25 ago 2007

Diagnóstico del IMSS


¡Cruda realidad del Seguro Social!
XCVIII Asamblea del Instituto Mexicano del Seguro Social; 24/08/2007;
Parte del discurso de Juan Francisco Molinar Horcasitas, Director General del Seguro Social:
"Agradezco la oportunidad que me brindan tanto el señor Presidente de la República, como los miembros de esta autoridad suprema del Instituto para compartir con ustedes un diagnóstico claro y veraz sobre el estado que guarda la Institución(...);
Los retos financieros, el rezago de la infraestructura, las dificultades laborales y de operación que enfrenta el Instituto, no son nuevos ni son un secreto para nadie (...)
Desde el inicio de la Administración del Presidente Calderón, se sabía que la institución enfrentaba grandes retos, particularmente los que se refieren a garantizar su viabilidad financiera y asegurar su operación eficiente (...)
Estos ocho meses han servido para constatar que el Instituto enfrenta, en varias esferas, un inocultable deterioro.
La magnitud de sus necesidades financieras, el rezago en su infraestructura, las rigideces laborales normativas y administrativas han producido, aceptémoslo, un deterioro en la calidad de la atención al derechohabiente(...).
Puedo informarle a la asamblea y en particular al, señor Presidente, que en lo que va del año, hasta el día de ayer, el Instituto ha registrado 597 mil 447 trabajadores más, para llegar a la cifra récord en su historia, en unos días más alcanzaremos, quizás en horas, la cifra de 600 mil nuevos empleos en lo que va de este año.
Ese es un reto enorme y hay que aprovechar la oportunidad que esta asamblea nos brinda, enaltecida con la presencia del Presidente de la República para presentar un diagnóstico claro y para proponer rutas de soluciones.
Para ello, me referiré a tres documentos que ya son conocidos de esta asamblea, el primero es el Informe de Labores del Programa de Actividad, que en cumplimiento a lo establecido en la propia Ley del Seguro Social, es sometido a su consideración para revisión y análisis.
Es un documento que resume el trabajo que los trabajadores del Instituto Mexicano del Seguro Social han desempeñado durante el último año y ofrece también una perspectiva de las tareas a reforzar o emprender a lo largo de lo que resta de este año.
Por otra parte, retomaré el informe sobre la situación financiera y los riegos del Instituto Mexicano del Seguro Social que el Honorable Consejo Técnico presentó en junio pasado ante el Poder Ejecutivo Federal y el Congreso de la Unión en cumplimiento a las disposiciones legales.
Este documento del Honorable Consejo Técnico es un diagnóstico certero y fiable sobre la situación financiera del Instituto y representa una oportunidad invaluable para que, como de hecho está sucediendo, se genere un debate serio, responsable e informado sobre nuestra situación actual y sobre las medidas que es imperativo que tomemos para modificarlo en beneficio de los mexicanos.
El tercer documento es relevante por su naturaleza y contenido y es el pliego petitorio que la administración del Instituto presentó ante la Junta de Conciliación y Arbitraje el pasado 14 de agosto y que ha sido recibido para iniciar nuestras negociaciones en el marco de nuestro contrato colectivo de trabajo.
La revisión de este contrato, que regula las relaciones entre la Institución y sus trabajadores, que es el instrumento que nos une, debe servirnos para fortalecer la operación del Instituto y asegurar su viabilidad.
En todo momento debemos tener en mente a los 45 millones de derechohabientes adscritos que fijan en nosotros la esperanza de una vida sana y de una vejez productiva.
La administración del Instituto ha decidido promover una negociación franca y transparente, colocando sobre la mesa su visión futura del Instituto, y las premisas que deberán guiar en todo momento nuestra posición en las pláticas que sostenemos ya con la dirigencia sindical.
Estas negociaciones debo decirlo con gusto, se han iniciado ya en un ambiente de respeto mutuo e interés compartido.
El pliego petitorio tiene cinco premisas que hablan de servicios, viabilidad, justicia, transparencia, legalidad; son principios simples, pero que a la vez rescatan el espíritu que dio origen a nuestra institución y la esencia misma de nuestra responsabilidad.
