1 sept 2023

Las columnas políticas hoy, viernes 1 de septiembre de 2023

Xóchitl: gané, no me quieran regatear

Nota de Enrique Gómez/ El Universal, 

Xóchitl Gálvez señaló que nadie tiene que regatearle nada a su triunfo, ya que ella hizo su trabajo, recorrió todo el país en ocho semanas y al final de cuentas quien decidió abdicar en la contienda interna fue la priista Beatriz Paredes, sin presiones de su parte.


“Claro que gané la encuesta. A ver, no me quieran regatear. Pues que Beatriz se haya bajado, ¿qué hago yo? Yo puedo decidir por mí y la respeto, y si tomó la decisión, la tomó por ella. Por eso yo dije, si hay alguna presión, yo no me presto, o sea, hagamos la contienda el domingo”, expresó ayer al término de la inauguración de la reunión plenaria de los diputados federales del PRD.

En entrevista con EL UNIVERSAL, añadió que no pedirá licencia, y continuará con sus funciones legislativas hasta que no inicie el proceso electoral como marca la ley.

Manifestó su admiración por Betriz “Lo que le puedo decir es que la admiro, la quiero y la respeto, nada más, lo demás se lo diré en persona”.

“Las mujeres tenemos hoy una gran oportunidad, gracias a los partidos por estar a la altura de lo que el país está demandando. Quieren darle una oportunidad a las mujeres para que sea una mujer la presidenta de este país”, subrayó.

En cuanto a la decisión de la senadora Paredes de declinar en su aspiración por la candidatura presidencial, explicó que no hubo presiones para ello y que de la misma manera, tampoco ella aceptará presiones de nadie.

“La decisión la tomó Beatriz, yo no la tomé, eso es importante decirlo, ella tomó la decisión. Beatriz Paredes es una adulta, es una mujer política hecha y derecha. Beatriz es una mujer que no se deja presionar por nadie y yo soy una mujer que no se deja presionar por nadie, y váyan- lo entendiendo. Nadie me va a dar instrucciones”, afirmó.

“No van a vencernos, porque ellos [Morena], perdieron la oportunidad de darle a los mexicanos lo que les ofrecieron”, precisó la virtual aspirante presidencial.

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Bajo Reserva/El Universal

Golpes, desconfianzas y acusaciones en la encuesta de Morena

Nos cuentan que ayer siguieron los jaloneos en Morena con motivo del levantamiento de la encuesta que definirá la candidatura presidencial. Por el lado de los operadores de Marcelo Ebrard, la diputada federal de Guerrero Araceli Ocampo insistió en que ni los encuestadores ni los representantes de las otras corcholatas llegan a los lugares acordados, pero esta vez también hubo denuncias del otro lado, ya que representantes de Claudia Sheinbaum en Aguascalientes denunciaron agresiones de la diputada ebrardista Salma Luévano y del exdiputado Heder Guzmán, presuntamente para frenar el levantamiento de las encuestas; desde luego el equipo de Ebrard aseguró que los otros agredieron verbalmente a los primeros. Para cerrar con broche de oro, nos señalan las declaraciones de Gerardo Fernández Noroña quien dijo que don Marcelo no sabe perder y quiere “descarrilar” el proceso. Desconfianzas, golpes y acusaciones, todo parece indicar que la encuesta enfrenta algo más que “un reto logístico”, como lo ha aceptado la dirigencia nacional morenista.

Las boletas de la ilusión que imprimió el mini INE del Frente Nos recuerdan que cuando se anunció el acuerdo de echar a andar un proceso innovador para decidir la candidatura presidencial del Frente Amplio por México, los presentaron como un “mini INE”, con experiencia en organización electoral, sin militancia partidista y con una probidad que garantizaría la transparencia del ejercicio. Ayer, nos hacen ver, los integrantes del Comité Organizador del Frente quedaron reducidos más bien a micro INE. Desde la tarde del miércoles, el país entero sabía que Xóchitl Gálvez era la candidata única, que Beatriz Paredes había desistido de su aspiración y que PAN, PRI y PRD habían decidido cancelar la votación primaria del domingo; 24 horas después, al Comité le tocó el papel de dar conferencia de prensa para anunciar oficialmente lo que ya todos sabían. Hablaba por sí misma la imagen de los encargados del proceso ciudadano mostrando las boletas impresas para la votación que ya no habría. Eso sí, muy sonrientes salieron en ellas doña Xóchitl y doña Beatriz.

