23 feb 2024

Jessica Zermeño, reportera de Univisión acorraló a AMLO; hoy

 Versión estenográfica. Conferencia de prensa del presidente Andrés Manuel López Obrador del 23 de febrero de 2024.

PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR: Gracias, Carlos.

Ahora sí vámonos, empezamos. Hay una lista, ¿eh?

PREGUNTA: Gracias, señor presidente, por este espacio para poder hacer preguntas.


Jessica Zermeño, de Univisión.

Esta mañana muy amablemente la gente aquí de prensa de Presidencia me dio los lineamientos para asistir a esta conferencia con usted y poderle hacer, respetuosamente, preguntas.

En el punto cinco dice: ‘Todas las personas deberán respetar lo señalado en la Ley General de Protección de Datos Personales en Posesión de Sujetos Obligados’, pero el día de ayer, usted, presidente, cuando presentó esta carta que le envía la jefa de la corresponsalía del New York Times para este reportaje que ya desglosó ayer, usted da conocer su número telefónico, presidente, en un país donde han fallecido, al menos en este sexenio, 43 periodistas, comunicadores asesinados, y que el Comité de Protección a Periodistas considera, pues el país más preocupante, donde hay más preocupación del hemisferio occidental para ejercer este oficio.

Mi pregunta, presidente, es: ¿por qué lo hizo? La primera pregunta.

PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR: Bueno, primero, ustedes, con todo respeto, quienes hacen un periodismo, diría faccioso, porque nada más se inclinan en favor de grupos de intereses creados, no hacen un periodismo para todos, están demasiado cercanos al poder económico y al poder político: Univisión, el New York Times, el Washington Post, el Financial Times, el Wall Street Journal; aquí el Reforma, que es el preferido del periodismo conservador o el más importante vocero del bloque conservador.

A ustedes, con todo respeto, les da mucho por ver la viga o la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. Ustedes se sienten bordados a mano, como una casta divina, privilegiada. Ustedes pueden calumniar impunemente, como lo han hecho con nosotros, como se hizo ayer, como lo dimos a conocer ayer, y no los puede uno tocar ni con el pétalo de una rosa.

INTERLOCUTORA: El teléfono, el teléfono que dio a conocer es el teléfono personal.

PRESIDENTE: Sí, sí. ¿Y qué pasa cuando esta periodista me está calumniando y me está acusando?

INTERLOCUTORA: Sí, pero hay una ley que impide esto en este país, señor presidente.

PRESIDENTE: Cómo no, cómo no. No, pero también la calumnia, me está vinculando a mí, a mi familia, con el narcotráfico, sin pruebas.

INTERLOCUTORA: Pero el teléfono personal, hay una ley que impide que usted dé a conocer este teléfono.

PRESIDENTE: Sí, pero antes de eso… Por eso hablo de la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio, porque ustedes, Univisión, Jorge Ramos, de inmediato cuestionaron eso, pero no son capaces de una autocrítica para revisar el tipo de periodismo, si es que se puede llamar periodismo a lo que hacen.

INTERLOCUTORA: Pero más allá de la investigación, entonces, ¿usted no cree que fue un error?

PRESIDENTE: No, no porque este es un espacio público y nosotros estamos aquí aplicando un principio de la transparencia.

INTERLOCUTORA: Pero eso la pone en riesgo a ella. Cualquiera podría… Más allá de usted, cualquiera le puede llamar y cualquiera la puede amenazar y le puede decir…

PRESIDENTE: No, no, no pasa nada, no pasa absolutamente nada.

INTERLOCUTORA: Sí pasa en este país.

PRESIDENTE : No, no, no. Es que también ese es otro dato, ustedes son los más tenaces informadores o, mejor dicho, desinformadores, los más tenaces manipuladores.

Esto que dicen, de que hay un gran riesgo para los periodistas, es una asociación vinculada a grupos de intereses creados, a gobiernos hegemónicos.

Claro que lamentablemente hay compañeras, compañeros que han perdido la vida, pero no hay impunidad. El Estado en México no es violador de derechos humanos, como sucedía antes, cuando ustedes callaban.

INTERLOCUTORA: Pero le dio el teléfono no solamente a los miembros de su gobierno, que podríamos pensar que ellos tienen el respeto por los medios de comunicación, se le dio el teléfono a todo el mundo.

