frustrar en la sesión del lunes ni de la orden del día con el punto único de aprobar con urgencia, a solicitud presidencial, la Ley de Amnistía y, mucho menos, la agenda gubernamental que niega las vicisitudes en la atención hospitalaria al COVID-19.
Políticos profesionales como Miguel Osorio, Miguel Mancera, Damián Zepeda y Dante Delgado fueron ignorados en su convocatoria al presidente Andrés Manuel López Obrador para diseñar salidas al abasto sanitario y a la crisis económica. ¿Por qué?
Porque el objetivo de la concentración de poder es inhabilitar cualquier contrapeso en 2021 que pueda abrirle paso a una alternancia en 2024. Por eso las invitaciones al consenso y las iniciativas independientes, ciudadanas o de autoridades no morenistas, carecen de eco.
Por eso nadie atendió públicamente la propuesta de Gustavo de Hoyos, al frente de la Coparmex, de diferir la declaración fiscal. Aunque, al final, el gobierno cedió y el SAT anunció una prórroga.
Por eso, en la Cámara de Diputados nadie le hace segunda a la coordinadora del PRD, Verónica Juárez Piña, cuando advierte que la agresiones al personal de salud también son institucionales cuando trabajan con precariedad.
Porque la tarea de la mayoría morenista en el Congreso es reiterar que México tendrá salvación en la emergencia, gracias a la austeridad, a pesar de que existen fundadas sospechas de que ésta es causa del agobio y de la orfandad que se extiende a sectores históricamente afines al Presidente, como los creadores.
Fue triste observar cómo nadie de la Secretaría de Cultura, de Alejandra Fraustro, se asomó a la protesta virtual de los artistas por la eliminación del Fonca, a quienes la titular de la Función Pública, Irma Sandoval, mandó a serenarse y a no defender “un fondo salinista”.
Más lamentable resultó la tardía aparición de la directora del Conacyt, María Elena Álvarez-Buylla, en el asunto de los ventiladores, para criticar a los neoliberales de la ciencia, sin reconocer que gracias a los esquemas que defenestra opera el consorcio que ahora desarrolla el prototipo del que presume.
Y mientras esa retórica y la de tantos funcionarios nos atosiga, los constructores independientes de respiradores afrontan la burocracia de una administración caótica que, en vez de sumarlos, les pone el pie: sea por requisitos inalcanzables de la Cofepris o por las contradicciones entre la Secretaría de Economía, Conacyt y Cancillería.
¿Quién, políticamente hablando, puede hoy abanderar con éxito los reclamos de orfandad de pacientes y médicos?
Ni siquiera un político formado en la escuela de los acuerdos como el canciller Marcelo Ebrard se atreve a salirse del guion de cero contacto con cualquiera que reclame, cuestione o critique las acciones gubernamentales.
La finta que el coordinador de Morena en el Senado, Ricardo Monreal, le aplicó a la oposición, haciéndole creer que no tendría quórum, para avasallarla después, fue aderezada con sus declaraciones a Leticia Robles ayer, en Excélsior: no seremos rehenes de la minoría, porque no es indispensable en el avance de los planes de gobierno.
La claridad con la que el experimentado político evaluó la irrelevancia numérica y política del PAN, PRI, PRD y MC debería alertar a los ilusos que esperan que el caos se traduzca en posibilidades electorales para acotar al Presidente.
Porque nadie les va a invitar un café en Palacio para que sean partícipes de nada.
O salen a la calle a representar a quienes padecen los dudosos resultados del gobierno o serán engullidos por la imparable concentración de poder.
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El enemigo equivocado/Jorge Ramos Ávalos
REFORMA, 25 Abr. 2020
El presidente López Obrador tiene tantos problemas reales -la pandemia, la violencia, la lucha contra la corrupción, el nulo crecimiento económico y la pobreza- que no tiene sentido crearse otros imaginarios. Los periodistas no somos sus enemigos. Pero parecería que para él sí lo somos.
En una larga intervención durante una reciente conferencia de prensa, se quejó amargamente de los periodistas y columnistas que critican a su gobierno. Antes, explicó, no eran así. Venían de una gran tradición periodística pero "la mayoría se echó a perder". Y luego soltó su frase más afilada e injusta: "No hay en México un periodismo profesional e independiente. (...) ¿Ético? Estamos muy lejos de eso".
