17 ago 2021

Las columnas políticas hoy, martes 17 de agosto de 2021

Exigen retomar operativos contra motos

El ex Comisionado General de la Policía Federal, Manelich Castilla Cravioto, aseguró que la Guardia Nacional tendría que mostrar una respuesta urgente y firme para evitar más accidentes como en el que murieron seis personas el pasado domingo en la autopista México-Cuernavaca. (Reforma)


"Es multifactorial la responsabilidad. Sin el apoyo de motociclistas va a ser difícil, pero tendría que haber una reacción institucional para ser más firmes, dotar de mayor personal y capacidades".

"Trabajar una autopista con estas características no es sencillo, se necesita dotar de personal suficiente para una labor de contención que logre inhibir estas conductas que ponen en riesgo a muchísimas familias que usan ese tramo", señaló en entrevista con Reforma.

También, dijo, se podrían instalar alcoholímetros al pasar la caseta de cobro.  "Las autoridades han dejado pasar la situación por años. Caminos y Puentes Federales (Capufe) y la Guardia Nacional se han vuelto bastante omisos, han tolerado esta circunstancia", aseguró por su parte Francisco de Anda, experto en seguridad vial. 

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"EU no será chivo expiatorio de México", dicen fabricantes de armas

La demanda presentada por el gobierno de México contra 11 empresas fabricantes de armas en EU ha desatado reacciones encontradas en este país, entre quienes acusan que las empresas estadounidenses no son responsables de la violencia en México, y quienes señalan que elementos como las armas con diseños que atraen específicamente a narcos mexicanos hacen que sí exista cierta responsabilidad de parte de las armerías norteamericanas.

“En lugar de buscar un chivo expiatorio en las empresas estadounidenses que respetan la ley, de EU, las autoridades mexicanas deben concentrar sus esfuerzos en llevar a los cárteles —que operan en territorio mexicano— ante la justicia”, dijo a EL UNIVERSAL la National Shooting Sport Foundation (NSSF), que representa a la asociación comercial de la industria de armas de fuego del país vecino, al pedirle su postura ante la demanda ejercida por el gobierno del presidente López Obrador.

La demanda, considerada como un acto sin precedentes, acusa a los fabricantes de comercializar irresponsablemente y de manera negligente, armas de alto poder que terminan cruzando la frontera sur estadounidense para llegar a manos de los diversos grupos del crimen organizado en México, provocando muertes humanas, destrucción y pérdidas materiales.

“Los fabricantes de armas en EU no son responsables de ningún tipo de violencia transfronteriza o más allá de la frontera sur. El tráfico de armas existente hacia México es responsabilidad única y exclusiva de las autoridades federales de ambos países, México y Estados Unidos”, señala a este diario Jaime Ortiz Aub, abogado internacionalista y experto en seguridad binacional.

“En Estados Unidos hay dos grandes retos para que el tráfico de armas disminuya drásticamente: el primero, muy conocido, es que la Asociación Nacional del Rifle impide que se pueda lograr un control más estricto en lo que se refiere a la venta de armas.

“Lo otro es lo que tiene que ver especialmente con la venta de armas de segunda mano, y ahí sí, de plano, el control es cero, cero. Simplemente veamos la cantidad anual de ferias de armas y la cantidad de vendedores y compradores de segunda mano en territorio estadounidense que no tienen absolutamente ninguna obligación legal de registrar las transacciones de armamento entre particulares”, dice Ortiz.

A estos dos factores hay que sumar un tercero que involucra la gestión aduanera mexicana. De acuerdo con informes del Departamento de Aduanas de Estados Unidos, mientras en la Unión Americana cuentan con una capacidad de 10% de efectividad de revisión de contenedores marítimos en sus puertos, está comprobado que países como México no llega a 1%.

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Templo Mayor/ Reforma, 

PARECE que en el Senado tendrán que cambiar la campanilla por un timbre que suene "oinc, oinc", porque ¡vaya cochinero de los morenistas para aprobar la ley de la revocación de mandato!

CON ESO de que desde Palacio Nacional regañaron a las y los senadores de Morena por no tener listo el ordenamiento, su coordinador, Ricardo Monreal, dio la orden de sacar la iniciativa sea como sea y caiga quien caiga. Y vaya que le hicieron caso, pues en las comisiones que supuestamente deliberaron, fueron totalmente ignoradas las propuestas de la oposición, se hicieron bolas con el proceso legislativo y, en el colmo, hasta falsearon el quórum, nomás para darle gusto a ya saben quién.