Lo primero es que debemos, antes que cualquier otra cosa, mejorar la atención del derechohabiente.
El segundo, es que tenemos que fortalecer la suficiencia financiera del Instituto, porque es el pilar de la estabilidad social
y es la fuente de trabajo de 360 mil mexicanos.
El tercero, es que debemos buscar juntos un punto de equilibrio entre la mejora de las condiciones laborales de los trabajadores del Instituto y las posibilidades financieras de la institución.
El cuarto, es que debemos promover la transparencia y la rendición de cuentas en toda la organización.
Y el quinto, es que debemos recuperar y fortalecer la capacidad de conducción y dirección de la administración institucional.
En lo que respecta al primer punto, la atención al derechohabiente, el informe de labores que hoy presento ante ustedes contiene muchos datos que sustentan el esfuerzo cotidiano de nuestros trabajadores, que hacen cada día lo mejor que es posible con los elementos que hay, así sean estos insuficientes.
Menciono, como reconocimiento a su esfuerzo, algunos ejemplos:
De diciembre de 2006 a la fecha, el Instituto ha brindado más de 80 millones de consultas de medicina familiar y 18 y medio millones de consultas de especialidades.
En ese mismo lapso, más de un millón de pacientes han sido intervenidos quirúrgicamente y 364 mil niños y niñas han visto por primera vez la luz en nuestras instalaciones.
Se dice fácil, pero ello equivale a que nuestros trabajadores imprimen su máximo esfuerzo para proporcionar, cada día, 375 mil consultas; para realizar, cada día, tres mil 745 operaciones; y para atender diariamente, incluyendo sábados y domingos, mil 350 partos. No son muchas las instituciones de salud del país que hacen algo similar en un año.
Quiero enfatizar que la prioridad que otorgamos a la prevención es fundamental, debemos aplicar todos los días la consigna de que curar es bueno, pero prevenir es mejor, un paciente recuperado es motivo de aliento para nosotros, pero preferimos evitar el dolor evitable.
El informe da también cuenta de avances importantes en el Programa IMSS-Oportunidades, en beneficio de la población más desprotegida del país.
No tengo duda en señalar que los seis mil 500 millones de pesos con los que cuenta el programa son recursos bien invertidos en la población marginada que habita en las 14 entidades donde este programa federal opera, bajo la conducción institucional.
Igualmente describo en este informe la manera en que se ha dado un nuevo empuje al área de guarderías, como una prestación esencial para el buen desarrollo de la vida familiar, la integración de la mujer a la vida productiva y el crecimiento sano y fuerte de las nuevas generaciones.
Esta es, por muy buenas razones, una prioridad presidencial a la cual el Instituto Mexicano del Seguro Social se suma.
Cuando se miran estos logros y se sopesan nuestros problemas debemos aceptar que hay muchas cosas virtuosas y eficientes en el modelo de seguridad social y de atención a la salud que encarna el Instituto Mexicano del Seguro Social.
Debemos saber reconocer esas virtudes para que en el proceso de reforma y cambio que tenemos que encarar, sepamos erradicar los defectos y los vicios preservando y aumentando las virtudes y las prácticas eficientes.
El informe sobre la situación financiera y los riesgos del Instituto Mexicano del Seguro Social, del consejo técnico, al que me referí anteriormente, es muy claro en este sentido.
La infraestructura médica con la que cuenta el Instituto ha menguado considerablemente durante los últimos veintitantos años, en los que hemos perdido casi el 60 por ciento de la capacidad instalada per cápita que teníamos en 1980, pues pasamos de 1.86 camas por mil derechohabientes en ese entonces, a tan sólo 0.83 camas por mil derechohabientes el día de hoy.
De hecho, México ocupa el último lugar entre los países miembros de la OCDE, con tan sólo la mitad de las camas por habitante con que cuenta el penúltimo lugar, Turquía.
El Instituto tiene 0.83 camas, como dije, por mil derechohabientes y eso ni siquiera iguala al promedio nacional que según la misma fuente OCDE es de 1.0 camas por mil habitantes.
Para que el Instituto alcance el nivel promedio nacional tendrá que invertir 60 mil millones de pesos en los próximos años.