No entiendo por qué en medio de la pandemia, con miles de contagiados y cientos de muertos, AMLO la agarra contra la prensa. No es el momento de distraer la atención. Esta es la peor crisis que enfrentará en su sexenio y en su vida. Pero ya que en una democracia se vale responderle al Presidente y no estar de acuerdo con él, se me ocurrió escribirle esto:
Señor Presidente, muchos de los que ahora lo criticamos somos los mismos que antes denunciamos y atacamos puntualmente al ex presidente Enrique Peña Nieto y a los gobiernos que le precedieron. (En mis columnas llamé a Peña Nieto "el peor presidente de México" y a Felipe Calderón "el presidente de los muertos".) Entiendo que en un momento dado usted y nosotros estuvimos del mismo lado. Pero nosotros los reporteros no hemos cambiado de lugar; el que cambió fue usted. Nosotros seguimos siendo contrapoder y usted ahora es el poder. Por eso lo vigilamos y criticamos. Y lo seguiremos haciendo.
Los periodistas independientes no formamos parte de ninguna conspiración; usted ganó legítimamente la Presidencia y debe terminar todos y cada uno de sus seis años. No somos golpistas, conservadores ni fifís. Yo también quiero que le vaya bien a México. Pero no lo vamos a alabar ni a aplaudir en sus "mañaneras". Ese no es nuestro trabajo.
Hay muchas cosas que no están bien en México; nuestra obligación como reporteros es denunciarlas y presionarlo a usted para que tome responsabilidad. Le doy dos ejemplos:
1) Marzo fue el mes más violento de toda su Presidencia con 3 mil homicidios dolosos, según cifras de su mismo gobierno. Esa no es una tendencia a la baja. Ni la pandemia ni el distanciamiento social ayudaron a reducir esos números. Desde que usted llegó al poder en diciembre del 2018 han asesinado a 46,085 mexicanos. La situación, claramente, no está bajo control. La principal obligación de todo mandatario es que no maten a su gente. ¿Es mucho pedir?
2) Su conducta personal en varias ocasiones ha ido en contra de las recomendaciones de los científicos y expertos para controlar el coronavirus. A pesar de que la Organización Mundial de la Salud declaró una pandemia el 11 de marzo y pidió "medidas agresivas y urgentes", usted les dijo a los mexicanos en un video desde Oaxaca el 22 de marzo que "si tienen posibilidad económica sigan llevando a la familia a comer a los restaurantes y fondas... para fortalecer la economía popular". Se perdieron valiosas semanas de preparación. Anteriormente, y a pesar de las múltiples advertencias de los doctores, usted besó a una niña en público, realizó eventos masivos e incluso en una conferencia de prensa el 4 de marzo dijo: "hay que abrazarse, no pasa nada". ¡Sí pasa! Miles de mexicanos se han contagiado de coronavirus desde que usted hizo esas declaraciones. Nuestro trabajo también consiste en destacar cuando un Presidente no hace lo que dicen los científicos y da un mal ejemplo a la gente.
Esto no es personal. Si a usted le va bien, a México le irá bien. Pero su trabajo es dirigir el país y el nuestro es reportar la realidad con veracidad y cuestionar a la autoridad. Son dos funciones que muchas veces se contraponen. Y así está bien.
En el pasado usted y yo tuvimos varias entrevistas. Nunca se quejó. Como siempre, yo hacía mis preguntas impertinentes y usted -como siempre también- contestaba a su gusto. De mi parte, nada ha cambiado.
Pero antes de terminar solo quiero decir que este no es el momento de peleas. Y mucho menos con enemigos imaginarios. México necesita de todos para vencer la pandemia. Hoy no hay nada más importante.
@jorgeramosnews
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Renegociar contratos/Ana Laura Magaloni Kerpel
REFORMA, 25 Abr. 2020
La crisis sanitaria ha puesto en vilo el conjunto completo de las relaciones contractuales que dan sustento a la actividad productiva del país. Con el cierre de la economía, las empresas de todos tamaños están enfrentando graves problemas de liquidez para hacer frente a sus obligaciones de pago: alquileres, proveedores, nómina, etcétera.