PRESIDENTE: Sí, pero es que aquí la vida pública es cada vez más pública.

INTERLOCUTORA: Entonces, ¿usted no ve ningún error?

PRESIDENTE: No, no, no.

INTERLOCUTORA: ¿Volvería a presentar un teléfono privado de uno de nosotros?

PRESIDENTE: Claro, claro, claro, cuando se trata de un asunto en donde está de por medio la dignidad del presidente de México.

INTERLOCUTORA: ¿Y qué hacemos con la ley de transparencia, señor presidente?

PRESIDENTE : No, por encima de esa ley está la autoridad moral, la autoridad política. Y yo represento a un país y represento a un pueblo que merece respeto, que no va a venir cualquiera —porque nosotros no somos delincuentes, tenemos autoridad moral— no va a venir cualquier gente que, porque es del New York Times y nos va a poner, nos va a sentar en el banquillo de los acusados. Eso era antes, cuando las autoridades en México permitían que los chantajearan; ahora no. Ahora nos tienen que respetar porque somos autoridad legal, legítimamente constituida, surgida de un movimiento democrático.

Y en México hay libertades, que no las hay en Estados Unidos, ¿eh? Si por eso dije ayer, porque ahí está el caso de Assange. ¿Qué han dicho ustedes, por ejemplo, del caso de Assange?

INTERLOCUTORA: Sus historias, señor presidente.

PRESIDENTE: Nada, absolutamente.

Entonces, decía yo que, si condenan a Assange, que obtuvo información que precisamente difundió el New York Times, estamos hablando de supuesta información de Estado y seguridad nacional, pues resulta que al New York Times, que difunde toda esa información, no lo juzgan y solamente juzgan a Assange. Por eso, si continúan de esa manera…

INTERLOCUTORA: ¿Va a revelar nuestros teléfonos?

PRESIDENTE: No, estoy planteando que mejor devuelvan la Estatua de la Libertad a Francia, o que nos las manden acá, a México, porque aquí sí hay libertades.

INTERLOCUTORA: Hablando de eso, señor presidente, en este momento que yo estoy hablando con usted, afuera hay cuatro colegas de nosotros; entre ellos Stephanie Palacios, de la agencia Sputnik, que el día de ayer precisamente le preguntó sobre esta filtración de datos personales de varios colegas aquí, de la fuente presidencial. Dicen que ella hizo muchas preguntas, que no la dejaron entrar en este momento, que está vetada. A mí me parece una…

PRESIDENTE: No, no, aquí no vetamos a nadie.

INTERLOCUTORA: Podría decirnos, pero podrían estar aquí sentados. Yo entiendo, porque además ustedes han hecho un mecanismo muy, me parece, eficiente para que todos los colegas podamos tomar y estar aquí sentados y hacer una pregunta, pero ellos no pueden entrar, ni siquiera a este salón, presidente. ¿Por qué?

PRESIDENTE: No, no. ¿Hay censura aquí?

INTERLOCUTORA: Pero están en sala de prensa. A mí me dicen que no los dejan entrar.

PRESIDENTE: No, pero aquí están ellos.

INTERLOCUTORA: Sí, pero en el reglamento habla de la tercera fila. O sea, si tú preguntas, yo entiendo, a partir de la tercera fila te podrías sentar. Es mi pregunta.

PRESIDENTE : No, ¿sabes qué? No conozco bien el reglamento, porque aquí nada más lo que sabemos es que no hay censura para nadie y cualquiera puede llegar. Viene Jorge y contesta, y viene quien quiera.

Lo que pasa, según entiendo, es de que hay una especie de sorteo también.

INTERLOCUTORA: Sí, por eso yo estoy sentada aquí, por el sorteo.

PRESIDENTE : A ti te dimos ahora o se te dio ahora la oportunidad porque es sorteo. No hay nada de eso.

No, mira, es muy importante, muy importante, que ustedes hagan una revisión en general de cómo se ejerce en Estados Unidos el noble oficio del periodismo y que actúen con humildad, no con tanta arrogancia, no con tanta prepotencia.

