14 nov 2006

Forjando una Alianza de Civilizaciones


El grupo de alto nivel (GAN) de la Alianza de Civilizaciones reunido en Estambul aprobó ayer un documento que afirma que es la política y no la religión la que crea el hueco que separa Occidente y el mundo musulmán.
El informe incide en que el conflicto árabe-israelí en los territorios palestinos se ha convertido en el símbolo del creciente abismo; este conflicto, junto a lo que sucede en Irak y Afganistán contribuye a magnificar este sentimiento de desconfianza.
El informe propone una "conferencia regional sobre Oriente Medio lo antes posible" y donde estén todos los agentes de peso, al tiempo que declara su apoyo "a la expansión del pluralismo político en los países musulmanes". Además, recoge propuestas concretas en los ámbitos de la educación, los medios de comunicación, la juventud y la emigración, siempre con el fin de tender puentes y promover la cultura del respeto y la comprensión entre Occidente y el Islam.
Kofi Annan, al dar su aceptación al documento, abundó en la misma idea: "El problema no es el Corán, la Torah o la Biblia; el problema nunca es la fe, sino los creyentes, y cómo se comportan los unos con los otros".
La idea de concretar una Alianza de Civilizaciones, fue lanzada hace dos años- en septiembre de 2004- por el presidente español, José Luis Rodríguez Zapaterhace y tiempo después fue apoyada por su colega turco, Recep Tayyip Erdogan.
El GAN, es presidido por el español Federico Mayor Zaragoza, ex director de UNESCO, y el turco Mehmet Aydin, ministro de Asuntos Religiosos, cuenta con veinte personalidades de todo el mundo nombradas por Annan; se han reunido en tres ocasiones: en Calvia (Mallorca, España), Doha (Qatar) y Dakar (Senegal).

Al recoger el informe del GAN, Annan dijo que la idea de la Alianza llega en un momento muy oportuno: "En el siglo XXI, seguimos siendo rehenes de nuestros sentimientos de agravios y derechos. Nuestros discursos se han convertido en nuestra prisión, paralizando nuestro razonamiento y entorpeciendo el entendimiento".
"Mucha gente en todo el mundo, y en particular los musulmanes, ven a Occidente como una amenaza a sus principios y valores, a sus intereses económicos y aspiraciones políticas. Las pruebas de lo contrario son sencillamente despreciadas o rechazadas como increíbles. Paralelamente, muchos occidentales descalifican el Islam como religión de fanatismo y violencia", recordó Annan.
Por su parte, Zapatero subrayó en su discurso que "no podemos quedarnos de brazos cruzados ante la idea de que es inevitable el choque de civilizaciones"; contra esta idea "contamos con la ley internacional, la ONU, los derechos humanos y, por encima de todo, la igual dignidad de todos los hombres y mujeres y su capacidad única de diálogo para resolver los conflictos".
El primer ministro turco dijo que el informe del GAN y sus recomendaciones a la comunidad internacional "constituye un paso esperanzador y emocionante en los esfuerzos por sembrar las semillas del respeto y la comprensión".
Entre estas propuestas están la coproducción de películas y programas televisivos; el establecimiento de un "fondo de riesgo" para contrarrestar a las fuerzas que incitan al sensacionalismo y la representación estereotipada; y un "fondo global juvenil de solidaridad" para promover el entendimiento mutuo entre los estudiantes.
Kfi Annan recibió el informe y concluyó con estas palabras: "En el breve lapso que me queda como secretario general voy a buscar, en consultas con mi sucesor, la forma de establecer un mecanismo que dé seguimiento y aplicación a las recomendaciones de este informe".
Según los medios turcos, Kofi Annan podría ser quien presidiera el mecanismo ad-hoc establecido para dar seguimiento al informe de esta naciente Alianza de Civilizaciones.

Este es el texto aprobado:
Forjando una Alianza de Civilizaciones/por Recep Tayyip Erdogan, primer ministro de la República de Turquía, y José Luis Rodríguez Zapatero, presidente del Gobierno de España (EL PAÍS, 13/11/2006).

La historia demuestra que la cooperación armoniosa y la interdependencia positiva entre las culturas y las creencias religiosas dominantes produce generalmente prosperidad para todos, mientras que la confrontación genera pobreza.
Uno de los mayores retos que afrontamos actualmente es revertir la actual interacción negativa y desconexión entre Occidente y el mundo islámico, ruptura que está favoreciendo la involución hacia políticas basadas en la identidad en las que florece el extremismo.
Hoy, en Estambul, la ciudad en la que Oriente y Occidente confluyen, el Grupo de Alto Nivel de Naciones Unidas para una Alianza de Civilizaciones, copatrocinado por España y Turquía, presentará su Informe Final y Plan de Acción al Secretario General de la ONU, Kofi Annan.
La iniciativa para formar una verdadera Alianza de Civilizaciones responde a un amplio consenso entre naciones, culturas y civilizaciones de que todas las sociedades son interdependientes y su desarrollo, seguridad y prosperidad van unidos. El trabajo del prestigioso elenco de personalidades internacionales reunido en el Grupo de Alto Nivel contiene recomendaciones audaces en un amplio número de áreas tales como educación, juventud, migración y medios de comunicación.