El informe de labores detalla esfuerzos para reconvertir instalaciones pediátricas y obstétricas en áreas de atención a enfermedades crónico-degenerativas, y eso nos ha permitido adecuarnos con los recursos existentes a la transición demográfica y epidemiológica del país.
Éstas son medidas que elevan la productividad de la infraestructura actual y que cuentan con la colaboración de los trabajadores del Instituto, pero no bastan para estar en condiciones de atender debidamente a nuestros derechohabientes.
Para lograr esto, debemos fortalecer la viabilidad financiera de la institución y los libros contables del Instituto nos reflejan un déficit que debe ocupar la atención nacional.
Su origen es doble, el enorme déficit que representa el seguro de enfermedades y maternidad, y el peso de nuestros pasivos laborales, en su conjunto, el valor actuarial del déficit de los seguros del Instituto estimado a 2050, equivale a 29.4 por ciento del Producto Interno Bruto del 2007.
Y encuentra su génesis en diversos factores, como son los cambios en la pirámide poblacional, algunas decisiones no tomadas en el pasado, la transición epidemiológica de nuestra población, altos costos operativos y laborales, y el alza en el precio de los medicamentos, que es un fenómeno universalmente observado.
Por otra parte, es necesario decir que el pasivo laboral del Instituto alcanzará, en sólo 10 años, la cifra de un billón 129 mil 485 millones de pesos, 1.129 millones de pesos.
Eso es algo que no se puede ignorar, ahí está presente.
De 1966 a la fecha, el Instituto aportó 213 mil millones de pesos para hacer frente a sus obligaciones como asegurador y patrón, 73 por ciento de esa cantidad ha corrido a cargo de la sociedad a través de sus cuotas obrero-patronales, es decir, 157 mil millones de pesos.
Con esas cifras hubiéramos podido construir 260 hospitales o pagar la factura médica del Instituto por ocho años. Es importante entonces que atendamos esta situación.
En los próximos 10 años, no menguará el problema ni en tamaño ni en flujo, al contrario, en la cuarta parte del tiempo que corrió entre 1966 y hoy, el Instituto deberá cubrir flujos de pagos para hacer frente a estas obligaciones por un monto equivalente a 194 mil millones de pesos, lo cual implica dejar de construir 323 hospitales.
Es indispensable, insisto, que juntos: Gobierno, sociedad, directivos institucionales, trabajadores, enfrentemos este problema.
El mensaje debe ser entendido con claridad, lo importante y lo urgente ya se han juntado, pues son muchos los años en que se han acumulado los problemas, no podemos posponer más las decisiones.
Con mis compañeros trabajadores, con los dirigentes sindicales, con los integrantes del Honorable Consejo Técnico, he compartido un enfoque:
Debemos resolver todo el problema paso a paso; no podemos sólo enfrentar una parte de él, ni podemos hacerlo todo de un golpe, hay que resolver todo el problema paso a paso.
Por otro lado, comparto con el Secretario General del Sindicato, el doctor Valdemar Gutiérrez, quien le envía un cordial saludo señor Presidente, la convicción de que tuvo razón el Presidente de la República, cuando nos dijo en aquella reunión que sostuvimos en Los Pinos, que cuando se atasca el carro todos debemos bajarnos a empujarlo; trabajadores, directivos institucionales, Gobierno, todos.
Por eso en el Instituto estamos convencidos de que hay que empujar el carro, y creo que en eso vamos por buen camino, no todos son problemas, también hay avance.
La recaudación de cuotas obrero-patronales, en los últimos meses, por ejemplo, permitió que los ingresos en efectivo, sin incluir al IMSS como patrón, superaban en 1.2 por ciento la meta programada para el primer semestre del año por el honorable Consejo Técnico, y debo aclarar que es una meta de esfuerzo grande como se especifica.
De diciembre de 2006 a mayo de 2007 se han logrado ahorros financieros por 235 millones de pesos como consecuencia de la centralización de los procesos y control de operaciones y por incremento de pagos a través de medios electrónicos que benefician a patrones y a la institución.
El nuevo esquema de negociación con nuestros proveedores se ha traducido en economía, por más de dos mil millones de pesos en la compra de medicamentos e instrumental médico.
