30 ene 2022

AMLO y sus hijo son honestos dice Federico Arreola..

La casa donde vivió hijo de AMLO, está a nombre del presidente de Baker Hughes, empresa contratista de Pemex: 

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De que Andrés Manuel y sus hijos son honestos, lo son sin duda. Nos consta a quienes les conocemos. Pagan el costo de la transformación de México: Arreola

Por Federico Arreola

SDP, enero 30, 2022 


Una sola vez he visto a Juan Francisco Ealy Ortiz Jr., director o presidente del diario El Universal, propiedad de su padre, del mismo nombre. Desayunamos, con otras dos personas, a mediados del sexenio pasado en algún restaurante de la colonia Polanco en la Ciudad de México. Me pareció un hombre sensato e inteligente. De inmediato quedé convencido de que conoce su trabajo, que es el de administrar un medio de comunicación.

Tenía una duda acerca de algo que El Universal NO había hecho y decidí aprovechar la oportunidad para preguntarle a Juan Francisco: ¿por qué el periódico que él encabeza dejó que pasara tanto tiempo antes de dar a conocer la noticia de la casa de Angélica Rivera, entonces esposa de Enrique Peña Nieto?

Recordemos. En el portal informativo de la periodista Carmen Aristegui y en otros medios —destacadamente Proceso y Reforma— se denunció la adquisición, que parecía ilegal, de una vivienda de gran lujo que había hecho la compañera de EPN.

El Universal y la mayoría de los periódicos, estaciones de radio y de TV guardaron silencio bastantes días acerca de esa nota. La dieron a conocer solo después de que la propia señora Rivera dio su versión, en un video que no convenció.

“Juan Francisco, ¿por qué no entraron de inmediato a la nota de Aristegui?”. Esa fue mi pregunta en el desayuno. Él me respondió con sinceridad: “El Universal tiene derecho a guardar silencio acerca de temas que se considere puedan afectar los legítimos intereses de la empresa”.

Los chillidos de El Universal

En la actualidad El Universal se ha sumado, de inmediato y con toda su fuerza editorial, a la difusión de una nota que mucha gente dice fue elaborada por Carlos Loret de Mola, pero que en realidad fue planeada y ejecutada por Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, organización no periodística —esto hay que subrayarlo: no periodística; es decir, aquí juegan intereses que van mucho más allá de lo informativo— fundada por Claudio X. González, principal promotor de una alianza opositora contra el presidente López Obrador y su partido, Morena.

Evidentemente, para El Universal el reportaje de MCCI dado a conocer por Carlos Loret de ninguna manera afecta los intereses de la empresa editorial propiedad del señor Ealy Ortiz. No afecta sus intereses e inclusive —lo pienso por el entusiasmo que han puesto en la difusión de la nota— tal información a juicio de sus directivos podría servir a El Universal para mejorar su posición negociadora respecto del gobierno del presidente López Obrador, que a diferencia de anteriores administraciones federales ha invertido muy pocos recursos en la compra de espacios publicitarios en el mencionado periódico.

La famosa nota de la asociación civil fundada por Claudio X., y que Carlos Loret y El Universal tanto han difundido, tiene que ver con la vida privada del hijo mayor del presidente AMLO en una colonia ubicada a más de 40 minutos de Houston, Texas. Él reside ahí, en la casa de su esposa, mujer que tiene un cargo ejecutivo de mediano nivel en alguna compañía estadounidense del sector petrolero. No es una empresaria millonaria, sino una trabajadora a la que le pagan un buen salario, que le alcanza para cumplir con las mensualidades del crédito hipotecario con el que compró una vivienda más o menos confortable —de ninguna manera una mansión— en un barrio bonito, sin duda, pero no exclusivo ni tampoco caro; bastante lejos de Houston, quisiera destacarlo, ya que ello en mi opinión le resta valor al inmueble.

El reportaje de Aristegui sobre la casa —esta sí una mansión— de Angélica Rivera no se centraba en cuestionar el lujo de la vivienda, sino en plantear muchas dudas acerca de la legalidad de la adquisición, ya que podía haber sido una especie de regalo que ella recibió de uno de los más importantes contratistas del gobierno. A mí me parecía que era injusto lo que se decía de la señora Rivera, ya que ella ganó suficiente dinero en una carrera exitosa como actriz y tenía, por lo tanto, capacidad económica para comprar una propiedad tan cara.

¿Y el papel del contratista? Yo estaba convencido de que este empresario había intervenido en la compra de la casa solo por quedar bien, pero hasta ahí. Fue mi opinión en su momento y así se publicó en SDPNoticias. También publicamos, por cierto, muchas opiniones ciobtrarias a la mía y toda la información relevante —y toda es toda— acerca de lo dado a conocer por Carmen Aristegui, ya que, al margen de mi punto de vista, objetivamente hablando había elementos suficientes para al menos dudar de que la operación de compraventa hubiera estado perfectamente apegada a las leyes mexicanas.

La nota de Claudio X. y Carlos Loret —y que tanto interesa a El Universal— lo único que demuestra es que el hijo de AMLO se casó con una mujer trabajadora que solicitó un crédito hipotecario perfectamente normal y relativamente fácil de pagar en el sistema bancario de Estados Unidos. El valor de la casa no es excesivo —unos 7 millones de pesos— y, por lo tanto, no representa un riesgo de bancarrota para alguien de clase media con un empleo estable en aquel país.

¿Dónde está lo cuestionable? La verdad de las cosas es que no existe nada que justifique tanto golpeteo contra un hombre que no participa en politica y cuyo único pecado es ser hijo del presidente de México. No es delito casarse con una señora poseedora de una casa de clase media texana y que paga mes a mes al banco. ¿Que ella es empleada de una empresa petrolera que tiene contratos con Pemex? En un sector económico en el que participan tan pocas compañías, todas se relacionan entre sí. La nota de Claudio X. no aporta ni un solo dato para hablar de irregularidades; por lo tanto, no las hay.

Si no hay nada indebido —yo no lo veo, de plano—, entonces no estamos hablando de periodismo, sino de otra cosa: de la intromisión poco ética en la vida privada de una familia con el único propósito de atacar a Andrés Manuel López Obrador porque así lo exigen:

√ Los intereses de un empresario con intenciones políticas poco claras como Claudio X. González, hijo de quien fuera el hombre de negocios más cercano a Carlos Salinas de Gortari-

√ La misión a mi juicio inmoral de un periodista como Carlos Loret a quien le financian un portal de internet, dedicado solo para golpear a la 4T, personajes del viejo PRI (Roberto Madrazo, entre ellos), ligados a Carlos Salinas y a la industria farmacéutica o de la salud tan afectada por las políticas de la 4T.

√ La desesperación de un diario como El Universal que ha perdido mucha de su rentabilidad porque le falta el dinero púbico que recibía en gigantescas cantidades durante los anteriores gobiernos.

La absoluta honestidad de AMLO

De que Andrés Manuel y sus hijos son honestos, lo son sin duda. Nos consta a quienes les conocemos. Pagan el costo de la transformación de México, que ya debe dejar de ser un país dominado por gente corrupta, sí, como Claudio X.; una nación que no merece una opinión pública guiada por periodistas y medios que antes callaron porque les iban bien y hoy chillan porque ya no viven en la abundancia, como Carlos Loret y El Universal.


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