Si tú ves el cuestionario —no lo voy a repetir ahora, porque no se trata de eso—, si tú haces una revisión, tú, periodista profesional, del cuestionario, del tono del cuestionario, como un ultimátum, dices: ‘¿Qué está pasando?’

INTERLOCUTORA: Yo entiendo el contenido de la carta, yo lo entiendo, pero haber dado a conocer el teléfono celular personal de la jefa de la corresponsabilidad del New York Times… Si usted me está diciendo que no importa lo que diga la ley de protección de datos personales o de la protección de datos…

PRESIDENTE: No, es que por encima está la libertad, por encima de eso está la libertad.

INTERLOCUTORA: Entonces, ¿por encima de cualquier ley está la moral que usted establezca para su gobierno?

PRESIDENTE: No puede haber un reglamento, no puede haber ninguna ley por encima de un principio sublime, que es la libertad. Prohibido prohibir.

INTERLOCUTORA: O sea, ¿no se arrepiente? Estoy asombrada, señor presidente, porque entiendo lo que usted pueda dar a conocer, y por supuesto tiene todo el derecho a defenderse de los cuestionamientos periodísticos, que lo presente así, pero el derecho de esa persona a mantener en privado su teléfono celular, personal, para evitar agresiones.

PRESIDENTE: Sí, bueno, ¿y mi derecho?, ¿y mi derecho?

INTERLOCUTORA: Pero, entonces, ¿vamos a dar a conocer su teléfono celular?

PRESIDENTE: No, no, no. ¿Y el derecho a la calumnia? ¿Él tiene derecho, ella tiene derecho calumniarme a mí, a mí familia, a mis hijos, pero, además, sin una prueba? Porque…

INTERLOCUTORA: En Estados Unidos, si esto hubiera ocurrido, hay sanciones para esto, señor presidente.

PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR: No, no, no. Ya les estoy planteando el caso de Assange. No pasa nada, no pasa nada, es… Decía el Quijote que, por la dignidad, por la dignidad…

INTERLOCUTORA: Si le pasa algo, ¿a quién hacemos responsable?

PRESIDENTE: No, no, no exagere. Mire, si la compañera está preocupada porque se dio a conocer aquí su teléfono…

INTERLOCUTORA: Sí, sí está preocupada.

PRESIDENTE: Que cambie su teléfono, otro número, ya.

Pero, además, es la representante del New York Times.

INTERLOCUTORA: Pero es que podría ser para cualquiera de nosotros, señor presidente.

PRESIDENTE : No, no, no.

INTERLOCUTORA: No tiene que ver con el medio, tiene que ver con la seguridad que nosotros tenemos para ejercer nuestra labor en libertad.

PRESIDENTE : No, no, no, los periodistas en México por lo general, la mayoría de ellos, actúan con humildad. Ustedes son muy prepotentes y lo que hicieron ayer, y lo que han hecho Jorge Ramos y los medios más famosos, es muy ofensivo, mucho muy ofensivo.

Imagínense, ‘tenemos pruebas de que usted fue a ver a la mamá de Joaquín Guzmán Loera, tenemos pruebas; tenemos pruebas de que sus hijos, hay grabaciones, recibieron dinero’ Y la máxima del hampa del periodismo, que la aplican ustedes, es que la calumnia, cuando no mancha, tizna.

¿Quién me va a reparar el daño? ¿Quién le va a reparar el daño a mis hijos, que cuando pongan sus nombres va a salir de que los hijos de AMLO fueron investigados por recibir dinero del narcotráfico? Eso no lo ven ustedes.

INTERLOCUTORA: Nada más para cerrar mi participación, señor presidente, entonces ¿los periodistas que reporteamos en México tenemos que tener claro que usted está dispuesto a dar nuestro número celular o algún otro dato personal, si usted se considera atacado por nuestras publicaciones?

PRESIDENTE: No, no, no, los periodistas tienen los mismos derechos que tenemos todos los ciudadanos.

(AMLO no es ciudadano común , es el Presidente, el Jefe del Estado mexicano).

INTERLOCUTORA: Es que me está diciendo que no.

PRESIDENTE: Todos.

INTERLOCUTORA: Me está diciendo que no sobre el New York Times. Me dice que, en el caso de ella, que cambie su teléfono porque usted no va a hacer caso a la ley de transparencia.