Siguiendo las instrucciones del Presidente de la República, a partir del 1 de enero de 2007, los salarios de los mandos altos del Instituto se disminuyeron en 10 por ciento y se realizaron esfuerzos por reducir dos por ciento los recursos destinados a servicios personales. En este rubro el ahorro total es de mil 961 millones de pesos.
Juntos con nuestro sindicato estamos comprometidos a combatir frontalmente la corrupción.
En ese marco de pliego petitorio del Instituto muestra a la sociedad que estamos dispuestos a agotar las medidas a nuestro alcance, las tareas realizadas conjuntamente lo ratifican.
Administración y sindicato hemos iniciado negociaciones en un clima de respeto, de flexibilidad y de mutuo interés por los valores que protegemos, el bienestar de los derechohabientes, la viabilidad del Instituto y el bienestar de nuestros propios trabajadores.
Esta Honorable Asamblea cuenta entre sus miembros a 10 representantes del sector obrero, ellos, especialmente, pueden dar cuenta de los sacrificios que han hecho sus distintas organizaciones sindicales en los últimos años para preservar la conquista laboral más preciada, la fuente de trabajo.
Ellos y sus trabajadores han entendido que las prestaciones deben partir del principio de la conservación del empleo y del desarrollo y del bienestar de los trabajadores y sus hogares.
Es mi obligación también reconocer la disposición al diálogo franco y honesto que hemos encontrado en estos temas, en primer lugar, con el Secretario General del Sindicato, el doctor Valdemar Gutiérrez Fragoso, pero también con la comisión negociadora que fue instalada en días pasados en esta institución.
Ahí nos ha quedado claro que compartimos muchas de las preocupaciones aquí expresadas y que tenemos un compromiso mutuo para encontrar soluciones de común acuerdo.
Para empezar debemos solucionar el problema de cómo reemplazar con nuevas contrataciones a los miles de trabajadores que año tras año dejarán nuestra institución. Ese es el problema más importante que debemos resolver en la negociación de nuestro contrato colectivo y ese tema no nos puede separar porque vamos juntos en un interés vital los representantes de los trabajadores y la dirección general.
Reconozco también públicamente, y lo hago con orgullo, el esfuerzo de más de 360 mil mexicanos y mexicanas que en condiciones de insuficiencia, como narré anteriormente en el capítulo de infraestructura, se traduce todos los días en gesto de solidaridad y de espíritu de servicio.
Estoy obligado, también, a buscar junto con esos trabajadores soluciones a problemas muy graves, primero, la imposibilidad de renovar a nuestros trabajadores que se van.
Segundo, encontrar mecanismos de organización del trabajo más eficientes, que rindan más para los derechohabientes, para el futuro de la institución y para los propios trabajadores.
La presentación del pliego petitorio del Instituto termina con una frase que hoy quisiera rescatar: a los actuales trabajadores del IMSS nos ha tocado una época dura, difícil.
Podemos asumirla como una pesada losa o como una gran oportunidad.
Seremos la generación que revierta el deterioro que ha padecido el Instituto Mexicano del Seguro Social. La decisión está en nuestras manos.
Muchas gracias por su atención.
Ismael Plascencia Núñez, a nombre de las organizaciones empresariales:

Licenciado Felipe Calderón Hinojosa, Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos.
Maestro Juan Francisco Molinar Horcasitas, Director General del Instituto Mexicano del Seguro Social.
Distinguidos miembros del presídium, Honorable Consejo Técnico, señoras y señores:
Es un honor para mí participar con la honrosa representación del sector patronal en esta XCVIII Asamblea General Ordinaria del IMSS reiterando el compromiso de todos los empresarios de México con la seguridad social y con el país.
Es un hecho conocido que el Instituto Mexicano del Seguro Social enfrenta una situación particularmente difícil, sin embargo, ante usted, señor Presidente Felipe Calderón Hinojosa, el sector patronal reitera su convicción de que se podrá enfrentar y superar esta coyuntura histórica, y esta trascendental tarea, seguramente prevalecerá el espíritu de colaboración que se desprende de la integración tripartita de los órganos superior del Instituto, el cual garantiza que en la toma de decisiones se consideren los puntos de vista de los diferentes sectores sociales.