TAN ES una legislación tapete para Andrés Manuel López Obrador, que la pregunta que se le planteará a los ciudadanos no es la de una revocación, sino una ratificación de mandato. Que ni es lo mismo, ni es igual. La primera es castigo para un mal gobernante y la segunda es premio.

HABRÁ que ver si Monreal logra juntar los votos necesarios para convocar a un periodo extraordinario y, sobre todo, para aprobarla en el pleno.

PARA NADIE era secreto que Higinio Martínez quiere ser gobernador del Estado de México... excepto para el propio Higinio Martínez. Y es que apenas ayer reconoció públicamente lo que ya tooodo el mundo sabía: que buscará ser candidato de Morena a la primera silla mexiquense.

PARA más señas, el originario de Texcoco es el jefe político del movimiento izquierdista en la zona oriente de la entidad, por medio del GAP (Grupo de Acción Política). Así que el peso que tiene en el estado no es despreciable.

SIN EMBARGO, el propio Martínez sabe que no tiene amarrada la candidatura, por lo que ya desde ahora dijo que ya le dio a Morena un par de "recomendaciones" de otros dos texcocanos que podrían dar la batalla en 2023. Y aunque no dijo nombres, todo indica que se trata de Delfina Gómez, titular de la SEP y que ya perdió una vez la gubernatura, y de Horacio Duarte, administrador general de Aduanas y muy cercano al corazón presidencial.

NO HAY que perder de vista lo que hoy sucederá en Silao, Guanajuato, donde por primera vez el INE será observador en unas elecciones ¡sindicales! Entre este día y mañana los trabajadores de la planta de General Motors decidirán -por medio de voto libre y secreto- si quieren seguir con la CTM o se cambian de sindicato.

LO MÁS INTERESANTE es que la intervención del INE se dará por petición de Estados Unidos, gracias a las facultades que el T-MEC le da a ese país para meterse en los temas laborales mexicanos. Es curioso que las autoridades norteamericanas sí crean en la confiabilidad del instituto, mientras aquí en México hay quien le tira piedras una mañanera sí y la otra también.

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 La rapiña en el PRI

Bajo Reserva/EL UNIVERSAL

Todo indica que  en la actual bancada del PRI en San Lázaro terminarán la legislatura peleados. Y nada menos que por dinero. Nos aseguran que al interior del grupo parlamentario priista en la Cámara de Diputados, hay una enorme disputa por las prerrogativas que faltan por gastar antes de que terminen los trabajos legislativos. Nos dicen que la bancada aún cuenta con casi 8 millones de pesos, cuyo uso no se está transparentando, recursos que ya han generado jaloneos entre los legisladores tricolores. Nos comentan que hubo una petición para que ese dinero se reparta entre los 46 priistas para que ellos lo destinen a sus distritos, lo cual fue aceptado por la mexiquense Marcela Velasco, quien se quedó como coordinadora sustituta del fallecido René Juárez Cisneros. Sin embargo, en la repartición le dio 80 mil pesos a cada diputado, lo que sumado alcanza 3 millones 680 mil pesos. La inconformidad continúa porque no se sabe qué pasó con los 4 millones 320 mil pesos restantes, y ahora varios diputados exigen una rendición de cuentas. Genio y figura, hasta la sepultura.

La credibilidad de AMLO

Por millonésima vez la mañana de ayer el presidente Andrés Manuel López Obrador reiteró que en 2024 se retira de la política y que no participará en ningún acto público. “Me retiro por completo de la política, me jubilo y no vuelvo a participar en nada, pero no sólo en actos públicos, ni siquiera en declaraciones ni en mensajes en las redes, nada”. Algunos se preguntan por qué esta obsesión del Presidente por convencer acerca de su retiro. Será quizá por el hecho de que allá por el lejano julio de 2004, el entonces Jefe de Gobierno de la Ciudad Andrés Manuel López Obrador repetía: “A mí que me den por muerto” al descartarse como aspirante a la Presidencia de la República”, 17 años después, aquí estamos. Credibilidad, un bien muy cotizado, y muy escaso en estos días.