Como señala Gerardo Esquivel, tenemos que evitar a toda costa dos cosas: el quiebre de las empresas y la consecuente puesta en riesgo del sistema financiero. Una variable central para que las empresas no quiebren tiene que ver con el monto de sus deudas y sus obligaciones de pago. El incumplimiento de obligaciones contractuales, con las penas económicas que ello generalmente lleva aparejado, puede hacer que en poco tiempo las deudas de las empresas sean impagables. Es decir, que los problemas de liquidez se conviertan en problemas de solvencia. Por ello, es urgente que las empresas renegocien sus contratos de acuerdo con el nuevo contexto económico y sanitario. Renegociar cuanto antes, aunque no esté garantizado el flujo de efectivo, permitiría frenar el incremento y acumulación de las deudas de las empresas.
En México, el marco normativo, como en cualquier parte del mundo, permite la renegociación de contratos cuando surgen acontecimientos extraordinarios como el coronavirus que hacen imposible o mucho más oneroso su cumplimiento. En ese escenario, las partes pueden acordar: 1) redefinir las obligaciones contractuales (montos, plazos, volúmenes, etcétera); 2) suspender por un periodo determinado el contrato o 3) rescindir el contrato sin penas adicionales por incumplimiento. En cualquiera de los tres escenarios, el monto de la deuda de la empresa se limita y en los primeros dos escenarios se le da viabilidad a la relación contractual hacia futuro.
Sé que muchas grandes empresas en México están renegociando con éxito sus contratos y para ello cuentan con servicios legales de alta calidad. Sin embargo, para la mayoría de las micro, pequeñas y medianas empresas, el marco normativo para la renegociación de contratos no es siquiera conocido. Además, la mayoría de las micro y pequeñas empresas no tienen fácil acceso a un abogado. Como sucede en muchos otros ámbitos, cuanto menos capacidad económica se tiene, menos posibilidades reales de que las leyes te protejan.
Por esta razón, un equipo de amigos y colegas, entre los que están algunos profesionistas legales brillantes, altruistas y generosos, estamos diseñando una plataforma digital que vaya guiando, paso a paso, el proceso de renegociación de contratos entre el deudor y el acreedor. La plataforma facilitará la generación de documentos que permitan acreditar el proceso de negociación y los addendums a los contratos respectivos. Se trata de un ejercicio novedoso y desafiante, pues el marco normativo en materia contractual no está pensado para que acreedores y deudores lleguen a nuevos entendimientos en la sana distancia, es decir, sin que ellos o sus empleados puedan salir de sus casas.
Ante la imposibilidad de las empresas no esenciales de continuar con sus actividades, una alternativa mucho menos costosa que la quiebra es la suspensión: al menos pongamos en pausa las obligaciones contractuales que están asfixiando a las empresas y que amenazan con destruir nuestras fuentes de riqueza y empleo. No quiero decir que con ello se resuelve el problema de flujo de efectivo y liquidez. Se necesitaría, y todos los expertos coinciden en ello, un programa de gobierno que apoyara a las empresas con el pago de la nómina y algunos gastos fijos. También sería importante el diferimiento de algunas obligaciones fiscales. Sin embargo, todo indica que el gobierno federal no coincide con esta visión. La renegociación de contratos al menos permite limitar los montos de las deudas y se suspenden por un tiempo algunas de las obligaciones de pago, esperando que con ello las empresas tengan algo de oxígeno para sobrevivir la asfixia del confinamiento.
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Sin derecho a fallar
SOBREAVISO / René Delgado
REFORMA, 25 Abr. 2020
Hoy revive aquella escena de la joven Sandra emparejando en su bicicleta al Jetta blanco, en el cual Andrés Manuel López Obrador se trasladaba al Palacio Legislativo para rendir protesta como presidente de la República.
Sin dejar de pedalear de pie -porque días atrás le habían robado el asiento de la giant amarilla de montaña- y asediada por los motociclistas que escoltaban el automóvil, la joven tuvo un brevísimo intercambio de palabras con quien, minutos más tarde, se terciaría la banda presidencial al pecho. La joven amonestó al político, diciéndole: "En ti confiamos, tú no tienes derecho a fallarnos". A lo cual, el político respondió de manera afirmativa.
La escena se le quedó grabada a López Obrador. Tanto que, desde la tribuna de San Lázaro, tras rendir protesta como jefe del Ejecutivo, el ya mandatario relató: "Ahora que venía para acá se me emparejó un(a) joven en bicicleta y me dijo: 'Tú no tienes derecho a fallarnos'. Y ese es el compromiso que tengo con el pueblo: no tengo derecho a fallar".
El mandatario rubricó el compromiso.