PRESIDENTE: No, no, no, yo tengo el mismo derecho que tiene usted, exactamente igual, somos libres.

INTERLOCUTORA: Me está diciendo también aquí Jesús, Jesús Ramírez, su vocero, que ella puso el teléfono en la carta, pero es, es… Yo entiendo que la den a conocer, insisto, pero ¿por qué no decidieron blurear, tapar ese teléfono?

PRESIDENTE: No, no, no. Mire, le voy a…

INTERLOCUTORA: No está dispuesto, ni ahorita ni después.

PRESIDENTE: Le voy a poner un ejemplo: cuando fabricaron el delito los de la DEA con los medios, de la detención por presuntos vínculos con el narcotráfico del general Cienfuegos, ¿cómo, frente a una acusación así, se pueden despejar dudas si no se da a conocer el expediente? Porque nosotros lo que sostuvimos, después de analizar el expediente, es que habían fabricado el delito.

Entonces, con ese criterio de que no se puede dar a conocer información reservada, aconsejaban los abogados de que se borraran los nombres. ¿Cómo se llama?

INTERVENCIÓN: Testar.

PRESIDENTE: Testar, hay que testar. Imagínense que nosotros subimos al internet un expediente, como lo hicimos, para que todos supieran y no quedara duda, si nosotros presentamos ese expediente testado, todo tachado. No, se multiplica la desconfianza, la sospecha: ‘¿Por qué borraron?’

Entonces, salió eso exactamente: ‘Oiga, pero no pueden hacer porque legalmente no se puede’. ¡Ah! ¿Y la libertad? ¿Y el interés general de una nación?

INTERLOCUTORA: (inaudible)

PRESIDENTE: No, no, no. Aquí no se puede insultar, no se puede calumniar al presidente de México.

Además, porque tenemos autoridad moral, llevamos años luchando por nuestros ideales, por nuestros principios, y lo que estimamos más importante en nuestra vida es la honestidad, por eso no han podido con nosotros.

Y por eso ayer, por ejemplo, ¿qué hizo el New York Times? ¿Qué fue su reportaje? Nada, nada, fue como El parto de los montes, parieron un ratón. Deberían de hacer una autocrítica, hacer una revisión de ese periodismo calumniador, falsario, al servicio de intereses creados y los mismos periodistas y famosos, que hasta los premian, deberían de actuar con honestidad.

INTERLOCUTORA: Si nosotros le entregamos nuestro teléfono en algo así, ya sabemos.

PRESIDENTE: Sí, sí, claro. No, y si ustedes, si ustedes calumnian, aquí hay réplica.

INTERLOCUTORA: Con todo y número telefónico.

PRESIDENTE: Con todo, sea quien sea.

Imagínense que termina el presidente de México chantajeado, arrinconado y en el banquillo de los acusados, por ustedes o por una agencia de un gobierno extranjero.

Por eso es muy importante la honestidad, porque eso da libertad. Yo no podría hacerlo si fuese yo un corrupto, no podría; es más, no estaría aquí. Llevo recibiendo golpes de la mafia del poder, incluidas campañas de desprestigio de medios, no de información, de manipulación. Años. Pero no podemos permitir eso.

Además, no sé si ustedes están conscientes; y si no, hay que empezar a internalizarlo: les usan. Y puede ser que lo hagan sin saberlo, de manera ingenua, pensando que eso es el periodismo; o lo hagan conscientemente, que hagan trabajo de mercenarios.

Pero ahora, en estos tiempos, ya no se necesita utilizar la fuerza bruta, el Ejército, invadir un país, incluso ya no se requiere el uso excesivo del dinero, lo que más les ayuda a los oligarcas, a los que se creen los dueños del mundo para controlar, para dominar, son las guerras mediáticas, el desprestigio contra dirigentes populares o quienes se oponen a las hegemonías. Al final es el regreso a la máxima de Goebbels, el jefe de propaganda de Hitler, que una mentira cuando se repite muchas veces puede convertirse en verdad.

Ustedes, en su medio, tienen ya sus estereotipos para tratarnos a nosotros. Esto que estas repitiendo: ‘México es uno de los países más peligrosos para los periodistas’. No.

INTERLOCUTORA: Las estadísticas lo dicen.

PRESIDENTE: Sí, pero ¿quién da a conocer esas estadísticas?