Los moches no han muerto

Quien piense que con la llegada de la autollamada  Cuarta Transformación los moches pasaron a la historia, seguramente solo se informa en la Mañanera, donde ya varias veces se ha sacado el pañuelo blanco declarando el fin de la corrupción en México, y donde se dice que ahora todas las licitaciones están  impregnadas de honestidad y transparencia. Sin embargo, hay otros datos. Nos comentan el caso de Gerardo Luis Jácome Frías, responsable de la Coordinación de las Unidades Administrativas con los Centros SCT, nombrado a partir de enero de este año, quien, nos aseguran, es digno de una investigación a fondo. Nos dicen que don Gerardo favorece con contratos a empresas ligadas a un grupo constructor privado, al que sirvió por muchos años, y al que las administraciones neoliberales le dieron contratos millonarios de la SCT y de Pemex, presumiblemente con la ayuda de algunos moches, de esos que dicen en Palacio Nacional que ya no existen. Valdría la pena revisar el caso, no vaya a ser que el pañuelo blanco tenga por ahí una mancha.

El nuevo asesor de Olga Sánchez Cordero

A la Secretaría de Gobernación está por llegar el  excandidato de Morena a la gubernatura de Michoacán, Raúl Morón. Nos aseguran que don Raúl, quien fue inhabilitado por el Instituto Nacional Electoral y el Tribunal Electoral Federal para competir por el gobierno michoacano, se convertirá en el nuevo coordinador de asesores de la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero. El cargo se mantiene vacante desde hace dos semanas de la renuncia de Jorge Alcocer. Nos hacen ver que doña Olga considera que la llegada de Morón le ayudará a fortalecer su círculo de colaboradores, rumbo a la segunda mitad del sexenio. Lo que es un hecho, es que  ya no se alimentarán desde casa las reiteradas falsas versiones de que la Secretaría dejará el cargo.

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El día que el Cártel de Sinaloa se robó la elección/Héctor De Mauleón

No hubo un solo abogado dispuesto a llevar los hechos ante el tribunal. El PRI local decidió dar vuelta a la página

El Universal, 17/08/2021;

Se le cerraron varias camionetas con hombres armados. Era el 5 de junio de 2021, un día antes de las elecciones intermedias para renovar gobernador, diputados y ayuntamientos. 

Ella, candidata a diputada local por un distrito de Culiacán, Sinaloa, acababa de salir de una supuesta reunión con otros miembros de su partido. Supuesta, porque ninguno, o casi ninguno, llegó a la cita. 

La candidata abordó su auto con una mala sensación. Al llegar a la junta había visto camionetas, hombres de negro, caras largas. Había percibido un clima de inquietud que se acentuó cuando alguien le ordenó a un comandante estatal que la escoltara hasta su casa. 

Corrían rumores de que el Cártel de Sinaloa estaba “levantando” a los operadores políticos del PRI, a fin de impedir que movilizaran a sus bases. Muchos habían decidido quedarse “guardados” en sus domicilios, pero al final estas precauciones resultaron inútiles. 

A unas calles de distancia, en un semáforo, se le adelantaron dos camionetas que no le permitieron avanzar más. Pronto aparecieron otras dos a los lados, y una más atrás. 

Hubo luces, gritos, portazos. A ella le apuntaron con un arma de alto poder, la obligaron a abrir la portezuela. Lo primero que hicieron fue quitarle el celular. 

El comandante que la seguía bajó de su coche con una granada en la mano. “¡Aquí vamos a valer madre!”, gritó. Se oyó que cortaban cartucho: eran como 20 hombres.

El comandante fue sometido. A la candidata la metieron a una de las camionetas con la cabeza abajo. Le dieron un golpe para que se estuviera quieta. 

“¡Vámonos, vámonos!”. 

Llevaban a alguien más dentro del vehículo. Venía amarrado y con el rostro encintado. La candidata notó que en la cajuela había otras tres personas. 

“Nombre –le preguntaron–. A qué te dedicas”. 

Hablaron por radio. Alguien ordenó que la llevaran a algún sitio. 

“Diputada, vas a estar bien”, le dijeron. A ella también le encintaron la cara. 

“El jefe viene nomás a hablar contigo”, avisó alguien. Era el mismo sujeto que en la camioneta le había comentado: “Hueles bien rico”. 

El jefe era agresivo. Le dijo que el operativo era “para evitar la compra de votos y que no se hagan delitos electorales”. 

La interrogó: 

“¿Quién es tu jefe? ¿Con quién estabas? ¿A dónde ibas? ¿Quién te estaba esperando? Dime nombres o no la cuentas”. 

Esa noche, el Cártel de Sinaloa recorría Culiacán para desactivar a los operadores del PRI. Preguntaban dónde estaba el dinero para movilizar y darle de comer a la gente al día siguiente. Preguntaban quiénes más formaban parte de la estructura priista y dónde se encontraban en aquel momento. 