En el reciente informe enviado al Ejecutivo Federal y al Congreso de la Unión quedaron plasmadas las difíciles circunstancias por las que atraviesa el Instituto y aún cuando en este mismo informe se plantean medidas orientadas a solucionar esta situación, el sector patronal expresa su preocupación y manifiesta que será un factor primordial el que todos los sectores involucrados coadyuven para que estas medidas concluyan con éxito.
En los próximos años, el aumento de la expectativa de vida de los mexicanos y la consecuente transición epidemiológica serán sin duda, entre otros, los grandes retos a enfrentar por parte de nuestra institución que deberá considerar una mayor erogación para la atención de los adultos mayores.
No se prevé una revisión en el futuro en lo que se refiere al envejecimiento poblacional, la mayor incidencia de enfermedades crónico-degenerativas y el crecimiento del precio de los tratamientos médicos.
Esta situación se refleja en el desfinanciamiento que muestra el ramo de gastos médicos a pensionados, el cual se suma al déficit de los seguros de enfermedades y maternidad, de salud para la familia y de guarderías y prestaciones sociales, con un deterioro en la infraestructura institucional y en los servicios que se otorgan a los derechohabientes.
Un claro ejemplo lo observamos en el dramático descenso del índice de camas de hospital que en 1960 era de 1.85 por cada mil derechohabientes usuarios y que en 2006 fue de sólo 0.83, requiriéndose una inversión de 44 mil millones de pesos para elevar el indicador a sólo un modesto uno por ciento por cada mil derechohabientes, lo que da una idea de la enorme problemática que se enfrenta.
A pesar de los esfuerzos institucionales aún no se ha alcanzado la meta de un completo abasto en los medicamentos, situación que también incide en la imagen que la población tiene del Instituto y, lo que es más importante, en la salud de los asegurados y sus beneficiarios.
Es pertinente mencionar que otra de las prestaciones que se otorga a los trabajadores del Instituto contenido en el Contrato Colectivo, a través del sistema de tiendas, también presenta una situación deficitaria, por lo que apoyamos las medidas que se están implementando para optimizar su funcionamiento, ya que es inadecuado que los recursos institucionales se desperdicien en actividades ineficientes.
Como es del dominio público, otro factor que incide las precarias condiciones financieras de la institución lo constituye el pasivo laboral derivado del Régimen de Jubilaciones y Pensiones, asociado al Contrato Colectivo de Trabajo, cuyas previsiones propician el retiro temprano de los trabajadores del instituto a los 53 años de edad en promedio, con una expectativa de disfrute de la pensión de 29 años.
Lo que se traduce en un pasivo que ha sido calculado en más de 883 mil millones de pesos.
Los retos, señor Director, son enormes, por eso el sector patronal reconoce los esfuerzos que está realizando su Administración para reducir la gestión financiera del régimen de jubilaciones y pensiones con acciones orientadas a reforzar los avances que significaron las reformas de 2004 a la Ley del Seguro Social y el convenio de 2005.
En este sentido el sector patronal hace un firme llamado a la consciencia del todos los trabajadores de la Institución, pero principalmente a sus representantes dentro del Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social para que en las negociaciones de las condiciones laborales consideren moderar sus pretensiones y contribuyan a la recuperación y a la preservación del equilibrio financiero requerido por una de las instituciones cuya importancia es vital para nuestro país.
Conocemos el planteamiento que el Instituto ha formulado en el que se proponen modificaciones al contrato colectivo, exponiéndose las razones para reducir el peso que este instrumento tiene en las finanzas del organismo y que finalmente redunda en el perjuicio de los asegurados, por lo que se hace necesario solicitar al sindicato, lo analice con puntualidad y pensando siempre en lo que representa mayor beneficio para el país.
Quiero hacer referencia de manera muy particular a la necesidad de implementar mecanismos efectivos para ampliar la base de cotizantes, estamos conscientes de las medidas que la actual administración ha implementando para lograr este objetivo, sin embargo, no han sido suficientes.