INTERLOCUTORA: Organismos internacionales.

PRESIDENTE: Sí. ¿De dónde son esos organismos internacionales? De la OEA. ¿Qué cosa es la OEA?

INTERLOCUTORA: Pero las muertes de los comunicadores están confirmadas.

PRESIDENTE : No, nosotros tenemos aquí una sección cada 15 días y se dan a conocer los asesinatos de ciudadanos, todos muy lamentables, y también de periodistas, y se hacen investigaciones.

Pero ya ustedes tienen eso como una cantaleta para estar cuestionando a nuestro gobierno.

INTERLOCUTORA: En este mes a Yolanda Caballero, una colega de nosotros en Baja California, Tijuana, le prenden el auto.

PRESIDENTE: Sí, y lo estamos investigando.

INTERLOCUTORA: Amenazada por una funcionaria pública.

PRESIDENTE: Sí, lo estamos investigando. Y te voy a contestar.

INTERLOCUTORA: Hace unos días, Andrés Salas, colega de Cuautla, se salvó de ser asesinado. Hubo un ataque hacia él; fallecen dos personas, él se salvó, y asegura que fue por su labor periodística, señor presidente, eso pasa en México.

PRESIDENTE: Sí, sí, mire, el caso primero que menciona tiene protección, en los dos casos, protección. Y le podría yo dar al detalle sobre lo que hacemos.

Y algo que debe de quedar también de manifiesto: antes, el principal violador de los derechos humanos en México era el Estado, eso ya no sucede, ya esto es distinto, nosotros no reprimimos, no censuramos, no torturamos, no desaparecemos gente.

INTERLOCUTORA: Pero el tema de (inaudible) celulares de los periodistas.

PRESIDENTE: Ah, no.

JESÚS RAMÍREZ CUEVAS, COORDINADOR GENERAL DE COMUNICACIÓN SOCIAL Y VOCERO DE PRESIDENCIA: (inaudible) es una carta oficial de ella.

PRESIDENTE: No se puede.

Mira, a ver si hacen el reportaje sobre las calumnias del New York Times y de todos los medios, incluyendo el de ustedes, en contra de nosotros.

Y no caigan en la autocomplacencia, tengan capacidad para la autocrítica. Y bájenle una rayita a su prepotencia.

Y no tengan ningún problema, no tengan ninguna preocupación, aquí pueden venir. Y esto es lo que se da, siempre, y es buenísimo, porque no sucede. ¿En Estados Unidos le van a dejar los presidentes hablar así?

INTERLOCUTORA: No, pero en Estados Unidos habría habido una sanción por esto, presidente, porque…

PRESIDENTE: Sí, sí, sí, pero no se da, es que no se da ninguna. Les mandan…

INTERLOCUTORA: Porque tampoco dan a conocer, tampoco se dan a conocer —el INAI ya está investigando— tampoco se dan a conocer los datos personales de las personas.

PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR: No, no, no, mire, yo nada más le recuerdo a usted una cosa, le voy a recordar una cosa, porque no me quiero meter por respeto a otras autoridades, pero ha habido de parte de presidentes de Estados Unidos insultos a periodistas, groserías. Aquí no hay eso, ¿eh? Aquí usted es bienvenida.

INTERLOCUTORA: Gracias, señor presidente.

(...)

Ahora que los del New York Times hicieron este reportaje, estaba yo pensando que el Reforma y El Universal cuando menos tienen sus expertos. El Reforma va a hablar del mantenimiento de las carreteras y entonces busca a un experto a modo para que dé una opinión, pero los del New York Times no tienen nada. Una buena recomendación es que tengan expertos para todo y entonces podrían con los expertos argumentar algo, decir: ‘Es muy rara la actitud del presidente de México, sicológicamente hablando, según un experto’; y trae un reloj muy lujoso, ¿y quién pompó’? ‘No se justifica, según un experto’. Pero acá no, acá no tienen expertos en nada.

Allá antes se les preguntaba a algunas gentes:

-¿Y tú en qué trabajas?

-Soy experto, soy testigo.

-¿Cómo?

-Sí, me alquilo de testigo.

O sea, que había una querella, un pleito y se necesitaba un testigo y ahí iba: ‘Sí, ¡cómo no!, yo lo vi, sí, me consta’.