Le fallan los acuerdos a la mayoría morenista en el Senado No le alcanzó a Marybel Villegas para presidir la Cámara de Senadores, pese a contar el apoyo del presidente de la Junta de Coordinación Política, Eduardo Ramírez, y del grupo monrealista en la bancada de Morena. Nos cuentan que la operación para mantener el control de la Mesa Directiva, que incluyó la declinación de la senadora Bertha Caraveo, no fue suficiente. Tras el conteo final de la votación que le dio el triunfo a Ana Lilia Rivera, hubo quienes extrañaron el tejido de acuerdos que solía lograr Ricardo Monreal antes de perder su peso político y acabar como corcholata de media tabla para abajo. También, nos hacen notar, hubo otros que recordaron que doña Marybel ha perdido de todas, todas: la candidatura al gobierno de Quintana Roo, la presidencia del Congreso estatal y la presidencia del Senado.

Layda tira la casa por la ventana para el informe de AMLO La que nos cuentan que echó la casa por la ventana para recibir al presidente Andrés Manuel López Obrador fue la gobernadora Layda Sansores, que inundó la capital estatal, la famosa ciudad amurallada, con anuncios espectaculares y pendones en una bienvenida con olor a nostalgia por los tiempos en que el día del informe de gobierno era en realidad “el día del presidente”. Mientras tanto, nos detallan, en la estación de San Francisco Campeche se laboraba a marchas forzadas para enchular las instalaciones: pavimento nuevo, pasto, grúas y un ejército de trabajadores para que el primer recorrido del Mandatario a bordo del Tren Maya no tenga fallas.

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Estrictamente Personal

Las trampas de la consulta/Raymundo Riva Palacio

El FINANCIERO, septiembre 01, 2023 |

Previsible como siempre, el presidente Andrés Manuel López Obrador se le fue encima al Frente Amplio por haber cancelado la última fase del proceso para definir su candidata presidencial. Lo llamó “comedia” y una “farsa”, un “desfigure completo” que coronó con sarcasmo al decirle a la aspirante priista: “Ni modo, Beatriz, nos ganaron”, evocando al presidente Adolfo Ruiz Cortines, quien, cuando un muy amigo suyo, el todo poderoso secretario de Agricultura, Gilberto Flores Muñoz, que se pensaba el elegido para sucederlo, lo atajó antes de que le reclamara porque el candidato sería Adolfo López Mateos: “Ni modo, Pollo, nos ganaron”.

López Obrador es visto como el ganador en esta primera fase de la sucesión, porque la forma como concluyó el proceso el Frente le inyecta combustible a denostarlo. Pero en realidad perdió. No logró romper la cohesión del Frente, ni descarrilar a Xóchitl Gálvez, ni lograr que los priistas se pelearan con el PAN y el PRD, mientras impulsaba a Beatriz Paredes y criticaba a su partido porque le había dado la espalda.

Pero sobre todo fracasó la maquinaria de Morena que estaba trabajando para intervenir en la consulta del Frente, prevista para el domingo, que pretendía darle una fuerte votación a Paredes para provocar una crisis en la oposición y deslegitimar a Gálvez, que en todas las encuestas públicas aventajaba a la priista. También se frustró otro tipo de operación que se puso en marcha en algunas zonas del país gobernadas por Morena, coincidente con los intereses presidenciales, que fue la participación de grupos del crimen organizado con dinero.

La intervención fue detectada la semana pasada y continuó en los primeros días de la semana. Lo primero que notaron en el Frente fue que los operadores a cargo de la movilización en varias partes del país comenzaron a ver dinero más allá de los recursos de que disponían para los trabajos, de fuentes que no identificaron en un principio, pero que más se fueron focalizando en personas vinculadas con el crimen organizado. Las alertas llegaron a la mesa del Frente, y comenzaron a reconsiderar la consulta por la forma como se estaba contaminando, que en ese momento se sumaba a los temores de que Morena se entrometiera en el proceso.

Desde finales de la semana pasada los líderes del Frente pensaron que era mejor no llegar a la consulta. El líder del PRI, Alejandro Moreno, platicó el viernes con Beatriz Paredes, para explicarle lo que habían descubierto y pedirle que declinara a favor de Gálvez. Paredes respondió que no la presionaran y no repetir el caso de Santiago Creel, que el PAN forzó a declinar para cohesionar el apoyo azul en Gálvez, y le aseguró que reconocería los resultados de la encuesta.

Moreno se lo comunicó a Marko Cortés y Jesús Zambrano, líderes del PAN y del PRD. Sin embargo, hubo señales que inquietaron a los panistas. La encuesta de tierra estaba programada para comenzar el viernes pasado, pero Paredes presentó una impugnación en el Comité Organizador para que iniciara hasta después del último foro, que se celebró en Mérida. En el foro Paredes volvió a desconcertar a los líderes del Frente, cuando dijo que no declinaría porque si las mujeres repetían “el modelo patriarcal de los arreglos” y fingir que la sociedad civil participaba, “estamos jodidas”.