Se calculó inicialmente que 20 operadores fueron “levantados” por la gente del Cártel. Pero dada la magnitud de la movilización de aquella noche, los secuestrados podrían ser hasta cien. 

Llegó un segundo jefe. Se disculpó, la desamarró. “Se puede poner feo si no nos ayudas. Tienes mucho futuro, coopera para que estés con nosotros”. Llegó un jefe más. Parecía estar más arriba que todos. Era amable, cálido, educado. Tenía la voz joven. 

“Diputada, estoy muy apenado. ¿Estás bien? ¿Se portaron bien? ¿Te hicieron algo?”. 

Añadió: 

“Te vamos a dejar ir, te vamos a devolver tus cosas (le habían quitado la bolsa, la computadora, el teléfono, sus identificaciones: finalmente no le devolvieron nada). Siento lo de tu candidatura, pero lamentablemente esto ya está decidido”. 

La dejaron al amanecer en las inmediaciones de un centro comercial. A los otros, los retuvieron hasta poco antes del cierre de casillas. Los soltaron finalmente en una carretera y les dieron cien pesos a cada uno para que tomaran un taxi. 

Ninguno de los “levantados” quiso denunciar. No hubo un solo abogado dispuesto a llevar los hechos ante el tribunal competente. El PRI local decidió que lo mejor, “por seguridad”, era dar vuelta la página. Se pidió, a los involucrados, callar. Algunos de ellos creen, sin embargo, que el sol no se puede tapar con un dedo y que lo ocurrido esa noche tendrá consecuencias en la vida de Sinaloa. 

El candidato de Morena-PAS a la gubernatura, Rubén Rocha Moya, arrasó con 56.60 por ciento de los votos.  Jesús Estrada Ferreiro, candidato a la alcaldía por la misma coalición, obtuvo una ventaja de más de 10 mil 300 votos sobre su más cercano competidor. 

Ese día, el narco votó. El cártel se robó la elección. 

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Las tres derrotas de Afganistán/Jorge Fernández Menéndez

Razones

Excelsior, 

UNA DERROTA POLÍTICA. Cuando después del ataque a las Torres Gemelas y el Pentágono, el 11 de septiembre de 2001, hace casi exactamente 20 años, el gobierno de George W. Bush decidió intervenir en Afganistán para acabar con ese régimen y cortar las vías de operación, comunicación y financiamiento de Al Qaeda, tuvo el apoyo de la ONU (incluyendo México) para iniciar una operación multinacional en ese país que se pensaba sería contundente y rápida.

Dos décadas después vemos cómo el régimen talibán, que había gobernado bajo el terror en Afganistán entre 1996 y 2001, está tomando la capital, Kabul, cómo el gobierno huía, cómo un ejército afgano de supuestamente 300 mil hombres armados y capacitados por Estados Unidos y otros países, abandonaba las armas sin luchar, y cómo en el aeropuerto de Kabul se repiten las imágenes que vimos en 1975, en la caída de Saigón.

Los paralelismos entre lo ocurrido entre Vietnam y Afganistán son evidentes, también deberían serlo las diferencias entre los dos procesos y la razón de ambas intervenciones militares. Pero lo que es indudable es que se trata de un profundo fracaso político que se alargó por 20 años, que costó miles de millones de dólares, innumerables vidas humanas y que se extendió durante los mandatos de Bush, Obama, Trump y al que ahora, en forma quizás demasiado drástica, dio fin Biden.

No sabemos los términos de la negociación con los talibanes, porque fue secreta, con que el gobierno estadunidense abandonó Afganistán en unas pocas semanas, pero en la opinión pública, la salida se percibe como un desastre político, aunque también lo era mantener una presencia militar sin fin, a un costo altísimo en recursos y vidas humanas sin perspectiva de éxito.

Nunca se logró establecer un gobierno afgano pluriétnico y representativo, los esfuerzos de una construcción democrática fueron casi vanos o artificiales, los diferentes mandatarios afganos en estos 20 años manejaron una corrupción inocultable, la imagen paradigmática del presidente Ashraf Ghani, huyendo del país, ante la llegada de los talibanes a Kabul, en un avión, según testigos oculares, cargado de dinero, es el mejor reflejo de esa corrupción y de esa derrota.

UNA DERROTA MILITAR. El gobierno de Biden ha insistido en que era imposible, aunque se hubieran mantenido las tropas de su país en Afganistán, detener la ofensiva talibán iniciada en mayo, precisamente cuando se anunció e inició esa retirada de tropas. Es verdad, tanto como lo es que esa intervención militar, a un altísimo costo, ya no tenía sentido. Pero no es verdad que ha sido un éxito porque gracias a ella se desarticuló Al Qaeda como dice el Departamento de Estado. Es una derrota. Incluso la intervención en Afganistán no logró en su ofensiva inicial capturar o golpear a Al Qaeda en forma contundente.