Y también había otros que se alquilaban como alcahuetes, se les llamaba paleros, que iban a los comercios, se ponían ahí cerca de la tienda e iba a alguien a comprar y ya salía el palero: ‘No, acabo de comprar este pantalón buenísimo’, y era su trabajo, lo tenían ahí de palero.

(...)

PREGUNTA: Presidente, nada más haciendo una acotación sobre la compañera del New York Times: hay que saber que cuando uno manda una carta institucional son teléfonos institucionales, no personales.

Hace unos días en Villahermosa, Tabasco, su tierra, la estación de radio XEVT dio a conocer que familiares suyos, incluyendo sus hijos, recibían contratos de Pemex, Dos Bocas y el Tren Maya. Por cierto, todo mundo sabe que esa estación y los dueños están vinculados en negocios con el exgobernador Adán Augusto López Hernández. ¿Pediría usted pruebas a los señores de la XEVT o son calumniadores? Le traigo la portada que sacaron.

PRESIDENTE: No, si calumnian los del New York Times, ¿por qué no van a calumniar aquí? No, no, no, eso está de moda, es el deporte favorito en el mundo, el calumniar; entonces, calumnia, porque algo queda. Nos pasaríamos aquí…

Imagínese, el New York Times, en vez de poner una nota ofreciendo disculpa, se agarran que porque el teléfono, que porque contestamos. Se sienten ofendidos, pero así.

El otro señor, el de los premios (Tim Golden), lo mismo. Y es una tras otra.

Lo que tenemos qué hacer, o sea, más que acudir a instancias legales… Porque, además, todos los jueces están con ellos, o la mayoría, pues ¿para qué va uno a perder el tiempo?

Una vez, cuando hicieron unos señalamientos en el juicio de García Luna, el abogado le presentó una tarjeta, igual, así, calumniosa, creo que a la señora o a García Luna, pero fuera de juicio para preguntar, le preguntó al Zambada.

INTERLOCUTOR: Al hermano del Mayo Zambada.

PRESIDENTE: Sí, si me habían dado dinero, con un propósito eminentemente político.

Y el Zambada, más recto, dice: ‘No’. Y le replicó: ‘Pero ¿cómo no?’ ‘Ya le dije que no, porque no es cierto’. O sea, no es posible que Zambada —o sea, sí es posible, porque a veces es el mundo al revés— tenga más integridad que un abogado de esos.

Y lo quería yo denunciar, pero ahí donde están las libertades no se puede, no puede uno denunciar a un abogado calumniador, porque hay una enmienda. Esto que les estoy diciendo me consta, porque busqué, pregunté, con abogados, amigos, cómo hacerle para denunciarlo. Está blindado, está protegido, puede decir lo que quiera. Y con todo respeto te pido que veas el caso, digo, nada más para que veas cómo allá sí se protege la calumnia.

Y entonces llegué a la conclusión de decir: Bueno, ¿qué hago? Ya había dicho yo aquí que me iba a presentar la denuncia. Pues ya nada más le mandé una carta, que aquí la hice pública. Pues llamando a que actuara con apego a la verdad y que fuese honesto, ¿no?; que, independientemente de su profesión el dinero que le pagan, lo más importante es la verdad; que es preferible heredar a los hijos pobreza, pero no deshonra.

¡Ah!, y también quiero aquí aprovechar ahora nada más, agradecerle a los del gobierno de Estados Unidos que ayer aclararon, porque pedí que aclararan, sí, y un vocero o un representante…

JESÚS RAMÍREZ CUEVAS: El de Seguridad Nacional, su vocero

PRESIDENTE: Sí, hizo la aclaración. Y agradecerles mucho por eso.

Y que también, cuando me preguntaron o cuando nos dijeron que si esto iba a afectar las relaciones. No, no, pues ¿cómo va a afectar las relaciones, si hay un interés superior que tiene que ver con el bienestar de nuestros pueblos?

Tenemos que tener una buena política de vecindad. Somos los principales socios económicos, comerciales en el mundo. Viven 40 millones de paisanos en Estados Unidos o de origen mexicano, 40 millones. Tenemos que actuar de manera responsable. ¡Ah!, pero quedaros callados, nunca.