Paredes provocó una crisis la misma noche del foro, porque Cortés y Zambrano le reclamaron a Moreno, que les aseguró que se bajaría de la contienda, y lo cuestionaron si iba a traicionar los acuerdos. Al día siguiente Paredes y Moreno regresaron a la Ciudad de México en el mismo avión. Para entonces ya había mucha tensión entre los dirigentes del Frente, que se agudizaron por la declaración de Paredes, que Moreno le reclamó en el vuelo.

Paredes justificó su frase por la emotividad del momento, y que lo señaló como respuesta a las muchas afirmaciones de que declinaría. Paredes, dijo a cercanos, había sentido demasiada tensión el fin de semana y que en la comida que tuvieron en Mérida el sábado, notó mucha molestia contra ella, que fue creciendo. Moreno estaba muy molesto con Paredes porque consideraba que no había respetado lo platicado, y se lo dijo.

Las presiones para cancelar la consulta crecían, pero la ruta planeada para que ella se retirara de la contienda se mantenía para el martes. En ese contexto Moreno declaró el lunes que el PRI iba a fijar su posición el miércoles, pensando en los intereses del partido y no de una persona. La afirmación del líder priista fue disfrazada como una entrevista “banquetera”, que es como se llaman a los encuentros fortuitos con la prensa donde se hacen preguntas y se obtienen respuestas, donde socializó lo que le había anticipado a Paredes desde la semana anterior.

La incertidumbre provocada por las posiciones públicas de Paredes coincidió con el arranque de la encuesta de vivienda, donde detectaron otras estrategias de las que no eran responsables Gálvez ni Paredes, los push polls. Estos push polls son encuestas tendenciosas telefónicas donde inducen a la persona a responder. Este tipo de sondeo es pagado por la persona a la que se quiere promover, pero lo que detectó el Frente era que las preguntas manipuladas eran para apoyar a Paredes, que no sabía nada de que se estaba haciendo ese trabajo en su nombre.

Dentro de los liderazgos del Frente había certeza de que Morena estaba tratando de influir la consulta –una posibilidad que siempre estuvo presente– y de que había recibido ayuda –una vez más, deliberadamente o no– de células del crimen organizado. Eliminar la consulta se volvió prioritario, por lo que con 70 por ciento de la encuesta de vivienda computada, donde ya no había forma de revertir la tendencia del voto, el Frente la hizo pública este miércoles, obligando a Paredes a reconocer su derrota.

El costo político de haber cancelado la consulta, habían concluido los líderes del Frente, fue mucho más bajo que el beneficio de haberla cancelado, porque estaban seguros iba rumbo al fracaso.

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El asalto a la razón

Candidata ciudadana, no de partidos/Carlos Marín

La percepción sobre Xóchitl Gálvez como precandidata única del frente opositor es “negativa”, porque no se concluyó el proceso de selección con la consulta ciudadana que se había previsto para el próximo domingo.

El paso decisivo lo dio el PRI, lo que no deja de ser engañoso, porque se basó en las encuestas donde Beatriz Paredes, previsiblemente, quedó en amplia desventaja con 42.4 frente a 57.6 por ciento de opiniones de respaldo.

Con la barahúnda informativa de martes y miércoles caí en la tentación de atribuir al partido (que sigue sacando 17 millones de votos) el desenlace, quizá por no exponerse a lo que sufragaran los dos millones 300 mil ciudadanas y ciudadanos que el comité organizador dice tener registrados (pero no organizados), y esta premisa me llevó a escribir que la postulación se dio a espaldas de la sociedad civil.

Y la regué:

Las encuestas –avaladas por los organizadores apartidistas, porque fueron realizadas con irreprochable pulcritud– reflejan el criterio de muchas más de las 2.3 millones de personas que teóricamente votarían el próximo domingo.

Quienes mejor dominan el tema dicen que esas mediciones a nivel nacional retratan la opinión de la mayoría ciudadana y la lista nominal de electores, según el INE, asciende a 98 millones 330 mil 872 mexicanos (de los cuales Gálvez recabó un millón de firmas). O sea que, más allá de la percepción, ella es precandidata única gracias a la participación de la sociedad civil en el proceso.

Pese a lo decepcionante de que no se realice la consulta, el solo riesgo de que el morenismo la ensuciara explica y justifica sobradamente que se reconociera lo competitiva que es la popular y nada populista Xóchitl.

A lo hecho pecho y, aunque antier desaprovechó la oportunidad de manifestar en público su apoyo a quien en buena lid le ganó la carrera, Beatriz Paredes expresó ayer que “ojalá sea Xóchitl” la futura presidenta, durante su encuentro con los “oligarcas” que apapacharon antes a la precandidata del oficialismo, Claudia Sheinbaum.

