Héctor Figueroa entrevista a Luis Felipe Bravo Mena
Excélsior, 21/09/2007
El embajador de México en el Vaticano, Luis Felipe Bravo Mena, sostuvo que la Santa Sede no ejerce hoy ninguna "presión diplomática" para que se amplíen los derechos políticos de los sacerdotes en nuestro país, aunque reconoce que la ampliación de garantías a los ministros de culto sí forman parte de la agenda de la Santa Sede.
A 15 años del restablecimiento de relaciones con el Estado Vaticano, el diplomático expuso que el diálogo con dicha entidad, que dirige el papa Benedicto XVI, ha alcanzado "plena madurez" y no existe entre ambas partes ningún tema que no se pueda tratar.
Respecto a las reformas al artículo 130 constitucional y a la promulgación de la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público, que también cumplen tres lustros este año, Bravo Mena reconoce que éstas dejaron "temas pendientes" que son "evidentes".
—En esta relación ¿no pesa que el jefe de Estado del Vaticano sea además el líder religioso de los católicos de México? ¿Es realmente una relación diplomática de dos Estados?
—Bueno, la relación diplomática contempla fundamentalmente una relación entre dos entes de carácter jurídico internacional y en esos términos es que se lleva la relación diplomática. La relación Iglesia-Estado la lleva la Secretaría de Gobernación en los términos que marca la ley y la Constitución. Por supuesto, no podemos dejar de ver que la Santa Sede tiene una doble condición y los temas de asuntos religiosos son de política interna en los términos que establece la Constitución de la separación Iglesia-Estado.
—¿Qué evaluación hace de los cambios legales que se hicieron hace 15 años en momentos en que el nuevo nuncio apostólico en México, Christophe Pierre, ha pedido que se "profundicen" los derechos políticos de los sacerdotes católicos?
—Hay temas pendientes que, desde que se hizo la reforma, quedaron establecidos en el debate parlamentario, y que recientemente han sido puestos en evidencia y han sido recordados por los obispos de México y por la Santa Sede. Tienen que ver con la libertad religiosa en términos de medios de comunicación y otros rubros. Es una posición de la Santa Sede de la cual nosotros tomamos nota de ella y que seguramente son motivo de las pláticas que tienen en forma permanente los obispos de México con las autoridades del país.
—¿Usted considera que deben ampliarse los derechos de los ministros de culto?
—Como embajador yo tomo nota de las expresiones, de las posiciones que ellos expresan y como embajador no debo expresar ninguna posición personal, porque mi papel es ser un canal de comunicación de las posiciones de cada uno.
—¿Consideraría que la relación es mejor que hace 15 años?
—Hoy la relación es madura porque se tiene la forma de comunicarse, los canales abiertos, se habla con franqueza, se habla con realismo y no existe ningún tema que no se pueda tratar.
—¿Cree que el presidente Calderón tiene más clara la separación Iglesia-Estado que Fox, quien realizó acciones más como creyente que como jefe de Estado?
—Creo que todos los presidentes a partir de que se establecieron las relaciones diplomáticas han tenido relaciones muy correctas y se han conducido con seriedad y con cuidado; todos los presidentes han hecho visitas y ahora recién el presidente Calderón y no veo porque hay que hacer comparaciones, todas contribuyen a la buena marcha de la relación diplomática. Le diré que la visita de Calderón en su primer año de gobierno fue muy bien valorada aquí y fue importante que el nuevo Papa y la Curia Romana conocieran a nuestro nuevo Presidente, así como tener temas coincidentes a favor de la paz, de la migración, de la justicia internacional.
—¿Existen presiones por parte del Vaticano para que haya mayores derechos políticos para los ministros de culto católicos en México?
—Por la vía diplomática no, le puedo asegurar con toda certeza y con toda sinceridad que por la vía diplomática no conocemos de ninguna presión, en todo caso son posiciones que permanentemente se expresan: que la libertad religiosa se respete a plenitud y son expresiones que se establecen no sólo para México sino para todos los países donde está la Iglesia católica.
—¿Cuándo vendrá el Papa a México?
—En 2008 no, nunca se ha contemplado ese año. Lo que le puedo comentar es que en la Jornada Mundial de la Familia que se realizó recientemente en Valencia, España, y a la cual asistió el Papa, él decidió que la siguiente sede fuera la Ciudad de México en el año 2009; por tanto, se esperará que el Papa asista a México en esa fecha, pero oficialmente no hay ninguna confirmación en este sentido, porque el Vaticano no confirma los viajes del Papa con tanta anticipación. La confirmación de esto se podría tener hasta dentro de unos meses.
—Por último ¿cuál ha sido su papel como embajador? Usted está en el cargo desde finales del sexenio de Fox.
—Yo presenté cartas credenciales el 23 de septiembre de 2005, estoy cumpliendo justamente dos años al frente de la misión. Han sido muy intensos, me tocó la etapa inicial del nuevo pontificado de Benedicto XVI, los cambios que se han producido en la Curia Romana. Nos tocó avanzar en temas de estudio común como la migración. Estamos reflexionando con actos académicos sobre los 15 años de relaciones y en diciembre tendremos presencia en las actividades navideñas del Vaticano, porque el pueblo mexicano tendrá participación con artesanía y arte barroco en la Plaza de San Pedro, en el Nacimiento que se pone y en el aula de audiencias del Papa.