Y que se entienda: México es un país independiente, libre, soberano, no somos colonia, no somos protectorado de ningún gobierno extranjero.

Afortunadamente, y lo he dicho muchas veces, tanto con el presidente Trump, que se pensaba que iba a ser muy difícil la relación, fue muy respetuoso de nuestra soberanía; el presidente Biden, extraordinario en lo personal, en lo político, siempre hablamos de que nuestra relación se tiene que dar en un pie de igualdad. Sin embargo, pues hay mucho zalamero, lambiscón, achichincle, como en todos lados, ganagracia, y la decadencia en la política, en el periodismo, en lo social.

¿Y cómo se enfrenta una decadencia? ¿Cómo?

Pues solo con una transformación. Y, con todo respeto, eso es lo que no han querido emprender en Estados Unidos, siguen con la misma política de hace más de 200 años, la de Monroe, la de América para los americanos, cuando es el tiempo de cambiar en todo.

Esto que estábamos hablando del problema de las drogas, a ver, ¿por qué no se van a fondo?, ¿por qué no se atiende a los jóvenes?

El caso de la migración, ¿por qué no se atienden las causas? ¿Por qué no se ayuda a los países pobres de América Latina, del Caribe? ¿Por qué no se ayuda a Haití? ¿Por qué no se ayuda a Guatemala? ¿Por qué no se ayuda a Colombia? ¿Por qué no se quita el bloqueo a Cuba, esa medida medieval, inhumana? Nada más que eso es una transformación, pero ellos quieren seguir con lo mismo.

Las agendas de los candidatos:

Migración, querer agarrar a México de piñata.

Droga, como si no hubiese consumo allá y como si el problema no fuese el consumo, como si no fuese el problema la descomposición social, cultural, familiar. Ah, ‘no, el problema son los narcotraficantes y eso se puede resolver con el uso de la fuerza’. Ni con la bomba atómica se resuelve un problema como el del consumo del fentanilo si no se atienden las causas. Pero eso no les pasa ni por acá.

Cuando yo dije que nosotros íbamos a atender la causas y que la paz era fruto de la justicia y que íbamos a atender a los jóvenes, como lo estamos haciendo, y atender a los pobres, como lo estamos haciendo, y dije abrazos, no balazos, burla, porque son dos maneras distintas de pensar.

Para muchos, la solución está en el uso de la fuerza, es la ley del talión, diente por diente, ojo por ojo, aunque nos quedemos chimuelos todos, y tuertos; y los Robocops, los muros.

Lo que está haciendo el gobernador de Texas, ahí enfrente de Piedras Negras, un cuartel militar, mil soldados. ¿Qué? Con todo respeto, ¿para qué sirve eso? Propaganda.

Y unos medios, las grandes cadenas de noticias en Estados Unidos, reafirmando eso.

Entonces, por eso, vienen las elecciones y tenemos que estar… Qué casualidad de que ahora que hay elecciones aquí y hay elecciones allá, viene el Premio Nobel del Periodismo, dos veces premiado a hacer un reportaje, y viene en New York Times. Ahora sí que ¿de parte de quién?

Y ojalá y sirva esto, porque esto no es un asunto de pleito, yo qué voy a andar peleándome con el New York Times, ni sé, además esas son sociedades anónimas, yo lo que quiero es que se contribuya a que podamos vivir todos en sociedades mejores, que en los países haya justicia, humanismo, dignidad, libertad, democracia, auténtica democracia, que es el gobierno del pueblo, para el pueblo, que eso a veces no existe, es un parapeto, porque los que gobiernan son los oligarcas y usan nada más como fachada la democracia.

Y también, en aras de la libertad se atropellan derechos humanos, se violan los derechos más elementales de los pueblos.

Entonces, por eso no podemos dejarlo pasar, hay que hablar de esto.

Y nosotros tenemos la suerte de que somos libres y que llegamos aquí por el apoyo del pueblo. Imagínese si dejáramos pasar todo esto. ¿Para qué llegamos? ¿Qué caso tiene llegar a ser presidente así? ¿Por el cargo, por la vanidad, por la parafernalia del poder? No, política es hacer historia, es transformar, que es lo que se está haciendo en México, y vamos muy bien y hay que seguir adelante.


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