El informe diagnostica que el conflicto israelo-palestino es un obstáculo para el que es urgente que la comunidad internacional sea capaz de encontrar una solución justa y digna. El Grupo de Alto Nivel señala otras cuestiones sobre las que también es necesario actuar para que las relaciones entre Occidente y el mundo musulmán puedan ser armónicas. Entre ellas, la eliminación de los dobles raseros, algunas tendencias actuales dentro de nuestras sociedades, el papel de la religión en política, el derecho a la libertad religiosa y el respeto de los Derechos Humanos y del Derecho Humanitario internacional.
Hoy, el Grupo de Alto Nivel va a proporcionar una buena base para que el Secretario General de la ONU pueda proponer ideas e iniciativas ambiciosas a la comunidad internacional antes de que termine su mandato.
Si queremos ser verdaderamente capaces de establecer una amplia coalición que corrija la dinámica actual de desconfianza y sospecha mutuas entre Occidente y el mundo islámico, será necesario desplegar un esfuerzo internacional considerable y prolongado en el tiempo. Y también que escuchemos la no siempre atendida voz responsable de la ciudadanía.
En los próximos meses, Turquía y España se esforzarán para que las palabras del Grupo de Alto Nivel se conviertan en realidades. No podemos permitirnos actuar como meros testigos impasibles mientras se forja nuestro destino. Tomemos el timón y empecemos a llevar a nuestra nave en la dirección correcta.
Por cierto el periodico español El País dedicó hoy su editorial.

EDITORIAL: Para superar el abismo

EL PAÍS; 14/11/2006):

La idea de una Alianza de Civilizaciones, que lanzó hace más de un año el presidente Rodríguez Zapatero, tuvo ayer su primer desarrollo concreto en las propuestas de actuación que fueron presentadas en Estambul por el grupo de alto nivel encargado de elaborarlas. Es, en sí, un logro, sobre todo si detrás de este proyecto está la idea de que al terrorismo y a la intolerancia hay que combatirlos tanto con la firmeza democrática como con una buena política de alianzas, en vez de suscitar, como sucede con la idea de una guerra global contra el terror, la división entre países occidentales y la ampliación de las bases políticas de los terroristas.
Más que una alianza, cuyos contenidos no acaban de explicarse, se trata de un marco en el que encuadrar una serie de medidas para colmar la falta de entendimiento cultural entre el mundo musulmán y el occidental e intentar "reducir el espacio de los fanáticos", tal como lo presentó el presidente del Gobierno español. De hecho, no hay ningún plan alternativo sobre ninguna mesa para lograr esos resultados, y de ahí el apoyo que ha suscitado, lo que no quiere decir que sea ni eficaz ni suficiente. Sabe en todo caso a poco, pues los fanáticos, incluso con un espacio mínimo, pueden hacer gran daño y contaminarlo todo. De momento, el ejercicio se centra en la dimensión musulmana y occidental, cuando otras culturas que representan a casi la mitad de la población mundial están también pidiendo paso.
Los cuatro campos de actuación identificados por el grupo de alto nivel y que el secretario general saliente de la ONU, Kofi Annan, debe completar o modificar, antes de presentarlos a mediados de diciembre a Naciones Unidas son la educación (para evitar el desconocimiento mutuo), la juventud (no darle oportunidades es alimentar el caldo de cultivo de los radicalismos), las migraciones (que ya es un fenómeno global que afecta a todos) y los medios de comunicación. A este respecto, se pide a los profesionales desarrollar, articular y aplicar códigos de conducta. Hay que advertir, en cualquiera de los casos, que una cosa es promover el respeto y otra muy distinta e inadmisible es limitar la libertad y promover la autocensura. Es buena idea impulsar una historia de la humanidad en la que todos puedan estar de acuerdo, pero hay que contar que ni siquiera hay acuerdo sobre la europea, o incluso sobre la española.

El lugar y el momento de la presentación de este plan son más que significativos. Por una parte, se amontonan los nubarrones sobre las perspectivas de ingreso de Turquía en la UE, paso que Zapatero apoya y que sí constituiría una verdadera alianza de civilizaciones, por la cual la Unión dejaría de ser un club cristiano (con más de 17 millones de musulmanes) y una gran sociedad musulmana como la turca entraría en el sistema de valores europeos, conservando su laicismo de Estado. Por otra, coincide con el anuncio por Zapatero de que en los próximos días presentará a la UE una iniciativa sobre Oriente Próximo que, efectivamente, se ha convertido en "el conflicto de los conflictos".

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