Más que la intervención en territorio afgano (o luego en la mucho más deslucida intervención en Irak) lo que terminó desarticulando a Al Qaeda fue una enorme labor de inteligencia con golpes militares muy concretos, certeros, contra esa organización terrorista: la muerte de Osama Bin Laden fue la mejor demostración de ello y también lo que confirma cómo en la guerra actual las operaciones militares puntuales apoyadas en inteligencia humana y cibernética es lo que garantiza triunfos. Ocupaciones a miles de kilómetros de distancia, ante enemigos con una visión social, cultural, económica, militar absolutamente diferentes, sin apoyos reales en esas mismas sociedades, están condenadas al fracaso, aunque la causa que defiendan esos enemigos, en este caso los talibanes, sea detestable.

UNA DERROTA SOCIAL. Si se podía presumir un triunfo y era el mejor resultado de la intervención estadunidense en Afganistán, fue el cambio en las mujeres. La terrible situación que los talibanes imponían a la sociedad afgana y sobre todo a las niñas y mujeres, desde la obligatoriedad al uso de la burka hasta el control absoluto de las mujeres por parte de los hombres, desde la prohibición a partir de los 10 años de estudiar o trabajar hasta los matrimonios arreglados a partir de esa edad y una larga cadena de barbaridades apoyadas en una interpretación religiosa del islam que poco tiene que ver con su verdadera esencia, fue lo que le dio el mayor apoyo popular a la intervención.

Si algo se hizo bien en estas dos décadas fue impulsar la educación de las mujeres a pesar de los ataques incluso militares que realizaron los talibanes contra escuelas y centros de enseñanza. Hasta hoy, más de la mitad de los universitarios en Afganistán eran mujeres, muchas posiciones en áreas técnicas, médicas, de comunicaciones, de traducción, estaban ocupadas por mujeres. En las ciudades ocupadas por los talibanes ya se prohibió el ingreso de mujeres a universidades y centros de enseñanza. La universidad en Kabul desde la semana pasada había advertido a las mujeres que mejor ya no fueran a clases. El mismo día de la entrada de las milicias de talibanes a la capital, los comercios que ofrecían artículos de belleza o ropa para mujeres se apresuraron a quitar toda publicidad o exhibición de los mismos para evitar represalias. La llegada de los talibanes les cancela a las mujeres y niñas el presente y el futuro. De entre todas las derrotas que implica la caída de Kabul y el regreso del régimen talibán éste, sin duda, es el más doloroso.

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El retiro de EU de Afganistán, ¿un nuevo Vietnam?/Salvador García Soto

Tras 20 años, la superpotencia no logró evitar que Afganistán termine bajo el régimen talibán; es un “fracaso militar”

El Universal, 17/08/2021;

La imagen de ayer, de un avión del Ejército de los Estados Unidos que despega del aeropuerto de Kabul, llevando a bordo a todo el personal de su embajada en Afganistán, mientras decenas de afganos intentan huir de su país por la llegada del régimen de los talibanes, quedará para la posteridad. Será la imagen que marque el fin de una incursión fallida de la superpotencia militar, que termina tras 20 años de ocupación y deja atrás una estela de enormes costos económicos y políticos para Washington, por la muerte, en esa guerra, de 2,500 soldados estadunidenses, más de 20,000 heridos y un país centroasiático que, abandonado por la milicia de las barras y las estrellas, se sumirá en el caos.

La estampa dolorosa que anticipa lo que viene en Afganistán con el regreso del régimen extremista talibán que ya empezó a prohibir los derechos y libertades, sobre todo de las mujeres, quedó registrada ayer en un video que le dio la vuelta al mundo y que muestra el momento en el que ese avión militar de la Fuerza Aérea de EU es seguido en su despegue por decenas de afganos desesperados que se aferran a salir de su país a cualquier costo y algunos se trepan en las partes exteriores de la aeronave militar aferrándose de lo que pueden con tal de abandonar su territorio. Una vez que el enorme avión tipo Boeing C-17ª Globemaster logra despegar, desde el aire se observa como caen al vacío los pocos afganos que lograron aferrarse a la aeronave después de su despegue.

