Javier Cercas, un tipo peligroso ante el Vaticano

Javier Cercas, un tipo peligroso ante el Vaticano

Francisco Morales V., reportero.

REFORMA, (14 julio 2025) .-22:01 hrs

Javier Cercas promociona en México su nuevo libro: "El Loco de Dios en el fin del Mundo". Crédito: Óscar Mireles

Ayer, por la noche, durante un evento en la Librería Sándor Márai, el autor convivió con lectores y frimó libros.

Más allá del rostro afable y las maneras corteses, el escritor español tiene un talento especial para entrar a un sitio, encontrarle las grietas y, en el afán de comprenderlo, hacer las preguntas correctas.

De otra forma no podría comprenderse cómo es que, en un espacio menor a un año, logró hacerle una "auditoría" al Vaticano, cuestionar a cardenales y sacerdotes sobre los preceptos más sagrados del cristianismo y, sobre todo, llegar a entender a ese hombre que nació como Jorge Mario Bergoglio y falleció como el Papa Francisco.

El loco de Dios en el fin del mundo (Random House), su libro más reciente, tiene su germen preciso el 21 de mayo de 2023, cuando Lorenzo Fazzini, responsable de la editorial oficial de la Santa Sede, le hizo la oferta de su vida.

"Me dijo: 'Mire, señor Cercas, el Papa Francisco viaja a Mongolia, a un país de tradición budista con menos de mil 500 católicos", cuenta el escritor, de visita en la Ciudad de México para promocionar el libro.

"Viaja a finales de agosto, principios de septiembre, y habíamos pensado que tal vez a usted le interesaría o le gustaría viajar con él".

Aunque Cercas (Ibahernando, 1962) se considera a sí mismo como ateo y anticlerical, o quizá precisamente por ello, la propuesta le pareció irresistible.

"Nosotros le facilitaríamos el viaje, le abriríamos las puertas del Vaticano y usted podría hablar con quien quisiese, preguntar lo que quisiese, ver lo que quisiese y al final escribir lo que quisiese: un ensayo, una crónica, una novela; lo que usted quisiese", prosiguió Fazzini.

"Y me advirtió muy pertinentemente: 'Mire, esperamos que esto le interese porque es la primera vez que el Vaticano, que la Iglesia, abre las puertas a un escritor", reporta Cercas.

Aunque la respuesta afirmativa ya estaba prácticamente formulada en su mente, el escritor no perdió la oportunidad de cerciorarse: "¿Pero ustedes no saben que yo soy un tipo peligroso?", le espetó.

El Vaticano cumplió su promesa y Cercas con el libro, que se mueve entre el ensayo y la crónica, pero que él definitivamente considera una novela; o mejor aún, una novela de género policial.

"Aquí también hay un enigma y alguien que intenta descifrar ese enigma, sólo que, en este caso, el enigma es el 'enigma de los enigmas'. Es decir, el enigma central del cristianismo, o uno de los enigmas centrales de nuestra civilización: la resurrección de la carne y la vida eterna", precisa.

Aunque interesado, sí, por el viaje de Francisco a Mongolia, que relata pormenorizadamente, Cercas nunca esconde que su intención verdadera es la de abordar al sumo pontífice y preguntarle si él de verdad cree que hay vida después la muerte.

Lo hace para llevarle un mensaje a su madre, ya fallecida, pero que en ese entonces estaba convencida de que, al morir, vería de nuevo a su esposo, el padre del escritor.

En la búsqueda de esa conversación y esa respuesta -que sí ocurrieron, pero que reserva para el final del libro- el autor terminó por realizar un perfil minucioso y sensible de la vida, obra y pensamiento de Jorge Mario Bergoglio(1936-2025) y de las claves del pontificado que ejerció la mejor versión de ese hombre, el Papa Francisco, antecesor del actual León XIV, Robert Prevost.

"Francisco es probablemente lo mejor que podía llegar a ser Bergoglio. De todos los Bergoglios que hubo, el mejor era este hombre", concluye Cercas.

El escritor lo encuentra incluso desde antes de que se ordenara sacerdote, cuando era un muchacho argentino que tuvo novias, que bailó al tango y que, aunque le apasionara, era malo para el futbol.

Un muchacho que, tras un golpe de fe, se unió a la Compañía de Jesús, predicó en los barrios marginales de Buenos Aires y escaló peldaños jerárquicos dentro de su congregación.

El mismo que resistió tan bien como pudo a la dictadura y salvó a algunos perseguidos, pero que no pudo proteger -o desprotegió, dicen sus críticos- a dos sacerdotes que fueron secuestrados y torturados.