Esa escena revive hoy porque, en estos días, el presidente López Obrador enfrenta un desafío enorme, quizá, el mayor del sexenio: salvar vida y trabajo de infinidad de mexicanos.
Encara el reto sin prestar oído a quienes, sin ánimo de frenar, neutralizar o reventar su proyecto, formulan y proponen medidas para afrontar la emergencia económica derivada de la epidemia y evitar un colapso mayor al previsible.
En esa condición y con esa actitud, sin disposición a compartir el peso de la responsabilidad, si el mandatario falla, no podrá ver más a los ojos a la ciclista, como tampoco a quienes prima y dedica su gestión ni, desde luego, a la nación.
Suena injusto y desmesurado recargar tamaña responsabilidad en el Ejecutivo, pero él se la ha echado a cuestas al hacer de la soledad política, la concentración del mando y la voluntad personal, las únicas palancas para atemperar la crisis y sostener el proyecto que impulsa, sin lograr asegurarlo. Encabeza con respaldo social, pero a solas, un ensayo cuyo resultado puede arrastrarlo a un abismo, junto con su proyecto y la nación.
Si de suyo y por sí sola la transformación pretendida del país exigía sumar, cohesionar y unir fuerzas para, en verdad y sin rupturas, dar un salto equilibrado en el desarrollo social y nacional y darle un nuevo horizonte al Estado, la compleja circunstancia económica, social y política derivada de la epidemia demandaba redoblar aquel esfuerzo.
Pero no, Andrés Manuel López Obrador optó por el peor de los mecanismos de autodefensa: aislarse y repudiar cualquier acercamiento o apoyo, si no empata con el imperio de su instinto.
Hoy, cuando el dolor y el luto tocan a la puerta y tiran hojas al calendario, el Ejecutivo persiste en confrontar, en vez de conciliar; en abrir frentes, en vez de cerrarlos; en enclaustrarse, en vez de abrirse; en avanzar por su sendero, en vez de explorar otros derroteros; en contar lo que fue, en vez de construir lo que sigue; y en distraer -ahí está su pobre concepto de la prensa-, en vez de concentrar la atención en el corazón o pulmón del problema... y, con ello, hace exclusivamente suya la gravísima responsabilidad de fallar en un momento crucial que, sin duda, lo colocará en la historia, pero no necesariamente en el monumento al cual aspira.
A un jefe de gobierno y Estado no debe tentarlo la idea de concebirse como un llanero solitario, destinado a ser héroe o mártir. Incurrir en ese garlito es de una fatuidad inaceptable.
Cosa curiosa, habiendo experimentado con éxito durante la campaña electoral una política de apertura, suma y alianza, así como una actitud flexible y pragmática ante la dificultad, Andrés Manuel López Obrador olvidó ese ejercicio en el gobierno.
Entronizado en Palacio y, quizá, confundiendo la elección con una revolución, el mandato con una carta poder sin límite y la resistencia a su proyecto -que, desde luego, la hubo y la hay- con un germen golpista, giró el estilo. Cerrazón, resta y rivalidad, así como rigidez y credo, ganaron terreno en su discurso y actitud hasta culminar en un absurdo: un político desinteresado en la política.
Claro, el presidente López Obrador tiene adversarios, pero no todos quienes cuestionan su proyecto o lo instan a reparar en el sentido, estrategia, ritmo y despliegue del mismo forman fila con la resistencia. Y es un error clasificar a todos en el mismo casillero, como también lo es suponer que la epidemia con su consecuencia económica no reclama repensar y replantear los términos de aquel proyecto.
No aceptar ni entender que las condiciones de la gestión presidencial las modifica la emergencia, no escuchar a los colaboradores que sí cumplen con lealtad el encargo sin acatar en silencio las consignas y no distinguir entre quienes tienden puentes en vez de derribarlos, es malo para el presidente López Obrador y peligroso para el país.
Hay propuestas, planes e ideas que, sin atentar contra el proyecto presidencial, buscan atemperar la crisis económica derivada de la epidemia, conjurar la crisis política en ciernes y desactivar un estallido social.
No queda mucho tiempo para encontrarle salida al laberinto nacional, pero si aun así el Ejecutivo desoye voces distintas a la suya y llega a acuerdos sin capitular, aferrándose a la soledad política y la voluntad personal, tendrá que asumir la carga completa de la responsabilidad... y, si falla, reconocer que los pobres serán después, no los primeros.
