4 feb 2008

Respuesta del Guero Castañeda


Publicado por El Nuevo Herald on line, lunes  de febrero del 2008;
Ex canciller mexicano niega que espió para La Habana
WILFREDO CANCIO, reportero
El periódico El Universal de México reveló que el ex canciller mexicano Jorge Castañeda Gutman trabajó como espía para los servicios secretos de Cuba por un período de al menos tres años a partir de 1979. Castañeda rompió relaciones con la Dirección General de Inteligencia de Cuba en 1984 y tachó de "estúpidos" a sus dirigentes.
El ex canciller mexicano Jorge Castañeda Gutman desmintió ayer los reportes de la desaparecida Dirección Federal de Seguridad (DFS) de México que aseguran fue reclutado por la inteligencia cubana en 1979 y entregó información estratégica a La Habana durante más de tres años.
El diario mexicano El Universal divulgó el lunes el expediente realizado a Castañeda por la DFS, donde se indica que el otrora joven militante comunista sostuvo estrechas relaciones con miembros de la Dirección General de Inteligencia (DGI) de Cuba y entregó al régimen cubano información sensible sobre la cancillería mexicana, el gobierno federal y el presidente José López Portillo, valiéndose de la ascendencia sobre su padre, el entonces canciller Jorge Castañeda Alvarez de la Rosa.
"Castañeda espió a México y a su padre'', tituló en su primera página El Universal, que también consideró que el diplomático transitó "de traidor a la patria a canciller''. El periódico detalla los documentos contenidos en el expediente de la DFS, que contiene más de 200 páginas y abarca de 1979 a 1985.