Y luego posteó:

“Expreso mi respeto y reconocimiento a Xóchitl Gálvez, aprecio sus expresiones cuidadosas hacia mi persona y valoro las coincidencias. Sigamos adelante por el bien de México y el Frente Amplio Por México”, y con Pepe Cárdenas aceptó sin rodeos: “Perdí”.

Al otro lado del espectro, el involuntario principal promotor de Xóchitl, Andrés Manuel López Obrador, continúa burlándose de ella y descalificando lo hecho por los partidos opositores y la sociedad civil, afirmando que todo ha sido “una farsa” y dando por globo que se desinfla a quien, en menos de dos meses, subió y creció tanto que está muy puesta para contender por sucederlo en el cargo.

Diferencia sustantiva: del innegable ingrediente apartidista y ciudadano en la postulación de Xóchitl no puede presumir el oficialismo, cuyas “corcholatas” deben su designación a su ciega incondicionalidad al mandatario y al partido-Estado en que devino el cuatroteísmo… 

cmarin@milenio.com

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La apuesta que ganó AMLO: #Es Xóchitl/ Francisco Garfias

Arsenal, 

Excelsior, 

“¡Gané la apuesta, la gané!” celebró, muy orondo, el presidente de la República, en la mañanera de ayer. Ayer se hizo oficial que Xóchitl Gálvez será la candidata del Frente Amplio por México en las elecciones presidenciales del 2024.

Y es que el 3 de julio pasado, en ese mismo escenario, AMLO “destapó” a la que ya es la abanderada del bloque opositor, integrado por  PAN-PRI-PRD y sociedad civil, en la elección presidencial del 2024.

 Sus gargantas profundas, dijo entonces, le informaron que el “gerente” del FAM, Claudio X. González, llevó a cabo consultas con los que aportan dinero para “la guerra sucia”. En esas consultas” decidieron que los represente Xóchitl Gálvez, afirmó. 

 Ya pronosticó también que la corcholata triunfadora de Morena lo sucederá en la presidencia de la República. Está por verse si gana otra vez. 

La elección de la “responsable de la construcción del Frente Amplio por México” –así llaman a la candidata presidencial—quedó cancelada.

 El Comité Organizador, integrado mayoritariamente por ciudadanos, convocó a rueda de prensa para oficializar el triunfo de Gálvez y explicar la cancelación de la consulta abierta.     

 Dio cuatro razones:

 1.- Los partidos que integran el Frente (PAN-PRI-PRD) le pidieron al Comité hacer públicos los resultados del segundo sondeo de opinión, que se realizó entre las dos aspirantes: Xóchitl alcanzó el 57.58 por ciento de las preferencias; y Beatriz el 42.42 por ciento.

2.- La decision del PRI de respaldar a Xóchitl.

3.-El video de Beatriz Paredes en el que reconoce que la ventaja de la senadora externa del PAN es irreversible.

4.- Un documento suscrito por los líderes de los partidos del Frente, en el que piden analizar la cancelación de la jornada prevista para el 3 de septiembre.

A Xóchitl le será entregada la constancia que la convierte en la “conductora”  del Frente Amplio  el próximo domingo a mediodía, en el Ángel de la Independencia.

El FAM invita a celebrar a la hidalguense en todas las plazas públicas del país, ese mismo día.

“Salgamos con la espernza por delante, que la unidad se note, y que vaya creciendo con alegría y emoción”, dijo, la  voz quebrada por la emoción, Alejandra Latapí, ex consejera del IFE e integrante del Comité Organizador.

 La elección Ana Lilia Rivera como presidenta de la mesa directiva del Senado refleja un cambio de la correlación de fuerzas en la bancada de Morena. Hoy pesan más los radicales de ese grupo parlamentario. Son los que obedecen a Palacio y no le mueven “ni una coma”,  no dialogan, sino que mayoritean. ¡Que falta les hace Ricardo Monreal!  

Hace un año, cuando Ana Lilia asumió la vicepresidencia de la Mesa Directiva, la senadora panista Lilly Téllez la criticó por declarar que se siente orgullosa de que el Senado sea la “oficialía de partes” del presidente López Obrador.

 La elección de ayer moderó su discurso. Ya no habló de transformar el Senado en la “oficialía de partes” de López Obrador. Ahora dice que es su obligación mantener puentes con la oposición en el Senado.  

 “Va a ser el último año de esta Legislatura, pero va a ser el mejor, van a ver”, prometió, en su primera declaración como presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara Alta.

 ¿Será?  

 Nuvia Mayorga, una de senadoras que abandonaron la bancada del PRI junto con el Miguel Osorio Chong , “chapulineó” a lo grande. 

