Bernardo Provenzano

Por fin y después de más de 40 años, la policía italiana arrestó este martes 11 de abril a Bernardo Provenzano, conocido como "El fantasma de Corleone", Binnu el tractor (Binnu u Tratturi), o 'Zio Binu' (Tio Bernardo), jefe supremo de la Cosa Nostra, desde 1993.

Las autoridades trataron de capturar a Provenzano por décadas y siempre fracasaban quizá porque el capo nunca fue traicionado, se cuido sobremanera, nunca uso un teléfono ni muchos menos un celular y también por la falta de fotografías de él.

Al momento de su captura se encontraba en una casa de campo cerca de Corleone. En un primer momento, intentó resistirse, pero después se rindió y aunque al principio tampoco admitió que fuese Provenzano, los investigadores confirmaron su identidad después de comprobar su ADN.

Los pizzini lo delataron

En el momento de la detención, tenía en el pantalón varios pizzini -papelitos escritos a mano o con máquina de escribir a través de los cuales, se comunicaba con el mundo exterior, con sus cómplices y su familia-, y que le servían para mantener el control de las actividades ilegales.

A través de ellos dictaba órdenes para la mafia y sobre las obras públicas que había que adjudicar. Todos sus mensajes empezaban con un "gracias a Dios" y terminan con un "el Señor los proteja y bendiga"

Según el jefe de Policía de Palermo, Giuseppe Caruso, se consiguió su arresto mediante una operación "al viejo estilo policial", a través de seguimientos de los pizzini, además de intercepciones telefónicas.

Y es que Provenzano nunca se alejó de las proximidades de Corleone y que gracias a la llamada Omerta (el silencio de los ciudadanos) estuvo siempre en paradero seguro. Es decir, nunca abandonó Sicilia.

El fiscal adjunto de Palermo, Giuseppe Pignatone, y los fiscales de la Dirección Antimafia, Michele Prestepino y Marzia Sabella, coordinadores de la operación, destacaron el "extraordinario resultado del trabajo realizado en silencio, con paciencia y determinación por las fuerzas del orden".

Provenzano:

Su carrera criminal comenzó en la década de 1950, cuando junto a Salvatore 'Totó' Riina y Calogero Bagarella, se convirtió en el lugarteniente del gran jefe de la mafia corleonese Luciano Liggio.

Su primer trabajo fue liquidar a Francesco Streva, del clan contrario de Michelle Navarra.

Con el paso de los años y tras dejar un reguero de sangre en la guerra entre mafias de la década de los 80, Riina y Provenzano se hicieron con el control de la Cosa Nostra, después de vencer a la poderosas mafia capitalina de Palermo.

Por lo que el clan de los Corleoneses dominó Sicilia y Riina se erigió en su máximo representante, mientras que Provenzano pasó a un supuesto segundo plano. La Justicia les siguió los pasos y el nombre de los dos aparece en decenas de procesos, mientras comenzó a tejerse su fama de misterioso, de invisible.

Sus relaciones con Riina fueron, según sus biógrafos, de amor-odio y cuando el gran jefe entre los jefes de la Cosa Nostra fue detenido el 15 de enero de 1993, dijo que sabía que 'Zio Binu' era de su pueblo, pero que nunca le había conocido.

Aunque testigos protegidos, como Totó Cancemi y Gioacchino Pennino, aseguraron que Provenzano siempre mantuvo el "control político" dentro de la 'Cosa Nostra', mientras que Riina era "el jefe militar".

La única foto que se conocía de Provenzano era de 1958, lo que le permitió burlar varias veces a las autorides.

Desapareció de repente el 18 de septiembre de 1963, y por veinte años nadie se preocupo por él. Su nueva busqueda comenzó con la masacre de Capaci, en 1992, que costó la vida al juez Falcone. Entonces se puso precio a su cabeza: dos millones y medio de euros como "recompensa".

Pero hasta donde se sabe nadie le traicionó.

Y es que las familias de casi toda Sicilia estaban dispuestas a ofrecer a Bernardo Provenzano una cama limpia, una comida caliente y todo su respeto.

En Italia existen varios grupos mafiosos: la Cosa Nostra, la más conocida y establecida en la isla de Sicilia; la Camorra, de Nápoles; La 'Sacra Corona Unita', de la región de Puglia; y la 'Ndrangheta', de Calabria. Hay una quinta, 'Stidda', también siciliana.