El embajador de México en el Vaticano, Luis Felipe Bravo Mena, sostuvo que la Santa Sede no ejerce hoy ninguna "presión diplomática" para que se amplíen los derechos políticos de los sacerdotes en nuestro país, aunque reconoce que la ampliación de garantías a los ministros de culto sí forman parte de la agenda de la Santa Sede.
A 15 años del restablecimiento de relaciones con el Estado Vaticano, el diplomático expuso que el diálogo con dicha entidad, que dirige el papa Benedicto XVI, ha alcanzado "plena madurez" y no existe entre ambas partes ningún tema que no se pueda tratar.
Respecto a las reformas al artículo 130 constitucional y a la promulgación de la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público, que también cumplen tres lustros este año, Bravo Mena reconoce que éstas dejaron "temas pendientes" que son "evidentes".
—En esta relación ¿no pesa que el jefe de Estado del Vaticano sea además el líder religioso de los católicos de México? ¿Es realmente una relación diplomática de dos Estados?
—Bueno, la relación diplomática contempla fundamentalmente una relación entre dos entes de carácter jurídico internacional y en esos términos es que se lleva la relación diplomática. La relación Iglesia-Estado la lleva la Secretaría de Gobernación en los términos que marca la ley y la Constitución. Por supuesto, no podemos dejar de ver que la Santa Sede tiene una doble condición y los temas de asuntos religiosos son de política interna en los términos que establece la Constitución de la separación Iglesia-Estado.
—¿Qué evaluación hace de los cambios legales que se hicieron hace 15 años en momentos en que el nuevo nuncio apostólico en México, Christophe Pierre, ha pedido que se "profundicen" los derechos políticos de los sacerdotes católicos?
—Hay temas pendientes que, desde que se hizo la reforma, quedaron establecidos en el debate parlamentario, y que recientemente han sido puestos en evidencia y han sido recordados por los obispos de México y por la Santa Sede. Tienen que ver con la libertad religiosa en términos de medios de comunicación y otros rubros. Es una posición de la Santa Sede de la cual nosotros tomamos nota de ella y que seguramente son motivo de las pláticas que tienen en forma permanente los obispos de México con las autoridades del país.
—¿Usted considera que deben ampliarse los derechos de los ministros de culto?
—Como embajador yo tomo nota de las expresiones, de las posiciones que ellos expresan y como embajador no debo expresar ninguna posición personal, porque mi papel es ser un canal de comunicación de las posiciones de cada uno.
—¿Consideraría que la relación es mejor que hace 15 años?
—Hoy la relación es madura porque se tiene la forma de comunicarse, los canales abiertos, se habla con franqueza, se habla con realismo y no existe ningún tema que no se pueda tratar.
—¿Cree que el presidente Calderón tiene más clara la separación Iglesia-Estado que Fox, quien realizó acciones más como creyente que como jefe de Estado?
—Creo que todos los presidentes a partir de que se establecieron las relaciones diplomáticas han tenido relaciones muy correctas y se han conducido con seriedad y con cuidado; todos los presidentes han hecho visitas y ahora recién el presidente Calderón y no veo porque hay que hacer comparaciones, todas contribuyen a la buena marcha de la relación diplomática. Le diré que la visita de Calderón en su primer año de gobierno fue muy bien valorada aquí y fue importante que el nuevo Papa y la Curia Romana conocieran a nuestro nuevo Presidente, así como tener temas coincidentes a favor de la paz, de la migración, de la justicia internacional.
—¿Existen presiones por parte del Vaticano para que haya mayores derechos políticos para los ministros de culto católicos en México?
—Por la vía diplomática no, le puedo asegurar con toda certeza y con toda sinceridad que por la vía diplomática no conocemos de ninguna presión, en todo caso son posiciones que permanentemente se expresan: que la libertad religiosa se respete a plenitud y son expresiones que se establecen no sólo para México sino para todos los países donde está la Iglesia católica.
—¿Cuándo vendrá el Papa a México?
—En 2008 no, nunca se ha contemplado ese año. Lo que le puedo comentar es que en la Jornada Mundial de la Familia que se realizó recientemente en Valencia, España, y a la cual asistió el Papa, él decidió que la siguiente sede fuera la Ciudad de México en el año 2009; por tanto, se esperará que el Papa asista a México en esa fecha, pero oficialmente no hay ninguna confirmación en este sentido, porque el Vaticano no confirma los viajes del Papa con tanta anticipación. La confirmación de esto se podría tener hasta dentro de unos meses.
—Por último ¿cuál ha sido su papel como embajador? Usted está en el cargo desde finales del sexenio de Fox.
—Yo presenté cartas credenciales el 23 de septiembre de 2005, estoy cumpliendo justamente dos años al frente de la misión. Han sido muy intensos, me tocó la etapa inicial del nuevo pontificado de Benedicto XVI, los cambios que se han producido en la Curia Romana. Nos tocó avanzar en temas de estudio común como la migración. Estamos reflexionando con actos académicos sobre los 15 años de relaciones y en diciembre tendremos presencia en las actividades navideñas del Vaticano, porque el pueblo mexicano tendrá participación con artesanía y arte barroco en la Plaza de San Pedro, en el Nacimiento que se pone y en el aula de audiencias del Papa.
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