 Ella misma informó su integración a la bancada del PVEM, luego de que senadoras tlaxcaltecas de Morena se opusieron a que se sumará a la bancada guinda.  Eso la lleva a la Coalición obradorista Juntos Haremos Historia. 

 Tenemos confirmado también qué, por primera vez desde su fundación el 4 de marzo de 1929, el PRI no tendrá siquiera un vicepresidente en la Mesa Directiva el Senado. Apenas alcanzaron  una secretaría. 

 La salida de Osorio, Nuvia, Claudia Ruiz Massieu y Eruviel Ávila dejó al grupo con sólo nueve senadores.  MC lo rebasó. Tiene doce. Le corresponde la vicepresidencia que le tocaba al tricolor. 

 El proceso interno de Morena sigue siendo un “caos de logística.” Sólo uno de cuatro recorridos de encuestas programadas para el día de ayer se habían llevado a cabo, pasadas las seis de la tarde, aseguran en el equipo de Marcelo.

 Agregan: “la constante en todos los estados es que quienes no llegan a los puntos acordados son los de la comisión de Morena. Llega el encuestador, llegan los representantes de los aspirantes, pero el funcionario de Morena que tiene las urnas y las papeletas, ese nomás no llega.”

 Hay videos de los representantes de las corcholatas, incluidos los de Claudia, en el que se quejan de la ausencia de los funcionarios  del partido en el gobierno.

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 Dejar el cargo, pero no el poder/Dolia Estévez

Ejecentral.com

El Presidente es el gran manipulador del proceso electoral. Su nivel de intromisión se ve en países totalitarios con poder centralizado. Arremete contra la hoy candidata del Frente Amplio por México, mangonea a la Fiscalía General para que arme casos en su contra, se entromete en asuntos partidistas que no le incumben, selecciona y descarta candidatos a su antojo. Tras cinco años de debilitamiento sistemático de las instituciones electorales, de denigrar el poder judicial y de empoderar a los militares, llega a la recta final de su meta: dejar el cargo, pero no el poder. 

“Quedarse en la presidencia sería una verdadera crisis civil. No lo veo”, me dijo David Frum, escritor de la revista digital The Atlantic. Más bien, opinó, Andrés Manuel López Obrador busca un desenlace tipo Plutarco Elías Calles, ser líder de facto bajo un nuevo Maximato prolongando su poder sin ostentarlo personalmente. “Todas las piezas están allí. La subversión del INE, generales que han vuelto ricos y sobre los que tiene secretos sucios, referéndum de tres años que le permite tener una pistola en la sien del próximo presidente, y la selección del sucesor probablemente más débil de las alternativas sin el control del partido que él seguirá controlando”.  

En febrero, Frum levantó ámpula en Palacio Nacional tras publicar un reportaje que tituló “El Vecino Autócrata”, advirtiendo contra el riesgo de una elección manipulada y no justa en 2024. “Me preocupa que la elección no sea justa, que proclame ganador a su candidato favorito y que la gente crea que no es el ganador y que luego México, los Estados Unidos y todo el mundo tengan que lidiar con una elección sustancialmente injusta”. 

Prácticamente desconocida en Estados Unidos, Xóchilt Gálvez es percibida hoy como la única opción electoral con potencial de ganar al oficialismo en un desenlace que, hasta hace poco, era todo menos impredecible. “En la era de las políticas identitarias, quién eres y qué representas, cuenta más que si tienes propuestas sólidas. La gente va a votar por ella por sus credenciales como una persona que viene de abajo”, previó Tony Payán, director del Centro para Estados Unidos y México en Houston. El reto es monumental. Gálvez enfrentará todo el poder del Estado y toda la furia de un hombre que ha demostrado no tener límites para garantizar la continuidad de eso que llama cuarta transformación en un terreno desigual. “No hay piso parejo ni dentro ni fuera de Morena. Gálvez competirá contra el gobierno”, señaló Payán. 

Pero si a pesar de todo Gálvez gana, a AMLO le quedaría como último recurso la opción nuclear: no aceptar los resultados, como su amigo Donald Trump. A diez meses de los comicios, Payán vislumbra tres escenarios de prospectiva en un contexto de triunfo de la oposición.   

Primero: AMLO acepta su derrota al margen del porcentaje. Dobla las manos y se va callado a La Chingada, su rancho. Actúa honorablemente como Ernesto Zedillo en 2000, pese a no ser un hombre honorable. 

Segundo: Resultados disputados. Movilizaciones masivas tanto de un lado como del otro en defensa del voto, encono, polarización, brotes de violencia, pero hay voces institucionales con autoridad y capacidad de interlocución para llegar a un acuerdo político. Se preserva el orden. 