Reiteramos la disposición de los empresarios mexicanos para impulsar programas como el Primer Empleo, cuyos resultados han sido muy inferiores a la expectativas, sin embargo, consideramos que dichos resultados no deben ser si no un aliciente para que los sectores que constituimos la administración tripartita del Instituto con el apoyo del Gobierno Federal, realicemos los ajustes pertinentes en el diseño del programa, con el fin de que contribuya a la creación de nuevas fuentes de empleo y se convierta en un instrumento de combate a la ilegalidad que tanto ha perjudicado a la economía nacional.
También le expresamos nuestro compromiso para que conjuntamente afrontemos retos que se agregan a la complicada problemática financiera del Instituto, como lo es la implementación del reciente decreto por el que se otorgan beneficios fiscales a los patrones y trabajadores eventuales del campo, conscientes de que existe un compromiso social hacia ese sector tan desprotegido de la población que al inicio del presente año representaba a 115 mil asegurados.
En cuanto a las medidas para propiciar el pago de las cuotas entre las que se mencionan facilitar el cumplimiento voluntario y también realizar una mejor fiscalización expresamos nuestra conformidad.
Sin embargo, hacemos un llamado a las autoridades fiscalizadoras para que lleven a cabo su tarea con estricto apego a los procedimientos legales y reglamentos respectivos.
No permitiremos que se incurra en actitudes de amenaza y cohesión excesiva a los empresarios cumplidos y comprometidos con México.
Destacamos que no importan las medidas que se adopten, están destinadas al fracaso, si no se sustentan en una actuación recta y transparente de todos los que estamos involucrados y comprometidos con nuestra Institución: funcionarios, consejeros y trabajadores de la Institución.
Hoy más que nunca, es necesario que el Instituto acredite hacia el interior y, sobre todo, ante la opinión pública, que el manejo de los recursos que le son encomendados y que son propiedad de los derechohabientes, se realiza con eficiencia, honradez y absoluta transparencia.
Estamos ciertos que uno de los principales retos que debemos enfrentar de manera inmediata, consiste en reforzar los mecanismos y procedimientos de control, fundamentalmente en aquellos renglones que involucren aspectos económicos, como es el caso de las adquisiciones y los procesos de licitación, los cuales exigimos que se lleven a cabo con escrupuloso apego a la normatividad correspondiente y con absoluta transparencia.
Manifestamos nuestro total desacuerdo en el uso indebido de los recursos.
Señor Presidente de la República, señor director, señores consejeros:
A nombre del sector patronal expreso nuestra conformidad con el contenido de los documentos que se han presentado a la consideración de esta Honorable Asamblea General con el Presupuesto de Ingresos y Gastos 2007 y adecuaciones, las evaluaciones trimestrales de ingresos y gastos, además de las adecuaciones al Presupuesto de Inversión Física 2007-2008.
También aprobamos el informe financiero y actual al 31 de diciembre de 2006 y los estados financieros dictaminados por contador externo al 31 de diciembre de 2006, así como los estados financieros al 31 de julio de 2007 y, finalmente, el Programa Anual de Administración, constitución de reservas para el ejercicio fiscal 2007.
Externamos nuevamente nuestra profunda preocupación por la precaria situación que agobia al Instituto, pero confiamos en que con la disposición y el compromiso de todos los actores involucrados, Gobierno, autoridades institucionales y sindicatos, así como las organizaciones patronales y obreras, será posible superar la difícil situación que para representar nuevamente el papel relevante del Seguro Social como garante del bienestar y la salud de los mexicanos y un mecanismo redistribuidor de la riqueza.
Por eso, apoyamos las reformas que propone la administración del Instituto con las orientaciones básicas de incrementar la recaudación sin que esto signifique un aumento de cuotas.
La implementación de medidas administrativas para reducir el costo de los medicamentos y reducir el ausentismo, y los subsidios que por incapacidad temporal se otorgan a los trabajadores del Instituto, y adoptar medidas para generar ahorros en el gasto corriente.
Exhortamos al Congreso de la Unión para que de manera responsable analice los documentos presentados y que lleve a cabo acciones orientadas a fortalecer la situación financiera del Instituto a fin de garantizar la calidad de los servicios a los derechohabientes.