Y es que miles de afganos, que temen el regreso del régimen de terror, extremismo islámico y supresión de derechos, acudieron ayer al aeropuerto Hamid Karzai, en las afueras de la capital afgana para tratar de abandonar su país, luego de que la nueva administración aeroportuaria declarara la cancelación de los vuelos comerciales para impedir el sobrevuelo desde su país, ante la oleada de ciudadanos que intentan desesperadamente salir por miedo a la reinstalación del Talibán.

Ayer el presidente Joe Biden, quien finalmente tomó una decisión que habían evitado y pospuesto sus antecesores y que él mismo le recomendó al presidente Barack Obama, cuando fungió como vicepresidente durante su administración, salió a defender su estrategia del retiro definitivo de las tropas estadunidenses con el argumento de que no repetiría los “errores del pasado” y que esa guerra solo había causado sufrimiento y dolor a los estadunidenses. “Han pasado 4 administraciones cargando con la guerra de Afganistán; se han cometido errores, pero no pasaré esa carga a otra administración, no repetiré los errores del pasado”, dijo Biden en la base aérea Fort McNair, donde ayer aterrizó antes de regresar a la Casa Blanca después de sus vacaciones en Camp David.

Biden cumple así una promesa que hizo desde su campaña y toma una decisión que tendrá muy altos costos políticos, ante la percepción mundial de que Estados Unidos se retira fracasado después de haber invadido Afganistán en 2001, tras los ataques terroristas del 11 de septiembre y bajo el argumento de que el régimen talibán, que había gobernado ese país desde los años 90 y hoy regresará de nuevo al poder, financiaba y escondía a la red terrorista de Al Qaeda y a su líder Osama Bin Laden.

Desde entonces y tras la movilización de 66 mil soldados estadunidenses, esta guerra se le volvió cada vez más costosa, política y económicamente, para cuatro administraciones de la Casa Blanca, la última de George W. Bush, que la inició, las dos de Obama, que inició un retiro gradual pero nunca se atrevió a terminarlo, y la de Donald Trump, quien llegó a plantear el retiro de tropas sin poder concretarlo nunca. Con todo y su superioridad y poderío militar, el mejor ejército del mundo nunca logró derrotar al talibán y a sus tribus que se esparcieron por las zonas rurales y la escarpada y montañosa geografía afgana, desplegando una táctica de guerra de guerrillas que, con ataques furtivos y bombas terroristas, causaron la muerte de 2,500 soldados estadunidense y más de 20 mil heridos, sin contar las bajas militares de otros países como la Gran Bretaña.

Toda una generación de jóvenes estadunidenses, enrolados en el Ejército y la Marina, quedaron marcados por los dolorosos e imborrables costos físicos y sicológicos de una guerra de baja intensidad que terminará oficialmente el próximo 31 de agosto cuando el último soldado estadunidense abandone el territorio afgano. “Estados Unidos mantendrá el enfoque de las misiones antiterroristas tanto en Afganistán como en otros países. Que las familias estadunidenses sigan sufriendo por vidas perdidas en Afganistán no es de nuestro interés nacional. Retirarse es la decisión correcta”, insistió ayer el presidente Biden, que asumirá los costos políticos y militares de esta decisión.

Ayer en el mundo, mientras la imagen de un afgano cayendo al vacío porque ya no pudo aferrarse al avión militar estadunidense en el que intentaba desesperado abandonar su país se volvía viral en las redes sociales y los medios, analistas y expertos empezaban a hablar del nuevo “fracaso militar” de la superpotencia que tras 20 años de costos financieros y, sobre todo humanos, no logró evitar que al final el país centroasiático, que mucho tiempo estuvo bajo el protectorado de Rusia y China por sus codiciadas reservas de gas, cobre y otros minerales, terminará bajo el régimen extremista islámico del Talibán que ya retomó el control político y militar de Kabul y de las principales ciudades.

 Un general del Ejército mexicano me comentaba ayer que “estamos ante el nuevo Vietnam” y comparaba este retiro nada honroso de las tropas estadunidenses de Afganistán, con lo sucedido en 1973 en Vietnam del Sur, cuando el Ejército y la Marina de los Estados Unidos tuvieron que abandonar el territorio vietnamita, tras 10 años de una guerra inútil y fallida que nunca pudieron ganar al Vietcong y en la que murieron 57 mil jóvenes soldados estadunidenses, 500 mil civiles de aquel país y 200 mil soldados vietnamitas, dejando a Hanoi y al resto del territorio del sur sumido en el caos y la devastación. 