"Si yo tuviera que definirlo de golpe, diría que este hombre fue, ante todo, un hombre en lucha consigo mismo", concluye Cercas.

"Es decir, un hombre muy consciente de sus defectos, de sus limitaciones, de sus carencias, de sus pecados, diría él; que luchó a brazo partido a lo largo de toda su vida para ser el mejor que podía llegar a ser".

Al ser investido como Papa, Bergoglio dijo que sí con una frase en latín: "Aunque soy un gran pecador".

Para Cercas, el evento definitorio en la vida de Bergoglio ocurrió en 1990, cuando pleitos con sus superiores lo condenaron a la reclusión en una residencia jesuita en Córdoba.

"Su peor momento y su mejor momento. Como Jesucristo".

Para ilustrarlo, Cercas toma el libro sobre la mesa donde se realiza esta entrevista y recita el epígrafe de William Faulkner que eligió para su novela: "Más allá de la derrota hay una victoria de la que el triunfador nada sabe".

"El momento de la derrota de Jesucristo es el momento de su victoria. Si no lo hubiesen crucificado, no habría tenido el impacto inmenso que ha tenido", aventura Cercas.

"Si Bergoglio no se hubiese hundido, si no hubiese sido derrotado salvajemente por sus colegas jesuitas y enviado al más absoluto y negro ostracismo, nunca hubiera aparecido un nuevo Bergoglio".

Ese nuevo Bergoglio, Francisco, fue un pontífice que Cercas juzga anticlerical, pues aborrecía la pompa del Vaticano y buscó "sacar a Cristo de la sacristía y ponerlo en el centro de la Iglesia".

Un papa, dice el autor, que recuperó la preocupación primigenia de la Iglesia por los pobres y los desposeídos, y que sentó las bases de una manera de entender a la institución milenaria que su sucesor, León XIV, continuará en su mayoría.

Cercas pide, sin embargo, que nadie se confunda: en su libro hay respeto y entendimiento, más no "blanqueo" de las faltas de la Iglesia.

"Yo he intentado ser respetuoso con eso, como con todo. Yo he intentado entender asesinos, fascistas, impostores y siempre he intentado ser respetuoso, porque creo que lo que hace la literatura es intentar entender", declara.

"Ésa es mi obligación. Y por eso me han acusado de muchas cosas, por supuesto, de blanquear el fascismo, de blanquear a la Iglesia Católica. Ésta es la acusación del idiota promedio. Con perdón, pero es la verdad".

A la pregunta de si la respuesta del Papa Francisco logró convertirlo de nuevo al catolicismo, Cercas, todavía ateo, prefiere hacer caso al consejo que le dio su hoy amigo Fazzini.

"Me dijo: 'Javier, si te conviertes, no lo digas, porque si lo dices no vas a vender un puñetero ejemplar de tu libro'", dice riendo, como sólo puede hacerlo un tipo peligroso.

Tiempos de xenofobia

Para Cercas, una manera de combatir la oleada reaccionaria de xenofobia que aqueja al mundo entero es haciéndole frente, con datos, al discurso de la ultraderecha.

"Hay que pararlo contando la verdad, diciendo la verdad", juzga.

El pasado fin de semana, por ejemplo, azuzados por un video alterado que circuló en redes sociales, decenas de jóvenes encapuchados, armados con palos y machetes, llegaron a la localidad murciana de Torre Pacheco para ejercer lo que denominaron una "cacería" de inmigrantes marroquíes.

Ante esta violencia racista que aquejó durante tres noches al municipio, el escritor responde con una defensa de la migración.

"La portavoz del partido de ultraderecha español (Rocío de Meer, de Vox) decía: 'Hay que deportar a 8 millones de migrantes', que es lo que está haciendo Donald Trump", recuerda.

"Desde el punto de vista ético esto es una abyección total. Una simple y pura abyección. Desde el punto de vista práctico, es un suicidio", juzga.

De acuerdo con datos verificables, esgrime Cercas, el buen estado actual de la economía española se debe, precisamente, a los migrantes.

"La emigración en España es lo que mantiene la economía. Si tú echas a 8 millones de migrantes, la economía española se hunde", advierte, con datos del Banco de España.

Tras los preocupantes hechos de Torre Pacheco, el escritor recuerda que esto es parte de una tendencia global que hay que parar.

"Por desgracia, lo que está ocurriendo no sólo está ocurriendo en España. Hay una oleada reaccionaria en todo el mundo y tiene dos objetivos: uno son las mujeres y otros son los inmigrantes", recuerda.