Tercero: Instituciones rebasadas. Cierre de canales de comunicación. Estallido social y político detonado por la negativa del oficialismo a aceptar su derrota. Violencia, con elementos del crimen organizado. Ingobernabilidad. 

Payán agrega al crimen organizado como variable transversal pre y poselectoral. Tras el asesinato de Fernando Villavicencio en Ecuador, no descarta otro Tijuana 1994. “El presidente no necesita ordenarlo. Basta con crear las condiciones para que un capo diga no queremos cambios y por motu proprio mande a un sicario. Es un escenario no imposible que estamos minimizando”. 

En 2000, el cambio democrático se logró entre muchos otros factores gracias al peso de la opinión pública internacional en la promoción de las libertades políticas y los derechos humanos en México y advertencias como las de Frum y Payán hoy. En ese sentido, para poder rescatar a la democracia de las garras de un autócrata, la comunidad internacional debe monitorear de cerca el proceso electoral y la sociedad mexicana estar más abierta y receptiva a las opiniones, críticas y escrutinio del extranjero. 

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El asalto a la razón

Candidata ciudadana, no de partidos/Carlos Marín;

La percepción sobre Xóchitl Gálvez como precandidata única del frente opositor es “negativa”, porque no se concluyó el proceso de selección con la consulta ciudadana que se había previsto para el próximo domingo.

El paso decisivo lo dio el PRI, lo que no deja de ser engañoso, porque se basó en las encuestas donde Beatriz Paredes, previsiblemente, quedó en amplia desventaja con 42.4 frente a 57.6 por ciento de opiniones de respaldo.

Con la barahúnda informativa de martes y miércoles caí en la tentación de atribuir al partido (que sigue sacando 17 millones de votos) el desenlace, quizá por no exponerse a lo que sufragaran los dos millones 300 mil ciudadanas y ciudadanos que el comité organizador dice tener registrados (pero no organizados), y esta premisa me llevó a escribir que la postulación se dio a espaldas de la sociedad civil.

Y la regué:

Las encuestas –avaladas por los organizadores apartidistas, porque fueron realizadas con irreprochable pulcritud– reflejan el criterio de muchas más de las 2.3 millones de personas que teóricamente votarían el próximo domingo.

Quienes mejor dominan el tema dicen que esas mediciones a nivel nacional retratan la opinión de la mayoría ciudadana y la lista nominal de electores, según el INE, asciende a 98 millones 330 mil 872 mexicanos (de los cuales Gálvez recabó un millón de firmas). O sea que, más allá de la percepción, ella es precandidata única gracias a la participación de la sociedad civil en el proceso.

Pese a lo decepcionante de que no se realice la consulta, el solo riesgo de que el morenismo la ensuciara explica y justifica sobradamente que se reconociera lo competitiva que es la popular y nada populista Xóchitl.

A lo hecho pecho y, aunque antier desaprovechó la oportunidad de manifestar en público su apoyo a quien en buena lid le ganó la carrera, Beatriz Paredes expresó ayer que “ojalá sea Xóchitl” la futura presidenta, durante su encuentro con los “oligarcas” que apapacharon antes a la precandidata del oficialismo, Claudia Sheinbaum.

Y luego posteó:

“Expreso mi respeto y reconocimiento a Xóchitl Gálvez, aprecio sus expresiones cuidadosas hacia mi persona y valoro las coincidencias. Sigamos adelante por el bien de México y el Frente Amplio Por México”, y con Pepe Cárdenas aceptó sin rodeos: “Perdí”.

Al otro lado del espectro, el involuntario principal promotor de Xóchitl, Andrés Manuel López Obrador, continúa burlándose de ella y descalificando lo hecho por los partidos opositores y la sociedad civil, afirmando que todo ha sido “una farsa” y dando por globo que se desinfla a quien, en menos de dos meses, subió y creció tanto que está muy puesta para contender por sucederlo en el cargo.

Diferencia sustantiva: del innegable ingrediente apartidista y ciudadano en la postulación de Xóchitl no puede presumir el oficialismo, cuyas “corcholatas” deben su designación a su ciega incondicionalidad al mandatario y al partido-Estado en que devino el cuatroteísmo… 

cmarin@milenio.com

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La (des) honestidad intelectual de los obradoristas/Carlos Loret de Mola

El Universal

El obradorismo se está dando vuelo con los graves tropiezos de la oposición en la nominación de Xóchitl Gálvez. Personajes del gobierno, del partido, de la prensa del régimen, han denunciado las fallas del proceso del Frente Amplio. Se les ha llenado la boca y tienen razón: en esta misma columna ayer enumeré los errores y peligros de un proceso que terminó pareciéndose más al de Morena que al diseñado originalmente para potenciar la ciudadanización de los partidos.