Tal vez las circunstancias sean muy distintas y aquella retirada histórica, que todavía hoy se recuerda como el mayor fracaso del poderoso Ejército estadunidense en la era moderna, ocurría en el marco de la Guerra Fría y en la disputa con China y la Unión Soviética que apoyaban a Vietnam del Norte y al régimen comunista del Vietcong. Pero sin duda hay paralelismos y lecciones que se pueden extrapolar de aquel momento que marcó el triunfo del movimiento pacifista en los Estados Unidos que se oponía a una guerra que, igual que la de Afganistán, resultó totalmente fallida y enormemente costosa para la superpotencia. Habrá que ver cómo el retiro ordenado por Biden hoy impacta la geopolítica actual y la cada vez más fuerte carrera entre China y los Estados Unidos por la supremacía mundial.

NOTAS INDISCRETAS…

La muerte de 6 motociclistas ocurrida el domingo en la Autopista México-Cuernavaca, en un hecho ocurrido por el exceso de velocidad con el que manejaba un grupo de jóvenes que conducía esos automotores, es más que un accidente o una tragedia que afectó a miles de ciudadanos por el cierre de casi cinco horas de la vía carretera. Si se le analiza a detalle sin duda se trata de un hecho de imprudencia de los jóvenes que conducían muy por encima de los límites de velocidad autorizados en esa carretera y, según un testimonio de uno de los sobrevivientes iban “jugando carreras y hasta a 250 kilómetros por hora”. El tráfico detenido por otro accidente ocurrido ese mismo día ocasionó que los motociclistas, que se encontraron con los vehículos detenidos saliendo de una curva, no tuvieran ninguna posibilidad de detenerse y terminaran derrapándose e impactándose contra trailers y autos provocand0o la muerte instantánea de 6 de ellos, algunos que incluso quedaron desmembrados. Y hasta ahí el tema tiene que ver con la imprudencia y la irresponsabilidad, pero también con la violación de las leyes y los límites de velocidad establecidos. Y en ese sentido el tema cobra otra dimensión: ¿por qué no hubo ninguna autoridad, ninguna patrulla de la Guardia Nacional, que ahora realiza las labores de policía de caminos, tras la desaparición de la Policía Federal, que detuviera a los motociclistas por exceso de velocidad? Y ¿por qué tampoco ninguna autoridad de CAPUFE se molestó en mandar a personal de auxilio para poner señales y advertencias de que había un accidente que estaba deteniendo el tráfico en el kilómetro 46 de una autopista que es de cuota que hoy cobra 97 pesos de peaje a cada automóvil y 190 por camión dependiendo de los ejes que ruede? Esas dos acciones de las autoridades que están a cargo de una autopista federal pudieron ser suficientes para evitar la tragedia, pero ni CAPUFE, que depende de la SCT, ni la Guardia Nacional, que depende, todavía, de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana aparecieron nunca para hacer su trabajo y su obligación legal. La ausencia de autoridad es el problema que finalmente aparece también en este trágico accidente, como lamentablemente aparece también en la violencia, la inseguridad y la impunidad que está matando a miles de mexicanos, que están inermes e indefensos mientras sus autoridades son omisas, irresponsables e indolentes… Este martes se activarán Alertas de Violencia de Género (AVG) en tres estados de la República en donde se dispararon los delitos de feminicidio, violación y otras formas de violencia contra las mujeres. Tlaxcala, Sonora y Chihuahua activarán este mecanismo con el que se reconoce una situación crítica y las autoridades estatales y federales se comprometen a poner en marcha acciones urgentes y verificables para disminuir los niveles de violencia contra las mujeres. La negociación para que los gobernadores salientes de esos tres estados, Javier Corral, Marco Antonio Mena y Claudia Pavlovich, aceptarán emitir la declaratoria en acuerdo con los tres mandatarios que entrarán a gobernar en unas semanas más como son Maru Campos, Lorena Cuéllar y Alfonso Durazo, la hizo posible la secretaría de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, quien operó y negoció con los políticos de los distintos partidos para activar los mecanismos de intervención claros y contundentes, para frenar la violencia machista. El caso de Chihuahua es un espacio simbólico, por todo lo que representan las muertas de Juárez en la visibilización inicial del fenómeno de la violencia de género, además, desde 2015 la activación de la AVG era una demanda constante que se mantuvo en el limbo; Tlaxcala también es una zona representativa, por los casos de trata de mujeres que los medios de comunicación han desnudado; y en Sonora prefieren tomar medidas desde ahora, antes de que la tasa de feminicidios se convierta en un tema incontrolable… Los dados mandan Escalera doble. Mejora la semana.