Los mexicanos nos demandan hoy más que nunca empeñar nuestros esfuerzos para que los servicios a los derechohabientes se ofrezcan de manera correcta y oportuna buscando siempre mejores niveles de calidad y calidez.
Tenemos la ineludible responsabilidad de garantizar que la ejecución de nuestras acciones y el manejo de los recursos que nos han sido encomendados, los cuales son patrimonio de todos los mexicanos, se realicen con honestidad, con absoluta transparencia y con un escrupuloso apego a la legalidad. Muchas gracias.

(En representación de las organizaciones de los trabajadores);
-C. JOSÉ LUIS CARAZO PRECIADO:
Señor licenciado Felipe Calderón Hinojosa, Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos; maestro Juan Molinar Horcasitas, Director General del Instituto Mexicano del Seguro Social.
Licenciado Joaquín Gamboa Pascoe, Secretario General de la Confederación de Trabajadores de México; miembros de esta Honorable Asamblea; compañeros del Honorable Consejo Técnico, y de la Honorable Comisión de Vigilancia.
Distinguido presídium, señoras y señores:
En cumplimiento a nuestras disposiciones jurídicas acudo con la honrosa representación del sector obrero a esta XCVIII Asamblea General del Instituto Mexicano del Seguro Social.
Para analizar sus logros y plantear recomendaciones que hagan más eficaz la noble tarea de facilitar el acceso a una seguridad social digna, al creciente número de derechohabientes que demandan su atención.
Participo en nombre de mis compañeros obreros, miembros del Honorable Consejo Técnico, a quienes agradezco la oportunidad de trasmitirle señor Presidente, señoras y señores miembros de esta Asamblea, nuestra preocupación sobre el estado que guarda el Instituto Mexicano del Seguro Social.
El IMSS, al igual que muchos otros institutos de seguridad social en diversos países, se encuentra en proceso de transformación con el fin de modernizar su gestión y estar en posibilidades de encarar eficazmente los múltiples retos de los cambios económicos, laborales, demográficos, familiares y sociales que se presentan en la actualidad.
El IMSS es parte importante del Sistema Nacional de Salud de nuestro país, donde resalta su participación en servicios que requieren un alto nivel de infraestructura, tales como las consultas de especialidades, de urgencias y servicios auxiliares de diagnóstico, como análisis clínicos de laboratorio y radiología.
Además provee una diversidad de servicios ambulatorios y hospitalarios que contribuyen al bienestar y desarrollo de las familias de derechohabientes.
En un día típico, en el Instituto se ofrecen más de 400 mil consultas médicas, 45 mil de ellas en urgencias, se registran alrededor de cinco mil egresos hospitalarios, tres mil 500 intervenciones quirúrgicas y más de medio millón de análisis clínicos y 45 mil estudios de radiodiagnóstico, entre otros.
Asimismo, como parte de las obligaciones con sus derechohabientes y como complemento a los servicios de salud, ofrece prestaciones económicas que protegen los medios de subsistencia de los trabajadores y sus familiares ante la posibilidad de algún riesgo.
Presta cuidado infantil a los hijos de madres de trabajadoras durante su jornada laboral, promueve el fomento a la salud, la prevención de enfermedades y accidentes y contribuye a la elevación general de los niveles de vida de la población a través de las prestaciones sociales y los servicios de tiendas, centros vacacionales y velatorios.
Lo anterior es un reflejo de la importancia y beneficios del Instituto dentro de la sociedad mexicana.
Sin embargo, en este momento también es bueno hacer referencia a los problemas que enfrenta en la actualidad.
Particular atención se ha puesto en dos rubros, el primero se refiere a pago de pensiones, en especial el pago de pensiones del régimen de jubilaciones y pensiones de sus propios trabajadores, el segundo es el gasto en salud.
Estos factores en conjunto han sido parte fundamental de uno de los temas más discutidos y analizados en el Honorable Consejo Técnico del Instituto, me refiero a la fuerte crisis financiera que atraviesa la institución y que se ve agravada día con día.
Esta crisis se refleja cada vez más en un servicio a la derechohabiencia donde lo que abunda es la queja, la desilusión, la preocupación a no encontrar solución a sus demandas de servicio.