Pero los obradoristas tienen un serio desafío: ¿qué van a decir el próximo miércoles? El calendario político les pone una prueba demasiado pronto: ese día se anuncia el resultado de quién ocupará la candidatura presidencial del oficialismo. ¿Van a tener la honestidad intelectual de señalar con la misma claridad las ilegalidades y arbitrariedades antidemocráticas del proceso interno de Morena? Sería penoso atestiguar si otra vez intentan justificar lo injustificable:

El país se inundó de publicidad de las corcholatas en anuncios espectaculares y bardas. Nadie sabe quién pagó esa propaganda y a cambio de qué. Se documentó que el gobierno federal apoyó con dinero del presupuesto la campaña de Claudia Sheinbaum, que se usaron las estructuras de los programas sociales para favorecerla. Lo mismo los gobiernos estatales que destinaron funcionarios públicos a hacer labores de partido. López Obrador no permitió que siquiera se investigaran, y el partido bajó la cabeza. Hubo cargada de gobernadores, alcaldes, legisladores, violando la ley. Y el que más se metió fue el presidente, al grado que el INE no ha parado de sancionarlo. El reporte de gastos de campaña fue una farsa: cuando el límite era 5 millones de pesos por corcholata, Sheinbaum gastó más de 30 y Adán Augusto cuando menos 15. Tampoco se sabe quién aportó esos recursos y a cambio de qué. Las corcholatas llevaron el acarreo a niveles que ni el PRI en sus mejores épocas. En distintos momentos, 4 de los 6 contendientes se quejaron de que no era una competencia justa porque la cancha estaba inclinada a favor de Claudia Sheinbaum. No hubo una sola sorpresa ni un cambio de narrativa: la que todos sabíamos que iba a ganar va a ganar, la que empezó arriba en las encuestas siguió arriba, el segundo lugar siguió en segundo lugar. Y ese segundo lugar está enojado: “¡Marcelo, aguanta, el pueblo se levanta!”. Si en la oposición se canceló la participación ciudadana directa en la definición de la candidatura, en Morena nunca estuvo ni siquiera abierta esa puerta. Si en la oposición hubo dudas sobre la parte de las encuestas, el proceso de levantamiento de la encuesta de Morena presentó sospechosas fallas y tuvieron que extender su periodo de entrega. Y al final, sucederá lo pronosticado: quedará la favorita de López Obrador. Aquí no fue una cúpula de hombres tomando decisiones sobre mujeres. Fue uno sólo. El dedazo presidencial al que se intentó esconder en una simulación, una farsa.

Ayer en su mañanera el presidente dijo que era hora de cobrar apuestas porque él dijo que el proceso de la oposición sería una simulación y quedaría Xóchitl Gálvez de candidata (aunque originalmente él mismo decía que Creel, pero en fin). Que cobre bien. El miércoles va a tener que pagar unas mucho más jugosas: hace dos años todo mundo apostó de qué se iba a tratar su anuncio de la próxima semana.

historiasreportero@gmail.com

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Duda razonable

La decisión de Marcelo/Carlos Puig

No estaba nada fácil para Marcelo Ebrard la carrera por la candidatura de Morena o la coordinación de la 4T o la obtención del bastón de mando o como quieran ustedes llamarle.

No solo por él, su historia con Andrés Manuel López Obrador, esta especie de distancia del movimiento en los años desde que dejó la Jefatura de Gobierno y la elección de 2018, sino porque además la oposición lleva un par de años insinuando que con ellos siempre habría un lugar, que se parecía más a ellos, que para allá tenía que ir.

Construido como elogio, al interior de la 4T se convirtió en una maldición.

Si ellos lo quieren, nosotros no debemos quererlo, pensaron muchos en Morena, algunos que importan en Palacio Nacional y así actuaron.

Hay que decirlo: cada vez que le preguntaron Marcelo, dijo que ahí se quedaría, en Morena, a lado del Presidente. Pero poco favor le hicieron los que enfrente le abrían la puerta o insinuaban que sería siempre bienvenido.

En el concurso de fidelidades que fue el proceso de Morena, eso no funcionaba muy bien.

Para colmo, Marcelo arrancó atrás en todas las encuestas —menos en las suyas de una empresa que empezó a hacer encuestas ayer—. Y aunque el Presidente aceptó algunas de sus reglas, impuso otras que impedían hacer una estrategia de comparación real que, al menos en la mente del ex canciller, le podrían haber dado ventaja en la carrera.

Quiso hacer propuestas, pero sabía que tenían que ser marginales, alrededor de lo que el Presidente ya hacía y había inventado. Por lo mismo, tuvieron poco éxito, poca resonancia. No se trataba de inventar un futuro sino de alabar el presente, pero se entiende la necesidad de Marcelo de establecer diferencias para adelantar a Claudia, que le llevaba ventaja.