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La apuesta por la polarización y los ‘talibanes’ mexicanos/Francisco Garfias

Arsenal

Excelsior

En sus primeros tres años de gobierno, el presidente López Obrador le ha apostado a la polarización para afianzarse en el poder. Confrontó al “pueblo bueno” con “la minoría rapaz”. Fustigó el “racismo y el clasismo” de la clase media que, en buena parte, ayudó para que llegara a Palacio Nacional. Anatemizó la inversión extranjera, cambió reglas a su antojo; se burló de medios críticos, descalificó a periodistas que no le aplauden, patentó la frase “yo tengo otros datos” —que nunca presentó— para evadir la realidad. Palabras como reconciliación y unidad nacional no están en su diccionario. Y todo indica que tendremos el discurso de odio tres años más.

* Es la hora que no se ha reunido con ninguno de los líderes de la oposición. Algo normal en países democráticos. Pero esto no va con su carácter excluyente. Mucho menos es de su agrado que militantes o simpatizantes de Morena —que los hay— se conviertan en promotores del diálogo y la unidad. Los morenistas que lo hacen son vistos con desconfianza por el sector más radical del partido en el gobierno, incluido el mero mero. Los miran como rivales, los tratan de “traidores”. Borran sus nombres en discursos sobre el 2024. Me refiero a los radicales que se agrupan alrededor de Claudia Sheinbaum, la consentida de AMLO, de cara a la elección presidencial. Los Batres, los Bejaranos, Citlalli, Rocío… todos los que le gritaron a la jefa de gobierno en el Auditorio Nacional “¡presidenta!, ¡presidenta!”, en la celebración del tercer aniversario del triunfo de AMLO. Ese grupo trae la sartén por el mango. La simpatía de López Obrador los fortalece. No quieren ni oír hablar de una posible postulación de Ricardo Monreal o de Marcelo Ebrard en el 2024. “Huelen a PRI”; “tienen alianzas con el pasado”, dicen. Son, para los talibanes de Morena, el Caballo de Troya del conservadurismo.

* Sabemos que el discurso conciliatorio que pronunció el presidente del Senado, Eduardo Ramírez, en su primer y único informe legislativo, fue motivo de críticas en el ala dura del partido. Ramírez tuvo buena convocatoria. Alrededor de 200 personas entre gobernadores entrantes y salientes, embajadores, legisladores… Los talibanes de Morena se han encargado de hacer correr la versión de que ese acto, celebrado en la vieja casona de Xico, fue organizado para “placear” a Monreal.

Fuentes nos aseguran, además, que no fue del agrado del presidente López Obrador que Ramírez pronosticara, antes de las elecciones, que el grupo de Morena no alcanzaría, por sí solo, una mayoría simple en San Lázaro. Mucho menos una mayoría calificada, ni con sus aliados. El senador Ramírez lo hizo para hacer ver a la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, la urgencia de que se enviaran al Congreso las iniciativas de ley más importantes para el gobierno, antes de que los ciudadanos fuesen a las urnas.

* El abierto respaldo de AMLO a Sheinbaum hace muy complicada la postulación de otros morenistas que han levantado la mano para el 2024. Ebrard y Monreal saben hacia donde apunta el dedo del Presidente. Eso abre la posibilidad de que alguno de los dos busque la candidatura presidencial, vía alianzas con el MC, el PVEM y el PT. Los dos saben de los agravios que Alberto Anaya, patriarca del Partido del Trabajo, trae con Morena: el regateo de recursos para los Cendis (estancias infantiles de ese partido), el desafuero del diputado Mauricio Toledo, el maltrato en el reparto de candidaturas de la coalición Juntos Haremos Historia. Monreal y Marcelo han apapachado al PVEM. Dante Delgado, hombre fuerte del MC, tiene una relación estrecha con el senador, quien podría dejar Morena si lo siguen maltratando.

* Viene la renovación de la dirigencia nacional del PAN. Marko Cortés no oculta que va por la reelección. La bronca es que no deja el cargo en aras del piso parejo. Hay quejas de que ya formó una comisión de elecciones a modo. “Hay como una doble trampa. Todos los que forman esa comisión apoyan a Marko Cortes”, ilustró Martha Márquez, senadora de Acción Nacional. La legisladora nos dijo que en la sesión del Consejo Nacional del PAN, no menos de diez oradores le pidieron a Marko que se separe del cargo. Oídos sordos. No hay señales de que lo vaya a dejar. “Nuestro presidente no puede ser juez y parte de una elección en la que él quiere competir”, puntualizó. Y no le falta razón.

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