Ante esta situación nuestro sector pregunta: Hasta cuándo entregaremos a nuestros derechohabientes el Instituto que ellos y nuestro país se merecen.
Un Instituto Mexicano del Seguro Social que sea un reflejo del siglo que vivimos, la infraestructura institucional resulta insuficiente para atender a los 45 millones de derechohabientes.
Constantemente escuchamos quejas de falta de medicamentos, la escasez de camas, el rezago en el número de consultorios para la familia, clínicas, hospitales e instalaciones en condiciones deplorables de higiene y funcionalidad.
Y a pesar de los avances en la materia, existe un déficit elevado de más de 200 mil lugares en guarderías en el país.
Sin lugar a dudas nuestros representados tienen derecho a elevar su voz, ya que en 1997 se reformó la Ley del IMSS bajo los logros publicitarios de nadie pierde, todos ganan.
Tuvimos razón, porque nuestro sacrificio permitió que hoy en día tengamos un sistema de pensiones sólido, aunque insuficiente.
La visión y la solidaridad de los trabajadores y los patrones de México salvó nuestro Sistema de Seguridad Social hace una década, sin embargo, algo faltó.
Lo que falta es que los trabajadores del propio Instituto, nuestros compañeros de clase, sigan el ejemplo de la mayoría de los trabajadores mexicanos; así como nosotros aceptamos la realidad y ajustamos nuestro esquema de pensiones para hacerlo viable, ellos están llamados ahora a proteger su propio interés, ajustando su régimen a condiciones financieras viables.
Del mismo modo, los trabajadores de México hemos venido ajustando nuestros contratos colectivos para adoptarlos a las cambiantes condiciones de la economía.
Hemos aceptado modificar prestaciones establecidas para defender la fuente de trabajo, y hemos participado activamente con los empresarios para acordar medidas que vinculen el aumento en prestaciones con la elevación de la productividad y la eficiencia. Toca a nuestros compañeros trabajadores del IMSS hacer lo mismo.
Hace unos días, tanto sindicato como administración, presentaron sus respectivos pliegos rumbo a la negociación del contrato colectivo.
El sector obrero ve con beneplácito el establecimiento de las mesas de negociaciones en un ambiente de apertura y transparencia.
Esperamos que en los siguientes dos meses cristalicen en una propuesta conjunta que mantenga al derechohabiente en el centro de las negociaciones y a la viabilidad financiera como el objetivo común.
Como es costumbre en la presente administración, el sector obrero recibió en tiempo y forma el informe de labores de la Dirección General. En sus más de 130 cuartillas, el informe reseña las principales medidas y actividades encaminadas a hacer frente a la crisis ya reseñada, y es simbólicamente fiel reflejo del estilo que ha perdurado en el Honorable Consejo Técnico gracias a la apertura y el esquema incluyente que ha impulsado su Presidente, el maestro Juan Molinar Horcasitas.
Después de la revisión y análisis hemos decidido aprobar este informe como aquél que presenta la Comisión de Vigilancia; finalmente, el sector obrero convoca de manera fraternal y respetuosa a nuestros compañeros sindicalizados del Instituto Mexicano del Seguro Social para que en un acto de solidaridad gremial hagan su parte en beneficio del IMSS, en beneficio de la derechohabiencia, en beneficio de México y en beneficio propio.
Sin duda alguna este esfuerzo sumará un reconocimiento más a los ya acumulados y que merecidamente se han otorgado a médicos, enfermeras y en general a todo el personal del Instituto.
Hoy de manera conjunta tenemos el gran reto de transformar y reforzar las instituciones que heredamos de generaciones anteriores, procuremos, todos, un Instituto Mexicano del Seguro Social que sirva por igual a quienes brindan el servicio y a quienes lo reciben.
Muchas gracias.
-LIC. JUAN MOISÉS CALLEJA GARCÍA: Le agradecemos su participación señor Carazo. Vistas las intervenciones de los representantes de los sectores que como tales han expresado su conformidad con los asuntos presentados en esta Asamblea General que incluye el informe del señor Director General del Instituto, se pregunta a los consejeros si se aprueba. Aprobado.

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