Intentó bailar, sonreír, jugar; después se puso más serio. Nadie podrá culparlo de no haberlo intentado.

En estos días comienza a ver lo obvio.

Se dijo muy “preocupado por el gran desorden en el levantamiento de la encuesta esta mañana. Todo mi respaldo a Malú Micher y a Martha Delgado, quienes están (desde ayer y toda la noche) tratando de ayudar al éxito del proceso y a resolver los severos problemas que han ocurrido. Les mantendremos informados”. Morena aceptó que el arranque fue un caos.

Veremos qué hace Marcelo el próximo miércoles. Pero él aceptó las reglas, esa fue su decisión, eso le dirán.

carlos.puig@milenio.com

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No hay chile que les acomode/Jorge G. Castañeda

Agosto 31, 2023

No hay chile que les acomode: creo que la expresión resulta eminentemente válida para describir la actitud de una parte de la comentocracia ante el proceso de designación de la candidata del Frente Amplio. La cantidad de reclamos a los partidos, a la candidata, al comité organizador del proceso, a los contendientes derrotados (en menor medida) es inversamente proporcional al éxito del desenlace, más allá de los tropiezos y errores en el camino.

El principal blanco de las quejas y acusaciones es obviamente Alito. O bien le impuso la candidatura de Xóchitl a la pobre Beatriz Paredes —que nunca he visto que se considere como víctima de nadie— o bien ensució, manchó, empañó un proceso ejemplar, o bien le arrebató a los ciudadanos y a la sociedad civil el “derecho” o el “privilegio” de votar el domingo y decidir quién sería la candidata. Alito no necesita defensores, pero sí me parece útil recordar un hecho incontrovertible: el PAN y el PRD —este último con reservas iniciales— acordaron hace muchos meses que la candidatura del Frente a la Presidencia de la República y a la Ciudad de México serían del PAN. Esto se disimuló con el eufemismo de la “conducción” del PAN o “que el PAN era mano” pero el sentido del acuerdo fue claro y conocido. Alito cumplió. No saboteó ni reventó la alianza, no insistió en clavarle al Frente una candidata de su partido, no le hizo el juego a nadie. Si alguien cree que no iba o no va a pedir concesiones a cambio, pues no entienden nada de política, no saben lo que es el PRI y, en efecto, no conocen a Alejandro Moreno.

De los reclamos más absurdos que he escuchado, señalo el de que esto le hace el juego al Peje. Como si López Obrador hubiera felicitado a Xóchitl el domingo en la noche por su gran victoria democrática en caso de haberse realizado la votación prevista. AMLO va a seguir con su cantaleta de que esta es una imposición de Claudio X. y sus compinches —empresarios, intelectuales, activistas, y demás grillos— haga lo haga el Frente, diga lo que diga Xóchitl, pase lo que pase en cualquier ámbito. Y lo va a hacer con o sin justificación, con o sin pretextos. La clave es saber si esto le interesa a la sociedad mexicana o no.

Tengo la impresión de que los 200 o 300 000 ciudadanos “despojados” de su derecho de voto el domingo por culpa de Alito y las cúpulas partidistas, más bien se deben sentir felices de que la candidata por la cual hubieran votado, efectivamente es la candidata del Frente. Me parece difícil pensar en que alguien que iba a votar por Xóchitl el domingo —una gran mayoría a menos de que hubiera chanchullo— se moleste porque… Xóchitl resultó ser la candidata. Y sobre todo creo que lo que le importa a la gente hoy es que se mantuvo la coalición del Frente, hay una candidata aceptada por todos y todas (por Beatriz a medias, pero espero que esto se subsane pronto) y que dicha candidatura es competitiva.

En el fondo éste es el hecho político importante, y no si la primera encuesta telefónica estuvo mal hecha, si la segunda encuesta en vivienda estuvo bien hecha; si la primera encuesta en vivienda estuvo mal hecha, o si la segunda encuesta telefónica estuvo bien hecha. Creo que a la mayoría de la gente que sigue todo esto le resulta indiferente si el comité organizador no debió haber aceptado el reto de instalar 1500 casillas, pero tampoco de celebrar una votación sólo con 300 casillas. No sé si esto era viable o no, pero sí creo que hoy hay una candidata competitiva, atractiva y unificada, de una alianza que, en la opinión de muchos comentócratas, era imposible, inviable, agua y aceite, etcétera, hace muy pocos meses. Por último, en cuanto a la tesis aberrante de que López Obrador inventó a Xóchitl para sacarla de la Ciudad de México —donde era competitiva— para lanzarla a la Presidencia —donde no lo es— los que sabemos cómo y cuándo llegó ella a la decisión de lanzarse, podemos corroborar que no hay tesis más aberrante que ésta.



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