"La versión es completamente falsa'', declaró ayer Castañeda a El Nuevo Herald. "Yo colaboraba con mi padre como enlace y contacto con las izquierdas latinoamericanas, con pleno conocimiento de él y del presidente López Portillo, siempre defendiendo los intereses de México y más bien, desde entonces, contra la visión cubana para la región''.
Castañeda, de 54 años, quien fue canciller del gobierno de Vicente Fox entre el 2000 y 2003, opinó que resulta sorprendente que El Universal se haga eco de la DFS, "una de las instituciones más desacreditadas de la historia reciente de México''.Los reportes de la DFS --desmantelada en 1985-- lo presentan como un ciudadano mexicano al servicio del espionaje de un gobierno extranjero. Los documentos de vigilancia y monitoreo de sus actividades aparecen firmados por Miguel Nazar Haro, director del organismo policial.
El Universal dijo que había hallado el expediente en la Galería Uno del Archivo General de la Nación (AGN) en Ciudad de México.
"La DFS fue disuelta en 1985 por corrupta, vinculada al narcotráfico, a la CIA, y sorprende también que El Universal se haga vocero de un personaje, que firma los supuestos informes [Miguel Nazar Haro], confeso colaborador de la CIA y bajo proceso y arresto domiciliario'', agregó Castañeda.
Nazar Haro fue arrestado en el 2004 bajo acusaciones de múltiples asesinatos y desapariciones contra los movimientos de izquierda en los años 70 y 80. Actualmente tiene 83 años y permanece en arresto domiciliario.
Ayer era feriado en México y El Nuevo Herald no pudo contactar a Raymundo Riva Palacio, director de El Universal, para comentar sobre el asunto. No obstante, la dirección del periódico proporcionó a El Nuevo Herald copias de los documentos citados.
De acuerdo con los legajos, fue Jorge Luis Joa Campos, miembro de la DGI
y jefe de la sección México en el Departamento América, quien reclutó a Castañeda Gutman casi al mismo tiempo que su padre, Castañeda Alvarez de la Rosa ocupaba el cargo de Secretario de Relaciones Exteriores.
"Durante 1979 Jorge Luis Joa Campos reclutó para los intereses de su país a esta persona [Castañeda Gutman] aprovechando su ideología política y después de haberlo puesto a prueba durante varios meses, en los que le solicitó favores de menor importancia, como la expedición de pasaportes y visas, intervención para solucionar problemas de asilados políticos y ayuda dentro de la competencia de la Secretaría de Relaciones Exteriores para salvadoreños, guatemaltecos y chilenos que en sus países de origen son miembros de grupos subversivos y que en forma clandestina intentan derrocar a sus respectivos gobiernos'', indica un informe fechado en septiembre de 1981.
Joa Campos fue asesor político de la Embajada de Cuba en México hasta mediados de 1981. Fue él, según los reportes, quien instó al responsable del Departamento América del Comité Central del Partido Comunista Cubano, Manuel Piñeiro Losada, alias "Barba Roja'', para que le diera a Castañeda mayor participación en las actividades de espionaje y más relaciones con los contactos cultivados en México.
A partir de ese momento, el joven Castañeda entabló relación con otros miembros de la DGI que operaban de manera encubierta en México, entre ellos Gonzalo Bassols Suárez, alias "Garibaldi'', y Roberto González Egaña.
"Estas personas obtienen de Castañeda información de todas las actividades oficiales del Secretario de Relaciones Exteriores, en virtud de que tiene gran ascendencia sobre su padre'', suscribe Zanar Haro en uno de sus reportes.
El expediente también indica que dos colaboradores directos del canciller Castañeda Alvarez de la Rosa, su secretario privado, Mauricio Toussaint Ribot, y su secretario particular, Miguel Marín Bosch, filtraban información a Castañeda Gutman y le resolvían diversos asuntos desde la oficina de Relaciones Exteriores en Tlatelolco.
Un reporte de enero de 1982 asegura que Joa Campos insiste a Castañeda Gutman para que le pregunte a su padre sobre la situación del ciudadano colombiano Jaime Guillot Lara, que entonces estaba detenido en una estación migratoria "por uso y portación de documentos oficiales mexicanos falsos''.
Guillot Lara era reclamado por el gobierno colombiano bajo acusaciones de narcotráfico y venta de armas, pero resultaba de interés para el régimen de Fidel Castro por ser integrante del grupo guerrillero M-19, respaldado fuertemente desde La Habana.
Funcionarios cubanos, entre ellos Fernando Ravelo, ex embajador de Cuba en Colombia, se movilizaron por esa época para lograr la liberación de Guillot Lara y lograron sacarlo a través de España, según el testimonio del ex colaborador del Departamento América, Jorge Massetti, en el 2000. Regresó luego a Cuba donde murió de un infarto en 1990.
Los documentos señalan que Castañeda Gutman presionaba a su padre de una forma "altanera, exigente y denigrante'' para que dictara decisiones de política exterior bajo la influencia del régimen castrista.
Castañeda Alvarez de la Rosa fue una pieza clave para lograr una reunión secreta entre el secretario de Estado norteamericano, Alexander Haig, con el entonces vicepresidente cubano Carlos Rafael Rodríguez, en México, en noviembre de 1981. El encuentro se produjo en la biblioteca de la lujosa residencia del canciller, quien un año después sería reemplazado por Bernardo Sepúlveda.
Al parecer, tras la salida de Castañeda Alvarez de la Rosa de la cancillería mexicana y ciertas tensiones con el reclutado, la DGI comenzó a prescindir de los servicios de Castañeda Gutman hacia 1984, alejado ya del tráfico de información estratégica.
El expediente consigna agravios con el embajador cubano José Agustín Fernández de Cosío y el consejero político Fernando Comas Pérez, a quienes Castañeda tilda de "estúpidos''.
Castañeda estuvo en el foco de la controversia suscitada entre los gobiernos de México y Cuba en abril del 2002, cuando Fidel Castro dio a conocer las grabaciones de su conversación con el presidente Fox.
Castro aseguró entonces que "el señor Castañeda se dedicó a intrigar y conspirar contra Cuba'', al tiempo que se publicaron en la prensa cubana fotos del intelectual mexicano durante una práctica de tiro en un campamento guerrillero.
Castañeda jugó además un rol decisivo para inclinar, por primera vez, el voto de México contra Cuba en la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas en el 2002.
Hasta anoche, Cuba no se había pronunciado sobre las revelaciones de El Universal .
Las revelaciones del diario mexicano afloran después que Castañeda publicara, en colaboración con el periodista Rubén Aguilar, el libro La Diferencia (2006), d
onde cuenta que el dueño de El Universal Juan Francisco Ealy Ortiz, intentó presionar sin éxito al gobierno de Fox para que le autorizara concesiones de última hora, entre ellas el control de una institución bancaria y un canal de televisión.
Castañeda ha mantenido una posición crítica en torno a la política del presidente Felipe Calderón para normalizar las relaciones con la isla.
"Resulta extraña la coincidencia en el tiempo de la publicación de viejos documentos de un cuarto de siglo, con la audiencia pública de la Corte Interamericana de Derechos Humanos [CIDH] en Costa Rica, donde por primera vez será juzgado el Estado mexicano por violar los derechos humanos de un mexicano'', consideró Castañeda.

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