Aun cuando algunos dicen que el mandatario se la está jugando, más vale que recuerde el compromiso adquirido con la nación y la ciclista y entienda que con vidas y trabajos no se juega.
sobreaviso12@gmail.com
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Conejillos de Indias/Jorge Volpi
en REFORMA, 25 Abr. 2020
¿Ysi los encerramos a todos en sus casas? ¿Y si durante semanas o meses les impedimos salir a la calle? ¿Y si cerramos sus bares y restaurantes, sus escuelas y universidades, sus parques y centros deportivos, sus cines, teatros y salas de concierto? Estas malignas preguntas, que parecerían provenir de una novela de Stanislaw Lem o de Ursula K. Le Guin -o, en otro extremo, de Kafka-, son ahora parte de nuestra realidad cotidiana. De pronto, los seres humanos nos hemos convertido en cobayas de un gigantesco experimento social cuyas consecuencias sobre nuestros cuerpos y nuestras mentes son incalculables.
Si bien nos hallamos en la época que mejor conoce el origen del universo, la vida y la conciencia -nuestra triada de grandes problemas-, la pandemia deja claro que nos falta mucho para comprender siquiera los mecanismos que les permiten a esos diminutos conjuntos de ARN envueltos en proteínas infiltrarse en nuestras células, multiplicarse enloquecidamente, enfermarnos o matarnos y, de paso, derruir nuestras economías tanto como nuestro modo de vida. Seguimos a tientas, improvisando y rectificando soluciones temporales, sometidos a atisbos de prueba y error que corren el riesgo de desquiciarnos.
Cada día sabemos más del virus y cada día nos damos cuenta de lo poco que sabemos. No hay duda de que circula de una persona a otra a partir de las gotas que expelemos al hablar, toser o estornudar o de los objetos que tocamos: esta certeza nos ha enclaustrado. Pero la variedad de medidas implantadas en cada sitio, en teoría dictadas bajo criterios técnicos -del encierro absoluto de Nueva Zelanda o España a sus versiones light, como Suecia, Holanda o incluso México-, demuestra que nadie sabe bien qué hacer.
Lo mismo ocurre con las hipótesis sobre el regreso a la normalidad, si es que la normalidad aún es posible: mientras Trump -y, de manera más extrema, el gobernador de Georgia- comen ansias por reabrirlo todo, la misma España que no dejó salir a la calle a sus niños durante un mes impulsa el regreso escalonado a las oficinas y México se atreve a anunciar, antes de llegar al pico de contagios, la vuelta a clases para el 1o. de junio, todo ello mientras el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos advierte la alta probabilidad de que en otoño, una vez relajadas las medidas de distancia, haya un drástico repunte de fallecimientos.
Ni siquiera sabemos cuántos infectados hay en el planeta -y menos en México-. Estudios recientes apuntan a que el contagio empezó mucho antes de lo que creíamos: quizás no debamos multiplicar por 8 el número de casos -como el programa centinela mexicano-, sino por 70 o, según una investigación reciente sobre la situación en Nueva York, incluso por 10,000, lo cual indicaría que uno de cada cinco habitantes de esa ciudad ha sido portador del virus.
Nuestra obsesión por aplanar la curva con el objetivo de aliviar un poco a nuestros renqueantes sistemas de salud implica que, en ausencia de vacuna, cualquier relajación del confinamiento provocará un aumento de casos. Un regreso a la escuela o el trabajo sin tests sobre personas inmunes -y cuando desconocemos, además, la duración de esa inmunidad- es una ruleta rusa. Y en todo caso la inmunidad de rebaño no llegará hasta que dos terceras partes del planeta se hayan infectado. Entretanto, millones protagonizamos otro experimento social, nunca antes visto, en el cual documentamos cómo sobrevivimos a la soledad o el hacinamiento, la paranoia o el tedio, la desesperación o la violencia intrafamiliar, nuestra dependencia a las pantallas o las nuevas exigencias del teletrabajo y la educación a distancia.
Somos conejillos de Indias que, obligados a permanecer entre cuatro paredes -la mayor parte de la humanidad dispone de unos pocos metros cuadrados frente a quienes se distraen o ejercitan en patios o jardines-, de seguro seremos estudiados por los científicos del futuro como una anomalía cuyos desperfectos -depresión, ansiedad, obesidad, paranoia o simple miedo- definieron la tercera década del siglo XXI.
@jvolpi
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Ego sum qui sum; analista político, un soñador enamorado de la vida y aficionado a la poesía.
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